Alexander von Humboldt fue uno de los naturalistas que más contribuyó a desmitificar al cóndor en una completa memoria que leyó en el Instituto de París, el 13 de octubre de 1806. Explicaba así la exageración de los cronistas sobre el tamaño del cóndor: “Uno los ve posados en los lugares más solitarios, a menudo sobre las crestas rocosas desnudas próximas al límite inferior de las nieves perpetuas. Aislado, alejado de todo otro ser viviente con el cual se lo pueda comparar, el cóndor se presenta entonces proyectado contra el fondo azul del cielo. Visitando las cimas desiertas de esos volcanes, durante mucho tiempo me engañé por la suma de esas causas. Los creí de talla gigantesca, y no fue más que con una medición directa, sobre el ave muerta, que me pude convencer del efecto de dicha ilusión óptica”.
De las muchas veces que vio cóndores en Colombia, Ecuador o Perú, incluso acercándose a apenas 4 m, nunca hicieron ningún intento de atacarlo. “A pesar de todas mis investigaciones, nunca escuché citar el caso de un cóndor que haya levantado un niño. No ignoro que muchos naturalistas hablan de cóndores que matan niños de 10 a 12 años. Tales afirmaciones son tan fabulosas como el ruido que el buitre de los Andes hace al volar (...) ¿Cuántas veces he visto niñitos indígenas durmiendo al aire libre, mientras sus padres estaban ocupados en juntar nieve para venderla en los pueblos? ¿Alguna vez alguien escuchó decir que esos niños, rodeados de cóndores, hayan sido atacados o muertos?”.
Pouchet, F.-A. The universe, or, The wonders of creation. 1883 |
Sin embargo Humboldt afirmaba que es muy común verlos atacar a un joven toro, al que le arrancan los ojos y la lengua, gracias a su pico y garras de enorme fuerza: “Dos cóndores se lanzan no sólo sobre el ciervo de los Andes, sobre un pequeño puma o sobre la vicuña y el guanaco, sino también sobre una ternera; la persiguen tanto tiempo, hiriéndola con sus garras y pico, que el animal sofocado y postrado por la fatiga, extiende su lengua mugiendo: entonces el cóndor atrapa la lengua, de la que es muy goloso; arranca los ojos de su presa, que echada en el suelo, expira lentamente. . . El cóndor, saciado, descansa flemáticamente posado sobre la punta de las rocas. En tal situación le he visto un aire de gravedad sombría y siniestra“.
Es sorprendente que un naturalista tan avezado como el sabio alemán no haya reparado en la estructura de las patas del cóndor que no le permiten alzar semejantes pesos. Y especialmente porque ya Garcilaso había señalado que el cóndor no tiene garras, como las águilas sino que sus pies se parecen a los de la gallina, y el propio Humboldt confirmaba que “es interesante observar que el cóndor prefiere los cadáveres a los animales vivos”.
Humboldt citaba también la técnica para atrapar cóndores vivos tal como se usaba en Perú y Ecuador. Se mata una vaca o un caballo y en poco tiempo el olor atrae a los cóndores desde lugares donde apenas se podía creer que hubiera. Las aves comen con gran voracidad, siempre empezando por los ojos y la lengua, sus manjares predilectos, y a continuación sigue por el ano para acceder a los intestinos. Una vez que se han llenado bien el estomago se vuelven muy pesados para volar, entonces los indígenas los persiguen con lazos y los atrapan con facilidad. Como el ave hace grandes esfuerzos para vomitar y en esas maniobras acerca sus garras al pico, esto dio origen a la creencia, entre las gentes del país, de que se provoca el vómito metiendo los dedos en su pico. Los españoles llamaban a esta caza “correr los buitres” y era una de las mayores diversiones de los campesinos. A veces incluso se envenenaba el cebo con hierbas tóxicas que dejaban al animal como embriagado.
Condor hembra -
Temminck,C. J. – 1838- Nouveau Recueil de Planches Coloriées
d’ Oiseaux |
El gran naturalista alemán no dejaba de compadecerse de la suerte de las pobres aves: “Uno puede imaginarse a qué crueldades son librados los infelices cóndores capturados vivos por los indígenas: ¡un insecto no sufriría tanto en las manos de un entomólogo!”.
Otro viajero que tuvo contacto directo con los cóndores en sus tierras fue Alcide
D’Orbigny, quien corrigió algunos errores que pasó por alto Humboldt. De ese contacto le quedó el recuerdo del fuerte olor a carne podrida que impregna a estas aves y que confirma su tipo de alimentación carroñera. Debido a este tipo de nutrición es lógico que sea atraído por los rebaños que cuida el hombre, ya sea de ovejas, llamas, alpacas o por tropas de animales silvestres. Y por ello la gran cantidad de cóndores que se congregan en las costas donde viven lobos marinos, como en el Perú y la Patagonia. D’Orbigny señaló un hecho interesante de importancia conservacionista: al ir desapareciendo las tropas de guanacos y vicuñas, cazados por el hombre, los cóndores se ven obligados a vivir cerca de lugares habitados y de caminos, donde es de suponer que serían cazados con más facilidad. Alli “esperan que una oveja o una llama se alejen de la tropa para parir. Entonces, si los pastores no están allí para defender la cría, el cóndor alza vuelo, y girando a gran altura sobre el pobre animal, espera el parto, y se lanza sobre ella, no para atacarla a la madre, sino para cebarse en la placenta y matar enseguida a la cría, desgarrándola por el ombligo”.
Pero “no creemos ya más que el cóndor pueda atacar las ovejas, ciervos y llamas, y menos aún las terneras”. Atribuye esas creencias a las exageraciones de los americanos, proclives a maravillarse de todo lo que concierne a sus países. “Podemos asegurar que el cóndor no ataca jamás a un animal adulto, de la talla de un carnero, a menos que esté muerto (...) Podemos asegurar también que no caza jamás otras aves, y nos atreveríamos a asegurar que tampoco caza a los mamíferos más débiles (...) Come todos los animales muertos sin excepción: mamíferos, aves, reptiles y peces, mostrando cierta predilección por la carne de los mamíferos. Incluso come excrementos cuando lo ataca el hambre”.
Loudon, J. C. (John Claudius), 1889. Loudon's Natural History. |
D’Orbigny rebate con suficiencia las creencias sobre los hábitos infanticidas del condor, sobre la resistencia de su plumaje a las balas y sobre la fuerza de sus patas y el uso de las mismas como garras, lo que parece haber confundido como vimos a naturalistas capaces como Humboldt y de la Condamine.
Humboldt suponía que el nombre cuntur, derivaba del verbo quichua “cuntuni”, que significa “oler bien”, “no habiendo nada más sorprendente en el cóndor que la increíble capacidad con la que siente de lejos todo olor a carne”. Pero D’Orbigny no puede admitir “que los Quichuas tengan su olfato tan depravado como para sentirle un olor agradable al cóndor”, por eso deriva “cuntur” del aymara “contury”, que sería el nombre del ave en ese idioma. El viajero francés enumera sus otros nombres: para los indios araucanos de Chile y las Pampas del sur de Buénos Aires , es “manké”; para los puelches, “chanana”, y para los patagones o tehuelches, “huirio”. Los españoles lo llamaban “buytre”, aunque no pertenece a la misma familia (Vulturidae) de los buitres del Viejo Mundo, sino a la familia Cathartidae.
Según Garcilaso de la Vega diversas religiones anteriores a los incas, adoraban a estas aves debido a su notable tamaño y porque suponían que descendían de ellos. Así ocurría con la nación chachapuya, para los que el cóndor era su dios principal.
Los quechuas y aymaras lo consideraban un mensajero especial del dios Sol, debido a su capacidad de planear a grandes alturas. Entre los incas, para la fiesta anual del sol, llamada Raymi, los jefes o curacas ofrendaban a los incas, diferentes animales especialmente cóndores. En esa fiesta danzaban aplicándose alas de cóndor en la espalda. Lo mismo observo D’Orbigny en los disfraces de los aymara de La Paz (Bolivia), que usaban incluso en las fiestas católicas de San Pedro y Corpus Christi.
El cóndor Andino aparece representado frecuentemente en la cerámica y arquitectura precolombina del Perú, y era importante en la mitología y ceremonial indígenas. Coincidente con aquellas antiguas versiones de los naturalistas europeos en una vasija hallada en Chiclin, Perú, se ve a un cóndor comiéndose un niño. Además se ven sobre estatuas colosales o pórticos monolíticos, figuras de cóndor, que representan mensajeros del Sol en los mitos aymara. Los incas también lo consideraban como el animal más noble y así el inca Viracocha, hizo esculpir dos cóndores en el lugar que murió su padre: uno con las alas cerradas y la cabeza baja mirando al sur y otro con las alas abiertas en actitud de ataque.
Nuttall, Thomas,- 1840- A manual of the ornithology of the United States and of Canada |
Algunas propiedades terapéuticas eran atribuidas a sus órganos, creyendo que podían transmitir las propiedades de fortaleza, agudeza visual, etc., así se usaba el corazón para enfermedades cardíacas y los ojos para curar enfermedades de la vista. De la misma forma ataban las patas del cóndor a incisiones en el cuello de los toros para hacerlos más bravos en la pelea.
CharlesDarwin cazó un cóndor en los acantilados basálticos del río Santa Cruz. Allí se congregaban 20-30 aves y partían para sus vuelos circulares en busca de alimento: “ellos viven de los guanacos muertos por muerte natural, o como sucede más frecuentemente, muertos por los pumas...Además de alimentarse de carroña, los cóndores frecuentemente atacan cabras y corderos; y los perros de los pastores están entrenados para correrlos, cuando sobrevuelan, y, mirando hacia arriba ladrarles fuertemente.” Además de los métodos ya vistos de caza, Darwin menciona que los nativos marcan los árboles que usan como dormideros y a la noche trepan a ellos y los enlazan. Dice que fue testigo de que duermen tan profundamente que no parecía difícil tarea atraparlos. “Vi uno que trajeron, atado con una cuerda, y muy herido; pero en el momento en que cortaron la soga que lo aseguraba, aunque rodeado de gente, comenzó furiosamente a destrozar un pedazo de carne. En un jardín de ese lugar, mantenían 20 o 30 vivos. Los alimentaban una vez a la semana, pero parecían estar en buen salud. Los chilenos aseguran que el cóndor vive, manteniendo su vigor, entre 5 y 6 semanas sin comer.: no puedo decir nada sobre la veracidad de esto, pero es un cruel experimento, que muy probablemente fue llevado a cabo”.
En ese mismo jardín intentó el experimento de acercarle a los cóndores un pedazo de carne envuelto en papel; entre 1 y 3 m de distancia los animales casi no repararon en él, sólo cuando se los acercó junto al pico empezaron a desgarrar el papel y luchar para comer la carne. Esta experiencia le hizo dudar del poder olfatorio de estos animales, que había sido destacado por otros autores.
Finalmente Darwin nos dejó estas bellas líneas propias de quien sabía apreciar la naturaleza más allá de su interés científico: “Es realmente maravilloso y hermoso ver un ave tan grande, hora tras hora, sin esfuerzo aparente, planear en círculos y deslizarse sobre la montaña y el río . . . ”
Alex Mouchard
REFERENCIAS
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--Brosses, Ch. De – 1756 - Histoire des navigations aux terres Australes.
--Buffon, G. Leclerc, conde de – 1770-1785. Histoire naturelle des oiseaux.
--d'Abbeville, C. – 1614 - Histoire de la mission des pères Capucins en l'isle de Maragnan et terres circonvoisins.
--Darwin, C. -1860-A Naturalist's Voyage Round the World. London
--de Laët, J. – 1625 - Histoire du nouveau Monde.
--de la Vega, G., el Inca, -1609- Comentarios Reales de los Incas.
--Desmarchais, E. Renaud, caballero de -1730- Voyage du Chevalier Desmarchais en Guinée, Isles voisines & a Cayenne.
--Grainger, J. -1764- The Sugar-Cane: A Poem.
--Gutierrez de Santa Clara, P. – 1603 - Historia de las guerras civiles del Perú.
--Klein, J. T.-1750-Historiae avium prodromus.
--La Condamine, C. M. De -1745- Voyage de la rivière des Amazones.
--Le Gentil de la Barbinais -1714-Nouvel voyage autour du monde.
--Linné, C. – 1758- Systema naturæ ... Ed. 10.
--Salas, A. M. – 1968 – Para un Bestiario de Indias. Losada, Bs. Aires.
--Solís, A. De -1685- Historia de la conquista de México.
--Stevenson, W. B. – 1825 - Historical and descriptive narrative of twenty years’ residence in South America, containing travels in Arauco, Chile, Perú and Colombia. London