"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


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sábado, 5 de agosto de 2023

LA ESCÚA PARDA (Stercorarius antarcticus), VORAZ PIRATA DE LOS MARES DEL SUR




 

La escúa roza el mar hirviente,

Su cuerpo meciéndose sobre las agitadas olas,

Sus alas batiendo el viento que salpica rocío,

Sus plumas flameando salvajemente azotadas por el aire,

grita, proclamando su presencia al belicoso día,

Pero la tormenta toma el sonido desde su mismo pico,

y lo arrebata y lo lleva lejos,

y lo entierra profundamente en las nubes veloces y rugientes.

 

Shawn R. Lyons   - The skua (fragmento)

 

 

 


Skua Gull (Lestris catarractes

Dibujo de Henry Constantine Richter (Gould,1848)





 

Investigación, redacción y traducciones: Alex Mouchard

 


LA TRÁGICA VIDA FAMILIAR DE RENÉ PRIMEVÈRE LESSON


Como toda historia de piratas la nuestra también empieza en el mar, pero hace ya doscientos años.


La Coquille o Astrolabe, botada en 1811, 

realizó el viaje de circumnavegación de Duperrey del que participó Lesson. 

Grabado de 1913, The University of Washington Libraries. Wikipedia.



Un lejano 18 de noviembre de 1822, la corbeta francesa Coquille llegaba al puerto Saint Louis (Puerto Soledad), en la isla Soledad del archipiélago de las Malvinas.  Habría de permanecer un mes en dichas islas realizando observaciones astronómicas, físicas y geográficas a cargo de su capitán, Louis-Isidore Duperrey. Además el marino Jules Sébastien César Dumont d'Urville, el segundo de a bordo, se ocuparía de las colecciones botánicas, mientras que Prosper Garnot,   cirujano de segunda clase de la Marina y, René Primevère Lesson, farmacéutico de segunda clase se dedicarían a  las observaciones zoológicas y a recolectar los especímenes destinados al Museo de París. Lesson describió para la ciencia a la escúa parda a quien dió el nombre Stercorarius antarcticus.  Como zoólogo tuvo una merecida fama pero su vida personal fue desdichada, como puede verse el recuadro de más abajo.


Puerto Soledad (Port Saint-Louis), islas Malvinas. 

Lugar del encuentro de Lesson coin las escúas (Pernety, 1769).



 

Por todas partes reina un espantosa soledad” observó Lesson. “Las costas de esta isla (la Soledad) son, en su mayor parte, bajas y bordeadas de rocas; bahías o espaciosos puertos rompen el contorno.” (Lesson, 1826)

 

En esas desoladas costas, entre muchas aves que observaron, estaban las escúas: “Las Malvinas están pobladas por estercorarias cataractes (Lestris catarrhactes, Temm. ) … , que Bougainville menciona con el nombre de caniard, y que los ingleses llaman poule de Port-Egmont  [Puerto Egmont o Puerto de la Cruzada, isla Gran Malvina.] Es de este palmípedo que Pigafetta (1519) hablaba bajo el nombre de cagassela. Esta ave, cuyo iris es marrón claro, tiene verdaderamente forma de rapaz de patas palmeadas, a la que Pernety llama canard gris, y sobre cuyos hábitos da detalles muy precisos… Confiada, o más aún, atrevida, la estercoraria de plumaje oscuro, interrumpido por dos bandas blancas que cruzan las alas, es a las gaviotas lo que el ave fragata es a los piqueros, es decir, que está espiándolas constantemente, persiguiéndolas, para apoderarse de sus presas, y así ejercer el poder tiránico de la fuerza. Sin embargo, la estercoraria es en sí misma una hábil pescadora; y todos los días, junto al mismo navío, nos daba pruebas de su destreza para apoderarse de su comida en la superficie del mar.” (Lesson, 1826)

Aquí Lesson refiere a autores anteriores que reportaron sobre esta ave. Sin embargo en algunos casos se trata de otras especies del mismo género, de comportamiento y aspecto similar. Así Antonio Pigafetta, cronista del viaje de Magallanes,  cuenta que antes de pasar el ecuador hacia el Atlántico sur avistaron a las aves “llamadas Cagassella porque se alimentan del estiércol de otras aves, y vi muchas veces a alguno de ellos perseguir a otro, y no dejarlo hasta no obtener el excremento.“ (Pigafetta, 1519). Cagassela, es apócope de caca-uccelli, o sea ave estiércol o estercolera, pero en realidad la escúa no se alimenta de materia fecal, sino de las presas que dejan caer  las aves marinas hostigadas por ella, comportamiento que los ornitólogos denominan cleptoparasitismo. Las aves vistas por el cronista italiano probablemente hayan sido págalos grandes  (Stercorarius skua)  propias del Atlántico Norte.

 

Por su parte el monje Dom Pernety, integrante del viaje a las Malvinas al mando de Louis Antoine de Bougainville relataba haber conocido “un ave carnívora, del tamaño de una gallina común, y con plumaje gris-rojizo. Nuestros tripulantes lo llamaban canard gris [pato gris]. Se nos aproximaban muy de cerca, y cuando estábamos cazando, volaban tan a ras de nuestras cabezas que más de una vez les quitaban las gorras y los sombreros a nuestra gente. Tienen un grito muy parecido al del pato; y aunque vuelan al agua, no tienen patas palmeadas: pero atrapan con avidez a sus presas por medio de garras muy puntiagudas, con que están armados sus dedos; cuando su presa no es lo suficientemente grande para sostenerla en la superficie, o cuando es demasiado pesada para llevarla, la despedaza con picos y garras, siempre batiendo sus alas. Sin embargo, aterrizan en el agua: y se quedan allí como patos; pero no vi a ninguno de ellos bucear. No nos divertíamos cazándolos, por la idea de que serían muy malos para comer.” (Pernety, 1769)

Es posible que Pernety haya confundido dos especies distintas ya que las escúas tienen pies palmados y sin capacidad prensil.

 

Gaviota llamada Gallina de Puerto Egmont, avistada en la latitud 50ºS, durante el segundo viaje del capitán James Cook (1772-1775). 

Sin embargo la imagen parece corresponder mejor con el Petrel antártico (Thalassoica antarctica).

Acuarela de Isaac Smith. - Mitchell Library, State Library of New South Wales / Bridgemanimages.




Durante el primer viaje de circunnavegación del Capitán James Cook, en 1769, el tercer teniente John Gore comentó haber visto un ave a la que llamó Port Egmont Hen (gallina de Puerto Egmont), porque había una gran abundancia de ellas en ese sitio de las islas Malvinas. La describió con dorso pardo, como una gaviota en tamaño y forma . . . “Son algo más grandes que un cuervo, en vuelo muy parecido a él, batiendo sus alas a menudo con un movimiento lento; sus cuerpos y alas de color chocolate oscuro u hollín, debajo de cada ala una pequeña barra ancha de color blanco sucio que las hace tan notables que es casi imposible confundirlas. Se ven como dice por toda la Costa de América y en las islas Falklands; yo mismo recuerdo haberlas visto en Tierra del Fuego pero por algún motivo no lo anoté”. (Banks, 1962)

 

A las 3 de la mañana del 15 de febrero de 1820, el navío Uranie de la expedición de circunnavegación comandada por Louis de Freycinet, encalló en la  Bahía de la Anunciación (Baie Française), en la isla Soldedad (Is. Malvinas). Los naturalistas de a bordo, Jean René Constant Quoy y Paul Gaimard, comentaron lo siguiente: “Las primeras aves que vimos al día siguiente de nuestro naufragio en las Islas Malvinas fueron los estercorarios [Stercorarius antarcticus]; vinieron a recoger cerca de nosotros los restos de comida que salían del barco, tendido sobre su costado. Son los mismos a los que, en estas mismas regiones, los marineros de Cook llamaron «pollos de Puerto Egmont». Este navegante los ha visto incluso en los hielos polares. Son muy fáciles de reconocer por su color pardo y, cuando vuelan, por la gran banda blanca que tienen bajo las alas. Fueron encontrados en el mar entre los  cincuenta y cincuenta y cuatro grados de latitud sur.” (Freycinet, 1824)

 

  

Escúa canela (Stercorarius chilensis)

Dibujo de Joseph Smit (Saunders, 1876)




BIOGRAFÏA DE UNA AUDAZ VIAJERA

Estas gaviotas de cabeza de águila, dotadas de un órgano de visión extraordinaria, ocupan un alto rango entre los pájaros propios a las regiones glaciales.” (Valette, 1906)

Todo viajero hacia y desde Australia, ya sea por el Cabo de Buena Esperanza o por el de Hornos, observará que en todas las latitudes más altas el barco será visitado con frecuencia por ejemplares solitarios de esta gaviota, que puede distinguirse de los albatros y petreles por su modo de vuelo más pesado y aleteado, y por la marca blanca en el ala, que se ve conspicuamente desde abajo; parece, sin embargo, atraída al barco más por curiosidad que por otra cosa, porque después de dar dos o tres vueltas, vuelve a volar sobre el extenso océano hasta perderse de vista; se la ve tan a menudo en mar abierto a mil millas de la costa, como cerca de ella, y, como todas las demás gaviotas, frecuentan los mares salpicados de islas en las que pueden posarse a placer. Durante mucho tiempo me sorprendió cómo un ave de esta familia podía vivir tan lejos de cualquier medio aparente donde reposar, hasta que la dificultad se resolvió al ver que el ave se posaba sobre las masas de algas marinas que flotan aquí y allá en todos los mares, y sobre las cuales descansaba con tanta facilidad como si estuviera de pie sobre una roca. Sus hábitos depredadores le permiten obtener comida en abundancia persiguiendo a los albatros y petreles y obligándolos a vomitar su comida.” (Gould, 1848)

 

El vuelo de esta ave es pesado, y se realiza mediante un aleteo lento y regular de las alas, con los hombros muy arqueados. Posee, sin embargo, la facultad de girar rápidamente en el aire, como observé cuando las Gaviotas lo perseguían.” 8Buller, 1888)

 

En la isla Laurie (Orcadas del Sur)  el zoólogo uruguayo Luciano Honorio Valette, realizó en 1904 las primeras observaciones zoológicas para aquella zona  El canto de la escúa tiene una cierta analogía con el del tero-tero, pero la voz es algo más fuerte; ponen en función sus cuerdas vocales sobre todo cuando se encuentran reunidas y se disgustan por causas de comida. Entonces grita, abriendo su enorme boca, extienden sus alas verticalmente, mostrando así la parte interna de estos miembros con la banda característica de plumas blancas en el tercio distal. Son animales pendencieros y bravos, estando reunidos, a cada instante se pelean a picotones y con sus afiladas garras. Los celos sólo permiten al macho la presencia de la compañera en el mismo comedero. La gaviota antártica es muy amiga del baño en el agua dulce y es común verlas en verano libradas a ese momento higiénico en las lagunitas que se forman debido al deshielo.” (Valette, 1906)

 

Por regla general, sus hábitos son terrestres, y en las pocas ocasiones en que, probablemente por poco éxito en la caza, la he visto posarse en el agua, ha mantenido las alas perpendiculares, como una mariposa, como si tuviera miedo de mojarlas. En la época de apareamiento, este comportamiento de levantar las alas se convierte en una característica bastante destacada. Dos se posan sobre un montículo, bastante juntas, sosteniendo sus alas perpendicularmente en el aire, y lanzan un cacareo vociferante. La nota es fuerte, áspera y ronca, recordando la de la gaviota.” (Kidder, 1875)

 


Megalestris antarctica (Lesson)

Dibujo de Henrik Grönvold (Hatcher, 1904-1927).  



 

PIRATA y CARROÑERA

Estas aves, muy voraces, viven de la rapiña más que de la caza y de la pesca, y son, incluso para los albatros, enemigos temibles, porque devoran sus huevos en gran cantidad; pero la particularidad más notable de su comportamiento es la forma en que hostigan por detrás a diversas aves piscívoras para hacerles vomitar los alimentos que recientemente han capturado para alimentarse. Son estas maniobras, mal comprendidas y mal interpretadas las que le han valido en el norte el nombre de «chasse-fientes» [caza estiércol]  y de estercorarios”. (Milne-Edwards, 1881)

 

Sobre la actividad pirata de la escúa, el vizconde de Querhoënt, informante de Buffon, le relataba: “Una vez vi una lucha entre una [ave] fragata y la especie menor de cordonnier [escúa], la que duró bastante en el aire, y cada uno se defendía con sus alas y su pico; el cordonnier, aunque incomparablemente más débil, eludía con agilidad los formidables golpes de su antagonista, y no se rindió; terminó, cuando un petrel que por casualidad estaba cerca reparó en la escena, y, pasando y repasando varias veces entre los combatientes, logró su separación; el cordonnier con gratitud siguió a su liberador, y voló con él alrededor del buque.”  (Buffon, 1787) 

 

Henry Nottidge Moseley , naturalista del viaje científico de circunnavegación del navío inglés HMS Challenger (1872–1876) realizó interesantes observaciones sobre las aves del archipiélago de Tristán da Cunha, en la isla Inaccesible:

Una bandada de treinta o cuarenta gaviotas rapaces (Stercorarius antarcticus), se peleaban y luchaban por los cuerpos de los pingüinos, cuyas pieles habían sido tomadas en cantidades considerables por nuestros diversos grupos en tierra. El Skúa es una gaviota que ha adquirido un agudo pico curvo, y garras afiladas en las puntas de sus dedos palmeados. Las aves son completamente depredadoras en sus hábitos, recorriendo su territorio en busca de carroña, y reuniéndose en grupos donde haya algo muerto, de la misma manera curiosa que los buitres.”

Roban los huevos y los pichones de los pingüinos cuando tienen la oportunidad, pero su alimento principal aquí parece ser las aves nocturnas, especialmente los priones, a los que arrastran de sus madrigueras o se abalanzan sobre ellas apenas salen de ellas. El lugar estaba sembrado de esqueletos de priones, con la carne arrancada por estas gaviotas, que dejan atrás los huesos y las plumas.” (Moseley, 1879)

 

Es muy amante de los huevos de los pengüines en la época en que éstos se encontraban en las colonias, las gaviotas se congregaban allí tan apuradas como nosotros mismos por obtener huevos. Es curioso ver a estas aves como se mantienen planeando a poca distancia de los pengüines, con los ojos que escudriñan por todos lados. A pesar de esto no es muy fácil apoderarse de los huevos y es tanto más difícil cuanto que la gaviota al aproximarse a un nido se levantan al unísono todos los picos de otros tantos pingüines, para contrarrestar el atrevimiento.” (Valette, 1906)

 

A Jerome Kidder le dio la impresión de que se comportaba como un ave rapaz:

Al principio todos lo tomamos por un halcón; su manera de volar, la vigilancia del suelo sobre el que volaba y el hábito de posarse en lugares que dominaban una vista amplia, todo sugiere esta impresión. Era, de hecho, difícil creer en la evidencia de mis propios sentidos cuando encontré un ave con patas palmeadas que evitaba el agua y se alimentaba únicamente, según mis observaciones, de otras aves.”

Con el fin de resolver la cuestión de si atacan y matan su propia presa cuando está ilesa, el Sr. Stanley y yo desenterramos, con la ayuda del perro, un ave joven bien desarrollada y casi emplumada (supuestamente de Majaqueus [Procellaria] aequinoctialis), tan grande como un ave doméstica ordinaria. Estando cerca un par de escúas observando nuestros pasos, lancé a la joven ave por los aires, de modo que voló una cierta distancia y se posó a unos doscientos metros de nosotros. Una escúa voló inmediatamente hacia él y lo mató de repetidos golpes en la cabeza con el pico; la otra permanecía a cierta distancia, en guardia, como creí al principio, pero, parecía después como temerosa de su compañera; pues, mientras observábamos a la primer escúa comer su presa (casi tan grande como ella misma), la otra se acercó poco a poco, emitiendo breves y quejumbrosos chirridos, pero sin atreverse a participar de la comida. Cuando, después de unos minutos, los ahuyentamos, el petrel había sido desgarrado y sus entrañas parcialmente devoradas. No pude ver que usara las garras para desgarrar a su presa; más bien parece depender de la fuerza de su pico.” (Kidder, 1875)

 

Rupert Vallentin se encontraba a principios de diciembre, visitando una colonia de pingüinos de vincha o gentoo (Pygoscelis papua) en las Malvinas cuando sus pichones eclosionaban. “Las escúas eran como de costumbre abundantes y cuando me acerqué a la colonia, los 'gentoos' se retiraron y las gaviotas atacaron de inmediato a los jóvenes desprotegidos. Dio la casualidad de que en un nido estaba saliendo un pollito y uno de los padres permaneció posiblemente para ver el interesante evento. Me las arreglé para exponer una placa cuando una de las patas del pichón se liberó, y en un momento la cáscara del huevo se partió y el pichón quedó expuesto. Pero sus existencia fue muy breve, porque se abalanzó una escúa, y el polluelo despareció dentro del esófago del ave como si fuera una ostra. Al instante puse mi mirada en el pingüino que ciertamente parecía sorprendido por este proceder, y me pregunté en ese momento cuál de los dos estaba más sorprendido." (Boyson, 1924)

 

Pero, curiosamente, no vió a las escúas atacar a los pichones del albatros ceja negra (Thalassarche melanophris). “Posiblemente haya algo de impalatable en el polluelo de esta especie: ciertamente no es por falta de nutrición, porque siempre están tan gordos cómo es posible, aún en las etapas más tempranas cuando son muy indefensos, y sus padres pueden dejarlos por considerables períodos sin protección”. (Boyson, 1924)

En otra colonia, en las Malvinas, Arthur Cobb “vio venir una escúa, perseguida por un par de ostreros blancos y negros; las gaviotas se levantaron en grupo, riéndose, riéndose y gritando, y se unieron a la persecución, dejando todos sus huevos descubiertos. La escúa los esquivó y voló por todo el sitio hacia un lado y el otro, disfrutando de la diversión, de la misma forma que un futbolista profesional podría correr entre una multitud de niños, aunque una gaviota le pellizcara la cola, y los ostreros le gritaran y la molestaran. Finalmente, con una picada larga, baja e inesperada, se llevó un huevo en el pico.” (Cobb, 1933)

 

El M.[egalestris] antarctica es un animal muy amante de cadáveres (pengüines y focas) alrededor de los cuales se suelen ver grupos animados, con las alas entreabiertas, compartiendo en común el festín.”  Esta actividad carroñera parece que era muy útil a los naturalistas, ya que  “fueron excelentes auxiliares para la preparación de los esqueletos de focas  que coleccioné. Desgrasan muy bien las pieles y cualquiera podrá darse cuenta del gusto que se experimenta al tener esos desinteresados ayudantes, cuando el trabajo hay que efectuarlo a la intemperie y con bastante frío. Pero así mismo tienen que ser vigiladas, porque son capaces de hacer más de lo necesario y agujerear el cuero.”  (Valette, 1906)

 

 

CONFLICTOS CON HUMANOS

En la época de cría las escúas pueden enfrascarse en duras batallas en las zonas de nidificación. A fines de noviembre de 1903 el ornitólogo inglés William Eagle Clarke “observó a dos escúas, presumiblemente machos, peleando ferozmente, mientras un tercero miraba, evidentemente un espectador interesado. Las aves pelearon con picos y garras durante casi una hora, cuando uno de ellos quedó completamente exhausto; y luego el vencedor se fue volando con su pareja, y el vencido fue despedazado sin piedad y devorado por un petrel gigante, que había sido un espectador interesado de la pelea.” (Clarke, 1906)

 

Sobre la falda de algunos cerros donde los musgos son muy espesos, allí excavan las gaviotas, formando el hoyo que les sirve de nido… Durante la extracción de los huevos, estas aves atacan ciegamente y a duras penas puede uno defenderse de los arañones y picotones que llueven sobre la cabeza. Estas gaviotas son muy rateras, pero ellas no admiten ladrones en su propiedad, sin antes combatir y defenderse con heroísmo. Si en un nido hay dos huevos y sólo se les usurpa uno, al volver la gaviota deshace el nido y rompe el huevo restante, retirándose definitivamente a otro paraje.” (Valette, 1906)


Rollo Beck en una de las islas del cabo de Hornos encontró “un nido de escúa con dos huevos próximos a eclosionar. El nido estaba en un lugar alto y abierto, cubierto de pasto, expuesto a las tormentas de granizo que azotaban a intervalos frecuentes día y de noche, pero a las aves, que estaban vestidas con plumaje grueso y denso, no parecía importarles” (Beck, 1918)

 


Gaviota antártica (Megalestris antarctica)

Dibujo de la cabeza y del huevo por  Luciano Honorio Valette (Valette, 1906)





Las escúas defienden agresivamente sus nidos ante la llegada de intrusos, y diversos viajeros coinciden con esto y con su audacia para atacar a los humanos.

"Había numerosos nidos de escúa entre la hierba, en lugares secos. Los nidos de estas aves nunca están juntos. Las aves siempre tienen una amplia gama de terrenos de caza alrededor de su nido. Las escúas en la isla Marion [Archipiélago del Príncipe Eduardo] eran extremadamente audaces y salvajes, como también lo eran en la Tierra de Kerguelen. Cuando uno se acerca al nido, se lanzan en picada, pasando como una ráfaga muy cerca de la cabeza, zumbando en las orejas de la manera más desagradable.”

"Las dos aves de la pareja se turnan para elevarse por encima y, luego descender en picada. Tienen garras y picos afilados, y sin duda lastimarían gravemente la cara o los ojos si los tocaran al pasar. Hay que golpearlos con un palo o el cañón de un arma. Son muy hábiles para evitar el palo cuando pasan volando, pero varios fueron derribados. A veces he tenido que desperdiciar un disparo para deshacerme de ellas. Algunas parejas son mucho más salvajes que otras. Por supuesto, cuando se toca a sus crías, se ponen muy furiosas, y hay que tener un palo mientras se les lleva. Las aves se parecen mucho a los págalos del norte [Stercorarius skua] en sus hábitos.”

Uno de ellos se abalanzó sobre un pato que yo había cazado un día en Kerguelen y que había caído al agua. El ave lo cogió cuando yo estaba a no más de media docena de metros, y se lo llevó en el pico con facilidad.” (Moseley, 1879)

En Malvinas Winthrop Sprague Brooks registró estas observaciones: “Son grandes carroñeras de los despojos de las ovejas carneadas, y su afición por los huevos y pichones con plumón de los pingüinos es bien conocida. Son muy agresivas y a menudo, aun cuando no haya nidos en las cercanías, una o más escúas vuelan en círculos y se abalanzan sobre la cabeza de uno, aunque sólo una vez llegaron a tocármela. Sin embargo, una es suficiente y de allí en más mataré a cualquier ave que se tome la libertad conmigo de esta forma. Uno no puede dejar un espécimen en el suelo sin que una escúa comienza a destrozarlo tan pronto como uno se aleja unos pocos metros.” (Brooks, 1917-1918)

 

Por su parte Vallentin comentaba:

Aunque es un ave muy poderosa, en realidad es una gran cobarde excepto durante la época de cría, cuando atacará ferozmente a un hombre o un perro... Esta ave anida en pequeñas colonias, que están usualmente en las vecindades de la colonia de gaviotas, pingüinos o cormoranes, donde puede obtener siempre una gran provisión de alimento en la forma de huevos y aves lesionadas. Los nidos están disparos, y generalmente ubicados en sitios elevados, de donde las aves pueden elevarse con facilidad en el aire. Estos nidos son construidos fácilmente. Primero hacen una leve depresión rascando el suelo y ésta es tapizada con ovillos de pastos y usualmente ponen allí tres huevos, aunque a menudo sólo hay dos. .. en el instante en que uno aparece cerca de sus nidos, inmediatamente es atacado por estas aves en rápida sucesión. Los perros son mucho más temerosos de ella y una vez, cuando andaba con un pastor, uno de sus perros pareció saber instintivamente que una escúa iba a realizar una picada sobre él, porque se tiró patas arriba, listo para el ataque y así el ave no tuvo oportunidad.”

Una vez, sacando fotos en un día excepcionalmente lindo, estaba caminando hacia unos nidos de escúa mientras varias de ellas repetidamente se lanzaban contra mí. Al no tener mi fusta invertí la cámara, sosteniendo las patas del trípode por encima de mi cabeza. Afortunadamente hice eso, porque unos segundos después una escúa casi se empala en una de las patas del trípode.”

Su método habitual de ataque, cuando uno se acerca a sus colonias, es proyectarse en línea recta hacia los ojos del visitante, hasta que al aproximarse a más o menos 10 metros, el ave se eleva, gira y ataca desde atrás. Siempre hay que cuidarse de estos ataques desde atrás, porque el ave frecuentemente nos alcanza, resultando un fuerte golpe. Un golpe de una de estas aves es un asunto bien serio, y se cuentan muchas anécdotas en estas islas de gente que ha sido derribada y hasta aturdía por una escúa.” (Boyson, 1924)

 

Para Cobb (1933) “reunir ovejas para esquilarlas en un área infestada de escúas no es una broma. Estas aves siempre están con la ilusión (que, por cierto, no siempre es una ilusión) de que todos los hombres y perros que ven están detrás de sus polluelos. Esto los hace graznar de rabia y volar a toda velocidad directamente hacia la cabeza del desafortunado perro u hombre, a la que por lo general fallan por centímetros, pero ocasionalmente golpean. Si la golpean, es más que desagradable, ya que tienen alas excepcionalmente fuertes y son capaces de hacer que uno vea las estrellas a la luz del día con sus tremendos mamporros en la nuca.”

Algunos hombres han sido derribados por ellas y los perros quedan tan aterrorizados que se refugian bajo las patas de un caballo amistoso, sabiendo que es el punto más alto el que será golpeado. Se niegan a continuar con su trabajo de reunir las ovejas, lo que en sí mismo es un inconveniente y el comienzo de más problemas para la familia escúa.”

A veces el aire está tan lleno de estas aves que la única forma de avanzar es atar un cuchillo a un palo y sostenerlo por encima de la cabeza. No hay un segundo ataque de una escúa que da contra el cuchillo.”

El juego favorito de una pareja de escúas es atacarte por adelante y por atrás simultáneamente. Comenzando un ataque salvaje, casi sincronizado con el de la madre, el padre hará todo lo posible para arrancarte el cuero cabelludo desde el frente, mientras que su media naranja intenta ponerte los pelos de punta, desde atrás, lo cual es un juego espeluznante en más de un sentido, si logran quitarte el sombrero.”

 

 

Stercoraire cataracte (Lestris catarractes)

Dibujo de Pierre Oudart (Freycinet, 1824b.)





UN PIRATA EN CASA

El ornitólogo Walter Lawry Buller mantuvo una escúa viva en su casa de Nueva Zelanda durante varios años. Es interesante su relato de la vida de esta ave, especialmente para mostrar la voracidad de esta especie.

Es aún habitante de mi jardín, donde, después de mucha persecución preliminar, ahora tolera la compañía de una joven gaviota (Larus dominicanus). La historia de esta ave es algo notable. Hace aproximadamente un año y medio, fue capturada en algún lugar de las cercanías de Kapiti y pasó a manos del Excelentísimo Wi Parata, que lo mantuvo en su marae hasta que se volvió bastante mansa. Al estar herida en el ala, no pudo volar, pero después de escapar, viajó unas diez millas costa arriba y fue recapturada por algunos nativos en Otaki. Permaneció allí unos tres meses y luego emprendió un nuevo viaje hacia el norte. Su siguiente etapa fue Horowhenua, donde fue capturada y llevada tierra adentro a la granja de Hector McDonald. Aquí se convirtió en una habitante del corral y pareció reconciliarse por completo con su nuevo modo de vida. Fraternizaba con los perros y las aves de corral, compartiendo su comida y devorando de vez en cuando una gallina. Pero un día, después de una pelea con un pavo rival, en la que pareció salir segunda, viajó a la costa, a una distancia de unas cuatro millas, y luego volvió a dirigirse hacia el norte. Una semana o dos más tarde se encontraba cerca de la desembocadura del río Manawatu y fue llevada tierra adentro a Foxton. Conmemoró su llegada tragándose unos patitos y gallinas. Luego le fue entregada a un colono 'en el monte', donde mató y devoró una gallina bien desarrollada. Llegué justo a tiempo para evitar que fuera sacrificada a la ira de la buena ama de casa. De allí fue deportada en autocar a Wellington, escapando por las arenas de Manawatu, en el camino, y deteniendo el correo de Su Majestad mientras era recapturada.”

Después de mantener al ave enjaulada durante unos días, la solté en el jardín, donde ha permanecido durante más de seis meses sin ningún intento de escapar. Bautizada como 'Peter' por los niños, se ha vuelto bastante mansa y familiar, respondiendo a su nombre y tomando comida de la mano. Ha escogido un lugar soleado en un terreno alto, como mirador durante el día y como lugar para dormir por la noche. Deambula libremente por el lugar, en busca de gusanos y larvas, y durante el calor del día busca la sombra de algún arbusto tupido. Es casi omnívora, pero da preferencia al pescado y la carne. Cuando se le ofrece un pájaro muerto, sale corriendo con él en el pico, luego, sujetándolo con los pies, le arranca las plumas y devora la carne. Al arrojarle un Anteojitos dorsigrís (Zosterops lateralis), lo engulló con plumas y todo. En otra ocasión le entregué el cuerpo de un Prión pico corto (Pachyptila turtur). Se lo llevó con el pico, le arrancó las plumas en un espacio de tiempo increíblemente corto, aplastó los huesos de las alas con su poderoso pico y luego se lo tragó todo, con las extremidades de las alas sobresaliendo de su boca hasta que el ave descendió dentro del buche de la escúa. Su capacidad para tragar pescado es algo asombroso, su buche se distiende mucho. Tiene el poder de regurgitar su comida, y algunas veces arrojará de su garganta un hueso de tamaño sorprendente, la maravilla es cómo se las arregló para tragarlo.”

Aunque habitualmente no es un ave nocturna, a veces se excita mucho después del anochecer, correteando por el jardín con las alas extendidas y emitiendo un peculiar grito como si estuviera sofocada. Otras veces emite a intervalos una nota como el canto de un faisán. Durante el día, Peter no hace ruido, excepto cuando pelea con la gaviota o disputa la posesión de un hueso con el perro, cuando emite una nota breve y malhumorada, repetida rápidamente. Su primer encuentro con una cacatúa domesticada en el jardín fue bastante ridículo. Primero desempeñó el papel de agresora, pero en el momento en que su oponente levantó su cresta, Peter se acobardó y salió corriendo. Después de esto, establecieron relaciones amistosas entre sí, a menudo tomando el sol juntas y bebiendo de la misma fuente.”

Al registro completo de su vida que antecede, no tengo nada que agregar, excepto un aviso sobre su muerte, un año después, la que pareció ser el resultado de la vejez. Mi esposa me comunicó su obituario en los siguientes términos: «Como un ave sensata, primero tomó un buen desayuno, luego se bañó, y luego se acostó en un lugar cómodo en el césped y murió tranquilamente». (Buller, 1888)

 

 

 

LOS CURIOSOS NOMBRES DE LA ESCÚA

El nombre común escúa es la castellanización de skua, nombre que recibe entre los marinos ingleses, a veces como skua-gull (gaviota escúa) y que proviene del feroés skügver o skúgvur, que a su vez podría estar relacionado con el nórdico antiguo skūfa, empujar, quizás por el comportamiento del ave de acosar a otras aves marinas. El término aparece ya en el siglo XII, p.ej. en el poema Eysteinsdrápa, de Einarr Skúlason, como hræskúfs (escúa carroñera) lo que revela que ya se conocían bien las costumbres del ave.

Skua hoieri – (Clusius, 1605)

El médico Henrik Hoier envió en 1604 un ejemplar de la escúa del hemisferio norte capturado en las islas Feroe a su colega flamenco Carolus Clusius que al año siguiente, publicó una descripción  y un dibujo con el nombre Skua Hoieri y de allí parecen haberlo tomado los autores ingleses como Francis Willughby.

Los pescadores germanos llaman a estas aves stund-jaeger, los franceses chasse-fiente y los ingleses dunghunter , en todos los casos con el significado de “caza estiércol”, a partir de lo cual Brisson creó el nombre genérico Stercorarius, es decir estercolero.

Otros nombres ingleses son teaser (burlón), boatswain (contramaestre) y bonxie (en Shetland).

Los marinos franceses también la conocían como cordonnier (zapatero) “sin que uno pueda entrever la razón de esta denominación,” como dice Buffon.

En las islas Malvinas es sea-hen (gallina de mar).

Los pescadores suecos le dicen labb y los de la isla de Saint Paul (Océano Índico) lo conocen como poule-mauve (pollo malva).

En maorí es karoro.

 

 

 

 

LA TRÁGICA VIDA FAMILIAR DE MONSIEUR LESSON

 

Retrato de René-Primevère Lesson.

Óleo sobre tela, 1829,  por Louis Charles Arsenne. -Musée Hèbre de Saint-Clément. Musée d'Art et d'Histoire de Rochefort-sur-Mer. Wikipedia.


 

Uno de los protagonistas de esta historia, René Lesson, nació un 20 de marzo de 1794 en Rochefort, Francia. Ese día se iniciaba la primavera en el Hemisferio Norte  y el empleado del registro civil donde fue registrado el bebé, creyó oportuno agregarle el nombre Primevère. Miembro de una familia de recursos limitados, de modo que estudió sólo hasta tercer grado en su ciudad natal, y recién mucho más tarde logró completó el bachillerato en letras en 1822 en Paris. Según se dice gracias a su tesón, sus ganas de aprender y su extraordinaria memoria. Como vivió sus primeros años en el campo, René tuvo facilidad para relacionarse con el mundo natural. A los 10 años ya había formado un  herbario y una colección de mariposas. Dos años más tarde elaboró una clasificación de los árboles nativos y poco después reunía una colección de aves de la región.

 

Pero necesitado de una carrera para ganarse el sustento, a los 16 años ingresó a la Escuela de Medicina Naval de Rochefort y al año siguiente ya andaba a bordo de naves de guerra francesa, peleando contra los ingleses. En una de esas acciones, a bordo del Regulus, el navío fue incendiado para no entregarlo al enemigo y René a duras penas salvó su vida alcanzando la costa.

 


Hospital Naval de Rochefort, en cuya Escuela de Medicina estudió Lesson. 

Dibujo de Chabot, 1812. Médiathèque Michel-Crépeau. Wikipedia.  





Tras la caída del imperio napoleónico vino una reducción de personal en la marina y René tuvo que dedicarse a la actividad civil.  Se diplomó como oficial de salud civil y fue nombrado jardinero botánico titular del Jardín Botánico de Rochefort. Realizó estudios agronómicos sobre el formio y el café y preparó la Flore Rochefortine.

 

Reintegrado a la marina, ganó el puesto de farmacéutico de 3ª clase y en 1822,  como vimos, integró el viaje de exploración de la Coquille, proyectado para completar otro anterior realizado por la Uranie. Durante el viaje, el capitán Duperrey  tuvo frecuentes choques con su segundo, Dumont d’Urville, quien se reservó para sí el estudio de la botánica y la entomología, dejando las aves y mamíferos a cargo de Prosper Garnot y el resto de los animales a Lesson, quien quedó muy disconforme con ese reparto. Como farmacéutico de 2ª, también tenía funciones de médico de a bordo y, tras un viaje de tres años, logró volver a Francia sin bajas en la tripulación.  Además colectó y dibujó centenares de mamíferos, aves, peces e invertebrados de Polinesia,  Melanesia, Australia y Nueva Guinea. Precisamente en esta isla, fue el primer naturalista en ver un ave del paraíso viva, desmitificando la creencia de que no tenían patas.

De vuelta en Francia, sus aportes zoológicos impresionaron al mismísimo George Cuvier,  quien ironizó: “¿Qué quieres que hagamos con este montón de objetos? ¿Crees que podemos rehacer los libros de historia natural todos los años?”  Lesson recibió la cruz de la Legión de Honor y fue ascendido a farmacéutico de 1ª clase. Se estableció en Paris (1826-1839) para redactar el informe zoológico del viaje, así como numerosos otros trabajos, por ejemplo Manuel d'Ornithologie, Traité d'Ornithologie, Centurie Zoologique, Illustrations de zoologie  y Complément aux œuvres de Buffon, donde continuaba la obra de ese famoso naturalista. También produjo monografías sobre picaflores y aves del paraíso y libros de medicina como el muy famoso Manuel d'Histoire Naturelle Médicale, et de Pharmacographie.

 

En 1829 regresó a Rochefort para ocupar la cátedra de botánica en la Escuela de Medicina Naval y en 1835 fue designado primer jefe farmacéutico naval. Entre 1837 a 1847 participó de la vida política de su ciudad natal siendo elegido como como concejal municipal de Rochefort. También se dedicó a la arqueología local y hasta su muerte continuó publicando trabajos sobre su pasión, la historia natural.




 

El zoólogo viajero René Primevère Lesson. 


Grabado de Ambroise Tardieu. Bibliothèque nationale de France, 

département Société de Géographie, SG PORTRAIT-2785



Lo irregular de su formación atentó contra la calidad de sus trabajos botánicos, sin embargo se destacó como ornitólogo y taxidermista. Su obra le valió el reconocimiento de sus pares y fue designado miembro  correspondiente de la Academia Nacional de Medicina, de la Academia Nacional de Ciencias y de la Academia de Letras, Ciencias y Artes de La Rochelle.

 

En 1818  René se casó con Jeanne-Zoé Massiou, quien murió de parto al año siguiente al nacer su hija Cécile Estelle Atala (1819-1845), a quien le dedicó la Palomita Moteada (Metriopelia ceciliae) y que como su madre también murió al dar a luz. Volvió a casarse en 1827 con Marie-Clémence, hija del ornitólogo Charles Henri Frédéric Dumont de Sainte-Croix, y tuvieron una hija, Anais, que falleció a los once años de edad y a ella le dedicó el ave Minah Dorado (Mino anais). Su segunda esposa murió de cólera en 1834. Los infortunios sufridos en su vida privada lo llevaron a tener un carácter retraído y a ejercer una crítica ácida sobre sus colegas. René Primevère falleció en Rochefort el 28 de abril de 1849. Sin hijas que lo sobrevivieran, donó sus bienes a su madre y a su hermano menor, el botánico Pierre-Alphonse, que recibió su magnífica biblioteca y su colección de caracoles. Pierre-Alphonse fue el naturalista de un nuevo viaje de exploración (1826-1829) dirigido por Dumont D’Urville en el mismo navío Coquille rebautizado como Astrolabe.

 

 

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