"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


domingo, 30 de mayo de 2021

EL JACAPA O FUEGUERO OSCURO (Ramphocelus carbo) Y LAS TRAVESURAS DE PAULINE

 

“El toche canta en los mangos

Y la mirla en los guayabos,

Y tu me miras de lado

Como miran los venados”

 

Copla popular colombiana

 

Dibujo de  Pauline de Courcelles (Desmarest, 1805)

 

Hojeábamos asombrados con mis compañeras de biblioteca la magnífica obra de Anselme Gaétan Desmarest “Histoire naturelle des Tangaras, des Manakins et des Todiers”, un volumen de impresionante tamaño folio (50x35 cm) con grandes láminas coloreadas a mano. Es a todas luces una verdadera obra de arte de la literatura sobre historia natural. La belleza de estas aves se ve fielmente retratada en las láminas a color y me pregunté quién sería la hábil dibujante que firmaba las láminas como Pauline Decourcelles. La obra fue “publicada en 12 fascículos, siendo 1805 la fecha del primero. Las láminas, de Mme. de Courcelles (a quien más tarde Temminck conoció muy bien como madame Knip), son muy finas; el texto de Desmarest no es especialmente digno de mención. El trabajo, sin embargo, es clásico" (Coues, 1879). Madame Pauline de Courcelles (o Decourcelles) no solamente dibujó y pintó las láminas sino que, con gran dedicación, las retocó personalmente en cada ejemplar. Fue ésta la primera monografía sobre aves editada en Francia.

Me llamó especialmente la atención la lámina que representa al Ramphocèle Bec d’Argent, pájaro que actualmente se conoce como Ramphocelus carbo, porque hace unos años había tenido oportunidad de verlo en la zona amazónica de Ecuador. Si bien no es de los fruteros más coloridos,  sus intensos tonos negro y carmín con una pátina aterciopelada le dan un bello aspecto sobre el que se destaca el “espejito” blanco de la base del pico. La lámina en cuestión, como indica el título, es una de las “figuras impresas en color, según los dibujos de Mademoiselle  Pauline de Courcelles, alumna de Barraband.”  Este dato me llevó a investigar quien era la tal Pauline, responsable de tan bello trabajo. Y el resultado, como se verá, fue por demás curioso e interesante. Pero antes demos la palabra a los naturalistas que nos cuentan algo sobre el ave.

 

 

EL JACAPA

 

El jacapa, fueguero oscuro, toche o  pico de plata (así llamado por el mencionado “espejito”) fue descripto por George Marcgrave hacia 1640 en Brasil con el nombre de Jacapu. Hoy en día en la región amazónica de Brasil se lo conoce como jacapa. Un nombre al parecer tomado de los aborígenes tembés, que le llamaban jakapim. Sin embargo Pelzeln (1870) creía que el naturalista germano se estaba refiriendo en realidad a otro frutero, el tiê-caburé (Compsothraupis loricata). 

 

Así lo describió (Marcgrave & Piso, 1648):

“Ave del tamaño de una alondra, cola amplia, alas más cortas, patas cortas y negras, uñas agudas en los cuatro dedos; pico algo curvo y negro, de medio dedo de largo [9 mm]. Todo el cuerpo vestido de plumas negras resplandecientes; desde abajo la garganta, sin embargo, esas negruras están mezcladas con manchas del color del cinabrio.”

 

The red-breasted blackbird
Dibujo de George Edwards (1760)

 

Un siglo después, desde las Guayanas, Charles Sonini de Manoncourt, colaborador de Buffon, trajo a éste algunas informaciones sobre la conducta de estos pájaros (Buffon, 1770-1785): “El Pico de Plata es el más común de todos los tangarás en la isla de Cayena  y en Guyana (...)  Se alimenta de frutos pequeños, también pica plátanos, guayabas y otros frutos grandes y tiernos cuando están maduros y no come insectos. Estas aves frecuentan los lugares descubiertos y no huyen de las inmediaciones de las viviendas; los vemos incluso en los jardines; esto no impide que sean bastante comunes en lugares deshabitados e incluso en claros de bosques, porque en los más espesos, cuando los vientos han derribado varios árboles, y el sol puede iluminar a estos caídos y limpiar el suelo, no dejan de encontrarse los Picos de  Plata que, sin embargo, no van en bandadas, sino siempre en parejas.”

“Su nido es un cilindro algo curvado que amarran entre las ramas horizontalmente, la abertura en la parte inferior, de modo que no importa por donde venga la lluvia, no pueda ingresar; este nido mide más 16 cm de largo y 12 cm de ancho; está hecho de paja y hojas secas de heliconia, y el fondo del nido está bien revestido internamente con trozos más grandes de las mismas hojas. Es en los árboles bajos donde el pájaro fija este nido; la hembra pone dos huevos elípticos, blancos y cubiertos en el extremo mayor con pequeñas manchas de color rojo claro que se pierden al acercarse al otro extremo.”

Sin embargo el nido que describe no parece ser del jacapa ya que éste hace un nido abierto en forma de copa y los huevos son de fondo celeste o verdoso.

 

Marone Tanager (Ramphiopis atro-coccineus)
Dibujo de William Swainson (1841) 

 

El frutero negro lleva el apropiado nombre específico carbo (= carbón) que le otorgó Peter Simon Pallas, un conocido zoólogo del siglo XVIII. Veamos cómo llegó el ave a manos del mismo. A mediados de dicho siglo proliferaban en Europa los gabinetes de curiosidades, precursores de los actuales museos de historia natural. En La Haya (Holanda), Adriaan Vroeg era un importante coleccionista que poseía una rica colección de aves taxidermizadas que decidió poner a la venta en 1764. Para confeccionar el catálogo correspondiente era necesario identificar las especies con exactitud para lo cual recurrió a un colega, Arnout Vosmaer, que como él trabajaba en el gabinete de historia natural “Stadholder Willem V”. Vosmaer disponía de la obra de Linneo pero, encontrando dificultad con algunos nombres, recurrió a Pallas, quien completó la identificación y nominó las especies que no figuraban en el Systema Naturae de Linneo. Entre ellas estaba una pareja de ejemplares de nuestro fueguero, provenientes de Sudamérica, a los que denominó Lanius carbo. Dos años después Linneo ajusto la clasificación ya que el ave no pertenecía evidentemente a la familia de los alcaudones (Laniidae), que son paseriformes eminentemente carnívoros,  sino a la de los fruteros (Thraupidae) que en esa época se agrupaban bajo el género Tanagra, así su nombre quedó como Tanagra atra (= negra). Pero el nombre carbo regresó debido a la regla de prioridad y, en la obra mencionada, Desmarest (1805) creó el género  Ramphocelus, nombre que en griego significa pico manchado (ramphos= pico, kelis= mancha) y se refiere al “espejito” del que dice el autor: “Esta placa está recubierta de una película delgada que le da un aspecto plateado bastante brillante, sobre todo en el ave viva”.

 

Bec d’Argent o Tangará pourpré de Cayenne
Dibujo de François Nicolas Martinet (Daubenton, 1765-1783)

 

 

Por su parte, Buffon (1770-1785) explicaba así el origen del nombre pico de plata: “Nuestros colonos de Cayena le dieron a esta ave el nombre de bec d’argent [= pico de plata],  que adoptamos, porque expresa un carácter específico bien marcado, y que consiste en que las bases redondeadas de la mandíbula inferior del pico se extienden hasta debajo de los ojos, y forman a cada lado una placa gruesa que, cuando el pájaro está vivo, parece ser de la más brillante plata.”

 

En la Guayana Británica, Schomburgk (1840-1844) registraba otros nombres autóctonos: “Lo encontré con mayor frecuencia en la costa en bosques dispersos y en plantaciones, donde es una de las aves más comunes. Siempre se ve en parejas. Los macusis lo llaman Ipitikaha, y los warraus, Porokeda.”

 


Pipira de papo vermelho (Ramphocelus jacapa)
Dibujo de Emilio Augusto Goeldi (1900-1906).

 

 

En Pará (Brasil) es “común en todos los jardines y lugares abiertos cubiertos de Solanum (como los cruces de caminos) alrededor de Pará. Se alimenta de semillas y bayas; se reproduce, creo, alrededor de junio y julio, de acuerdo con las aves juveniles observadas. Su nombre nativo es Pipilli, de su voz. Es la más común de todas nuestras aves, y la mayoría de las veces cae víctima de la escopeta, siendo disparada por error por otras especies.” (Layard, 1873). Otro nombre local en esa zona es pipira según registró Goeldi (1897). María Snethlage (1907) coincide en que era el ave más común en Pará y sus alrededores. “Estos pájaros parecen criar con frecuencia. Al menos he observado a adultos mayores con sus crías a intervalos cortos durante mi estadía aquí de casi un año. Encontré un nido solo una vez en la hoja de una palmera moriche joven a un metro sobre el suelo. Posteriormente fue abandonado por los pájaros.”

El viajero del Amazonas, William Bates (1873), lo veía frecuentar los frutales y otros árboles de los jardines, los machos con su bello color púrpura y negro aterciopelado. Lo consideraba casi tan común como los gorriones lo eran Europa. “Son igualmente animados, inquietos, audaces y cautelosos; sus notas son muy similares, chirriantes e inarmónicas, y parece que les gusta casi tanto la vecindad del hombre. Sin embargo, no construyen sus nidos en casas.”

Otro viajero amazónico comparó su conducta con la del petirrojo europeo: “posado en los naranjos debajo de las ventanas, y revoloteando constantemente entre las ramas, emitiendo sus pocas notas, que, aunque agradables, difícilmente puedan llamarse una canción (…) Su nido está cuidadosamente construido con hojas y zarcillos de enredaderas, y los huevos suelen ser de tres y cuatro, de un color azul claro y muy marcados en el extremo más grande con manchas marrones.” (Edwards, 1861)

 

Ramphocelus jacapa 

Dibujo de Jean Théodore Descourtilz (1854-1856) 

 

 

Descourtilz (1854-1856) señalaba que en el estado de Goyaz también es muy frecuente verlo: “Vive allí en parejas, que no se separan, y a las que se unen las crías cuando son jóvenes. La pequeña familia vive, así reunida, hasta después de la primera o incluso la segunda muda. Este pájaro es desconfiado y siempre está en movimiento; salta de rama en rama, y ​​en todo momento emite una especie de llamada, un canto ronco y desagradable.

 

En Perú habla de ella el naturalista polaco Jan Stolzman: “Pájaro vivaz y animado como las otras especies del género. Se encuentra principalmente en los lugares descubiertos, así como en las plantaciones y en la orilla de los ríos, sin penetrar jamás en lo profundo de la selva. Generalmente se la ve en parejas o pequeñas bandadas compuestas de algunos individuos. Anida en la estación de las lluvias, después de enero y hasta marzo. Los habitantes del país lo denominan guanchaco, nombre aplicado en Cutervo al Trupialis militaris [Leistes militaris].” (Taczanowski, 1884-1886)

 

En Ecuador los jíbaros le daban el nombre de chauga. “Las hembras de esta especie eran bastante numerosas en Archidona y los machos sólo en el Coca, río abajo. Frecuenta árboles frutales en los claros de los indígenas. Los machos jóvenes se pueden distinguir de las hembras por ser más rojos y por tener un poco de blanco en la punta de las plumas de la cola. Estaban en plena muda en el Coca en mayo.” (Goodfellow, 1901)

 





Le jacapa
Dibujo de Jean Gabriel Prêtre (Cuvier, 1816-1830). Bibliothèque Nationale de France 



 

EL ENGAÑO

 

Tras la publicación de Desmarest, Pauline se dedicó a dibujar palomas a partir de los ejemplares taxidermizados en el Museo de Historia Natural  y no está claro si ella buscó un especialista para escribir los textos o si fue el zoólogo neerlandés Coenraad Jacob Temminck quien buscó una dibujante. Lo cierto es que ambos se enfrascaron en un proyecto consistente en publicar las descripciones y láminas de palomas y gallináceas, en tres volúmenes, siendo los textos de Temminck y las láminas, de Pauline. El primer volumen sobre las palomas constaría de quince fascículos y estaría dedicado a Louis Napoleón, rey de Holanda.  La publicación comenzó en 1810 y avanzó hasta el fascículo 13. A partir de entonces Pauline realizó un truco mediante el cual quedó como principal autora de la obra. He aquí el relato del propio Temminck (1815):

 

"La obra que ofrezco al público en el formato actual, estaba destinada a aparecer en formato folio acompañada de láminas de colores. El primer volumen de esta edición en gran formato, que contiene la Monographie des Pigeons, apareció en París en el año 1808 y se completó en 1811; encomendé la dirección a la señorita Pauline de Courcelles, actualmente señora Knip, pintora de historia natural, muy hábil, y todas cuyas obras en este género atestiguan su  distinguido talento. Esta dama fue encargada de supervisar el grabado de las planchas; los dibujos habían sido realizados por ella a partir de las especies de palomas que se encontraban en el Museo de París, en número de cuarenta y siete individuos, así como cuarenta dibujos que copió de los que yo había hecho hacer ante mis ojos a Monsieur [Jean Gabriel] Prêtre,  quien, con este propósito, había venido a pasar unos meses en Holanda."

"El primer número apareció en 1808 acompañado del título que lleva esta edición; la señora Knip, entonces señorita  de Courcelles, fue nominada allí, por derecho, por la parte que tenía en el proyecto, y en los siguientes términos: "Con figuras pintadas en color por la señorita Pauline de Courcelles, grabadas, impresas  y retocadas bajo su dirección."

 

 

El título era “Histoire Naturelle des Pigeons” y la página titular indicaba que el autor era Temminck, dándole el crédito de las láminas a Pauline, quien supervisó la edición en Paris dado que, mientras se preparaba la publicación, Temminck residía en Holanda. Sin embargo, en el décimo tercer fascículo (1811)  “Madame Knipp realizó un acto de delicadeza verdaderamente femenina, mediante el cual le robó a Temminck” (Coues, 1879).

 

“La obra no estaba aún terminada aún, cuando la señora Knip, abusando de mi indulgencia y desagradecida ante el desinterés que yo había mostrado a su favor, consideró bueno cambiar el título, sustituyéndolo por uno nuevo donde se designaba autora; suprimió 40 páginas impresas del texto, que podrían haber servido de prueba contra el presunto autor, e hizo correr la misma suerte al índice latino, que formaba 16 páginas impresas a dos columnas.” (Temminck,1815)

 

Pauline se atribuyó la autoría de la obra, seguramente descontenta por no haber sido presentada como co-autora de la misma,  invirtiendo así los términos del título original y alterando incluso, a manera de burla, la grafía del nombre de Temminck que figura como Themminck. Como señalaba éste, al encuadernarse la obra Pauline ordenó además reemplazar el “Discours sur le Pigeons” (Discurso sobre las Palomas) original del zoólogo holandés por una versión abreviada, además suprimió  la Introducción y el índice, a fin de disimular los cambios.

 

“Esta obra así mutilada fue obsequiada a S.M. la Emperatriz y Reina Marie Louise, y le sirvió para obtener recompensas que la ambición de la señora Knip había codiciado durante mucho tiempo. Sin embargo, para dejarme ignorante, a una distancia de cien leguas, de todos los detalles de esta arbitraria acción, la señora Knip tuvo la previsión de enviarme sólo copias completas, con el título del año 1808 y a las que no se había eliminado nada del texto ni del índice." (Temminck,1815)

 

La recompensa obtenida de la emperatriz, además del título de “Primera Pintora de Historia Natural de S.M. la Emperatriz y Reina Maríe Louise”,  incluyó la suma de 5760 francos, aparentemente por la compra de diez copias de la obra, y un departamento y atelier en la rue de Sorbonne.

 

Edificio donde vivió Pauline hacia 1808
en la Rue Censier St. Victor Nº2 (1) 

 



Sigue Temminck:

"Según nuestras condiciones, me reservé como autor, sólo ocho copias de la obra: estas y otras cuatro que serán reconocidas por el título, que lleva la fecha del año 1808 y el índice latino que las completa,  son las únicas aprobadas por mí."

"Un viaje que hice en ese momento a París para publicar allí los dos volúmenes de la historia natural de las gallináceas, que estaban destinados a continuar al de las palomas, me hizo descubrir los artificios de esta dama. Todos los medios utilizados para apelar contra un acto tan arbitrario fueron ineficaces, y mi voz no pudo alzarse contra la intriga apoyada por poderosos protectores; los periodistas se negaron a poner mis quejas en sus hojas; incluso la respuesta al artículo que la nueva autora había publicado en esos periódicos, me fue prohibida."

 

Pauline reconoció finalmente el hecho, pero siendo muy amiga de la emperatriz Marie Louise de Austria, esposa de Napoleón Bonaparte, el holandés no se atrevió a acusarla de piratería. Más tarde las láminas originales fueron compradas por el rey Luis XVIII para la Biblioteca del Louvre, pero seguramente se quemaron en el incendio que sufrió el museo en 1871. En 1807 antes de su publicación habían sido presentadas para su aprobación, no se sabe si por pedido de Temminck,  a Bernard de Lacépède y a Georges  Cuvier quien opinó que “el arte de hacer estas planchas se ha hecho tan perfecto, que es difícil creer que pueda jamás ir más lejos, en cuanto a la veracidad y magnificencia.”

 

Caloenas nicobarica. La paloma de Nicobar. 

Una muestra de la maestría del pincel de Pauline

(Knip, 1838-1843)

 

 

La obra que, como vimos, iba a incluir a las palomas y gallináceas en tres volúmenes con dibujos de Pauline y de Prêtre, quedó interrumpida a causa de este conflicto. Recién entre 1813 y 1815 Temminck publicó finalmente una versión completa en tres tomos aunque ya sin las láminas de Pauline. Al final del tercer tomo Temminck no se privó de agregar una nota denunciando el accionar de la pintora, de la que tomamos los párrafos de más arriba.

Por su parte Pauline publicó un segundo tomo de “Les Pigeons” con textos de Florent Prévost, naturalista del Museo de Historia Natural de Paris. Recién en esta obra vemos las láminas firmadas como “Pauline De Courcelles Fem Knip”, ya que en las ediciones anteriores las láminas llevan firma. La acción de la pintora produjo incluso problemas con la taxonomía, dado que se describían nuevas especies indudablemente atribuidas a Temminck, y fue necesario determinar la forma de citarlas dada las diferentes versiones de la obra que han quedado en los diferentes museos.

 

Es difícil a tantos años de distancia juzgar la conducta de Pauline. Si tenemos en cuenta la situación de la mujer en esa época, es quizás justificable que recurriera a ese ardid para hacer valer su trabajo. En esos años la labor de los artistas que trabajaban en estas obras muchas veces no era reconocida adecuadamente en los títulos ni en los prólogos, donde pocas veces eran nombrados, y con más razón tratándose de mujeres (ver nuestra entrada EL PATAGÓN (Ochethorhynchus phoenicurus) Y ELIZABETH COXEN, LA TALENTOSA ESPOSA DE JOHN GOULD). Además desconocemos si la idea de la publicación de “Las palomas” había sido originalmente de Pauline quien luego sumó Temminck para escribir los textos con lo cual parecería tener derecho a una co-autoría, o fue al revés. Finalmente, hacia 1842 parecería que las heridas se habían cicatrizado y ambos autores habían llegado a un acuerdo pues Temminck propuso una visita a París aportando aves de su colección para que ella las pintara y agregara a su obra con Prévost.

 

 

LA TRANQUILA VIDA DE PAULINE

 


Pauline de Courcelles Knip – Retrato a lápiz hecho por su esposo Josephus Knip.
El retrato original era de cuerpo entero y mostraba su cuerpo gestante
.
Se conserva en la Bibliothèque Nationale de France (Laruelle, 1885-1886)

 

Antoinette Pauline Jacqueline Rifer de Courcelles nació en Paris en 1781.  Tuvo una buena educación y además de sus clases de danzas y de música, comenzó a tomar lecciones con Jacques Barraband, un famoso pintor de temas de historia natural especialmente dedicado a dibujar aves tropicales, quien a pesar de utilizar como modelos animales taxidermizados lograba darles un aspecto vital y una gran exactitud en sus formas  y colores.  Barraband apreció el talento de Pauline y la animó a igualarlo en la pintura de aves.

En 1805, habiendo reunido 72 láminas de aves exóticas se asoció como vimos con el joven Desmarest con quien publicó la obra sobre los tangarás, manakins y todies. El resultado exitoso obtenido con dicha publicación le permitió mantenerse desde entonces a sí misma y a su madre, empobrecida por tres matrimonios complicados. Su fama como ilustradora se acrecentó al presentar sus acuarelas y dibujos a lápiz en los salones del Museo Napoleón de París en los años 1808, 1810, 1812 y 1814. En el de 1810 obtuvo la medalla de oro en el de 1810, con una composición muy alabada de una gallina con sus pollitos. Sin embargo la obra no se vendió y Pauline la regaló a un amigo, volviendo a sus pinturas científicas para ganarse la vida. Probablemente en esa oportunidad fue presentada a la segunda esposa de Napoleón, la emperatriz Marie Louise, a quien con el afán de promocionarse regaló, como dijimos, la obra sobre las palomas.


 

Gallina con pollitos 

Dibujo de Pauline de Courcelles (Laruelle, 1885-1886)

 

 

En el estudio de Barraband conoció a Joseph Augustus  Knip, un pintor neerlandés de flores y paisajes, discípulo del pintor de flores Gerard van Spaendonk. En 1808, gracias a la mediación de Barraband, el robusto Joseph y la menuda Pauline se casaron y ella tomó el nombre de Pauline Knip. El matrimonio fue desastroso, la delicada y tranquila Pauline se vio alterada por su brusco y ruidoso marido, que se despertaba al alba cuando ella dormía tras haber trabajado hasta tarde en la noche. Pauline quedó embarazada y durante un tiempo su marido le tuvo cierta consideración y hasta le hizo un retrato al lápiz, el único que tenemos de ella. Lamentablemente el niño murió pequeño, y para librarse de su marido le consiguió una pensión para viajar a pintar paisajes en Italia. Finalmente, en 1824, el matrimonio se divorció y ella pasó a firmar sus obras como 'Pauline De Courcelles esposa de Knip’.

Aunque algunas fuentes la hacen madre de la hija de Knip, Henriette, nacida en  Amsterdam en 1821, ya para esa época la pareja estaba separada de hecho, y la verdadera madre sería la amante de Knip, Cornelia van Leeuwen.  Henriette Knip recibió lecciones de su padre y más tarde adquirió fama como pintora de animales domésticos, principalmente perros y gatos.

 

Vaso decorado por Pauline de Courcelles con un ave africana 

Manufactura de Porcelana de Sèvres, 1822. 

Hillwood Estate Museum & Gardens, Washington. Fotografía de Edward Owen.  

https://www.facebook.com/HillwoodMuseum/photos/alexandre-brongniart-director-of-s%C3%A8vres-porcelain-manufactory-called-upon-madame/10157717303835847/

 

 

Pauline trabajaba sobre vitela y papel, con acuarela y gouache, pero realizó también diseños de aves sobre porcelanas para la famosa Manufacture Nationale de Sèvres, entre 1817 y 1826. Todas las piezas fueron adquiridas por la Casa Real, ya que solamente allí se podían pagar los precios exorbitantes que tenían. En algunos casos también dibujó las plantas de las que las aves se alimentaban.  Su obra cumbre allí fue un servicio de mesa conocido como “Aves de América del Sur”, el cual fue obsequiado por el rey Carlos X a su prima y esposa, María Teresa Carlota, hija de Luis XVI y María Antonieta. Extrañamente ^Pauline nunca tuvo la curiosidad de visitar Sêvres y recibía las piezas a decorar por correo y una vez terminadas las enviaba de vuelta a la fábrica. Incluso se dice que en su vida salió de Paris una sola vez para ir apenas hasta la vecina Versalles.

 

Platos de postre pertenecientes al juego “Servicio de aves de América del Sur”
pintado por Pauline de Courcelles.
Representa a la derecha un bailarín azul (Chiroxiphia caudata)
y a la izquierda una hembra de tangará (Euphonia sp.)


https://www.uppsalaauktion.se/en/auctions/?auction_name=20140610&catalog_nr=373&type=filter&
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Al parecer llevaba una vida muy tranquila y retraída, casi monacal. Trabajaba en sus dibujos de aves hasta 14 horas por día, incluso de noche a la luz de la lámpara. Ya anciana seguía retocando obras durante 7 a 8 horas diarias. Tenía algunas curiosas manías como envolver los timbres para no escucharlos sonar y cubrir los mangos de los cubiertos con terciopelo para que no se endurecieran sus delicados dedos por el contacto con el metal. Esa delicadeza hizo que en cierta oportunidad dejara caer al suelo una docena de platos que llevaba de regalo a su amigo íntimo el zoólogo Étienne Geoffroy Saint-Hilaire.

Pauline falleció en Paris a los 69 años.

 

Alex Mouchard

 





¯Bates, HW. [1873] 1910.The Naturalist on the River Amazons. London: J. M. Dent & Sons Ltd - New York: E. P. Dutton & Co.

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¯Temminck, CJ.  1815. Histoire naturelle generale des Pigeons et des Gallinaces. Tome III. Amsterdam: J.C. Sepp & fils. https://www.biodiversitylibrary.org/bibliography/64844


Imagen (1)  https://www.google.com/maps/@48.8477984,2.3516355,3a,75y,19.78h,94.57t/data=!3m6!1e1!3m4!1sWy759cvp_IRWnY8fFAuVoA!2e0!7i16384!8i8192

viernes, 28 de mayo de 2021

LA AVES DE DON EDMUNDO



 
Picaflor cometa -Sappho sparganura
Seibo - Erythrina crista-galli




Edmundo Roberto Guerra (1918-2010) fue un personaje muy original en el ámbito de la protección de las aves en la Argentina. Durante muchos años fue secretario de la Asociación Ornitológica del Plata (hoy Aves Argentinas), entidad centenaria y pionera de la conservación de las aves y sus ambientes en Sudamérica. En los últimos años de su vida también fue designado presidente honorario de dicha institución. Su gestión tuvo momentos claves en la historia de la misma, principalmente el esfuerzo para sacarla del ámbito estrictamente académico (funcionaba en el Museo Argentino de Ciencias Naturales) para concretar su instalación en una sede propia durante la década de 1960. Desde allí, con su incansable, y muchas veces solitaria, labor de secretario contribuyó a hacerla accesible poco a poco  a la comunidad de aficionados a la observación de las aves, punto de partida para la gran ONG que es hoy en día.



Pero sus aficiones no se limitaron a las aves. Gran admirador de Leonardo da Vinci, su curiosidad y su habilidad lo llevaron a incursionar en una gran variedad de temas: el dibujo, la pintura, la escultura, la música, los ensayos, la poesía, los inventos mecánicos y la astronomía. De joven, durante el año 1942,  prestó  servicios como oficial de Reserva en el Ejército Argentino en Campo de los Andes, Mendoza, donde mostró interés por la exploración y la naturaleza, plasmando sus experiencias de montaña y del cuartel en un libro inédito: “Bajo el cielo de Mendoza”. Además de éste escribió entre otros libros, también inéditos,  uno donde expone una hipótesis sobre las aves que habrían servido de guía a Colón en su viaje. Todo su quehacer estaba teñido por un gran vuelo romántico, quizás algo ingenuo para nuestros tiempos, pero totalmente sincero.

Tal vez el don más recordado de Edmundo, más allá de sus múltiples habilidades, fue la del trato amable y cálido hacia quienes nos acercábamos, en esa época de resurgimiento, a la Asociación que tanto quiso. Su objetivo en pro de la conservación de la naturaleza era reunir de manera productiva a quienes compartían la misma pasión por las aves.  Fue, como se autodefinía y como bien recuerda Raúl Carman, un “reunidor de corazones”.


Casa natal de William Henry Hudson en Florencio Varela (Provincia de Buenos Aires)
Óleo de Edmundo Roberto Guerra


En algún momento de su vida, hacia la década de 1960, don Edmundo puso su mirada artística en el dibujo de aves, realizando varias láminas en formato 50 x 35 cm,  que queremos presentar aquí. Sus dibujos, coloreados a la acuarela, no son siempre tan fieles en las posturas o en el detalle de las formas, pero representan sin duda su interpretación de esos seres alados que imaginaba etéreos y, por que no, también espirituales. Y así los vemos, sobre todo a los picaflores, en poses contorsionadas, un poco a la manera de Audubon, constituyendo una verdadera coreografía de la naturaleza y una muestra de la profunda sensibilidad de su autor.

Finalmente, quiero aclarar que la calidad de estas imágenes es muy pobre debido a que las pude recuperar a partir de diapositivas muy antiguas (fines de los 60), y muy afectadas en su color y definición, no obstante, me pareció interesante rescatarlas ya que desconozco el paradero actual de la mayor parte de los originales.

 

Alex Mouchard

 

Bailarín azul - Chiroxiphia caudata


Benteveo - Pitangus sulphuratus




Brasita de fuego - Coryphospingus cucullatus


Burgo - Momotus momota


Capecita negra - Spinus magellanicus

Cardenal Copete Rojo - Paroaria coronata 


Cardenal Copete Rojo - Paroaria coronata


Churrinche - Pyrocephalus rubinus

Colibrí grande - Colibri coruscans
Huevo de gallo - Salpichroa rhomboidea (= S. origanifolia)


Ermitaño canela - Phaetornis pretrei
Palo Borracho - Chorisia speciosa


Ermitaño canela - Phaetornis pretrei
Lapacho rosado - Tabebuia avellanedae (= Handroanthus impetiginosus)



Federal - Amblyramphus holosericeus



Federal - Amblyramphus holosericeus



Fueguero - Piranga flava


Monjita blanca - Xolmis irupero



Naranjero - Pipraidea bonariensis


Naranjero - Pipraidea bonariensis


Picaflor cola castaña - Hylocharis sapphirina
Camalote -  Pontederia crassipes


Picaflor bronceado - Hylocharis crhysura
Flor del aire - Tropaeolum pentaphyllum


Picaflor cometa - Sappho sparganura
Aliso - Alnus torulensis (= A. acuminata)



Picaflor copetón - Stephanoxis lalandi (= S. loddigesii)
Tarco -  Jacaranda acutifolia (= J. mimosifolia)


Picaflor copetón - Stephanoxis lalandi (= S. loddigesii)
Yuca



Picaflor copetón - Stephanoxis lalandi (= S. loddigesii)
Pasionaria, mburucyá - Passiflora caerulea


Picaflor de barbijo - Heliomaster furcifer
Abeja carpintera


Picaflor de barbijo - Heliomaster furcifer
Anghá poty -  Aristolochia littoralis


Picaflor de barbijo - Heliomaster furcifer
Tela de araña


Picaflor de barbijo - Heliomaster furcifer
Campanilla azul -  Ipomoea purpurea


Picaflor de barbijo - Heliomaster furcifer
Flor de sapo - Jaborosa integrifolia


Picaflor enano - Microstilbon burmeisteri
Amancay - Amaryllis (= Hippeastrum) aglaiae


Picaflor enano - Microstilbon burmeisteri
Yapán, aromo - Acacia visitte (= A. visco)


Picaflor vientre negro - Anthracothorax nigricollis
Seibo - Erythrina crista-galli


Piquitodeoro Chico - Catamenia analis


En esta lámina Guerra dibujó al Piquitodeoro con una curiosa curvatura en las timoneras, anomalía que había observado en aves en cautiverio (Guerra, 1967) y que atribuyó a un  proceso “endógeno sexual” aparentemente fisiológico, pero que más probablemente podría deberse a una deficiencia nutricional.



Sairá arcoiris - Tangara seledon


Piquitodeoro Chico - Catamenia analis


Surucuá cola blanca - Trogon surrucura



Tachurí Sietecolores - Tachuris rubrigastra



Tangará amarillo - Euphonia violacea



Tijereta - Tyrannus savana


Tingazú - Piaya cayana


Yetapá de collar - Alectrurus risora


Yetapá grande - Gubernetes yetapa


Yetapá chico - Alectrurus tricolor


Yetapá negro - Colonia colonus


 

REFERENCIAS

Anónimo. 2003. Edmundo Guerra. Un apasionado por los que aman las aves. Nuestras Aves 46: 26-27.

Carman, RL. 2010. Recordando a Edmundo Guerra. Aves Argentinas 29:6.

Carman, RL. 2016. Edmundo Guerra, “reunidor” de corazones (1918-2010), en Lopez de Casenave, L y González Taboas, F (eds.) 100 Años. Aves Argentinas. Buenos Aires, 176 pgs.

Guerra, ER. 1967. Nuevos aportes al conocimiento de Catamenia analis. El Hornero 10(4):389-402.

 


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