"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


Mostrando las entradas con la etiqueta ANATIDOS. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ANATIDOS. Mostrar todas las entradas

martes, 23 de abril de 2019

EL ASOMBROSO PATO ZAMBULLIDOR CHICO (Oxyura vittata) Y EL SABIO RODULFO PHILIPPI


Investigación y redacción: Alex Mouchard


 

"¿Qué es lo que hace Philippi? Caza moscas, las observa a través de una gruesa lente, y las dibuja en un papel. Así de extraño resulta el modo en que algunos se ganan el pan de cada día". 
Rodulfo Philippi - Carta a Guillermo Frick 7/12/1858


Erismatura ferruginea
Dibujo de David Mitchell en Gray GR -1849- The genera of birds. London :Longman, Brown, Green, and Longmans.


En una remota revista en alemán el Dr. Rudolph Amandus Philippi, en ese entonces director del Museo Nacional de Historia Natural de Chile, escribió en 1860 lo siguiente “No puedo encontrar   en los libros aquí disponibles a ninguno de los dos patos que se prepararon este invierno”. En uno de esos patos “La forma y las proporciones del cuerpo son bastante similares a E.[rismatura] ferruginea Eyton en Gay Vol. I. p. 458, pato que en esta área se llama Pato Tripoca”. En efecto el Pato Zambullidor Chico es una copia en menor tamaño del Pato Zambullidor Grande (Oxyura  [= Erismatura] ferruginea), del que se distingue además por su pico no tan ancho. Esto es así en los machos con plumaje reproductivo, pero el ejemplar descripto por Philippi era un macho juvenil, que es similar a la hembra de la especie.  Por ello Philippi pudo distinguirlo bien de su congénere y le puso el nombre específico vittata (en latín, 'vendada', de vitta: venda, cinta) porque “Una franja de delicado gris blanquecino se extiende horizontalmente desde la mitad de la altura del pico superior, justo debajo del ojo, hacia la nuca, pero no se une con la del lado opuesto”.

Hasta este hallazgo de Philippi, como señalan Steullet y Deautier, “es muy posible que algunas de las citaciones incluidas en la sinonimia de E. ferruginea puedan pertenecer a E. vittata y viceversa”. Porque se confundían ambas especies, especialmente en el campo. Incluso Philippi y su colega Christian L. Landbeck enviaron ejemplares al ornitólogo de la Zoological Society, Philip L. Sclater, quien opinó “parece ser solo el juvenil de esta especie [Erismatura ferruginea]”, opinión que Philippi aceptó como cierta, viniendo de tal eminencia.

Una de esas citas parece ser la de Thomas Bridges, un naturalista inglés que colectó en Chile, quien en 1843, en las lagunas de Quintero (Valparaíso). La escritora y naturalista inglesa María Graham destacaba la belleza de este lugar “de parajes con exuberante vegetación y lagunas en las que habitan diversas especies acuáticas."  Bridges señalaba: “Es un ave muy difícil de obtener, siendo muy asustadiza y zambulléndose cuando uno se aproxima al alcance de un disparo.”  Claude Gay lo encontró en los lagos del centro de Chile “la llaman Pimpillo, nombre que dan a otras varias especies”.

El nombre genérico Erismatura, significa en griego “cola de bastón” (erismatos: bastón, y oura: cola) refiriéndose a la rigidez de la cola cuando el ave la lleva erguida, lo que le ha valido a este grupo el nombre inglés de stiff-tailed ducks, o sea “patos de cola rígida”. Más tarde fue incluido en el género Oxyura nombre que Charles Bonaparte creó para el  Pato Tepalcate (Oxyura jamaicensis) de Norteamérica, y que significa “cola aguda” (oxys: aguda, y oura: cola).

Philippi no aclaró en qué localidad fue obtenido su ejemplar (supuestamente dentro de Chile), tampoco hace referencia al comportamiento del ave ni a la característica tan notable a la que hacemos referencia en un recuadro aparte.

En la zona de Ajó (provincia de Buenos Aires), Claude Grant señalaba que no era muy común observarlo y que “frecuenta el agua abierta rodeada de juncos. Al asustarse se zambulle a la manera de un macá, y nunca lo he observado volar. Cuando nada, la cola es mantenida erguida y el cuerpo muy bajo en el agua, que casi cubre sus hombros”.  Ernest Gibson (1920), en la misma zona, opinaba que “no es tanto raro como elusivo (…) Frecuentemente  me he encontrado con una pareja de estos patos, ya sea cuando ruidosamente me abría camino a caballo a través de los juncos, o bien desplazándome tranquilamente en canoa por un canal abierto y entrando en una laguna abierta en medio de los más recónditos y solitarios bañados. Atentos, sombríos, silenciosos y  asustadizos, observan unos segundos, luego parecen asentarse en el agua de una forma casi imperceptible, y finalmente se desvanecen bajo la superficie y se refugian entre los juncos. Su zambullida ante el fogonazo de un arma es generalmente exitosa; y, en una palabra, su comportamiento es extremadamente evasivo”.

“Esta ave es muy propensa a zambullirse, y desaparece bajo el agua inmediatamente que ve al cazador,  recién reapareciendo en la superficie a cierta distancia. Debido a lo corto de sus alas, su poder de vuelo es muy limitado, de modo que adopta la salida de zambullirse para escapar a sus enemigos” (Burmeister, 1872).

Auguste Menegaux agregaba estas observaciones hechas por Emilio Wagner en el Chaco: “Este palmípedo se denomina en el país Hierro Pala porque su pico recuerda, al decir de los paisanos, un hierro de pala (…) Estos patos se encuentran en pequeños grupos de 12 a 20 individuos, en los campos de maíz que los paisanos inundan tras la cosecha, o en lagunas con algo de vegetación. Se reconocen desde lejos porque llevan la cola bien parada, erguida y fuera del agua. Nadan aplastándose lo más posible contra la superficie del agua, cosa que por su forma generalmente plana se les hace más fácil. Se sumergen al menor peligro con maravillosa rapidez y no vuelan a menos que se vean acosados muy de cerca. Su vuelo es bien veloz, cosa que a primera vista no haría creer la pequeñez de sus alas. Aman las lagunas solitarias y profundas donde nada viene a perturbarlos y donde pueden zambullir con facilidad al menor peligro. Su carne es tierna, aunque particularmente grasosa”.

Alexander Wetmore los observó en General Roca (Río Negro) haciendo este despliegue: “uno salía nadando para mover la cabeza con vigor hacia arriba y abajo dos o tres veces”.

Roberto Dabbene comentaba que “no se junta con las otras especies de patos. Se deja acercar fácilmente, pero al verse descubierto se zambulle rápidamente. Se alimenta especialmente de pequeños crustáceos, moluscos e insectos”.

En Chubut, Henry Durnford, lo vio en lagunas adyacentes a los ríos Sengelen y Sengel y observó un extraño comportamiento: “Cuando se enoja por la presencia de un intruso en su territorio, infla el plumaje del pecho al máximo; y bajando dentro de él su pico con considerable fuerza, produce un curioso ruido a tambor, que he oído a una distancia de 45 metros. Al mismo tiempo se levanta y extiende la cola, y, nadando en círculos para mostrarse terrorífico, aparece como una ridícula figura desafiante”.  Quizás por eso le llaman también Pato Toro. Y en Mendoza le dicen Pato Bola, quizás por su aspecto rechoncho.


EL TAMAÑO SÍ IMPORTA

A pesar de que en las aves no existe un órgano homólogo al pene de los mamíferos, en algunos grupos como los patos existe una estructura copulatoria derivada de la pared de la cloaca que posee surcos que ayudan a conducir el esperma a la cloaca de la hembra. Especialmente, los patos zambullidores y buceadores, poseen un pene bien desarrollado quizás debido a su conducta de copular en el agua. Pero el pato zambullidor chico posee un pene de 22 cm de longitud,  ¡la mitad del largo de su cuerpo! El mismo está revestido de espinas rígidas en su base y con aspecto de pincel hacia el extremo.  Los investigadores creen que dicha estructura ha evolucionado debido a que hay una gran competencia entre los machos por acceder a las hembras. Esta hipótesis se ve abonada por el gran tamaño relativo de los testículos, los elaborados despliegues grupales de los machos y su sistema de apareamiento promiscuo. Se especula que la base espinosa del órgano se fijaría a la cloaca de la hembra mientras el extremo pincelado haría una limpieza de su interior, arrastrando el semen de los machos competidores, para luego depositar el propio.

Es curioso que un rasgo tan notable no haya sido notado por Philippi ni por los ornitólogos posteriores, siendo descubierto recién 140 años después de la descripción original.


 
Philippi, hacia 1840
              (Kabat, 2017)

PHILIPPI

¿Pero quién era este sabio alemán, descubridor del esquivo y asombroso pato?

Rudolf Amandus (Rodulfo Amando) Philippi Krumwiede nació en 1808 en Charlottenburg, actualmente un barrio de Berlín. Cuando tenía 9 años de edad fue enviado con su hermano Bernard a vivir a la casa de un tío en Brandenburgo para evitarles el escándalo provocado por su padre, quien tuvo un hijo con una sirvienta. Este suceso implicó su posterior internación en el instituto de Johann Pestalozzi en Yverdon-les-Bains (Suiza). Allí se estimulaba la experiencia directa de los alumnos más que la memorización, por ello Rodulfo comenzó a interesarse por la naturaleza, realizando varias excursiones a las montañas del Jura, y se entrenó en la confección de herbarios y dibujos de plantas y animales a la acuarela.   Siguió sus estudios en el Königliche Gymnasium zum Grauen Kloster, de Brandenburgo, e ingresó más tarde a la Fiedrich-Wilhelms-Universität de Berlín, doctorándose en medicina con un trabajo sobre los ortópteros de la región. Allí tuvo como profesor de geografía física nada menos que a Alexander von Humboldt. Paralelamente perfeccionó su capacidad para el dibujo en la Academia Real.

Debido a la enfermedad respiratoria que lo aquejaba, viajó a Italia, aprovechando para hacer estudios geológicos y zoológicos (moluscos y braquiópodos), especialmente durante un viaje a Sicilia acompañando a Friedrich Hoffman y a Escher von der Lind. Regresó a Alemania, donde trabajó como profesor de geografía e historia natural en la Höhere Gewerb-Schule, de Cassel. En 1836 se casó con su prima Fredericka Luisa Karolina Krumwiede, y con ella emprendió un segundo viaje a Italia. Según confesó: “Mi salario era muy modesto, pero habiéndome casado con una prima que tenía una pequeña fortuna, podía vivir y consagrar mi tiempo libre al estudio de los moluscos”.  Philippi obtuvo una medalla real de oro por su trabajo sobre los moluscos de Sicilia. También cofundó y dirigió la Sociedad de Historia Natural en Cassel, la que hoy lleva su nombre. Partidario de la revolución liberal de marzo de 1848, cuando ésta fue reprimida por el gobierno se vio obligado a exiliarse como tantos otros, entre ellos el músico Richard Wagner y el zoólogo Hermann Burmeister.

Su hermano Bernhard, explorador y naturalista, había realizado viajes a Chile y Perú como investigador del Museo de Berlín. En 1841 se radicó en Chile donde fomentaba la colonización alemana  como agente del gobierno chileno.  Entonces convenció a Rodulfo para que emigrara también a Chile. Éste así lo hizo y en 1851 se radicó en Valdivia,  contratado como profesor por el Liceo Alemán. Al año siguiente Bernhard, designado gobernador de Magallanes, fue asesinado cerca de Punta Arenas, como venganza por una matanza previa de indígenas realizada por un militar chileno amotinado.

Rodulfo tuvo que hacerse cargo de la hacienda San Juan de Bellavista, que habían comprado junto con su hermano en La Unión, a orillas del río Bueno.  La misma estaba en estado deplorable.  Pensó volver a Alemania, pero la Universidad de Chile lo designó en 1853 profesor de botánica y zoología, y también se le confió la dirección del Museo Nacional de Historia Natural, en Santiago.  Al mejorar algo su situación, pudo traer a su familia, compuesta por Fredericka y cuatro niños,  junto con sus libros y colecciones, que desgraciadamente se quemaron en 1863 en el incendio de su hacienda. Debido a la penuria económica la familia se estableció en la estancia San Juan, permaneciendo Rodulfo en Santiago y visitándolos durante las vacaciones anuales.

En 1866, el Instituto Nacional lo nombró profesor de historia natural, para lo cual publicó el texto "Elementos de Historia Natural", el cual fue muy criticado por los conservadores chilenos a pesar de que no mostraba una parcialidad manifiesta por la teoría de la evolución. En 1866 finalmente pudo llevar a su familia a Santiago, al barrio de Yungai, pero su esposa, afectada de disentería, falleció ese mismo año. Rodulfo y Karoline tuvieron diez hijos, de los que siete fallecieron siendo niños o jóvenes. Su segundo hijo, Carlos Eduardo, falleció en la guerra franco-alemana de 1870, y sólo dos hijos le sobrevivieron: Elisa y Federico. Afectado por estas pérdidas y por una enfermedad hemorroidal, Philippi, se jubiló de la docencia cuatro años después.

Familia Philippi
http://fundacionphilippi.cl/ra-philippi


Al frente del Museo, con una labor titánica, similar a la que realizó Burmeister en Buenos Aires, convirtió al modesto establecimiento que le confiaron en una gran institución científica que dirigió hasta su jubilación en 1897, siendo sucedido por  su hijo Federico. Durante su dirección logró el traslado del Museo  a su actual sede en el Palacio de la Exposición, en la Quinta Normal de Agricultura (1876), predio donde le fue construida una modesta vivienda.  Asimismo pudo concretar la creación de un jardín botánico y la edición de los Anales del Museo (1891).  Ya afectado de cierto deterioro mental y visual, contrajo una neumonía y falleció a los 96 años.

Philippi publicó más de 400 trabajos científicos, participó de unas cincuenta sociedades científicas de todo el mundo y mantuvo correspondencia con científicos destacados como Darwin, Humboldt y Florentino Ameghino. Describió 1.017 especies de plantas, 650 de animales (entre ellas 22 de aves) y 3 de hongos.  Rodulfo era enjuto de carnes, de rostro pálido, y aspecto débil y enfermizo. Su carácter era dulce, jovial y apacible, aunque según su hermano era “un frío racionalista, sin fantasía”.

Rodulfo Philippi
(Barros Arana, 1904)


LOS VIAJES

Gran lector desde su infancia de libros de viajes y aventuras, Philippi desmentía la imagen del naturalista de gabinete.  Con una pequeña mochila recorría a pie grandes distancias, herborizando y haciendo observaciones sobre la naturaleza.

A poco de llegar, en 1852, organizó una expedición al volcán Osorno al que pudo ascender hasta el nivel de las nieves perpetuas. En 1864 tuvo la oportunidad de realizar un viaje de estudio a la isla Más  a Tierra, del archipiélago Juan Fernández donde permaneció 4 días herborizando con el jardinero Antonio Ahrends, aunque perdieron parte de las colecciones debido a las lluvias. Allí descubrió la planta Lactoris fernandeziana, única especie de la familia Lactoridaceae, endémica de dicha isla encontrándose en peligro de extinción.

Otros viajes realizados por este sabio entre  1860 y 1888  fueron a Catemu, en el Valle del Aconcagua, a la Quebrada de San Ramón, al Volcán Chillán, a Cauquenes. Remontó el río Cipreses hasta su ventisquero, visitó la Provincia de Coquimbo, las localidades de Matanzas, Cáhuil, Arauco, Cautín, Tres Piedras, Tomé, Salto del Laja e Isla Quiriquina,  Curauma, Renaico, Algarrobo y Alfalfal en el Cajón del Maipo. También  hizo un reconocimiento de la Araucanía en 1887, de la Cordillera de Nahuelbuta, y de la Península de Arauco. A través de estos viajes el conocimiento que obtuvo de la biodiversidad chilena fue muy importante y mereció el reconocimiento expreso de Darwin.

Pero sin duda el viaje de mayor importancia de los que hizo fue el realizado en el verano de 1853-54 al desierto de Atacama, comendado por el gobierno con la intención de descubrir nuevos yacimientos de salitre y cobre. En el informe del viaje pide disculpas por la demora de seis años para editar el mismo, debido a que “me han faltado todos los recursos con que un naturalista puede contar en Europa”, especialmente los libros necesarios para identificar los ejemplares obtenidos.


Chañaral de las Ánimas
(Philippi, 1860)


Como compañeros llevó a ingeniero Guillermo Doll y a los cazadores Domingo Morales y Carlos Núñez, uno de los cuales “entendía también la preparación de los cueros de pájaros”.  En el bergantín Janequeo de la armada chilena llegaron a Coquimbo, y luego a Caldera, desde donde tomaron el tren a Copiapó, donde contrataron un baqueano. Primero los expedicionarios se dirigieron al norte a lo largo de la costa para poder recibir agua y víveres del Janequeo. En la “Hacienda de Paposo” comprobaron que el cóndor “hace mucho daño a la cría de ganado, matando a los animales recién nacidos”. Llegaron al Morro Moreno y desde aquí regresaron a Taltal.

Desde este pequeño puerto se internaron, evitando la costa a causa de la guerra peruano-boliviana, alcanzaron San Pedro de Atacama y regresaron a Copiapó. El viaje llevó unos tres meses.  Hay que tener en cuenta que carecía totalmente de mapas confiables con el detalle de caminos y aguadas, necesarios para atravesar el desierto. “Nadie podía decirme cómo se podría cruzar el desierto de oeste a este; dónde hallaría guías, mulas o caballos”.  Sin embargo su sentido común lo ayudó: “Finalmente compré en Valparaíso los víveres y útiles que juzgué necesarios para el viaje, y por una casualidad lo acerté tan bien, que al concluir la expedición en Trespuntas quedaron sólo víveres para dos o tres días, no habiendo faltado algo durante el viaje”. Pero no contaba con las gélidas noches del desierto y por eso, escasos de ropa, tuvieron que soportar la incomodidad del frío.

Avanzando por el desierto con dirección noreste  llegaron a Tilopozo, al sur de la gran salina de Atacama. Allí hizo un importante hallazgo: “A unos trescientos metros del pozo había seis flamencos de una especie nueva, que carece de pulgar, Phoenicopterus andinus Ph., y que vive únicamente en la alta cordillera, siendo pero, según parece, bastante común desde Copiapó hasta el Perú. Garcilaso de la Vega, hijo de uno de los conquistadores del Perú, menciona ya esta ave, y dice que se llama Parrihuana; en el desierto lleva el nombre abreviado de Parrina. Hace sus nidos en las lagunas más elevadas, y sus huevos se venden en diciembre en la plaza de Atacama. Es sin duda el flamenco de pechuga colorada, del cual habla el Señor Bolaert, en su descripción de la provincia de Tarapacá”.  Así descubría para la ciencia a la Parina Grande (Phoenicoparrus andinus).

Phoenicopterus andinus
(Philippi, 1860)


Finalmente llegaron a San Pedro de Atacama a 2400 msnm donde fueron atacados por los insectos. “Conté en mi cama 41 vinchucas entre grandes y chicas”.  En visita a las minas de San Bartolo pasaron por el Camino de las Pintadas donde pudieron apreciar el arte rupestre. De Atacama regresaron a lomo de mula, siguiendo el Camino del Inca, en medio de privaciones debido a la falta de agua, comida y pasto. Sin embargo hicieron un desvío para acercarse al pie del gran volcán Llullaillaco, y retomando el camino, llegaron a Copiapó donde llegan el 25 de febrero.

El relato de viaje de Philippi detalla día a día la actividad de los expedicionarios. Principalmente informa sobre la geología, topografía y botánica tal como lo había solicitado el gobierno , interesado en hallar minas de salitre y cobre. Además hace aportes antropológicos y etnológicos. La fauna, escasa de por sí, es tratada más someramente. En la costa recogió algunos datos interesantes sobre el chungungo, chinchimen o gato de mar (Lutra felina): “Esta nutria vive casi exclusivamente en la mar y en toda la costa de Chile hasta el archipiélago de Chonos. Un hombre formal me contó una linda historia como el Chungungo cazaba el pescado. Me dijo que primero cazaba cangrejos de los que llaman Jaivas en Chile, que los hacía pedazos dejándolos nadar entre los escollos, detrás de los cuales se escondía para agarrar los peces que venían a cebarse de alimento aliciados por este ardid, historia digna de Plinio. Personas dignas de fe me han asegurado que devoraba su presa nadando en el lomo”.

Dibujo comparativo de la Parina Grande y el Flamenco Austral
(Philippi, 1860)


Con respecto a las aves confiesa que las pieles no estaban muy bien preparadas y fueron dejadas de lado para hacer otras tareas más urgentes, y “cuando las pedí para examinarlas una buena parte de ellas no se halló”.  Registró 33 especies y, con todo, logró incorporar dos especies nuevas para la ciencia: la Parina grande Phoenicoparrus andinus (Philippi Sr, RA, 1854) y la Remolinera castaña Cinclodes atacamensis  (Philippi Sr, RA, 1857).


Cinclodes atacamensis(Philippi, 1860)





EL PROFESOR ENGAÑADO

En 1909 Friedrich Heinrich Eunom Philippi Krumwiede, hijo de Rodulfo y en ese momento director del Museo Nacional de Historia Natural de Chile, describió una nueva especie de colilarga al que denominó Sylviorthorhynchus fasciolatus, dándole dicho nombre específico debido a la presencia de 12 o mas listas negras en la lámina externa de las primarias. Fasciolatus en latín significa “con pequeñas bandas”. Y aclaraba: “He vacilado si debía tomar esta ave por una variedad o individuo joven del S. Desmursi o por una especie nueva, pero la comparación con lo seis ejemplares del museo, entre los cuales hay uno joven, y que tiene un color general distinto y que no muestran nada de estas listas negras, me ha convencido que aqui se trata de una especie, que hasta hora había quedado desconocida a la ciencia”.

Hasta ese momento la única especie de colilargo conocida era Sylviorthorhynchus desmursi, descripto por Marc Athanase Parfait Œillet Des Murs en la obra de Claude Gay (1847) con este comentario seguramente aportado por Gay: “Esta avecilla, muy notable por la longitud y forma de las plumas de la cola, se encuentra en los bosques húmedos de la provincia de Valdivia y particularmente en las cercanias del Corral, etc. Es muy rara, y los habitantes la llaman Larguicola”.

Sylviorthorhynchus desmursi
      Dibujo de Alphonse Prévost
Gay C. Historia fisica y politica de Chile. Atlas  Tomo 2. Paris, 1854

El ejemplar descripto por Philippi integraba “una pequeña colección de aves, que el señor B. Hermann me mandó de Victoria (…) El ejemplar, que el señor Hemann tuvo la liberalidad de ceder al museo, era de Valdivia, según le habían dicho cuando lo compró; está bien conservado a excepción de la cola, que sólo muestra dos de las rectrices angostas tan características para este género, lo que creo originado por la persona que sacó el cuero y que no procedió con el cuidado necesario”.

Gigoux y Looser (1930) decían al respecto: “Este ejemplar, que nos llamó la atención por sus caracteristicas, lo encontramos bastante dudoso desde las primeras observaciones. Pero, aumentando las sospechas sobre su identidad y sometido a nuevo examen, resultó ser una superchería con la que fue sorprendido el Sr. F. Philippi. Pues no es más que un  chercán, Cistotorus platensis Lath., sin cola, al que se le ha pegado con goma, para reemplazar ésta, las dos plumas menores de la cola de un colilarga del sur, Sylviorthorhynchus desmursii Gay. Este engaño se comprueba por sí mismo, y no comprendemos como el Sr. F. Philippi pudo dejarse sorprender”.

Más allá del error de Philippi sólo se puede especular sobre el motivo del fraude. Podría haber ocurrido que el colector haya armado el ejemplar para poder vendérselo a Hermann.  Y como no sabemos quién era B. Hermann tampoco sabemos si éste tenía algún motivo para engañar a Philippi, induciéndolo a describir una nueva especie para la ciencia que no era tal. Philippi falleció al año siguiente de esta publicación de modo que probablemente nunca se enteró del error cometido.


Referencias:

Gay C – 1847- Historia fisica y política de Chile – Tomo primero - Zoologla. Paris y Chile.
Gigoux EE y Looser g -1930- Los tipos de aves conservados en el Museo Nacional de Historia Natural de Santiago. Boletín del Museo Nacional de Chile 13.
Pilippi F -1909- Dos aves nuevas de Chile. Boletín del Museo Nacional de Chile 1(3).














¯Barros Arana, Diego -1904-  El Doctor Don Rodolfo Amando Philippi - Su vida i sus obras. Santiago de Chile :Imprenta Cervantes.
¯Bridges, Th. - 1843- Proceedings of the Zoological Society of London, 11.
¯Burmeister, H -1872- Synopsis of the Lamellirostres of the Argentine Republic. Proceedings of the Zoological Society of London, p.364.
¯Dabbene, R -1972- Las aves de caza de la República Argentina. Buenos Aires :Editorial Albatros.
¯Durnford, H -1878- Notes on the Birds of Central Patagonia. Ibis 8:289.
¯Gay C –1847- Historia física y política de Chile – Tomo primero - Zoología. Paris y Chile.
¯Gibson, E -1920- Further Ornithological Notes from the Neighbourhood of Cape San Antonio, Province of Buenos Aires. Ibis 11ª ser. 2(1).
¯Gotschlich, B -1904- Biografía del Dr. Rodulfo Amando Philippi (1808-1904). Santiago (Chile).
¯Graham, Maria -1824- Journal of a Residence in Chile during the Year 1822. And a Voyage from Chile to Brazil in 1823. London :Longman, Hurst, Rees, Orme, Brown, and Green, and John Murray.
¯Grant, Claude HB -1911- List of Birds collected in Argentina, Paraguay, Bolivia, and Southern Brazil, with Field-notes. Part II. Picariae—Anatidae. Ibis 5.
¯http://paleopolis.rediris.es/benthos/SCI/Philippi/Philippi.html.
¯https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Amando_Philippi.
http://www.biodiversitylibrary.org
¯Kabat AR & Coan EV. -2017- The Life and Work of Rudolph Amandus Philippi (1808–1904). Malacologia 60(1?2): 1?30.
¯McCracken KG -2000- The 20-cm Spiny Penis of the Argentine Lake Duck (Oxyura vittata). The Auk 117(3):820–825.
¯Menégaux, A -1925 - Etude d'une collection d'oiseaux faite par M. E. Wagner dans le Chaco Argentin. Revue Française d’ornithologie 17: 221- 238.
¯Muñoz-Schick, Mélica – 2008- Viajes de los Philippi a la Región de Atacama, en Squeo, FA et al (eds.) Libro rojo de la flora nativa y de los sitios prioritarios para su conservación: Región de Atacama. Ediciones Universidad de La Serena, Chile.
¯Philippi, RA -1860- Ueber zwei vermuthlich neue Chilenische Enten und über Fringilla barbata Mol. Archiv für Naturgeschichte. Jahrg. 26:Bd.1-2:26.
¯Philippi, Rodulfo Amando -1860- Viage al desierto de Atacama, hecho de orden del Gobierno de Chile en el verano 1853-1854. Halle en Sajonia :Librería de Eduardo Anton.
¯Philippi, RA -1902- Figuras i Descripciones de Aves ChiIenas. Anales del Museo Nacional de Chile. Entrega 15ª - Primera Sección -  Zoolojía. Santiago De Chile.
¯Philippi, Rodolfo Amando -2003- El orden prodigioso del mundo natural. Pehuén Editores Limitada.
¯Schell, PA -(2019)- The Philippi Family in Chile. Relics and Selves: Iconographies of the National in Argentina, Brazil and Chile, 1880-1890. http://www.bbk.ac.uk/ibamuseum/texts/Schell04A.htm.
¯Sclater, PL -1867- Notes on the Birds of Chili. Proceedings of the Zoological Society of London.
¯Steullet, Alfredo B. & Deautier, Enrique A. -1935- Catálogo sistemático de las aves de la República Argentina. Volumen2. Obra del cincuentenario del Museo de La Plata. Imprenta Coni.
¯Wetmore, A. -1926- Observations on the Birds of Argentina, Paraguay, Uruguay,  and Chile –Bulletin 133 – Smithsonian Institution – Washington.

domingo, 7 de julio de 2013

EL CISNE DE CUELLO NEGRO ( Cygnus melancoryphus) Y EL ABATE MOLINA






“Cisne cuello negro 
cisne cuello blanco. 
Que se van hiriendo 
que se van besando. 
Alegría y llanto.” 

Canción de Manuel Alejandro



The Swan - El cisne
Dibujo de William Toller (1715) en la Ensenada de Castillos, Uruguay.



EL ABATE


Imaginemos estar a mediados del siglo XVII en una de las mejores zonas de Chile, “el Corazón de Chile”.  Estamos en el valle de Loncomilla, donde habitaba la etnia del mismo nombre. Allí a partir de los repartos de tierras del conquistador Pedro de Valdivia, se fue forjando una comunidad de hacendados que se dedicaban mayormente a cultivar la vid. Esa fértil planicie ondulada ocupa la zona conocida como "Isla del Maule", rodeada por los ríos Maule, Loncomilla y Perquilauquén. En esa pintoresca comarca, en la hacienda materna de Huaraculén, al este de la actual Villa Alegre, nació en 1740, Juan Ignacio Molina.

Juan Ignacio, niño inquieto y curioso, habrá dado sus primeros pasos en los largos corredores que rodeaban la casona familiar de adobe con fuertes vigas de ciprés y techo de totora. Jugaba y corría por el amplio patio rodeado de murallas y quizás haya observado en la bodega a los artesanos fabricando toneles y otros utensilios.

Muy pequeño acompañaba a su padre, quien para cumplir con una orden real, recolectaba diversos especímenes de la naturaleza, y de allí empezó a adquirir un gran interés por tales cosas. «Mi carácter me llevó desde mis más tiernos años a observar la naturaleza y particularmente los animales, por lo cual mientras viví en el país hice todas las investigaciones posibles”.

Ese era su mundo, pero su infancia fue corta. Con apenas 15 años fue admitido en la escuela de los jesuitas de Concepción, y dos años después, Juan Ignacio fue enviado a la hacienda de Bucalemu (“bosque grande” en mapudungun), en Rocas de Santo Domingo, cerca de San Antonio, propiedad de la Compañía de Jesús. Durante tres años (1758-1760) habitó en La Casita, un sencillo edificio de adobe y madera, cuesta arriba del cerro.  Mientras estudiaba humanidades clásicas, se fue también despertando su interés por la observación de la variada fauna y flora de ese idílico lugar, realizando largos recorridos por la cordillera de la Costa y por las orillas del mar. En efecto, dicha hacienda se encuentra enclavada en los humedales de El Yali (“mosquito” en mapudungun) , un área natural de unas 11.000 hectáreas (hoy en día incluye una Reserva Nacional declarada sitio Ramsar), formada por un complejo de ríos, lagunas, vegas, esteros y dunas, donde se concentra una gran cantidad de aves acuáticas: flamencos, coscorobas, cisnes de cuello negro, gaviotas, patos, taguas, hualas y garzas. También viajó por los alrededores de la hacienda de Huaraculén,  la chacra de Ñuñoa en Santiago,  las haciendas de La Punta y Carén, y los campos del Maule incrementando sus conocimientos sobre los animales y plantas nativos.




Hacienda de Bucalemu
http://www.dconstruccion.cl/

Sin embargo, esa incipiente carrera de naturalista, quedó trunca cuando en 1767 los jesuitas fueron expulsados de América y Molina debió radicarse en Bolonia, Italia. Jamás habría de regresar de su exilio, donde falleció a avanzada edad.

En Italia publicó  "Compendio della storia geografica, naturale e civile del regno del Chile" (1776), para cuya redacción se valió de sus recuerdos y de los informes de distintos viajeros europeos que habían visitado el país, ya que sus manuscritos originales le fueron requisados al embarcarse en El Callao. Más tarde realizó una segunda versión ampliada: "Saggio sulla storia naturale del Chile" (1782), para la que pudo contar con las notas que le habían confiscado en Perú, y que le fueran devueltas por su compatriota, José Ignacio Huidobro y Morandé,  que había logrado adquirirlas en  Valparaíso. En estas obras describió por primera vez numerosas especies de animales y plantas de Chile.

Molina fue profesor de ciencias naturales y llegó a elaborar una teoría de la evolución precursora en más de 40 años de la de Darwin. En la misma postulaba que Dios había creado solamente el germen de la vida y que éste había evolucionado hasta llegar a formar las diferentes especies, lo cual le valió una acusación de herejía, que afortunadamente no prosperó.

Gracias a su actuación y sus obras, el abate Molina, como se lo conocía en Italia,  es considerado el primer naturalista chileno, y además el  primero en utilizar la nomenclatura postulada por  Linneo. De sus descripciones, alrededor de 34 nombres científicos de especies de plantas y 53 de animales son  válidos aún hoy en día.

Juan Ignacio Molina a los 65 años.
Giambattista Trulli. 



Molina era de pequeña estatura, de piel algo morena, ojos grandes y vivos, boca y nariz grandes. Era de carácter tranquilo, jovial, algo irónico, excelente y preciso observador  y muy imaginativo. Humilde para expresar sus ideas, aunque riguroso en la crítica a los que consideraba erróneos. Era muy aplicado en la búsqueda de información y en la elaboración de sus trabajos.


EL CISNE DE CUELLO NEGRO

El primer europeo que dio noticias de este cisne parece haber sido el viajero Sir John Narborough, quien lo observó el 2 de agosto de 1670, en el estrecho de Magallanes, y lo publicó en el relato de su viaje en 1694.


Cisne de cuello negro
              Artesanía de Tini Depoine


Pasaron casi cien años y Molina que seguramente en sus excursiones por las lagunas de El Yali se encontró con el cisne de cuello negro, lo describió así: “El cisne chileno, Anas Melancorypha, tiene casi el tamaño del Cisne Europeo, al que se parece mucho en la forma, pero se distingue por el color de las plumas que cubren su cabeza hasta la mitad del cuello, las que son de un bello negro, mientras que todas las demás son de un blanco reluciente. La hembra produce seis pequeños, que no abandona ni en el nido y cuando va a procurarse el alimento los lleva todos sobre el dorso.”

Pero en el otro extremo del sur americano, casi al mismo tiempo, otros viajeros se encontraban con la bella ave. Louis Antoine de Bougainville, durante su viaje a las islas Malvinas en 1763 observó: “Entre las aves de pies palmados, el cisne tiene el primer rango. No difiere del de Europa más que por su cuello de un negro aterciopelado, que hace un admirable contraste con la blancura del resto de su cuerpo, las patas son de color de carne. Esta especie de cisne se encuentra también en las costas del Plata y en el estrecho de Magallanes”. Dom Pernety, capellán y naturalista del viaje, lo confirmaba:  “En el segundo viaje vimos ... una especie de cisne con pico rojo, teniendo todo el cuello del más bello negro, y el resto del plumaje blanco”

William Hudson fue uno de los más fervientes admiradores de la belleza de nuestro cisne, o quizás, por sus dotes literarias, quien mejor pudo expresarlo:  “Para mi mente quizás parcial, esta especie es preeminente entre los cisnes por su belleza, aunque es considerablemente menor que la especie del Viejo Mundo, y, debe admitirse, no se comporta tan majestuosamente. En cuestiones de este tipo es lógico para cada persona tener favoritismo por las cosas de su propio país; pero pienso que debe admitirse sin dudas, que el ave de cuello negro es una de las tres especies que sobrepasan en mucho a todas las demás del género en belleza, siendo las otras dos, por supuesto, el cisne doméstico de Europa y el cisne negro australiano (quizás el ave más agraciada del mundo).”



Cisne dibujado a partir de un  ejemplar vivo de los Jardines de la Zoological Society.Sclater, Ph. L. y W. H. Hudson -1889-  Argentine Ornithology


A orillas del río Negro, Hudson describió este idílico cuadro:
"Nunca un río me pareció más hermoso para mirar: más ancho que el Támesis en Westminster, y extendiéndose a cada lado hasta fundirse y perderse en el  horizonte azul, sus costas bajas vestidas con toda la gloria de los bosquecillos y quintas de frutales, viñedos y campos de dorado maíz. Lejos, en el medio de la veloz corriente azul, nadaban bandadas de cisnes de cuello negro, su blanco plumaje brillando como espuma a la luz del sol.”

Jorge Casares dice que “quien haya visto a nuestro cisne - en la inmensidad de la pampa, bajo un cielo azul - deslizarse lento y sereno sobre la superficie tersa y luminosa de una laguna, con las curvas aplanadas de su cuerpo blanco, erguido el cuello negro coronado por el rojo violento de la cresta” puede comprender la manifiesta parcialidad de Hudson.  Para Goeldi, que lo señalaba para el sur del Brasil, es “el más bello cisne que existe.”

Para los que gustan de “humanizar” la conducta animal, podría considerarse al cisne como ejemplo de amor maternal. Según Alice Price la hembra se caracteriza por ser una estricta incubadora, que nunca abandona el nido, llegando incluso a morir de hambre durante el proceso de incubación. Como observó Molina, una vez nacidos los pichones los lleva sobre su lomo mientras nada, cosa que no hacen las demás especies de cisnes con excepción quizás del cisne mudo. Esta costumbre quizás pudo haber dado origen a lo que se narra en el mito de Elal y que desarrollamos más adelante.

Las plumas del cisne, o más precisamente su piel, constituyeron desde el principio de la colonia un objeto preciado para el comercio y fueron exportadas a Europa en grandes cantidades, como lo refiere Félix de Azara. Aún hacia los años 1950 Wallace dice que en un sólo acopiador de Argentina había centenares de miles de pieles para fabricar aplicadores de maquillaje conocidos precisamente como “cisnes”, nombre que aún perdura en sus símiles sintéticos.

Las técnicas para cazar un ave, caracterizada por su desconfianza, fueron relatadas por Hudson: “Cuando las aves están alimentándose o descansando en el pastizal, dos o tres hombres o niños cabalgan tranquilamente hacia el lado de la bandada protegido del viento, y al estar en el lado opuesto, giran repentinamente y cargan a toda velocidad, profiriendo fuertes gritos; con lo cual las aves se aterrorizan de tal manera que son incapaces de volar. . . sólo logran aletear sobre el suelo y son fácilmente abatidas a golpes. Un gaucho conocido por mí, un día atrapó de esta forma 3 en un grupo de seis; pero un viento muy fuerte lo favorecía, y las aves estaban a cierta distancia del agua, y le permitieron acercarse antes de hacer la carga repentina.”


Cassell's book of birds: From the text of Dr. Brehm / 
London, Cassell, Petter and Galpin,1875.


Ernesto Gibson, relataba que en la región de Ajó, cerca del cabo San Antonio, en la costa de la provincia de Buenos Aires, desde principios del s. XIX se practicaba la caza del cisne.  “Otro gran bañado que bordeaba nuestra propiedad, es conocido como  Cañada de Cisneros, un nombre muy sugestivo para el coleccionista de huevos, nombre que expresa bien su característica. A principios del siglo, los primeros cristianos (así llamados para distinguirlos de los indígenas) que llegaron a esta zona fueron los gauchos, quienes, en persecución de los cisnes para procurarse sus pieles, hicieron entradas ocasionales más allá de las fronteras. Su arma eran  las boleadoras, del mismo tipo que las usadas para capturar al ganado y a los caballos  ... Estas bolas “cisneras” diferían sólo en que estaban hechas de madera, de modo que flotaban en el agua si el gaucho erraba el blanco. En esa época, los cisnes eran más confiados y más fáciles de aproximar; y el jinete cuidaba siempre de venir del lado del viento, llegando a 36-46 m antes de que las aves se  alarmaran. Entonces una arremetida violenta, le permitía ganar otros 9 m, si el agua no era muy profunda, ya que los cisnes eran sorprendidos con la desventaja de tener que elevarse a favor del viento. Las bolas eran revoleadas, arrojadas y enredadas en las alas y el cuello del ave elegida, dejándola totalmente rendida  ... Yo pasé tres horas en el corazón de esa cañada, en un tranquilo día soleado, flotando silencioso por los estrechos canales abiertos entre los juncos verde brillante, viendo un cisne nadar lentamente desde su gran nido, donde quedaban los tres a cinco grandes y bonitos huevos.”

Claude Gay comenta que “pone seis o siete huevos de color blanco sucio, dos o tres veces mayores que los del pato, de buen gusto y que se venden en los mercados”. También menciona que en el Plata “se comercia con su pellejo”. Los barqueros de São Lourenço do Sul (Rio Grande do Sul, Brasil) traían a la ciudad en el mes de septiembre cestos llenos de huevos de aves acuáticas, entre ellas los cisnes, que habitaban en la vecina Lagoa dos Patos (Ihering, 1888).

El cisne parece ser una especie muy adaptable al cautiverio. Sclater y Wolf indican: ”La primera importación [a Europa] del Cisne de Cuello negro fue realizada gracias a la inquietud del almirante Hornby. Cuando este oficial estaba  a cargo de la estación del Pacífico logró enviar al conde de Derby, en diferentes momentos, ocho individuos de esta especie, de los cuales seis se encontraban vivos al momento de dispersarse la colección de Knowsley en 1851. El actual conde de Derby le regaló una pareja a Su Majestad, la Reina, y las dos parejas restantes pasaron a propiedad de la Zoological Society. Sin embargo, por varias razones no intentaron reproducirse,  y habiendo muerto uno de ellos, la oportunidad de mantener la especie dependía de una única pareja. Afortunadamente, en el año 1857, no sólo hicieron un nido, como lo habían hecho en 1856, sino que empollaron cuatro pichones, los que rápidamente llegaron a su tamaño y color adultos, y a fines del otoño apenas podían distinguirse de sus padres  ... Desde que se escribió esto (en 1861) ocurrieron numerosas importaciones del Cisne de Cuello negro, y la especie puede considerarse completamente establecida en Europa.”  De esta forma, hacia fines del s XIX, el cisne ya se hallaba representado en la mayoría de los zoológicos europeos, donde criaba con cierta facilidad.



Los nombres del cisne

Wanouma es su nombre fueguino. También se registra kaum, una imitación de su voz.

Kokoró  y  piupiukürúpelkawün  sus nombres en mapudungún.

En quichua es huiti, y en guaraní guiraeté guazúypé guasú akâhû .

Para los chilenos es chrula o thula.

Los gauchos de Buenos Aires le decían cisne de pescuezo negro.

Los brasileños: cabeça-preta, pato-argentino o pato-arminho.





EL MITO

Con ser un ave tan conspicua y atractiva, el cisne de cuello negro, no aparece en forma destacada en los mitos aborígenes, a diferencia de la rica mitología que tiene el cisne europeo. Es probable que por ser un ave tan arisca que se mantenía muy lejos de la gente, haya quedado también alejada de sus leyendas.  Solamente entre los aonik’enk o tehuelches del sur parece haber tenido un papel fundamental en la vida de Elal, su creador y héroe mítico.

En una de las versiones, Elal se había enamorado de Teluj, el lucero del alba, la hija del Sol y la Luna, los que para dársela en matrimonio le hacían innumerables pedidos, burlándose de él y tratando de engañarlo. Entonces Elal, enojado, envió a los padres al cielo y sumergió a la hija en el lago Viedma. Luego, Elal se montó sobre el cisne Kúkn  y partió hacia dónde sale el sol. Para algunos el cisne era su abuela, el tucotuco Térrguer, quien lo había criado de chico y que había tomado ese aspecto. Cuando el cisne se cansaba Elal soplaba o lanzaba una flecha y formaba una isla. Algunos aseguran que así se formaron las Malvinas. Otros dicen que se trata de la isla Shéekt Elal, en el río Santa Cruz. Por eso, dicen, cuando los cisnes vuelan hacen “hisch, hisch” como si estuvieran cansados. Sin embargo, el ornitólogo Alexander Wetmore escuchó que “mientras pasan pueden emitir llamadas como graznidos graves que recuerdan los de los gansos”.

Otra versión, que relata el nacimiento de Elal, cuenta que éste acosado por su malvado padre es ayudado por las aves quienes, para salvarle la vida, logran subirlo al lomo de Kellfü, el cisne, que habría de llevarlo a la tierra firme o Mapu. Durante este viaje el ave y el muchacho se hicieron muy amigos, y parece ser que fue Kellfü quien lo bautizó El’Al o Elal. Tras atravesar el océano divisaron la montaña azulada, el Chalten ( o monte Fitz Roy), donde descendieron y allí el cisne cuidó a Elal, hasta que creció y pudo llevar a cabo su labor creadora. Una vez  cumplida su misión, el ave regresó a la isla para informar a las demás sobre el destino de Elal, y luego se retiró a las lagunas donde cada mañana saluda a su amigo con un graznido. A partir de estos sucesos los cisnes pasaron a ser sagrados para los aonik’enk, ya que no los cazan, ni los capturan. Hasta las aves carroñeras evitan comer el cadáver de un cisne para no atraer la ira de Elal.

Por esas curiosidades que tienen las culturas humanas, del otro lado del mundo, en Laponia, una zona también muy fría, los brujos tienen al cisne entre los espíritus que invocan en sus conjuros. Los chamanes cuentan que esta ave, a la que llaman saivo-lodde, ave de la montaña o de los muertos, los lleva volando sobre su lomo al país de los muertos donde ellos aprendían lo que estaba oculto a los demás mortales. También, cuando querían hacerle daño a un enemigo, le enviaban al cisne como agente vengador.  El mismo nombre griego del ave, kyknos, recuerda mucho al kúkn de los tehuelches. Kuik es el nombre del cisne en estonio, y entre tártaros. Y al parecer hay una relación con kuu, la Luna, entre los finlandeses. Estos tienen una leyenda en que Suometär, es una doncella y un cisne, tan hermosa que el Sol, la Luna y la Estrella Polar bajan a la Tierra para desposarla.


Coscoroba y cisne de cuello negro.
Pablo Matzel - Hornero 5. 1933



LA POESIA

Rubén Darío tal vez no haya conocido al cisne de cuello negro en su ambiente natural y, como buen representante del romanticismo, sus bellos versos deben referirse al cisne europeo:

“¿Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello
al paso de los tristes y errantes soñadores?
¿Por qué tan silencioso de ser blanco y ser bello,
tiránico a las aguas e impasible a las flores? “

Pablo Neruda, sin duda buen conocedor del cisne chileno, le brinda una respuesta:

“Sobre la nieve natatoria
una larga pregunta negra.”

Porque el cisne de cuello negro, al igual que su pariente europeo, fue motivo de inspiración para nuestros poetas sudamericanos. Quizás quien más sentidamente le cantó fue el chileno Augusto Winter, amigo de Pablo Neruda y Gabriela Mistral. La desaparición de los cisnes del hermoso lago Budi, cerca de Puerto Saavedra, donde era bibliotecario, fue narrada en su poesía “La Fuga de los Cisnes”:

“Reina en el lago de los misterios tristeza suma:
los bellos cisnes de cuello negro terciopelo,
y de plumaje de seda blanca como la espuma,
se han ido lejos porque el hombre tiene recelo.

Aún no hace mucho que sus bandadas eran risueños
copos de nieve, que se mecían con suavidad
sobre las ondas, blancos y hermosos como los sueños
con que se puebla los amores de la bella edad.

Eran del lago la nota alegre, la nota clara,
que al panorama prestaba vida y animación;
ya fuera un grupo que en la ribera se acurrucara,
ya una pareja de enamorados en un rincón.

..............................................

El lago amaban donde vivían como señores
los nobles cisnes de regias alas; pero al sentir
cómo implacables los perseguían los cazadores,
buscaron tristes donde ignorados ir a vivir.

Y poco a poco se han alejado de los parajes
del Budi hermoso, que ellos servían a decorar,
yéndose en busca de solitarios lagos salvajes
donde sus nidos, sin sobresaltos, poder salvar.

Más, desde entonces fue su destino, destino aciago
ser el objeto de encarnizada persecución:
vióseles siempre de un lado a otro cruzar el lago,
huyendo tímidos de la presencia del cazador.

Y al fin, cansados los pobres cisnes de andar huyendo,
se reunieron en una triste tarde otoñal,
en la ensenada, donde solían dormirse oyendo
la cantinela de los suspiros del totoral.

Y allí acordaron, que era prudente tender el vuelo
hacia los sitios desconocidos del invasor;
yendo muy lejos, tal vez hallaran bajo otro cielo
lagos ocultos en un misterio más protector.

......................................................

Si, por ventura, suelen algunos cisnes ausentes,
volver enfermos de la nostalgia, por contemplar
el lago amado de aguas tranquilas y transparentes,
lo hallan tan triste que, alzando el vuelo, no tornan más.”


Al igual que Winter,  Mabel Victoria Gracia Díaz, se preocupa por los peligros que corren los cisnes:

“Cisne de cuello negro
cántale al abismo
cántale a la muerte,
para que se duerman rápido
y no te encuentren,
para que el tiempo pare
y tu luz sea perenne.”


En cambio, el poeta uruguayo Mario Azzarini Scoseria   es más descriptivo:

“Se pintó de algodones
la calma de la laguna
Distinguida como ninguna
Esta especie del bañado
al contemplarla extasiado
me inspira siempre ternura .

Con el cuello de azabache
y las patas color carne
se deslizan elegantes
como que fueran los vientos
que los impulsan por cientos
sobre las aguas de esmalte .

Sus blancas plumas caudales
agitan como un plumero
si en el fondo del estero
algún crustáceo sabroso
delatado en sus retozos
va a parar a su garguero .”
..............................................


Monumento a Juan Ignacio Molina
Augusto François 


"y ya no hay nada que decir,

así refleja el cisne así,

el agua en sus alas...

por fin..."


Cisne - Luis Alberto Spinetta



Alex Mouchard

@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@

REFERENCIAS


-Bórmida, M. y Siffredi A. -1969-70-  Mitología de los tehuelches meridionales, en Runa, Arch. p. las Cien. del Hombre, XXII,1 y 2. Buenos Aires. Argentina.
-Bougainville, L. A. de – 1771 -  Voyage autour du monde par la frégate du roi "la Boudeuse" et la flûte "l'Étoile"; en 1766, 1767, 1768 & 1769. Paris, Saillant & Nyon, libraires, rue S. Jean-de-Beauvais.
-Casares, J. -1933 - El Cisne de cuello negro.  El Hornero, 5, p. 146.
-Charrier, R. y F. Hervé – 2011- El abate Juan Ignacio Molina: Una vida dedicada a la historia natural y civil del Reino de Chile- Revista de la Asociación Geológica Argentina 68 (3): 445 – 463.
-Echeverría Baleta, M. - Joiuen Tsoneka (Leyendas Tehuelches).
-Gay, C.  -1847 - Historia física y política de Chile. Zoología I. París.
-González Colville, J. –2006-  Informe Histórico y Arquelógico del Sector de la ex Viña Sotomayor, actual Viña El Aromo. Universidad del Mar Sede Centro Sur, Chile.
-http://es.wikipedia.org/wiki/
-http://www.biodiversitylibrary.org/
-http://www.educarchile.cl/
-http://www.mcnbiografias.com/
-Hudson, W. H.  -1893-  Idle Days in Patagonia.
-Kay, C. de – 1898 – Bird Gods.
-Opazo Maturana, G. -1942-  Historia de Talca: 1742-1942. 392 p. Santiago : Impr. Universitaria.
-Orrego González, F. -2011-  Juan Ignacio Molina y la comprensión de la naturaleza del Finis Terrae. Un acercamiento desde la
historia (cultural) de la ciencia - ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura Vol. 187 – 751.
-Pernety, A. J. -1769-   Journal historique d'un voyage fait aux îles Malouines en 1763 et 1764 pour les reconnoître et y former un établissement et de deux voyages au détroit de Magellan avec une relation sur les Patagons (2 volumes).
-Price, A. L. -  1994-  Swans of the World: In Nature, History, Myth and Art
-Rompel, J. -1911-  Juan Ignacio Molina. En The Catholic Encyclopedia. New York: Robert Appleton Company. 1911.
-Sclater, Ph. L. y W. H. Hudson – 1889-  Argentine Ornithology. 2 vol.
-Siffredi, A. -1968- El ciclo de Elal, héroe mítico de los aonik’enk. Runa 11:1 y 2.
-Tamayo, M. –2009-  El abate Juan Ignacio Molina (1740-1829) y su contribución a las ciencias naturales de Chile - Gestión Ambiental 17: 1-10.
-Toller, W. 1715. The History of a Voyage to the River of Plate & Buenos Ayres from England. Histoire d’un voyage en la Warwick du Plemue en la Grand Bretagne au Buenos Ayres en l’Amérique Meridionale, avec les observations utiles en les langues Anglois & François. Manuscrito en la Biblioteca Nacional de España. MSS 3039.
-Vicuña Salas, M.E. –2012-  Los años dorados de la Hacienda Bucalemu en sus 400 años de historia. 302 p. Bubok.
-Wallace, G – 1963 – An introduction to Ornithology. Mac Millan

EL VENCEJO DE COLLAR (Streptoprocne zonaris), EL PREDICADOR Y LAS FANTÁSTICAS GOWRIES

    Este huésped del verano, el pequeño vencejo que vive en los templos, testimonia aquí, junto a su amada mansión, que el aliento del cie...