Acauã vive
cantando
Durante o
tempo de verão
No
silêncio das tardes agourando
Chamando a
seca pro sertão
Ai, acauã,
teu canto é penoso e faz medo
Te cala,
acauã
Que é pra
chuva voltar cedo
. . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Acauá –
canción de Zé Dantas
[Acauã
vive cantando / durante el tiempo de
verano/ augurando en el silencio de la tardes/ llamando a la sequía para el
sertón/ ¡Ay, acauá!, tu canto es doloroso y causa miedo./ Cállate, acauá, / para
que la lluvia vuelva pronto.]
|
Guaco
Foto de W. Beebe – 1905 - Two Bird-Lovers in Mexico |
EL ULTIMO
NATURALISTA
De alguna
manera la historia del guaco se asocia con uno de los últimos naturalistas del
siglo XX: Alexander Frank Skutch, uno de esos raros ejemplos en que el objeto
de estudio del científico se transforma en su lugar en el mundo y en un
compromiso de vida.
|
Alexander Frank Skutch
http://wvw.nacion.com/proa/2005/noviembre/06/reportajes1.html
|
Skutch fue
uno de los últimos naturalistas de vieja estirpe que durante el siglo XX fue cediendo
espacio a los nuevos científicos de la biología. Él mismo se encargó de señalar
la diferencia: el triunfo del científico “es resumir sus observaciones en un claro
gráfico o en una fórmula matemática ... Para el verdadero naturalista, la
experiencia concreta de vivir las cosas en su ambiente natural es al menos tan
valiosa como cualquier generalización o ley que pueda extraer de sus
observaciones”.
Su obra
cumbre es “Life Histories of Central
American Birds” (1954), en tres volúmenes, la que lo consagró como uno de los
más importantes ornitólogos de la avifauna centroamericana. En su muy interesante
libro “A Naturalist in Costa Rica” nos cuenta además sus experiencias de vida
en ese país que adoptó como nueva patria.
Norteamericano de nacimiento, estudió botánica en la Johns
Hopkins University y sus primeros trabajos de campo en Jamaica, Honduras y Panamá le hicieron comprender que si bien ya
se conocía mucho de la diversidad de aves de Centroamerica, era muy poco lo que
se sabía sobre su comportamiento. Y por eso decidió dedicar su vida a llenar
ese gran vacío del saber ornitológico.
En medio
de la Gran Depresión de los años 1930 se le hacía difícil conseguir fondos para
financiar sus viajes de estudio, pero gracias a su formación botánica observó
que vendiendo ejemplares para herbarios podía obtener buenos recursos para
dedicar a las aves. Tras varios años herborizando, logró dedicarse
exclusivamente a la ornitología adquiriendo una pequeña granja en Costa Rica
donde residió hasta su muerte.
|
Los Cusingos
Foto Skutch,
Alexander F. – 1971 - A naturalist in Costa Rica. |
En esa
época Costa Rica aún no estaba mayormente afectada por problemas ambientales como después ocurrió,
especialmente a causa de los desmontes. Después de trabajar en la zona de San
Isidro y Rivas, se estableció en el valle de
El General, cerca de la localidad de El Quizarrá, donde inicialmente
vivió sólo durante 9 años. En 1950 se casó con Pamela, hija del botánico
inglés Charles H. Lankester. No tuvieron hijos pero adoptaron a Edwin, el hijo
de uno de sus peones, quien lo ayudó en su trabajo de campo con las aves.
En la
selva tropical, la sede principal de la vida terrestre, según Skutch, encontró reflejados
los diversos aspectos de la vida humana: la belleza, la paz, la lucha y la
violencia, la variedad y también el aburrimiento y la opresión. Un “epítome de
la vida humana”.
Cuando se
estableció en El General en 1935, el lugar estaba mayormente intacto. Había muy
pocos habitantes y grandes extensiones de selva virgen, aunque los grandes
mamíferos como el yaguareté, el puma, y el tapir ya se habían retirado de la
zona. Pero la población se multiplicó por diez, aumentó el comercio y el tránsito
automotor, comenzaron los desmontes masivos para instalar cultivos y pasturas.
La selva fue destruida en poco tiempo con el consiguiente lavado de la tierra y
la necesidad de aplicar agroquímicos, agravando los problemas.
Sólo
permanecía intacta la Cordillera de Talamanca, que Skutch propuso para parque nacional
y que afortunadamente hoy constituye el Parque Internacional La Amistad,
Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) y que abarca casi 200.000 ha conservando
valiosas especies de la flora y fauna.
Volvamos a
escuchar las vigentes y acertadas palabras de Skutch sobre el tema de la
conservación y el control de la población: “Aunque mucho se ha perdido, mucho
también se ha salvado, que, de otra forma hubiera desaparecido (...) y de las
cosas que se han ido , algunas han sido preservadas, aunque imperfectamente, en
la memoria y en los escritos con los que he tratado de inculcar en otros el
interés y la belleza (...) Tendremos que considerar la posibilidad de que a través
de toda su existencia, este planeta
puede soportar sólo una cantidad limitada de seres humanos, de modo que cuanto
mayor sea la cantidad de personas que vivan hoy, consumiendo sus recursos,
menor será la cantidad que pueda soportar en el futuro. (...) Una gran
dificultad es que las ciudades y las naciones han crecido tanto que sus
problemas desafían nuestras pequeñas mentes y nuestros reducidos recursos.”
|
Skutch a caballo
Foto Skutch,
Alexander F. – 1971 - A naturalist in Costa Rica.
|
Como
muestra de su coherencia intelectual digamos que renunció a vivir con corriente
eléctrica para no tener que cortar un
sector de bosque por donde tenían que tender los cables. De la misma forma
evitó capturar aves para sus estudios: “Con excepción de uno que otro gavilán
que estaba persiguiendo gallinas, no he matado ni un solo pájaro”, criticando a
un colega que había matado cien
colibríes para obtener datos estadísticos.
“¿Qué es más importante? ¿Ver la armonía de la naturaleza con otros
seres vivos, lo que yo llamo bondad, o tener datos científicos? (...) Como yo
lo veo, es tan importante la vida de un animal si es el último de su especie
como si es uno entre un millón.”
De
carácter introvertido y pacífico, pese a
sus ideas, Skutch no participó activamente de los movimientos
conservacionistas, quizás por su rechazo a concurrir a las grandes ciudades. Al
respecto decía “el hombre hace un aporte importante a la naturaleza con
solamente la apreciación. La conservación y la protección, sin la apreciación,
no valen mucho, pero la verdadera apreciación siempre incluye la idea de
proteger”. Las ideas filosóficas de Skutch, seguidor del positivista Herbert
Spencer, son reconocidas también como parte del patrimonio cultural de Costa
Rica. Además debemos mencionar que escribió algunas novelas y un cuento para
niños.
Alexander
Skutch falleció en 2004, pocos días antes de cumplir los 100 años. Sus restos
descansan en su finca llamada Los Cusingos (nombre común del tucán Pteroglossus frantzii) junto a los de su esposa Pamela.
EL HALCON
GUACO
|
Macaguaes
Storni, J.
S. – 1940 – Hortus guaranensis. La Fauna. Tucumán.
|
Pero
nuestro blog trata también de otros animales, y en este caso se trata del Pájaro
Guaycurú o Halcón Guaco a quien Skutch dedicó un capítulo: “El cazador de serpientes”.
Asegura
que el más renombrado cazador de serpientes es el llamado Halcón Reidor
(Laughing Falcon) en los libros, pero al que la gente del pueblo llama Guaco porque ese nombre representa su
inquietante y obsesivo canto. Skutch lo
describe como fuerte, hueco, incansablemente reiterado: ¡wah-co,
wah-co, wah-co!. A diferencia de algunos que lo comparaban con un grito de
un hombre agonizando, lo considera de un profundo e inescrutable misterio,
sobre todo porque se escucha más a menudo en el crepúsculo nocturno, cuando el
pasaje se desvanece en un conjunto de formas sombrías y vagas. A veces va
precedido de un grave; ¡ha ha ha!, la
risa gutural que le dio su nombre científico (ver más adelante “Los nombres del
Guaco”)
El
naturalista le pagaba a los chicos del lugar para que le indicaran donde había
nidos de ciertas aves que le interesaban. Una tarde con uno de ellos, Lalo, de
12 años, vieron cruzar un guaco con una serpiente en las garras. Lo siguieron a
través de un cañaveral, un cultivo de bananas y un arbustal lleno de
enredaderas, hasta que se detuvo en la rama de un burío (Heliocarpus appendiculatus). Allí entregó la presa a su hembra y
tras algunas voces apagadas, regresó a la selva. La hembra se introdujo en una
cavidad a 30 m de altura donde estaba el nido con las crías.
Skutch se
mantuvo al acecho en los días subsiguientes “Habían sido durante tiempo aves tan
misteriosas que yo estaba doblemente ansioso por correr el velo de ignorancia
que ocultaba los secretos de sus vidas”.
Pudo
observar una nueva entrega de una víbora de coral a la hembra seguida de una
ceremonia de canto triunfal: la famosa risa ¡how how how!, seguida luego del fuerte ¡wac
wac wac!, que continuaron ambos durante varios minutos, “proclamando a
todos los escuchas que otra serpiente había caído víctima de la habilidad de
los halcones.”
Mientras
la hembra permanecía con la serpiente en el pìco a la entrada del nido, “inmóvil
como la estatua de un monumento a la supremacía del halcón sobre la serpiente”,
un pichón cubierto de plumón se asomó.
Pero la madre permaneció dos horas y media (!) en esa posición hasta que
finalmente dejó caer la serpiente dentro del nido. Y más tarde empezó a despedazarla y alimentar
la cría.
Notemos
que Skutch pasó desde la mañana temprano hasta el anochecer observando el nido,
lo que indica su gran concentración en esta tarea de observar y obtener datos sobre el comportamiento de las
aves.
|
Acauá
Goeldi,E.A. -1900-1906 -Álbum de Aves Amazônicas |
“Extendida
por toda América Tropical existe una
enredadera retorcida con unos densos racimos de flores verdosas y grandes hojas
ovales que, cuando crecen en la sombra, tienen un hermoso color verde
aterciopelado en el haz y marcas de un
intenso púrpura por debajo. Esta planta, miembro de la familia de las
compuestas, es conocida por los botánicos como Mikania guaco, y llamada por el pueblo hoja de guaco y se la
considera un eficaz remedio para la picadura de víbora. Se dice que el guaco,
herido en un encuentro con una serpiente venenosa, come de estas hojas y se
cura. Es interesante que un mito similar haya surgido sobre otro matador de
serpientes de una clase muy diferente,
que vive en el otro lado del, mundo, la mangosta de la India. Pero hay escasa evidencia de que tanto
el conquistador de serpientes aviario como el mamífero puedan salvar su vida de
otra forma que evitando los dientes de su adversario.”
|
Mikania guaco
Descourtilz, M.E., Flore médicale des Antilles, vol.
3: t. 197 (1827) |
Mikania
glomerata o guaco es una liana de América Tropical, conocida como "hierva
de serpentes" en Brasil porque los indígenas la utilizan para
tratar las picaduras de serpientes venenosas, en forma de cataplasma. Estudios de laboratorio
han de mostrado que el extracto de la raíz reduce la hemorragia producida por
el veneno de Bothrops (yararás) en ratas y el edema causado
por picadura de Crotalus (víbora de cascabel), asimismo la savia
reduce la actividad coagulante de dichos venenos.
“El hallazgo de las
propiedades del guaco fue hecho por un negro que vio a una águila llamada
guaco comer de la Mikania luego de ser
mordida por una serpiente. El negro reveló su secreto a Francisco Javier
Matis, el dibujante de la Expedición [de Celestino Mutis], y éste probó en si mismo
la virtud del guaco. Untándose las manos con el zumo y tomando de él,
cogía las culebras sin que le hicieran daño. Se hizo morder de una y no se le
presentaron síntomas de intoxicación”.
Pérez – Arbeláez,
E. 1978. Plantas útiles de Colombia. Litografía Arco, Bogotá.
|
Una de las
tardes que Skutch dedicó a observar el nido se percató que un animal estaba
trepando el tronco del burío. Enseguida reconoció que se trataba de un
tayra (ver nuestra entrada EL
HURON MAYOR, IRARÁ o EIRA Eira barbara : TEMIBLE SEÑOR DE LA MIEL).
A pesar de que el predador seguía avanzando, la madre guaco parecía no notar su
presencia, sólo cuando estaba llegando al borde del nido, se lanzó la hembra
contra la tayra que la recibió gruñendo y mostrando los dientes. Dado el curso
de los acontecimientos Skutch decidió romper el compromiso que toma cualquier
biólogo, de no intervenir para no alterar el curso de los sucesos naturales.
Pero se dio cuenta que no tenía ningún arma ni objeto que pudiera arrojar al
predador, sólo le quedó gritar y agitar los brazos con lo que el tayra bajó al
suelo. Sin embargo volvió a insistir, acompañado de su pareja, para ser
nuevamente asustada por los gritos de Skutch que se había sacado la camisa y la
agitaba frenéticamente. Luego siguió observando al para comprobar si había
conseguido salvar al pichón. Pero, ante la desilusión del naturalista, la
hembra, que había quedado en una percha cercana, de improviso voló hasta el
nido y levantó con el pico el cuerpo inerte de su cría, muerta por el tayra, lo
dejó caer acierta distancia y tras contemplarla un par de minutos, empezó a
despedazarla y a comérsela.
“La criatura
que había traído al mundo tras semanas de paciente incubación, dándole calor
con el calor de su cuerpo, y cuidada continuamente día y noche, se había
transformado para ella –ahora que su
chispa vital se había extinguido- en lo que realmente era, un trozo de carroña
sin vida, un pedazo de materia orgánica, cuya única utilidad era proporcionar
alimento a algún otro animal vivo. ¿Por qué no a ella que le había dado la
vida, antes que a la destructora tayra ...? ¿Por qué el guaco no podía seguir
siendo guaco, antes que transformarse en tayra?”.
Analizándolo científicamente
el sacrificio heroico de la madre guaco, que por otra parte carecía de armas
suficientes para enfrentar al tayra, no hubiera tenido sentido biológico. Era
mejor que se preservara para poder criar otro pichón en otra oportunidad.
|
Macagua rieur
Chenu,J.C. y Desmarest,E. 1851-1860 - Encyclopédie d'histoire naturelle. Paris :Maresq |
Cuando
después de un tiempo regresó el macho con una nueva presa, de alguna manera,
mediante suaves vocalizaciones, la hembra le informó que la cría ya no existía.
Entonces ambos se alejaron volando hacia un alto árbol, donde la hembra comió
un poco y luego, en la luz crepuscular, ambos lanzaron su canto de triunfo. “El
misterioso canto transportado lejos,
sobre el adormecido valle,
proclamaba ampliamente que, aunque un tayra podía matar un guaco pichón,
la especie de los guacos aún era vigorosa y fuerte y necesitaría más y más
serpientes para alimentarse.”
LOS
NOMBRES DEL GUACO (Herpetotheres
cachinnans)
La voz del
guaco es impresionante y ha dado lugar a la aplicación de varios nombres
comunes de índole onomatopéyica, así como al surgimiento de varias leyendas.
Linné,
habiendo desarrollado su sistema de clasificación, se sintió obsesionado por
clasificar cuanto ser vivo llegara a su conocimiento. Así, como es sabido,
envió a los cuatro puntos cardinales a varios discípulos suyos, sus famosos
“apóstoles", para que le trajeran ejemplares de plantas y animales de
las más remotas regiones. Uno de ellos, Daniel Rolander, fue enviado a Surinam,
la Guayana Holandesa, con el principal objetivo de herborizar. Rolander registró
sus observaciones en un manuscrito, el “Diarium Surinamicum”, que recién se
publicó después de su muerte.
Este es su
relato: “Si vagas por las oscuras sombras de las selvas, escucharás risas
burlonas en ciertos lugares, -el tipo de burlas que hacen los miserables o
aquellos que ríen sardónicamente o incluso los locos. (...) identificamos al
ave que produce este tipo de risa, que hasta entonces nunca había podido ver o
dispararle. Hoy, mientras caminaba por la selva cerca de nuestro alojamiento, nuevamente escuché éstas burlonas salvas, que
mi compañero aseguró venían del ave que ellos llaman vitlacker, es decir: el burlón. La gente odia a esta ave por dos
razones: primero porque persigue y mata gallinas y palomas domésticas; segundo
porque grita fuertemente a cualquiera que viene a espantarlo cuando se ha posado
o acecha a su presa. Hoy uno estaba posado en la punta de un tronco tratando de
tragar una serpiente que tenía en sus garras. Mientras nos acercábamos, voló a
la punta de un árbol alto, para reirse de nosotros. Pero antes de que pudiera
hacer “pi”, una bala de plomo lo atravesó y lo hizo caer muerto al suelo. Un
pico curvo, pies con tres dedos hacia adelante y uno hacia atrás, así como la
cabeza cubierta de plumas y la forma de vivir cazando, indican suficientemente
que es un halcón, al que he llamado Falco
cachinnans en referencia a su risa.”
Linné pues
introdujo al guaco en el mundo científico con el nombre que le dio Rolander y
que proviene del verbo latíno cachinnare,
“reir a los gritos”. Y acotó “Lanza una risa a gritos al ver a un hombre”.
|
Macagua
Vieillot, L. J. P. – 1817 - Nouveau dictionnaire
d'histoire naturelle |
Más tarde,
Vieillot, comprendiendo las diferencias que tenía con los demás halcones
especialmente por sus alas cortas, lo ubicó en un nuevo género Herpetotheres: 'cazador de serpientes',
del griego herpeton: serpiente,
reptil, y theras: cazador. Y justifica el nombre porque “los macaguas viven en los bosques que
bordean las sabanas inundadas y los
bañados, y se posan en las ramas secas y altas, lo que hace sospechar que se
alimentan de ranas, lagartos y otros reptiles”. Vieillot indica también que en
las tierras de Cayena (Guyana) le dicen pagani,
pero este es un nombre genérico para muchas rapaces.
En Yucatán
el nombre local es koss y por su
canto ocupa un lugar importante en las leyendas. Así lo describe el ornitólogo
Frank Chapman: “Las voces de este halcón
son las más humanas y sobrenaturales en carácter que las de cualquier otra ave
que haya oído. El primer individuo que observé estaba posado en un árbol que
crecía en lo alto de un templo maya. Desde esa atalaya se burlaba de mí con una
risa verdaderamente maníaca hasta que llegué a distancia de disparo. Y
entonces, con una fuerte risa contenida, huyó volando. No escuché más este
llamado, pero uno aún más sobrenatural se escuchaba cada noche y cada
mañana de varios individuos de esta
especie que vivían cerca de las ruinas. Están descriptos en mi diario como
parecido al grito de un hombre en medio de un gran dolor, y terminando en un
agonizante y largo grito. Era indescriptiblemente horroroso, y finalmente se
hacía tan desagradable que con gusto hubiera transformado a cada Herpetotheres cercano a la hacienda
en un espécimen de museo.”
En Tabasco
(México) se le dice pájaro vaquero,
por la semejanza de sus gritos con los que emplean los vaqueros al arriar las
reses al redil. En Veracruz se lo conoce como llamanorte porque según los pobladores cuando canta posado en una
rama verde anuncia lluvias o “nortes”,
pero si se posan en árboles secos, indican buen tiempo. Esta misma creencia se
tiene en el nordeste brasileño.
El Guaco
Guaquito! S
aum bircha, que sica-y ne’
Guaquito! Cuere
sainé que dura né
Guaquito! Bonito
cherri que usted vente conmigo
Deame in
tranquito, en diras que no
Yo diré
que no
Yo lo
quiero a usted
Pero usted
a mi no
Canción de los indios yaquis de Sonora
México
Hood, Juliette Mouron. 1933. Andrew J.
Grayson: The Audubon of the Pacific. The Auk 50(4):396-402.
|
En la
mitología e iconografía maya se consideraba que el Dios Pájaro Principal a
veces sostiene una serpiente en el pico, y quizás sea una representación del
halcón guaco tal como se ve en muchas piezas de cerámica.
Los
nativos de Guatemala le llaman guansi.
En Nicaragua le dicen cuervo de lluvia
porque grita después de la caída del sol, cuando suele llover. Totalmente
opuesta es la creencia brasileña donde, como refleja la canción que elegimos
como epígrafe, anuncia la sequía en el sertón nordestino.
Para los
ticos y otros pueblos centroamericanos es el halcón guaco. Para los indios huetares, el guaco los protegía
especialmente de las serpientes venenosas porque visitaba las cuevas en su busca. Creían que el guaco era un mensajero
de Dios y que su canto era la señal de una nueva vida o de una muerte.
En El
Salvador se le llama halcón guas, guaz
o guaxe, nombre de origen nahuatl. El
guaz indica con su presencia el inicio o el fin del verano y del invierno. Para
la población nativa “el paso de los guaces” indicaba cuándo sembrar, al caer
las primeras lluvias, y cuándo cosechar, al comenzar el verano.
En Ecuador
se lo conoce como valdivia y los
campesinos la consideran de mal agüero creyendo que con su canto dice “¡hueco va, hueco va!”, anunciando la muerte
de una persona cercana.
En Brasil,
donde recibe el nombre tupí de acauá, acaná o cauá (acá: decidido, y el
sufijo uá dando la idea de peleador,
pendenciero). Su grito es considerado tanto de buen como de mal augurio, según
la región. En el Amazonas anuncia la llegada de forasteros. En la zona de Minas
Geraes se cree que su canto dice “Deus-quer-um” (“Dios quiere uno”), como anunciando
la muerte de alguien de la casa. Para otros señala la buena fortuna. Los indios lo denominan guira jeropari que significa demonio, y se cree que sus huevos son
aplastados por el diablo. En el cuento “Acauá”, de Inglés de Souza, es un
ave-demonio que hechiza a la hija del protagonista y termina convirtiéndola en
ave.
En
Paraguay se lo conoce como macaguá,
nombre quizás derivado de acauá, y según Félix de Azara “así le llaman, porque
canta con claridad su nombre en libertad”. El Padre Nicolás del Techo describe
las luchas del macaguá con las
serpientes: “Es digno de ver un combate entre estos animales; el ave se
defiende con el pico y las alas; la serpiente ondula en el agua para buscar un
lado vulnerable y evitar los golpes de su enemigo.” Y cuando las aves se ven
heridas por el ofidio “comen la yerba llamada macaguá, que les sirve de
antídoto”.
El padre
Montenegro dice de esta misma hierba: “escribe de ella el Padre Montoya, de
donde es sacado su eptimología, que es nombre de un pájaro llamado Macaguá, el
cual haciendo harnés, ó escudo de su ala pelea con la vívora hasta matarla, dándole
fuertes picotasos por entre las plumas, y sintiéndose herido acude luego á
comer la yerba, la cual le sirve de cura, y antídoto contra la maliciosa
ponzoña de su contrario, y vuelve á la pelea, si acaso no quedó del todo
muerta, y al instante se la traga entera, sin reserbar cabeza ni cola, con que
se sustenta, y acaba de curar lo interno de sus entrañas de la venenosa
cualidad fria de su veneno. Comidas sus ojas verdes como una cuarta de ellas,
luego que pica la vívora, y asi mismo mascada y aplicada á la mordedura, queda,
sin lesión y sin accidentes el herido”. En efecto Montoya relató que el ave se
alimenta de serpientes como la yarará y la mboipoi, y luego de comer busca para
curarse la hierba llamada caá macaguá
(hierba del macaguá), isipó morotí o macaguá isipó (Cissampelos pareira). Esta es una trepadora de América Tropical que
en otras regiones tiene los nombres comunes de abuta, hierba de la víbora,
alcotán y huaco blanco. Tiene amplio uso en la medicina popular: las tribus
ketchwa de Ecuador usan la decocción de las hojas contra la picadura de víbora.
|
Caá macaguá
Montenegro, H. Pedro de – 1945 – Materia
Médica Misionera |
Según
Alcides d’Orbigny los indígenas de Santa Cruz
y Moxos (Bolivia) tienen “la idea que el grito del macaguá anuncia,
infaliblemente, la llegada próxima de una piragua proveniente de países alejados;
así, sin otro indicio que ese, se reúnen enseguida en el puerto para esperar a
los viajeros. Aunque muy a menudo engañados por su absurda creencia, no por eso
la abandonan desde hace siglos.” Como bien razona el naturalista francés, dado
que es un ave que empieza a gritar ni bien divisa animales u hombres que se le
acerquen, es probable que de allí haya salido la superstición. Los indígenas
yuracares del Beni le llaman biyo y
en Santa Cruz se le dice macono.
En el
litoral argentino se lo conoce como pájaro
guaycurú o pájaro del indio.
Ignoramos de dónde proviene el primer apelativo. Los guaycurúes eran una etnia
que vivía en la región del Gran
Chaco, El nombre guaycurú proviene del guaraní gua: gente; ai: malo, falso, traidor, y curú: sarna o suciedad de la piel. Era
una designación peyorativa que daban
los guaraníes a estos pueblos que consideraban bárbaros o salvajes. Hemos visto que ciertos
diseños de pintura facial que utilizan en sus danzas los qom, uno de los
grupos guaycurúes que han sobrevivido hasta nuestros días, semejan la cara del
ave con su antifaz negro sobre fondo blanco.
|
Qom bolivianos danzando
www.danzastobas.com |
Los qom lo
designan como wa’qao que parece ser
onomatopeyico. Cuando canta en primavera, en tiempo de sequia y viento norte,
interpretan que está en conformidad con ese clima, pero si lo hace a destiempo
significa que está por venir el viento norte. En general lo consideran de buen
augurio.
ALEX MOUCHARD
+Arenas , Pastor
y Porini, Gustavo -2009- Las aves en la vida de los tobas del oeste de
Formosa, Argentina. 281pp. Editorial Tiempo de Historia.
+Artera
Vargas, Germán - - Las aves en las creencias populares. http://www.eluniverso.com/
+Beebe, C. William – 1905 - Two Bird-Lovers in
Mexico. Boston and New York: Houghton, Mifflin and Company.
+Chapman,
Frank M. – 1896 - Notes on Birds Observed in Yucatan. Bulletin American Museum of Natural History.
Vol. 8.
+Chinchilla
Mazariegos, Oswaldo Fernando y Coe, Michael D. -2005 - Imágenes de la
mitología maya. 255 pp. Museo Popol Vuh.
+Hilje,
Luko – 2004 - Alexander Skutch: ¿el último gran naturalista? - Manejo Integrado de Plagas y Agroecología
(Costa Rica) No. 72 p.1-9.
+Linnæus,
C. 1758. Systema naturæ per regna tria naturæ, secundum classes, ordines,
genera, species, cum characteribus, differentiis, synonymis, locis. Tomus I.
Editio decima, reformata. – pp. [1–4], 1–824. Holmiæ. (Salvius)
+Montenegro,
H. Pedro de – 1945 – Materia Médica
Misionera - Buenos Aires: Imprenta de la Biblioteca Nacional.
+Skutch,
Alexander F. –1954 a 1969- Life Histories ot Central American Birds. Berkeley,
California : Cooper Ornithological Society.
+Skutch,
Alexander F. – 1971 - A naturalist in Costa Rica. 378 pp. Florida : University
of Florida Press.
+Souza,
Inglês de -2005. [1893]- Acauã. En Contos amazônicos. 3a ed. São Paulo: Martins
Fontes.
+Storni, J.
S. – 1940 – Hortus guaranensis. La Fauna. Tucumán.
+
The IK
Foundation & Company - The Linnaeus apostles: Pehr Löfling – Daniel
Rolander – Vol 3 - http://www.ikfoundation.org/ibooks/ibooks.php. Bamberg, Germany.
+Vieillot,
L. J. P. – 1817 - Nouveau dictionnaire d'histoire naturelle, appliquée aux
arts, à l'agriculture, à l'économie rurale et domestique, à la médecine, etc. Vol
18 p. 317 Paris: Chez Deterville.