Charles Waterton
“Anteriormente he comentado que deseaba tener la posibilidad de decir que el vampiro me había succionado. Les di muchas oportunidades, pero siempre fueron tímidos; y aunque recientemente succionaron muy fuertemente a un joven indígena, mientras dormía en su hamaca, en el galpón contiguo al mío, no querían tener nada que ver conmigo. Su dedo gordo del pie parecía ser mucho más atractivo. Lo examiné minuciosamente mientras lo lavaba en el río al amanecer. El “cirujano nocturno" le había hecho una herida, casi de forma triangular, y la sangre salía rápidamente de ella. Su hamaca estaba tan sucia y manchada de sangre coagulada, que se vio obligado a rogarle a una anciana negra que se la lavara. Mientras ésta la bajaba a la orilla del río, la extendió ante mí y sacudió la cabeza. Le comenté que suponía que el dedo del pie de ella era demasiado viejo y duro como para tentar al doctor vampiro a extraer una cena de él; y ella respondió, con una sonrisa, que los médicos generalmente preferían a las jóvenes.”
“Todavía
nadie ha podido informarme cómo es que el vampiro logra sacar tanta sangre,
generalmente del dedo del pie, mientras el paciente permanece todo el tiempo en un
sueño profundo. Nunca he oído hablar de una persona que se despertara
durante la operación. Por el contrario, continúa en un profundo sueño, y al
momento de levantarse, sus ojos son los primeros en informarle que ha habido un
ladrón sediento sobre el dedo de su pie.”
“Los
dientes del vampiro son muy afilados y no muy diferentes a los de la rata. Si
es que inflige las heridas con los dientes (y parece que no tiene otros
instrumentos), uno supondría que la agudeza del dolor haría despertar a la
persona succionada. Somos ignorantes en este tema (1); y no conozco ningún medio
por el cual se pueda arrojar luz sobre ello. Es de esperar que algún futuro
vagabundo de las selvas de Guyana, sea más afortunado que yo, y atrape a este
depredador nocturno in fraganti. Alguna vez mencioné que maté a un vampiro que
medía 81 cm de punta a punta de las alas extendidas; pero otros, que he
examinado desde entonces, han medido generalmente de 51 a 66 cm (2).”
….
“Hace
algunos años fui al río Pomeroon con un caballero escocés, de nombre Tarbet.
Colgamos nuestras hamacas en el desván con techo de paja de la casa de un
hacendado. A la mañana siguiente escuché a este caballero murmurando en su
hamaca, y de vez en cuando soltando uno o dos insultos, justo a la hora en que
debería estar rezando sus oraciones matutinas. -«¿Qué ocurre, señor?», dije en
voz baja, «¿Pasa algo malo?» -«¿Qué pasa?» respondió él malhumorado, -«Pasa
que los vampiros me han estado chupando a morir». Tan pronto como hubo
suficiente luz, fui hasta su hamaca y la vi muy manchada de sangre. «Aquí», dijo,
sacando el pie de la hamaca, «mira cómo estos diablillos infernales han estado
sacándome la sangre.»
“Al
examinar su pie, descubrí que el vampiro le había mordido el dedo gordo del
pie: había una herida algo menor que la de una sanguijuela; la sangre todavía
manaba de ella; calculé que podría haber perdido 280 a 340 gramos de sangre.
Mientras lo examinaba, creo que lo puse de peor humor al comentarle que un cirujano
europeo no hubiera sido tan generoso como para sangrarlo sin costo. Me miró a
la cara, pero no dijo una palabra: me di cuenta de que pensaba que mejor me
hubiera ahorrado esa inoportuna broma.”
Traducción y notas: Alex Mouchard
(1) El primer anestésico local conocido fue la cocaína, aislada en 1855 y utilizada como tal desde 1885.
(2) Aquí Waterton se confunde de especie ya que el murciélago vampiro (Desmodus rotundus) sólo mide de 20 a 30 cm de envergadura. Por ejemplo, el murciélago espectral (Vampyrum spectrum) que es cazador pero no hematófago, llega hasta 1 m de envergadura.
Texto:
Waterton, Charles -1879- Wanderings in South America, the
North-West of the United States and the Antilles, in the Years 1812, 1816,
1820, & 1824. London: Macmillan & Co.
Dibujo:
Shaw, George. 1800. General zoology, or Systematic natural history.
v.1:pt.1-2. London, Printed for G. Kearsley, 1800-1826.
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