"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


domingo, 2 de diciembre de 2012

EL YACU TORO (Pyroderus scutatus): EL GRAN PÁJARO DE LA GARGANTA DE FUEGO:


YACÚ-TORO (Pyroderus scutatus)


“Pavão misterioso
Pássaro formoso
Tudo é mistério
Nesse teu voar”

Pavão Misterioso
Ney Matogrosso

[Pavo misterioso – pájaro hermoso – todo es misterio – en tu forma de volar]


Algunos días atrás estaba acampando con unos amigos a orillas del arroyo Uruzú en el Parque Provincial Uruguaí (Misiones/ Argentina). Habíamos pasado una semana en ese lugar maravilloso, uno de los últimos relictos de la selva paranaense. Pudimos ver una buena cantidad de especies de aves poco conocidas por nosotros,  los porteños. Sin embargo, esa mañana, cuando ya habíamos levantado el campamento para regresar, tenía la sensación de que me faltaba “la frutilla del postre”, así que decidí dar una última vuelta por las orillas del arroyo.

Entonces avisté un gran pájaro. Muy grande en realidad para ser un pájaro. Tenía el tamaño de una paloma picazuro y se lo veía revolotear desde su percha descolgando  unos pequeños frutos que colgaban de otra rama.  No le escuché ninguna voz, pero me llamó la atención su garganta de color rojo fuego. Tras breves minutos se alejó volando entre  la espesura. Recordé haber visto al ave en fotos y dibujos y supe que era un yacú-toro.

Ya vuelto a Buenos Aires busqué información sobre este extraordinario pájaro,  el mayor de los paseriformes de Argentina. Aunque solemos usar la palabra pájaro para cualquier ave más o menos pequeña, con pico, cuello y patas cortas,  los verdaderos pájaros  forman  un orden, los paseriformes,  que incluye por sí solo unas 5.400 especies, más de la mitad de las aves vivientes.

Parece ser que el primero en describir a este pájaro científicamente fue el zoólogo inglés George Shaw en 1792, y  afirmaba que ” no es mucho menor que un cuervo”, que es el paseriforme más grande del mundo.

Shaw, G. -1792-96. Musei Leveriani explicatio, anglica et latina
Shaw, cofundador de dos prestigiosas sociedades científicas como la Linnean Society  y  la Royal Society, había emprendido la tarea de describir los especímenes de la colección reunida por Sir Ashton Lever (ver recuadro). En ese menester se encontró con este curioso pájaro del cual ignoraba el país de origen y obviamente su hábitat, y quizás por eso fue dibujado posado sobre una roca. Su cuello de un “muy rico y brillante escarlata” le recordaba al  piauhau una especie de colorido similar, que vive en  Centroamérica y en el norte de Sudamérica, y que es una versión menor del yacú-toro.

   
Shaw ubicó  al ave en el género Coracias, creado por Brisson para una especie de cuervo, y que Linné caracterizó por tener un “pico como cuchillo, con el ápice recto”.


EL MUSEO LEVERIANO

Sir Ashton Lever fue un coleccionista de historia natural. Desde sus primeras colecciones de caracoles fue agregando especímenes de animales y objetos étnicos que almacenaba en su casa de Alkrington Hall, Manchester, donde terminó  organizando su exhibición gratuita al público en 1766. Más tarde, debido a la gran afluencia de público,  trasladó el museo a Londres donde se lo conocía como Holophysicon (es decir, “todo lo natural”) o Museo Leveriano. Cuando la colección ya llegaba a los 28.000 ejemplares, y pese  a cobrar entrada, Ashton quebró debido a la obsesión de seguir gastando dinero en nuevas colecciones. Intentó vender  su colección al Museo Británico y a la emperatriz Catalina II de Rusia, pero como no tuvo éxito termino organizando una gran rifa. El ganador,  James Parkinson,  lo mantuvo en funcionamiento hasta la muerte de Lever  y,  como el museo era más una colección de curiosidades que un museo científico,  solicitó a Gray que estudiara el material para organizarlo, lo cual hizo sin poder en muchos casos identificar la procedencia, como ocurrió con el yacú-toro.  Finalmente Parkinson puso en remate la colección que en su  mayor parte fue adquirida por el Museo Imperial de Viena.





Más tarde,  en 1840, Gray le creó un género nuevo, Pyroderus,  ya que Coracias se refería a los cuervos, y actualmente es un género del orden Coraciformes, aves llamadas en ingles “rollers” y en francés “rolliers”,  es decir “rodadores” por las acrobacias aéreas que realizan durante el cortejo. Observemos que Shaw habí aplicado a su ejemplar un nombre común libresco: red –breasted roller, o “rodador de pecho rojo”.

 Pyroderus, significa en griego “garganta (color) de  fuego” y de allí el título de nuestra entrada. Por ese rojo en la garganta Félix de Azara la designó con el nombre de "urraca degollada". Ubicó al yacú-toro  entre las urracas aunque sospechándole un parentesco  con los ictéridos como el tordo y el yapú. Parece que su gran tamaño y color oscuro confundía a los naturalistas que lo creían un córvido.  Sin embargo digamos para su beneficio que no conoció personalmente al pájaro  cuyos datos le fueron aportados por el cura Noseda, su asistente  en esto de describir la profusa avifauna del Paraguay. El nombre específico scutatus , “ con escudo”, también hace referencia al notable rojo de la garganta y cuello que se destaca como un blasón. Dice Noseda: “La garganta y sus costados, que son tan roxos encendidos, que parecen tripe lustroso”

Temminck, C. J. - Buffon, G. L. L.,  Huet, N. - Laugier de Chartrouse, G. M. J. M., - Prêtre, J. G -1838-

 Nouveau recueil de planches coloriées d'oiseaux



Mucho antes de Shaw y Azara, los guaraníes conocían este pájaro que engalanaba su medio ambiente. Lo denominaban  yacú toro, de “yacú”, que es el nombre que dan a las pavas de monte, apelativo que el pájaro se ganó por su gran tamaño. Por eso los brasileños la llaman  pavão-do-mato, o sea “pavo de la selva.”  Toro, fue tomado del español,  y se refiere a  su voz profunda, que suena como el mugido de un toro o  como si se soplara dentro de una botella. De allí también el nombre de pájaro torero que le dan en Venezuela, y el de toropisco (= “toro-pavo”) que le dan en Colombia. . Los indios mbyá también le dicen güyra-toro, es decir “ave toro”.



Como todo animal que se destaca por algún rasgo particular, el yacú-toro dio origen a varias leyendas. En una de ellas, compilada por Francisco Pérez-Maricevich, dos héroes míticos guaraníes, Pahí Rete Curajhy y Yasy-ra ( = “futura luna”) fueron a cazar pájaros para alimentar a los Mbahé Ypy (“los seres primitivos”) con quienes convivían y a los que consideraban  parientes muy  cercanos,  desconociendo que en realidad habían devorado  a su madre.  Al disparar Yasy-ra una flecha contra un loro, éste la  esquivó y le devolvió una verdad: “ Sustentáis a los que devoraron a vuestra madre”. Comprendiendo la realidad,  Pahí ordenó a Yasy-ra que devolviera la vida a todos los pájaros que habían cazado, liberándolos. Un lazo  hecho con raíces de muembe-pí o güembé, con el que había cazado una pava o  yacú,  también fue convertido en un pájaro y éste fue el yacu-sa-güé (= “lazo que fue del yacú”), que lleva en su pecho el color rojo oscuro de la espata del muembé-pí (Philodendron eichleri ?) a partir de la cual fuera creado.  Yacu-sa-güé es el nombre del yacú toro en las tradiciones religiosas guaraní-mbyá.



LEKS

Vistoso como pocas aves el yacú-toro macho usa sus galas para atraer a las hembras. Su sistema de cortejo es el conocido como “ lek”.  Esta es una palabra sueca que se traduce como  actividades lúdicas o placenteras. En este tipo de cortejo los machos se reúnen en sitios determinados llamados ‘arenas’, nombre que en la antigua Roma se refería al piso de los coliseos donde lidiaban los gladiadores.. El lek se divide en pequeños territorios que los machos defienden entre sí, logrando los más dominantes ocupar las posiciones centrales. Allí, a determinadas horas,  realizan despliegues posturales o de movimiento, a veces con vocalizaciones, principalmente para exhibir su plumaje. Los yacú-toro realizan cortos vuelos en círculo, cantando en conjunto,  mientras hacen temblar el cuerpo  y erizan las plumas del cuello.  Las señales emitidas por los machos en cortejo se amplifican al congregarse en un espacio menor de modo que las hembras tienen allí mejor oportunidad para seleccionar a los machos según la habilidad que muestran en sus despliegues,  la cual se supone se transmite genéticamente a la cría dándole mayor posibilidad de apareamiento a su debido tiempo.

Aunque ocurre principalmente en aves (galliformes, cotíngidos, pípridos o bailarines, etc.),  los leks también se ven en mamíferos (ciervos, antílopes, murciélagos) e insectos.



El yacú-toro es un ave que vive solitaria, escondida entre el follaje y generalmente en actitud pasiva. Los escritores Fausto Hernández y Elías Díaz Molano, ambos de Rosario, Argentina,  publicaron una obra de teatro llamada “Yacú-toro” donde adjudican a uno de los personajes esas características.
Lamentablemente esa actitud reservada no lo ha salvado de la  codicia humana, arrinconado en los pocos lugares donde la amplitud de la selva le permite desarrollar sus despliegues nupciales, debe eludir ahora el peligro de ser cazado para ser transformado en arte de pesca.






EL COLOR DEL YACU-TORO

Como hemos visto, una de las características más destacadas del yacu-toro es el parche de vivo color rojo de su cuello. Este rasgo es el que atrae la atención de las hembras así como la de los humanos que lo han plasmado en leyendas, y desgraciadamente también se lo ha utilizado para ornamentos como el akangu’a que era el tradicional adorno para la cabeza de los chamanes  y más recientemente para confeccionar “moscas” para pescar.

Las plumas de este tipo de parches se caracterizan por presentar cerca de la punta unas barbas especiales que presentan el extremo ensanchado en forma de maza y que carecen de bárbulas. Esta forma se debe a la fuerte deposición de pigmentos carotenoides que son responsables del color rojo-naranja. Allí la pluma carece de medula y los pigmentos se depositan en las células del córtex. Gracias a ello los pigmentos medulares como la melanina no interfieren con la coloración, mientras que el ensanchamiento permite mayor exposición del color, logrando más intensidad y brillo.

La producción de pigmentos carotenoides es metabólicamente más costosa, es decir que insume más cantidad de energía, que la de otros pigmentos como la melanina. Esto indicaría que los machos de color más brillante han podido consumir más energía para fabricar pigmentos,  ya que fueron más eficientes en obtenerla a través de su mejor capacidad para alimentarse. Por lo tanto es más ventajoso para las hembras  elegirlos pues así lograrían combinar sus propios genes con el de estos machos altamente eficientes, obteniendo una progenie con más futuro.





Alex Mouchard


REFERENCIAS


-Azara, F. de - (1802)- Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata. Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. 1992.

-Brisson, M. J. -1760-1763-  Ornithologie.

-Contreras, A. O.  - s/f – Rescatando las aves del paisaje guaraní – Paraguay.

-Hernández, F. y Díaz Molano, E.  - 1958- Yacu  Toro  - 61pp-  Ed. Castellevi SA. Santa Fe   1958.  

- Innes , R. C. -1979 - Club-tipped  Feathers in Some South American  Tanagers. Auk, 9:808.

-Payne, R B. -1984 - Sexual Selection, Lek and Arena Behavior, and Sexual Size Dimorphism in Birds. Ornithological Monographs Nº 33 - American Ornithologists' Union - Washington, D.C.

-Pérez-Maricevich, F.  (Compilación y selección ) -  Mitos y Leyendas del Paraguay - http://www.portalguarani.com/

-Shaw, G. -1792-96. Musei Leveriani explicatio, anglica et latina, containing select specimens from the museum of the late Sir Ashton Lever (1792–6), which had been moved to be displayed at the Blackfriars Rotunda.

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