Alex Mouchard
EL AI-AI, INVENTOR DE LA MÚSICA, Y EL PADRE KIRCHER
«Presintiendo sus futuros males
o herida por un
áspid de tristeza
solloza,
inconsolable, la pereza
sobre los altaneros yagrumales»
Juan España Delgado, Mi Tierra, 1926.
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Marcgrave, G. & Piso, W. – 1648 - Historia Naturalis Brasiliae
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Athanasius Kircher, jesuita alemán, llegó a ser uno de
los científicos más famosos del siglo XVII,
especialmente porque basaba sus investigaciones en el método
experimental, desdeñando el saber escolástico que se impartía en aquellas
épocas. Dotado de un conocimiento enciclopédico, su campo de acción abarcaba la
medicina, la física, la etnografía, la lógica simbólica y la historia, entre
otras disciplinas. Fue un inquieto inventor y entre otras curiosidades ideó un
sistema de proyección en colores, que puede considerarse antecesor del
cinematógrafo, un reloj magnético, un megáfono, autómatas, y hasta un “piano de
gatos”. En este extraño instrumento los gatos eran colocados en una serie de
cajas, y al presionar las teclas un dispositivo les punzaba las colas produciendo
un maullido. Afortunadamente Kircher nunca llegó a construir tan torturante
piano.
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Portada de Musurgia del Padre Kircher.
Wikipedia |
Cuando en 1630 se produjo una terrible erupción del Vesubio, Athanasius no dudó en descender con una cuerda al interior del cráter para determinar sus dimensiones y su estructura interna. Sus trabajos de vulcanología los volcó en una conocida obra llamada El mundo subterráneo (1664 - 1665). En 1650 publicó en Roma la obra Musurgia universalis, sive ars magna consoni et dissoni [Musurgia universal, o gran obra sobre la armonía y la disonancia], en dos volúmenes. Se la considera una obra fundamental en musicología porque influyó en la escena musical de la época, especialmente sobre Bach y Beethoven. En ese trabajo postuló una teoría de los afectos, que confería a la música una dimensión terrena y laica, quitándole todo resabio teológico y destacando su influencia sobre la psique humana. Kircher consideraba que la música refleja las proporciones numéricas que regulan la armonía del universo y que “la Naturaleza del universo no es otra cosa que Música perfectísima”, un reflejo de Dios. En esa obra Kircher registró el canto de algunas aves con
notación musical, anticipándose así a la
bioacústica.
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En esta lámina de Musurgia puede verse un gallo, una gallina con pollitos, un cuco, una codorniz y un loro diciendo “¡hola!” en
griego |
En el capítulo dedicado a las voces de los animales Kircher
mencionaba al ay, pereza, perezoso, animal
haut o pigritia (= pereza, en latín).
Describió al animal y lo ilustró con un grabado que obtuvo de un cofrade que
había vivido en Brasil. Refiere que deja oír
su voz sólo de noche, la cual suena como “ha, ha, ha, ha, ha, ha!”. Son
seis notas que suenan en una escala ascendente-descendente: do-re-mi-fa-sol-la-sol-fa-mi-re-do. La voz es
emitida a intervalos regulares separados por una breve pausa, y tiene tal
tonalidad que los españoles creían que había seres humanos gritando en los
bosques de América. Es evidente que tanto éste como otros animales vocingleros
y nocturnos deben haber dado origen a gran cantidad de mitos y leyendas, tanto
entre los indígenas como entre los mismos conquistadores.
Agregaba Kircher que su grito “es tan conmovedor que mueve a la
compasión; también se acompaña de lágrimas, que disuaden a cualquiera de
lastimar tan miserable ser”. También
mencionaba que la fuerza de sus garras es tal, que aquello que agarra
difícilmente puede ser liberado, así uno de estos perezosos, se abrazó con
sus patas a un perro y lo mantuvo así 4 días hasta que el perro murió de
hambre. Kircher admiraba esa voz y decía que “si la música se
hubiera inventado en América, no dudaría en declarar que derivaría del canto
maravilloso de este animal”. Pero veamos de dónde viene esta elogiosa
afirmación de Kircher, que dudosamente haya escuchado el canto del perezoso.
Parece que hubiera leído a Gonzalo Fernández de Oviedo, el cronista mayor de la
conquista de América, que ya había descripto minuciosamente al ai-ai, cuyos
movimientos eran tan parsimoniosos, que los españoles «así como toparon con
este animal le pusieron el nombre al revés de su ser, pues siendo
espaciosísimo, le llamaron ligero», y más precisamente «perico o perrillo
ligero».
Y en su relato, recogido
por los versos de Ernesto Cardenal que transcribimos abajo, asegura: “Yo lo he tenido en mi casa, e lo
que supe comprender de aqueste animal es que se debe mantener del aire
... porque nunca se le vido comer cosa alguna, sino volver continuamente la boca
hacia la parte que el viento viene”.
Relata que tuvo uno atado con una cuerda a un árbol durante treinta días y
entonces hizo que lo bajaran y no estaba
mas flaco que cuando subió al árbol ni tenía ansias para comer. “Ni he visto
hasta agora animal tan feo ni que parezca ser tan inútil”. Y entonces describe
su voz que ” es muy diferente de todas las de los otros animales, porque de
noche solamente suena. Y continuamente de tiempo en tiempo canta seis notas,
una más alta que la otra, descendentes de tal forma que la primera es la más
alta y las siguientes en un tono más bajo, como si un hombre cantara: “la – sol
– fa - mi – re – ut [do]. Aunque la pronunciación todas las seis veces sea
“ha-ha-ha-ha-ha-ha” y tras una pausa de igual duración que el canto, vuelve a
repetirlo y así pasa la noche toda en
esta su música”. Según Oviedo tal canto pudiera servir de inspiración al
creador de la música: “oyendo aqueste animal el primero inventor de la música
pudiera mejor fundarse para le dar principio”.
“El perico
ligero es el animal más torpe del mundo
Para andar
cincuenta pasos necesita un día entero.
Tiene cuatro
pies y uñas largas como de ave,
Y una cara casi
redonda, como de lechuza
Y ojos pequeños
y redondos y la nariz como de un monico,
.....................................................................................................
No muerde ni es
ponzoñoso y no hay animal tan feo
Ni que parezca
más inútil que éste”
Ernesto
Cardenal,
“Gonzalo Fernández de Oviedo
viene a Castilla - El estrecho dudoso”
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El jesuita Juan Toro, profesor del colegio de Cartagena,
repitió el experimento de Oviedo y le comunicó a Kircher, que tras tener un
perezoso atado a un poste durante cuarenta días sin comer ni beber aun permanecía vivo tras ese período.
Decía el fraile Antonio Caulín, otro cronista de Indias
del siglo XVIII, que «su aspecto es tan triste, y lacrimoso, que mueve a compasión a quien la mira». Observando un perezoso que tuvo en cautiverio
determinó que «se alimenta de hojas, y
frutas, y no del ayre, como quieren algunos autores [obviamente se refería a
Oviedo]; pues lo he tenido, y mantenido con hojas de yaurúmu [Cecropia
peltata], picháyur, y otros árboles; y
lo he visto comer hojas de Tabaco curado».
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Radau, R. -1875- La acústica ó los fenómenos del sonido |
A partir del dibujo que proporciona Kircher , que resulta
un tanto antropomórfico y con una posición totalmente antinatural para este
animal, podemos deducir sin embargo que se trataba de un perezoso de tres dedos
y teniendo en cuenta la procedencia mencionada podemos inferir que se refería
al perezoso bayo, que se distribuye por gran parte de Brasil y otros
países de Centro y Sudamérica tropical.
Linné clasifico al
perezoso de tres dedos en el orden Bruta de los mamíferos y lo agrupó junto al
oso hormiguero, los armadillos y extrañamente también con los elefantes y
manatíes. Lo denominó Bradypus tridactylus, o sea “pies lentos de tres
dedos”. En su estilo telegráfico resume
información proporcionada por Oviedo y otros autores: “Se alimenta de hojas
tiernas, principalmente de Cecropia; no bebe; teme a las lluvias. Trepa con
facilidad, marcha muy lenta y penosamente, con dificultad da en un día 50
pasos; vuelve la cabeza como sorprendido; voz de seis notas ascendentes; un
horrendo clamor; miserables lágrimas”.
George Marcgrave fue uno
de los primeros que pudo describirlo in situ, en Brasil. Le da el nombre indigena de ai , y menciona el portugués priguiza [=pereza],
el latín ignavus y el alemán lupaert, que significan "perezoso". “El
animal es muy perezoso e inepto para caminar sobre un plano. Se sostiene con
mucha fuerza donde quiera que pueda enganchar sus uñas. Cuando trepa pasea su
mirada moviendo lentamente la cabeza levantada. Teme a la lluvia incluso a una
leve. Las hembras viven aparte, contienen en si fetos de todo punto perfectos.
Menciona también el nombre tupí uná, que también significa “perezoso”.
Buffon, explica que el nombre brasileño aï, es una onomatopeya de su grito
a-i. El explorador francés Jean de Léry lo registró como hay, y Nieremberg, como haut. Como buen representante del iluminismo, el zoólogo francés tenía una visión particular sobre las características de los animales, a los que otorgaba, vicios y virtudes morales a partir de sus características anatómicas y de comportamiento. Este es su lapidario juicio sobre el perezoso:
“La lentitud, una pena continua, y la estupidez son el
resultado de esta extraña y torpe constitución (. . .) Todas estas circunstancias
indican la miseria de los perezosos, y nos recuerdan a aquellos monstruos
defectuosos, esos diseños imperfectos de la Naturaleza, los cuales, habiendo
sido apenas dotados con la facultad de la existencia, no pudieron más que
subsistir durante un tiempo, y han sido
eliminados de golpe de la lista de seres vivientes. Constituyen los
últimos escalones en el orden de los animales provistos de carne y
sangre. Un solo defecto más agregado a los que ya tienen, hubiera
impedido por complete su existencia”.
No
cabía en las mentes racionalistas que la tan perfecta Naturaleza diera origen a
un animal como el perezoso. Pero entonces Buffon, no sin cierta preocupación
social, se pregunta: “¿Por qué no podrían algunos animales ser creados para la
miseria, si en la propia especie humana, la mayor parte de los individuos
están sujetos al sufrimiento desde que
vienen al mundo? Es verdad que el mal procede más de nosotros que de la Naturaleza. Por cada persona infeliz a
causa de haber nacido débil o malformada,
hay millones que se han vuelto miserables debido a la opresión de sus
superiores. La degradada especie de los perezosos es quizás la única para la cual la Naturaleza
ha sido poco amable, y que exhibe un cuadro de miseria innata (. . .) Se puede
decir que todos estos seres son miserables, pero no infelices”.
Por su parte André de Thevet obtuvo esta información en Brasil: "Esta bestia, para abreviar, es tan deforme que es inimaginable y casi increíble para aquellos que no la hayan visto. La denominan haü, o haüthi, es del tamaño de una gran mona de África, su vientre es muy englobado hacia el suelo. Tiene la cabeza casi parecida a la de un niño, y la cara similar, como se puede ver en la siguiente figura tomada del natural.
Al verse atrapada, emite suspiros como los de un niño afligido por el dolor. Su pelaje es ceniciento y peludo como el de un osito. No lleva más que tres uñas en las patas, de cuatro dedos de largo, con la forma de fuertes huesos de carpa, con los cuales trepa a los árboles donde permanece más que en tierra. Su cola es de 3 dedos de largo, teniendo bien poco pelo. Otra cosa digna de mencionar, es que a esta bestia jamás hombre alguno le ha visto comer, ni siquiera los nativos que han tenido mucho tiempo para ver si come, según ellos mismos me han dicho. Cosa que yo no hubiera creído, hasta que un capitán de Normandía, llamado De l'Espiné, y el capitán Mogneuille, nativo de Picardía, recorriendo un día un bosque de alto porte, dispararon un tiro de arcabuz contra dos de esas bestias que estaban arriba de un árbol, con lo cual ambas cayeron a tierra, una muy herida, y la otra solamente aturdida, la cual me regalaron. Cuidándola bien durante un lapso de 26 días, fue entonces que jamás quiso comer o beber; sino que estaba siempre en la misma postura. La misma finalmente fue estrangulada por unos perros que habíamos llevado allí con nosotros. Algunos creen que esta bestia vive solamente de hojas de cierto árbol, llamado amahut. Este árbol se eleva alto sobre todos los otros de este país, sus hojas son pequeñas y delicadas. Y porque acostumbran estar en ese árbol le llaman haüt".
"Además se encariña mucho con el hombre al estar en cautiverio, no buscando más que trepar a sus espaldas, como si su estado natural fuera el de buscar siempre cosas altas, lo cual malamente pueden soportar los nativos, porque están desnudos, y porque estos animales tienen uñas muy agudas y más largas que las del león o la de cualquier otro animal que yo haya visto, tan recias y grandes son".
Thomas Pennant, copiando a Buffon,
observaba que si el ai-ai “no
puede encontrar fruta en el suelo, mira hacia arriba buscando un árbol bien
cargado, y con gran esfuerzo trepa,: para resolver el problema de descender, arroja
la fruta, y haciéndose una bola, se deja caer de las ramas” donde queda a la merced de sus enemigos.
Según Buffon como su carne no es del todo mala, tanto el hombre como los
predadores van en su busca. “Pero,
aunque lentos, torpes, y casi incapaces de moverse, son obstinados, fuertes, y
tenaces para vivir. El dolor [físico] sufrido por los perezosos, aunque muy
intenso, parece no afectarlos realmente, porque su sensibilidad parece estar
adormecida”. Piso, el socio de Marcgrave,
hizo al respecto un cruel experimento de vivisección y observó que el
corazón, tras ser separado del cuerpo, siguió latiendo, vigoroso, por casi
media hora; mientras las patas seguían contrayéndose lentamente.
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Imagen evidentemente inspirada en el dibujo de Marcgrave
Carolus Clusius, Exoticorum
libri decem 1605.
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Sobre la lentitud del perezoso, el explorador francés de
Guyana, Renaud Desmarchais ironizaba diciendo que “no se necesitan galgos
para cazarlos; una tortuga es suficiente”.
Y William Bates, el naturalista inglés que recorrió el Amazonas, afirmaba que
los habitantes del gran río, tanto indígenas como descendientes de portugueses,
consideraban al ybyrete (= perezoso de
tierra firme) como modelo de pereza. De
manera que entre ellos llamaban a los haraganes “bicho do Embauba" (= animal
del ambay o Cecropia).
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Perezoso de dos dedos o Unau
Albertus Seba, Locupletissimi rerum naturalium.
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Alfred Russell Wallace le vió una expresión triste y melancólica. “ Apenas
podía arrastrarse por el suelo, pero parecía muy cómodo sobre una silla,
colgándose del respaldo, las patas o los travesaños. Era un animal
extremadamente tranquilo e inofensivo que se sometía a cualquier tipo de examen
sin otra manifestación de descontento que un gemido melancólico. Dormía colgado
con la espalda hacia abajo y la cabeza entre las patas delanteras. Su alimento
favorito son las hojas de la Cecropia peltata (. . .) Tras permanecer tres días
con nosotros, lo encontramos muerto en el jardín (. . .) Apenas había comido nada
estando con nosotros, y por lo visto había muerto de hambre (. . .) Los indios lo
guisaron para su cena, y como consideran que su carne es muy delicada, yo la
probé, encontrándola tierna y muy agradable”. Mencionó también que eran atacados con frecuencia por el águila
harpía.
Fernao Cardim decía con su particular ingenuidad “son muy feos, y la cara parece de
mujer mal arreglada (. . .) se alimentan de ciertas hojas de higuera y por eso no
pueden ir a Portugal, porque como allí les faltan, mueren enseguida”
“Ay
un animalejo en tierra caliente, que llaman Perico ligero, la cosa más torpe
que tiene el mundo, del tamaño de un gran gato. Éste anda en los árboles, y
para andar una rama ha menester una hora; casi tiene el rostro como de persona;
da unos gritos y quexidos de noche que parece una criatura. A este animal le
da mal de coraçó, y así las uñas que tiene son buenas para tal mal, porque el
se vale dellas quando le da; y en el lado del coraçon de arrimar con fuerza
la uña, siempre le tiene llagado, y señalado; desto se tiene mucha
experiencia; son muy rezios de morir”.
Vargas
Machuca, Bernardo de, 1599. Milicia y descripción de las Indias. Madrid: Pedro Madrigal
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REFERENCIAS
Bates, H. W. - 1864- The Naturalist on the River Amazons
Buffon, G.L.L. conde de. -1749-1788- Histoire
naturelle, générale et particulière
Cardim, F -1925- [1580] Tratados da Terra e Gente do Brasil. Rio
do Janeiro.
Caulín, Fray Antonio – 1779 - Historia Corográfica, Natural y
Evangélica de Nueva andalucía, Provincias de Cumaná, Nueva Barcelona, Guayana y
Vertientes del río Orinoco. Caracas.
España, Juan - 1988 [1926] - Mi tierra. Empresa El Cojo. Caracas.
Fernández de Oviedo y Valdés, G. -1535- Historia general y
natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano.
Labat, J B - 1730- Voyage du Chevalier Des Marchais en Guinée,
Isles Voisines, et à Cayenne, fait en 1725, 1726 et 1727.
Linné, C. -1766-Systema Naturae per Regna Tria Naturae, secundum
Classes, Ordines, Genera, Species cum characteribus, differentiis, synonymis,
locis. 12ª ed.
Marcgrave, G. & Piso, W. – 1648 - Historia Naturalis Brasiliae
Papavero, N., J R Pujol-Luz y J. Llorente-Bousquets- 2007- Historia
de la Biología Comparada.
Pennant, T. -1771- Synopis of quadrupeds
Radau, R. -1875- La acústica ó los fenómenos del sonido. Paris.
Salas, A. – 1968 – Para un bestiario de Indias – Losada, Bs.
Aires.
Thevet, André -1558- Les Singularitez de la France Antarctique... Paris: Heritiers de Maurice de la Porte.
Vargas Machuca, B. -1599- Milicia indiana.
Wallace, A. R. -1889- Travels on the Amazon and Rio Negro
Maravilloso trabajo. Muchísimas gracias por ofrecer una información tan completa y rigurosa.
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