“El poeta es como el príncipe de las nubes, que cabalga sobre la tempestad y se ríe del arquero. Pero cuando es desterrado a la tierra, en medio del clamor, sus gigantescas alas le impiden caminar”.
Charles Baudelaire - 'Les fleurs du mal' - 'L'Albatross'
Para Eliano eran las pardelas o petreles las que viven y se reproducen en abundancia en la isla Diomedea., y que según la tradición fueron los compañeros que lucharon junto a Diomedes en Troya y que transformados en aves conservaban su amor por los helenos. Diomedes (nombre que significa “aconsejado por los dioses”), siendo uno de los pretendientes de la bella Helena, participó activamente en dicha guerra junto a Aquiles y Odiseo. Era tan buen guerrero que hasta hirió en combate a dioses como Afrodita y Ares, por lo cual la diosa enfurecida convirtió a sus amigos en aves que desterradas (“exulans”), vagando por los mares, vinieron a refugiarse a las islas conocidas por ello como islas Diomedeas, las actuales Tremiti.
Contrariamente a lo señalado por Buffon hay sospechas de que el albatros pudiera alimentarse de otras aves y aún de congéneres, pues Forster (el zoólogo del viaje de Cook) ocasionalmente halló plumas y huesos de ellas en su estómago. Pero no parece ni siquiera atacar los grandes peces y según Forster no vive más que de pequeños animales marinos como “peces blandos” (es decir, moluscos) y sobre todo de zoófitos gelatinosos (medusas) que flotan en grandes cantidades en los mares australes. Sir Joseph Banks, que acompañó a Cook en su primer viaje, observó que un albatros al que le habían disparado vomitó una gran cantidad de medusas de las llamadas “carabela portuguesa” que al parecer ingieren habitualmente pese a sus tentáculos urticantes. Tambien vió que consumían los desoves de los peces arrastrados por las corrientes.
Según el mismo Banks, los albatros son buenos para comer: se los desolla, se dejan una noche en agua salada y luego se hierven, sirviéndolos con salsa picante. Asi preparado es un manjar comparable al cerdo.
Dibujo de François Nicolas Martinet (Daubenton, 1765-1783). |
El vizconde de Querhoent, habitual colaborador de Buffon, le aseguró que estas aves no remontan vuelo alto salvo durante las tormentas cuando son impulsadas por la fuerza del viento, que los lleva a gran distancia de tierra firme, siendo que descansan y hasta duermen sobre el mar. Incluso, según Le Maire hasta venían a posarse sobre los mástiles de su buque donde se dejaban capturar fácilmente por los marineros. Esto fue observado en el estrecho que él descubriera y que lleva su nombre, siendo quizás una de las primeras menciones en aguas jurisdicciones argentinas de esta ave que Le Maire consideraba “jean-de-genten”, es decir gaviotas, de tamaño extraordinario.
Una leyenda indicaba que eran capaces de dormir en vuelo con la cabeza oculta bajo un ala mientras que con la otra seguían volando (Abraham de Wicquefort, 1656. Relation du Voyage de Tartarie d’Oléarius, Paris).
Modelos en cartapesta de Tini Depoiné
Con respecto al cortejo de los albatros, Weddell que pudo observarlo en Georgias del Sur en 1825 dijo que tiene algo de gracioso en la manera que se aproximan ceremoniosamenrte uno al otro tocandose los picos y sacudiendo las cabezas de un lado al otro. Todo este proceso le hacía acordara la pantomima del cortejo humano. El capitan Fanning en su viaje de circumnavegación en 1797-99 , llegó a las islas Malvinas y describió el nido del albatros como un montículo de piedras, barro, ramas secas, pasto y plumas que de algun modo estas aves logran mantener unido y sobre el cual se sientan con noble actitud, orgullo y grandeza defendiéndolo a costa de su vida. Agrega que el huevo bien cocido es un buen plato para comer. Pero para Murphy es a la vez un desengaño y una sorpresa: se lo hierve, se abre por su extremo agudo, se sala y se extrae con la cuchara. Es delicioso al principio pero al llegar a la mitad ya se desea que esta ave hubiera puesto huevos más pequeños y si uno tiene estómago suficientemente fuerte como para vaciarlo, seguro que no se desea ver nunca más otro de estos huevos. Pero sin embargo el recuerdo de su buen sabor termina haciéndole reincidir.
En 1824, el artista Augustus Earle se quedó en la isla Tristán da Cunha cuando su buque, el Duke of Gloucester, inexplicablemente zarpó olvidándolo allí. Realizó un díficil ascenso hasta una extensa planicie de lava gris oscura y describió los sombríos teritorios del albatros: “ Había una quietud mortal en medio de un aire muy frío. El paisaje era sublime y llenaba la mente de temor. De un lado, en el interminable horizonte, se amontonaban nubes de brillo plateado, contrastando con otras de tono oscuro que nos envolvían con sus vapores, pasando rápidamente, y permitiéndonos sólo breves atisbos del paisaje; y por otro lado el estéril pico ceniciento, con su venerable testa parcialmente cubierta de nubes, revelaba grandes parches de rojas cenizas, o lava, mezclados con rocas negras, produciendo un efecto extraordinario y deprimente. Parecía como si aún estuviera ardiendo, aumentando la majestuosidad de la escena. Los gigantescos albatros paracen no temer aquí ningún intruso o enemigo, porque sus hijos estaban sobre el suelo totalmente descubiertos, mientras los padres caminaban rigidamente alrededor”.
La relación de los albatros con los marineros es motivo de numerosas leyendas. El poeta inglés Coleridge, a instancias de Wordsworth, compuso las “Rimas del antiguo marinero” donde relata la aparicion de un albatros siguiendo un buque. Cuando un marinero lo mata, es acusado por sus compañeros de haber cometido el sacrilegio de acabar con el ave que hace soplar el viento. De alguna manera los marinos asociaban las excelentes condiciones de vuelo de estas aves con la velocidad de navegación de sus barcos y el compañerismo y afecto por el albatros los llevaba a condenar su matanza como causa de desgracias.
El nombre “albatros” parece provenir de “alcatraz” o “alcaduz”, designación que los antiguos navegantes portugueses daban a los pelícanos y a las aves marinas de la familia Sulidae. Esta voz proviene del árabe “al-câdous”, a su vez del griego “kádos”, recipiente o balde, que especialmente designaba los baldes de cuero de las norias usadas para regar, y por ello se aplicaba al pelícano en referencia a la gran bolsa de su pico con la que se pensaba que acarreaba agua para sus pichones.
Alex Mouchard
REFERENCIAS
-Buffon, G.L.L. conde
de - 1770 - 1785- Histoire naturelle des oiseaux.
-Dalrymple, W.- 1754-An
Historical collection of the several
voyages in the South Pacific Ocean. Dutch Voyages. The Voyage of James Le
Mair and William Schoute, 1616.
-Daubenton, Edme-Louis. 1765-1783?
Planches enluminées d'histoire naturelle. Paris?
-Earle, A. -1832- A Narrative of a nine Months' Residence in New Zealand, in 1827; together with a Journal of a Residence in Tristan d'Acunha, an Island situated between South America and the Cape of Good Hope.
- Edwards, G. 1747. A
natural history of birds. Part II. - pp. i-viii [= 1-8], 53-128, pl. 54-105,
[105a]. London.
-Eliano - s.II-III-De
Natura animalium.
-Fanning, E.
-1833- Voyages to the South Seas. N York.
-Forster, G. –
1777- A Voyage around the World .
-Gould, J.-1865 –
Handbook of the Birds of australia. 2 vol.
London
-Hooker, J. -1896-Journal
of the Right Hon. Sir Joseph Banks.
London
- https://gdz.sub.uni-goettingen.de/id/PPN369850904?tify={%22pages%22:[82],%22view%22:%22info%22}
-https://www.biodiversitylibrary.org/
-Linnæus, C.
-1758- Systema naturæ per regna tria naturæ, secundum classes, ordines,
genera, species, cum characteribus, differentiis, synonymis, locis. Ed. 10, p.
-Murphy, R. C. -
1936- Oceanic Birds of South America. 2 vol.
-Plinio el Viejo.
-77- Naturalis Historia. Tomo X
-Weddell,J, -1825- A
Voyage to the south Pole. London
Celebro la aparición de este Blog muy abarcartivo de todo lo que tenga relación con la naturaleza, incluyendo el arte y la historia. El amor a la naturaleza que experimentamos no puede estar desvinculado con el amor a la vida y a las expresiones del espíritu humano. Es tanto lo que moviliza en nuestros sentimientos el espectáculo de las perfectas relaciones de los seres vivos entre si y con su entorno, de la maravillosa obra arquitectónica que forjó la geología, el casi mágico desarrollo de los procesos vitales dentro de un organismo como también la casi inabarcable multiplicidad de los mismos, que es la gran fuente de inspiración de todas las expresiones de arte. La poesía, la pintura, la escultura y el canto tal vez sean las artes en los que más se refugió el hombre para plasmar su asombro ante la naturaleza. Este especio creo que pretende incluir todo eso. Su aparición me
ResponderBorrarsorprendió doblemente: en primer lugar por su contenido y la propuesta de contenidos y, en segundo lugar, por haber sido elaborado silenciosamente por un entrañable amigo sin que supiera de su iniciativa.
Adhiero también plenamente a sus palabras recordando la figura de Juan Carlos Chebez, una persona destacadísima en la cuestión de las acciones tendientes a preservar la naturaleza, especialmente la de la Argentina.
Ojalá sean muchos los que vuelquen acá sus inquietudes y se convierta en una cita virtual para los “locos” que , pese a todo, aún mantenemos la utopía de un mundo mejor, sueño que incluye el aumento del respecto a la naturaleza por parte de una de los seres tal vez mas dañino que supo producir: el Homo sapiens.
Gabriel Omar Rodríguez