"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


viernes, 13 de septiembre de 2019

EL LECHUZÓN MOCHO CHICO (Pulsatrix koeniswaldiana) Y LOS BERTONI

“Mi manto son las flores matizadas,
mis venas son estos hermosos ríos
Que riegan esta verde tierra amada.
Toda yo encierro la naturaleza,
soy niña, soy flor, soy río y soy estrella,
De todo el Paraguay soy la belleza”.

Moisés Bertoni - ¿Fué un sueño?

“La naturaleza no nos ha dotado de una conciencia superior para embrutecerla en aquel océano de basura que desfachatadamente llaman sociedad moderna”.

Moisés Bertoni



En los últimos años del siglo XIX, en una noche de luna, fue cazado en el Alto Paraná paraguayo (probablemente cerca de Puerto Bertoni) un lechuzón que resultó nuevo para la ciencia: el lechuzón mocho chico o urukure’a mini (Pulsatrix koeniswaldiana). El ejemplar, del que muy probablemente Arnoldo de Winkelried Bertoni fuera el colector, quedó en su colección y fu él y su padre, Moisés, quienes lo comunicaron en 1901 con el nombre Syrinium [sic por Syrnium] Koeniswaldianum, figurando como autores él y su padre, Moisés.

Aclara que la especie fue “dedicada al Dr. Gustavo Koeniswald” y que el nombre guaraní de Sihindá kaágwih “es moderno y le aplican para diferenciarla de las especies campestres que también llaman Sihindá, pues el apelativo equivale a silvestre o “que habita los bosques””.  Sus costumbres serían “al parecer crepusculares y nocturnas” y eso es todo lo que dice sobre su comportamiento. Por otro lado indica con acierto que quizás deba crearse un nuevo género para ubicar a esta especie junto con el lechuzón mocho grande (Pulsatrix perspicillata). Lo que confirmó Kelso (1933) ubicándola dentro del género Pulsatrix Kaup, 1848.

El ave en cuestión ya había sido obtenida hacia los años 1830 por Johann Natterer en Brasil, cerca de Rio de Janeiro. Pero nadie publicó el hallazgo antes de Bertoni. Seguramente se la confundió con la similar Pulsatrix melanota, de las selvas de la vertiente oriental de los Andes.


Noctua melanota
Dibujo de Schmidt (Tschudi, JJ. Untersuchungen über die Fauna Peruana. St. Gallen, 1844-46)


EL LECHUZÓN MOCHO

Las dos especies de lechuzones mochos (Pulsatrix perspicillata y P. koeniswaldiana) son llamados en Brasil murucututu un nombre obviamente onomatopéyico. También les aplican los nombres de coruja-do-mato, corujão, corujão-orelhudo y mocho-mateiro.

Ya Gabriel Soares de Sousa lo mencionaba en 1587: “Jucurutu es un ave del tamaño de un pollo, que en el poblado anda de noche por los tejados;  y en la selva cría en  huecos de grandes árboles y anda por los senderos; y donde quiera que esté toda la noche está gritando  su nombre”.

El lechuzón mocho chico o murucututu-de-barriga-amarela es una lechuza grande (44 cm) caracterízada por sus ojos de iris oscuros y por las marcas de plumas acaneladas en el disco facial formando “anteojos” o una X.  Es típico de la mata atlántica, especialmente de regiones serranas y  de  bosques de Araucaria. Prefiere los bosques densos de árboles altos y con mucho follaje donde tiene sus dormideros diurnos. A la noche se acerca a los bordes y claros de la selva, para poder cazar con mayor facilidad y en esas ocasiones suele sufrir atropellamientos en las rutas. Pero también ingresa en áreas suburbanas, corroborando la lejana observación de Soares de Souza, probablemente buscando presas atraídas por las luces. Se lo considera un predador tope ya que caza otras lechuzas más chicas como el alicucú (Megascops choliba), además de otras aves, pequeños mamíferos, anfibios como la rana herrero (Hypsiboas faber), reptiles y grandes artrópodos.  Suele el cantar en pareja en las noches de luna, sobre todo en la época reproductiva.

En la leyenda de Yzi, narrada por Barbosa Rodrigues, éste héroe mítico de los indígenas amazónicos pone a hervir brea en un caldero. Del humo salen murciélagos y varias aves nocturnas, entre ellas el murucututu y además una harpía. Ésta es la que lleva a Yzi a  las montañas de la Luna donde obtendrá la sagrada piedra miniu que le permitirá ser el caudillo de su pueblo.

Liberados por Yzi, los murucututu aparecen de noche para asustar a los niños como se ve en algunas canciones de cuna (cantigas do muruku) como la que el mismo Barbosa Rodrigues recogió en Parintins:

Muructutu u mmure
Mocoin rupiá
Yepe´ce manha çupé
Amu ce paia çupé.

[Murucututu pone dos huevos, uno para mamá, otro para papá]

Y en esta otra que menciona Eurico Santos:

Murucututu
lá da beira do telhado
leva esse menino
que não quer dormir socegado

[Murucututu / desde el borde del tejado / llevate a este chico / que no quiere dormir tranquilo]

Y que quizás inspiró también la canción infantil de Bia Bedran:

Murucututu detrás do murundu
Murucututu detrás do murundu
Lá vem a sinhá velha,
Lá da banda do andu

Murucututu de cima do telhado
Murucututu de cima do telhado
Deixa esse menino
Dormir sono sossegado
Jacaré tutu, jacaré mandu
Tudo vai embora
Não pega o meu filhinho
Murucututu...
Murucututu...

[Murucututu detrás de la loma / allá viene la vieja / allá, de la parcela de porotos / Murucututu desde arriba del tejado / deja que este chico / duerma un sueño tranquilo / yacaré tutu, yacaré cuco / todo se va /no te lleves a mi hijito / Murucututu ...]


¿EL DR. KOENIGSWALD MERECÍA LA DEDICATORIA?

Poco sabemos del naturalista alemán Dr. Gustav Koenigswald. No tenemos datos biográficos y muy poco de su actividad en Brasil. 
En 1886 se creó la Comissão Geográphica e Geológica da Província de São Paulo,  para ejecutar los estudios necesarios para el desarrollo de ese estado brasileño. Desde esa fecha hasta 1892 se llevaron a cabo una serie de exploraciones del territorio dirigidas por el geólogo norteamericano Orville A. Derby. En alguna de ellas participó Koenigswald, suponemos que coleccionando animales, ya que trabajó como taxidermista del Museu Paulista, entre 1890 y 1906. En 1894 y 1895 publicó São Paulo,  ilustrado con las primeras fotografías de la ciudad por el fotógrafo suizo Guilherme Gaensly y otros. En 1896 publicó Ornithologia paulista, donde publicaba un listado de las aves citadas para ese estado, con una interesante introducción.

Hasta acá todo bien, pero en 1898, el director del Museu Paulista, Ihering, envió una carta a la revista The Ibis donde señala que “un anterior taxidermista de nuestro museo, G. Koenigswald, ha publicado últimamente nuestro viejo catálogo del museo (que el afirma haber sido preparado bajo mi dirección) a su propio nombre, sin mencionar que la base de este catálogo era la colección del museo. Más aún, el catálogo no estaba en ese momento en condiciones adecuadas para ser publicado, conteniendo en efecto muchas determinaciones erróneas”.
Afirmaba Ihering que Koenigswald sólo listó las especies sin indicación de localidad, incluyendo muchos especímenes de otras regiones.

A juzgar por este documento, Koenigswald habría sido cuando menos deshonesto respecto del Museu Paulista y su director y ello explica que en esos años sólo fuera mencionado una vez en la Revista do Museu Paulista y que Ihering no lo hubiera citado en su trabajo posterior, As aves do estado de S. Paulo.

Arnoldo le dedicó otra ave, el Picolaptes Koeniswaldianus, que en realidad era el ya descripto Lepidocolaptes falcinellus, el chinchero escamado. En esa dedicatoria anotó “especie dedicada al célebre ornitólogo de S. Pablo (Brasil Dr. Gustavo Koeniswald [sic]). Él visitó el Museu Paulista en 1905, fecha en que podría haber conocido a Koenigswald personalmente, y cuando ya había descripto estas especies, por lo que es probable que antes mantuviera correspondencia con él, quizás consultándolo sobre temas ornitológicos. Pero es evidente que Koenigswald no era tan célebre y quizás tampoco era doctor, sino tan solo un taxidermista y colector.  




Moisés Bertoni, hacia 1910
Foto Velazquez, Asunción (Paraguay)
Fuente www.mosebertoni.ch 



LOS BERTONI

Los Bertoni eran suizos. ¿Cómo fue que llegaron desde la alpina Suiza a Paraguay y encontraron una nueva lechuza?

Moisés nació en 1857 en Lottigna, un pequeño pueblo de Tesino, en la Suiza italiana. Cursando el colegio secundario en Lugano, se muestra inquieto y crítico, y se ocupa de botánica y geografía entre otros temas que le atraían. Tras un fallido intento de estudiar derecho,  cursa ciencias naturales en Ginebra con el profesor Carl Vogt, siendo apoyado en esto por su madre, amante de la botánica y la jardinería. En medio de las dificultades económicas familiares,  Moisés, con apenas 19 años,  se casa con Eugenia Rossetti, su novia de la adolescencia. Ocho años después ya tienen cuatro hijos, pero la esposa vive con sus padres, mientras Moisés trata de terminar sus estudios. Atenta siempre a las múltiples actividades de su esposo, Eugenia lo admira profundamente y está convencida de sus condiciones. El joven estudia zoología y especialmente botánica, a la vez que milita en el Partido Liberal. Por ello sus primeros dos hijos llevan los nombres de dos patriotas suizos Reto Divicone y Arnoldo da Winkelried. Sus hijas, Vera Zasulic y Sofía Perovskaja, recibieron el nombre dos anarquistas rusas.

Los ideales de Moisés son los de vivir en contacto con la naturaleza, alejado del materialismo y los lujos de una “sociedad sifilítica”. Sueña con tierras vírgenes y fértiles, no como las escasas y agotadas praderas suizas. El geógrafo anarquista Elisée Reclus, le recomienda dirigirse a Misiones (Argentina). Pidiendo dinero al banco y a sus  parientes adquiere para su proyecto innumerables y diversos elementos: “1000 especies de semillas de plantas útiles (...) armas, municiones, máquinas, etc. (...) todo lo necesario para las preparaciones de ciencias naturales, para la cosecha y el envío de animales y de plantas (porque pienso comercializar estas preparaciones), para la exploración científica del país”.

En 1884 parten hacia América los dos esposos, sus cinco hijos, la madre de Moisés, Giuseppina Torriani, y además 14 personas más de la región de Tesino, entusiasmados por los proyectos colonizadores del naturalista. En Buenos Aires lo recibe el presidente Julio Roca, quien le facilita el acceso a Misiones donde gobernaba su hermano Rudecindo. Con grandes dificultades llegan a Santa Ana: “A cada paso una carreta se hunde en el pantano; es necesario detenerse y perder horas de tiempo. (…) A la noche, las familias duermen en las carretas, que son cubiertas, y los hombres duermen por tierra al aire libre, aunque sea en invierno; pero armados, porque el país que atravesamos es inseguro y no sería improbable recibir una visita de los tigres”.

Al principio el lugar les pareció ideal para establecer la colonia socialista que imaginaban, pero de a poco sus socios y paisanos en el proyecto lo fueron abandonando y el gobierno dejó de aprovisionarlos.  Pese a todo, Moisés siguió con sus experimentos de aclimatación de plantas y de investigación de la selva. “La inmensa naturaleza que se extendía ante mis ojos como una provocante sirena me invitaba a gozar de sus bellezas”.

En 1886 la sequía los obliga a trasladarse a Yabebyry, donde la ineptitud de Rudecindo Roca y la enemistad de algunos de sus funcionarios llega a poner en peligro la vida de su familia. Además la creciente del Yabebyry arrasa con su cabaña y se lleva la vida de su hija Inés, arrastrada por un torrente.

La casa familiar en Puerto Bertoni, hacia 1905. 
Foto recuperada por Leandro Manfrini e Carlo Pellegrini.
Baratti, Danilo-Un ricordo del regista scomparso. Leo Manfrini, Mosè Bertoni, il Paraguay, p. 12. Il Cantonetto, N. 1-2. feb 2016. http://www.mosebertoni.ch/pdf/CantonettoManfriniBertoni.pdf



EN PARAGUAY

Acosado por los bandidos, Moisés finalmente se decide a instalarse en la orilla paraguaya del Alto Paraná. La salida de Misiones es precipitada y con accidente, la barca que los cruza zozobra en los rápidos de Corpus y su bebé Moisés, queda a flote sobre unas tablas y es rescatado por un peón. En Yabebyry, entretanto, la crecida de 1888 se lleva sus herbarios y colecciones.

Asociado a inmigrantes tesineses de Buenos Aires, persiste en su idea de establecer una colonia en la zona del Pyrayuvy. Pero sus socios pretenden explotar la madera de cedro y lo acusan de no poner todo el empeño necesario en esa actividad comercial, por ser  “demasiado científico como comerciante”, más preocupado por colectar bichos que por la madera.

En esa época lo visita el naturalista argentino Juan Bautista Ambrosetti en su casa de Yaguarazapá: “Bajo el chaparrón que inclemente caía sobre nosotros, apareció en una canoa nuestro doctor, envuelto en un poncho (…).  Nuestra instalación se hizo en la sala de estudio y laboratorio del doctor, un rincón científico en medio de la selva virgen. Allí había libros de historia natural, de geografía y de otras ciencias, un gran número de instrumentos de física y de química, una abundante provisión de sustancias y reactivos para ensayos, y variadas colecciones llenaban los estantes recostados a las paredes.”  Ambrosetti se entusiasma por la enorme pila de sus manuscritos, su inagotable fuente de datos y las innumerables plantas de la selva que Bertoni cultiva y estudia en su jardín.

En 1893 inicia un viaje en canoa a los Saltos del Guayrá con Arnaldo Schoch  y Charles Barnes, siendo el primer científico en explorarlos aunque los materiales enviados al Instituto Geográfico Argentino y al Museo de La Plata nunca fueron publicados y permanecen perdidos. Pero, como dicen acertadamente Baratti y Candolfi (1999), el “Salto Guairá, hoy está sumergido en el lago artificial de la represa de Itaipú. Y esta pérdida es a buen seguro mucho mayor que la de los planos originales de Moisés Bertoni”. Durante este viaje, donde el Paraná describe una amplia curva, río abajo del Monday, encontró su lugar en el mundo, al que sus compañeros bautizarían “Puerto Bertoni”, sede de su gran proyecto científico, social y familiar: la colonia Guillermo Tell. Una propiedad de 12.500 ha donde además de la ciencia cultivó café, plátanos y cítricos para poder mantener a su familia.

La selva lo conquista: "La selva tropical es imponente en su conjunto, admirable en sus partes, curiosísima en sus detalles. Reina en ella a veces un silencio majestuoso, que avasalla, atrae y agrada al mismo tiempo. El canto de las aves, el zumbido de los insectos voladores y el gemido de las ramas mecidas por la brisa, vienen a romper agradablemente que ese silencio tendría de monótono; pero en el fondo es la calma".

Allí, en plena selva, Bertoni creó un Museo de Historia Natural que llegó a tener 40.000 piezas diferentes, incluyendo un herbario de 6.000 ejemplares, la colección ornitológica, la de insectos, peces, batracios, reptiles y mamíferos, materiales mineralógicos, y además con una sección arqueológica y paleontológica con numerosos objetos de la etnia guaraní. 
A su regreso del Guayrá, el gobierno le encargó fundar y dirigir una Escuela Nacional de Agricultura en Asunción. Pero abrumado por las tareas y requerido por su familia renuncia a la Escuela en 1905. Vuelve a Puerto Bertoni donde se aboca a escribir su obra principal: “Descripción física del Paraguay” y a desarrollar la Estación Agronómica. En ella funcionó una estación meteorológica, un laboratorio químico y una biblioteca con unos 2.000 libros.

Todas las tareas eran llevadas a cabo por Moisés, tres de sus hijos y sus dos yernos. Su gran familia, trece hijos en total, fue la base de su proyectada colonia que no llegó a ser. Con su proyecto había alejado a su familia de las ciudades, que consideraba fuente de males morales, pero a la vez les impuso un enorme esfuerzo para procurarse la alimentación y los recursos necesarios para una vida modesta y llena de privaciones. Por eso alguno de sus hijos empezaron a apartarse: en 1917 Arnoldo de Winkelried  y Guillermo Tell se radicaron definitivamente en Asunción.

Estas deserciones y la crisis provocada por la primera guerra mundial iniciaron la decadencia. Los insectos destruían los herbarios y las colecciones, las cartas de científicos de todo el mundo, con los que otrora mantenía un fructífero intercambio, se acumulaban sin ser respondidas. A ello se sumó la temprana muerte de su hijo menor, Linneo, en quien confiaba para continuar manejando la colonia. Moisés, positivista y materialista en la juventud, se vuelca a la religión y a un espiritismo cientificista. A pesar de las contrariedades, disfruta su exitosa participación en el Congreso Internacional de Americanistas, en Rio de Janeiro (1922). Pero, en 1924, tras la guerra civil en Paraguay la situación económica se hace aún más difícil. Otros dos hijos, Moisés y Aristóteles, abandonan Puerto Bertoni.

Eugenia, deprimida y enferma, muere en Encarnación. Tres semanas después, el 19 de septiembre de 1929, sin saber de la suerte de su esposa, Moisés fallece en Foz do Iguaçu, aquejado por el dengue y el paludismo. Su tumba se encuentra en Puerto Bertoni, bajo los grandes árboles, junto a la de su madre y a la de su predilecto hijo Carlos Linneo.

El “sabio Bertoni” publicó un centenar y medio de artículos en dos revistas que él mismo creó: la Revista de Agronomía (1897) y los Anales Científicos Paraguayos (1902). La necesidad de publicar sus numerosos manuscritos lo llevaron a instalar una imprenta en el medio de la selva, Ex Sylvis, “desde la selva”, donde editó Condiciones generales de la vida orgánica (1918), Memoria sobre la existencia de lluvias periódicas (1918), La Civilización Guaraní (1922-1927) y Agenda y mentor agrícola (1926, 1927). Pese a su dedicación, sus trabajos de botánica y antropología, tuveron poca repercusión en la comunidad científica, debido a su aislamiento (pese a la copiosa correspondencia que llevaba) y a sus ansias enciclopedistas que le impedían concentrarse en temas puntualess. A esto se sumó la penuria económica que provocó la destrucción de sus colecciones y la publicación tardía de sus hallazgos. De su prolifica obra quedó manuscrita una cantidad casi similar a la publicada, y la mayor parte de ella se extravió.

Eugenia, que había estudiado farmacia, fue para Moisés la compañera ideal, de salud frágil, pero dotada de gran fuerza de voluntad. No sólo fue la atenta madre para sus trece hijos, sino que los formó para colaborar en la gran obra del padre. Fue muchas veces gestora de la colonia ante el gobierno de Asunción, secretaria eficiente, partera de sus hijas y enfermera de los habitantes de Puerto Bertoni. Y sin embargo nunca recibió un reconocimiento público de su marido…

Moisés Bertoni y Eugenia Rossetti en 1913
https://alchetron.com/Mois%C3%A9s-Santiago-Bertoni 


 

ARNOLDO

Arnoldo o Arnaldo de Winkelried nació en Lottigna, Suiza en 1878, es decir que cuando la familia se trasladó a América, tenía apenas 6 años de edad. Como en varios de sus hijos e hijas, Moisés homenajeó con su nombre a un patriota: Arnold von Winkelried, quien se sacrificó en la batalla de Sempach en 1386, para que los suizos pudieran triunfar ante los austríacos.

Arnoldo empezó a estudiar zoología con su padre en Puerto Bertoni, ayudándolo a coleccionar desde muy joven. Moisés lo consideraba dotado de “una vocación excepcional y una dedicación ejemplar” por la zoología. Creía que era “el mejor sucesor de nuestra línea, el mejor indicado para transmitir a la posteridad, con nuestra sangre, una herencia intelectual". Por ello lo liberó de las tareas agrícolas y le dio una casa para el sólo en la colonia, para que se pudiera dedicar a sus estudios. Hacia 1890 empezó a colectar aves y cinco años después contaba con abundante material, pero debido a las dificultades que enfrentaba, la colección se perdió en su mayor parte y tuvo que rehacerla. Es en esta época que describió al nuevo lechuzón en su trabajo Aves nuevas del Paraguay. Continuación a Azara. Asunción (1901). En una carta su padre le dice que a pesar de ser un trabajo “más o menos defectuoso” la atención que recibió de Enrique Lynch Arribálzaga, es un aliciente. “Te has hecho conocer” le dice su padre. En efecto dicho naturalista publicó un trabajo crítico sobre la obra de Arnoldo, donde más que atacarlo parece querer aconsejarlo y ayudarlo a enmendar su “sensible error”. Y le dice: “Sin embargo, no usaré de excesiva severidad al juzgarle, en vista de su juventud y de su natural inexperiencia, del aislamiento en que se ha formado y, sobre todo, de las muchas cualidades apreciables que su trabajo pone de relieve; confío en que él ha de llegar á persuadirse de la ineludible necesidad de comprobar que una especie es efectivamente nueva antes de publicarla como tal”.

Según Contreras Roqué (2019) “La obra ornitológica de Winkelried se destaca particularmente gracias a sus trabajos en el Alto Paraná, una región poco conocida por su célebre predecesor Félix de Azara”. Además del lechuzón de esta nota, Arnoldo  describió otra especie nueva: el  tiluchí colorado  (Drymophila rubricollis).

En 1905 visita el Museu Paulista para estudiar su colección de aves bajo la guía de su director Rodolpho von Ihering, pero a partir de entonces se dedicó a los insectos, especialmente a los himenópteros. Esto coincidió con la llegada al Paraguay del entomólogo alemán Curt Schrottky, quien luego se casaría con su hermana Inés, y con el que Arnoldo publicó varios trabajos. Entre 1903 y 1906 fue profesor de Zootecnia y Zoología en la Escuela de Agricultura y Granja Modelo que fundó Moisés. En esa época viajó también a Buenos Aires visitando los museos de esa ciudad y de La Plata.

Moisés y Arnoldo de Winkelried en 1902.
Tomado de una fotografía de Facetti, Asuncion. Museo di Blenio, Lottigna.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mos%C3%A8_Bertoni_family.jpg



De "espíritu contemplativo, puritano y poco comunicativo", según su padre, se rebelaba y se oponía a éste, marcándole sus errores. Como ya vimos, en 1917 Arnoldo se alejó de la órbita paterna y se estableció en Asunción donde, ya inserto en el ámbito científico, siguió investigando sobre la fauna paraguaya con algunos trabajos también en paleontología y la arqueología. Motivo de su alejamiento fue también evitar un proyecto de casamiento con su prima que habían elaborado sus padres. Ante su alejamiento la madre se deprime y Arnoldo permanecerá soltero toda su vida. Pese al ofrecimiento de su padre de dirigir un museo en Puerto Bertoni o en Foz de Iguazú, se negó a volver a Puerto Bertoni.

En Asunción trabajó en el Departamento de Fomento. En 1919 hizo viajes al norte de Paraguay acompañado por los médicos Luis S. Migone y Andrés Barbero colectando insectos. En 1920 volvió al Museo Nacional de Buenos Aires, donde conoció al ornitólogo Roberto Dabbene. Hacia 1930 fue profesor de Zoología, Zootecnia, Entomología y Fitopatología en la Escuela Superior de Agricultura y en la década del 40 dictó Entomología y Fitopatología  en la Escuela Nacional de Agricultura Mariscal Estigarribia.

Fue integrante de la Academia de Ciencia y Cultura Guaraní, destacándose en la recuperación de los nombres guaraníes de plantas y animales y en 1945 presidió la Sociedad Científica del Paraguay. Hasta muy anciano siguió colaborando con otros autores de historia natural, aunque la producción científica propia se detuvo.  Falleció en Asunción, donde vivía con su sobrina, a los 95 años de edad.


Arnoldo entrevistado en Paraguay, poco antes de su muerte, por Leandro Manfrini, director de cine que habría de realizar el film Desencuentros (1992), filmado en Paraguay e inspirado en la vida de Bertoni. En la película trabajaron los actores Cecilia Roth y Arturo Maly.

Baratti, Danilo-Un ricordo del regista scomparso. Leo Manfrini, Mosè Bertoni, il Paraguay, p. 12. Il Cantonetto, N. 1-2. feb 2016.


Toda su actividad estuvo marcada por la falta de recursos y de  bibliografía, y por las dificultades para comunicarse con colegas de otros países. De sus colecciones la mayor parte se perdió, quedando algunos ejemplares de vertebrados e himenópteros en el Museo Nacional de Paraguay y en Puerto Bertoni. No obstante ello, se lo considera el primer zoólogo de Paraguay.

Entre sus publicaciones, que llegan casi a las docientas, se encuentran  Vocabulario zoológico guaraní (1910); Contribución para um catálogo de aves argentinas  (1913); Fauna paraguaya. Catálogos sistemáticos de los vertebrados del Paraguay. Peces, batracios, reptiles, aves, y mamíferos conocidos hasta 1913 (1914); Especies de aves nuevas para el Paraguay (1919); Aves paraguayas poco conocidas (1925); Notas ornitológicas. Nueva forma de psitácidos del Paraguay (Descripción y distribución de Parakaú y Paraguá) (1927); Catálogos sistemáticos de los vertebrados del Paraguay (1939); Avispas y abejas del Paraguay (1973).

Alex Mouchard




-Ambrosetti, Juan Bautista -2008- Tercer viaje a Misiones. Editorial Albatros, Buenos Aires.
-Baratti, Danilo  -2016-Un ricordo del regista scomparso. Leo Manfrini, Mosè Bertoni, il Paraguay, p. 12. Il Cantonetto, N. 1-2. 

-Baratti, Danilo & Candolfi, Patrizia - 1994 - L'arca di Mosè: biografia epistolare di Mosè Bertoni, 1857-1929, Volumen 1. 824 pp. Edizioni Casagrande, Bellinzona.

-Baratti D & Candolfi P -1999- Vida y obra del sabio Bertoni. Moisés Santiago Bertoni (1856-1929). Un naturalista suizo en Paraguay. Asunción: Helvetas.
-Barbosa Rodrigues, João -1890- Poranduba amazonense: ou, Kochiyma-uara porandub, 1872-1887
-Bertoni. A. de Winkelried -1901- Aves Nuevas del Paraguay.  Continuación a Azara. Asunción.
-Bertoni. A. de Winkelried -1913 - Contribución para un catálogo de aves argentinas. Anales de la Sociedad Científica Argentina 85.
-Candolfi, Patrizia –2002-2003- Mosè Bertoni anarchiste? Bulletin Schweizerische Amerikanisten-Gesellschaft 66-67: 35-39.
-Contreras Roqué, Julio Rafael -2019- Arnaldo de Winkelried Bertoni, 1878-1973: primer zoólogo paraguayo. Prólogo de Sergio Ríos. 1a ed ampliada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Universidad Maimónides; Ediciones Fundación Azara.
-Garcete-Barrett B -1998- Conociendo a la gente: Arnoldo da Winkelried Bertoni. Génesis Paraguay.
-http://museodiblenio.vallediblenio.ch/mbi_bertoni.php
-http://www.mosebertoni.ch/
-https://www.mbertoni.org.py/monumento_cientifico_moises_bertoni.php
-https://es.wikipedia.org/wiki/Arnoldo_de_Winkelried_Bertoni
-https://www.biodiversitylibrary.org/
-Ihering, H. von –1898- As aves do estado de S. Paulo. Revista do Museu Paulista, vol. III.
-Ihering, H. von –1898- [carta fechada 18/04/1898]. The Ibis: 456-457.
-Kelso, Leon -1933- Note on the Genus Pulsatrix. Biological Leaflet No. 1.
-Koenigswald, Gustav -1895- São Paulo. Pp 149 + 100 fotografías. São Paulo.
-Koenigswald, Gustav -1896- Ornlthologia Paulista. Journal für Ornithologie. ser.5:Jahrg.44: 332-398.
-Lynch Arribálzaga, Enrique – 1902- Apuntes críticos sobre las aves del Paraguay descritas por el señor A. de Winkelried Bertoni. Anales del Museo Nacional de Buenos Aires. ser.2:t.4.
-Martinez, Luis María -2010- Moisés S. Bertoni, científico y poeta de la  naturaleza y soñador social.  Revista del Pen Club de Paraguay IV(19). Asunción.
-Mouchard, Alejandro -2019- Etimología de los nombres científicos de las aves de Argentina: su significado y origen - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Fundación de Historia Natural Félix de Azara.
-Nomura, Hitoshi -2006- Ornitologia brasileira – III. Aves brasileiras descritas no século XX e XXI (até 2006). Atualidades Ornitológicas Nº 133. Ivaiporã-PR
-Pelzeln, A von & Natterer J -1871- Zur Ornithologie Brasiliens: Resultate von Johann Natterers Reisen in den Jahren 1817 bis 1835. Wien :A. Pichler's Witwe & Sohn,1871.
-Santos, Eurico. 1938. Da Ema ao Beija-Flor. F. Briguiet & Cia.Rio de Janeiro.
-Sick H & Pabst  LF -1968- As Aves do Rio De Janeiro (Guanabara) Lista sistemática anotada. Archivos do Museu Nacional do Rio de Janeiro 53.
-Souza, Gabriel Soares de. Tratado Descritivo do Brazil em 1587. São Paulo: Companhia Editora Nacional, 1938.

domingo, 21 de julio de 2019

SANTIAGO RADBOONE: ¿PRÓFUGO O NATURALISTA?


En 1935 apareció una nota en la revista El Hornero, de la Sociedad Ornitológica del Plata (SOP- actualmente  Aves Argentinas - Asociación Ornitológica del Plata) firmada por un tal Santiago Radboone, sin aclarar si era padre o hijo, donde relataba algunas observaciones sobre cuatro pájaros patagónicos. Como dirección figuraba “Lago San Martín (Santa Cruz)”. De cada una de estas especies envió un ejemplar a la Sociedad. Uno de ellos era un Colilarga (Sylviorthorhynchus desmursii) que fue remitido al Museo Argentino de Ciencias Naturales donde fue estudiado por Ángel Zotta quien consignó que el mismo había sido enviado en “condiciones deficientes”.

Dos años después apareció en un listado de la misma publicación como nuevo miembro activo Santiago Radboone (h), permaneciendo como tal hasta enero de 1950. Esta persona donó a la SOP 16 pieles de aves provenientes del Lago San Martín.

En 1939, Zotta incorporó a la avifauna argentina al churrín grande (Eugralla paradoxa) en base a un ejemplar “obtenido por el Sr. Santiago Radboone en las proximidades del Lago Hess, localidad vecina al Mascardi, al noroeste de Río Negro”.  Luego agrega: “El Sr. Radboone, gran conocedor de la fauna de los lagos cordilleranos, me comunica que nunca lo observó  en otra región que no fuera los lagos Hess y Vidal” y agradece en la misma nota al colector a quien califica de “activo consocio”. De esto se deduce que Radboone, además de en Santa Cruz,  se encontraba activo en la zona de Lago Nahuel Huapi como lo confirman otros envíos de ejemplares desde el NO de Río Negro y SO de Neuquén.

¿Eran estos mencionados como Radboone y Radboone (h) padre e hijo, o se trataba de la misma persona? Veremos si las fuentes disponibles permiten determinarlo.

El Jimmy y Herbert Childs - 
Childs, H  -1936- El Jimmy: Outlaw of Patagonia. J.B. Lippincott Company


HISTORIA DE UN PRÓFUGO

En 1874 nació en Inkpen, Berkshire, Inglaterra  James Radburne, uno de los doce hijos de un trabajador rural y boxeador aficionado. A los 13 años dejó los estudios para trabajar en la huerta y como guardia de caza, con su padre. Escapando de la familia de una chica con la que tuvo una relación, buscó trabajo en el exterior y fue contratado por la firma Waldron & Wood, propietaria de The Tierra del Fuego Sheep Farming Company. En 1892 llegó a Punta Arenas y de allí pasó a la Estancia Springfield, en la isla, donde fue ovejero, esquilador y domador. También allí fue testigo y protagonista del exterminio de los selknam.

Deseoso de establecerse por su cuenta, en 1894 se trasladó al continente con un compañero.  Realizó diversos trabajos mayormente para estancieros ingleses y tuvo mil aventuras y problemas a causa de su carácter fácil para la pelea y su gusto por el alcohol, las mujeres y las apuestas en las carreras de caballos. En 1904 recibió en pago de una apuesta un cheque que era robado, cuando quiso ir a cobrarlo a Punta Arenas, fue detenido y un juez lo condenó por estafa. Fue a la cárcel, pero escapó y se refugió cerca de Última Esperanza, en la toldería del cacique tehuelche Chumjaluwün  o José María Mulato, del cual se hizo gran amigo. Poco después fue muerto allí un peón chileno en un confuso episodio. La policía de ese país, considerando que Radburne era el culpable, redobló sus esfuerzos para capturarlo, pero él pudo huir a territorio argentino. Radburne era conocido en la zona como “El Jimmy”, pero él se refería asimismo como Santiago Radboone y no recordaba cómo se escribía su apellido, que aparece en distintas fuentes también como Radbourn, Rabbone y Radborne.


Cacique Chumjaluwün  o José María Mulato
https://es.wikipedia.org/wiki/Cacique_Mulato



En las tolderías, Radburne se enamoró de Juana, la sobrina de Mulato. Ella era mestiza, hija de un comerciante italiano de apellido Carminatti y de una mujer tehuelche. Para una carrera de un caballo suyo contra uno de Mulato, Jimmy contrató como jinete a un gaucho de avería llamado Montenegro. Éste arregló la carrera para que ganara el caballo del cacique y a cambio le pidió la mano de Juana y se la llevó con él.

La situación de Radburne con la policía argentina era incierta. Por un lado le impidieron acompañar a Mulato y su familia  a la gran Feria de Saint Louis, Missouri, donde los indígenas fueron presentados como atracción casi zoológica. Por otra parte, durante un viaje que hizo a Río Gallegos no lo molestaron para nada.

Robert y Katharine Barrett (1931), escribieron la biografía de otro pionero patagónico, Edward Chace. En su libro mencionan a nuestro personaje como Jimmy Radboon y lo consideran escocés y casado con una “china” que “robó del campamento de un famoso prófugo chileno, Montenegro, o bien la rescató de una trato cruel. La llevó hacia el sur a una parte remota del lago San Martín donde pasaría desapercibido lo más posible no por ella, aunque Montenegro aún lo busca para sacarle el cuero cabelludo, sino porque él mismo era buscado en Chile por un asesinato que los sucesos posteriores probaron que no había cometido. Ella formó para él una bonita familia -las hijas las mejores jinetes del país- y cocinó y mantuvo la casa para él magníficamente. Ella era mestiza, piensa Chace, de alguna tribu norteña, una mujer muy bonita”.

Puesto La Nana - Eª El Condor - en cercanías de la antigua casa de Jimmy
Esta foto de Estancia El Condor es cortesía de TripAdvisor


Efectivamente, Montenegro acusado de homicidio fue encarcelado en Chile y Jimmy que se había hecho cargo del toldo de la familia de Juana, terminó yéndose con ésta hacia el norte en 1907. Tras probar en varios sitios, ocuparon unas tierras en la península Mackenna, junto al Lago San Martín (Santa Cruz) donde fundó la Estancia La Nana, cerca del límite con Chile. Allí nacieron sus hijos y allí se casó en 1913. Sus hijos por orden de edad y con la fecha aproximada de nacimiento entre paréntesis fueron: Ana María “Nana” (1907, gran domadora y criadora de caballos, tenía una hija llamada María), Santiago (1909, el socio de la S.O.P.), Enrique (1911, se fue arreando unos caballos, quizás peleado con el padre, y nunca regresó), Catalina (1912), Jorge (1913),  Arturo (1918), Juanita (1919) y Miguel (1925). 

Según Chace (Barrett, 1931): “Jimmy había tenido tanto éxito trasplantando a la china de Montenegro y criando hijas a su lado que continuó trasplantando otras cosas. Tenía esperanzas de hacer vino con una grosella negra que había encontrado en un lejano camino, junto a un glaciar, y que hacía crecer en su campo. Había trasplantado una variedad de frutilla que había encontrado aún a más altura que la grosella, a nivel de las nieves, y también una baya roja y hueca. Las hijas eran mejores domadoras que los profesionales. Una de ellas había reunido veinte caballos muy bien amansados”. 

Jimmy nunca logró obtener la propiedad de esas tierras, a pesar de los trámites ante la Dirección General de Tierras y Colonias en Buenos Aires a donde viajó en una ocasión. Tuvo muchas disputas con los vecinos y finalmente logró cerrar un contrato de arrendamiento con el gobierno, porque el lugar, que estaba en la zona de frontera con Chile, nunca había sido explorado y relevado y por ello no le otorgaban la propiedad. Por lo tanto, al morir él en los años 40, la familia perdió la posesión de la estancia, y tuvieron que trasladarse a la estancia La Nueva. Juana, la madre, murió ya muy anciana en el campo. Algunos de los hijos se mudaron a Perito Moreno y otros a Buenos Aires, y al parecer sólo Nana y Jorge, que se casó en la región (su viuda trabajaba en El Chaltén hacia el 2000), tuvieron descendientes.

En 1932, por consejo de los Barrett, Radburne se contactó con el periodista norteamericano Herbert Childs para que escribiera su biografía. Childs aceptó y se trasladó con su flamante esposa Majorie, en curiosa luna de miel que incluyó acampar durante tres meses en el jardín de la estancia, durante los cuales se desarrollaron las necesarias entrevistas con Jimmy, a la vez que compartían tareas rurales con su esposa e hijos. En l resultado fue "El Jimmy, Outlaw of Patagonia", publicado en 1936.


Churrín Grande
Dibujo de Friedrich Kittlitz (Mémoires présentés à l'Académie impériale des Sciences de St. Petersbourg ... 1831)


EL CHURRÍN GRANDE (Eugralla paradoxa) fue descubierto en Chile por Friedrich Heinrich Freiherr von Kittlitz, naturalista del viaje de circunnavegación del buque ruso “Senjawin” (1826-1829). 

“Creo que lo vi dos veces en total, ambas en el área de Concepción, donde habita arbustos muy tupidos en el conjunto de los bosques. Aquí él busca y encuentra su seguridad escondido, de modo que uno puede permanecer muy cerca de él sin poder hacerle daño. Pero en principio es traicionado por su voz muy peculiar, que pronuncia el mismo sonido una y varias veces uno detrás del otro en un tono inusualmente hueco y extraño, y que al principio uno atribuiría más a una rana que a un pájaro. Se desliza muy hábilmente en la espesura, y toma las posturas de nuestro Chochín Común [Troglodytes troglodytes]. Encontré el estómago algo musculoso, lleno de muchos pequeños escarabajos y saltamontes."

La primera cita para la Argentina fue la de Ángel Zotta con el ejemplar capturado por Santiago Radboone.

El segundo registro de la especie en Argentina lo comunicó Guillermo Gil, recién en 1990. Más recientemente Vidoz y Areta (2013) lo consideran común en algunos sitios de los Parques Nacionales Lago Puelo y Nahuel Huapi y áreas cercanas, estando probablemente en expansión hacia otros hábitats  como los arbustales de la introducida rosa mosqueta (Rosa rubiginosa).




SANTIAGO, EL NATURALISTA

Pero, ¿quién envió aquellos ejemplares a la SOP y escribió el artículo para El Hornero?

Santiago padre era un buen observador de la naturaleza.  “Jimmy pensaba que más agua sale del San Martin de la que va por el [río] Pascua al Pacífico. Había visto un día un guanaco nadando a través del brazo del lago entre su casa y el Maipú y cuando andaba por la mitad, empezó a dar vueltas y desapareció. Le mostró a Chace un curioso pato de cola larga, que no era un ánade rabudo  [Anas acuta], que nadaba contra la corriente en aguas rápidas y buceaba por su alimento. El macho era negro y gris y blanco con rayas en el cuerpo y la cabeza. Su pareja era toda pardusca. Lo llamaban pato torrente” (Barrett, 1931).

Sin embargo es poco probable que él haya escrito la mencionada nota ya que confesaba: “nunca he sido un amante de la pluma”, y es difícil que haya podido escribir con tanta claridad en un idioma que no era su lengua natal, mientras que el hijo había asistido  a la escuela en Paso Ibáñez. Además el hijo era socio de la SOP.

Jimmy no habla mucho de sus hijos en sus relatos. Según Childs el hijo “Santiago, entre 20 y 30 años, un tipo grandote, franco con su voz gruesa y pausada, mirando a otro hombre a los ojos”, se expresaba muy bien en inglés.

Federico Reichert
Foto de P. Heinrich (Reichert. En la cima de las montañas y de la vida. Acad Nal de Agronomía y Veterinaria. Buenos Aires, 1967)


En 1933, coincidiendo con la llegada de Childs, arribaron a la zona los integrantes de la “Expedición científica a los Hielos Continentales”, promovida por GAEA – Sociedad Argentina de Geografía. Este emprendimiento era dirigido por el químico y montañista alemán Federico Reichert, en su quinto viaje de exploración a los campos de hielo patagónico. Según relata Childs estaban llegando a las tierras de Radburne, cuando pararon en la cercana estancia La Elena. Casi enseguida vinieron los expedicionarios: una mujer y cuatro hombres, aunque de ellos sólo registró el nombre del geógrafo y botánico alemán Arturo Donat, que hacía casi dos años estudiaba la flora del lago San Martín. La mujer era Ilse von Dentzell, corresponsal del diario La Prensa, pintora y fotógrafa naturalista. Los otros tres hombres habrían sido el jefe de la expedición, Federico Reichert, el médico y andinista de Bariloche Juan Neumeyer,  y Alfredo María “Dago” Holmberg. Éste era en ese momento director (tras la muerte de Clemente Onelli) del Zoológico de Buenos Aires, sobrino del célebre primer director Eduardo Ladislao Holmberg y famoso por el episodio en que mandó fusilar al excitado elefante Dhalia. Siguiendo el relato de Childs, el jefe (aquí no sabemos si se refería a Reichert o a Holmberg, que por su personalidad podría haber pasado como tal) tomó como guía a Santiago hijo y el geólogo (Donat?), a Jorge Radboone.

La expedición partió hacia los hielos continentales. Vayamos ahora al relato de Reichert (1967), rico en anécdotas, quien aplicó a Holmberg los apodos de “Fulano de Tal” y “Pájaro de mal agüero”, sin nombrarlo. Durante el viaje se produjo una fuerte enemistad entre ambos y Reichert lo acusó de haber producido el alejamiento en San Julián de su discípulo Domingo Canter, que inicialmente formaba parte del grupo, y de querer comandar su expedición. Holmberg, “amigo del huemul” al decir de Reichert, había forzado su participación en la expedición para conocer “el imperio del huemul”, por ello intentaba cambiar el objetivo de la misma, de exploración geográfica a cacería de huemules.

Llegados a la estancia La Elena, “peones montados que aparecieron por obra del azar” (¿los Radburne?) les dieron caballos y así partieron guiados por el araucano Manuel Aguilar, que habría de ser un protagonista esencial de la hazaña. Llegaron a la finca de “Radbone”, donde encontraron a Childs y a su esposa viviendo “en su propio automóvil y en una lujosa tienda de campaña indígena”. Recordemos que para Childs el encuentro con ellos fue en La Elena.

Según Ilse (Hernández, s/f): “Las personas debimos bordear a pie la orilla Sur del lago, lo que requirió seis días. Después que hubimos cruzado el Brazo Sur, en bote y remando entre icebergs, encontramos al último colono de la zona [¿Jimmy? ¿Luis Mansilla?] quien afortunadamente pudo poner a nuestra disposición tantos caballos que subimos montados. El camino llevaba en muchos sitios a través de una selva de hayas antárticas y de prados pantanosos en los que algunas veces se hundieron hasta el vientre, a un tiempo, tres caballos de carga”.

Cerca del puesto de Luis Mansilla, sobre el límite con Chile, se produjo la última discusión con Holmberg quien abandonó la expedición. El resto (Reichert, Ilse, Donat, Neumeyer y Manuel) siguió internándose en el campo de hielo que denominaron Corredor Cristóbal Hicken, en honor del célebre botánico recientemente fallecido,  y descubrieron el cordón GÆA y el volcán Lautaro.

En la revista Argentina Austral (Stamponi, 2015) se publicó que el 9 de febrero de 1933 “los doctores Holmberg, Riggi [Agustín Eduardo] y Parodi [Lorenzo Raimundo] en compañía del joven Santiago Radboone viajaron a caballo por diversas zonas completamente desconocidas, atravesando la región comprendida entre los lagos San Martin y Viedma”.  Sin embargo, no hay evidencias claras de la presencia en la zona de los dos últimos, aunque Jimmy menciona un mapa de la zona que habría realizado Riggi.

Adolfo Dago Holmberg en 1924.
Archivo General de la Nación Argentina. Documento fotográfico. Inventario 85076.


 
Jimmy cuenta que después los científicos [¿Holmberg?] llevaron a Santiago hijo a Buenos Aires, hecho que Reichert no menciona en su relato ni tampoco hace referencia a Santiago. Éste estuvo estudiando en el Zoológico de Buenos Aires bastante tiempo, según las cartas que envió a su padre. Es probable que Holmberg, interesado por los huemules, haya sido el que eligió a Santiago hijo como guía y quizás le pidió que cazara algunos de esos cérvidos para el Zoo. De la misma forma podría haber enviado otros especímenes de animales al museo y a la SOP. Carlos Rusconi comentaba que  Santiago Rabbone (sic)  “ha tenido en su campo numerosas parejas de este ciervo y no pocas son las que dieron crías habiéndome proporcionado también algunos detalles de su biología todavía poco conocidos”. 

Finalmente podemos concluir con bastante seguridad que el socio de la SOP, el autor del artículo que motiva esta nota y el colector de las aves mencionadas en la misma fue Santiago Radboone hijo. Lamentablemente poco sabemos de él y tampoco tenemos una foto suya.

Alex Mouchard



Barrett Robert & Katharine -1931- A Yankee in Patagonia. Edward Chace. Boston & New York: Houghton Mifflin Company.
Childs, H  -1936- El Jimmy: Outlaw of Patagonia. 399 pp. J.B. Lippincott Company.
Childs, H. –2008- El Jimmy. Fugitivo de la Patagonia. 2ª ed. Zagier & Urruty. Ushuaia.
Grupo Abierto Comunicaciones – 2000- Retratos - Patagonia Sur. 144pp. Grupo Abierto Libros.
Gil, Guillermo -1991- Segundo registro del Churrín Grande (Eugralla paradoxa) en Argentina. Nuestras aves 24 Buenos Aires :Aves Argentinas.
Harambour R, Alberto -2015- El ovejero y el bandido. Trayectorias, cruces y genocidio en dos relatos de viaje británicos en Tierra del Fuego (década de 1890). Anales de Literatura Chilena 24:163-182.
Hernández, José Herminio –s/f- Biografía de Ilse Von Rentzell Atkinson. Andinista, escritora, dibujante, fotógrafa y botánica. http://culturademontania.org.ar/Historia/HIS_ilse_von_rentzell_atkinson.htm.
Kittlitz, Friedrich Heinrich Freiherr von -1831- Über einige vögel von Chili beobachtet marz und anfang april 1827. Mémoires présentés à l'Académie impériale des Sciences de St. Petersbourg par divers Savans et dans ses assemblées. t.1 p.184 pl.5.
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Reichert, F -1967- En la cima de las montañas y de la vida. Academia Nacional de Agronomía y veterinaria. Buenos Aires.
Rusconi, Carlos -1936- Anomalías en las cornamentas del huemul. Anales Soc Cient Arg 122:288-296.
Sosa N -2006- Tehuelches en la Feria de Saint Louis (Louisiana, 1904). Tefros 4(2).
Stamponi, G – 2015- Hielos continentales. Aproximación a la bibliografía argentina. 1ª edición digital. Fundación Universidad de Belgrano. Buenos Aires.
Vidal F et al. – 2011- Patagonian huemul deer (Hippocamelus bisulcus) under captive conditions: an historical overview. Animal Production Science 51(4):340-350.
Vidoz, Félix  & Juan Ignacio Areta -2013- Notas sobre historia natural y distribución del churrín grande (Eugralla paradoxa) en Argentina. Ornitología Neotropical 24(2): 123–138.
Zotta, A. R. 1939. Otras adiciones a la avifauna argentina. Hornero 7: 243–254.

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