"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


lunes, 14 de abril de 2014

EL AGUARÁ GUAZÚ – Chrysocyon brachyurus




“…habrá que temer que el egoísmo y la falsedad extiendan un día
su funesto imperio , inclusive en el interior de esas  selvas y montes,
que actualmente son pacíficas moradas de pobladores aún más pacíficos”

                                                                                      Alcide d’Orbygny (1835)








Maned wolf
Grabado de J. Smith
Proc. Zool. Soc. 1877, p. 806, pl. 81. 


La distribución de los seres en la actual configuración de los continentes fue generosa en el aporte de cánidos a la región neotropical, siendo Sudamérica la tierra con mayor variedad de géneros de cánidos vivientes. A la mayoría de estos carnívoros se los debe incluir en lo que comúnmente conocemos como “zorros”, con una fisonomía bastante característica que no ofrece grandes variantes entre las distintas especies, incluida una extinta a mediados del siglo XIX que habitaba las islas Malvinas (Ver nuestra entrada EL ZORRO LOBO DE LAS MALVINAS Dusicyon australis, del 17 Ago 2012)
.

Pero esta tipificación  presenta una excepción que es Chrysocyon brachyurus, una especie con aspecto de perro  muy alejada del tipo fisonómico de los zorros y que tal vez por sus características de comportamiento es muy poco conocido por la gente, a excepción del hombre de campo que habita en su rango de distribución.  Tan es así que el médico veterinario Marcelo Beccaceci narra en su ameno libro “Soldados de Noé” que en oportunidad de iniciar hacia 1985 un relevamiento de la especie, realizó un censo ante 100 habitantes de la Capital Federal (Argentina) preguntando sobre el aguará guazú. Dice: “El 75% no supo qué era, el resto arriesgaba: ¿un río?, ¿un pez?”.


Tampoco a nivel científico  se conocía  demasiado. Es a partir de la década de 1980 cuando comienzan distintos estudios, intensificándose hasta el día de hoy tanto en la Argentina como en los otros países  donde habita este cánido.

Cabrera y Yepes (1940) establecen esta curiosa comparación: “En general, y aparte del color, que recuerda el de los zorros del norte de Europa, el aspecto del animal tiene a la vez algo de lobo europeo y de galgo ruso”.

Por otra parte interpretando su nombre técnico obtenemos algunos datos de sus caracteres. En el trabajo “Significado y origen de los nombres científicos de los mamíferos de Argentina” (Mouchard, 2012), el autor  descifra claramente  las palabras del nombre científico latinizado: Chrysocyon: perro dorado; del griego ‘ khrysos’= oro, cubierto de oro o dorado, y ‘kyon’= perro. Por su parte el nombre específico  brachyurus, se forma de ‘brachys’ (también del griego) que significa corto o breve y ‘oura’ significa cola, o sea cola corta. O sea que este extravagante apodo nos dice que es semejante a un perro, de tono dorado y con la cola corta. Faltaría mencionar que las patas y orejas son muy largas y ya tendríamos una aproximación satisfactoria.

Félix de Azara fue el primer naturalista que lo describió, y lo denominó con la voz indígena aouara gouazou, de donde es probable que haya derivado la voz “aguará guazú”. El naturalista alemán Johann Karl Illiger ( 1775 -1813), que estudió bajo la supervisión del prestigioso entomólogo Johann Hellwig,  publicó el trabajo titulado  “Prodromus Systematis Mammalium et Avium”  en 1811  sobre taxonomía y en él hace mención del aguará guazú basándose en la información recabada in situ por Azara en su viaje a América del Sur . Lo denomina Canis brachyurus, luego fue cambiando de género hasta que se llegó a la denominación actual.


Como sucede con toda especie silvestre la gente sugiere nombres, algunos “prenden” y en esa región se lo llama de esa manera  y  a un centenar de kilómetros ya puede cambiar el nombre que le da la gente del lugar. En territorio argentino se lo llama aguará-guazú (lo que significa zorro grande en la lengua guaraní), doradillo (por la semejanza con el color del pelaje de los caballos así denominados), aguará grande, lobo de crin (en referencia a los pelos alzados del cuello), lobo rojo (es el tono que aparece a primer golpe de vista), zorro colorado,  lobo de los esteros (habita estos ambientes), zorro potrillo (por su gran estatura), caalac – así lo menciona Paucke en lengua mocoví-, wawó (lengua de los vilelas), borochi lo llaman en Bolivia, lobo-guará, guará o lobo-vermelho en Brasil, mbuaravachú  en partes de Paraguay y  “maned wolf “ (= lobo de crin) en la nomenclatura estandarizada de nombres comunes en inglés.

Como sucede con el nombre latino algunos de estos nombres hacen referencia a las características externas que muy sucintamente describimos, como un perro de patas muy largas, cola corta en relación al resto del cuerpo, parece más alto que largo, orejas grandes, coloración predominante del anaranjado virando a rojizo, los extremos de las patas son negros y luce en el cuello una vistosa crin  también de pelos negros. Se ha especulado mucho sobre los porqués de tan inusual aparato de locomoción en un componente de una familia que se caracteriza por poseer patas cortas y robustas.

Don Félix de Azara (1809) en tal sentido decía: “Resulta que es tan grande como un perro de la más alta talla y mayor que un lobo, y no cede a ninguno de estos animales en la ligereza de su carrera ni en la fuerza de sus dientes”. Efectivamente es muy veloz en la carrera pero su resistencia no es tanta.

Se arribó a la conclusión que el desarrollo de sus patas sería una adaptación que le otorga considerable elevación para deambular en pastizales -uno de sus hábitat preferidos- y poder observar  sobre ellos para  cazar u otras funciones vitales. También es una ventaja para deambular en terrenos anegados, otro de los hábitat que frecuenta.



Maned Wolf
Dogs, jackals, wolves, and foxes : a monograph of the Canidae - George Mivart- 1890 


Sabemos que la cacería de fauna silvestre es un medio de subsistencia para comunidades rurales de algunos lugares que aún permanecen aislados y ajenos a otras formas vida. No son muchos los sitios en la Argentina donde se da esta situación, pero son suficientes como para que este motivo sume más bajas en las poblaciones del lobo de crin. Pero en estas zonas se lo caza más que nada por considerarlo un competidor del hombre  al  depredar sobre las presas que más busca aquél.

También se lo comercializa como mascota, siendo sus cachorros los más ofrecidos a la venta.  En el libro “Mamíferos de la provincia de Santa Fe” (A. Pautasso, 2008) se muestra una foto de una hembra enjaulada ofrecida a la venta en plena calle de la localidad santafecina de Avellaneda.


Otro conflicto con el hombre se suscita cuando incursiona en gallineros, los cuales ejercen una atracción especial sobre nuestro lobo y, a la vez, es víctima frecuente de atropellamiento en rutas asfaltadas donde se circula con velocidad, dado que aparentemente queda encandilado por los faros de los autos. En los últimos tiempos estos episodios pasaron a ser alarmantes por la cantidad de casos y sucede lo mismo con otras especies emblemáticas para la conservación. Si tomamos como referencia las noticias periodísticas habría más muertes del aguará que de las otras especies que sufren este problema.

Señala Pautasso, recientemente mencionado, refiriéndose específicamente al norte santafecino, que en general los “nutrieros”, es decir los que se dedican a cazar el coipo o nutria, tienen una visión negativa del aguará guazú porque algunas veces éste come las nutrias entrampadas antes de la llegada de los cazadores o las traslada, con trampa incluida, a lugares de muy difícil acceso para el hombre por la intrincada vegetación. Parecería que el lobo de crin es atraído por los chillidos de los coipos al quedar atrapados, y esto hace que se convierta en mayor enemigo aún de estos cazadores que lo matan ni bien se cruza un ejemplar en su camino. A veces se lo ultima con armas de fuego, enlazándolo o simplemente largándole varios perros.

Para nuestra sorpresa, se sabe que una de las cargas que pesa más sobre la vida del aguará-guazú es el ser considerado por mucha gente supersticiosa como representación del lobisón, esa creencia de antigua data que supone que el séptimo hijo varón se convierte por las noches en lobo y deambula por el monte. Aunque pueda parecer extraño, aún en algunos lugares es perseguido por esta razón y, ni bien se presta el momento, lo matan.

A esto hay que agregar su desagradable aullido que influye en la creencia de malos presagios. Cabrera y Yepes, ya citados, al respecto dicen: “Suena una voz como un  ¡ guaaa… ¡ lastimero, o más bien diríamos macabro, que se oye de muy lejos y que no se olvida si se ha oído una vez”.


También, lamentablemente, la presencia de cazador furtivo es bastante frecuente en muchas regiones. Principalmente se lo vende por su cuero, se realiza venta de ejemplares vivos a zoológicos (esto es favorecido por su “rareza”),  tanto los adultos como cachorros también se comercializan  como mascotas y para ser taxidermizados. Según afirman no es de poca significación el último destino mencionado. En los últimos tiempos hubo referencias sobre ejemplares matados por jaurías de perros cimarrones.

Su retroceso poblacional es muy marcado  y viene ocurriendo desde hace varias décadas en gran parte de su distribución. El impacto que más influyó en la merma de las poblaciones del aguará-guazú - como sucedió con gran parte de los animales silvestres- fue la drástica  disminución de su hábitat  por el avance de las actividades agropecuarias. Este fenómeno ocurrió en todos los países que habita, a saber: “Desde el río Paranaiba, el sur de los estados de Pará y Maranhao por el centro y sur de Brasil y Paraguay, extremo oriental de Bolivia y nordeste de la Argentina” (Chebez, 2008). En este último país actualmente mantiene poblaciones en el este de la provincias de Formosa y Chaco, norte de Santa Fe y Corrientes, sur de Misiones, extremo nordeste de Córdoba y parte oriental de Santiago del Estero. También  González y Lanfranco (2010) lo mencionan para el norte del Uruguay con registros confirmados en los departamentos Río Negro, Rocha y Cerro Lago, y una serie de otras menciones que deben ser confirmadas. Por otra parte es habitante conspicuo del Santuario Nacional Pampas del Heath, creado en junio de 1983 en el sudeste del Perú, casi límite con Bolivia, por lo que si bien es la única área peruana donde habita, podría incluirse a esta Nación en la lista de distribución. Este parque nacional peruano que lo alberga es una zona de altos pastizales con palmeras que se inunda durante varios mese al año. Por lo que es hábitat ideal para la especie tratada.

Hacia 2009 se observó, unificando  datos de al menos tres encuestas  realizadas a pobladores (alguna también incluyó al yaguareté y al ciervo de las pampas) y otros avistajes, que la distribución de la especies en la provincia de Santa Fe estaría expandiéndose hacia el sur. Esto sería cíclico y podría responder a las mayores lluvias que se vienen registrando en los últimos tiempos. Por el contrario durante la gran sequía de 1999 habrían disminuido las citas de la especie en la zona. También se especula  que las cañadas podrían estar actuando como espacios para la dispersión.


La distribución histórica incluía además de las provincias citadas precedentemente a  las de Buenos Aires, La Pampa, San Juan, La Rioja, Catamarca,  San Luís y San Juan. En relación a la presencia en las últimas dos provincias acota Chebez (2008) que uno de los testimonios tenidos en cuenta para esa afirmación es el de un indígena avezado en cuestiones de fauna  de San Luis que fuera entrevistado en 1923 e indicó su presencia en la zona de las lagunas de Guanacache, lo que incluiría también a la provincia de Mendoza. Este información además fue suministrada por Burmeister en 1885 en su trabajo “Ueber den schadel von Canis jubatus,  Sit-Zungsberichte Der Gesell” en Natur.  Freunde N°4.



Maned Aguara
                                                                 Dogs - Smith, C. H. - Jardine, W. - 1839- v.1                                                                                                               




Las distintas culturas nativas tuvieron sus propias  formas de contacto con el lobo de crin. Sabemos que los abipones chaqueños lo cazaban para utilizar su piel en la confección de prendas de vestir, aunque hay versiones que señalan, por el contrario, que algunas comunidades desdeñaban su piel por el fuerte olor que posee. Sí  coincidían en atribuir a la piel del aguará  propiedades  curativas que casi perduraron hasta nuestros días. Se afirmaba que los sobrepuestos o cojinillos – pieza que integra la montura del caballo – hechos con esta piel tenían la propiedad curar y prevenir las hemorroides y además era excelente alivio para los dolores del tipo de la  artritis, para lo cual había que cubrirse con ella a modo de cobija. Dice el antropólogo M. Palermo (1984) que los mocovíes hacían puntas de flecha con los huesos de las patas y cita al jesuita Florian Paucke, quien vivió con esa cultura y cuenta haber visto que los mocovíes colgaban los cadáveres del aguará  en ramas de árboles y ejecutaban ritos que semejaban burlas. En otros lugares suponen que la ralladura de los huesos de las patas tiene propiedad para apurar los partos transfiriendo la rapidez del animal a la parturienta.

También comenta el último autor mencionado que hubo extrañas creencias, no tan alejadas en el tiempo, por parte de los habitantes de Corrientes quienes decían que los que llevaban las tabas de este animal huían más fácilmente de la policía cuando eran perseguidos por ésta. Y en territorio de esta misma provincia,  los guaraníes suponían que era la encarnación de un ser maléfico y se les escuchaba el siguiente relato o leyenda: el yaguareté quiso una vez devorar al ciervo, pero éste iba como compañero del aguará guazú que, en realidad, era el mismo diablo (aná, en lengua guaraní) bajo tal forma. Esperando una buena oportunidad para llevar a cabo sus propósitos, el felino simuló amistad con los dos y acordaron turnarse para conseguir comida. El primer día  salió de caza al aguará guazú y volvió con un ratón, ante el enojo del tigre. El cazador le contestó que si no estaba conforme, fuera él a ver qué conseguía: nada sería, le dijo, porque tenía las patas demasiado cortas. Furioso, el yaguareté se le abalanzó pero él huyó junto con su amigo el venado. Buenos corredores los dos, mantuvieron sin problemas las distancias hasta llegar al río; el aguará guazú se tiró al agua y cruzó nadando pero el ciervo no sabía nadar y fue alcanzado por el perseguidor. Aquí se manifestó su compañero como Diablo (añá): lo convirtió en una piedra y cuando el yaguareté trató de morderlo se rompió un colmillo. Entonces el aguará guazú empezó a reírse del tigre hasta que éste, exasperado, le arrojó la piedra al llegar a la otra orilla, y  Añá la convirtió otra vez en el ciervo, burlándose de nuevo del frustrado yaguareté.

Hay testimonios de que en la actualidad, los tobas en la provincia de Formosa utilizan su piel para confeccionar un tipo de calzado.

Por la merma de sus poblaciones en las provincias de Corrientes, Santa Fe, Misiones y Chaco fue declarado Monumento Provincial. En Argentina se asigna la categoría  “En Peligro; en Brasil “Vulnerable”, en Perú también “Vulnerable” y en Bolivia “En Peligro/ Vulnerable”.

Es nuestro anhelo que los lectores hayan conocido mejor y apreciado al aguara guazú a través de estas líneas. Creemos válida aquella expresión que dice que no se puede querer lo que no se conoce. Al informarnos y ver su estampa y su rostro seguramente se generará la simpatía y esto se puede transformar en acciones concretas para sumarse a la causa de evitar por todos los medios posibles su extinción.

Algunas de las instituciones que más bregan por la supervivencia de aguará guazú son la Fundación Temaiken, la Fundación Huellas, el Proyecto Aguará Guazú (http://aguaraguazu.blogspot.com.ar/), el Grupo Argentino Aguará Guazú de la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM), Plan de Acción para la Conservación del Aguará Guazú en Santa Fe, y Museo Provincial de Ciencias Naturales “Florentino Ameghino” (referente Andrés Pautasso). En sus respectivos sitios en Internet hay información sobre lo que se está haciendo.









EL AGUARÁ GUAZÚ EN LA PRENSA


La mansedumbre del lobo de crin puede ser reafirmada por las múltiples apariciones de ejemplares en zonas pobladas. He aquí una reseña de algunas notas periodísticas que dan cuenta de este fenómeno




Diario Corrientes Hoy

Rescatan un aguará guazú que apareció en el Barrio Laguna Seca

El día lunes 9 de Diciembre del 2013, por la noche, la Dirección de Recursos Naturales, rescató un ejemplar de Aguará Guazú en el Bº Laguna Seca. Producto de una llamada telefónica realizada por una vecina de la zona, se procedió al operativo de rescate, en un procedimiento conjunto con efectivos de la Policía de la Provincia y el Cuerpo de Bomberos, los cuales cercaron toda la zona donde se encontraba el animal.



Diario La  Capital


Lunes, 04 de junio de 2012   | ROSARIO

Hallaron un aguará guazú en un garaje de Fisherton

Una hembra joven de aguará guazú (zorro grande en guaraní, ver aparte) fue rescatada ayer al mediodía sana y salva en Fisherton, después de que una asustada familia la descubriera.    




ARGENTINAadiario.com.ar

HABRIA NADADO DURANTE HORAS

Ejemplar de Aguará Guazú apareció en la costanera correntina

10/03/2012
El pequeño animal de pelaje rojizo que corre peligro de extinción apareció cansado en un local de la costanera. Fue capturado y llevado para el control.




Ministerio Producción y Ambiente. Gobierno de Formosa
Rescate De Un Aguará Guazú


Centros De Rescates
El ejemplar de aguará guazú que actualmente se encuentra en la Reserva de Animales Silvestres Guaycolec, fue rescatado el día 06 de junio de 2009 en una zona periurbana de la ciudad de Formosa, por personal de la Subsecretaría de Recursos Naturales, Ordenamiento y Calidad Ambiental conjuntamente con la Unidad especial de Policía Ecológica.


Diario La Opinión de Rafaela
Provincia de Santa Fe.

08 /09/2008

Apareció un aguará guazú en zona de quintas de la ciudad

La presencia del animal oriundo del norte del país, que se encuentra en vías de extinción, fue advertida en calle Los Cedros, en la zona de quintas al sur de la planta urbana. Logró ser capturado tras un arduo trabajo, siendo enlazado por un experto en esas tareas, puestero de un campo de Presidente Roca. Ahora está en el Refugio Municipal, esperando por su destino, que puede ser la granja "La Esmeralda" de Santa Fe o bien enviarlo a Formosa.





Esperanza, Santa Fe


08/07/2013

Intensa búsqueda de un Aguará Guazú por la ciudad


Pasadas las tres de la madrugada llamaron al guardafauna Martín Mastropaolo para comunicarle que por las calles de Esperanza caminaba un Aguará Guazú (zorro). El ejemplar fue visto por última vez en Planta 2, ubicada en 1° de Mayo y 9 de julio. Colabora con la búsqueda el Comando Radioeléctrico.


INFOVERA. Noticias del Norte Santafesino

Insólito: hallaron un aguará guazú en una casa de Suardi

26/07/12  

Aguara
Mediante un llamado telefónico  a Los Pumas, una persona de apellido Ramírez manifestó que al hacerse presente en su domicilio ubicado en zona rural de Suardi, en una de las habitaciones se encontró con un aguará guazú.
De inmediato, personal de la policía rural se constituyó en el predio “La Esperanza”, donde en una habitación de la vivienda ubicada allí se comprobó la presencia del animal, procediéndose a la captura del mismo.
Posteriormente, previa consulta con autoridades de la Granja “La Esmeralda”, se trasladó el aguará guazú hacia ese lugar para su resguardo.






Gabriel Rodríguez

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REFERENCIAS

Chebez, J. C. 2008 . Los que se van, Tomo 3 “Mamíferos”. Editorial Albatros. Buenos Aires.

González, E. y Martínez Lanfranco. 2010. Mamíferos del Uruguay. Guía de campo e introducción a su estudio y conservación. Ed. Banda Oriental. Montevideo.

Palermo, M. 1984. Fauna argentina. “Aguará-guazú”. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires.


Guara
Brehm's Life of animals  Volume 1, Mammalia - 1895




EL AGUARÁ GUAZÚ EN LA CANCIÓN


.
EL AGUARÁ GUAZÚ

La noche aúlla como una sombra
partida en dos.
Viernes en vela,
es luna nueva …
¿Será un aullido de lobizón?
La noche aúlla y entre los ranchos de la comarca
pasan la voz:
Una guarida en los pastizales…
¿será guarida de un lobizón?

La noche aúlla como si un perro,
como si un árbol, como si tú,
tiembla que tiembla,
nada supieras
de la leyenda
del agua-ra-guá
aguará guazú.
Un zorro grande,
algo de hiena, algo de perro,
crin en el lomo:
aguará guazú;
cuenta un paisano en el fogón
tu vieja historia de luna nueva,
séptimo hermano,
hijo varón …

                                                       Germán Machado

.



Aguará Guazú
-Chamamé-

Ventea tu cara pequeña
en la brisa del alba
la flor del olvido,
patitas de junco costero
pelito de ciervo
vení que te quiero.
Es triste pensarte aterido
ojitos de estrella
que muere en el río
queremos salvarte chamigo
gurises del pago.
¡ofrézcanle abrigo!

Aguará Guazú
luz del pajonal
sol del invierno frío
Aguará Guazú
che yaguá de miel
quiero darte abrigo.
virgen de Itatí
bendecile angá
es un correntino
que no tiene paz
Aguará Guazú
¡Quiero darte un nido!

.¡Ah del que niegue el pasado!
ánima en pena su canto
anda sin ser por el mundo
frío y reseco su llanto.


                                                    Antonio Tarragó Ros







En nuestra próxima entrega:     "EL AGUARÁ GUAZÚ Y LA CIENCIA"



miércoles, 2 de abril de 2014

EL BAILE DEL OSO HORMIGUERO Myrmecophaga tridactyla



EL OSO HORMIGUERO GRANDE (Myrmecophaga tridactyla) EN LA CULTURA



El gran comedor de hormigas
Brodtmann, Karl Joseph -  Naturhistorische Bilder Gallerie aus dem Thierreiche, circa 1824


En nuestra cultura actual el oso hormiguero sigue siendo percibido como un animal de extraño aspecto aunque se lo ve con simpatía y por suerte sin objetivos culinarios. Su rareza y vulnerabilidad, al ser tan especializado en su alimentación, lo promueven como símbolo de la conservación y de hecho está clasificado como vulnerable a nivel global para la UICN. Por ello figura en el logotipo de la Fundación Vida Silvestre Argentina.


El oso hormiguero aparece en varias leyendas y relatos sudamericanos, ya sea indígenas o criollos. Uno de los más atractivos es el recopilado por la escritora Graciela Repún y que proviene de los indios kaingangá de la selva de Misiones (Argentina). Parece ser que tras la gran inundación, Kadjurukré, su dios creador, trabajaba de noche para modelar con barro  los animales de la selva y cuando estaba tratando de terminar al oso hormiguero, apurado porque ya salía el sol, tomo un palito y se lo puso en la boca a manera de lengua porque no le alcanzaba el tiempo para ponerle dientes. Y así lo mandó a comer hormigas.  Un día el yurumí se encontró en un sendero con un indio y lo amenazó parándose  sobre sus patas traseras. El indio le lanzó un golpe con un palo, pero el tamanduá lo esquivó saltando a un costado, vuelta a pegar el indio, volvió a esquivarlo hacia el otro lado. Así estuvieron un largo rato hasta que el oso se cansó y se fue.  Cuando el indio relató este suceso a sus amigos estos, riendo, empezaron a imitar esos saltos del oso y así inventaron el baile, acompañándolo más tarde con diversos instrumentos.


En la mitología de los indígenas maleku de Costa Rica hay un personaje llamado sisimique o sisimike, un humanoide enorme de espeso pelaje, con los pies dirigidos hacia atrás, que vive en cuevas y suele raptar mujeres en su noche de bodas. Los criollos lo asimilan a su creencia del Dueño del Monte, que sería el alma de un hombre que mataba animales con afán destructor y que después de muerto fue enviado por Dios para perseguir a los cazadores y a los que destruyen la selva.  El oso hormiguero u oso caballo, como se lo llama allí, fue rápidamente identificado con estos seres fantásticos, especialmente cuando se para en sus patas posteriores y agita sus garras para defenderse.

Gervais, Paul – 1855- Histoire naturelle des mammifères, avec l'indication de leurs moeurs, et de leurs rapports avec les arts, le commerce et l'agriculture;     (v.2)  Page 259


En un cuento guaraní el yaguareté y el yurumí se desafían a ver cual tiene mayor cantidad de restos de presas en sus heces. El astuto oso cambia de lugar los excrementos de modo que en los del tigre sólo se ven restos de hormigas, y en los suyos muchos huesos y pelos de animales grandes. Desconfiando, el yaguareté se paró en dos patas y rasgó la corteza de un gran árbol con sus fuertes garras para demostrar su ferocidad. El oso al ver esto se fue a buscar un árbol ya medio quebrado, y al golpearlo con sus uñas lo partió enseguida en dos. Esto hizo creer al yaguareté que el oso tenía una fuerza extraordinaria por lo que desde ese momento evitó enfrentarlo.

Los indios quom del Chaco argentino creen que en algún momento de su historia hubo un gran incendio que quemó toda la tierra dejándola negra. Kadawaik, el dueño del monte,  salvó al avestruz y al potay u oso hormiguero. En este diluvio de fuego, los hombres y mujeres se escondieron y les estaba prohibido salir a ver el estado del mundo. Una vieja curiosa salió y fue transformada en potay. Dicen también que cuando truena es el oso que grita enojado desde el cielo.

En los cuentos quom, se cita también la rivalidad  con el yaguareté: siendo amigo del potay, le devora una cría, pero el oso huele en el aliento del tigre el olor de su hijo. Enfurecido, mata al felino y  a su esposa.

Tambien creen en una Madre de los Osos Hormigueros, un enorme animal subterráneo que mata con el aliento y devora a los que cazan sin necesidad. Del mismo modo los wichis suponen que el Dueño del Oso Hormiguero que los protege y mata a los que lo cazan sin aprovechar la piel. En uno de sus cuentos una vieja se perdió en el bosque y tras varios días sin encontrar el camino de regreso se transformó en un oso hormiguero o sulaj, su bastón pasó a ser el hocico y su chiripá, la cola.

Los qom creen que los osos no tienen sexos y que para reproducirse se juntan entre varios uniendo los hocicos y que al tiempo aparecen las crías. Por eso quizás los criollos misioneros creían que podían preñar con la mirada.




Goodrich, Samuel G. – 1859 - Illustrated natural history of the animal kingdom.

Isabel Crooke Ellison rescata este mito makú del Amazonas Colombiano que vuelve sobre el tema del antagonismo con el jaguar.  Una cierva en conflicto con un jaguar  se encontró con un oso hormiguero y le hizo creer que el jaguar se preparaba para matarlo y comerlo. El oso corrió hacia el felino y sin darle tiempo a nada le clavó las garras en el cuello matándolo, y después volvió tranquilamente a seguir comiendo hormigas. La cierva tomó el cadáver y lo llevó a su casa, logrando así asustar a los otros jaguares para que no la molestaran.


En una fábula moderna del peruano Félix Hugo Noblecilla Purizaga, “El oso hormiguero y el Zorro”,  la figura del oso hormiguero se muestra para moralizar contra la discriminación. El zorro se burla del extraño aspecto del oso, pero cuando los tiempos se ponen difíciles sólo el oso puede abrir los duros termiteros con sus garras y alimentarse con su curiosa trompa, mientras que el zorro padece hambre.





Oso hormiguero gigante (Myrmecophaga jubata) - 
Original dibujado y grabado en madera (xilografía)  por Friedrich Specht, 1884



En la música popular aparece el oso hormiguero con distintos enfoques: Por ejemplo en la canción “Tamanduá Bandeira” de la cantante brasileña Elza Maria se describen algunas características del animal:

“Tamanduá bandeira, tamanduá mirim
Quando vê um formigueiro
Ele estica sua língua assim

E vai comendo formiga
Até encher sua barriga
Mas toma muito cuidado
Que é pra não levar mordida

Tamanduá bandeira, tamanduá mirim
Eu nunca vi um bicho
com uma língua tão cumprida assim
E um nariz tão fino assim
E um rabo tão grande assim
E um abraço tão forte assim.”

[Tamanduá bandera, tamanduá chico, cuando ve un hormiguero estira su lengua así. Y va comiendo hormigas hasta llenar su barriga, pero tiene mucho cuidado para no ser mordido. Tamanduá bandera, tamanduá chico, nunca ví un bicho con una lengua así de útil, y una nariz así de fina, y una cola así de grande, y un abrazo así de fuerte.]

Y en “Lingua de Tamandua”, del rapero Mv Bill, se aplica su nombre al charlatán debido a la lengua larga:  “Língua de tamanduá, o linguarudo /Fala até do que não vê.”   [Lengua de tamanduá, el cuentero habla hasta de lo que no vé].





LOS USOS DEL OSO


 Aun hoy en día hay algunas tribus indígenas que incluyen al oso hormiguero en su dieta, pero para otros como los chamacocos del Alto Paraguay , los wichis y los chorotes , es un animal tabú para comer. Los qom sólo lo cazan si no tienen otra carne. Para ello mientras uno lo sujeta de la cola, otro le pega con un palo en la punta del hocico. Luego se debe cuerear en el mismo lugar en que cayó, porque si no la carne queda seca y sin grasa y no es sabrosa. Los perros ayudan en la caza pero si atrapa alguno, le olfatea el corazón con el hocico y le clava allí una de sus garras y sólo lo suelta cuando muere.


 En la medicina popular los huesos se usan para tratar el reumatismo. También se hace inhalar  el humo de sus cerdas a los enfermos de bronquitis y las cenizas que quedan se usan como antihemorrágico y anticonceptivo. La grasa se aplica sobre la piel para evitar las estrías de las embarazadas. Los qom usan las uñas del potai para frotar la planta del pie de los bebés que así adquiere la dureza necesaria para caminar por el monte descalzos cuando sean grandes.


 Con el cuero se hacen recipientes y otros utensilios, como ojotas de gran resistencia y flexibilidad y antiguamente corazas para la guerra y protectores para los recolectores de miel. También se usa el cuero sobado con pelo a manera de colchón.  Con las uñas se pueden hacer maracas y también sirven como ganchos para colgar objetos. Según la tradición de los paisanos de Corrientes (Argentina) los mejores caballos eran los domados con un bocado hecho de lengua de yurumí.





Dictionnaire encyclopédique Trousset, 1886-1891. Paris, Librairie illustrée.






LOS NOMBRES DEL YURUMI


 El explorador del Amazonas Henry Bates dice que los indios lo llaman tamandua bandeira, “en alusión a la curiosa coloración del  animal, que tiene a cada lado del cuerpo una ancha banda  oblicua, mitad gris y mitad blanca, lo que le da cierta semejanza a un estandarte heráldico”, pero para otros ese apelativo se debe a los largos pelos de la cola, que al caminar el animal flamean cual bandera. El nombre tamandua deriva del tupí taixi = hormiga, y mondê = atrapar,  por lo tanto,  “cazador de hormigas.” Buffon dice que el nombre tamanoir que le daban los franceses radicados en America parece derivar de tamandua.


 Cuvier aclara que tamandua-guaçu en lengua galibi, significa “gran tamandua”, y lo aplican para diferenciarlo de la especie pequeña, el tamandua-i u oso melero (Myrmecophaga tetradactyla). Los portugueses le llamaban tamanduá cavalho, por su crin y su tamaño, al igual que en Centroamérica, donde  es el oso caballo u oso real.

  En Venezuela según Humboldt lo llamaban oso palmero, pero el nombre indígena es uaraca, y en Guyana, ouariri.

 En Ecuador recibe los nombres de kuchi pillan (quizás del quechua kuchi = cerdo ? ), oso hormiguero gigante y oso banderón.

 Azara informa el nombre guaraní en Paraguay: ñurumí, pero aclara que debe ser yurumí (= boca chica) porque “acomoda a la bestia”. Otros nombres de origen guaraní son yoquí, yaqui, yautare, kuarevachú y aba caé ( = hombre mono ?)


Figura chané de oso hormiguero


 Los mocovíes le llamaban ladiodgac y los abipones, heteyreé. Los qom, emparentados, con estas dos tribus, tienen para el oso hormiguero grande el nombre de  potai lapagaxaica lallaco, que significa "oso hormiguero de lomos (lapagaxaica) blancos (lallaco)."

 Los mbayá de Misiones (Argentina) le dicen bitioni, bidioni o bioni, y para los wichis es tsulaj, y tienen un pájaro carpintero pequeño al que llaman tsulajchaswo, como si fuera “pájaro de la cola (chas, chos) del oso hormiguero (tsulaj)”, porque le saca las garrapatas que lo parasitan.



Alex Mouchard

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REFERENCIAS

--Ambrosetti, J. B. – 1917 - Supersticiones y leyendas.. La Cultura Argentina
--Crooke Ellison, Isabel – 2004 - Sueños con jaguares: mitos y cuentos de los indígenas colombianos.Bogotá. Intermedio Editores.
--Durán, Francisco J.  - El dueño de monte y su posible relación con el oso caballo u hormiguero gigante. http://ecobiosis.museocostarica.go.cr/
--http://www.educared.org.ar/imaginaria/biblioteca
--http://rescatando-mi-cultura-guaran.blogspot.com.ar/2010/06/leyendas-del-oso-hormiguero.html
--Medrano, C.; M. Maidana y C. Gómez – 2011 – Zoología qom: Conocimientos tobas sobre el mundo animal. Ed. Biológica. Santa Fe.
--Noblecilla Purizaga, Felix Hugo - Fabulas Tumbesinas
--Palavecino, Enrique - Mitos de los Indios Toba. --http://pueblosoriginarios.com/ textos/palavecino/takshik.html
--Palermo, M. A. – 1983 – Fauna Argentina. El oso hormiguero. CEAL.


domingo, 23 de marzo de 2014

LA VIDA TRISTE Y SOLITARIA DEL TAMANDUA - OSO HORMIGUERO

EL OSO HORMIGUERO GRANDE (Myrmecophaga tridactyla)



 “Yurumí tu lugar en el mundo
del hombre que mata
la vida sembrada,
es tan frágil y esquivo
que duele.”

Yurumí – chamamé de Antonio Tarragó Ros

Brehm,  Alfred Edmund. – 1895 - Life of animals



Pocos animales despiertan tanto la curiosidad como el oso hormiguero grande o yurumí. Ello se debe a su extraño aspecto que proviene de su superespecialización para alimentarse de hormigas. Si el hombre hubiera desarrollado una máquina cazadora de hormigas, sin duda se parecería mucho a este animal. De cráneo muy alargado, su boca, reducida a un tubo por donde transcurre una lengua viscosa,  es una trampa mortal para los insectos, su agudísimo olfato le permite hallar su alimento y sus poderosas garras, capaces para de abrir cualquier termitero u hormiguero por más dura que sea su pared. Animal ya raro, pese a tener una amplia zona de distribución, afortunadamente vuelve a aparecer en algunas regiones de donde había sido eliminado,  pero por otro lado lo vemos  sucumbir en las carreteras bajo las ruedas de los vehículos.  Exterminador de uno de los grandes enemigos del hombre, debería merecer toda nuestra protección y por eso nos proponemos develar su historia con los hombres.


Desde los primeros relatos de los naturalistas se ve que lo confundían con su pariente el oso melero (Myrmecophaga tetradactyla) y aún con el pequeñísimo serafín del platanar (Cyclopes didactilus).  Una de las primeras referencias es la de Georg Marcgrave (1648) que anota el nombre indígena brasilero de “tamanduá-guaçú”,  y el que le daban los holandeses de Brasil, “groote miereneter” (= “gran comedor de hormigas”). Erróneamente creyó que era el mismo animal que los congolenses denominaban “umbulu” (*) , pero lo dibujó con bastante precisión y describió  su anatomía y algunos rasgos de su conducta: “Cuando come las hormigas, la extiende [la lengua] y la pone en el hormiguero hasta que está llena de hormigas, que traga . . . Clava sus uñas en los hormigueros de que se alimenta,  a pesar de que se adapta  a alimentarse de carne, aunque cortada en partes pequeñísimas”.  Dice que es un “animal poco activo, y lento al correr de manera que los hombres pueden atraparlo  en el campo con las manos” , y refiere que el monje francés Claude d'Abbeville, que misionó entre los indios tupinamba en la isla de Maranhao, fue el que registró el nombre de “tamandoua” y “le atribuyó el tamaño de un caballo, no sé si de buena fe”, cuando en realidad como dice Marcgrave tiene el tamaño de un “perro de carnicero”.


                                                                                                                                                                  TAMANDUA-GUAÇU
Marcgrave, George & Willem Piso - 1648- Historia Naturalis Brasiliae. Lugdun




Las próximas noticias las aportó el viajero inglés William Dampier quien encontró al  hormiguero grande en las islas Sambaloes, sobre las costas de Panamá: “Esta criatura se alimenta de hormigas; por lo tanto siempre se la encuentra cerca de los hormigueros y caminos de hormigas. Toma su comida así: pone su nariz bien contra la tierra, cerca del camino por donde van las hormigas (de las que hay muchas en este país), y entonces pone su lengua a través del camino; las hormigas van y vienen continuamente por su camino y cuando llegan a la lengua se detienen y en dos o tres minutos la misma esta toda cubierta de hormigas; lo cual al ser percibido por él, mete la lengua adentro y se las come; y luego la saca de nuevo para atrapar más. Huele muy fuerte a hormigas, y sabe mucho más fuerte aún, porque los he comido.”


Parece que el nombre de ursus formicarius (= oso hormiguero) fue usado por primera vez por Gerolamo Cardano en el siglo XVI, aunque no hay seguridad de que lo aplicara a esta misma especie, muy poco conocida entonces en Europa. El padre Joseph Gumilla  jesuita español que exploró la cuenca del río Orinoco, a principios del s. XVIII nos dejó este relato: “Críase también en aquellos territorios el oso hormiguero, que es el mejor bocado, especialmente para los Indios Morcotes: es del tamaño de un perro de agua grande, peludo, y su cola tan grande, y de cerdas tan largas, que alargando la extremidad de ella hasta encima de su cabeza, cubre y defiende todo el cuerpo del Sol, y de los aguaceros: sus pies y manos rematan cada una en tres uñas curvas, y tan tenaces, que si el tigre, al dar el salto sobre él, se descuida, y le da algún corto tiempo para recivirle entre sus brazos; es tan apretado el abrazo que le da, y fixa en su cuerpo tan tenazmente las uñas, que allí perecen ambos. Yo hallé sobre el peñón del Orinoco, llamado Marimaróta, aferrados un oso mediano con una águila, ambos muertos y secos al rigor del Sol. En otra ocasión, yendo con bastante comitiva, dimos con uno de estos osos: ocho ó diez perros, que iban con nosotros, le acometieron con brío; pero el oso no se apuró: sentóse y abiertos ambos brazos en forma de cruz, hizo cara á todos, sin que nadie se atreviese à tocarle un pelo de su cuerpo . . . ¿Pues qué come, me  dirán, ó de que se mantiene? Digo, que se va de hormiguero en hormiguero, y por la puerta por donde salen y entran las hormigas, introduce la lengua, tan larga como la trompa, en que la tenia recogida: las hormigas se enojan, y muerden fuertemente aquella lengua, todas quantas hallan blanco en que cebarse; y quando ya el oso siente la lengua llena, la retira para dentro, y luego la vuelve á sacar limpia, y prosigue su pesquería de hormigas, hasta saciar su hambre; y ésta es la causa porque se llama oso hormiguero: y causa admiración quanto engordan estos animales con un mantenimiento tan débil al parecer.”


Tamandua guaçu brasiliensis es el ejemplar de abajo. El dibujo parece representar mejor al oso melero. 
Albertus Seba -1734- Locupletissimi Rerum Naturalium Thesaurus – 4 vol.



Albertus Seba, un zoólogo de gabinete, se enredó con esa confusión que señalábamos al principio. Describió al Tamandua Myrmecophaga Americana como “un animal que parece bastante común en las Antillas. Hasta el momento ninguno de ellos ha sido traído de Oriente, ni siquiera se ha oído hablar de ellos. Y estarían aún por descubrirse. . . Con estas [uñas] rasga la tierra de los nidos de hormigas buscando engañarlas. Las hormigas, según los textos, tanto las más pequeñas como las más grandes, sirven a estos animales de alimento.” También lo describe bajo el nombre de Tamandua guaçu brasiliensis o ursa furmicaria, indicando  que tiene solo tres dedos en los miembros anteriores, a diferencia de los autores anteriores que contaban 4 dedos.  Esto llevó a Linné a darle el nombre que quedó para la nomenclatura científica: Myrmecophaga tridactyla, es decir “comedor de hormigas de tres dedos”, pues “vive de hormigas, insectos, cuyos nidos rompe con las garras”.  Buffon señaló este error de Seba y Linné, originado quizás en que tres de los cuatro dedos visibles tienen garras muy notables.


En 1766 agregaba Linné que “se cubre de las moscas con su amplia cola y trepa a los árboles”, lo cual no resultó cierto. Describió además otra especie: Myrmecophaga jubata, ( jubata = “con crines”, en referencia a las que presenta en el lomo). Dice que tiene 4 dedos, y “pasa el resto del día con la cabeza entre los brazos”. En realidad ambas especies eran la misma, pero las referencias no comprobables de los viajeros llevaban a estas confusiones a los zoólogos de museo al no haber aun suficiente material de estudio.

 
Le Tamanoir
Grabado de Johann Schreber (Die Saugthiere) que copió las láminas de la obra de Buffon (Histoire Naturelle, Générale et Particuliére. Paris, 1749.) y las coloreó. Las láminas de Buffon son grabados monocromos de Jacques De Sève. Este dibujo mereció la siguiente crítica de Azara: “Por lo que hace a la estampa, es bien mala . . . como sacada de un despojo".


Buffon, que habitualmente se nutre de varios autores en sus descripciones, nos dice que “corren lentamente y con mas torpeza que un puerco: atraviesan a nado ríos caudalosos, y entonces no es difícil matarlos á palos. En los bosques se les mata á fusilazos, y no son muy comunes, aunque los perros rehúsan darles caza. . . Se defiende y aun con ventaja, de los animales más feroces, como son el Jaguar y el Cuguar [puma], etc., despedazándolos con sus garras, en cuyos músculos y tendones tiene gran fuerza, y mata muchos Perros, los cuales por esta razón no quieren acometerle. La gente plebeya de Cayena come la carne de este animal, no obstante ser negra, desabrida y magra.”


Tamanduá en lucha con un yaguareté.
Grabado de autor desconocido.
http://www.allposters.com/


Aquí surgen otros dos temas de polémica: las peleas con el yaguareté y las calidades culinarias de la carne del yurumí. Por mi parte recuerdo haber visto de chico una película en 8 mm y blanco y negro, si mal no recuerdo de los Estudios Disney, donde se ve un yaguareté intentando capturar sin éxito a un oso hormiguero que logra disuadirlo.

El jesuita Martin Dobrizhoffer  realizó interesantes observaciones efectuadas durante su estadía entre los indios abipones del Chaco argentino: él no come indistintamente todas las hormigas  junto con sus huevos sino sólo las que los guaraníes llaman Cupís  . . . por eso se las llama “del oso hormiguero” . . . en carencia de éstas, se satisface con gusanitos, insectos voladores, miel y carne desmenuzada. . . Los indios comen de su carne pero no con gran placer. El tiene en lo demás fuerzas gigantescas. Atacado por el tigre, lo recibe bien sea sentado, o bien, echado de espaldas con los brazos abiertos y lo ahoga.” Nos dice también que de jóvenes se amansan pero casi nadie los tiene porque comen mayormente hormigas “que hay que juntar trabajosamente” y que los indios “cazan anualmente innúmeros de ellos”.


YURUMI
Brehm,  Alfred Edmund. – 1895 - Life of animals. Volume 1,  Mammalia


Florian Paucke, otro jesuita que misionó entre los mocovíes, dice que “Los osos hormigueros (que tienen muy diferente aspecto que los osos en nuestros países del Norte) vagan no raros por los bosques en este valle.  . . Él camina y busca los grandes montículos de hormigas removidos en alto, mete la lengua puntiaguda (la que él puede sacar por más de una media vara para afuera de la dentadura) profundamente para dentro de las aberturas o agujeros por donde entran y salen las hormigas. Pronto se cuelgan las hormigas en todo derredor de la larga lengua redonda. Cuando el animal nota que las hormigas ya están pegadas, retira su lengua y las traga. Él hace esto hasta tanto él nota estar satisfecho.“  Los mocovíes como también lo hacían sus parientes, los abipones, usaban las fuertes cerdas caudales del oso a manera de peines, para lo cual arrancaban mechones de ellas y los unían a manera de cepillos.

Dibujo de Florian Paucke - Hacia allá y para acá




Por propia experiencia  indica que “su carne necesita ser asada o hervida durante toda una noche”, porque cuando los indios le trajeron uno: “Me alegré y creí poder tenerlo pronto asado. —No —dijeron mis indios — hoy no lo comerás, hasta la madrugada tendrás que aguantar. Un mal consuelo para mi estómago hambriento; tener que esperar aún por once o doce horas la comida. Tuve paciencia y debí distraerme el hambre mediante el sueño. Lo mismo ocurrió a mis indios, pues ellos pusieron el asado al fuego y esperaron hasta la mañana aunque comenzaron a probar en varias veces pero no fue posible comer un solo bocado. A la mañana temprano mis indios ya cortaron sus asados; yo quise probar lo mismo pero aún no pude morder ni un solo bocado ni siquiera cortar sin trabajo un pedazo del asado. Yo no pude hacer otra cosa que recortar la carne en pedacitos los más menudos como si estuviera picada y comerla de este modo. “Para su cofrade Sánchez Labrador, en cambio,  su carne “no es inferior a la de gordas terneras”. Como dice el refrán “sobre gustos no hay nada escrito” y quizás todo dependa del hambre del escritor.



Mello Pereira rescata un episodio de 1776, en que un oso hormiguero llegó a la corte española proveniente de Buenos Aires. El encargado del correo, Manuel Basavilbaso, se lo envió de regalo al rey Carlos III y “habiéndole visto S. M. em su mismo cuarto y viendo lo manso que es, há mandado se lleve a ese Sitio [del Retiro] para que le ponga em algún quarto, ó outro parage conveniente, y se le trate en comida y em todo lo demás”. El viajero irlandés John Talbot Dillon, pudo verlo ya embalsamado: “llamado por los españoles Oso Palmera . . .éste come carne, cuando se la corta en trozos pequeños, hasta una cantidad de cuatro o cinco libras.” Por esto de comer carne, incluso pensaron que se trataba de otra especie diferente del oso hormiguero que solo comía hormigas. Siendo la dieta inadecuada, el oso sólo sobrevivió hasta el 31 de enero de 1777: "Esta mañana, se encontró muerto, en la Leonera de este Sítio, el oso ormíguero, que enbiáron al Rey". Entonces se lo llevaron a Juan Bautista Bru, al Real Gabinete, el cual lo empajó quedando expuesto al público. El rey mandó hacerle una pintura que aún se conserva en el Museo de Historia Natural de Madrid y que fue reproducida por Dillon en su libro. Es una imagen mucho más exacta que las que se conocían hasta entonces y durante muchos años fue reproducida como modelo de esta especie.
       
El Osa Palmera de Buenos Ayres

Dillon, John Talbot, Sir  -1782 - Travels through Spain, with a view to illustrate the natural history and physical geography of that Kingdon . . .  London. R. Baldwin.

        

Veamos ahora al gran naturalista Félix de Azara quien aportó mucha información valiosa sobre este animal que conoció de primera mano. Dice que habita cerca de los esteros “porque allí abundan las hormigas. También entra en los bosques sin trepar a los árboles, y es escaso”.  Con respecto a sus virtudes medicinales dice que “usan con buen efecto su gordura para curar las mataduras a los caballos  . . . Su carne pasa por buena comida”. Y afirma que las hembras padecen una menstruación mensual “que parece que les incomoda mucho.” Critica a Buffon, “que no ha visto a la bestia, sino a su despojo”, especialmente porque cree en la vulgaridad de que se defiende del yaguareté con los pies “quando son incapaces de tal cosa. Por fin le hace duro para morir; y será así, si no le dan en la cabeza.”


Cuvier, Georges – 1817- Le règne animal distribué d'après son organisation. Paris.


El famoso anatomista y zoólogo Frédéric Cuvier, en varias de sus obras hizo referencia al oso hormiguero  advirtiendo que los naturalistas no se ponían de acuerdo sobre el número de especies que hay, pero él de acuerdo al material estudiado ve que hay una especie pequeña de cola prensil y otra grande de cola no prensil, además de que difieren en el numero de dedos. Los considera de “marcha muy lenta y con facultades de inteligencia muy limitadas . . . La principal alimentación del hormiguero, como lo hemos dicho, son las hormigas; pero todos los insectos le convienen, y se asegura que se lo puede alimentar en cautiverio con miga de pan, pedacitos de carne o de harina disuelta en agua, y es así que se los ha traído a Europa.”
“Este animal vive siempre solo, y no se reúne a su hembra más que en tiempo de los amores . . .  Cuando un hombre lo encuentra lo puede cazar como un animal domestico, sin que este animal monte en cólera; pero, una vez sujeto, su humor se manifiesta por los violentos movimientos de la cola. En fin, se lo puede vencer a golpes de palo con total seguridad y sin que él pueda por ningún medio sustraerse a la muerte.”


Sir Robert Hermann Schomburgk  naturalista y explorador británico, recorrió Guyana en 1835, y recogió otras interesantes observaciones que muestran al tamanduá no tan torpe como se lo creía:  “Corre con un trote peculiar y no es, como se lo ha descripto, lento en sus movimientos y fácil de capturar, porque al perseguirlo mantiene a un caballo a medio galope, y no se cansa fácilmente . . . Los movimientos de su lengua, alternativamente saliendo y entrando, son tan rápidos que ya no sorprende que un animal tan grande pueda saciar su apetito con insectos tan diminutos.”  Pero comprobó que no vive sólo de hormigas ya que encontró un milpies en el estómago de uno de ellos y tuvo a otro en cautiverio alimentándolo con carne picada. Luego describe la valentía con que la madre defiende a su cría lanzando zarpazos con una u otra mano e incluso colocándose de espaldas y golpeando con ambas manos. “Una persona muy creíble me ha asegurado que el Jaguar encuentra difícil dominar al oso hormiguero . . . Pasa frecuentemente que ambos combatientes quedan muertos en el lugar”. Parece que puede abrir la panza del asaltante con la sorprendente fuerza de sus garras aunque nunca lo creyó capaz de oponerse “al más feroz de los animales americanos”.

The Tamandua (Steadman, 1813)



Un poblador al descubrir una madre con su cría la persiguió a caballo “durante media hora”  hasta que logró capturarla con un lazo y, atrapada la cría, se la llevó a Schomburgk. Al principio la cría era muy arisca y se ocultaba en un rincón oscuro, y al acercársele se defendía golpeando con su mano. “Después de unos días, sin embargo, se acostumbró a su situación y una mujer india lo tomó a su cargo para alimentarlo con leche y mandioca y a veces termitas. Pronto mostró gran apego a ella, y la seguía como un perro”. Le gustaba que lo acunaran en brazos y al bajarlo al suelo emitía un gemido suave que si no se le llevaba el apunte se transformaba en un sonido áspero y rechinante. Trepaba con mucha habilidad por las piernas del naturalista por lo que supuso que en caso de necesidad treparía de la misma forma los árboles. Lamentablemente pese a estos cuidados la cría murió.
Finalmente con respecto a su carne dice que “es comida por muchas tribus nativas y también por los negros que consideran la piel como un gran manjar”. Al respecto Brehm, quien fue uno de los primeros autores en llamar la atención sobre la necesidad de proteger a los osos hormigueros debido a la gran destrucción que hacen de hormigas y termitas,  señalaba que “hay campesinos en Paraguay que creen que la piel es un remedio infalible para el lumbago y la ciática y para ello la colocan bajo las sábanas”. A fines del s. XIX ya había varios ejemplares en zoológicos europeos que vivieron varios años cautivos alimentándose de yema de huevo, carne, leche y polenta. Su extraño aspecto aterrorizaba a otros animales, especialmente a los monos, según nos cuenta Brehm. Y es interesante lo que Richard Owen comenta sobre un ejemplar cautivo en el zoo de Londres, el cual mató un conejo con sus garras y “lo despellejó para olfatearlo y recuperar con su larga lengua la sustancia jugosa que escapaba de las heridas que había producido en los tejidos del cuerpo de su víctima”.

Brehm,  Alfred Edmund. – 1895 - Life of animals



En 1870 Ernest Menault escribió un libro llamado L’intelligence des animaux (La inteligencia de los animales) y allí dice que el oso hormiguero “a menudo es descripto como ‘estúpido’” (ver el comentario anterior de Cuvier),  especialmente porque no puede correr rápido, pero eso es tan poco razonable como decir que “los hombres son tontos porque no pueden volar”. Antes bien “debemos admitir que el oso hormiguero usa sus herramientas especiales bien, es decir con inteligencia” para procurarse su sustento.  Para algunos zoólogos como Pierre Boitard, “su vida es solitaria y triste . . .[pero] tan dormilón como es, el tamanduá no deja de estar lleno de coraje, y se defiende con obstinación cuando lo atacan. ”


Henry Walter Bates, explorador del Amazonas, se encontró cierta vez sin provisiones frescas y los nativos le cazaron un tamanduá para comer. La carne fue hecha en estofado y “resultó muy buena, con un sabor un poco similar al ganso”. Sin embargo los nativos de ese lugar   (Caripi, cerca de Belem). “no probaron bocado, diciendo que no era adecuado para comer”. En una de estas cacerías uno de los osos hirió gravemente a Atrevido, el perro favorito de los cazadores.

En nuestra próxima entrada veremos algunos aspectos culturales  relacionados con estos interesantes animales.

Alex Mouchard

Nota (*) – Como el oso hormiguero no existe en Africa, “umbulu” podría ser el cerdo hormiguero – Orycteropus afer-, animal ecológicamente equivalente. Pero también era frecuente que los animales enviados por los naturalistas desde América hicieran escala en puertos africanos y allí podrían haber sido conocidos y designados con nombres locales.


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REFERENCIAS


-Azara, F. de -1802 - Apuntamientos para la historia natural de los quadrúpedos del Paragüay y Río de la Plata - Imprenta de la Viuda de Ibarra, Madrid.

-Bates, Henry Walter – 1864- The Naturalist on the River Amazons.

-Brehm,  Alfred Edmund. – 1895 - Life of animals. Volume 1,  Mammalia.

-Buffon -1749 - Histoire Naturelle, Générale et Particuliére, avec la Description du Cabinet du Roi. Tome Dixième. Imprimerie Royale.  Paris.

-Dampier, William - 1937[1691]- A New Voyage Round the World - Adam & Charles Black – London.

-Cuvier, Georges – 1817- Le règne animal distribué d'après son organisation : pour servir de base a l'histoire naturelle des animaux et d'introduction a l'anatomie comparée . A Paris :Chez Déterville.

-Dobrizhoffer, Martin – 1967 [1784] - Historia de los Abipones. Universidad Nacional del Nordeste. Resistencia (Chaco).

-Gumilla, Joseph – 1791 - Historia natural, civil y geografica de las naciones situadas en las riveras del rio Orinoco.

-Linnæus, C. 1758. Systema naturæ per regna tria naturæ . . . Holmiæ. (Salvius).

-Marcgrave, George & Willem Piso - 1648- Historia Naturalis Brasiliae...  Lugdun.
-Mello Pereira, Magnus Roberto de – 2013 - "Las cosas singulares de piedras, animales, plantas": la formación y el funcionamiento de la red imperial española de remesas centíficas en el Virreinato del Río de la Plata -  An. mus. paul. vol.21 no.1 São Paulo. 

-Paucke, Florian – 2010 [c. 1767] - Hacia allá y para acá. - 1a ed. - Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe.

-Sanchez Labrador, Jose – 1936- El Paraguay Cathólico. Viay y Zona Editores, 251 páginas.

-Seba, Albertus – 1734 - Locupletissimi Rerum Naturalium Thesaurus – 4 vol.

-Schomburgk, R. H. -1840 – Remarks on the Greater Ant-bear (Myrmecophaga jubata) - Annals of natural history 4:202. 

-Stedman, J. G. 1813. Narrative of a five years expedition against the Revolted Negroes of Surinam, in Guiana, on the wild coast of South America from the year 1772 to 1777. Vol II. London: J. Johnson.


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