"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


lunes, 14 de abril de 2014

EL AGUARÁ GUAZÚ – Chrysocyon brachyurus




“…habrá que temer que el egoísmo y la falsedad extiendan un día
su funesto imperio , inclusive en el interior de esas  selvas y montes,
que actualmente son pacíficas moradas de pobladores aún más pacíficos”

                                                                                      Alcide d’Orbygny (1835)








Maned wolf
Grabado de J. Smith
Proc. Zool. Soc. 1877, p. 806, pl. 81. 


La distribución de los seres en la actual configuración de los continentes fue generosa en el aporte de cánidos a la región neotropical, siendo Sudamérica la tierra con mayor variedad de géneros de cánidos vivientes. A la mayoría de estos carnívoros se los debe incluir en lo que comúnmente conocemos como “zorros”, con una fisonomía bastante característica que no ofrece grandes variantes entre las distintas especies, incluida una extinta a mediados del siglo XIX que habitaba las islas Malvinas (Ver nuestra entrada EL ZORRO LOBO DE LAS MALVINAS Dusicyon australis, del 17 Ago 2012)
.

Pero esta tipificación  presenta una excepción que es Chrysocyon brachyurus, una especie con aspecto de perro  muy alejada del tipo fisonómico de los zorros y que tal vez por sus características de comportamiento es muy poco conocido por la gente, a excepción del hombre de campo que habita en su rango de distribución.  Tan es así que el médico veterinario Marcelo Beccaceci narra en su ameno libro “Soldados de Noé” que en oportunidad de iniciar hacia 1985 un relevamiento de la especie, realizó un censo ante 100 habitantes de la Capital Federal (Argentina) preguntando sobre el aguará guazú. Dice: “El 75% no supo qué era, el resto arriesgaba: ¿un río?, ¿un pez?”.


Tampoco a nivel científico  se conocía  demasiado. Es a partir de la década de 1980 cuando comienzan distintos estudios, intensificándose hasta el día de hoy tanto en la Argentina como en los otros países  donde habita este cánido.

Cabrera y Yepes (1940) establecen esta curiosa comparación: “En general, y aparte del color, que recuerda el de los zorros del norte de Europa, el aspecto del animal tiene a la vez algo de lobo europeo y de galgo ruso”.

Por otra parte interpretando su nombre técnico obtenemos algunos datos de sus caracteres. En el trabajo “Significado y origen de los nombres científicos de los mamíferos de Argentina” (Mouchard, 2012), el autor  descifra claramente  las palabras del nombre científico latinizado: Chrysocyon: perro dorado; del griego ‘ khrysos’= oro, cubierto de oro o dorado, y ‘kyon’= perro. Por su parte el nombre específico  brachyurus, se forma de ‘brachys’ (también del griego) que significa corto o breve y ‘oura’ significa cola, o sea cola corta. O sea que este extravagante apodo nos dice que es semejante a un perro, de tono dorado y con la cola corta. Faltaría mencionar que las patas y orejas son muy largas y ya tendríamos una aproximación satisfactoria.

Félix de Azara fue el primer naturalista que lo describió, y lo denominó con la voz indígena aouara gouazou, de donde es probable que haya derivado la voz “aguará guazú”. El naturalista alemán Johann Karl Illiger ( 1775 -1813), que estudió bajo la supervisión del prestigioso entomólogo Johann Hellwig,  publicó el trabajo titulado  “Prodromus Systematis Mammalium et Avium”  en 1811  sobre taxonomía y en él hace mención del aguará guazú basándose en la información recabada in situ por Azara en su viaje a América del Sur . Lo denomina Canis brachyurus, luego fue cambiando de género hasta que se llegó a la denominación actual.


Como sucede con toda especie silvestre la gente sugiere nombres, algunos “prenden” y en esa región se lo llama de esa manera  y  a un centenar de kilómetros ya puede cambiar el nombre que le da la gente del lugar. En territorio argentino se lo llama aguará-guazú (lo que significa zorro grande en la lengua guaraní), doradillo (por la semejanza con el color del pelaje de los caballos así denominados), aguará grande, lobo de crin (en referencia a los pelos alzados del cuello), lobo rojo (es el tono que aparece a primer golpe de vista), zorro colorado,  lobo de los esteros (habita estos ambientes), zorro potrillo (por su gran estatura), caalac – así lo menciona Paucke en lengua mocoví-, wawó (lengua de los vilelas), borochi lo llaman en Bolivia, lobo-guará, guará o lobo-vermelho en Brasil, mbuaravachú  en partes de Paraguay y  “maned wolf “ (= lobo de crin) en la nomenclatura estandarizada de nombres comunes en inglés.

Como sucede con el nombre latino algunos de estos nombres hacen referencia a las características externas que muy sucintamente describimos, como un perro de patas muy largas, cola corta en relación al resto del cuerpo, parece más alto que largo, orejas grandes, coloración predominante del anaranjado virando a rojizo, los extremos de las patas son negros y luce en el cuello una vistosa crin  también de pelos negros. Se ha especulado mucho sobre los porqués de tan inusual aparato de locomoción en un componente de una familia que se caracteriza por poseer patas cortas y robustas.

Don Félix de Azara (1809) en tal sentido decía: “Resulta que es tan grande como un perro de la más alta talla y mayor que un lobo, y no cede a ninguno de estos animales en la ligereza de su carrera ni en la fuerza de sus dientes”. Efectivamente es muy veloz en la carrera pero su resistencia no es tanta.

Se arribó a la conclusión que el desarrollo de sus patas sería una adaptación que le otorga considerable elevación para deambular en pastizales -uno de sus hábitat preferidos- y poder observar  sobre ellos para  cazar u otras funciones vitales. También es una ventaja para deambular en terrenos anegados, otro de los hábitat que frecuenta.



Maned Wolf
Dogs, jackals, wolves, and foxes : a monograph of the Canidae - George Mivart- 1890 


Sabemos que la cacería de fauna silvestre es un medio de subsistencia para comunidades rurales de algunos lugares que aún permanecen aislados y ajenos a otras formas vida. No son muchos los sitios en la Argentina donde se da esta situación, pero son suficientes como para que este motivo sume más bajas en las poblaciones del lobo de crin. Pero en estas zonas se lo caza más que nada por considerarlo un competidor del hombre  al  depredar sobre las presas que más busca aquél.

También se lo comercializa como mascota, siendo sus cachorros los más ofrecidos a la venta.  En el libro “Mamíferos de la provincia de Santa Fe” (A. Pautasso, 2008) se muestra una foto de una hembra enjaulada ofrecida a la venta en plena calle de la localidad santafecina de Avellaneda.


Otro conflicto con el hombre se suscita cuando incursiona en gallineros, los cuales ejercen una atracción especial sobre nuestro lobo y, a la vez, es víctima frecuente de atropellamiento en rutas asfaltadas donde se circula con velocidad, dado que aparentemente queda encandilado por los faros de los autos. En los últimos tiempos estos episodios pasaron a ser alarmantes por la cantidad de casos y sucede lo mismo con otras especies emblemáticas para la conservación. Si tomamos como referencia las noticias periodísticas habría más muertes del aguará que de las otras especies que sufren este problema.

Señala Pautasso, recientemente mencionado, refiriéndose específicamente al norte santafecino, que en general los “nutrieros”, es decir los que se dedican a cazar el coipo o nutria, tienen una visión negativa del aguará guazú porque algunas veces éste come las nutrias entrampadas antes de la llegada de los cazadores o las traslada, con trampa incluida, a lugares de muy difícil acceso para el hombre por la intrincada vegetación. Parecería que el lobo de crin es atraído por los chillidos de los coipos al quedar atrapados, y esto hace que se convierta en mayor enemigo aún de estos cazadores que lo matan ni bien se cruza un ejemplar en su camino. A veces se lo ultima con armas de fuego, enlazándolo o simplemente largándole varios perros.

Para nuestra sorpresa, se sabe que una de las cargas que pesa más sobre la vida del aguará-guazú es el ser considerado por mucha gente supersticiosa como representación del lobisón, esa creencia de antigua data que supone que el séptimo hijo varón se convierte por las noches en lobo y deambula por el monte. Aunque pueda parecer extraño, aún en algunos lugares es perseguido por esta razón y, ni bien se presta el momento, lo matan.

A esto hay que agregar su desagradable aullido que influye en la creencia de malos presagios. Cabrera y Yepes, ya citados, al respecto dicen: “Suena una voz como un  ¡ guaaa… ¡ lastimero, o más bien diríamos macabro, que se oye de muy lejos y que no se olvida si se ha oído una vez”.


También, lamentablemente, la presencia de cazador furtivo es bastante frecuente en muchas regiones. Principalmente se lo vende por su cuero, se realiza venta de ejemplares vivos a zoológicos (esto es favorecido por su “rareza”),  tanto los adultos como cachorros también se comercializan  como mascotas y para ser taxidermizados. Según afirman no es de poca significación el último destino mencionado. En los últimos tiempos hubo referencias sobre ejemplares matados por jaurías de perros cimarrones.

Su retroceso poblacional es muy marcado  y viene ocurriendo desde hace varias décadas en gran parte de su distribución. El impacto que más influyó en la merma de las poblaciones del aguará-guazú - como sucedió con gran parte de los animales silvestres- fue la drástica  disminución de su hábitat  por el avance de las actividades agropecuarias. Este fenómeno ocurrió en todos los países que habita, a saber: “Desde el río Paranaiba, el sur de los estados de Pará y Maranhao por el centro y sur de Brasil y Paraguay, extremo oriental de Bolivia y nordeste de la Argentina” (Chebez, 2008). En este último país actualmente mantiene poblaciones en el este de la provincias de Formosa y Chaco, norte de Santa Fe y Corrientes, sur de Misiones, extremo nordeste de Córdoba y parte oriental de Santiago del Estero. También  González y Lanfranco (2010) lo mencionan para el norte del Uruguay con registros confirmados en los departamentos Río Negro, Rocha y Cerro Lago, y una serie de otras menciones que deben ser confirmadas. Por otra parte es habitante conspicuo del Santuario Nacional Pampas del Heath, creado en junio de 1983 en el sudeste del Perú, casi límite con Bolivia, por lo que si bien es la única área peruana donde habita, podría incluirse a esta Nación en la lista de distribución. Este parque nacional peruano que lo alberga es una zona de altos pastizales con palmeras que se inunda durante varios mese al año. Por lo que es hábitat ideal para la especie tratada.

Hacia 2009 se observó, unificando  datos de al menos tres encuestas  realizadas a pobladores (alguna también incluyó al yaguareté y al ciervo de las pampas) y otros avistajes, que la distribución de la especies en la provincia de Santa Fe estaría expandiéndose hacia el sur. Esto sería cíclico y podría responder a las mayores lluvias que se vienen registrando en los últimos tiempos. Por el contrario durante la gran sequía de 1999 habrían disminuido las citas de la especie en la zona. También se especula  que las cañadas podrían estar actuando como espacios para la dispersión.


La distribución histórica incluía además de las provincias citadas precedentemente a  las de Buenos Aires, La Pampa, San Juan, La Rioja, Catamarca,  San Luís y San Juan. En relación a la presencia en las últimas dos provincias acota Chebez (2008) que uno de los testimonios tenidos en cuenta para esa afirmación es el de un indígena avezado en cuestiones de fauna  de San Luis que fuera entrevistado en 1923 e indicó su presencia en la zona de las lagunas de Guanacache, lo que incluiría también a la provincia de Mendoza. Este información además fue suministrada por Burmeister en 1885 en su trabajo “Ueber den schadel von Canis jubatus,  Sit-Zungsberichte Der Gesell” en Natur.  Freunde N°4.



Maned Aguara
                                                                 Dogs - Smith, C. H. - Jardine, W. - 1839- v.1                                                                                                               




Las distintas culturas nativas tuvieron sus propias  formas de contacto con el lobo de crin. Sabemos que los abipones chaqueños lo cazaban para utilizar su piel en la confección de prendas de vestir, aunque hay versiones que señalan, por el contrario, que algunas comunidades desdeñaban su piel por el fuerte olor que posee. Sí  coincidían en atribuir a la piel del aguará  propiedades  curativas que casi perduraron hasta nuestros días. Se afirmaba que los sobrepuestos o cojinillos – pieza que integra la montura del caballo – hechos con esta piel tenían la propiedad curar y prevenir las hemorroides y además era excelente alivio para los dolores del tipo de la  artritis, para lo cual había que cubrirse con ella a modo de cobija. Dice el antropólogo M. Palermo (1984) que los mocovíes hacían puntas de flecha con los huesos de las patas y cita al jesuita Florian Paucke, quien vivió con esa cultura y cuenta haber visto que los mocovíes colgaban los cadáveres del aguará  en ramas de árboles y ejecutaban ritos que semejaban burlas. En otros lugares suponen que la ralladura de los huesos de las patas tiene propiedad para apurar los partos transfiriendo la rapidez del animal a la parturienta.

También comenta el último autor mencionado que hubo extrañas creencias, no tan alejadas en el tiempo, por parte de los habitantes de Corrientes quienes decían que los que llevaban las tabas de este animal huían más fácilmente de la policía cuando eran perseguidos por ésta. Y en territorio de esta misma provincia,  los guaraníes suponían que era la encarnación de un ser maléfico y se les escuchaba el siguiente relato o leyenda: el yaguareté quiso una vez devorar al ciervo, pero éste iba como compañero del aguará guazú que, en realidad, era el mismo diablo (aná, en lengua guaraní) bajo tal forma. Esperando una buena oportunidad para llevar a cabo sus propósitos, el felino simuló amistad con los dos y acordaron turnarse para conseguir comida. El primer día  salió de caza al aguará guazú y volvió con un ratón, ante el enojo del tigre. El cazador le contestó que si no estaba conforme, fuera él a ver qué conseguía: nada sería, le dijo, porque tenía las patas demasiado cortas. Furioso, el yaguareté se le abalanzó pero él huyó junto con su amigo el venado. Buenos corredores los dos, mantuvieron sin problemas las distancias hasta llegar al río; el aguará guazú se tiró al agua y cruzó nadando pero el ciervo no sabía nadar y fue alcanzado por el perseguidor. Aquí se manifestó su compañero como Diablo (añá): lo convirtió en una piedra y cuando el yaguareté trató de morderlo se rompió un colmillo. Entonces el aguará guazú empezó a reírse del tigre hasta que éste, exasperado, le arrojó la piedra al llegar a la otra orilla, y  Añá la convirtió otra vez en el ciervo, burlándose de nuevo del frustrado yaguareté.

Hay testimonios de que en la actualidad, los tobas en la provincia de Formosa utilizan su piel para confeccionar un tipo de calzado.

Por la merma de sus poblaciones en las provincias de Corrientes, Santa Fe, Misiones y Chaco fue declarado Monumento Provincial. En Argentina se asigna la categoría  “En Peligro; en Brasil “Vulnerable”, en Perú también “Vulnerable” y en Bolivia “En Peligro/ Vulnerable”.

Es nuestro anhelo que los lectores hayan conocido mejor y apreciado al aguara guazú a través de estas líneas. Creemos válida aquella expresión que dice que no se puede querer lo que no se conoce. Al informarnos y ver su estampa y su rostro seguramente se generará la simpatía y esto se puede transformar en acciones concretas para sumarse a la causa de evitar por todos los medios posibles su extinción.

Algunas de las instituciones que más bregan por la supervivencia de aguará guazú son la Fundación Temaiken, la Fundación Huellas, el Proyecto Aguará Guazú (http://aguaraguazu.blogspot.com.ar/), el Grupo Argentino Aguará Guazú de la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM), Plan de Acción para la Conservación del Aguará Guazú en Santa Fe, y Museo Provincial de Ciencias Naturales “Florentino Ameghino” (referente Andrés Pautasso). En sus respectivos sitios en Internet hay información sobre lo que se está haciendo.









EL AGUARÁ GUAZÚ EN LA PRENSA


La mansedumbre del lobo de crin puede ser reafirmada por las múltiples apariciones de ejemplares en zonas pobladas. He aquí una reseña de algunas notas periodísticas que dan cuenta de este fenómeno




Diario Corrientes Hoy

Rescatan un aguará guazú que apareció en el Barrio Laguna Seca

El día lunes 9 de Diciembre del 2013, por la noche, la Dirección de Recursos Naturales, rescató un ejemplar de Aguará Guazú en el Bº Laguna Seca. Producto de una llamada telefónica realizada por una vecina de la zona, se procedió al operativo de rescate, en un procedimiento conjunto con efectivos de la Policía de la Provincia y el Cuerpo de Bomberos, los cuales cercaron toda la zona donde se encontraba el animal.



Diario La  Capital


Lunes, 04 de junio de 2012   | ROSARIO

Hallaron un aguará guazú en un garaje de Fisherton

Una hembra joven de aguará guazú (zorro grande en guaraní, ver aparte) fue rescatada ayer al mediodía sana y salva en Fisherton, después de que una asustada familia la descubriera.    




ARGENTINAadiario.com.ar

HABRIA NADADO DURANTE HORAS

Ejemplar de Aguará Guazú apareció en la costanera correntina

10/03/2012
El pequeño animal de pelaje rojizo que corre peligro de extinción apareció cansado en un local de la costanera. Fue capturado y llevado para el control.




Ministerio Producción y Ambiente. Gobierno de Formosa
Rescate De Un Aguará Guazú


Centros De Rescates
El ejemplar de aguará guazú que actualmente se encuentra en la Reserva de Animales Silvestres Guaycolec, fue rescatado el día 06 de junio de 2009 en una zona periurbana de la ciudad de Formosa, por personal de la Subsecretaría de Recursos Naturales, Ordenamiento y Calidad Ambiental conjuntamente con la Unidad especial de Policía Ecológica.


Diario La Opinión de Rafaela
Provincia de Santa Fe.

08 /09/2008

Apareció un aguará guazú en zona de quintas de la ciudad

La presencia del animal oriundo del norte del país, que se encuentra en vías de extinción, fue advertida en calle Los Cedros, en la zona de quintas al sur de la planta urbana. Logró ser capturado tras un arduo trabajo, siendo enlazado por un experto en esas tareas, puestero de un campo de Presidente Roca. Ahora está en el Refugio Municipal, esperando por su destino, que puede ser la granja "La Esmeralda" de Santa Fe o bien enviarlo a Formosa.





Esperanza, Santa Fe


08/07/2013

Intensa búsqueda de un Aguará Guazú por la ciudad


Pasadas las tres de la madrugada llamaron al guardafauna Martín Mastropaolo para comunicarle que por las calles de Esperanza caminaba un Aguará Guazú (zorro). El ejemplar fue visto por última vez en Planta 2, ubicada en 1° de Mayo y 9 de julio. Colabora con la búsqueda el Comando Radioeléctrico.


INFOVERA. Noticias del Norte Santafesino

Insólito: hallaron un aguará guazú en una casa de Suardi

26/07/12  

Aguara
Mediante un llamado telefónico  a Los Pumas, una persona de apellido Ramírez manifestó que al hacerse presente en su domicilio ubicado en zona rural de Suardi, en una de las habitaciones se encontró con un aguará guazú.
De inmediato, personal de la policía rural se constituyó en el predio “La Esperanza”, donde en una habitación de la vivienda ubicada allí se comprobó la presencia del animal, procediéndose a la captura del mismo.
Posteriormente, previa consulta con autoridades de la Granja “La Esmeralda”, se trasladó el aguará guazú hacia ese lugar para su resguardo.






Gabriel Rodríguez

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REFERENCIAS

Chebez, J. C. 2008 . Los que se van, Tomo 3 “Mamíferos”. Editorial Albatros. Buenos Aires.

González, E. y Martínez Lanfranco. 2010. Mamíferos del Uruguay. Guía de campo e introducción a su estudio y conservación. Ed. Banda Oriental. Montevideo.

Palermo, M. 1984. Fauna argentina. “Aguará-guazú”. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires.


Guara
Brehm's Life of animals  Volume 1, Mammalia - 1895




EL AGUARÁ GUAZÚ EN LA CANCIÓN


.
EL AGUARÁ GUAZÚ

La noche aúlla como una sombra
partida en dos.
Viernes en vela,
es luna nueva …
¿Será un aullido de lobizón?
La noche aúlla y entre los ranchos de la comarca
pasan la voz:
Una guarida en los pastizales…
¿será guarida de un lobizón?

La noche aúlla como si un perro,
como si un árbol, como si tú,
tiembla que tiembla,
nada supieras
de la leyenda
del agua-ra-guá
aguará guazú.
Un zorro grande,
algo de hiena, algo de perro,
crin en el lomo:
aguará guazú;
cuenta un paisano en el fogón
tu vieja historia de luna nueva,
séptimo hermano,
hijo varón …

                                                       Germán Machado

.



Aguará Guazú
-Chamamé-

Ventea tu cara pequeña
en la brisa del alba
la flor del olvido,
patitas de junco costero
pelito de ciervo
vení que te quiero.
Es triste pensarte aterido
ojitos de estrella
que muere en el río
queremos salvarte chamigo
gurises del pago.
¡ofrézcanle abrigo!

Aguará Guazú
luz del pajonal
sol del invierno frío
Aguará Guazú
che yaguá de miel
quiero darte abrigo.
virgen de Itatí
bendecile angá
es un correntino
que no tiene paz
Aguará Guazú
¡Quiero darte un nido!

.¡Ah del que niegue el pasado!
ánima en pena su canto
anda sin ser por el mundo
frío y reseco su llanto.


                                                    Antonio Tarragó Ros







En nuestra próxima entrega:     "EL AGUARÁ GUAZÚ Y LA CIENCIA"



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