"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


viernes, 11 de octubre de 2019

EL PIJUÍ DE ANCASH (Synallaxis zimmeri) Y EL TRÁGICO FIN DE MARIA KOEPCKE



Alex Mouchard




“María Koepcke es un ejemplo de entrega a la noble tarea de fomentar la conservación de la naturaleza. Su desaparición ha dejado un vacío que será muy difícil de llenar”.

Bárbara D'Achille, pionera del periodismo ambiental de Perú, asesinada por terroristas en 1989, al recibir el Premio Koepcke de Conservación al Periodismo Nacional, 1986.




DESCUBRIENDO NUEVAS ESPECIES



Pijuí de Ancash Synallaxis zimmeri – Dibujo de María Koepcke
        (Koepcke,1957)



En las laderas occidentales de la Cordillera Negra peruana se extiende una estepa serrana cubierta de arbustos, matorrales,  y en algunas zonas, de un bosque seco y ralo de arbolitos de Oreopanax. Allí, el 16 de agosto de 1956, cerca de Colcabamba (Huaraz), en la quebrada del río Casma, a 2800 msnm, una joven zoóloga y su esposo,  se encontraban estudiando los ambientes naturales de las sierras. Con buen ojo de ornitóloga entrenada, le llamó la atención un pequeño furnárido que no parecía raro en ese sitio. “Habitualmente se ve dos o tres ejemplares juntos vagando de un arbusto a otro, haciéndolo a menudo con otras especies de pájaros  (…) trepa y pasa con gran agilidad atravez de los arbustos y malezas muy densos e impenetrables, permaneciendo sin mover sólo por instantes”. Cada tanto levantaba la cola a la manera de los canasteros. La investigadora le escuchó dos voces: “un trino no muy fuerte y un cuec y cuequec, que se repite periódicamente durante algún tiempo”. El pajarito se hacía oír pero era difícil de ver “porque busca principalmente los arbustos y plantas muy ramificadas y densas”.

La joven, llamada María Koepcke, advirtió que la especie, que por sus características debía pertenecer al género de los pijuíes, Synallaxis, tenía una coloración diferente a todas las especies conocidas del mismo por lo cual la describió como nueva, con el nombre de Synallaxis zimmeri, el pijuí de Ancash. Con toda justicia, dedicó la especie al ornitólogo norteamericano John Todd Zimmer, entonces recientemente fallecido, “uno de los mejores conocedores de la avifauna peruana”. Zimmer había integrado en 1922 la expedición Marshall Field  al Perú,  organizada por el Field Museum of Natural History, de Chicago, y había realizado un exhaustivo estudio de la avifauna peruana durante 27 años en el American Museum of Natural History publicando 66 trabajos sobre el tema.

Lamentablemente este pijuí de distribución tan localizada (sólo en el departamento de Ancash) se encuentra en peligro de extinción debido a la intensa degradación de su hábitat, transformado en tierras de pastoreo y cultivo.


María Koepcke
(Niethammer, 1974)



LA HISTORIA DE MARÍA: DE ALEMANIA A PERÚ

En 1924 nacía en la ciudad de Leipzig (Alemania) María Emilie Anna von Mikulicz-Radecki. Su padre descendiente de nobles polacos era profesor de ginecología, y mantenía una buena posición aún durante el nazismo, lo que le permitió dar a su hija una excelente educación. María, acompañando a su padre a cazar, se interesaba en observar a los animales silvestres. Sus primero estudios los hizo en Königsberg y luego empezó a cursar Zoología en Strassburg. Además aprendió dibujo con el Dr. Hans Krieg, lo que le permitía representar con habilidad incluso aves en vuelo.  Krieg, simpatizante y promotor del nazismo, era director del Museo de Historia Natural de Munich y había hecho tres viajes de estudio al Gran Chaco (1922-1932). Quizás fue él que despertó el interés de María por Sudamérica.

En 1949 se doctoró en zoología en la Universidad Christian Albrechts de Kiel. Su tesis fue sobre coloración y patrones del plumaje de palomas silvestres y domésticas. En la Universidad conoció al estudiante de zoología Hans-Wilhelm Koepcke, quien una vez graduado se trasladó a Perú para trabajar en el Museo de Historia Natural "Javier Prado" en Lima. El muchacho la estimuló a seguir el mismo camino, de modo que al año de recibirse, María, se trasladó también a esa ciudad, donde enseguida se casaron, radicándose en Miraflores.

Acompañando a su esposo que ya trabajaba en el Servicio de Pesquería y Caza del Ministerio de Agricultura, María realizó las primeras salidas de campo a las playas de canto rodado y desierto costero, cercanos a El Callao, luego a Ventanilla y a la boca del Río Chancay. En un breve viaje a San Luis de Shuaro, sobre el río Paucartambo, y al río Perené, conocieron también los ambientes de selva de montaña. En la costa, visitaron durante 1950-1951 numerosas localidades, realizando un estudio detallado de los ambientes costeros y de las vertientes occidentales andinas. Incluyeron en sus viajes la zona norte del Perú, entre Puerto Pizarro y Bayóvar, y la zona sur, desde el puerto de Lomas hasta Tacna. María que había empezado a estudiar la avifauna  peruana reportó aquí por primera vez en Perú, al gorrión europeo.

Hans fue designado profesor de Ictiología, Hidrobiología y de Ecología Animal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y encargado de la Sección de Ictiología del Museo de Historia Natural “Javier Prado”.  En 1953 María fue nombrada jefa de la sección de aves y mamíferos del mismo Museo y también asesoraba a la Dirección de Pesca y Caza del Ministerio de Agricultura.  Empezó entonces una importante investigación sobre sistemática y ecología de aves, de las cuales realizó excelentes dibujos. Trabajando sobre las comunidades de aves de la selva, la sierra y los humedales costeros, colaboraba además con su esposo, por ejemplo ilustrando la obra de éste, Die Lebensformen (Las formas de vida, 1971-1972).


Sello postal del Perú con dibujo de la Viuda (Trogon viridis) por María Koepcke
http://www.stampsperu.com/peru_aves.shtml   



En 1952 el matrimonio viajó a las haciendas  Casa Grande y Taulís, Cajamarca, administrada por el hermano de Hans, ubicadas en el valle del río Zaña a unos 2000 msnm. Acompañados del ornitólogo alemán Günther Niethammer pudieron recorrer el interesante bosque montano de la vertiente occidental. Ese mismo año, buscando el mismo tipo de ambiente en el valle del Rimac, descubrieron  el bosque de Zárate, a 3000 msnm, donde María descubrió una nueva especie: el cotinga de cara blanca (Zaratornis stresemanni).  A este lugar realizaron varios viajes hasta 1965, sugiriendo la creación de un área protegida que se concretó recién en 2010 con 546 ha. Poco después visitaron lago Parinacochas en la zona altoandina, al que también sugirieron proteger dado su abundante avifauna acuática.

En octubre de 1954 nació su única hija Juliane Margaret Beate Koepcke. Su suegra y su cuñada, venidas de Alemania, cuidaban a la pequeña hasta que pudo acompañar a sus padres en sus innumerables viajes, que continuaron durante esos años a lo largo de los desiertos y lomas de la costa peruana.  En marzo de 1955 volvieron a  San Luis de Shuaro para explorar la selva alta peruana, pero un camión enganchó un cable telefónico cuyo latigazo les dio un fuerte golpe a ambos esposos. María se desmayó y tuvo una hemorragia, tardando bastante en recuperarse y perdiendo el sentido del olfato.


María, Juliane y Hans Koepcke –
https://www.businessinsider.com/what-its-like-to-be-survivor-of-flight-2015-8



Dos años después se mudaron a una casa en Miraflores conocida  como “Casa Humboldt”, que funcionó como una estación biológica donde albergaron a numerosos biólogos extranjeros que investigaban la biota peruana, y que además de alojamiento podían intercambiar interesantes ideas con los propietarios.  María albergaba también allí una cantidad de aves que recogía heridas o desnutridas durante sus viajes y allí las recuperaba. Algunas permanecieron como mascotas, otras a su muerte fueron a integrar el Museo. Además de registrar sus características y su comportamiento, pudo describir con ellas una nueva subespecie de perdiz andina Nothoprocta pentlandii niethammeri.

Canastero de los cactos (Pseudasthenes cactorum) especie descripta por primera vez y dibujada por María Koepcke


Durante los años 1958-1960, comenzaron a estudiar la selva alta y la selva baja de la Amazonía peruana. Al final de este período María visitó la colección de aves del American Museum of Natural History, curada por Dean Amadon, y de  la Academy of Natural Sciences, de Philadelphia, bajo la dirección de Rodolphe Meyer de Schauensee. También se trasladó junto con la pequeña Juliane a Europa donde además de visitas familiares concurrió a diversos museos de historia natural para estudiar sus colecciones. En 1959 describió otra nueva especie, el canastero de los cactos (Pseudasthenes cactorum), del desierto costero. En 1962 los visitó el ornitólogo de Brasil Helmut Sick con quien recorrieron varios sitios cercanos a Lima. Con apenas 10 años, Juliane ya acompañaba a sus padres en muchos de estos viajes, munida de su mochila.


María Y Juliane en el bosque de Zárate

http://avesecologaymedioambiente.blogspot.com/2010/10/zona-reservada-bosque-de-zarate-una.html




EN LA SELVA

En 1968, cerraron la “Casa Humboldt” y se trasladaron a la región de Huánuco para establecerse en la selva alta, proyecto que venían elaborando hacía tiempo. Pese a esto continuaron vinculados al Museo, tanto en la docencia como en la investigación. Remontando el río Pachitea, una de las fuentes del Amazonas, Hans halló un paraje sobre  el afluente Llucllapichis, al que bautizó Panguana, nombre local del tataupá listado (Crypturellus undulatus) que había visto merodeando por el lugar. 


Panguana o tataupá listado (Crypturellus undulatus).
 Dibujo de María Koepcke.

(Koepcke HW & Koepcke M, 1963-71)


Se establecieron en ese lugar soñado bajo un gigantesco árbol de lupuna  (Ceiba pentandra), en una cabaña abandonada, con paredes de madera y techo de palma. Para ello debieron trasladar por el río todas sus pertenencias, equipos, libros y documentos. Carecían de luz eléctrica, la cocina era a leña, utilizaban una letrina y lavaban la ropa en el río. La comunicación fluvial era lenta y dificultosa. No obstante, su proyecto era permanecer 5 años estudiando la biota selvática para después trasladarse a Alemania donde Hans ocuparía una cátedra para la que había concursado. María realizaba los relevamientos de aves, grababa sus cantos y describía nuevos taxones. Durante esos años integraron dos expediciones con John Terborgh y John Weske a las montañas El Sira, en las nacientes del río Llucllapichis a 2400msnm. En este viaje se describieron nuevas especies de las que le fueron dedicadas el paujil del Sira (Pauxi koepckeae) y el ermitaño de Koepcke (Phaethornis koepckeae). En ese alejado lugar Terborgh recibió un disparo accidental en el pie y María atendió su herida evitando mayores consecuencias. Un estudiante que había ido por ayuda, se perdió en la selva pero se salvó siguiendo un cauce hasta llegar al Llucllapichis. Esta anécdota, como veremos, serviría a Juliane más adelante para salvar su vida.


La casa de Panguana en 1973 vista desde el río Yuyapichis.
(Niethammer, 1974)


TRÁGICO FIN Y MILAGRO

En 1970 Juliane se reincorporó al colegio Humboldt en Lima, para lo cual había sido preparada por sus padres.  Al año siguiente María se trasladó a Lima para regresar con su hija a Panguana ni bien terminara el ciclo escolar. Debido a las fiestas navideñas sólo consiguieron pasaje a Pucallpa para el 24 de diciembre en la aerolínea LANSA que Hans había desaconsejado utilizar por sus malos antecedentes. Abordaron el vuelo cerca del mediodía y tras casi una hora de viaje normal el avión se metió en un frente de tormenta. En medio de fuertes sacudidas recibió un rayo sobre el ala derecha y cayó en picada a tierra desde 3000 m de altura.

A la mañana siguiente de la caída, día de Navidad, Juliane se despertó en tierra sostenida por el cinturón a la butaca. A su lado el asiento de su madre estaba vacío y durante todo un día la buscó sin éxito. Pese a sus contusiones y heridas y a la falta de alimento, Juliane pudo seguir el curso del arroyo Quebrada Raya y luego guiándose por los gritos de los shanshos (Opisthocomus hoazin – ver la entrada https://historiaszoologicas.blogspot.com/2017/12/el-hoatzin-opisthocomus-hoazin-el-ave.html) llegó al río Shebonya, afluente del Pachitea. A orillas de aquel encontró finalmente una canoa y un sendero que conducía a una choza, donde más tarde aparecieron tres cazadores que le ayudaron a llegar a Tournavista, once días después del accidente. De allí la llevaron a Yarinacocha donde recibió atención médica, y pudo reencontrarse con su padre.


Juliane a los 17 años cuando sobrevivió al accidente
https://es.gizmodo.com/esta-mujer-sobrevivio-10-dias-en-la-selva-del-amazonas-1830711085



Juliane fue la única en sobrevivir de los 92 ocupantes del avión. Gracias a su colaboración los rescatistas llegaron luego hasta los restos del avión y de los pasajeros, a unos 50 km de Panguana. Por el estado del cadáver de María se cree que como otros pasajeros pudo haber sobrevivido algunos días aunque con serias heridas que le produjeron finalmente la muerte. Su cuerpo fue llevado a Lima donde lo velaron en el aeropuerto Jorge Chávez, y de allí a Alemania donde fue inhumado en el cementerio de  Aufkirchen, junto a su padre. 

Esta increíble historia fue plasmada en 1998 en el documental  Wings of Hope (Alas de Esperanza) por el director alemán Werner Herzog, quien debía haber abordado ese mismo vuelo pero lo perdió, salvando así su vida. Juliane estudió biología en Kiel y Munich y se doctoró con una tesis sobre mariposas diurnas y murciélagos de Panguana. Entretanto, Hans-Wilhelm Koepcke no pudo lograr que Panguana fuera protegida como reserva, quedando como un  sitio para estudios científicos de la Dirección Forestal, de Caza y Tierras.  Tras su muerte en 2000, Juliane  se hizo cargo de la estación biológica como parte de un convenio entre el  Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Zoologische Staatssammlung München, donde ella trabajaba. En 2011, finalmente, Panguana fue declarada Área de Conservación Privada por el Ministerio del Ambiente del Perú, ampliándose su superficie a 3500 ha.


María en Panguana
https://panguana.de/?lang=en



SU LEGADO

Pequeña de cuerpo pero con enorme energía, María realizó innumerables viajes con su esposo, aún a regiones de difícil acceso.  Describió tres especies y diez subespecies nuevas de aves, estudió la avifauna de los humedales del Perú, y los factores de especiación en aves del dosel forestal. Tuvo muchos discípulos investigadores y representó al Museo en varios congresos internacionales. En 1964 publicó Las aves del departamento de Lima, una guía ilustrada con dibujos propios, que alcanzó 27 ediciones y sirvió de inspiración para muy conocidas guías regionales como Aves Argentinas. Guía para el reconocimiento de la avifauna bonaerense, de Tito Narosky y Darío Yzurieta, precursora de la conocida Aves de Argentina y Uruguay. Guía de identificación.


Dibujos de María Koepcke para su libro “Las Aves del Departamento de Lima”


En total, sola o con su esposo, publicó 22 trabajos en alemán, inglés y español sobre las aves de Perú y 11  sobre fauna y ecología, entre ellos “Corte transversal de los Andes peruanos con especial referencia a las aves: costa, vertientes occidentales y región altoandina” (1954); “Aspectos de la distribución de las aves en el Perú” (1957), “Die Vögel des Waldes von Zárate (Westhang der Anden in Mittelperu)“ [Las aves del Bosque de Zárate (Vertiente occidental en el Perú central] (1958); “Birds of the western slope of the Andes of Peru” (1961), y con Hans, “Las Aves Silvestres de Importancia Económica del Perú” (1963-1971).

María era miembro de la American Ornithologists' Union (E.E.U.U.), la Asociación Ornitológica del Plata (Argentina),  el Comité Nacional de Protección a la Naturaleza (Perú) y la Deutsche Ornithologen Gesellschaft (Alemania), y colaboradora del Cornell Laboratory of Ornithology.

Junto con su esposo tuvo un papel muy importante en el desarrollo de los estudios biológicos en Perú por el volumen y calidad de sus trabajos y la influencia sobre numerosos colegas y discípulos.






¯Aguilar Fernández, PG -2009- Comentarios sobre el desarrollo de la Zoología en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Rev. Peruana Biol. 15(2): 7- 14.
 ¯Clara F, Ninhos C & Grishin S -2016- Nazi Germany and Southern Europe, 1933-45: Science, Culture and Politics. Springer,   269 páginas.
 ¯Fittkau, EJ -2003- In memoriam Hans-Wilhelm Koepcke 23.6.1914–21.11.2000. Studies on Neotropical Fauna and Environment 38(3): 157–158
 ¯Franke, Irma -2010- Zona Reservada Bosque de Zárate. Descubrimiento, Conocimiento e Historia Gráfica del Bosque de Zárate.
http://avesecologaymedioambiente.blogspot.com/2010/10/zona-reservada-bosque-de-zarateuna.html
 ¯Franke, Irma -2016- María Koepcke, Gran Dama de la Ornitología Peruana. http://avesecologaymedioambiente.blogspot.com/.
 ¯Herzog Werner -1998- Wings of Hope. https://www.youtube.com/watch?v=rlJVIcCPIl8
 ¯https://es.wikipedia.org/wiki/Juliane_Kopcke
 ¯https://panguana.de/?lang=en
 ¯https://www.ecured.cu/Mar%C3%ADa_Koepcke
 ¯https://www.wikiwand.com/en/Maria_Koepcke
 ¯Jorge, M -2018- Esta mujer sobrevivió 10 días en la selva del Amazonas. https://es.gizmodo.com/esta-mujer-sobrevivio-10-dias-en-la-selva-del-amazonas-1830711085
 ¯Koepcke, HW -1986- Gründungsgeschichte und Bestimmung des Studiengebietes Panguana. Panguana Symposium - Biologische Studien im peruanischen Regenwald.
 ¯Koepcke HW & Koepcke M - (1963-71): Las aves silvestres de importancia económica del Perú, Servicio Forestal, da Caza y Tierras, y Servicio de Pesquería (Ed.). Teil I-XIX, 152 pp. Lima.
 ¯Koepcke, María -1957- Una nueva especie de Synallaxis (Furnariidae, Aves) de las vertientes occidentales del Perú central. Publicaciones del Museo de Historia Natural “Javier Prado”. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Serie A Zoología 18.
 ¯Koepcke, Maria -1964- Las Aves del Departamento de Lima. Lima: María Koepcke.
 ¯Long, D -2019- Supervivientes. Vicens Vives
 ¯Moon, J – 2018- The Woman Who Survived a 10,000 Feet Fall. https://insh.world/people/the-woman-who-fell-to-earth/
 ¯Murphy RC & Amadon D -1959- In Memoriam: John Todd Zimmer.  Auk 76: 418-423.
 ¯Niethammer, G -1974- Maria Koepcke geb. Mikulicz-Radecki. Journal für Ornithologie 115: 91-102.
 ¯Rea AM & Kostritsky L -1973- Obituario: María Koepcke, Auk 90 (3): 735-739.
 ¯Servat G, Franke I  & Terborgh J -2012- Maria Koepcke and her Contribution to Peru and Neotropical Ornithology. Ornitología Neotropical 23: 399–404
 ¯Tasch, B -2015- Woman describes what it was like to be the only survivor of a flight obliterated by a thunderstorm. https://www.businessinsider.com/what-its-like-to-be-survivor-of-flight-2015-8.
 ¯Vivanco, F -2018- Juliane Koepcke. Una vida caída del cielo. http://www.magazinedigital.com/personajes/entrevistas/juliane-koepcke-una-vida-caida-cielo
 ¯Vuilleumier F -1995- Five great neotropical ornithologists: an appreciation of Eugene Eisenmann, María Koepcke, Claës Olrog, Rodulfo Philippi, and Helmut Sick, Ornitología Neotropical 6: 97-111.


viernes, 13 de septiembre de 2019

EL LECHUZÓN MOCHO CHICO (Pulsatrix koeniswaldiana) Y LOS BERTONI

“Mi manto son las flores matizadas,
mis venas son estos hermosos ríos
Que riegan esta verde tierra amada.
Toda yo encierro la naturaleza,
soy niña, soy flor, soy río y soy estrella,
De todo el Paraguay soy la belleza”.

Moisés Bertoni - ¿Fué un sueño?

“La naturaleza no nos ha dotado de una conciencia superior para embrutecerla en aquel océano de basura que desfachatadamente llaman sociedad moderna”.

Moisés Bertoni



En los últimos años del siglo XIX, en una noche de luna, fue cazado en el Alto Paraná paraguayo (probablemente cerca de Puerto Bertoni) un lechuzón que resultó nuevo para la ciencia: el lechuzón mocho chico o urukure’a mini (Pulsatrix koeniswaldiana). El ejemplar, del que muy probablemente Arnoldo de Winkelried Bertoni fuera el colector, quedó en su colección y fu él y su padre, Moisés, quienes lo comunicaron en 1901 con el nombre Syrinium [sic por Syrnium] Koeniswaldianum, figurando como autores él y su padre, Moisés.

Aclara que la especie fue “dedicada al Dr. Gustavo Koeniswald” y que el nombre guaraní de Sihindá kaágwih “es moderno y le aplican para diferenciarla de las especies campestres que también llaman Sihindá, pues el apelativo equivale a silvestre o “que habita los bosques””.  Sus costumbres serían “al parecer crepusculares y nocturnas” y eso es todo lo que dice sobre su comportamiento. Por otro lado indica con acierto que quizás deba crearse un nuevo género para ubicar a esta especie junto con el lechuzón mocho grande (Pulsatrix perspicillata). Lo que confirmó Kelso (1933) ubicándola dentro del género Pulsatrix Kaup, 1848.

El ave en cuestión ya había sido obtenida hacia los años 1830 por Johann Natterer en Brasil, cerca de Rio de Janeiro. Pero nadie publicó el hallazgo antes de Bertoni. Seguramente se la confundió con la similar Pulsatrix melanota, de las selvas de la vertiente oriental de los Andes.


Noctua melanota
Dibujo de Schmidt (Tschudi, JJ. Untersuchungen über die Fauna Peruana. St. Gallen, 1844-46)


EL LECHUZÓN MOCHO

Las dos especies de lechuzones mochos (Pulsatrix perspicillata y P. koeniswaldiana) son llamados en Brasil murucututu un nombre obviamente onomatopéyico. También les aplican los nombres de coruja-do-mato, corujão, corujão-orelhudo y mocho-mateiro.

Ya Gabriel Soares de Sousa lo mencionaba en 1587: “Jucurutu es un ave del tamaño de un pollo, que en el poblado anda de noche por los tejados;  y en la selva cría en  huecos de grandes árboles y anda por los senderos; y donde quiera que esté toda la noche está gritando  su nombre”.

El lechuzón mocho chico o murucututu-de-barriga-amarela es una lechuza grande (44 cm) caracterízada por sus ojos de iris oscuros y por las marcas de plumas acaneladas en el disco facial formando “anteojos” o una X.  Es típico de la mata atlántica, especialmente de regiones serranas y  de  bosques de Araucaria. Prefiere los bosques densos de árboles altos y con mucho follaje donde tiene sus dormideros diurnos. A la noche se acerca a los bordes y claros de la selva, para poder cazar con mayor facilidad y en esas ocasiones suele sufrir atropellamientos en las rutas. Pero también ingresa en áreas suburbanas, corroborando la lejana observación de Soares de Souza, probablemente buscando presas atraídas por las luces. Se lo considera un predador tope ya que caza otras lechuzas más chicas como el alicucú (Megascops choliba), además de otras aves, pequeños mamíferos, anfibios como la rana herrero (Hypsiboas faber), reptiles y grandes artrópodos.  Suele el cantar en pareja en las noches de luna, sobre todo en la época reproductiva.

En la leyenda de Yzi, narrada por Barbosa Rodrigues, éste héroe mítico de los indígenas amazónicos pone a hervir brea en un caldero. Del humo salen murciélagos y varias aves nocturnas, entre ellas el murucututu y además una harpía. Ésta es la que lleva a Yzi a  las montañas de la Luna donde obtendrá la sagrada piedra miniu que le permitirá ser el caudillo de su pueblo.

Liberados por Yzi, los murucututu aparecen de noche para asustar a los niños como se ve en algunas canciones de cuna (cantigas do muruku) como la que el mismo Barbosa Rodrigues recogió en Parintins:

Muructutu u mmure
Mocoin rupiá
Yepe´ce manha çupé
Amu ce paia çupé.

[Murucututu pone dos huevos, uno para mamá, otro para papá]

Y en esta otra que menciona Eurico Santos:

Murucututu
lá da beira do telhado
leva esse menino
que não quer dormir socegado

[Murucututu / desde el borde del tejado / llevate a este chico / que no quiere dormir tranquilo]

Y que quizás inspiró también la canción infantil de Bia Bedran:

Murucututu detrás do murundu
Murucututu detrás do murundu
Lá vem a sinhá velha,
Lá da banda do andu

Murucututu de cima do telhado
Murucututu de cima do telhado
Deixa esse menino
Dormir sono sossegado
Jacaré tutu, jacaré mandu
Tudo vai embora
Não pega o meu filhinho
Murucututu...
Murucututu...

[Murucututu detrás de la loma / allá viene la vieja / allá, de la parcela de porotos / Murucututu desde arriba del tejado / deja que este chico / duerma un sueño tranquilo / yacaré tutu, yacaré cuco / todo se va /no te lleves a mi hijito / Murucututu ...]


¿EL DR. KOENIGSWALD MERECÍA LA DEDICATORIA?

Poco sabemos del naturalista alemán Dr. Gustav Koenigswald. No tenemos datos biográficos y muy poco de su actividad en Brasil. 
En 1886 se creó la Comissão Geográphica e Geológica da Província de São Paulo,  para ejecutar los estudios necesarios para el desarrollo de ese estado brasileño. Desde esa fecha hasta 1892 se llevaron a cabo una serie de exploraciones del territorio dirigidas por el geólogo norteamericano Orville A. Derby. En alguna de ellas participó Koenigswald, suponemos que coleccionando animales, ya que trabajó como taxidermista del Museu Paulista, entre 1890 y 1906. En 1894 y 1895 publicó São Paulo,  ilustrado con las primeras fotografías de la ciudad por el fotógrafo suizo Guilherme Gaensly y otros. En 1896 publicó Ornithologia paulista, donde publicaba un listado de las aves citadas para ese estado, con una interesante introducción.

Hasta acá todo bien, pero en 1898, el director del Museu Paulista, Ihering, envió una carta a la revista The Ibis donde señala que “un anterior taxidermista de nuestro museo, G. Koenigswald, ha publicado últimamente nuestro viejo catálogo del museo (que el afirma haber sido preparado bajo mi dirección) a su propio nombre, sin mencionar que la base de este catálogo era la colección del museo. Más aún, el catálogo no estaba en ese momento en condiciones adecuadas para ser publicado, conteniendo en efecto muchas determinaciones erróneas”.
Afirmaba Ihering que Koenigswald sólo listó las especies sin indicación de localidad, incluyendo muchos especímenes de otras regiones.

A juzgar por este documento, Koenigswald habría sido cuando menos deshonesto respecto del Museu Paulista y su director y ello explica que en esos años sólo fuera mencionado una vez en la Revista do Museu Paulista y que Ihering no lo hubiera citado en su trabajo posterior, As aves do estado de S. Paulo.

Arnoldo le dedicó otra ave, el Picolaptes Koeniswaldianus, que en realidad era el ya descripto Lepidocolaptes falcinellus, el chinchero escamado. En esa dedicatoria anotó “especie dedicada al célebre ornitólogo de S. Pablo (Brasil Dr. Gustavo Koeniswald [sic]). Él visitó el Museu Paulista en 1905, fecha en que podría haber conocido a Koenigswald personalmente, y cuando ya había descripto estas especies, por lo que es probable que antes mantuviera correspondencia con él, quizás consultándolo sobre temas ornitológicos. Pero es evidente que Koenigswald no era tan célebre y quizás tampoco era doctor, sino tan solo un taxidermista y colector.  




Moisés Bertoni, hacia 1910
Foto Velazquez, Asunción (Paraguay)
Fuente www.mosebertoni.ch 



LOS BERTONI

Los Bertoni eran suizos. ¿Cómo fue que llegaron desde la alpina Suiza a Paraguay y encontraron una nueva lechuza?

Moisés nació en 1857 en Lottigna, un pequeño pueblo de Tesino, en la Suiza italiana. Cursando el colegio secundario en Lugano, se muestra inquieto y crítico, y se ocupa de botánica y geografía entre otros temas que le atraían. Tras un fallido intento de estudiar derecho,  cursa ciencias naturales en Ginebra con el profesor Carl Vogt, siendo apoyado en esto por su madre, amante de la botánica y la jardinería. En medio de las dificultades económicas familiares,  Moisés, con apenas 19 años,  se casa con Eugenia Rossetti, su novia de la adolescencia. Ocho años después ya tienen cuatro hijos, pero la esposa vive con sus padres, mientras Moisés trata de terminar sus estudios. Atenta siempre a las múltiples actividades de su esposo, Eugenia lo admira profundamente y está convencida de sus condiciones. El joven estudia zoología y especialmente botánica, a la vez que milita en el Partido Liberal. Por ello sus primeros dos hijos llevan los nombres de dos patriotas suizos Reto Divicone y Arnoldo da Winkelried. Sus hijas, Vera Zasulic y Sofía Perovskaja, recibieron el nombre dos anarquistas rusas.

Los ideales de Moisés son los de vivir en contacto con la naturaleza, alejado del materialismo y los lujos de una “sociedad sifilítica”. Sueña con tierras vírgenes y fértiles, no como las escasas y agotadas praderas suizas. El geógrafo anarquista Elisée Reclus, le recomienda dirigirse a Misiones (Argentina). Pidiendo dinero al banco y a sus  parientes adquiere para su proyecto innumerables y diversos elementos: “1000 especies de semillas de plantas útiles (...) armas, municiones, máquinas, etc. (...) todo lo necesario para las preparaciones de ciencias naturales, para la cosecha y el envío de animales y de plantas (porque pienso comercializar estas preparaciones), para la exploración científica del país”.

En 1884 parten hacia América los dos esposos, sus cinco hijos, la madre de Moisés, Giuseppina Torriani, y además 14 personas más de la región de Tesino, entusiasmados por los proyectos colonizadores del naturalista. En Buenos Aires lo recibe el presidente Julio Roca, quien le facilita el acceso a Misiones donde gobernaba su hermano Rudecindo. Con grandes dificultades llegan a Santa Ana: “A cada paso una carreta se hunde en el pantano; es necesario detenerse y perder horas de tiempo. (…) A la noche, las familias duermen en las carretas, que son cubiertas, y los hombres duermen por tierra al aire libre, aunque sea en invierno; pero armados, porque el país que atravesamos es inseguro y no sería improbable recibir una visita de los tigres”.

Al principio el lugar les pareció ideal para establecer la colonia socialista que imaginaban, pero de a poco sus socios y paisanos en el proyecto lo fueron abandonando y el gobierno dejó de aprovisionarlos.  Pese a todo, Moisés siguió con sus experimentos de aclimatación de plantas y de investigación de la selva. “La inmensa naturaleza que se extendía ante mis ojos como una provocante sirena me invitaba a gozar de sus bellezas”.

En 1886 la sequía los obliga a trasladarse a Yabebyry, donde la ineptitud de Rudecindo Roca y la enemistad de algunos de sus funcionarios llega a poner en peligro la vida de su familia. Además la creciente del Yabebyry arrasa con su cabaña y se lleva la vida de su hija Inés, arrastrada por un torrente.

La casa familiar en Puerto Bertoni, hacia 1905. 
Foto recuperada por Leandro Manfrini e Carlo Pellegrini.
Baratti, Danilo-Un ricordo del regista scomparso. Leo Manfrini, Mosè Bertoni, il Paraguay, p. 12. Il Cantonetto, N. 1-2. feb 2016. http://www.mosebertoni.ch/pdf/CantonettoManfriniBertoni.pdf



EN PARAGUAY

Acosado por los bandidos, Moisés finalmente se decide a instalarse en la orilla paraguaya del Alto Paraná. La salida de Misiones es precipitada y con accidente, la barca que los cruza zozobra en los rápidos de Corpus y su bebé Moisés, queda a flote sobre unas tablas y es rescatado por un peón. En Yabebyry, entretanto, la crecida de 1888 se lleva sus herbarios y colecciones.

Asociado a inmigrantes tesineses de Buenos Aires, persiste en su idea de establecer una colonia en la zona del Pyrayuvy. Pero sus socios pretenden explotar la madera de cedro y lo acusan de no poner todo el empeño necesario en esa actividad comercial, por ser  “demasiado científico como comerciante”, más preocupado por colectar bichos que por la madera.

En esa época lo visita el naturalista argentino Juan Bautista Ambrosetti en su casa de Yaguarazapá: “Bajo el chaparrón que inclemente caía sobre nosotros, apareció en una canoa nuestro doctor, envuelto en un poncho (…).  Nuestra instalación se hizo en la sala de estudio y laboratorio del doctor, un rincón científico en medio de la selva virgen. Allí había libros de historia natural, de geografía y de otras ciencias, un gran número de instrumentos de física y de química, una abundante provisión de sustancias y reactivos para ensayos, y variadas colecciones llenaban los estantes recostados a las paredes.”  Ambrosetti se entusiasma por la enorme pila de sus manuscritos, su inagotable fuente de datos y las innumerables plantas de la selva que Bertoni cultiva y estudia en su jardín.

En 1893 inicia un viaje en canoa a los Saltos del Guayrá con Arnaldo Schoch  y Charles Barnes, siendo el primer científico en explorarlos aunque los materiales enviados al Instituto Geográfico Argentino y al Museo de La Plata nunca fueron publicados y permanecen perdidos. Pero, como dicen acertadamente Baratti y Candolfi (1999), el “Salto Guairá, hoy está sumergido en el lago artificial de la represa de Itaipú. Y esta pérdida es a buen seguro mucho mayor que la de los planos originales de Moisés Bertoni”. Durante este viaje, donde el Paraná describe una amplia curva, río abajo del Monday, encontró su lugar en el mundo, al que sus compañeros bautizarían “Puerto Bertoni”, sede de su gran proyecto científico, social y familiar: la colonia Guillermo Tell. Una propiedad de 12.500 ha donde además de la ciencia cultivó café, plátanos y cítricos para poder mantener a su familia.

La selva lo conquista: "La selva tropical es imponente en su conjunto, admirable en sus partes, curiosísima en sus detalles. Reina en ella a veces un silencio majestuoso, que avasalla, atrae y agrada al mismo tiempo. El canto de las aves, el zumbido de los insectos voladores y el gemido de las ramas mecidas por la brisa, vienen a romper agradablemente que ese silencio tendría de monótono; pero en el fondo es la calma".

Allí, en plena selva, Bertoni creó un Museo de Historia Natural que llegó a tener 40.000 piezas diferentes, incluyendo un herbario de 6.000 ejemplares, la colección ornitológica, la de insectos, peces, batracios, reptiles y mamíferos, materiales mineralógicos, y además con una sección arqueológica y paleontológica con numerosos objetos de la etnia guaraní. 
A su regreso del Guayrá, el gobierno le encargó fundar y dirigir una Escuela Nacional de Agricultura en Asunción. Pero abrumado por las tareas y requerido por su familia renuncia a la Escuela en 1905. Vuelve a Puerto Bertoni donde se aboca a escribir su obra principal: “Descripción física del Paraguay” y a desarrollar la Estación Agronómica. En ella funcionó una estación meteorológica, un laboratorio químico y una biblioteca con unos 2.000 libros.

Todas las tareas eran llevadas a cabo por Moisés, tres de sus hijos y sus dos yernos. Su gran familia, trece hijos en total, fue la base de su proyectada colonia que no llegó a ser. Con su proyecto había alejado a su familia de las ciudades, que consideraba fuente de males morales, pero a la vez les impuso un enorme esfuerzo para procurarse la alimentación y los recursos necesarios para una vida modesta y llena de privaciones. Por eso alguno de sus hijos empezaron a apartarse: en 1917 Arnoldo de Winkelried  y Guillermo Tell se radicaron definitivamente en Asunción.

Estas deserciones y la crisis provocada por la primera guerra mundial iniciaron la decadencia. Los insectos destruían los herbarios y las colecciones, las cartas de científicos de todo el mundo, con los que otrora mantenía un fructífero intercambio, se acumulaban sin ser respondidas. A ello se sumó la temprana muerte de su hijo menor, Linneo, en quien confiaba para continuar manejando la colonia. Moisés, positivista y materialista en la juventud, se vuelca a la religión y a un espiritismo cientificista. A pesar de las contrariedades, disfruta su exitosa participación en el Congreso Internacional de Americanistas, en Rio de Janeiro (1922). Pero, en 1924, tras la guerra civil en Paraguay la situación económica se hace aún más difícil. Otros dos hijos, Moisés y Aristóteles, abandonan Puerto Bertoni.

Eugenia, deprimida y enferma, muere en Encarnación. Tres semanas después, el 19 de septiembre de 1929, sin saber de la suerte de su esposa, Moisés fallece en Foz do Iguaçu, aquejado por el dengue y el paludismo. Su tumba se encuentra en Puerto Bertoni, bajo los grandes árboles, junto a la de su madre y a la de su predilecto hijo Carlos Linneo.

El “sabio Bertoni” publicó un centenar y medio de artículos en dos revistas que él mismo creó: la Revista de Agronomía (1897) y los Anales Científicos Paraguayos (1902). La necesidad de publicar sus numerosos manuscritos lo llevaron a instalar una imprenta en el medio de la selva, Ex Sylvis, “desde la selva”, donde editó Condiciones generales de la vida orgánica (1918), Memoria sobre la existencia de lluvias periódicas (1918), La Civilización Guaraní (1922-1927) y Agenda y mentor agrícola (1926, 1927). Pese a su dedicación, sus trabajos de botánica y antropología, tuveron poca repercusión en la comunidad científica, debido a su aislamiento (pese a la copiosa correspondencia que llevaba) y a sus ansias enciclopedistas que le impedían concentrarse en temas puntualess. A esto se sumó la penuria económica que provocó la destrucción de sus colecciones y la publicación tardía de sus hallazgos. De su prolifica obra quedó manuscrita una cantidad casi similar a la publicada, y la mayor parte de ella se extravió.

Eugenia, que había estudiado farmacia, fue para Moisés la compañera ideal, de salud frágil, pero dotada de gran fuerza de voluntad. No sólo fue la atenta madre para sus trece hijos, sino que los formó para colaborar en la gran obra del padre. Fue muchas veces gestora de la colonia ante el gobierno de Asunción, secretaria eficiente, partera de sus hijas y enfermera de los habitantes de Puerto Bertoni. Y sin embargo nunca recibió un reconocimiento público de su marido…

Moisés Bertoni y Eugenia Rossetti en 1913
https://alchetron.com/Mois%C3%A9s-Santiago-Bertoni 


 

ARNOLDO

Arnoldo o Arnaldo de Winkelried nació en Lottigna, Suiza en 1878, es decir que cuando la familia se trasladó a América, tenía apenas 6 años de edad. Como en varios de sus hijos e hijas, Moisés homenajeó con su nombre a un patriota: Arnold von Winkelried, quien se sacrificó en la batalla de Sempach en 1386, para que los suizos pudieran triunfar ante los austríacos.

Arnoldo empezó a estudiar zoología con su padre en Puerto Bertoni, ayudándolo a coleccionar desde muy joven. Moisés lo consideraba dotado de “una vocación excepcional y una dedicación ejemplar” por la zoología. Creía que era “el mejor sucesor de nuestra línea, el mejor indicado para transmitir a la posteridad, con nuestra sangre, una herencia intelectual". Por ello lo liberó de las tareas agrícolas y le dio una casa para el sólo en la colonia, para que se pudiera dedicar a sus estudios. Hacia 1890 empezó a colectar aves y cinco años después contaba con abundante material, pero debido a las dificultades que enfrentaba, la colección se perdió en su mayor parte y tuvo que rehacerla. Es en esta época que describió al nuevo lechuzón en su trabajo Aves nuevas del Paraguay. Continuación a Azara. Asunción (1901). En una carta su padre le dice que a pesar de ser un trabajo “más o menos defectuoso” la atención que recibió de Enrique Lynch Arribálzaga, es un aliciente. “Te has hecho conocer” le dice su padre. En efecto dicho naturalista publicó un trabajo crítico sobre la obra de Arnoldo, donde más que atacarlo parece querer aconsejarlo y ayudarlo a enmendar su “sensible error”. Y le dice: “Sin embargo, no usaré de excesiva severidad al juzgarle, en vista de su juventud y de su natural inexperiencia, del aislamiento en que se ha formado y, sobre todo, de las muchas cualidades apreciables que su trabajo pone de relieve; confío en que él ha de llegar á persuadirse de la ineludible necesidad de comprobar que una especie es efectivamente nueva antes de publicarla como tal”.

Según Contreras Roqué (2019) “La obra ornitológica de Winkelried se destaca particularmente gracias a sus trabajos en el Alto Paraná, una región poco conocida por su célebre predecesor Félix de Azara”. Además del lechuzón de esta nota, Arnoldo  describió otra especie nueva: el  tiluchí colorado  (Drymophila rubricollis).

En 1905 visita el Museu Paulista para estudiar su colección de aves bajo la guía de su director Rodolpho von Ihering, pero a partir de entonces se dedicó a los insectos, especialmente a los himenópteros. Esto coincidió con la llegada al Paraguay del entomólogo alemán Curt Schrottky, quien luego se casaría con su hermana Inés, y con el que Arnoldo publicó varios trabajos. Entre 1903 y 1906 fue profesor de Zootecnia y Zoología en la Escuela de Agricultura y Granja Modelo que fundó Moisés. En esa época viajó también a Buenos Aires visitando los museos de esa ciudad y de La Plata.

Moisés y Arnoldo de Winkelried en 1902.
Tomado de una fotografía de Facetti, Asuncion. Museo di Blenio, Lottigna.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mos%C3%A8_Bertoni_family.jpg



De "espíritu contemplativo, puritano y poco comunicativo", según su padre, se rebelaba y se oponía a éste, marcándole sus errores. Como ya vimos, en 1917 Arnoldo se alejó de la órbita paterna y se estableció en Asunción donde, ya inserto en el ámbito científico, siguió investigando sobre la fauna paraguaya con algunos trabajos también en paleontología y la arqueología. Motivo de su alejamiento fue también evitar un proyecto de casamiento con su prima que habían elaborado sus padres. Ante su alejamiento la madre se deprime y Arnoldo permanecerá soltero toda su vida. Pese al ofrecimiento de su padre de dirigir un museo en Puerto Bertoni o en Foz de Iguazú, se negó a volver a Puerto Bertoni.

En Asunción trabajó en el Departamento de Fomento. En 1919 hizo viajes al norte de Paraguay acompañado por los médicos Luis S. Migone y Andrés Barbero colectando insectos. En 1920 volvió al Museo Nacional de Buenos Aires, donde conoció al ornitólogo Roberto Dabbene. Hacia 1930 fue profesor de Zoología, Zootecnia, Entomología y Fitopatología en la Escuela Superior de Agricultura y en la década del 40 dictó Entomología y Fitopatología  en la Escuela Nacional de Agricultura Mariscal Estigarribia.

Fue integrante de la Academia de Ciencia y Cultura Guaraní, destacándose en la recuperación de los nombres guaraníes de plantas y animales y en 1945 presidió la Sociedad Científica del Paraguay. Hasta muy anciano siguió colaborando con otros autores de historia natural, aunque la producción científica propia se detuvo.  Falleció en Asunción, donde vivía con su sobrina, a los 95 años de edad.


Arnoldo entrevistado en Paraguay, poco antes de su muerte, por Leandro Manfrini, director de cine que habría de realizar el film Desencuentros (1992), filmado en Paraguay e inspirado en la vida de Bertoni. En la película trabajaron los actores Cecilia Roth y Arturo Maly.

Baratti, Danilo-Un ricordo del regista scomparso. Leo Manfrini, Mosè Bertoni, il Paraguay, p. 12. Il Cantonetto, N. 1-2. feb 2016.


Toda su actividad estuvo marcada por la falta de recursos y de  bibliografía, y por las dificultades para comunicarse con colegas de otros países. De sus colecciones la mayor parte se perdió, quedando algunos ejemplares de vertebrados e himenópteros en el Museo Nacional de Paraguay y en Puerto Bertoni. No obstante ello, se lo considera el primer zoólogo de Paraguay.

Entre sus publicaciones, que llegan casi a las docientas, se encuentran  Vocabulario zoológico guaraní (1910); Contribución para um catálogo de aves argentinas  (1913); Fauna paraguaya. Catálogos sistemáticos de los vertebrados del Paraguay. Peces, batracios, reptiles, aves, y mamíferos conocidos hasta 1913 (1914); Especies de aves nuevas para el Paraguay (1919); Aves paraguayas poco conocidas (1925); Notas ornitológicas. Nueva forma de psitácidos del Paraguay (Descripción y distribución de Parakaú y Paraguá) (1927); Catálogos sistemáticos de los vertebrados del Paraguay (1939); Avispas y abejas del Paraguay (1973).

Alex Mouchard




-Ambrosetti, Juan Bautista -2008- Tercer viaje a Misiones. Editorial Albatros, Buenos Aires.
-Baratti, Danilo  -2016-Un ricordo del regista scomparso. Leo Manfrini, Mosè Bertoni, il Paraguay, p. 12. Il Cantonetto, N. 1-2. 

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-Baratti D & Candolfi P -1999- Vida y obra del sabio Bertoni. Moisés Santiago Bertoni (1856-1929). Un naturalista suizo en Paraguay. Asunción: Helvetas.
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-Bertoni. A. de Winkelried -1913 - Contribución para un catálogo de aves argentinas. Anales de la Sociedad Científica Argentina 85.
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EL YAGUARETÉ O TIGRE DE AMÉRICA SEGÚN JOSEPH JOLIS

Traducción Alex Mouchard del texto extraído de  Jolis, Giuseppe.  Saggio sulla storia naturale della provincia del Gran Chaco e sulle pratic...