"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


Mostrando las entradas con la etiqueta XENARTROS. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta XENARTROS. Mostrar todas las entradas

miércoles, 2 de abril de 2014

EL BAILE DEL OSO HORMIGUERO Myrmecophaga tridactyla



EL OSO HORMIGUERO GRANDE (Myrmecophaga tridactyla) EN LA CULTURA



El gran comedor de hormigas
Brodtmann, Karl Joseph -  Naturhistorische Bilder Gallerie aus dem Thierreiche, circa 1824


En nuestra cultura actual el oso hormiguero sigue siendo percibido como un animal de extraño aspecto aunque se lo ve con simpatía y por suerte sin objetivos culinarios. Su rareza y vulnerabilidad, al ser tan especializado en su alimentación, lo promueven como símbolo de la conservación y de hecho está clasificado como vulnerable a nivel global para la UICN. Por ello figura en el logotipo de la Fundación Vida Silvestre Argentina.


El oso hormiguero aparece en varias leyendas y relatos sudamericanos, ya sea indígenas o criollos. Uno de los más atractivos es el recopilado por la escritora Graciela Repún y que proviene de los indios kaingangá de la selva de Misiones (Argentina). Parece ser que tras la gran inundación, Kadjurukré, su dios creador, trabajaba de noche para modelar con barro  los animales de la selva y cuando estaba tratando de terminar al oso hormiguero, apurado porque ya salía el sol, tomo un palito y se lo puso en la boca a manera de lengua porque no le alcanzaba el tiempo para ponerle dientes. Y así lo mandó a comer hormigas.  Un día el yurumí se encontró en un sendero con un indio y lo amenazó parándose  sobre sus patas traseras. El indio le lanzó un golpe con un palo, pero el tamanduá lo esquivó saltando a un costado, vuelta a pegar el indio, volvió a esquivarlo hacia el otro lado. Así estuvieron un largo rato hasta que el oso se cansó y se fue.  Cuando el indio relató este suceso a sus amigos estos, riendo, empezaron a imitar esos saltos del oso y así inventaron el baile, acompañándolo más tarde con diversos instrumentos.


En la mitología de los indígenas maleku de Costa Rica hay un personaje llamado sisimique o sisimike, un humanoide enorme de espeso pelaje, con los pies dirigidos hacia atrás, que vive en cuevas y suele raptar mujeres en su noche de bodas. Los criollos lo asimilan a su creencia del Dueño del Monte, que sería el alma de un hombre que mataba animales con afán destructor y que después de muerto fue enviado por Dios para perseguir a los cazadores y a los que destruyen la selva.  El oso hormiguero u oso caballo, como se lo llama allí, fue rápidamente identificado con estos seres fantásticos, especialmente cuando se para en sus patas posteriores y agita sus garras para defenderse.

Gervais, Paul – 1855- Histoire naturelle des mammifères, avec l'indication de leurs moeurs, et de leurs rapports avec les arts, le commerce et l'agriculture;     (v.2)  Page 259


En un cuento guaraní el yaguareté y el yurumí se desafían a ver cual tiene mayor cantidad de restos de presas en sus heces. El astuto oso cambia de lugar los excrementos de modo que en los del tigre sólo se ven restos de hormigas, y en los suyos muchos huesos y pelos de animales grandes. Desconfiando, el yaguareté se paró en dos patas y rasgó la corteza de un gran árbol con sus fuertes garras para demostrar su ferocidad. El oso al ver esto se fue a buscar un árbol ya medio quebrado, y al golpearlo con sus uñas lo partió enseguida en dos. Esto hizo creer al yaguareté que el oso tenía una fuerza extraordinaria por lo que desde ese momento evitó enfrentarlo.

Los indios quom del Chaco argentino creen que en algún momento de su historia hubo un gran incendio que quemó toda la tierra dejándola negra. Kadawaik, el dueño del monte,  salvó al avestruz y al potay u oso hormiguero. En este diluvio de fuego, los hombres y mujeres se escondieron y les estaba prohibido salir a ver el estado del mundo. Una vieja curiosa salió y fue transformada en potay. Dicen también que cuando truena es el oso que grita enojado desde el cielo.

En los cuentos quom, se cita también la rivalidad  con el yaguareté: siendo amigo del potay, le devora una cría, pero el oso huele en el aliento del tigre el olor de su hijo. Enfurecido, mata al felino y  a su esposa.

Tambien creen en una Madre de los Osos Hormigueros, un enorme animal subterráneo que mata con el aliento y devora a los que cazan sin necesidad. Del mismo modo los wichis suponen que el Dueño del Oso Hormiguero que los protege y mata a los que lo cazan sin aprovechar la piel. En uno de sus cuentos una vieja se perdió en el bosque y tras varios días sin encontrar el camino de regreso se transformó en un oso hormiguero o sulaj, su bastón pasó a ser el hocico y su chiripá, la cola.

Los qom creen que los osos no tienen sexos y que para reproducirse se juntan entre varios uniendo los hocicos y que al tiempo aparecen las crías. Por eso quizás los criollos misioneros creían que podían preñar con la mirada.




Goodrich, Samuel G. – 1859 - Illustrated natural history of the animal kingdom.

Isabel Crooke Ellison rescata este mito makú del Amazonas Colombiano que vuelve sobre el tema del antagonismo con el jaguar.  Una cierva en conflicto con un jaguar  se encontró con un oso hormiguero y le hizo creer que el jaguar se preparaba para matarlo y comerlo. El oso corrió hacia el felino y sin darle tiempo a nada le clavó las garras en el cuello matándolo, y después volvió tranquilamente a seguir comiendo hormigas. La cierva tomó el cadáver y lo llevó a su casa, logrando así asustar a los otros jaguares para que no la molestaran.


En una fábula moderna del peruano Félix Hugo Noblecilla Purizaga, “El oso hormiguero y el Zorro”,  la figura del oso hormiguero se muestra para moralizar contra la discriminación. El zorro se burla del extraño aspecto del oso, pero cuando los tiempos se ponen difíciles sólo el oso puede abrir los duros termiteros con sus garras y alimentarse con su curiosa trompa, mientras que el zorro padece hambre.





Oso hormiguero gigante (Myrmecophaga jubata) - 
Original dibujado y grabado en madera (xilografía)  por Friedrich Specht, 1884



En la música popular aparece el oso hormiguero con distintos enfoques: Por ejemplo en la canción “Tamanduá Bandeira” de la cantante brasileña Elza Maria se describen algunas características del animal:

“Tamanduá bandeira, tamanduá mirim
Quando vê um formigueiro
Ele estica sua língua assim

E vai comendo formiga
Até encher sua barriga
Mas toma muito cuidado
Que é pra não levar mordida

Tamanduá bandeira, tamanduá mirim
Eu nunca vi um bicho
com uma língua tão cumprida assim
E um nariz tão fino assim
E um rabo tão grande assim
E um abraço tão forte assim.”

[Tamanduá bandera, tamanduá chico, cuando ve un hormiguero estira su lengua así. Y va comiendo hormigas hasta llenar su barriga, pero tiene mucho cuidado para no ser mordido. Tamanduá bandera, tamanduá chico, nunca ví un bicho con una lengua así de útil, y una nariz así de fina, y una cola así de grande, y un abrazo así de fuerte.]

Y en “Lingua de Tamandua”, del rapero Mv Bill, se aplica su nombre al charlatán debido a la lengua larga:  “Língua de tamanduá, o linguarudo /Fala até do que não vê.”   [Lengua de tamanduá, el cuentero habla hasta de lo que no vé].





LOS USOS DEL OSO


 Aun hoy en día hay algunas tribus indígenas que incluyen al oso hormiguero en su dieta, pero para otros como los chamacocos del Alto Paraguay , los wichis y los chorotes , es un animal tabú para comer. Los qom sólo lo cazan si no tienen otra carne. Para ello mientras uno lo sujeta de la cola, otro le pega con un palo en la punta del hocico. Luego se debe cuerear en el mismo lugar en que cayó, porque si no la carne queda seca y sin grasa y no es sabrosa. Los perros ayudan en la caza pero si atrapa alguno, le olfatea el corazón con el hocico y le clava allí una de sus garras y sólo lo suelta cuando muere.


 En la medicina popular los huesos se usan para tratar el reumatismo. También se hace inhalar  el humo de sus cerdas a los enfermos de bronquitis y las cenizas que quedan se usan como antihemorrágico y anticonceptivo. La grasa se aplica sobre la piel para evitar las estrías de las embarazadas. Los qom usan las uñas del potai para frotar la planta del pie de los bebés que así adquiere la dureza necesaria para caminar por el monte descalzos cuando sean grandes.


 Con el cuero se hacen recipientes y otros utensilios, como ojotas de gran resistencia y flexibilidad y antiguamente corazas para la guerra y protectores para los recolectores de miel. También se usa el cuero sobado con pelo a manera de colchón.  Con las uñas se pueden hacer maracas y también sirven como ganchos para colgar objetos. Según la tradición de los paisanos de Corrientes (Argentina) los mejores caballos eran los domados con un bocado hecho de lengua de yurumí.





Dictionnaire encyclopédique Trousset, 1886-1891. Paris, Librairie illustrée.






LOS NOMBRES DEL YURUMI


 El explorador del Amazonas Henry Bates dice que los indios lo llaman tamandua bandeira, “en alusión a la curiosa coloración del  animal, que tiene a cada lado del cuerpo una ancha banda  oblicua, mitad gris y mitad blanca, lo que le da cierta semejanza a un estandarte heráldico”, pero para otros ese apelativo se debe a los largos pelos de la cola, que al caminar el animal flamean cual bandera. El nombre tamandua deriva del tupí taixi = hormiga, y mondê = atrapar,  por lo tanto,  “cazador de hormigas.” Buffon dice que el nombre tamanoir que le daban los franceses radicados en America parece derivar de tamandua.


 Cuvier aclara que tamandua-guaçu en lengua galibi, significa “gran tamandua”, y lo aplican para diferenciarlo de la especie pequeña, el tamandua-i u oso melero (Myrmecophaga tetradactyla). Los portugueses le llamaban tamanduá cavalho, por su crin y su tamaño, al igual que en Centroamérica, donde  es el oso caballo u oso real.

  En Venezuela según Humboldt lo llamaban oso palmero, pero el nombre indígena es uaraca, y en Guyana, ouariri.

 En Ecuador recibe los nombres de kuchi pillan (quizás del quechua kuchi = cerdo ? ), oso hormiguero gigante y oso banderón.

 Azara informa el nombre guaraní en Paraguay: ñurumí, pero aclara que debe ser yurumí (= boca chica) porque “acomoda a la bestia”. Otros nombres de origen guaraní son yoquí, yaqui, yautare, kuarevachú y aba caé ( = hombre mono ?)


Figura chané de oso hormiguero


 Los mocovíes le llamaban ladiodgac y los abipones, heteyreé. Los qom, emparentados, con estas dos tribus, tienen para el oso hormiguero grande el nombre de  potai lapagaxaica lallaco, que significa "oso hormiguero de lomos (lapagaxaica) blancos (lallaco)."

 Los mbayá de Misiones (Argentina) le dicen bitioni, bidioni o bioni, y para los wichis es tsulaj, y tienen un pájaro carpintero pequeño al que llaman tsulajchaswo, como si fuera “pájaro de la cola (chas, chos) del oso hormiguero (tsulaj)”, porque le saca las garrapatas que lo parasitan.



Alex Mouchard

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


REFERENCIAS

--Ambrosetti, J. B. – 1917 - Supersticiones y leyendas.. La Cultura Argentina
--Crooke Ellison, Isabel – 2004 - Sueños con jaguares: mitos y cuentos de los indígenas colombianos.Bogotá. Intermedio Editores.
--Durán, Francisco J.  - El dueño de monte y su posible relación con el oso caballo u hormiguero gigante. http://ecobiosis.museocostarica.go.cr/
--http://www.educared.org.ar/imaginaria/biblioteca
--http://rescatando-mi-cultura-guaran.blogspot.com.ar/2010/06/leyendas-del-oso-hormiguero.html
--Medrano, C.; M. Maidana y C. Gómez – 2011 – Zoología qom: Conocimientos tobas sobre el mundo animal. Ed. Biológica. Santa Fe.
--Noblecilla Purizaga, Felix Hugo - Fabulas Tumbesinas
--Palavecino, Enrique - Mitos de los Indios Toba. --http://pueblosoriginarios.com/ textos/palavecino/takshik.html
--Palermo, M. A. – 1983 – Fauna Argentina. El oso hormiguero. CEAL.


domingo, 23 de marzo de 2014

LA VIDA TRISTE Y SOLITARIA DEL TAMANDUA - OSO HORMIGUERO

EL OSO HORMIGUERO GRANDE (Myrmecophaga tridactyla)



 “Yurumí tu lugar en el mundo
del hombre que mata
la vida sembrada,
es tan frágil y esquivo
que duele.”

Yurumí – chamamé de Antonio Tarragó Ros

Brehm,  Alfred Edmund. – 1895 - Life of animals



Pocos animales despiertan tanto la curiosidad como el oso hormiguero grande o yurumí. Ello se debe a su extraño aspecto que proviene de su superespecialización para alimentarse de hormigas. Si el hombre hubiera desarrollado una máquina cazadora de hormigas, sin duda se parecería mucho a este animal. De cráneo muy alargado, su boca, reducida a un tubo por donde transcurre una lengua viscosa,  es una trampa mortal para los insectos, su agudísimo olfato le permite hallar su alimento y sus poderosas garras, capaces para de abrir cualquier termitero u hormiguero por más dura que sea su pared. Animal ya raro, pese a tener una amplia zona de distribución, afortunadamente vuelve a aparecer en algunas regiones de donde había sido eliminado,  pero por otro lado lo vemos  sucumbir en las carreteras bajo las ruedas de los vehículos.  Exterminador de uno de los grandes enemigos del hombre, debería merecer toda nuestra protección y por eso nos proponemos develar su historia con los hombres.


Desde los primeros relatos de los naturalistas se ve que lo confundían con su pariente el oso melero (Myrmecophaga tetradactyla) y aún con el pequeñísimo serafín del platanar (Cyclopes didactilus).  Una de las primeras referencias es la de Georg Marcgrave (1648) que anota el nombre indígena brasilero de “tamanduá-guaçú”,  y el que le daban los holandeses de Brasil, “groote miereneter” (= “gran comedor de hormigas”). Erróneamente creyó que era el mismo animal que los congolenses denominaban “umbulu” (*) , pero lo dibujó con bastante precisión y describió  su anatomía y algunos rasgos de su conducta: “Cuando come las hormigas, la extiende [la lengua] y la pone en el hormiguero hasta que está llena de hormigas, que traga . . . Clava sus uñas en los hormigueros de que se alimenta,  a pesar de que se adapta  a alimentarse de carne, aunque cortada en partes pequeñísimas”.  Dice que es un “animal poco activo, y lento al correr de manera que los hombres pueden atraparlo  en el campo con las manos” , y refiere que el monje francés Claude d'Abbeville, que misionó entre los indios tupinamba en la isla de Maranhao, fue el que registró el nombre de “tamandoua” y “le atribuyó el tamaño de un caballo, no sé si de buena fe”, cuando en realidad como dice Marcgrave tiene el tamaño de un “perro de carnicero”.


                                                                                                                                                                  TAMANDUA-GUAÇU
Marcgrave, George & Willem Piso - 1648- Historia Naturalis Brasiliae. Lugdun




Las próximas noticias las aportó el viajero inglés William Dampier quien encontró al  hormiguero grande en las islas Sambaloes, sobre las costas de Panamá: “Esta criatura se alimenta de hormigas; por lo tanto siempre se la encuentra cerca de los hormigueros y caminos de hormigas. Toma su comida así: pone su nariz bien contra la tierra, cerca del camino por donde van las hormigas (de las que hay muchas en este país), y entonces pone su lengua a través del camino; las hormigas van y vienen continuamente por su camino y cuando llegan a la lengua se detienen y en dos o tres minutos la misma esta toda cubierta de hormigas; lo cual al ser percibido por él, mete la lengua adentro y se las come; y luego la saca de nuevo para atrapar más. Huele muy fuerte a hormigas, y sabe mucho más fuerte aún, porque los he comido.”


Parece que el nombre de ursus formicarius (= oso hormiguero) fue usado por primera vez por Gerolamo Cardano en el siglo XVI, aunque no hay seguridad de que lo aplicara a esta misma especie, muy poco conocida entonces en Europa. El padre Joseph Gumilla  jesuita español que exploró la cuenca del río Orinoco, a principios del s. XVIII nos dejó este relato: “Críase también en aquellos territorios el oso hormiguero, que es el mejor bocado, especialmente para los Indios Morcotes: es del tamaño de un perro de agua grande, peludo, y su cola tan grande, y de cerdas tan largas, que alargando la extremidad de ella hasta encima de su cabeza, cubre y defiende todo el cuerpo del Sol, y de los aguaceros: sus pies y manos rematan cada una en tres uñas curvas, y tan tenaces, que si el tigre, al dar el salto sobre él, se descuida, y le da algún corto tiempo para recivirle entre sus brazos; es tan apretado el abrazo que le da, y fixa en su cuerpo tan tenazmente las uñas, que allí perecen ambos. Yo hallé sobre el peñón del Orinoco, llamado Marimaróta, aferrados un oso mediano con una águila, ambos muertos y secos al rigor del Sol. En otra ocasión, yendo con bastante comitiva, dimos con uno de estos osos: ocho ó diez perros, que iban con nosotros, le acometieron con brío; pero el oso no se apuró: sentóse y abiertos ambos brazos en forma de cruz, hizo cara á todos, sin que nadie se atreviese à tocarle un pelo de su cuerpo . . . ¿Pues qué come, me  dirán, ó de que se mantiene? Digo, que se va de hormiguero en hormiguero, y por la puerta por donde salen y entran las hormigas, introduce la lengua, tan larga como la trompa, en que la tenia recogida: las hormigas se enojan, y muerden fuertemente aquella lengua, todas quantas hallan blanco en que cebarse; y quando ya el oso siente la lengua llena, la retira para dentro, y luego la vuelve á sacar limpia, y prosigue su pesquería de hormigas, hasta saciar su hambre; y ésta es la causa porque se llama oso hormiguero: y causa admiración quanto engordan estos animales con un mantenimiento tan débil al parecer.”


Tamandua guaçu brasiliensis es el ejemplar de abajo. El dibujo parece representar mejor al oso melero. 
Albertus Seba -1734- Locupletissimi Rerum Naturalium Thesaurus – 4 vol.



Albertus Seba, un zoólogo de gabinete, se enredó con esa confusión que señalábamos al principio. Describió al Tamandua Myrmecophaga Americana como “un animal que parece bastante común en las Antillas. Hasta el momento ninguno de ellos ha sido traído de Oriente, ni siquiera se ha oído hablar de ellos. Y estarían aún por descubrirse. . . Con estas [uñas] rasga la tierra de los nidos de hormigas buscando engañarlas. Las hormigas, según los textos, tanto las más pequeñas como las más grandes, sirven a estos animales de alimento.” También lo describe bajo el nombre de Tamandua guaçu brasiliensis o ursa furmicaria, indicando  que tiene solo tres dedos en los miembros anteriores, a diferencia de los autores anteriores que contaban 4 dedos.  Esto llevó a Linné a darle el nombre que quedó para la nomenclatura científica: Myrmecophaga tridactyla, es decir “comedor de hormigas de tres dedos”, pues “vive de hormigas, insectos, cuyos nidos rompe con las garras”.  Buffon señaló este error de Seba y Linné, originado quizás en que tres de los cuatro dedos visibles tienen garras muy notables.


En 1766 agregaba Linné que “se cubre de las moscas con su amplia cola y trepa a los árboles”, lo cual no resultó cierto. Describió además otra especie: Myrmecophaga jubata, ( jubata = “con crines”, en referencia a las que presenta en el lomo). Dice que tiene 4 dedos, y “pasa el resto del día con la cabeza entre los brazos”. En realidad ambas especies eran la misma, pero las referencias no comprobables de los viajeros llevaban a estas confusiones a los zoólogos de museo al no haber aun suficiente material de estudio.

 
Le Tamanoir
Grabado de Johann Schreber (Die Saugthiere) que copió las láminas de la obra de Buffon (Histoire Naturelle, Générale et Particuliére. Paris, 1749.) y las coloreó. Las láminas de Buffon son grabados monocromos de Jacques De Sève. Este dibujo mereció la siguiente crítica de Azara: “Por lo que hace a la estampa, es bien mala . . . como sacada de un despojo".


Buffon, que habitualmente se nutre de varios autores en sus descripciones, nos dice que “corren lentamente y con mas torpeza que un puerco: atraviesan a nado ríos caudalosos, y entonces no es difícil matarlos á palos. En los bosques se les mata á fusilazos, y no son muy comunes, aunque los perros rehúsan darles caza. . . Se defiende y aun con ventaja, de los animales más feroces, como son el Jaguar y el Cuguar [puma], etc., despedazándolos con sus garras, en cuyos músculos y tendones tiene gran fuerza, y mata muchos Perros, los cuales por esta razón no quieren acometerle. La gente plebeya de Cayena come la carne de este animal, no obstante ser negra, desabrida y magra.”


Tamanduá en lucha con un yaguareté.
Grabado de autor desconocido.
http://www.allposters.com/


Aquí surgen otros dos temas de polémica: las peleas con el yaguareté y las calidades culinarias de la carne del yurumí. Por mi parte recuerdo haber visto de chico una película en 8 mm y blanco y negro, si mal no recuerdo de los Estudios Disney, donde se ve un yaguareté intentando capturar sin éxito a un oso hormiguero que logra disuadirlo.

El jesuita Martin Dobrizhoffer  realizó interesantes observaciones efectuadas durante su estadía entre los indios abipones del Chaco argentino: él no come indistintamente todas las hormigas  junto con sus huevos sino sólo las que los guaraníes llaman Cupís  . . . por eso se las llama “del oso hormiguero” . . . en carencia de éstas, se satisface con gusanitos, insectos voladores, miel y carne desmenuzada. . . Los indios comen de su carne pero no con gran placer. El tiene en lo demás fuerzas gigantescas. Atacado por el tigre, lo recibe bien sea sentado, o bien, echado de espaldas con los brazos abiertos y lo ahoga.” Nos dice también que de jóvenes se amansan pero casi nadie los tiene porque comen mayormente hormigas “que hay que juntar trabajosamente” y que los indios “cazan anualmente innúmeros de ellos”.


YURUMI
Brehm,  Alfred Edmund. – 1895 - Life of animals. Volume 1,  Mammalia


Florian Paucke, otro jesuita que misionó entre los mocovíes, dice que “Los osos hormigueros (que tienen muy diferente aspecto que los osos en nuestros países del Norte) vagan no raros por los bosques en este valle.  . . Él camina y busca los grandes montículos de hormigas removidos en alto, mete la lengua puntiaguda (la que él puede sacar por más de una media vara para afuera de la dentadura) profundamente para dentro de las aberturas o agujeros por donde entran y salen las hormigas. Pronto se cuelgan las hormigas en todo derredor de la larga lengua redonda. Cuando el animal nota que las hormigas ya están pegadas, retira su lengua y las traga. Él hace esto hasta tanto él nota estar satisfecho.“  Los mocovíes como también lo hacían sus parientes, los abipones, usaban las fuertes cerdas caudales del oso a manera de peines, para lo cual arrancaban mechones de ellas y los unían a manera de cepillos.

Dibujo de Florian Paucke - Hacia allá y para acá




Por propia experiencia  indica que “su carne necesita ser asada o hervida durante toda una noche”, porque cuando los indios le trajeron uno: “Me alegré y creí poder tenerlo pronto asado. —No —dijeron mis indios — hoy no lo comerás, hasta la madrugada tendrás que aguantar. Un mal consuelo para mi estómago hambriento; tener que esperar aún por once o doce horas la comida. Tuve paciencia y debí distraerme el hambre mediante el sueño. Lo mismo ocurrió a mis indios, pues ellos pusieron el asado al fuego y esperaron hasta la mañana aunque comenzaron a probar en varias veces pero no fue posible comer un solo bocado. A la mañana temprano mis indios ya cortaron sus asados; yo quise probar lo mismo pero aún no pude morder ni un solo bocado ni siquiera cortar sin trabajo un pedazo del asado. Yo no pude hacer otra cosa que recortar la carne en pedacitos los más menudos como si estuviera picada y comerla de este modo. “Para su cofrade Sánchez Labrador, en cambio,  su carne “no es inferior a la de gordas terneras”. Como dice el refrán “sobre gustos no hay nada escrito” y quizás todo dependa del hambre del escritor.



Mello Pereira rescata un episodio de 1776, en que un oso hormiguero llegó a la corte española proveniente de Buenos Aires. El encargado del correo, Manuel Basavilbaso, se lo envió de regalo al rey Carlos III y “habiéndole visto S. M. em su mismo cuarto y viendo lo manso que es, há mandado se lleve a ese Sitio [del Retiro] para que le ponga em algún quarto, ó outro parage conveniente, y se le trate en comida y em todo lo demás”. El viajero irlandés John Talbot Dillon, pudo verlo ya embalsamado: “llamado por los españoles Oso Palmera . . .éste come carne, cuando se la corta en trozos pequeños, hasta una cantidad de cuatro o cinco libras.” Por esto de comer carne, incluso pensaron que se trataba de otra especie diferente del oso hormiguero que solo comía hormigas. Siendo la dieta inadecuada, el oso sólo sobrevivió hasta el 31 de enero de 1777: "Esta mañana, se encontró muerto, en la Leonera de este Sítio, el oso ormíguero, que enbiáron al Rey". Entonces se lo llevaron a Juan Bautista Bru, al Real Gabinete, el cual lo empajó quedando expuesto al público. El rey mandó hacerle una pintura que aún se conserva en el Museo de Historia Natural de Madrid y que fue reproducida por Dillon en su libro. Es una imagen mucho más exacta que las que se conocían hasta entonces y durante muchos años fue reproducida como modelo de esta especie.
       
El Osa Palmera de Buenos Ayres

Dillon, John Talbot, Sir  -1782 - Travels through Spain, with a view to illustrate the natural history and physical geography of that Kingdon . . .  London. R. Baldwin.

        

Veamos ahora al gran naturalista Félix de Azara quien aportó mucha información valiosa sobre este animal que conoció de primera mano. Dice que habita cerca de los esteros “porque allí abundan las hormigas. También entra en los bosques sin trepar a los árboles, y es escaso”.  Con respecto a sus virtudes medicinales dice que “usan con buen efecto su gordura para curar las mataduras a los caballos  . . . Su carne pasa por buena comida”. Y afirma que las hembras padecen una menstruación mensual “que parece que les incomoda mucho.” Critica a Buffon, “que no ha visto a la bestia, sino a su despojo”, especialmente porque cree en la vulgaridad de que se defiende del yaguareté con los pies “quando son incapaces de tal cosa. Por fin le hace duro para morir; y será así, si no le dan en la cabeza.”


Cuvier, Georges – 1817- Le règne animal distribué d'après son organisation. Paris.


El famoso anatomista y zoólogo Frédéric Cuvier, en varias de sus obras hizo referencia al oso hormiguero  advirtiendo que los naturalistas no se ponían de acuerdo sobre el número de especies que hay, pero él de acuerdo al material estudiado ve que hay una especie pequeña de cola prensil y otra grande de cola no prensil, además de que difieren en el numero de dedos. Los considera de “marcha muy lenta y con facultades de inteligencia muy limitadas . . . La principal alimentación del hormiguero, como lo hemos dicho, son las hormigas; pero todos los insectos le convienen, y se asegura que se lo puede alimentar en cautiverio con miga de pan, pedacitos de carne o de harina disuelta en agua, y es así que se los ha traído a Europa.”
“Este animal vive siempre solo, y no se reúne a su hembra más que en tiempo de los amores . . .  Cuando un hombre lo encuentra lo puede cazar como un animal domestico, sin que este animal monte en cólera; pero, una vez sujeto, su humor se manifiesta por los violentos movimientos de la cola. En fin, se lo puede vencer a golpes de palo con total seguridad y sin que él pueda por ningún medio sustraerse a la muerte.”


Sir Robert Hermann Schomburgk  naturalista y explorador británico, recorrió Guyana en 1835, y recogió otras interesantes observaciones que muestran al tamanduá no tan torpe como se lo creía:  “Corre con un trote peculiar y no es, como se lo ha descripto, lento en sus movimientos y fácil de capturar, porque al perseguirlo mantiene a un caballo a medio galope, y no se cansa fácilmente . . . Los movimientos de su lengua, alternativamente saliendo y entrando, son tan rápidos que ya no sorprende que un animal tan grande pueda saciar su apetito con insectos tan diminutos.”  Pero comprobó que no vive sólo de hormigas ya que encontró un milpies en el estómago de uno de ellos y tuvo a otro en cautiverio alimentándolo con carne picada. Luego describe la valentía con que la madre defiende a su cría lanzando zarpazos con una u otra mano e incluso colocándose de espaldas y golpeando con ambas manos. “Una persona muy creíble me ha asegurado que el Jaguar encuentra difícil dominar al oso hormiguero . . . Pasa frecuentemente que ambos combatientes quedan muertos en el lugar”. Parece que puede abrir la panza del asaltante con la sorprendente fuerza de sus garras aunque nunca lo creyó capaz de oponerse “al más feroz de los animales americanos”.

The Tamandua (Steadman, 1813)



Un poblador al descubrir una madre con su cría la persiguió a caballo “durante media hora”  hasta que logró capturarla con un lazo y, atrapada la cría, se la llevó a Schomburgk. Al principio la cría era muy arisca y se ocultaba en un rincón oscuro, y al acercársele se defendía golpeando con su mano. “Después de unos días, sin embargo, se acostumbró a su situación y una mujer india lo tomó a su cargo para alimentarlo con leche y mandioca y a veces termitas. Pronto mostró gran apego a ella, y la seguía como un perro”. Le gustaba que lo acunaran en brazos y al bajarlo al suelo emitía un gemido suave que si no se le llevaba el apunte se transformaba en un sonido áspero y rechinante. Trepaba con mucha habilidad por las piernas del naturalista por lo que supuso que en caso de necesidad treparía de la misma forma los árboles. Lamentablemente pese a estos cuidados la cría murió.
Finalmente con respecto a su carne dice que “es comida por muchas tribus nativas y también por los negros que consideran la piel como un gran manjar”. Al respecto Brehm, quien fue uno de los primeros autores en llamar la atención sobre la necesidad de proteger a los osos hormigueros debido a la gran destrucción que hacen de hormigas y termitas,  señalaba que “hay campesinos en Paraguay que creen que la piel es un remedio infalible para el lumbago y la ciática y para ello la colocan bajo las sábanas”. A fines del s. XIX ya había varios ejemplares en zoológicos europeos que vivieron varios años cautivos alimentándose de yema de huevo, carne, leche y polenta. Su extraño aspecto aterrorizaba a otros animales, especialmente a los monos, según nos cuenta Brehm. Y es interesante lo que Richard Owen comenta sobre un ejemplar cautivo en el zoo de Londres, el cual mató un conejo con sus garras y “lo despellejó para olfatearlo y recuperar con su larga lengua la sustancia jugosa que escapaba de las heridas que había producido en los tejidos del cuerpo de su víctima”.

Brehm,  Alfred Edmund. – 1895 - Life of animals



En 1870 Ernest Menault escribió un libro llamado L’intelligence des animaux (La inteligencia de los animales) y allí dice que el oso hormiguero “a menudo es descripto como ‘estúpido’” (ver el comentario anterior de Cuvier),  especialmente porque no puede correr rápido, pero eso es tan poco razonable como decir que “los hombres son tontos porque no pueden volar”. Antes bien “debemos admitir que el oso hormiguero usa sus herramientas especiales bien, es decir con inteligencia” para procurarse su sustento.  Para algunos zoólogos como Pierre Boitard, “su vida es solitaria y triste . . .[pero] tan dormilón como es, el tamanduá no deja de estar lleno de coraje, y se defiende con obstinación cuando lo atacan. ”


Henry Walter Bates, explorador del Amazonas, se encontró cierta vez sin provisiones frescas y los nativos le cazaron un tamanduá para comer. La carne fue hecha en estofado y “resultó muy buena, con un sabor un poco similar al ganso”. Sin embargo los nativos de ese lugar   (Caripi, cerca de Belem). “no probaron bocado, diciendo que no era adecuado para comer”. En una de estas cacerías uno de los osos hirió gravemente a Atrevido, el perro favorito de los cazadores.

En nuestra próxima entrada veremos algunos aspectos culturales  relacionados con estos interesantes animales.

Alex Mouchard

Nota (*) – Como el oso hormiguero no existe en Africa, “umbulu” podría ser el cerdo hormiguero – Orycteropus afer-, animal ecológicamente equivalente. Pero también era frecuente que los animales enviados por los naturalistas desde América hicieran escala en puertos africanos y allí podrían haber sido conocidos y designados con nombres locales.


&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


REFERENCIAS


-Azara, F. de -1802 - Apuntamientos para la historia natural de los quadrúpedos del Paragüay y Río de la Plata - Imprenta de la Viuda de Ibarra, Madrid.

-Bates, Henry Walter – 1864- The Naturalist on the River Amazons.

-Brehm,  Alfred Edmund. – 1895 - Life of animals. Volume 1,  Mammalia.

-Buffon -1749 - Histoire Naturelle, Générale et Particuliére, avec la Description du Cabinet du Roi. Tome Dixième. Imprimerie Royale.  Paris.

-Dampier, William - 1937[1691]- A New Voyage Round the World - Adam & Charles Black – London.

-Cuvier, Georges – 1817- Le règne animal distribué d'après son organisation : pour servir de base a l'histoire naturelle des animaux et d'introduction a l'anatomie comparée . A Paris :Chez Déterville.

-Dobrizhoffer, Martin – 1967 [1784] - Historia de los Abipones. Universidad Nacional del Nordeste. Resistencia (Chaco).

-Gumilla, Joseph – 1791 - Historia natural, civil y geografica de las naciones situadas en las riveras del rio Orinoco.

-Linnæus, C. 1758. Systema naturæ per regna tria naturæ . . . Holmiæ. (Salvius).

-Marcgrave, George & Willem Piso - 1648- Historia Naturalis Brasiliae...  Lugdun.
-Mello Pereira, Magnus Roberto de – 2013 - "Las cosas singulares de piedras, animales, plantas": la formación y el funcionamiento de la red imperial española de remesas centíficas en el Virreinato del Río de la Plata -  An. mus. paul. vol.21 no.1 São Paulo. 

-Paucke, Florian – 2010 [c. 1767] - Hacia allá y para acá. - 1a ed. - Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe.

-Sanchez Labrador, Jose – 1936- El Paraguay Cathólico. Viay y Zona Editores, 251 páginas.

-Seba, Albertus – 1734 - Locupletissimi Rerum Naturalium Thesaurus – 4 vol.

-Schomburgk, R. H. -1840 – Remarks on the Greater Ant-bear (Myrmecophaga jubata) - Annals of natural history 4:202. 

-Stedman, J. G. 1813. Narrative of a five years expedition against the Revolted Negroes of Surinam, in Guiana, on the wild coast of South America from the year 1772 to 1777. Vol II. London: J. Johnson.


lunes, 25 de junio de 2012

EL AI-AI O PEREZOSO Bradypus tridactylus, INVENTOR DE LA MÚSICA.


EL AI-AI, INVENTOR DE LA MÚSICA, Y EL PADRE KIRCHER

«Presintiendo sus futuros males
 o herida por un áspid de tristeza
 solloza, inconsolable, la pereza 
sobre los altaneros yagrumales»

Juan España Delgado, Mi Tierra, 1926.

“El perico ligero es el animal más torpe del mundo
Para andar cincuenta pasos necesita un día entero.
Tiene cuatro pies y uñas largas como de ave,
Y una cara casi redonda, como de lechuza
Y ojos pequeños y redondos y la nariz como de un monico,
.....................................................................................................
No muerde ni es ponzoñoso y no hay animal tan feo
Ni que parezca más inútil que éste”

Ernesto Cardenal, “Gonzalo Fernández de Oviedo viene a Castilla - El estrecho dudoso”.


          Athanasius Kircher, jesuita alemán, llegó a ser uno de los científicos más famosos del siglo XVII,  especialmente porque basaba sus investigaciones en el método experimental, desdeñando el saber escolástico que se impartía en aquellas épocas. Dotado de un conocimiento enciclopédico, su campo de acción abarcaba la medicina, la física, la etnografía, la lógica simbólica y la historia entre otras disciplinas. Fue un inquieto inventor y entre otras curiosidades ideó un sistema de proyección en colores, que puede considerarse antecesor del cinematógrafo, un reloj magnético, un megáfono, autómatas, y hasta un “piano de gatos”. En este extraño instrumento los gatos eran colocados en una serie de cajas, y al presionar las teclas un dispositivo les punzaba las colas produciendo un maullido. Afortunadamente Kircher nunca llegó a construir tal torturante piano. 


Portada de Musurgia del Padre Kircher.
Wikipedia

          En 1630 se produjo una terrible erupción del Vesubio, y no dudó en descender con una cuerda al interior del cráter para determinar sus dimensiones y su estructura interna. Sus trabajos de vulcanología los volcó en una conocida obra llamada El mundo subterráneo (1664 - 1665).  En 1650 publicó en Roma la obra Musurgia universalis, sive ars magna consoni et dissoni [Musurgia universal, o gran obra sobre la armonía y la disonancia], en dos volúmenes. Se la considera  una obra fundamental en musicología que  influyó en la escena musical de la época, especialmente sobre  Bach  y Beethoven. En ese trabajo postuló una teoría de los afectos, que confería a la música una dimensión terrena y laica, quitándole todo resabio teológico y destacando su influencia sobre la psique humana. Kircher consideraba que la música refleja las proporciones numéricas que regulaban la armonía del universo y que “la Naturaleza del universo no es otra cosa que Música perfectísima”,  un reflejo de Dios. En esa obra Kircher registró el canto de algunas aves con notación musical, anticipándose así a  la bioacústica. 



En esta lámina de Musurgia puede verse un gallo, una gallina con pollitos, un cuco, una codorniz y un loro diciendo “¡hola!” en griego




          En el capítulo dedicado a las voces de los animales Kircher mencionaba al  ay, pereza, perezoso, animal haut  o pigritia (= pereza, en latín). Describe al animal y lo ilustra con un grabado que obtuvo de un cofrade que había vivido en Brasil. Refiere que deja oír  su voz sólo de noche, la cual suena como “ha, ha, ha, ha, ha, ha!”. Son seis notas que suenan en una escalas ascendente-descendente:  do-re-mi-fa-sol-la-sol-fa-mi-re-do. La voz es emitida a intervalos regulares separados por una breve pausa, y tiene tal tonalidad que los españoles creían que había seres humanos gritando en los bosques de América. Es evidente que tanto este como otros animales vocingleros y nocturnos deben haber dado origen a gran cantidad de mitos y leyendas, tanto entre los indígenas como entre los mismos conquistadores.

          Agregaba Kircher que su grito “es tan conmovedor que mueve a la compasión; también se acompaña de lágrimas, que disuaden a cualquiera de lastimar tan miserable ser”.  También mencionaba que la fuerza de sus garras es tal, que aquello que agarra difícilmente puede ser liberado, así uno de estos perezosos, se agarró con sus patas a un perro y lo mantuvo así 4 dias hasta que el perro murió de hambre. Kircher admiraba esa voz y decía que “si la música se hubiera inventado en América, no dudaría en declarar que derivaría del canto maravilloso de este animal”. Pero veamos de dónde viene esta elogiosa afirmación de Kircher que dudosamente haya escuchado el canto del perezoso. Parece que hubiera leído a Gonzalo Fernández de Oviedo, el cronista mayor de la conquista de América, que ya había descripto minuciosamente al ai-ai, cuyos movimientos eran tan parsimoniosos, que los españoles «así como toparon con este animal le pusieron el nombre al revés de su ser, pues siendo espaciosísimo, le llamaron ligero», y más precisamente «perico o perrillo ligero».

          Y en su relato, recogido por los versos de Ernesto Cardenal que transcribimos al comienzo, asegura: “Yo lo he tenido en mi casa, e lo que supe comprender de aqueste animal es que se debe mantener del aire ... porque nunca se le vido comer cosa alguna, sino volver continuamente la boca hacia la parte que el viento viene”.  Relata que tuvo uno atado con una cuerda a un árbol durante 30 días y entonces hizo que lo  bajaran y no estaba mas flaco que cuando subió al árbol ni tenía ansias para comer. “Ni he visto hasta agora animal tan feo ni que parezca ser tan inútil”. Y entonces describe su voz que ” es muy diferente de todas las de los otros animales, porque de noche solamente suena. Y continuamente de tiempo en tiempo canta seis notas, una más alta que la otra, descendentes de tal forma que la primera es la más alta y las siguientes en un tono más bajo, como si un hombre cantara: “la – sol – fa - mi – re – ut [do]. Aunque la pronunciación todas seis veces sea “ha-ha-ha-ha-ha-ha” y tras una pausa de igual duración que el canto, vuelve a repetirlo y así  pasa la noche toda en esta su música”. Según Oviedo tal canto pudiera servir de inspiración al creador de la música: “oyendo aqueste animal el primero inventor de la música pudiera mejor fundarse para le dar principio”.

          El jesuita Juan Toro, profesor del colegio de Cartagena, repitió el experimento de Oviedo y le comunicó a Kircher, que tras tener un perezoso  atado a un poste durante 40 días sin comer ni beber aun permanecía vivo tras ese período.

          Decía el fraile Antonio Caulín, otro cronista de Indias del siglo XVIII, que «su aspecto es tan triste, y lacrimoso, que mueve à compasión à quien la mira». Observando un perezoso que tuvo en cautiverio determinó que  «se alimenta de hojas, y frutas, y no del ayre, como quieren algunos autores [obviamente se refería a Oviedo]; pues lo he tenido, y mantenido con hojas de yaurúmu [Cecropia peltata],  picháyur, y otros árboles; y lo he visto comer hojas de Tabaco curado».




Radau, R. -1875- La acústica ó los fenómenos del sonido


          A partir del dibujo que proporciona Kircher , que resulta un tanto antropomórfico y con una posición totalmente antinatural para este animal, podemos deducir sin embargo que se trataba de un perezoso de tres dedos y teniendo en cuenta la procedencia mencionada podemos inferir que se refería al perezoso bayo, que se distribuye por gran parte de Brasil y otros países de Centro y Sudamérica tropical.

          Linné  clasifico al perezoso de tres dedos en el orden Bruta de los mamíferos y lo agrupó junto al oso hormiguero, los armadillos y extrañamente también con los elefantes y manatíes. Lo denominó Bradypus tridactylus, o sea “pies lentos de tres dedos”.  En su estilo telegráfico resume información proporcionada por Oviedo y otros autores: “Se alimenta de hojas tiernas, principalmente de Cecropia; no bebe; teme a las lluvias. Trepa con facilidad, marcha muy lenta y penosamente, con dificultad da en un día 50 pasos; vuelve la cabeza como sorprendido; voz de seis notas ascendentes; un horrendo clamor;  miserables lagrimas”.

          George Marcgrave  fue uno de los primeros que pudo describirlo in situ, en Brasil.  Le da el nombre indigena de ai ,  y menciona el portugués priguiza [=pereza], el latín ignavus   y el alemán lupaert,  que significan "perezoso". “El animal es muy perezoso e inepto para caminar sobre un plano. Se sostiene con mucha fuerza donde quiera que pueda enganchar sus uñas. Cuando trepa pasea su mirada moviendo lentamente la cabeza levantada. Teme a la lluvia incluso a una leve. Las hembras viven aparte, contienen en si fetos de todo punto perfectos. Menciona también  el nombre tupí uná, que también significa “perezoso”.


Marcgrave, G. & Piso, W. – 1648 - Historia Naturalis Brasiliae

          
         Buffon , explica que el nombre brasileño  aï, es una onomatopeya de su grito 
a-i.  El explorador francés Jean de Léry lo registró como hay,  y Nieremberg, como haut. Como buen representante del iluminismo, el zoologo francés tenía una visión particular sobre las características de los animales, a los que otorgaba, vicios y virtudes morales a partir de sus características anatómicas y de comportamiento.  Este es su lapidario juicio sobre el perezoso:

         “La lentitud, una pena continua, y la estupidez son el resultado de esta extraña y torpe constitución (. . .) Todas estas circunstancias indican la miseria de los perezosos, y nos recuerdan a aquellos monstruos defectuosos, esos diseños imperfectos de la Naturaleza, los cuales, habiendo sido apenas dotados con la facultad de la existencia, no pudieron más que subsistir  durante un tiempo, y han sido eliminados de golpe de la lista de seres vivientes. Constituyen los últimos escalones en el orden de los animales provistos de carne y sangre.  Un solo defecto más agregado a los que ya tienen, hubiera impedido por complete su existencia”.  No cabía en las mentes racionalistas que la tan perfecta Naturaleza diera origen a un animal como el perezoso. Pero entonces Buffon, no sin cierta preocupación social, se pregunta: “¿Por qué no podrían algunos animales ser creados para la miseria, si en la propia especie humana, la mayor parte de los individuos están  sujetos al sufrimiento desde que vienen al mundo? Es verdad que el mal procede más de nosotros que de la  Naturaleza. Por cada persona infeliz a causa de haber nacido débil o malformada,  hay millones que se han vuelto miserables debido a la opresión de sus superiores.   La degradada especie de los perezosos  es quizás la única para la cual la Naturaleza ha sido poco amable, y que exhibe un cuadro de miseria innata (. . .) Se puede decir que todos estos seres son miserables, pero no infelices”.

          Por su parte André de Thevet  obtuvo esta información en Brasil: "Esta bestia, para abreviar, es tan deforme que es inimaginable y casi increíble para aquellos que no la hayan visto. La denominan haü, o haüthi, es del tamaño de una gran mona de África, su vientre es muy englobado hacia el suelo. Tiene la cabeza casi parecida a la de un niño, y la cara similar, como se puede ver en la siguiente figura tomada del natural. Al verse atrapada, emite suspiros como los de un niño afligido por el dolor. Su pelaje es ceniciento y peludo como el de un osito. No lleva más que tres uñas en las patas, de cuatro dedos de largo, con la forma de fuertes huesos de carpa, con los cuales trepa a los árboles donde permanece más que en tierra. Su cola es de 3 dedos de largo, teniendo bien poco pelo. Otra cosa digna de mencionar, es que a esta bestia jamás hombre alguno le ha visto comer, ni siquiera los nativos que han tenido mucho tiempo para ver si come, según ellos mismos me han dicho. Cosa que yo no hubiera creído, hasta que un capitán de Normandía, llamado De l'Espiné, y el capitán Mogneuille, nativo de Picardía, recorriendo un día un bosque de alto porte, dispararon un tiro de arcabuz contra dos de esas bestias que estaban arriba de un árbol, con lo cual ambas cayeron a tierra, una muy herida, y la otra solamente aturdida, la cual me regalaron. Cuidándola bien durante un lapso de 26 días, fue entonces que jamás quiso comer o beber; sino que estaba siempre en la misma postura. La misma finalmente fue estrangulada por unos perros que habíamos llevado allí con nosotros. Algunos creen que esta bestia vive solamente de hojas de cierto árbol, llamado amahut. Este árbol se eleva alto sobre todos los otros de este  país, sus hojas son pequeñas y delicadas.  Y porque acostumbran estar en ese árbol le llaman haüt"

          "Además se encariña mucho con el hombre al estar en cautiverio, no buscando más que trepar a sus espaldas, como si su estado natural fuera el de buscar siempre cosas altas, lo cual malamente pueden soportar los nativos, porque están desnudos, y porque estos animales tienen uñas muy agudas y más largas que las del león o la de cualquier otro animal que yo haya visto, tan recias y grandes son".

          Thomas Pennant, copiando a  Buffon,  observaba que si el ai-ai  “no puede encontrar fruta en el suelo, mira hacia arriba buscando un árbol bien cargado, y con gran esfuerzo trepa,: para resolver el problema de descender, arroja la fruta, y haciéndose una bola, se deja caer de las ramas”  donde queda a la merced de sus enemigos. Según Buffon como su carne no es del todo mala, tanto el hombre como los predadores van en su busca.  “Pero, aunque lentos, torpes, y casi incapaces de moverse, son obstinados, fuertes, y tenaces para vivir. El dolor [físico] sufrido por los perezosos, aunque muy intenso, parece no afectarlos realmente, porque su sensibilidad parece estar adormecida”.  Piso,el socio de Marcgraf, hizo al respecto un cruel experimento de vivisección y observó que el corazón, tras ser separado del cuerpo, siguió latiendo, vigoroso, por casi media hora; mientras las patas seguían contrayéndose lentamente.


Imagen evidentemente inspirada en el dibujo de Marcgrave
Carolus Clusius, Exoticorum libri decem  1605.


          Sobre la lentitud del perezoso, el explorador francés de Guyana, Renaud Desmarchais ironizaba diciendo que “no se necesitan galgos para cazarlos; una tortuga es suficiente”.  Y William Bates el naturalista inglés que recorrió el Amazonas,  afirmaba que los habitantes del gran río, tanto indígenas como descendientes de portugueses, consideraban al  ybyrete (= perezoso de tierra firme) como  modelo de pereza. De manera que entre ellos llamaban a los haraganes “bicho do Embauba" (= animal del ambay o Cecropia).


Perezoso de dos dedos o Unau 
Albertus Seba, Locupletissimi rerum naturalium.



          Alfred Russell Wallace le vió  una expresión triste y melancólica. “ Apenas podía arrastrarse por el suelo, pero parecía muy cómodo sobre una silla, colgándose del respaldo, las patas o los travesaños. Era un animal extremadamente tranquilo e inofensivo que se sometía a cualquier tipo de examen sin otra manifestación de descontento que un gemido melancólico. Dormía colgado con la espalda hacia abajo y la cabeza entre las patas delanteras. Su alimento favorito son las hojas de la Cecropia peltata (. . .) Tras permanecer tres días con nosotros, lo encontramos muerto en el jardín  (. . .)  Apenas había comido nada estando con nosotros, y por lo visto había muerto de hambre (. . .)  Los indios lo guisaron para su cena, y como consideran que su carne es muy delicada, yo la probé, encontrándola tierna y muy agradable”. Mencionó también que eran atacados con frecuencia por el águila harpía.

          Fernao Cardim dice con su particular ingenuidad “son muy feos, y la cara parece de mujer mal arreglada (. . .)  se alimentan de ciertas hojas de higuera y por eso no pueden ir a Portugal, porque como allí les faltan, mueren enseguida”

           
Ay un animalejo en tierra caliente, que llaman Perico ligero, la cosa más torpe que tiene el mundo, del tamaño de un gran gato. Éste anda en los árboles, y para andar una rama ha menester una hora; casi tiene el rostro como de persona; da unos gritos y quexidos de noche que parece una criatura. A este animal le da mal de coraçó, y así las uñas que tiene son buenas para tal mal, porque el se vale dellas quando le da; y en el lado del coraçon de arrimar con fuerza la uña, siempre le tiene llagado, y señalado; desto se tiene mucha experiencia; son muy rezios de morir”.

Vargas Machuca, Bernardo de, 1599. Milicia y descripción de las Indias. En Madrid: en casa de Pedro Madrigal.


          Alex Mouchard

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

REFERENCIAS

Bates, H. W. - 1864- The Naturalist on the River Amazons

Buffon, G.L.L. conde de. -1749-1788-   Histoire naturelle, générale et particulière

Cardim, F -1925- [1580] Tratados da Terra e Gente do Brasil. Rio do Janeiro.

Caulín, Fray Antonio – 1779 - Historia Corográfica, Natural y Evangélica de Nueva andalucía, Provincias de Cumaná, Nueva Barcelona, Guayana y Vertientes del río Orinoco. Caracas.

España, Juan - 1988 [1926] - Mi tierra. Empresa El Cojo. Caracas.

Fernández de Oviedo y Valdés, G. -1535- Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano.

Labat, J B - 1730- Voyage du Chevalier Des Marchais en Guinée, Isles Voisines, et à Cayenne, fait en 1725, 1726 et 1727.

Linné, C. -1766-Systema Naturae per Regna Tria Naturae, secundum Classes, Ordines, Genera, Species cum characteribus, differentiis, synonymis, locis. 12ª ed.

Marcgrave, G. & Piso, W. – 1648 - Historia Naturalis Brasiliae

Papavero, N., J R Pujol-Luz y J. Llorente-Bousquets- 2007- Historia de la Biología Comparada.

Pennant, T.  -1771- Synopis of quadrupeds

Radau, R. -1875- La acústica ó los fenómenos del sonido. Paris.

Salas, A. – 1968 – Para un bestiario de Indias – Losada, Bs. Aires.

Thevet, André -1878- Les Singularitez de la France Antarctique. Paris :Maisonneuve & Cie.

 Vargas Machuca, B. -1599- Milicia indiana.

 Wallace, A. R. -1889- Travels on the Amazon and Rio Negro

EL VENCEJO DE COLLAR (Streptoprocne zonaris), EL PREDICADOR Y LAS FANTÁSTICAS GOWRIES

    Este huésped del verano, el pequeño vencejo que vive en los templos, testimonia aquí, junto a su amada mansión, que el aliento del cie...