"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


Mostrando las entradas con la etiqueta DIBUJANTES. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta DIBUJANTES. Mostrar todas las entradas

domingo, 10 de febrero de 2019

EL PATAGÓN (Ochethorhynchus phoenicurus) Y ELIZABETH COXEN, LA TALENTOSA ESPOSA DE JOHN GOULD




“Me gustan tanto como las de Audubon”.


Prideaux John Selby

(carta a William Jardine, 26 abril 1831, refiriéndose a las láminas de “A Century of Birds from the Himalaya Mountains”)




Eremobius phoenicurus. Lámina de Elizabeth Coxen Gould

Darwin, C. The zoology of the voyage of H.M.S. Beagle. Part III - Birds, por John Gould.  London :Smith, Elder & Co. 1841.


DARWIN

El 23 de diciembre de 1833 Charles Darwin a bordo del Beagle llegaba a Puerto Deseado, sobre la costa patagónica de la actual Provincia de Santa Cruz. “La misma tarde bajé a tierra” – dice. Comenzó a recorrer los alrededores. Una llanura plana que presentaba “de trecho en trecho, manchones de hierba parda y coriácea, y algunos, aunque pocos, arbustillos espinosos”. Entre las pocas aves además de cóndores, jotes y bandurrias, observó en los valles “varias especies de insectívoros”. A una de ellas pertenecía un pequeño pájaro, el Patagón, que logró capturar y agregar a su colección.

“En su comportamiento general, el mismo parecido [a Furnarius y Opetiorhynchus (= Cinclodes)], junto con algunas diferencias, siempre me impactó.  Vive completamente en el suelo, y generalmente en lugares secos y estériles, recorre los matorrales dispersos, y a menudo vuela de uno a otro. Cuando se esconde en los arbustos levanta su cola, imitando en ese aspecto a Pteroptochos y Rhinomya [= Rhinocrypta]. Su grito es estridente, bastante reiterado, y muy parecido al de varias especies de Furnarius y Opetiorhynchus. El estómago de uno que abrí estaba lleno de coleópteros. Obtuve ejemplares de tres lugares de la costa de Patagonia; a saber, Puerto Deseado, San Julián y Santa Cruz; pero en ningún lugar es común” (Darwin, 1841) .


GOULD

En 1836, de regreso de su viaje, Darwin decidió entregar la mayor parte de su colección ornitológica de unas 468 pieles a la Zoological Society, de Londres. Los especímenes fueron entregados para su estudio a John Gould, tal como lo aclaró el mismo Darwin: “Cuando cedí mi colección de aves a la Zoological Society, el Sr. Gould amablemente se encargó de darme las descripciones de las especies nuevas y los nombres de aquellas ya conocidas”.

Gould que había empezado su carrera como jardinero paisajista era también un hábil taxidermista y había sido designado curador del museo de la Zoological Society. Su obra más conocida era la de haber embalsamado la jirafa que el pachá de Egipto, Méhémèt-Ali, había regalado al rey inglés, Jorge IV, y que había muerto tras dos años en cautiverio. Como antecedente en ornitología, había editado una colección de aves del Himalaya estudiada por Nicholas Aylward Vigors e ilustrada por su esposa Elizabeth Coxen Gould, nuestra protagonista. A ésta siguieron otras obras, especialmente “Birds of Europe” en 5 volúmenes, hasta que llegó a sus manos la colección de Darwin. Si bien Gould carecía de una educación superior formal, había adquirido a través de su trabajo en el museo una capacitación profesional en ornitología lo que le permitiría, a través de la clasificación de los especímenes y su localización geográfica, contribuir a la idea que estaba gestando Darwin sobre el origen de las especies.

Gould creó para el Patagón un género especial, Eremobius, “el que vive en el desierto” (del griego eremos: desierto, y bios: vida, sustento). Como nombre específico le aplicó phoenicurus, “cola roja” (del griego phoinikos: de color rojo púrpura, y oura: cola), describiendo “plumas de la cola pardo castaño en la base”.  Pero Gould no pudo terminar su trabajo con Darwin porque estaba encarando con su esposa un ambicioso proyecto: el estudio de las aves de Australia. “Debido al apuro ocasionado por su partida a Australia -una expedición de la cual la ciencia de la  ornitología obtendrá tan gran provecho— se vio obligado a dejar alguna parte de su manuscrito bastante incompleta, de modo que sin la posibilidad de comunicarme personalmente con él, me quedaron dudas en algunos puntos esenciales. El Sr. George Robert Gray, asistente ornitológico del departamento de Zoología del British Museum, se ha ocupado, de la forma más generosa de obviar esta dificultad, proporcionándome la información con respecto a algunas partes de la disposición general, e igualmente en el más complicado tema del conocimiento de qué especies ya han sido descriptas, y en el uso de los nombres genéricos adecuados” (Darwin, 1841). De tal forma Gray advirtió que el nombre Eremobius había sido previamente utilizado para un insecto ortóptero, y lo cambio por Enicornis, “ave extraña” (del griego hénikos: único, extraño, y ornis: ave). Actualmente se la ubica en el género de las bandurritas, Ochetorhynchus.

Finalmente la obra sobre las aves del viaje del “Beagle” fue publicada en 1841 con 50 láminas a color de algunas de las aves descriptas, realizadas por la esposa de Gould, Elizabeth Coxen. “Las ilustraciones adjuntas, que son 50 en total, fueron tomadas de bocetos hechos por el propio Sr. Gould, y realizadas en piedra [litográfica] por la Sra. Gould, con tan admirable éxito, como el que ha logrado en todos sus trabajos” (Darwin, 1841). Valga este reconocimiento de Darwin en el “Aviso” del libro, ya que en las láminas no figura el nombre de Elizabeth.


Retrato de Elizabeth Coxen Gould con una Cocotilla australiana (Nymphicus hollandicus)​.
Pintada por un artista desconocido tras su muerte.
Colección privada de su bisnieto Dr. Adan Edelsten.
http://nla.gov.au/nla.obj-150672913/view
https://aunl.org/



ELIZABETH

Elizabeth Coxen fue educada como una típica mujer de la Inglaterra victoriana, incluyendo algún entrenamiento en dibujo, pintura, música, idiomas y botánica. Una muchacha culta, talentosa y encantadora. Tras un breve trabajo como institutriz de una niña, durante el cual parece que se aburría bastante, Elizabeth conoció a John  Gould, a través de su hermano Charles Coxen que también se dedicaba a la taxidermia y era vecino y amigo de John.  Probablemente habrán paseado por el Jardín Zoológico de la Zoological Society, en cuya sede Gould alquilaba habitaciones. En enero de 1829 se casaron, teniendo ambos 24 años.  Elizabeth, aunque muy indispuesta por un embarazo malogrado,  empezó a dibujar aves para algunos clientes de John, lo que representaba un ingreso extra para la pareja.

Gould que tenía un espíritu muy emprendedor se había dado cuenta de que la litografía era un método de impresión que permitía obtener láminas de aves con más matices y un aspecto más vital que el grabado en metal que daba un aspecto de rigidez a las aves dibujadas.  Conoció al artista y poeta Edward Lear  que dominaba esta técnica. El mismo Gould era un mediocre dibujante pero tenía capacidad para captar a las aves en la naturaleza, su actitud, su postura, detalles de coloración y de la vegetación circundante. Mediante bocetos, esquemas y notas lograba transmitir esa información a sus dibujantes.  Por ello instó a su esposa a aprender con Lear lo secretos del dibujo de aves sobre piedra litográfica, además de diseño, composición y el estilo necesario para hacer parecer a las aves vivas.  Gracias a las enseñanzas de Lear comenzó una carrera como ilustradora de aves que la llevaría a realizar más de 650 láminas entre las que se encuentran algunos de los mejores exponentes del arte pictórico ornitológico del siglo XIX.

La primer parte de “A Century of Birds from the Himalaya Mountains” se publicó casi con el nacimiento de su primer hijo. La obra se vendió por suscripción y tuvo gran éxito, lo que permitió aumentar la independencia económica de la pareja y encarar otros proyectos. Siguió “Birds of Europe”, notable por los fondos naturalísticos, en la cual Elizabeth aportó las láminas de paseriformes y Lear, el resto. Paralelamente se ocupó del mencionado trabajo con Darwin.

Criticado por ser nada más que un ornitólogo de gabinete, Gould advirtió qué escaso era el conocimiento sobre las aves de Australia, a pesar de que hacía ya 50 años que los ingleses estaban instalados allí. Entonces concibió el proyecto de viajar a la lejana isla para obtener información para una gran obra sobre sus aves. Su amigo y cuñado Charles, se había radicado en New South Wales (Australia) con su esposa, ambos interesados en las ciencias naturales, y le habían enviado centenares de especímenes que los Gould publicaron en  “Synopsis of the Birds of Australia” (1837-38). Charles y su hermano Joaquin lo estimularon a realizar el viaje.  Pero no fue fácil convencer a Elizabeth de acompañarlo, porque ya tenían cuatro hijos para criar. Con gran dolor de Elizabeth, decidieron dejar a los tres menores, Charles (quien habría de ser geólogo, viajaría por Sudamérica y moriría en Montevideo),  Eliza y Louisa (de sólo seis meses), al cuidado de la madre de Elizabeth, en Londres. Fue muy angustiante para ella dejar a sus hijos y a su madre, incluso enfermó y estuvo a punto de no viajar. Finalmente los esposos se embarcaron junto con su hijo mayor John Henry (futuro médico y ornitólogo en la India), un sobrino, John Gilbert (colector y colaborador de Gould), Mary Watson (una doncella para ayudar a Elizabeth) y un sirviente. Todos sus asuntos en Inglaterra quedaron bajo el cuidado de su devoto y sacrificado secretario Edwin Prince, quien más de una vez le reclamaba por recibir de él sólo noticias de aves y muy poco de los demás asuntos, incluyendo el estado de su esposa.

Enicornis phoenicura. Dibujo de John Gerrard Keulemans

Scott, WED & Sharpe, RB.  Reports of the Princeton University Expeditions to Patagonia, 1896-1899. Volume II—Ornithology. Part IV. Stuttgart : Princeton, N. J. The University. 1915.


Los viajeros llegaron a Hobart (Tasmania) en 1838, donde Elizabeth habría de permanecer en la casa del gobernador John Franklin, futuro y malogrado explorador del Ártico, y de su esposa Jane.

“Sin embargo, sería una falta en cortesía y gratitud, si no reconociera especialmente la cálida amistad, y los muchos actos genuinos de amabilidad que recibí de parte de mis apreciados amigos Sir John y Lady Franklin, quienes, además de facilitar de todas formas mis asuntos, tanto públicos como privados, con la mayor generosa hospitalidad me recibieron a mí y mi familia en su casa, donde la Sra. Gould y mi hijo mayor, que me acompañaban, permanecieron casi diez meses” (Gould, 1848 )

Durante el viaje en barco y su estadía en tierra, Elizabeth  no dejó de dibujar para reunir material para la obra, realizando incluso los bocetos y diseños. Además hizo dibujos a lápiz y acuarela de diversas plantas nativas, muchas de ellas del jardín botánico de la Sra. Franklin, los que habría de usar para los fondos de las láminas de aves. “Durante su ausencia estoy dibujando tantas plantas nativas como puedo, quiero decir ramas de árboles, algunas de las cuales son muy lindas” (Elizabeth Gould).

Pero además de ello durante su estadía allí llevo adelante un nuevo embarazo y el nacimiento de su hijo Franklin Tasman “un muchacho prodigioso”, con la asistencia de su ya amiga Jane. Mientras tanto, malas noticias llegaban desde Londres, Louisa, la pequeña que había quedado allí con su abuela, sufría una enfermedad consuntiva y según el médico de la familia “no se creía posible que sobreviviera”. En cada carta a su madre Elizabeth se lamentaba por sus lejanos vástagos: “Mi querida y pequeña Louisa también está justo en una edad crítica, con toda probabilidad sacando los dientes. No me olvidé del cumpleaños de mi querida. Bendigo sus queridas caritas. Como adoro recordar sus miradas en lo profundo de mi mente…”. 

Más preocupación se agregaba a la sufriente Eliza (como la llamaba Gould)  por las correrías de su marido, no exentas de peligro, ya que tres de sus colaboradores (incluyendo a Gilbert) habrían de morir a manos de los aborígenes en distintos episodios. Además de Tasmania, Gould realizó viajes de colección desde Hunter Valley, en Nueva Gales del Sur, donde su cuñado Charles poseía la finca Yarrundi. Recorrió el vecino Liverpool Range, Namoi y, en Adelaida, Mount Lofty, Murray Scrubs, y la isla Kangaroo. Finalmente fue en busca de Elizabeth y viajaron ambos a Yarrundi donde permanecieron algunos meses, acompañándola ella en algunas excursiones como a la isla Mosquito (Queensland).

En 1840 regresaron a Inglaterra. Allí Elizabeth, mientras cursaba su octavo embarazo, trabajaba intensamente en los dibujos de “The Birds of Australia”. Sin embargo no pudo terminar esta tarea pues, tras dar a luz a su hija Sarah, falleció de fiebre puerperal en agosto de 1841.  Una vida breve sometida al esfuerzo de numerosos embarazos y a un intenso trabajo de producción de dibujos para las obras de su marido. Preocupado por la salud de Elizabeth, Lear comentaba que con su cuarto hijo en tres años ella “sufrió un trabajo de parto prematuro, de una forma tan peligrosa como para no dar esperanzas sobre su vida; sigue aun estando internada, hasta antes de ayer, y aunque por supuesto con vida, todavía está en peligro inminente”.

Gould quedó muy consternado por la pérdida de su compañera y colaboradora, teniendo además que enfrentar la crianza de sus hijos. Sin embargo, hombre emprendedor, reorganizó su equipo con nuevos dibujantes y colaboradores como Henry Constantine Richter, Joseph Wolf y William Hart.

Henicornis phoenicura

Chenu, JC. Encyclopédie d'histoire naturelle. Oiseaux 3. Paris :Maresq [1851-1860].


OBRA Y RECONOCIMIENTO

Apasionado por sus proyectos Gould se concentraba tanto en su trabajo, que parecía indiferente ante la situación que travesaban sus seres más queridos y al esfuerzo a que se veía sometida su esposa. Fue criticado por el deficiente o nulo crédito que dio a Elizabeth. Edward Lear que lo consideraba, más allá de cierta bonhomía, como un hombre “áspero y violento”, opinaba que “debía todo a su excelente esposa, y a mí mismo, sin esta ayuda en los dibujos no hubiera hecho nada”.  Pero, Elizabeth calló sobre este punto y en sus cartas nunca mostró disconformidad con su esposo.

Durante su breve vida Elizabeth realizó:

-las 80 láminas de “Century of Birds from the Himalaya Mountains” (1830-32). Aparece acreditada en las mismas con una nota que dice “Dibujado del natural y en piedra por E. Gould” pero sin su firma. Vigors, que ayudó con la taxonomía de la colección  dedicó una nueva especie, el bello Suimanga, Cynniris [=Aethopyga] gouldiae, “a la Sra. Gould, que ejecutó las láminas de estas aves himalayas”.

-380 láminas de The Birds of Europe (1832-36),  obra en la cual mediante el estudio de ejemplares taxidermizados y vivos logró dotar a sus figuras de una mayor plasticidad. Los créditos expresan “Dibujado del natural y en piedra por J. & E. Gould”, dado que John reclamaba por el diseño de las láminas, aunque se han encontrado una cantidad de bocetos realizados también por su esposa. Esta obra requirió cinco años para su preparación durante los cuales Elizabeth llevó adelante cinco embarazos, dos de ellos malogrados. En el prefacio Gould decía “Quizás se me permita agregar, que no sólo la mayor cantidad por mucho de las láminas de este trabajo [el resto eran obra de Lear], sino todas las de «Century of Birds», de la «Monograph of the Trogons» y por lo menos tres cuartos de las de «Monograph of the Toucans» han sido dibujadas y litografiadas por la  Sra. Gould, a partir de bocetos y diseños hechos por mí y tomados del natural” (Gould, 1848).

-la mayor parte de las 36 láminas de “A monograph of the Trogonidae, or family of trogons” (1834-36). En las láminas dice “Dibujado del natural y en piedra por J. & E. Gould”. 

-24 láminas de “Monograph of the Ramphastidae” (1834), que en la edición alemana se adjudican a I.[ohannes ?] Gould.

-50 láminas de la obra de Darwin “Voyage of HMS Beagle” (1838), sin firma pero con el reconocimiento de Darwin que ya hemos visto.

-20 láminas para “Icones Avium” (1838), con la leyenda “Dibujado del natural y en piedra por J. & E. Gould”. 

-120 láminas for “Synopsis of the Birds of Australia and the Adjacent Islands” (1837-38), sin firma, más 18 láminas no publicadas.

-84 láminas de las más de 600 láminas de Birds of Australia (1840-1848). Aquí Elizabeth alcanzó el mejor nivel de su carrera.  Además de sus magníficos dibujos, verdaderas obras de arte, produjo muchos bocetos con diseños originales. Sus dibujos inconclusos sirvieron de base para que Henry Constantine Richter completara la parte gráfica de esta producción que se publicó en siete volúmenes. Los créditos señalan “J. & E. Gould del et lith”, es decir “Dibujado y litografiado por J[ohn] y E[lizabeth] Gould”. En el prefacio Gould escribió: “Al concluir mi «Birds of Europe», tuve el agradable deber de establecer que casi la totalidad de las láminas habían sido litografiadas por mi amable esposa.  Tendría la felicidad de hacer una afirmación similar con respecto al trabajo previo; pero ¡ay! No es el caso, habiéndole agradado al Sapientísimo Hacedor de Sucesos llevársela del mundo sublunar en el corto lapso de un año tras nuestro regreso de Australia,  habiendo hecho durante su estadía en ese país una enorme cantidad de dibujos, tanto ornitológicos como botánicos, por medio de su inimitable mano y lápiz”. 

Gould le dedicó una especie a la que lamentablemente se la asocia con él y no con Elizabeth,  es el bello Diamante de Gould (Amadina [=Chloebia] gouldiae). En la dedicatoria, con palabras que expresan con mayor énfasis su amor, su dolor y tal vez su admiración, decía: “Es por lo tanto que, con sentimientos de naturaleza nada común, me he animado a dedicar este nuevo y adorable pajarito a la memoria de aquella, que además de ser una esposa tan afectiva, durante una cantidad de años trabajó tan duro y tan celosamente me asistió con su lápiz en mis diversos trabajos, y quien, tras haber circunvalado la Tierra conmigo y enfrentado muchos peligros con un coraje sólo igualado por sus virtudes, mientras alegremente se ocupaba de ilustrar la presente obra, fue llamada por la divina voluntad de su Creador desde éste a otro mundo más brillante y mejor; y estoy seguro que al dedicar esta ave a la memoria de la Sra. Gould, tendré la completa aprobación de todos aquellos que la conocieron personalmente, así como de aquellos que sólo la conocieron como artista a través de sus delicados trabajos”.

Pero obsérvese que, a pesar de estos reconocimientos, el nombre de Elizabeth no es pronunciado, su presencia queda oculta en medio de la complicada retórica victoriana con el apelativo “Sra. Gould”. Su marido, evidente autor intelectual de las obras, se resistía a darle un lugar en la autoría de esos trabajos, que más allá de su valor científico se vendían a un alto precio especialmente por la gran belleza de sus láminas, muy apreciadas por los bibliófilos. Aún hoy en día el valor de estos libros es tan alto que en las subastas muchas veces son desmembrados para vender las láminas por separado, considerando que hay pocos candidatos para la compra de la obra completa y que se obtendrá un mejor resultado final al subastar las láminas sueltas.

                                                           ALEX MOUCHARD



LOS NOMBRES DEL PATAGON

Los pájaros pequeños no suelen recibir nombres específicos de parte de las distintas culturas que conviven con ellos. Especialmente si su plumaje, comportamiento y demás características no son destacados, como ocurre con estos furnáridos. En estos casos los nombres son "librescos", es decir dados por ornitólogos debido a la necesidad de ponerle un nombre en el idioma local.

El nombre de Patagón se refiere indudablemente a la zona geográfica donde habita, siendo prácticamente endémico de la Patagonia.

También se le ha dado el nombre de Turco (Zotta,1938) o Turca. Este parece ser una confusión con un ave chilena el Pteroptochos megapodius del que ya Darwin informaba: “es llamado por los Chilenos «El Turco». Sobre el mismo, Claudio Gay señala: “Su nombre proviene de la palabra turco, que pronuncia bastante distintamente y muchas veces de seguido”. Si bien pertenece a otra familia (Rhinocryptidae) se asemejan ambos en la forma de levantar la cola y correr velozmente por el suelo, aunque habitan ambientes diferentes.

El nombre Bandurrita Turca (Zapata, 1967) asocia el nombre anterior al de Bandurrita que  se da a varios furnáridos de los géneros Upucerthia y Ochetorhynchus, probablemente por el pico curvo de algunas de ellas que recuerda al de las bandurrias (Género Theristicus), si bien el Patagón tiene el pico recto como bien señalaba Rodulfo Philippi (An. Mus. Nac. Chile, 15, 1902): “No comprendo como el Señor Desmurs quiere confundirla [a Ochetorhynchus ruficauda] con el Eremobia phoenicurus de Gould, que tiene el pico mui derecho". 


Finalmente como nombre patrón se ha elegido Bandurrita Patagónica (Navas, 1995) y también ha recibido el de Bandurrita de Cola Negra debido al extremo negro de las timoneras.  





-Ashley, Melissa -2016- Biographical Sketch of Elizabeth Gould.    https://melissaashley.com.au/2016/06/15/biographical-sketch-of-elizabeth-gould/
-Ashley, Melissa -2013- Leaves of a diary: Searching for Elizabeth Gould in the archives of the Mitchell Library. Text 17(2). http://www.textjournal.com.au/oct13/ashley.htm
-Darwin, Charles –1983– Viaje de un naturalista alrededor del mundo. 2 vols. Madrid :Akal.
-Darwin, Charles –1841- The zoology of the voyage of H.M.S. Beagle ... during the years 1832-1836. Part III.  Birds, por John Gould. London :Smith, Elder & Co.
-https://es.wikipedia.org/
-https://www.biodiversitylibrary.org/
-Gay, Claudio –1847- Historia Física y Política de Chile. Zoología. Tomo Primero. Paris.
-Gould, John –1837- The Birds of Europe. London.
-Gould, John –[1840]-48- The birds of Australia. London.
-Lemmer, Leone & Stephens, Matthew – 2018 - Elizabeth Gould (1804-1841). https://australianmuseum.net.au/learn/collections/archives/john-gould/elizabeth-gould-1804-1841/
-Navas, J et al. –1995- Lista patrón de los nombres comunes de las aves argentinas. Asociación Ornitológica del Plata.
-Newman, Alexandra K. – 2018- Elizabeth Gould: An Accomplished Woman. https://blog.library.si.edu/blog/2018/03/29/elizabeth-gould-an-accomplished-woman/
-Tree, Isabella –1992 – The ruling Passion of John Gould. New York :Grove Weidenfeld.
-Zapata, ARP –1967– Aves de Puerto Deseado. Hornero 10: 374. Asociación Ornitológica del Plata.
-Zotta, AR -1938-Lista sistemática de las aves argentinas. Hornero 7:107. Asociación Ornitológica del Plata.

jueves, 2 de enero de 2014

EL LAGARTO OVERO (Salvator merianae): MARIA Y EL SALVADOR

María Sibylla Merian y el lagarto overo 

(Salvator merianae)



El lagarto está llorando. 
La lagarta está llorando. 
El lagarto y la lagarta 
con delantalitos blancos. 

Han perdido sin querer 
su anillo de desposados. 
¡Ay, su anillito de plomo, 
ay, su anillito plomado! 

      El lagarto está llorando
            Federico García Lorca





Lagarto overo
Foto de Alex Mouchard



     Admiro mucho a las mujeres que sobreponiéndose a las restricciones y discriminaciones de su época han logrado sobresalir en el campo de la cultura. Por eso cuando me enteré que nuestro lagarto overo (Salvator merianae) llevaba ese nombre científico en honor de una de las pocas mujeres que incursionó en el estudio de las ciencias naturales en el siglo XVII, decidí escribir esta entrada para dar a conocer su vida.


MARIA

     María Sibylla Merian (1647-1717) creció en Frankfurt am Main, en medio de una familia de artistas de origen suizo. Su padre era un conocido grabador y autor de numerosos mapas de Europa, Matthäus Merian el Viejo. Una de sus abuelas estaba casada con Johann Theodor de Bry, un orfebre, grabador, autor,  y editor de libros ocultistas y de viajes a América. Cuando Matthäus, en su lecho de muerte, le auguraba un gran talento a su pequeña hija de sólo tres años de edad, no se equivocaba.

     Este bagaje familiar de alguna manera le marcó un rumbo a María y gracias a que su madre, Johanna Catharina Hein, se casó con el pintor de flores Jakob Marell, logró bajo la dirección de éste una gran destreza en las técnicas de dibujo, pintura al óleo, acuarela y grabado.  Lo cierto es que a los 13 años María, devenida en precoz entomóloga, documentó en su cuaderno escolar la metamorfosis de los gusanos de seda que observaba en el jardín de su casa.


      Desde mi juventud estuve interesada en el estudio de los insectos. Comencé con los gusanos de seda en mi ciudad natal, Frankfurt am Main; luego observé las mucho más hermosas mariposas y polillas que se desarrollaban de otros tipos de orugas. Esto me llevó a coleccionar todas las orugas que encontraba para estudiar sus metamorfosis. Debido a esto me sustraje de toda compañía humana y me concentré en esas investigaciones. Al mismo tiempo, quise ejercitarme en las pintura para dibujar todas estas transformaciones del natural y trabajando en el atelier de mi maestro, dibujarlas en vivo y representarlas en sus colores originales.


     Ya era muy llamativo para aquellos años que se interesara en los insectos. En efecto, la Iglesia Católica consideraba a estos animales bestias del diablo  y aplicaba exorcismos contra ellos. Para los anglosajones las mariposas eran brujas que robaban pan y manteca (de allí el nombre inglés butterfly: mosca de la manteca). Pero María era muy observadora y al contrario de las teorías dominantes en la época sobre la generación espontánea de los insectos, ella había observado que las orugas nacían de huevos depositados por las mariposas y luego se transformaban en crisálidas y éstas, en mariposas, y estas transformaciones habrían de convertirse en la pasión de su vida.


María Merian. Grabado de Johann Rudolf Schellenberg, en  Füssli,Johann Caspar - «Geschichte der besten Künstler in der Schweitz», Zürich 1769–1779
.http://commons.wikimedia.org/wiki/File:MS_Merian_by_JR_Schellenberg.jpg



     A  los 18 años se casó con Johann Andreas Graff, otro alumno de Marrel, con el que tuvo dos hijas Johanna Marie Helène y Dorothée Marie Henriette. Parece que su marido tenía conductas impropias que las obligaron a mudarse a Nuremburg donde María trabajó como profesora de dibujo y eximia bordadora. Justamente esta artesanía la llevó a publicar entre 1675 y 1677 un Libro de las Flores, Blumenbuch , una colección de dibujos sin texto para ser usados como patrones de bor

dado. Pero además ella seguía reuniendo material para su tema predilecto: la metamorfosis de las orugas. Así fue que en 1679 y 1683 publicó en latín Erucarum ortus, alimenta, et paradoxa metamorphosis (La maravillosa transformación de las orugas, su jardín y su alimento), un completo estudio de los lepidópteros de su región. A María no le interesaba coleccionar mariposas sino estudiar la generación, reproducción y transformación de los animales, y cómo uno emerge de otro, y las propiedades de su comida. La traducción de la obra al alemán, holandés y  francés contribuyó mucho para su difusión y éxito. Este trabajo fue una innovación comparado con las ediciones zoológicas del momento; los insectos estaban representados no como mera decoración sino con  una gran fidelidad así como las plantas sobre las que viven y se alimentan. Tuvo un concepto que hoy llamaríamos ecológico al componer los animales en su medio ambiente y aunque no usó nomenclatura científica, las ilustraciones y textos eran tan precisos que los zoólogos como Linneo pudieron identificarlos .


     En 1681, su padrastro murió y María regresó a Frankfurt con sus hijas y esposo para hacerse cargo de sus propiedades. De familia calvinista, ella creía en el destino divino que le era comunicado a través de la palabra o las acciones de otros, pero luego ingresó a la secta de John Labadie, un protestante nativo de Guyana, y entonces comprendió que podía comunicarse directamente con Dios, sin intermediarios. Los labadistas propugnaban un trato igualitario para hombres y mujeres, con lo cual seguramente María adquirió más independencia para tomar sus propias decisiones.  La colonia labadista, donde ya vivía su hermano Caspar, tenía sede en el castillo del gobernador de Surinam (Guayana Holandesa), Cornelis van Aerssen van Sommelsdijck. Su gabinete de mariposas exóticas y quizás el interés por conocer la patria de Labadie debe haber estimulado en ella la idea de viajar a los trópicos.


     Comenzando una nueva vida, María obtuvo el divorcio de su marido que la había denunciado como esposa escapada con los labadistas, y retomó el apellido familiar Merian. No obstante se le presentó un problema: no se le permitía hacer trabajos artísticos, que eran considerados como una actividad superflua y destinada al placer, de modo que María inició una nueva mudanza con sus hijas, esta vez a Amsterdam. Esta ciudad tenía entonces un gran movimiento cultural y científico. En esa época vivían allí Anton van Leewuenhoek, Jan Swammerdam, Rubens y Rembrandt. Se relacionó con el botánico Caspar Commelin, director del Jardín Botánico y en su casa, transformada en laboratorio y atelier, recibía la visita de naturalistas y coleccionistas, como su yerno Jacob Hendrik Herolt, quien como comerciaba con firmas de Surinam había adquirido una interesante colección de mariposas tropicales.


     «En Holanda, constaté con mucha sorpresa que se importaban bellos animales del las Indias Orientales y Occidentales, haciéndome el honor de permitirme consultar particularmente la preciosa colección del eximio doctor Nicolaas Witsen, burgomaestre de Amsterdam y director de la Sociedad de las Indias Orientales, además la del noble señor Jonas Witsen, secretario de la misma ciudad. Incluso, pude observar la colección del señor Frederik Ruysch, doctor en medicina y profesor de anatomía y botánica, y la del señor Livinus Vincent y de muchas otras personas. ( . . .)  En estas colecciones encontré innumerables insectos, pero al final, siendo su origen y reproducción desconocidos, surge la pregunta de cómo se transforman, a partir de las orugas y crisálidas. Todo lo cual, al mismo tiempo, me llevó a emprender un largamente soñado viaje a Surinam.

     El famoso físico y entomólogo René Antoine Ferchault de Réaumur opinaba que era un notable fenómeno ver a una dama imbuida de una afición por los insectos verdaderamente heroica, como para inducirla a atravesar los mares con el propósito de pintarlos y describirlos.


    María continuó pintando mariposas, hormigas y arañas, para obtener fondos para su viaje, que era un proyecto insólito para una época en que los viajes científicos eran sumamente raros y más aún por parte de una mujer. Finalmente en 1699, a los 52 años, una edad que en ese entonces se consideraba avanzada, María con un préstamo de la ciudad de Amsterdam inició su viaje a Sudamérica, acompañada por su hija menor Dorothée, con destino a la colonia holandesa de Surinam. Fueron tres meses de navegación llenos de incomodidades hasta llegar a la costa de Guayana, donde remontaron el río Surinam y se establecieron en la capital, Paramaribo.  Durante dos años estudiaron allí la flora y fauna tropicales, dibujando y tomando notas de la vida y comportamiento de los insectos, de las plantas que los alimentaban, de su medio ambiente y sus nombres locales.
Surinam era originariamente una colonia inglesa que le fue cambiada a los holandeses por la isla de Manhattan y cuya actividad básica era el cultivo de la caña de azúcar, por lo cual el 90% de su población eran esclavos negros traídos con ese fin. Además había algunos indígenas (caribes y arawaks)  y europeos, incluyendo piratas y aventureros que llegaban en busca de la fabulosa región de El Dorado.


     Durante sus investigaciones, María no recibió  ninguna  ayuda de parte de los residentes europeos que, según apuntó, sólo estaban interesados en la caña de azúcar. Pero colaboraron con ella  los indígenas y esclavos, que subían a los árboles para traerle las ramas más altas con una nutrida población de insectos. Además ellos le transmitían sus conocimientos sobre las plantas, flores y frutos, las aves, serpientes y moluscos. Así logró describir y pintar una cantidad de animales y plantas del interior de Surinam desconocidos hasta entonces en Europa, como es el caso de nuestro lagarto overo. Además le informaron que las semillas de la flor del pavo, malinche, o  framboyán (Flos pavonis, hoy Delonix regia) eran usadas como abortivo por las indígenas y esclavas para evitar tener hijos que resultaran esclavizados por los europeos. En la primavera de 1700, durante la temporada de lluvias, remontó en canoa el río Surinam unas cuarenta millas hasta Providence en busca de orugas, huevos  de cocodrilos y serpientes, que conservó en alcohol o desecados.


     Escribiría más tarde En ese país reina un calor tórrido y cada tarea representa un enorme esfuerzo; arriesgué mi propia vida en ello, y no sin razón, porque afectada de malaria, al año siguiente tuvo que regresar a Europa llevando numerosos dibujos, acuarelas, cajas con insectos desecados, frascos con cocodrilos y serpientes en alcohol y huevos de lagartos. En Amsterdam, preparó 60 láminas en color para su libro sobre Surinam, Metamorphosis Insectorum Surinamensium, publicado en 1705. Estas láminas fueron consideradas muy superiores a cualquier otra que se hubiera visto antes. Su presentación era muy novedosa respecto de las frías láminas de disecciones de Hooke, Swamerdam o Malpighi.


Frontispicio de Metamorphosis Insectorum Surinamensium. 1705.
Se observa a la izquierda a María  con su libro al pie y a una cantidad de niños revisando los materiales. Al fondo un paisaje de Guyana


     “Al realizar esta obra, dense cuenta que no me fijé en cuánto podía ganar, no apunté a ganar, contentándome sólo en recuperar los gastos incurridos. No escatimé en gastos para hacer este trabajo. Hice grabar las planchas por un famoso maestro y me he procurado el mejor papel para dar satisfacción y placer no sólo a los amantes del arte, sino también a los aficionados a los insectos y me siento feliz por haber alcanzado mi meta y por haber proporcionado esta alegría.


     La gran precisión de las láminas junto con los motivos de nuevas plantas e insectos y su estilo exquisito le dieron gran fama pero sin embargo no se vendieron lo suficientemente bien como para permitirle pagar sus deudas y por eso tuvo que vender las colecciones obtenidas en Surinam. Finalmente murió pobre,  en 1717, tras haber sufrido, unos años antes, un ataque cerebral que la había dejado con una parálisis parcial.


     María dejó dos testamentos, una demanda, algunas acuarelas, 4 libros sobre insectos y uno sobre flores, otro libro con pinturas varias, muchas notas y 17 cartas, que intercambiaba con familiares, con el naturalista James Petiver,  y con su alumna Clara Imhoff.  En general tratan de cuestiones familiares y de detalles técnicos como la preparación de barnices.


     Muchos hombres ilustres admiraron a María Merian, entre ellos Goethe, Leibniz y el emperador de Rusia, Pedro el Grande, quien adquirió muchas de sus pinturas para los museos de San Petersburgo. El agente que organizó la venta fue el marido de Dorothée, el grabador suizo Georg Gsell, quien nos dejó un retrato de María hacia 1710. Otra cantidad de dibujos fue adquirida por Sir Hans Sloane para el British Museum.




María Sibylla Merian (c. 1710)

Grabado en cobre por Jacobus Houbraken sobre un retrato de Georg Gsell



     María tenía una personalidad reservada y esquiva pero era decidida y sobre todo carecía de cualquier preconcepto o censura intelectual. Según James Duncan  no mostraba un alto nivel científico, ni gran poder de observación ni mucha capacidad intelectual, pero tenía una gran dedicación para el estudio de los insectos, soportando grandes sacrificios e inconvenientes. Asimismo se destacó por sus excelentes dibujos y por la profusión del material que dejó para sucesivas investigaciones.




 

 

EL MISTERIO DE LA CAJA DE SIBYLLA Y LOS PORTADORES DE LINTERNAS

 

“En 1705, la naturalista y pintora, Maria Sibylla Merian, informó que algunos nativos de Surinam le habían traído algunos insectos, de unos 3 centímetros de largo, con cabezas amorfas como vejigas y alas moteadas de verde y amarillo, la superficie inferior de cada una de ellas, cuando se desplegaban, mostraba un gran ojo oscuro. La señora puso los insectos en una caja. Por la noche escuchó un sonido y abrió la caja, solo para dejarla caer, sorprendida por el descubrimiento de que las cabezas de todos los insectos iluminaban como linternas, de modo que se podía leer el periódico con la luz emitida. Desde entonces, estos "portadores de linternas", que pertenecen a los hemípteros a menudo han sido capturados, pero nunca se supo que dieran luz, por lo que la declaración de la señora Merian continúa siendo un enigma. Hoy en día la mayoría de los naturalistas no le da crédito, pero muchos opinan que los “portadores de linternas” brillan solo en ciertos momentos, tal vez durante la temporada de apareamiento, como se dice que es el caso con algunos de sus parientes en China, y que hasta ahora solo esta mujer ha tenido la suerte de ver al insecto en el período crítico” (Guenther, 1931).

 

Pese a que Linneo, en base a la observación de Merian, les dio el nombre de Fulgora ( = destellos), actualmente se considera que estos insectos, pertenecientes al orden Hemiptera, familia Fulgoridae, no emiten luz.  Son llamados machaca, cabeza de cacahuate, chicharra-machacuy, víbora voladora, víbora cuco o mariposa caimán y muchos pobladores los consideran erróneamente como venenosos.

 

 

 Portadores de linterna

Merian (1705) - wikipedia:http://upload.wikimedia.org/wikipedia/de/f/f8/Grantbaum_s_merian.jpg

 




&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

EL SALVADOR



Le Sauvegard

Merian, María Sibylla
1719 - Dissertatio de generatione et metamorphosibus insectorum surinamensium. Amstelædami: J. Oosterwijk.


     En 1719, dos años después de morir María se publicó la segunda edición de su obra llamada Dissertatio de generatione et metamorphosibus insectorum surinamensium con 12 nuevas láminas agregadas por su hija Johanna que aparentemente había vuelto a América para conseguir más materiales. Entre estas láminas aparece la de un lagarto desconocido en Europa dibujado con reminiscencia de dragón chino, con el curioso nombre de Le Sauvegard . En realidad no sabemos si se trata de un dibujo de María o de su hija, lo cierto es que al aparecer en su obra pasó a ser conocido como Le Sauvegard de Merian.  Así lo introdujeron en la literatura científica los herpetólogos franceses André Duméril y su ayudante Gabriel Bibron en 1839 con el nombre de Salvator merianae, aunque el zoólogo Henri Blainville, ya lo había designado en 1816 como Monitor meriani.


     “¿Y a qué se debe este extraño nombre de Salvador?  La razón la explica Albertus Seba (1734) La verdadera historia de este lagarto comúnmente llamado salvador es que este anfibio cuando está en el agua (no se compromete en alta mar) e irrumpe ante su vista y oído un cocodrilo, que también anfibio, vive en tierra y mar, con un gran miedo deja oir su llanto para que atrapado por el cocodrilo éste no lo trague, con lo que, advertidos los hombres que nadan o se lavan en el agua, salen lo más rápido que pueden a la orilla donde debido a la brevedad de sus patas la velocidad del cocodrilo no es tan rápida, y así este lagarto Salvador es señalado con este nombre, porque su aullido preserva y protege la vida humana.




Teiuguaçu.
Seba, Albertus. - 1734-1765 - Locupletissimi rerum naturalium 


    Durante mucho tiempo nuestro lagarto overo llevó el nombre científico de Tupinambis teguixin, restringido ahora para la especie del norte de Sudamérica, la misma con la que se topó María Merian. Tupinambis surge de una mala interpretación que hizo Lacépède del nombre que aparece en la obra de Marcgrave: Teiuguaçu y Temapara de los Tupinambá. Teiú (lagarto) guaçú (grande) es el nombre tupí que le aplicaban los indígenas tupinambá que habitaban la zona de la bahía de Guanabara, Brasil. El temapara es otra especie llamada falso camaleón (Polychrus marmoratus).



 Le Sauvegard (juvenil)
Merian, María Sibylla -
Metamorphosis Insectorum Surinamensium. 1705



    Parece que Marcgrave tuvo un lagarto overo en cautiverio del que dice: Lagarto magnífico (...) No produce ninguna voz; es paciente; se alimenta con mucho gusto de huevos que sorbe crudos. Animal muy resistente al hambre. Lo mantuve atado; pero cuando abría la jaula le permitía correr libremente por la habitación. Y a veces tomaba un sorbo de agua de un vaso, cuando tiene sed camina, otras veces está echado todo el día en un rincón; se pone donde quedan cenizas calientes. Alguien le había dañado parte de la cola al pisarlo un día veinte de marzo. Después, sin embargo, le creció de nuevo unos dos dedos. Murió de hambre, convertido en un despojo horrible, el 1º julio.  Pasó un período de siete meses sin comer, a veces tomaba agua lamiéndola. Su carne se come.  



Teiuguaçu 
Marcgrave, George & Willem Piso. 1648. Historia Naturalis Brasiliae. 



    Marcgrave vio confirmada con sus observaciones lo que Plinio había escrito  sobre los lagartos y serpientes a los que le vuelve a crecer la cola amputada; y también lo señalado por  Aristóteles sobre que los lagartos no viven un año sino sólo seis meses. Obsérvese que su lagarto no emitía ningún sonido con lo cual queda en duda la explicación de Seba sobre el lagarto salvador.

    Con respecto al nombre teguixin es de origen nahuatl (mejicano) y se refiere a un lagarto no identificado con el cuello de color blanco.

&&&&&&&&&&&&&

EL LAGARTO Y EL HOMBRE


     El lagarto overo tiene una importante presencia en los mitos y en la medicina popular indígena, especialmente en el área de influencia guaraní..

     La grasa era usada en forma externa para heridas en la piel, reumatismo y dolor de garganta. También para extraer espinas de palma o perdigones de la piel. La grasa bebida con agua cura las picaduras de serpiente y el reumatismo. Se atribuye al cuero el poder de ahuyentar víboras por lo que se usa como detalle de la vestimenta, p. ej. en el sombrero. Además se usapara retobar boleadoras y hacer tiradores. De la cola  se extraen anillos para evitar las insolaciones (quizás por su afición a permanecer mucho tiempo asoleándose).

     Métraux aporta un mito wichi. Cuando las primeras gentes eran animales, descubrieron un día que alguien robaba su pescado ahumado. Pusieron a la iguana como centinela y cuando esta avisó que había oído a las mujeres, responsables de los robos, peleándose con las cotorras que las habían descubierto, no le creyeron porque la suponían sorda. Al día siguiente las mujeres descubrieron a la iguana vigilando y le arrancaron la lengua que reemplazaron con una semilla del árbol del sapo, con lo cual la iguana ya no pudo denunciarlas. Observen el papel del lagarto como vigía, similar a lo referido por Seba.

     En el mundo de los qom, dividido en cielo, tierra y profundidades, los lagartos pertenecían a éstas. Antiguamente se enfrentaron con los gatos monteses y los aguará-guazú (padre de los perros) a los que antes se asociaban para cazar ratones y langostas. Como el lagarto tiene patas cortas, salía antes que los otros a cazar y un día encontró muchas langostas y se las comió sin guardarle una parte a sus socios. Entonces el gato montés lo retó a pelear y, pese a los intentos del aguará-guazú por disuadirlos,  el gato mordía al lagarto y éste le daba coletazos. Al final el lagarto se refugió en una laguna donde logró matar al gato. Desde entonces el reptil anda solo porque es peleador y el aguará-guazú le anunció que los perros lo atacarían constantemente. Mi padre, que pasó su infancia en el Chaco, me contaba como los lagartos que se acercaban al gallinero de su casa a comer huevos enfrentaban a los perros y lograban prendérseles del hocico de donde sólo se soltaban arrancando un trozo de piel con gran dolor de los perros. 

     Al respecto una de las fábulas más logradas de Leonardo Castellani, Aprieta, relata el combate de un lagarto con una víbora de cascabel. El lagarto la atrapa y a pesar de los movimientos de la serpiente que trata de asfixiarla entre sus anillos e inyectarle su ponzoña, el lagarto siempre apretando sus mandíbulas, sin soltar, logra quebrarle el espinazo y matarla. En la moraleja Castellani pide a Dios "enemigos chicos", pero si no es posible, fuerza para apretar y no soltar. Vean que esta rivalidad entre el lagarto y las serpientes se refleja en la creencia popular sobre las propiedades protectoras de la piel contra las víboras.

     La leyenda misionera del Teyú-Cuaré (cueva que fue del lagarto), recogida por Juan Bautista Ambrosetti, se refiere a unos paredones de piedra sobre el río Paraná, cerca de San Ignacio (Misiones, Argentina). Se cuenta que vivía allí un gran lagarto que amenazaba a los navegantes que pasaban por el lugar. El monstruo provocó varios naufragios hasta que un día atravesó a nado el Paraná, y se fue a vivir a la costa paraguaya, donde existe un arroyito con su nombre. Se dice que bastaba con hacerle una oferta cualquiera, un pedazo de carne, o un objeto echado al agua, para calmar a esa fiera y poder pasar con seguridad. Parece  que el cuento se refería en realidad a una peligrosa piedra semisumergida frente a la costa donde solían chocar los buques.


     Berta Vidal recopiló un cuento criollo en San Luis donde la iguana había sido en otro tiempo una joven de gran hermosura con manos sumamente bien formadas y muy hábiles para tejer. Pero, sumamente vanidosa de su físico, sus joyas y trajes, era muy dura y agria con sus pretendientes, afirmando que sólo se casaría con un hombre hermoso como ella. Un día llegó de lejos un mozo muy rico, pero feo, que también fue rechazado. La madre de la joven pidió ayuda a su confesor quien habló con la muchacha y le destacó la bondad del joven y la posibilidad de recibir un castigo divino en caso de seguir negándose. A la noche la chica sufrió una terrible transformación: su piel se endureció, su cabeza y cuerpo se alargaron, sus anillos y brazaletes formaron una larga cola. Solo sus manos permanecieron delicadas y finas como antes. Loca de vergüenza, huyó hacia la soledad de las cuevas, a vivir como lagarto.




Acilcaic
Paucke, Florian  2010 - Hacia allá y para acá. - 1ª ed. - Min. Innov. y Cultura - Pcia. de Santa Fe.


     Cuenta Florián Paucke que  como los lagartos se cuentan entre los anfibios, se comen en Las Indias en días de ayunos. Cuando yo estuve en una ocasión durante la vacancia  habitual para los estudiantes en la estancia Alta Gracia, en unión del P. Minister me pidieron que fuera a cazar lagartos (era un viernes) y les matara a tiros unos cuantos para la mesa de mediodía, para que toda la comunidad pudiera comerlos. Yo salí antes de las nueve y a eso de las diez ya había muerto diez de ellos y sacado a tiros delante de sus cuevas donde estaban echados al sol. Los tuvimos ya a mediodía sobre la mesa bien aliñados con un buen moje de citrón; todos comieron con apetito pero entonces yo no tenía aún placer alguno en comerlas, que recién adquirí entre mis indios cuando la penuria y el hambre me obligaron a comerlas.

     Los mocovíes les sacaban los intestinos y ponían los lagartos entre la ceniza caliente; una vez asados se cuereaban y se comían sin pan ni sal. La cola era la parte más estimada. Con el cuero de las colas fabricaban unas trompetas de guerra y carcajs para las flechas. Utilizaban los anillos como adornos. 

     A pesar de que algunos dicen que matar un lagarto trae mala suerte, los indios puris, coropos y coroados de Brasil decían, según Johann Spix, que los lagartos no traen ningún bien, ni son divinos, más bien son agentes del mal que adoptan la forma de estos animales.


Alex Mouchard





LOS NOMBRES DEL LAGARTO


En la zona pampeana y chaqueña se lo denomina  lagarto overo, lagarto blanco o iguana overa

Los guaraníes lo conocían por teyú-guazú, de teyú: lagartija, guazú: grande, a veces castellanizado como tegú overo.

Los wichis le dicen alu y el nombre mocoví era acilcaic.

En la región amazónica del río Irura, se registra el nombre de jacuaru.

En Guyana los wayapi lo conocen como  "yâkâ-lâwâlu" y los wayana, "hapakala".

En Colombia debido a que suelen atacar gallinas y pollos, le dicen lobo pollero.





%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


Anda tú jilguero verde
canta en el cielo de aurora
que se comen los lagartos
unos a otros las colas

             Romances del Claroscuro
               César Alonso de Las Heras

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


REFERENCIAS


-Ambrosetti, Juan Bautista 1917 - Supersticiones y leyendas - La Cultura argentina, 1917 - 238 p.
-Bates, Henry Walter 1864 -  The Naturalist on the River Amazons. London.
-Berst, A 1951 La iguana overa Col. inmac. Concep. Santa Fe.
-Castellani, Leonardo 1976 Camperas. Bichos y personas.  Biblioteca Dictio. Bs. Aires.
-Duncan, James 1836 Entomology Vol IV British Moths, Sphinxes, etc. W. H. Lizars Edinburgh.
-Hernandez, Francisci. -1648- Rerum medicarum Novae Hispaniae Thesaurus, seu Plantarum, Animalium, Mineralium Mexicanorum Historia cum notis Joannis Terentii Lineæi.
-http://it.wikipedia.org
-http://madamemerian.blogspot.com.ar/ - 2008 - Melissia Grosjean - That Curious Person Madame Merian -
-http://www.biodiversitylibrary.org
-http://www.ilvecchiotarlo.it/ - Le metamorfosi di María Sibylla - María Cristina Giammetta
-http://www.oni.escuelas.edu.ar/
-Larrañaga, D. A. 1923 Escritos Inst. Histórico y Geográfico del Uruguay Montevideo.
-Leguizamon, Martiniano 1923 - Recuerdos de La Tierra.
-Merian, Maria Sibylla. 1705.   Metamorphosis insectorum surinamensium. Ofte verandering der Surinaamsche insecten. Waar in de Surinaamsche rupsen en wormen met alle des zelfs veranderingen na het leven afgebeeld en beschreeven worden, zynde elk geplaast op die gewassen, bloemen en vruchten, daar sy op gevonden zyn; waar in ookde generatie der kikvorschen, wonderbaare padden, hagedissen, slangen, spinnen en mieren werden ver toond en beschreeven, alles in America na het leven en levensgroote geschildert en beschreeven. Amsterdam :Voor den auteur, als ook by G. Valck.

-Merian, María Sibylla 1719 - Dissertatio de generatione et metamorphosibus insectorum surinamensium. Amstelædami: J. Oosterwijk.
-Métraux, Alfred. -1946-  Myths of the Toba and Pilaga Indians of the Gran Chaco.  American folklore society. Philadelphia.
-Paucke, Florian 2010 - Hacia allá y para acá. - 1a ed. - Santa Fe: Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe. 168 p. + CD-ROM.
-Rodríguez, Patricia -  2012 - Mujeres de Ciencia. Biografía de María Sibylla Merian. The Journal of Feelsynapsis
-Seba, Albertus. - 1734-1765 - Locupletissimi rerum naturalium thesauri accurata descriptio, et iconibus artificiosissimis expressio, per universam physices historiam.  J. Wetstenium, & Gul. Smith, & Janssonio-Waesbergios, Amstelaedami.
-Simao Seixas, C. 2001 Ethnozoology of fishing communities from Ilha Grande (Atlantic forest coast, brazil) J. Ethnobiology 21(1):107.
-Spix, Johann Baptist von y Carl Friedrich P. von Martius 1824 - Travels in Brazil. London.
-Todd,  K.  2013 - Chrysalis: María Sibylla Merian and the Secrets of Metamorphosis -  Houghton Mifflin Harcourt - 336 pgs.
-Vidal de Battini, Berta Elena 1925 - Mitos Sanluiseños. 131 p.


&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

EL VENCEJO DE COLLAR (Streptoprocne zonaris) Y LAS FANTÁSTICAS GOWRIES

    Este huésped del verano, el pequeño vencejo que vive en los templos, testimonia aquí, junto a su amada mansión, que el aliento del cie...