"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


sábado, 2 de febrero de 2013

LA PALOMITA TORCAZA (Zenaida auriculata) Y LA PRINCESA


LA TORCAZA (Zenaida auriculata)


“Yo la tenía en mi casa
Tan bonita que se crió
Pobrecita mi torcaza
¡El gavilán se la llevó!”

La Torcaza - Alfredo Gutierrez



Zenaida auriculata
Foto A. Mouchard


Esta historia trata de príncipes y de palomas. Príncipes muy próximos al poder imperial de Francia, y palomas pequeñas, torcazas, que desde la llegada de los europeos a América han entrado en conflicto con ellos por sus cultivos donde encontraban una inesperada fuente de alimentos.

Actualmente la torcaza es vilipendiada no sólo por el agricultor sino también por los habitantes de los barrios elegantes de Buenos Aires, que la consideran una plaga sanitaria aún peor que las ratas. Digamos en verdad que el aumento poblacional de esta especie deriva del exceso en la oferta de alimento debida a la extensión que han alcanzado los  monocultivos en nuestras llanuras.

Pero pocos saben que la torcaza lleva el nombre de una princesa de la más alta alcurnia europea: Zenaida. Nombre de reminiscencias mitológicas clásicas. Zenaida, la hija de Zeus, el dios supremo del Olimpo.

¿ Como adquirió la sencilla torcaza ese nombre tan principesco?


UN CUENTO DE PRÍNCIPES

En 1825 el príncipe y ornitólogo Charles Bonaparte describió una paloma pequeña que había sido capturada algunos años antes en los cayos de Florida, Estados Unidos,  por el naturalista Titian Peale,  durante una expedición enviada por la Academy of Natural Sciences a Florida y Georgia. Sin aclarar los motivos del homenaje, Bonaparte le puso a la especie el nombre de su esposa, Zenaïde, por lo tanto quedó como Columba Zenaida (actualmente es Zenaida aurita, la Zenaida Dove  o Paloma Sanjuanera, una torcaza caribeña).  Más tarde lo cambió por Zenaida amabilis, elevando el nombre a nivel de género.



Tortolita Cordillerana
Des Murs, en Gay, Historia Física y Política de Chile, Zoología I, p. 381. 1847.




          Por otro lado, nuestra torcaza sudamericana fue descripta por el ornitólogo y abogado francés Marc Athanase Parfait Oeillet Des Murs  con el nombre de Peristera auriculata,  y luego el mismo Bonaparte la incluyó  también en su género Zenaida. El nombre especifico auriculata (= con orejas ) hace referencia, según la descripción de Des Murs, a  “siete u ocho plumitas escamadas del mismo color forman una especie de pincel en el orificio auditivo”.


Pero ¿quién era este Bonaparte? Y ¿qué relación tenía con la familia imperial?

Charles Lucien Jules Laurent Bonaparte era hijo de un hermano menor de Napoleón llamado Lucien,  quien se había casado sin el permiso del emperador, por cual fue desplazado con su familia a Roma, donde Charles se educó. Allí mostró una temprana afición por las aves y guiándose por las obras y consejos del zoólogo Coenraad Jacob Temminck llegó a descubrir una nueva especie: el carricerín real (Acrocephalus melanopogon).

Cuando Charles tenía 7 años, sus padres intentaron huir con su familia a América, pero fueron sorprendidos por una tormenta en el Mediterráneo y se refugiaron en Cerdeña, donde los ingleses los capturaron y los llevaron a Londres. Permanecieron bajo arresto domiciliario durante cuatro años, hasta la caída de Napoleón.  Entonces, Charles pudo volver a Italia donde  recibió el título heredado de su padre, príncipe de Canino y Musignano, correspondiente a dos posesiones del Lazio italiano.

Otro hermano de Napoleón, José Bonaparte, rey de Nápoles y de España, no tenía hijos varones, y a fin de retener la corona de España en su rama familiar, promovió el casamiento de su hija primogénita Zénaïde Laetitia  Julie Charlotte con su primo Charles a quien nunca había visto antes.



Zénaïde (a la izquierda) con su madre, julia Clary y su hermana Charlotte.
Jean-Baptiste Wicar - Oleo sobre tela - http://es.museonapoleonico.it/






Zénaïde, criada en Francia, era una joven seria, idealista, que tocaba muy bien el arpa y se dedicaba al estudio y la pintura. Hablaba muy bien el francés, español, italiano, y alemán, y dado que gustaba mucho de la cultura alemana, traducía poemas de Schiller. Físicamente era rellenita, de facciones regulares y pelo negro y enrulado.


Según Charles “ Corría el año 1822 cuando mi padre decidió llevarme a Bélgica donde mi prima Zénaïde…destinada a ser mi mujer, vivía bajo la custodia de su madre…Muy pronto, gustosamente, comenzó la felicidad de mis días gracias a la sabia mujer que me hizo padre de una numerosa prole”. Así como Zenaïde era taciturna y reflexiva, Charles era locuaz y talentoso, y la virtud y suavidad de ella calmaban su febril actividad mental.

El casamiento se realizó en Bruselas y pasaron su luna de miel visitando museos en Frankfurt, Munich y Milán.  Se radicaron en Filadelfia, Estados Unidos, donde Charles comenzó a desarrollar su carrera científica actualizando la American Ornithologyobra del fallecido naturalista Alexander Wilson,  y trabando amistad con el famoso dibujante de aves, John James Audubon, a la vez que participaba activamente en la American Philosophical Society y la Academy of Natural Sciences.




Zénaïde (a la drecha) y Charlotte Bonaparte
Jacques-Louis David – Oleo sobre tela, 1821 
http://www.getty.edu/art/gettyguide/artObjectDetails?artobj=923


Tras cuatro años regresó a Italia donde siguió trabajando en zoología, promoviendo la realización de numerosos congresos científicos. También participó en los movimientos políticos nacionalistas en contra de los intereses austríacos, de lo que resultó un nuevo exilio a Londres y finalmente a París donde desarrolló una prolífica tarea científica. Allí fue director del Jardin des Plantes y recibió el reconocimiento de varias instituciones como la Academia de Upsala, la Academia de Ciencias de Berlín y el Instituto de Francia.


Charles fue un excelente zoólogo, y especialmente ornitólogo, de modo que su obra cumbre, Conspectus generum avium, fue un texto indispensable para los naturalistas de la segunda mitad del siglo XIX. Intentó listar todas las aves conocidas hasta entonces, pero sólo pudo publicar el primer volumen, que sin embargo sigue siendo junto con el de Linneo  el mayor trabajo producido por un único autor sobre nuevas especies y géneros de aves. Para mostrar sus conocimientos de latín compuso algunos nombres científicos endemoniadamente difíciles y fue criticado también por crearlos profusamente sin suficiente fundamento. Sin embargo 141 géneros y 181 especies de aves descriptas por él aún mantienen su validez.

Revisó la sistemática de los vertebrados que en esa época se basaba en la obra de Cuvier. Propuso utilizar criterios más amplios, incluyendo datos fisiológicos, embriológicos y zoogeográficos, tomando en cuenta el hábitat de las distintas especies. Sus sugerencias sobre la clasificación de los vertebrados fueron en su mayor parte aceptadas.




Charles Bonaparte
Marbach, C. – 2005 -  
Bulletin de la Sabix, 38003A 54 -60.


Físicamente Caharles era un hombre pequeño, de ojos oscuros, muy conversador, y un muy agradable compañero, de mucho espíritu, gallardo, fogoso y ardiente. Con Zenaïde tuvo 12 hijos de los cuales 8 sobrevivieron a la niñez. Pese a un comienzo feliz como pareja, cuando él fue exiliado de Italia, Zénaïde decidió separarse y quedarse en Italia con sus hijos y sus padres. Charles era un jugador compulsivo y en los casinos había derrochado gran parte de la dote se su mujer, consistente en unos 700.000 francos. Las deudas de juego lo llevaron incluso a vender sus posesiones de Canino y Musignano, de modo que su esposa pidió el divorcio para evitar que terminara con el resto de su herencia. Parece ser que los disgustos que le produjo esta situación debilitaron su salud y en 1854 falleció de una angina purulenta. A su vez, tres años más tarde (1857) Charles tuvo una muerte rápida y solitaria, debida quizás a un ataque cardíaco,

A diferencia de los cuentos infantiles la historia de estos príncipes no tuvo un final feliz. . .




LOS NOMBRES DE LA TORCAZA

Sánchez Labrador cuenta que los guaraníes las llaman apicazú y los mbayás, cotidi, y los españoles, torcazas porque en Europa a la especie semejante le dieron el nombre Palumbus torquatus, por tener un collar blanco del que sin embargo carecen las de Paraguay.

Paucke registra el nombre mocoví:  covinig

En Brasil, según Rudolf von Ihering, es un ave famosa “como se desprende de los muchos nombres que tiene”: pomba de bando, pomba de arribaçao, pomba-do-meio, pomba-do-sertão, arribaça, rabaça, ribaçã, avoante, cardigueira, cardinheira, juriti-carregadeira , guaçuroba-pequena,  paray, pairari, pararé y bairaray,

En Argentina el nombre habitual es torcaza, pero en Tucumán se la llama sacha paloma, en La Rioja, apoca, y en Mendoza, tortolita puntana. En Chile, tórtola y cucule.

En Colombia, torcaza nagüiblanca, coliblanca, pusira, corralera, abuelita y cutusa. En Venezuela es la paloma sabanera y en Guadalupe, tourterelle-ortolan (= tortolita hortelana).








Torcaza juvenil
Foto A. Mouchard

LAS TORCAZAS SEGÚN LOS  NATURALISTAS


A pesar de su abundancia las torcazas aparecen en los escritos de los antiguos naturalistas con referencias escuetas, especialmente en lo que se refiere a su comportamiento.

A William Hudson le agradaba su arrullo: “En los días claros y tibios de agosto, el dulce y triste canto parecido a un sollozo de esta paloma se oye en todas las arboledas  . . . y es un sonido agradable, suave y susurrante que le hace uno sentir, con anticipación, el lánguido  sentimiento veraniego en las venas”.

Sánchez Labrador (1767) cuenta que  “En todo Paraguay abundan con demasía estas palomas torcazas. Se mantienen de granos que logran en los campos y de los que hallan en los sembrados. Comen también frutillas silvestres que producen los árboles y matas. Son plagas de las viñas…Casi siempre andan en bandadas, y aunque se ponen a descansar en los árboles bajan frecuentemente a tierra. De su naturaleza nunca son tan mansas que vengan a anidar en las habitaciones, pero si a comer entre las palomas domésticas.”  Refiere que en general se las ve bien gordas, pero especialmente en otoño y que son muy cazadas con trampas de cimbra.

Para Félix de  Azara en cambio  “es muy mansejona . . .  se posa hacia la quarta parte alta de los árboles, no en la cumbre, prefiriendo los muy copudos, sin hacer estudio de esconderse”.

White (1882), la vio en gran cantidad  en los viñedos así como en los alfalfares de Catamarca (Argentina).

Chrysanthus Sternberg (1867) nos cuenta que “Esta pequeña y elegante paloma se encuentra en los barrios de Buenos Aires, es muy común y muchas veces  se hallan aquí en grandes bandadas.”

Martín Dobrizhoffer (1763), un sacerdote jesuita que vivió entre los indios abipones de Santa Fe (Argentina), relata acerca de los usos terapéuticos de las torcazas “Algunos atan a la herida producida por éstas [serpientes] una paloma o una gallina despedazada viva, pues creen que ellas absorben el veneno”.

Por su parte Florian Paucke (1752), que misionó entre los mocovíes, informaba que las torcazas son “tan abundantes y buscan su comida que yo en el viaje con mis indios musicales desde Buenos Aires a mi reducción he tirado durante el cabalgar al medio de ellas y he muerto dos, también tres al montón. La abundancia de estas palomas silvestres junto con los innumerables pequeños loritos verdes ha causado en cada año un gran daño al cucurus [maíz]. . . aparecen, como es cierto, en bosques y campos pero con más frecuencia se encuentran donde hay un trapiche de vino. Ahí se reúnen en modo de bandadas para comer las uvas exprimidas o bagazos. En una ocasión cuando ellas comían semejante simiente de uvas exprimidas en la estancia Jesús María a doce leguas de Córdoba, aventuré sólo un tiro único al medio de ellas y maté dieciocho de ellas, por lo cual puede conocerse claramente cuán comunes y abundantes son las tórtolas.”


Las torcazas llegaban a formar en el pasado enormes bandadas, inimaginables hoy en día. D’Orbigny relata: “Desde hacía algún tiempo, las palomas habían llegado en innumerables bandadas a orillas del Río Negro: todas las mañanas esas bandadas, compuestas, por lo común de muchos millares, descendían de lo alto del Río Negro hacia la desembocadura, en nubes espesas, que cubrían de un color azulado todas las llanuras de las orillas, ocultando la tierra . . . quedé estupefacto del alboroto que hicieron esos millares de pájaros, al levantar vuelo todos juntos. Era un ruido semejante al del trueno.”

Pero en el nordeste brasileño, en el sertão, es donde se vieron las mayores concentraciones, cuando las torcazas llegaban en increíbles números, al comienzo de la época de las lluvias, para anidar. De allí el nombre de “pomba de arribaçao” (= paloma de llegada) o “arribaça”.

El escritor brasileño Rodolfo Marcos Teófilo  pudo conocer este fenómeno en la zona de Ceará: «Imagínese una área de floresta, teniendo de extensión algunas decenas de kilómetros, invadida súbitamente por algunos millones de palomas, que no se sabe de donde vinieron y tenérlas encima al comienzo del estupendo hecho. La nube obscura comenzó por un punto negro en el horizonte; cuando ella se detuvo sobre la floresta, hubo un eclipse casi total. Bajó a tierra y millones de palomas se posaron en el suelo. Para los pobres habitantes, que padecían un hambre de muchos meses, llegaban las palomas como a los hebreos el maná del desierto”.  A esto siguió una gran matanza por parte de gatos monteses, zorros, comadrejas y de pobladores que despachaban cargamentos de palomas saladas y secadas al sol a varios pueblos de la región.




Secadero de torcazas para su comercializacion
Von Ihering, R. (1935) -Hornero 006 (01) : 037-047.


Rudolph von Ihering observó en abril de 1934 un suceso similar en Campina Grande, Estado de Parahyba y registró diversas formas de cacería. Por ejemplo, la «sangra» es una jaula grande cebada con maíz  y que tiene una sola entrada en forma de embudo, como las redes de pesca. «Tinguija-se» es el jugo venenoso de una variedad de mandioca que se echa en los bebederos y produce en poco tiempo el entorpecimiento y muerte. Los «tiros de clavinote» eran uno trabucos cargados con una gran cantidad de plomo que al disparar matan centenares de palomas.



LAS TORCAZAS Y LA GENTE


En el nordeste brasileño la arribaçã era consumida tradicionalmente como un bocadillo o  “tira-gosto”, una valiosa fuente de proteínas para una región tan castigada. Sin embargo su caza hoy en día es controlada debido a que la supervivencia de las poblaciones está seriamente comprometida a largo plazo en el sertón paraibano. Harían bien en tener en cuenta esto los que proponen su exterminio sin control.

En Colombia las nagüiblancas, como se las conoce allí, constituían una plaga porque desenterraban y comían las semillas recién sembradas. Los campesinos las buscaban de noche, en sus dormideros, en las arboledas del pie de la montaña, lejos de los campos de labranza. Alumbrándose con antorchas las cazaban con hondas o caucheras.

Para los criollos argentinos la torcaza puede ser señal de buenas noticias y su canto indica paz y buenas cosechas. Según el tono de su canto indica el nacimiento de un varón o de una niña, aunque para los santiagueños cuando se la oye cerca de las casas puede anunciar la muerte de un niño. Aparece en los cuentos como un ave tímida y quejosa que resulta engañada por el zorro y ayudada por el chingolo.

Para los mbayás-guaraníes es un mensajero de los dioses cuya morada celestial frecuenta. Para los chorotes es una enviada del cielo que trajo el maíz a la Tierra. Los wichis aseguran que la torcaza tenía antes un pico largo como el de la garza y que al intentar pescar se lo quebró, dedicándose desde entonces a comer semillas en los campos. Sin duda un curioso relato evolutivo. Los qom la consideraban un auxiliar que ayudaba en el trato con brujas y otra gente malvada.






ANTOLOGIA DE LA TORCAZA

Numerosos poetas se han sentido inspirados por las formas delicadas y el plañidero arrullo de las  torcazas, veamos algunos ejemplos:




Torcaza, torcaza, paloma torcaz
tan corto tu sueño de miga y nidal

Alberto Cortés

 
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La torcaza volaba
y tú la contemplabas.
…….
No le importaba a la torcaza su belleza,
pues vanidad no abriga;
volaba y nada más y el mar y el mundo
razón de ser tenían
y existían.

Juan Domingo Argüelles



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Eres una palomita pequeña
y muchos te llaman Torcaza
andas por el campo vuela que vuela
y  no sé, cómo no te cansas.

Alejandro J. Díaz Valero



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Corre torcaza a mi lado,
llévame donde él voló,
bien sabes que he sido yo
la mujer que más lo ha amado.


Casilda García Roldán







Há muito tempo não se via
Água correr no ribeirão
A juriti e a rolinha
O canto de um canção
A sabiá voando baixo
Arribaçã pousar no sertão

Alex Zuza


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En mi infancia las patas rojas
de las torcazas adoré:
los pies de cuero colorado
y aquellos dedos escarlata.
¿De qué mundo de pluma y sueño
de qué inaccesible vestuario
se desgranó la cetrería
hasta mi pobre condición?

Hacia mi pobre condición
de cazador sin escopeta
perdido en la lluvia y las hojas
del bosque bajaban volando
las innumerables torcazas;
comiendo las negras semillas,
el pan secreto de la selva,
las bayas del áspero estío,
comiendo los granos del cielo,
las direcciones del barranco,
el amanecer cereal,
las golosinas de la aurora.

Pablo Neruda



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Una torcaza se asoma a mi ventana.
La miro.
Ella también.
El muro de vidrio es infranqueable.
Una ventaja tiene la paloma.
Está del lado de afuera y con sus alas intactas.


 Juan José Mestre



La torcaza aparece muy frecuentemente en la poesía popular representando a la mujer querida que abandona a su pareja:  

“Linda tortolita
que yo la crié
se junto con otra
se voló y se fue”.




                                                                                          ALEX MOUCHARD




REFERENCIAS


-Azara, F. de-(1802)- Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata. Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. 1992.

Beaumont, E. de – 1866 – Notice sur les Travaux Scientifiques de S. A. le Prince Charles-Lucien Bonparte. Paris

Dobrizhoffer, M. – 1968 – Historia de los  Abipones - Universidad Nacional del Nordeste - Resistencia (Chaco).

Gay, C.  – 1854 -   Historia física y política de Chile. Paris

Hudson, W. H. – (1920) - Aves del Plata – Libros de Hispanoamerica.

Marbach, C. – 2005 -  Charles Lucien Bonaparte, Audubon et Saint John Perse.  Bulletin de la Sabix, 38003A54 -60.


Palermo, M. a. (ed.) -1984-  La paloma torcaza – Fauna Argentina 44 – CEAL.

Paucke, F. – 2010 - Hacia allá y para acá. - 1a ed. - Santa Fe: Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe.
Rey y Cabieses, A. M. -2008 – Descendencia de José Bonaparte, Rey de España y de las Indias I - Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía XI - Madrid

-Sanchez Labrador, Jose –(1767)- Peces y aves del Paraguay Natural Ilustrado.  Fabril Editora, Bs As, 1968

Von Ihering, R. (1935) La paloma, Zenaida auriculata, en el nordeste del Brasil. Hornero 006 (01) : 037-047.

White, E. W. – 1882 – Notes on Birds collected in the Argentine Republic – Proc. Zol. Soc. London. P. 591.

jueves, 3 de enero de 2013

EL MACA TOBIANO (Podiceps gallardoi) Y UN MISTERIOSO ANIMAL DE LA PATAGONIA


Macá Tobiano (Podiceps gallardoi)

Como ispiando, de una en una,
las estreyas van saliendo
y medio se van corriendo
pa’ darle paso a la luna,
se cayan en la laguna
la gayareta, el macá,
el silencio envuelve ya
como una sombra que agobia…
Y yo solo, pues mi novia,
mi novia es la soledá.
Mi novia es la soledá - Álvaro Istueta Landajo


Esta historia nos lleva a los confines de la Patagonia Austral.

En el origen de los tiempos tehuelches existía una isla donde habitaban seres humanos con figura de animales. Uno de ellos, Nosjthej, un gigante monstruoso, se apareó con la bella nube Teo, que quedó embarazada. El gigante, temiendo ser superado por su hijo, abrió el vientre de la madre y extrajo el feto, para devorarlo. Pero Térrguer, la "abuela tucutucu", lo escondió en su cueva. El niño, llamado Elal, pudo crecer, pero como su padre seguía buscándolo, los animales lo hicieron montar sobre Kokn, el cisne, y acompañados por numerosas aves, se dirigieron a Aoni Güent , la Patagonia continental. Descendieron cerca del Chaltén  (el monte Fitz Roy), donde Elal dio forma a los hombres y demás animales. Una vez concluida su obra creadora, se transformó en ave y voló con el cisne hacia el este, desde donde habría de ascender al paraíso tehuelche.

¿Habrá sido que nuestro macá tobiano acompañó a Elal en su vuelo fundacional? Es probable, ya que el macá tobiano efectúa todos los años un vuelo al este, desde las mesetas patagónicas hasta la costa marina, buscando un lugar más benigno para invernar.


También por aquellas épocas existía, entre otros seres malignos, Ookempan, un animal cuadrúpedo, cubierto por una caparazón de piedra, parecida a las de la tortuga. Debido a la rigidez de su cubierta, no podía mirar hacia arriba, pero podía capturar choiques (Pterocnemia pennata) de los que se alimentaba, así  como también niños que uitlizaba como esclavos. El héroe Oóuk’en logró despeñarlo por un barranco, rompiendo su caparazón y produciéndole la muerte. Y desde entonces no se lo vió más, pero hay quien asegura que no era otro que el  milodón.


Ookempan  (http://picasaweb.google.com/lh/photo/S05Bi060lPTtOmrR1vSbJw)


De cómo la historia del milodón se entrelaza con la del macá tehuelche.

Hace decenas de miles de años vivía en los Andes Patagónicos un notable mamífero conocido como milodón (Mylodon darwini). Era una especie de perezoso gigante que medía unos dos metros y medio de largo, y pesaba unos 250 kg. Se alimentaba de vegetales que obtenía deambulando por la estepa. Su piel era muy dura, quizás tanto como la de Ookempan, ya que tenía insertados numerosos huesitos dérmicos y estaba cubierta de una espesa pelambre rojiza. El nombre científico le fue dado por el paleontólogo inglés Richard Owen “en honor de su descubridor, [obviamente Charles Darwin] de cuyas investigaciones en la parte sur del Nuevo Mundo constituye uno de los muchos novedosos e interesantes frutos. . . Este fósil fue descubierto en un estrato de grava parcialmente consolidada en la base del acantilado llamada Punta Alta, en Bahía Blanca, en el norte de Patagonia”. Un lugar que, al decir de Darwin “es una verdadera catacumba de monstruos pertenecientes a razas extintas”.

Darwin, C. R. – Viaje de un naturalista alrededor del mundo – Madrid, 1983.


El milodón se extinguió hace aproximadamente unos 10.000 años, quizás debido a cambios climáticos, a episodios de vulcanismo, o bien a la caza por parte de los primeros humanos americanos.

En enero de 1895, un grupo de excursionistas integrado por el capitán alemán Hermann Eberhard, estanciero de Shemenaiken (Río Gallegos); el Sr. Greenshild,  estanciero de Camarones (Chubut); el Sr. von Heinz, estanciero en el Río Turbio superior, el  comandante José A. Martín, el  ingeniero Luis A. Alvarez y otros exploradores, encontraron una gran caverna, en las laderas del Cerro Benítes, cerca del fiordo de Ultima Esperanza, en Puerto Natales, Chile. En la parte anterior de la misma  hallaron un trozo de cuero que les llamó mucho la atención. Estaba cubierto de pelos rubios, gruesos, de 3 a 5 cm. de largo, y en su interior tenia incrustados muchos huesitos del tamaño de un grano de café.

Entrada de la Gruta Eberhard - Moreno, F. P. y A. Smith Woodward  – 1899- Proc. Zool. Soc. p. 144 


En noviembre de 1897. el doctor Francisco. P. Moreno director del Museo de La Plata, el zoólogo belga doctor Rocowitza, el ingeniero Luis A. Alvarez y el geólogo Rodolfo Hauthal, visitaron el lugar y al ver el cuero, colgado de un árbol en la propiedad de von Heinz, se interesaron de inmediato por explorar la cueva donde encontraron más restos de  pieles, huesos y  coprolitos  (materia fecal fosilizada). Estos materiales fueron llevados al Museo de La Plata y más tarde a Londres, donde Moreno dio una conferencia en la Sociedad Zoológica. La cueva llamada Gruta  Eberhard es actualmente el Monumento Natural Cueva del Milodón,




Trozos de piel de milodón -  Moreno, F. P. y A. Smith Woodward  – 1899- Proc. Zool. Soc. p. 144 


El paleontólogo Florentino Ameghino, consideró que los trozos de piel con huesecillos pertenecían a una nueva especie de milodón que bautizó como Neomylodon listai , lanzando la hipótesis de que aún podía seguir viviendo en algún recóndito paraje de la Patagonia austral.  Ameghino llegó a esa afirmación recordando un relato que le hiciera el explorador Ramón Lista, quien en un remoto paraje de Santa Cruz había tenido un encuentro nocturno con un extraño animal, acorazado como un  pangolín asiático, y a quien le había disparado sin lograr herirlo. Ameghino lo imaginó conviviendo con los humanos de modo que habiéndose hallado en la cueva  “un esqueleto humano: este último es evidentemente el esqueleto de uno de los antiguos patagones de que habla Lozano, que abrigado con su manta de cuero de Neomylodon buscó un refugio en la cueva y encontró en ella la muerte!”



EL IEMISCH

El relato de Ramón Lista coincide con la leyenda del iemisch o jemisch de los tehuelches,  el cual era un animal que vivía en el agua y salía a comer gente y ganado a la orilla del río, en horas de la noche. Los Tehuelches meridionales lo llamaban yem'chen ( = "tigre del agua"). 

Se trata de un animal anfibio, nocturno, de garras tan fuertes que puede atrapar un caballo y arrastrarlo al fondo del río para ahogarlo.  Tiene cabeza corta, grandes colmillos, pies cortos con membranas interdigitales, y la cola larga, achatada y prensil. El pelo es corto, duro y de color bayo. Es mayor que un puma pero más retacón y más robusto.

Carlos Ameghino le comentaba a su hermano que un tehuelche llamado Hompen se trabó en lucha con un iemisch en el camino de Senguer a Santa Cruz, logrando matarlo a bolazos. Parece ser que originariamente el jemisch vivía desde el río Negro hasta el estrecho de Magallanes en los lagos de la ladera oriental de los Andes. Hacia mediados del siglo XIX un iemisch que bajaba desde los Andes por el río Santa Cruz fue avistado cerca de la isla Pavón ante el terror de los indígenas que denominaron a ese lugar Iemisch-Aiken (= “lugar del iemisch”).


Por su parte, Santiago Roth, cuenta que en tiempos del abuelo del cacique tehuelche Kankel,  el iemisch habitaba en el lago Buenos Aires. Cuando bramaba huían todos los animales y en una ocasión le había matado a toda una tropilla.

El explorador Tournoeur cuenta:”Estando un anochecer observando a orillas de un río del interior junto al cual había acampado, vi emerger, en el medio de la corriente, la cabeza de un animal del tamaño de la de un gran puma. Le disparé una bala; el animal se hundió y no reapareció más. Según lo que pude distinguir en ese anochecer, su cabeza redonda tenía el pelaje pardo oscuro; los ojos estaban rodeados de pelos color amarillo claro, alargándose en una banda fina hacia la oreja, la cual no tenía pabellón.” Los indios le informaron que el nombre de la criatura era “hymché” e incluso le mostraron sus huellas en la arena. 

Se cree que esta leyenda, como ya bien lo señalara Musters, se habría originado en el huíllín (Lontra provocax) que es un mustélido, una especie de nutria patagónica. Sin embargo, su pequeño tamaño, 60-70 cm, lo hace incapaz de tales hazañas y hace suponer que algún otro animal habría dado pie a la leyenda, quizás el puma o el yaguareté, ya que según algunos relatos éste llegaba a fines del siglo XVIII hasta el estrecho de Magallanes.




Los restos de la Gruta Eberhard resultaron ser de ejemplares de la misma especie que había hallado Darwin en Bahía Blanca, es decir Mylodon darwini, pero la idea de Ameghino se había instalado de tal manera en la prensa y en el  público  que se ofrecieron recompensas y hasta un diario londinense financió una expedición para capturar a un milodón vivo.

En efecto, el mayor Hesketh Vernon Hesketh-Prichard, un conocido explorador, aventurero y cazador de caza mayor, había leído el informe de la conferencia de Moreno publicado en el "Geographical Journal" en 1899, quedando fascinado por la idea de que hubiera milodones vivos en los bosques de los Andes patagónicos. ¡Si hasta el mismo director del Natural History Museum, Ray Lankester, lo creía posible! 

Sin embargo Prichard carecía de los medios necesarios para pagar una expedición al lugar. Entonces contactó a Cyril Arthur Pearson, el fundador y propietario del "Daily Express" de Londres, quien aportó lo necesario para el viaje a la Patagonia, con el objeto de capturar un ejemplar del fabuloso animal. Así, a fines de 1900 Hesketh-Prichard, acompañado de J. Barbury y F.B. Scrivenor y asesorado por Moreno, recorrió minuciosamente el territorio desde Comodoro Rivadavia hasta el lago Argentino.  Pero, más allá de maravillar a los lectores del diario con sus amenos relatos, no pudo encontrar al misterioso animal. No obstante aportó el conocimiento de muchas regiones inexploradas, descubrió el lago Pearson (lago Anita),  el río Caterina y una nueva variedad  de puma: Felis concolor pearsoni (hoy sinónimo de Puma concolor concolor).


Laguna patagónica . . . sin macáes ! - Hesketh Prichard, H. – 1902 - Through The Heart Of Patagonia. New York


Prichard concluyó: “Durante todo el tiempo que pasé en Patagonia no pude hallar ni una pizca de evidencia que sustente la idea de la supervivencia del Mylodon”.  Y aunque Ameghino mantenía aún la convicción de que el animal estaba vivo, Hauthal señalaba con acierto que era imposible que un animal de tal magnitud nunca hubiera dejado rastros como los otros grandes mamíferos de la región. Lo mismo opinó el paleontólogo Lehmann-Nietsche, quien además dejó una profética sentencia: “Se ve . . . que siempre hay quien espera encontrar en la Patagonia un animal desconocido”. Pese a estas opiniones de los científicos, en 1975 el minero Mario Pereira de Souza, que trabajaba en la zona, afirmó haber visto una enorme criatura que se le acercó caminando en dos patas  y emitiendo un feísimo olor.

Una vez regresado a Gran Bretaña  Prichard publicó en 1902, el libro "Through the Heart of Patagonia" con hermosas ilustraciones del pintor John Everett Millais. En esta interesante obra algunas observaciones suyas pasaron inadvertidas para el mundo científico.  El 12 de noviembre de 1900, a orillas del río Leona, “un pequeño zambullidor crestado estaba emitiendo su melancólico grito”. Más tarde, en enero de 1901, al este del lago Argentino, dice “vagabamos por un desierto de basalto o lava … hasta que finalmente avistamos una gran laguna” con flamencos, cauquenes y 34 bandurrias. “También se veían guanacos. Aquí acampamos, y encontramos aún otra laguna profunda y rocosa, en la cual había muchos zambullidores que no puede identificar”.


Macá tobiano -  Tini Depoîne
Acrílico y lápiz -


Descubrimiento del macá tobiano

Muchos años después, en marzo de 1974, Mauricio Rumboll y Eduardo Shaw se encontraban anillando cauquenes cerca de la laguna Los Escarchados, llamada así porque unos  lugareños habían muerto por congelación en ese lugar. La laguna está ubicada en la meseta de Las Vizcachas, a 50 km de El Calafate, es decir aproximadamente en la zona de la segunda observación de Prichard.

Con el fin de practicar la preparación de pieles para colecciones, Eduardo cazó un macá o zambullidor de los que se veían en la laguna. El ave llamó la atención porque aunque parecida al macá plateado, Podiceps occipitalis,  era bastante mayor. Tras consultar a varios ornitólogos se llegó a la conclusión de que se trataba de una nueva especie para la ciencia y Rumboll la describió como Podiceps gallardoi, en honor de Ángel Gallardo y su nieto, José María, zoólogos ambos, que fueran directores del Museo Argentino de Ciencias Naturales.

El nombre común de macá tobiano se refiere al contraste del color negro de su cara con el blanco del cuerpo. En efecto, se denomina tobiano al caballo de pelaje con grandes manchas de color definido, generalmente blanco y negro u oscuro. Sin embargo creemos más acertado el nombre de macá tehuelche, por la zona donde habita, patria de aquella etnia tan notable.

Llama la atención que un ave de ese tamaño no haya sido advertida por los numerosos naturalistas viajeros que recorrieron la región, y hablamos de figuras de la talla de Charles Darwin, George Musters, André Tournouer, Ramon Lista, Francisco Moreno y Max Birabén, entre otros.


Dibujo de Pablo Canevari - Rumboll, M. A. E. – 1974 –  Com. Museo Arg. Ciencias Naturales. Zoologia 4 (5)


Las breves referencias de Prichard son significativas ya que  habla de “un pequeño zambullidor crestado”. Lo de pequeño indica que no era el huala o macá grande (Podiceps major), mientras que lo de “crestado”  descartaría al similar macá plateado (Podiceps occipitalis) ya que según señala Erize esta cresta constituye el rasgo mas peculiar del PG por su coloración y ubicación,  ya que las plumas que la forman nacen de la frente y zona superciliar mientras que en P. occipitalis surgen de la región superciliar posterior y auricular. Igualmente el hecho de encontrarlo en una zona de mesetas basálticas con lagunas de agua dulce, muy próxima al lugar de su descubrimiento, refuerza la idea de que Prichard pudo haber sido el primer europeo en haber visto al macá tehuelche.

Alex Mouchard


REFERENCIAS

Ameghino, Florentino – 1898 – An existing ground-sloth in Patagonia. Natural Science 13:324.

Colombres, A. – 2001 – Seres Mitológicos Argentinos – Emecé, Bs. Aires

Owen,R. 1839. Fossil Mammalia, en Darwin, C. R. ed. - The zoology of the voyage of H.M.S. Beagle, under the command of Captain Fitzroy, during the years 1832 to 1836, London: Smith Elder and Co.

Darwin, C. R. – 1839 – Viaje de un naturalista alrededor del mundo – 2 vol. - Akal, Madrid, 1983.

Erize, F. -1983- Observaciones sobre Podiceps gallardoi – El Hornero – Numero Extraordinario 256-258

Hauthal, R., Roth, S, y R. Lehmann-Nietsche –1891- El mamífero misterioso de la Patagonia- Grypotherium domesticum. Revista del Museo de La Plata 9:411.

Hesketh Prichard, H. – 1902 - Through The Heart Of Patagonia. New York.

Lehmann-Nietsche, R. – 1902 - La pretendida existencia actual del Grypotherium - Supersticiones araucanas referentes a la lutra y al tigre. -Revista del Museo de La Plata 10: 271-281

Martinic, M. – 1996 -  La Cueva del Milodon (Ultima Esperanza, Patagonia chilena). Un siglo de descubrimientos y estudios referidos a la vida primitiva en el sur de America. Journal de la Société des Américanistes,  82: 311-323.

Musters, G.Ch. – (1871) 1964 – Vida entre los Patagones- Solar/ Hachette. Buneos Aires.

Rumboll, M. A. E. – 1974 – Una nueva especie de macá – Comunicaciones del Museo Argentino de Ciencias Naturales. Zoologia 4 (5)

Smith Woodward, A. y   Moreno, F. P. -1899- On a portion of mammalian skin named Neomylodon Listai from a cavern near Consuelo Cove, Last Hope Inlet, Patagonia - Proceedings of the Zoological Society of London,  67 (1): 144–156.

Tournouer, A. – 1901 – Sur le Neomylodon et l’animal mysterieux de la Patagonie – Comptes rendus de séances de l’Academie de Sciences. Paris.

domingo, 2 de diciembre de 2012

EL YACU TORO (Pyroderus scutatus): EL GRAN PÁJARO DE LA GARGANTA DE FUEGO:


YACÚ-TORO (Pyroderus scutatus)


“Pavão misterioso
Pássaro formoso
Tudo é mistério
Nesse teu voar”

Pavão Misterioso
Ney Matogrosso

[Pavo misterioso – pájaro hermoso – todo es misterio – en tu forma de volar]


Algunos días atrás estaba acampando con unos amigos a orillas del arroyo Uruzú en el Parque Provincial Uruguaí (Misiones/ Argentina). Habíamos pasado una semana en ese lugar maravilloso, uno de los últimos relictos de la selva paranaense. Pudimos ver una buena cantidad de especies de aves poco conocidas por nosotros,  los porteños. Sin embargo, esa mañana, cuando ya habíamos levantado el campamento para regresar, tenía la sensación de que me faltaba “la frutilla del postre”, así que decidí dar una última vuelta por las orillas del arroyo.

Entonces avisté un gran pájaro. Muy grande en realidad para ser un pájaro. Tenía el tamaño de una paloma picazuro y se lo veía revolotear desde su percha descolgando  unos pequeños frutos que colgaban de otra rama.  No le escuché ninguna voz, pero me llamó la atención su garganta de color rojo fuego. Tras breves minutos se alejó volando entre  la espesura. Recordé haber visto al ave en fotos y dibujos y supe que era un yacú-toro.

Ya vuelto a Buenos Aires busqué información sobre este extraordinario pájaro,  el mayor de los paseriformes de Argentina. Aunque solemos usar la palabra pájaro para cualquier ave más o menos pequeña, con pico, cuello y patas cortas,  los verdaderos pájaros  forman  un orden, los paseriformes,  que incluye por sí solo unas 5.400 especies, más de la mitad de las aves vivientes.

Parece ser que el primero en describir a este pájaro científicamente fue el zoólogo inglés George Shaw en 1792, y  afirmaba que ” no es mucho menor que un cuervo”, que es el paseriforme más grande del mundo.

Shaw, G. -1792-96. Musei Leveriani explicatio, anglica et latina
Shaw, cofundador de dos prestigiosas sociedades científicas como la Linnean Society  y  la Royal Society, había emprendido la tarea de describir los especímenes de la colección reunida por Sir Ashton Lever (ver recuadro). En ese menester se encontró con este curioso pájaro del cual ignoraba el país de origen y obviamente su hábitat, y quizás por eso fue dibujado posado sobre una roca. Su cuello de un “muy rico y brillante escarlata” le recordaba al  piauhau una especie de colorido similar, que vive en  Centroamérica y en el norte de Sudamérica, y que es una versión menor del yacú-toro.

   
Shaw ubicó  al ave en el género Coracias, creado por Brisson para una especie de cuervo, y que Linné caracterizó por tener un “pico como cuchillo, con el ápice recto”.


EL MUSEO LEVERIANO

Sir Ashton Lever fue un coleccionista de historia natural. Desde sus primeras colecciones de caracoles fue agregando especímenes de animales y objetos étnicos que almacenaba en su casa de Alkrington Hall, Manchester, donde terminó  organizando su exhibición gratuita al público en 1766. Más tarde, debido a la gran afluencia de público,  trasladó el museo a Londres donde se lo conocía como Holophysicon (es decir, “todo lo natural”) o Museo Leveriano. Cuando la colección ya llegaba a los 28.000 ejemplares, y pese  a cobrar entrada, Ashton quebró debido a la obsesión de seguir gastando dinero en nuevas colecciones. Intentó vender  su colección al Museo Británico y a la emperatriz Catalina II de Rusia, pero como no tuvo éxito termino organizando una gran rifa. El ganador,  James Parkinson,  lo mantuvo en funcionamiento hasta la muerte de Lever  y,  como el museo era más una colección de curiosidades que un museo científico,  solicitó a Gray que estudiara el material para organizarlo, lo cual hizo sin poder en muchos casos identificar la procedencia, como ocurrió con el yacú-toro.  Finalmente Parkinson puso en remate la colección que en su  mayor parte fue adquirida por el Museo Imperial de Viena.





Más tarde,  en 1840, Gray le creó un género nuevo, Pyroderus,  ya que Coracias se refería a los cuervos, y actualmente es un género del orden Coraciformes, aves llamadas en ingles “rollers” y en francés “rolliers”,  es decir “rodadores” por las acrobacias aéreas que realizan durante el cortejo. Observemos que Shaw habí aplicado a su ejemplar un nombre común libresco: red –breasted roller, o “rodador de pecho rojo”.

 Pyroderus, significa en griego “garganta (color) de  fuego” y de allí el título de nuestra entrada. Por ese rojo en la garganta Félix de Azara la designó con el nombre de "urraca degollada". Ubicó al yacú-toro  entre las urracas aunque sospechándole un parentesco  con los ictéridos como el tordo y el yapú. Parece que su gran tamaño y color oscuro confundía a los naturalistas que lo creían un córvido.  Sin embargo digamos para su beneficio que no conoció personalmente al pájaro  cuyos datos le fueron aportados por el cura Noseda, su asistente  en esto de describir la profusa avifauna del Paraguay. El nombre específico scutatus , “ con escudo”, también hace referencia al notable rojo de la garganta y cuello que se destaca como un blasón. Dice Noseda: “La garganta y sus costados, que son tan roxos encendidos, que parecen tripe lustroso”

Temminck, C. J. - Buffon, G. L. L.,  Huet, N. - Laugier de Chartrouse, G. M. J. M., - Prêtre, J. G -1838-

 Nouveau recueil de planches coloriées d'oiseaux



Mucho antes de Shaw y Azara, los guaraníes conocían este pájaro que engalanaba su medio ambiente. Lo denominaban  yacú toro, de “yacú”, que es el nombre que dan a las pavas de monte, apelativo que el pájaro se ganó por su gran tamaño. Por eso los brasileños la llaman  pavão-do-mato, o sea “pavo de la selva.”  Toro, fue tomado del español,  y se refiere a  su voz profunda, que suena como el mugido de un toro o  como si se soplara dentro de una botella. De allí también el nombre de pájaro torero que le dan en Venezuela, y el de toropisco (= “toro-pavo”) que le dan en Colombia. . Los indios mbyá también le dicen güyra-toro, es decir “ave toro”.



Como todo animal que se destaca por algún rasgo particular, el yacú-toro dio origen a varias leyendas. En una de ellas, compilada por Francisco Pérez-Maricevich, dos héroes míticos guaraníes, Pahí Rete Curajhy y Yasy-ra ( = “futura luna”) fueron a cazar pájaros para alimentar a los Mbahé Ypy (“los seres primitivos”) con quienes convivían y a los que consideraban  parientes muy  cercanos,  desconociendo que en realidad habían devorado  a su madre.  Al disparar Yasy-ra una flecha contra un loro, éste la  esquivó y le devolvió una verdad: “ Sustentáis a los que devoraron a vuestra madre”. Comprendiendo la realidad,  Pahí ordenó a Yasy-ra que devolviera la vida a todos los pájaros que habían cazado, liberándolos. Un lazo  hecho con raíces de muembe-pí o güembé, con el que había cazado una pava o  yacú,  también fue convertido en un pájaro y éste fue el yacu-sa-güé (= “lazo que fue del yacú”), que lleva en su pecho el color rojo oscuro de la espata del muembé-pí (Philodendron eichleri ?) a partir de la cual fuera creado.  Yacu-sa-güé es el nombre del yacú toro en las tradiciones religiosas guaraní-mbyá.



LEKS

Vistoso como pocas aves el yacú-toro macho usa sus galas para atraer a las hembras. Su sistema de cortejo es el conocido como “ lek”.  Esta es una palabra sueca que se traduce como  actividades lúdicas o placenteras. En este tipo de cortejo los machos se reúnen en sitios determinados llamados ‘arenas’, nombre que en la antigua Roma se refería al piso de los coliseos donde lidiaban los gladiadores.. El lek se divide en pequeños territorios que los machos defienden entre sí, logrando los más dominantes ocupar las posiciones centrales. Allí, a determinadas horas,  realizan despliegues posturales o de movimiento, a veces con vocalizaciones, principalmente para exhibir su plumaje. Los yacú-toro realizan cortos vuelos en círculo, cantando en conjunto,  mientras hacen temblar el cuerpo  y erizan las plumas del cuello.  Las señales emitidas por los machos en cortejo se amplifican al congregarse en un espacio menor de modo que las hembras tienen allí mejor oportunidad para seleccionar a los machos según la habilidad que muestran en sus despliegues,  la cual se supone se transmite genéticamente a la cría dándole mayor posibilidad de apareamiento a su debido tiempo.

Aunque ocurre principalmente en aves (galliformes, cotíngidos, pípridos o bailarines, etc.),  los leks también se ven en mamíferos (ciervos, antílopes, murciélagos) e insectos.



El yacú-toro es un ave que vive solitaria, escondida entre el follaje y generalmente en actitud pasiva. Los escritores Fausto Hernández y Elías Díaz Molano, ambos de Rosario, Argentina,  publicaron una obra de teatro llamada “Yacú-toro” donde adjudican a uno de los personajes esas características.
Lamentablemente esa actitud reservada no lo ha salvado de la  codicia humana, arrinconado en los pocos lugares donde la amplitud de la selva le permite desarrollar sus despliegues nupciales, debe eludir ahora el peligro de ser cazado para ser transformado en arte de pesca.






EL COLOR DEL YACU-TORO

Como hemos visto, una de las características más destacadas del yacu-toro es el parche de vivo color rojo de su cuello. Este rasgo es el que atrae la atención de las hembras así como la de los humanos que lo han plasmado en leyendas, y desgraciadamente también se lo ha utilizado para ornamentos como el akangu’a que era el tradicional adorno para la cabeza de los chamanes  y más recientemente para confeccionar “moscas” para pescar.

Las plumas de este tipo de parches se caracterizan por presentar cerca de la punta unas barbas especiales que presentan el extremo ensanchado en forma de maza y que carecen de bárbulas. Esta forma se debe a la fuerte deposición de pigmentos carotenoides que son responsables del color rojo-naranja. Allí la pluma carece de medula y los pigmentos se depositan en las células del córtex. Gracias a ello los pigmentos medulares como la melanina no interfieren con la coloración, mientras que el ensanchamiento permite mayor exposición del color, logrando más intensidad y brillo.

La producción de pigmentos carotenoides es metabólicamente más costosa, es decir que insume más cantidad de energía, que la de otros pigmentos como la melanina. Esto indicaría que los machos de color más brillante han podido consumir más energía para fabricar pigmentos,  ya que fueron más eficientes en obtenerla a través de su mejor capacidad para alimentarse. Por lo tanto es más ventajoso para las hembras  elegirlos pues así lograrían combinar sus propios genes con el de estos machos altamente eficientes, obteniendo una progenie con más futuro.





Alex Mouchard


REFERENCIAS


-Azara, F. de - (1802)- Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata. Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. 1992.

-Brisson, M. J. -1760-1763-  Ornithologie.

-Contreras, A. O.  - s/f – Rescatando las aves del paisaje guaraní – Paraguay.

-Hernández, F. y Díaz Molano, E.  - 1958- Yacu  Toro  - 61pp-  Ed. Castellevi SA. Santa Fe   1958.  

- Innes , R. C. -1979 - Club-tipped  Feathers in Some South American  Tanagers. Auk, 9:808.

-Payne, R B. -1984 - Sexual Selection, Lek and Arena Behavior, and Sexual Size Dimorphism in Birds. Ornithological Monographs Nº 33 - American Ornithologists' Union - Washington, D.C.

-Pérez-Maricevich, F.  (Compilación y selección ) -  Mitos y Leyendas del Paraguay - http://www.portalguarani.com/

-Shaw, G. -1792-96. Musei Leveriani explicatio, anglica et latina, containing select specimens from the museum of the late Sir Ashton Lever (1792–6), which had been moved to be displayed at the Blackfriars Rotunda.

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