Alex Mouchard
“Es una copia burda, exagerada, de su propia y
feliz caricatura”
Juan Burghi
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Ramphastos toco Dibujo de Edward Lear (Gould, 1834)
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A fines
de 1720 Claude Guillouet, señor de Orvilliers, gobernador de la Guyana o
Francia Equinoccial (actual Guayana Francesa), se dirigió desde esta colonia a
la capital, París, para solicitar que le enviaran un botánico ya que había
registrado una cantidad de plantas útiles para la medicina de esa época en que
no existía prácticamente otra fuente de remedios. El duque de Orleans, regente
de la corona, acudió al famoso botánico y médico Antoine de Jussieu, director
del Jardin des Plantes, quien recomendó a un desconocido médico de Perpignan,
Pierre Barrère. El joven doctor recibió el título de
“médico-botánico del rey en Cayena”, la capital de Guyana, y además un
interesante sueldo de 2000 libras por año.
Una vez
llegado a la colonia comenzó a recorrer las zonas costeras y el interior del
país colectando no sólo plantas, sino también animales y toda otra cosa rara y
curiosa. A pesar de que su cargo incluía la atención de enfermos de
la marina y del hospital, Barrère se rehusaba hacerlo a menos que sus pacientes
le pagaran la consulta. Este hecho quizás provocó su rápido regreso a Francia,
tras dos años de estadía. Su labor como naturalista, sus observaciones y los
materiales que obtuvo, fueron en cambio, bien valoradas por personajes como de
Jussieu y Buffon que autorizaron la publicación de su tardía obra “Essai sur
l'histoire naturelle de la France équinoxiale, ou Dénombrement des plantes, des
animaux & des minéraux qui se trouvent dans l'isle de Cayenne, les isles de
Remire, sur les côtes de la mer et dans le continent de la Guyane”
(1741). Además de otras obras sobre Guyana, Barrère publicó trabajos
sobre ornitología de la provincia francesa de Roussillon (“Ornithologiae
Specimen Novum”, 1745), sobre anatomía humana y sobre fósiles. Poco antes de
morir en 1755 fue designado decano de la facultad de Perpignan.
Entre las
numerosas aves que mencionaba en su trabajo sobre Guyana (las descripciones son
muy breves) se encuentra la Pica Brasilica o TouKan, que
merece este comentario “La lengua del TouKan es de una forma bastante singular;
es una pluma bien delicada, que mide aproximadamente medio pie [unos 16 cm] de
largo”. Es decir que este rasgo anatómico fue lo que más le llamó la atención
de la extravagante ave.
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Toucan de Cayenne o Toco
Dibujo de François Nicolas Martinet (Daubenton, 1765-1783)
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A través
de los comentarios de viajeros como Barrère y otros, Buffon (1770-1785) elaboró
un retrato de los tucanes donde, como era su costumbre, les atribuía algunos
rasgos morales opinando que, a diferencia de las aves más “normales” que tienen
una “fisionomía fina y agradable y casi espiritual”, las hay, como los tucanes,
que “tienen un pico tan grande como una cabeza, se presentan con un aire
estúpido, rara vez contradicho por sus hábitos naturales”. Algo con
lo cual no estaba de acuerdo Humboldt, como ya veremos. Para Buffon ese
monstruoso pico, que le recordaba una máscara para asustar niños, “delgado y
débil, lejos de ser útil, solo hace daño al pájaro que, de hecho, no puede
agarrar nada, desgarrar nada, trozar nada; y que para comer está obligado a tragar
su comida entera sin triturarla ni incluso desmenuzarla. Además, este pico
lejos de ser un instrumento útil, un arma o incluso un contrapeso, por el
contrario, es sólo una masa como palanca, que dificulta el vuelo del pájaro y
le da un aspecto como medio caedizo, que parece arrastrarlo al suelo, incluso
cuando quiere elevarse”.
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The Toco (Latham, 1781-1802)
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Obsérvese
como a partir de su aspecto y sus prejuicios Buffon construyó un erróneo
concepto de un ave que es producto de millones de años de evolución, los que
pudo atravesar gracias a las ventajas adaptativas que, entre otras cosas, le
brinda su pico. Pero la teoría de Darwin aún estaba lejos y Buffon seguía
enumerando los “errores o caprichos” de la Naturaleza: “el pico excesivo e
inútil del tucán contiene una lengua aún más inútil, cuya estructura es muy
extraordinaria; no es un órgano carnoso o cartilaginoso como la lengua de todos
los animales u otras aves, es una verdadera pluma, mal ubicada, como podemos
ver, y encerrada dentro del pico como en un estuche”. Pico que el
viajero Lery (1578) consideró monstruoso y denominó “pico de picos”, y a cuyo
portador otro viajero, Guillaume Dampier (1723), llamó “todo-pico”. Y no se
privaba el sabio francés de ahondar en la psicología de estas aves: “la
vivacidad de sus movimientos no resta valor a su grave aire, porque este pico
grande les da una fisionomía triste y seria que sus grandes ojos suaves y sin
fuego aún aumentan más; de modo que, aunque son muy animados y muy inquietos,
solo parecen más torpes y poco alegres”.
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Pica brasillica Los dedos están mal dibujados: tres hacia delante y
uno hacia atrás, en vez de dos y dos (Gessner, 1560)
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A partir
de la descripción del toco, nombre que le dio Buffon “para
distinguirla de las demás”, Philipp Statius Müller en 1776 creó el
nombre científico que conserva hasta la actualidad: Ramphastos toco.
Gessner (1560) había descripto al tucán para el que propuso el nombre
latino Ramphestes, que, alterado por Aldrovandi, dio Ramphastos,
adoptado por Linné para designar al género. Esta palabra significa “que tiene
pico (grande)”, y viene del griego ramphos: pico ganchudo de ave de
rapiña, pico en general, y astes: poseedor.
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Pica bressilica Obviamente copiado de Gessner como se puede ver por
los dedos dibujados incorrectamente (Aldrovandi, 1560)
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El tucán
ya era conocido en Europa muchos años antes de los trabajos de Buffon. Quizás
las primeras noticias las aportó Fernández de Oviedo (1526): “La ave que ay en
tierra firme que los cristianos llaman picudo, y tiene un pico muy
grande, según la pequeñez del cuerpo, el qual pico pesa mucho más que todo el
cuerpo. Este pájaro no es mayor que una Codorniz, o poco más, pero el bulto es
muy mayor, porque tiene mucha más pluma que carne. Su plumaje es muy lindo y de
muchos colores, y el pico es tan grande como un xeme [unos 15 cm], o más,
rebuelto para abaxo, y al principio a par de la cabeça tan ancho como tres
dedos o quasi; y la lengua que tiene, es una pluma, y da grandes silvos, y haze
agujeros con el pico en los arvoles, por donde se mete y cría allí dentro; y
cierto es ave muy estraña, y para ver, porque es muy diferente de todas quantas
aves yo he visto, assí por la lengua, que como es dicho, es una pluma, como por
su vista y desproporción del gran pico respeto del cuerpo. Ninguna ave ay que
quando cría este más segura y sin temor de los gatos, assí porque ellos no
pueden entrar a tomarles los huevos o los hijos por la manera del nido; como
porque en sintiendo que ay gatos se meten en su nido y tienen el pico hazia
fuera, y dan tales picadas que el gato ha por bien de no curar dellos”.
Aclaremos que los españoles de esa época llamaban gatos a los monos.
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Pico de un ave traída de las tierras nuevas (Belon, 1555)
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“Los
primeros naturalistas, habiendo visto sólo el pico del tucán, que los virtuosos
de los siglos XVI y XVI estimaron como una producción maravillosa, concluyeron
que el ave debe haber pertenecido al orden acuático y de patas palmeadas, ya
que éste contiene muchas especies con desarrollo notable del pico, adaptado
para capturar peces. Algunos viajeros también relataron historias fabulosas de
tucanes que recurrían a las orillas de los ríos para alimentarse de peces”
(Bates, 1910). Será por eso que los españoles le daban el nombre de alcatraz,
asimilándolo al pelícano, y creyendo que se alimentaba de pescado. Aunque ya
Thevet (1558) señalaba “Algunos podrían pensar que era acuático, lo que no es
muy probable, como lo he visto por experiencia”.
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Pica brasilica (Jonston, 1657)
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Si bien
en cautiverio aceptaba cualquier alimento, en libertad era considerado como un
frugívoro casi absoluto. Así Thevet (1575) señalaba: “Además, esta
ave no vive de otra cosa en los bosques donde tiene su residencia, y come
también cierto pimiento largo y rojo … además vive de un fruto
llamado ierauna, que crece en cierto árbol, a manera de una ciruela verde,
fruta que es toda redonda”. La dieta del tucán provocó no poca controversia
entre los naturalistas. Los autores que lo conocieron en las Guayanas, como
Waterton (1879) afirmaban que se alimentaban enteramente de frutas de la selva
y que nunca mataban los pichones de otras aves ni tocaban la carroña.
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Tucán con un ratoncito en el
pico mostrando que no sólo se alimenta de frutas (Rennie, 1835)
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Schomburgk
(1922-1923) informaba además que su dieta consistía principalmente de los
frutos de diversas especies de pimientos (Capsicum) y de allí su nombre
alemán de Pfefferfresser (comedor de pimienta). En
Brasil, Wied (1832) observaba: “Todas las mañanas y las tardes estos tucanes
andaban por el bosque y volaban hacia los árboles de guayaba, de cuyos frutos
eran ávidos. Cuando las naranjas maduran, se dice que se acercan mucho a las
viviendas”.
En
cambio, Azara (1992), señalaba a los tucanes como temidos depredadores de
huevos y pichones, porque son “páxaros avicidas y perjudiciales, no obstante
que la naturaleza parece se propuso juntar en ellos todas las apariencias y
formas opuestas al exercicio cruel y carnicero … Los tucanos, a pesar de todo
destruyen a muchos páxaros; porque con su voluminoso y estravagante pico
imponen respeto y miedo a todas las aves, y las embisten y ahuyentan de sus
nidos, y a su misma vista tragan enteros los huevos y los pollos, que sacan aún
de los agujeros con el pico o desbaratan los nidos si es menester … Aún el nido
fuerte del Hornero, contra quien no puede el tiempo ni otros enemigos, no es
resguardo suficiente contra los tucanos, porque esperan que la lluvia humedezca
el barro, y le desbaratan a picotazos para comer los huevos y los
pollos”. Y estas observaciones las corrobora Juan Pedro Larraburu
(1944) con un tucán grande que tenía su familia en semicautiverio: “algunas
veces, mientras estaba filosofando posado en su percha, después de haber
engullido alguna naranja, pasaba en vuelo en ese momento, cerca de él, un
pilincho [Guira guira] de mi colección, y en el preciso instante que lo
enfrentaba, el Tucano, con veloz y certero movimiento, alargaba el cuello y lo
apresaba con el pico por el medio del cuerpo como a una mariposa”.
Resulta
muy interesante la observación ecológica que da el jesuita Dobrizhoffer (1822)
sobre el tucán grande: “Se alimenta con las semillas maduras del árbol caà [la
yerba mate, Ilex paraguariensis], pero como esas semillas son muy
glutinosas para ser digeridas, las vomita enteras, y ellas producen nuevos
árboles, para gran beneficio de los pobladores”. Por eso se lamentaba Paucke
(2010) ante sus infructuosos intentos de cultivar la yerba mate: “¡Oh! cuántas
veces pensé entre mí: el ave Tucán hace en un solo silbido lo que yo no puedo
conseguir durante meses”.
Es notable la destreza que tiene el tucán para
comer aún objetos tan pequeños como una semilla de cáñamo que, según Brehm
(1965), toma con verdadera delicadeza con las puntas del pico, lo
levanta verticalmente y lo deja caer en las fauces. Según Humboldt
(1907): “El tucán se asemeja al cuervo en conducta e inteligencia. Es un animal
valiente, pero fácilmente domesticable. Su pico largo y robusto sirve para
defenderlo a distancia. Se hace dueño de la casa, roba todo lo que puede
encontrar y le encanta bañarse a menudo y pescar a orillas del río. El tucán
que habíamos comprado era muy joven; sin embargo, durante todo el viaje, se
deleitó en burlarse de los cusicusis, o monos nocturnos, que son melancólicos e
irritables. No observé lo que se ha relacionado en algunas obras de historia
natural, que el tucán se ve obligado, debido a la estructura de su pico, a
tragar su comida tras arrojarla al aire. De hecho, la levanta con cierta
dificultad del suelo, pero, una vez que la ha agarrado con la punta de su enorme
pico, solo tiene que levantarla tirando la cabeza hacia atrás y manteniéndola
vertical mientras está tragando. Esta ave hace gestos extraordinarios cuando se
prepara para beber. Los monjes dicen que hace la señal de la cruz sobre el
agua; y esta creencia popular le ha conseguido al tucán, de parte de los
criollos, el nombre singular de diostedé”. Sin embargo, el tucán no parece
beber en forma distinta al resto de las aves: “En una ocasión, uno descendió a
posarse en la raíz de un árbol a unos 40 cm sobre la oscura agua de un arroyo
de tierras bajas para beber. Se inclinó con cautela, dudando varias veces antes
de sumergir la punta del pico en el agua, una precaución debida a la presencia
de peces feroces y yacarés (caimanes). Cuando aseguró unas gotas de agua, echó
la cabeza hacia atrás y se tragó el líquido” (Wetmore, 1926).
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Dibujos anatómicos del pico, lengua y pies del tucán (Gould, 1834)
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Cabeza y lengua de tucán (Rennie, 1835)
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Volviendo
al tema de la lengua el anatomista Blumenbach (1827) opinaba: “La
lengua del tucán (Ramphastos) tiene a veces varias pulgadas de largo,
pero apenas dos líneas de ancho en su raíz. Tiene el aspecto, toda ella de una
ballena de cetáceo; y sus márgenes son fibrosos”. Feuillé (1714)
decía al respecto: “Su lengua, casi tan larga como el pico, está compuesta por
una membrana blanca muy tenue, escotada profundamente a cada lado, y tan
delicada, que parece una pluma”. Una descripción más detallada la proporciona
John Gould (1834): “El filo posterior o proceso proyectado hacia atrás, es
ancho y con una estrecha muesca; estaba ubicado a 4 líneas [8,5 mm] de la
glotis. Por delante de este proceso la lengua es suave y con diminutas papilas
por una extensión de 4 líneas [8,5 mm], y aquí es donde más probablemente reside
el sentido del gusto; el resto del órgano consiste en una lámina córnea
trasparente, aplanada horizontalmente y soportada por el proceso anterior del
hueso hioides, que forma un filo a lo largo de la línea media de su superficie
inferior. A casi 4 pulgadas [10 cm] del extremo de la lámina córnea los
márgenes muestran escotaduras oblicuas, y estas escotaduras, haciéndose más
profundas y apretadas hacia la extremidad, producen el aspecto de barbillas a
cada lado de la lengua. Estas barbillas, observa el Sr. Vigors, eran aplicadas
generalmente, antes de ser tragados, a los trozos de alimento sostenidos entre
las mandíbulas”.
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Tucano (Sanchez Labrador, 1968)
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Siendo
una mascota apreciada por los nativos y los colonos, muchos naturalistas
tuvieron oportunidad de observar y comunicar el comportamiento de los tucanes
en cautiverio, aunque tal práctica no dejaba de tener sus inconvenientes como
lo sufría el padre Sánchez Labrador (1968): “Es pájaro, por ventura,
el más singular de los que pueblan el aire del Paraguay … En su hermoso pico
une el tunca la belleza que los picaflores, y el restante vulgo de las aves,
ostenta en sus matizadas plumas … Se compone el pico de una sustancia delicada,
de hueso muy esponjoso por dentro; y por fuera de una como escama o cortecita
muy sutil … Mantuve en mi aposento tal cual unos días, pero le eché afuera,
porque no es un ave para quien gusta del aseo. Por todas partes excreta y lo
ensucia todo”. Refiere además que “mientras otras aves duermen en las ramas
bajas él desde una rama alerta vigila y produce un murmullo con su lengua como
de palabras mal pronunciadas. Esparce hacia todos lados este rumor con el fin
de que duerman sin zozobra de ser sorprendidas”. Buffon, quizás refiriéndose a
otra especie, dice que emite un extraño silbido durante bastante tiempo por lo
que recibe el nombre de ave predicadora.
Pica brasiliensis
(Ray &
Willughby, 1678)
Como
vemos, Sánchez Labrador, también describía la estructura del extraño pico y en
Ray & Willughby (1678) leemos sobre el desmesurado pico lo siguiente: “Es
de una sustancia muy delgada como el pergamino, pero huesuda, brillante, muy
ligera, hueca e internamente capaz de almacenar una gran cantidad de aire: por
lo que creo que, a diferencia de otras aves, no necesita narinas: siendo tan
delgado el pico que el aire puede penetrarlo fácilmente. Y si la Naturaleza
hubiera hecho alguna abertura en él, lo habría hecho propenso a la fractura.
Por lo tanto, también es posible que lo haya provisto con algunos dientes, para
que el pico no pueda cerrarse herméticamente, para admitir fácilmente la
entrada de aire”. Como hace notar Smith (2007), si analizamos las figuras de
Thevet que aquí se reproducen veremos que en la primera le coloca malamente las
narinas a mitad del pico y en la segunda, prudentemente, las elimina del todo,
ya que en realidad son pequeñas y están ocultas bajo las plumas de la base del
pico. Esta delicadeza del pico hacía dudar a Faber sobre las cualidades de
carpintero que le atribuía Oviedo.
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TouKan – Obsérvese la posición de las narinas en la mitad del pico (Thevet, 1558)
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TouKan – Las narinas ya no aparecen (Thevet, 1575)
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“Ningún
ser humano, aun el de la nariz más grande puede aparecer tan disforme y
contrahecho como esta ave con su pico colosal” (Paucke, 2010). La función de
semejante pico no acababa de comprenderse, aún en pleno siglo
XIX. “No podrás conjeturar con qué fines la naturaleza ha
sobrecargado la cabeza de esta ave con un pico tan enorme. No puede ser para la
ofensiva, ya que no tiene necesidad de hacer la guerra con ninguna de las
tribus de la naturaleza animal; porque su alimento son frutas y semillas, y están
en superabundancia durante todo el año en las regiones donde se encuentra el
tucán. Difícilmente puede ser para la defensiva, ya que el tucán no es cazado
por ningún ave en América del Sur, y si estuviera obligado a estar en guerra,
la textura del pico no está bien adaptada para dar o recibir golpes” (Waterton,
1926). Para Bates (1910) el pico sirve “para permitirle al Tucán alcanzar y
devorar la fruta estando posado y, por lo tanto, contrarrestará la desventaja
que su cuerpo pesado y su apetito glotón le darían en la competencia con grupos
similares de aves”. Darwin (1871) supuso que "los tucanes pueden deber el
enorme tamaño de sus picos a la selección sexual, por mostrar las rayas
diversificadas y vívidas de color con el que se adornan estos órganos". Los
investigadores modernos (Tattersall, 2009) parecen inclinarse más bien por una
función termorreguladora, aunque ello no explica el notable colorido.
LA METAFÍSICA DEL TUCÁN
“¡Qué asombrosos son los
fenómenos y fantasías de la naturaleza! ¿Con qué propósito, decimos, existe
un pájaro en los bosques de Cayena, con un pico de un metro de largo, que
hace un ruido como el de un cachorro atragantado y pone huevos en huecos de
árboles ? Los Tucanes, sin duda, podrían replicar: ¿con qué propósito fueron
creados los caballeros de Bond Street? ¿Con qué propósito fueron creados
ciertos parlamentarios tontos y parlanchines que molestan en la Cámara de los
Comunes con su ignorancia y locura, impidiendo los asuntos del país. No hay
respuesta para tales preguntas. Entonces no entraremos en la metafísica del
tucán”
Charles Waterton, 1879
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La voz
del tucán grande dista de ser melodiosa. Azara dice que se limita a un rac. Y sin
embargo Eurico Santos (1938) nos relata sus conciertos que “tienen lugar entre
las sombras del amanecer o el crepúsculo de la tarde. En el día señalado, no
falta nadie. El centro de la reunión siempre está bien elegido, con un árbol
gigantesco y ramoso, al borde del bosque, con vistas a la vegetación
circundante. Después de que todos se posan, se escuchan los primeros compases.
La corriente principal de la armonía enciende el fusible y todo canta; a veces
puedes ver al solista y al coro, luego hay verdaderos duetos y, finalmente, una
falta de armonía generalizada. Mientras cantan, parece que se entusiasman, y es
una alegría verlos acompañar sus discordancias con la cola, con la cabeza y,
cautivados por el encanto de sus propias voces, lanzar por ahí la partitura.
Parece que aprecian realmente estos conciertos, hasta el punto de que, cuando
están ejecutándolos, se desentienden de todo lo que los rodea. Los campesinos,
los cazadores y las personas que a menudo van al bosque, dicen que cuando los
tucanes y los arasarís castañetean el pico y hacen barullo en el bosque, el
tiempo va a cambiar. Aquí en el estado de Río corre el dicho; "Tucán en
las sierras, lluvia en el suelo"”.
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Le toco
Dibujo de Jacques Barraband (Levaillant, 1801-1806)
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VESTIDOS,
ADORNOS, MEDICINAS, COMIDA
La
belleza del plumaje de los tucanes fue apreciada en mucho por los nativos, y no
sólo por ellos. Sus plumas adornaban también los vestidos de las damas de la
realeza europea del siglo XVI. Como se puede ver en la pintura de Jean Baptiste
Debret, el emperador Pedro I de Brasil vistió para la ceremonia de su
coronación una capa con plumas de pecho de tucán.
The coronation of Emperor Pedro I of Brazil in
1822
Jean Baptiste Debret.
Fuente: História Viva
59. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Coroa%C3%A7ao_pedro_I_001.jpg
Cuenta
Thevet (1575): “Los salvajes tienen una buena técnica para desollar estas aves,
y de la misma forma donde está este plumaje amarillo, lo acomodan para hacer
adornos para la suerte según su moda, y algunos vestidos y sombreros, y muchas
otras cosas para su placer. Traje a Francia un sombrero rico y muy bello, hecho
de ese plumaje, el cual obsequié al rey llamado Enrique Segundo, como cosa rara
y singular, digna de admiración, por la calidad de la obra, donde estos
salvajes hicieron un entretejido de plumas muy bello con hilos de corteza de
árbol”.
Lery
(1578) dice que el pecho del tucán “una vez despellejado por los salvajes, les
sirve además tanto para cubrir y adornar las mejillas, como otras partes más de
sus cuerpos, lo que suelen usar cuando bailan llamándolo Toucan-tabouracé,
es decir pluma para bailar, lo cual estiman mucho: toda vez que poseyéndolas en
gran cantidad muchos de ellos no tienen ninguna dificultad para regalarlas o
cambiarlas por las mercancías que les llevan los franceses y portugueses que
comercian por allá … Se adhieren a cada una de sus mejillas, con una cera que
llaman Yrayetic, una pechuga de pájaro cubierta con pequeñas y sutiles plumas
amarillas. Este adorno es largo y ancho de unos tres dedos, es llamado por
ellos Toucan, del nombre del ave que lo lleva, que como describí en su lugar,
no solo tiene todo el resto del cuerpo tan negro como un cuervo, sino que
también tiene el pico excesivamente grueso y monstruoso”.
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Gorro con pico de tucán – Indios mocovíes
(Paucke, https://pueblosoriginarios.com/recursos/colecciones/
paucke/content/large/indumentaria_mocovi.jpg)
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En la
provincia de Goyaz, Castelnau (1850) pudo ver entre los indios xambioás, varios
tocados de plumas que provocaron su admiración. Eran guardados en una cabaña
sagrada, y si por desgracia una mujer hubiera tratado de admirarlos o
simplemente verlos, le esperaba una muerte inmediata por tal sacrilegio”. Bates
compró a un jefe de los mundurucus “dos hermosos cetros de plumas, con sus
estuches de bambú. Son de forma cilíndrica, de aproximadamente tres pies de
largo y tres pulgadas de diámetro, y están hechas pegando con cera finas plumas
blancas y amarillas del pecho del tucán en varillas gruesas, y la parte
superior está adornada con largas plumas de las colas de loros, trogones y
otras aves. Los Mundurucus son considerados los más expertos trabajadores en plumas
de todas las tribus sudamericanas. Sin embargo, es muy difícil lograr que se
separen de esos artículos, ya que parecen tener una especie de respeto
supersticioso por ellos. Fabrican tocados, fajas y túnicas, además de cetros;
las plumas las eligen con un buen ojo para dar un contraste adecuado de
colores, y los cañones se insertan en fuertes redes de algodón, tejidas con
palitos de tejer, en la forma requerida. Los vestidos se usan solo durante sus
festivales”.
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Cabezal qom con pico de tucán (Catálogo Toba-Qom, Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti. FFyL -
UBA) http://raicestobaslp.blogspot.com/2012/04/presentacion-de-nuestras-qom-loonatac.html
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Los
guaraníes también confeccionaban capas, coronas, tocados y pulseras con plumas
de diversas aves, entre ellas los tucanes. Los mantos de plumas eran usados por
los hechiceros y caciques.
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Indígena toba-pilagá con
tocado con pico de tucán (Arnott,
1934)
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Schomburgk
(1922-1923) comenta que los macuxis usan grandes pompones de plumas de tucán y
en un encuentro con los maiongkong aprende el uso que le daban a esas plumas,
que denominaban tshaoko en su lengua. “Las elegantes decoraciones de plumas de
los hombres consistían en la mayor parte de gruesos filetes de cabeza de las
plumas rojas y amarillas que en los Rhamphastos erythrorhynchus [Ramphastos tucanus]
y R. vitellinus crecen inmediatamente por encima de la raíz de
la cola. Como los Guinaus, Uaupes y Pauixanas, así como los Maiongkongs
fabrican sus tocados y mantos comunes con estas plumas, ambas especies de
Rhamphastidae pronto serían exterminadas si no se tomara una precaución
extremadamente astuta para evitar esta destrucción de estos proveedores de
vestuario. Con este fin, solo emplean una flecha muy pequeña untada con veneno
extremadamente débil, con el resultado de que la herida infligida por tal arma
es demasiado insignificante para ser mortal, mientras que la poca potencia del
urari sólo hace que el pájaro pierda los sentidos: se cae, las plumas
requeridas se le sacan y, después de un corto tiempo, se recupera para que tal
vez le disparen y le roben en otra oportunidad”.
Para
estas vestimentas y adornos se prefería generalmente las plumas pectorales de
vibrante color amarillo del tucán ariel (Ramphastos ariel) y del tucán
pico verde (Ramphastos dicolorus), porque como aclara Descourtilz
(1854-1856), el tucán grande es “mucho menos buscado que los dos anteriores,
contra los que se libraba una guerra cruel, dado que los adornos confeccionados
con el parche colorido de sus gargantas estaban de moda y constituían un objeto
de comercio: el tucán grande escapó de la destrucción, sin embargo, los
cazadores nativos a veces lo sacrifican, porque hacen recipientes para pólvora
con su pico superior, sin agregarle más que un tapón en el extremo pequeño, que
cortan, y reservando, para formar la parte inferior, la placa ósea de donde
surge”.
Ramphastos
megarhynchus
Dibujo de Adrien Taunay
(https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Adrien_Taunay_Ramphastos_1826.jpg)
También
comenta Schomburgk que, entre los warrau, la entrada de los niños en el mundo
de los hombres no es tan simple: tienen que someterse a varias pruebas para
demostrar su fuerza y valor. Éstas consisten en su mayor parte en heridas
dolorosas que se cortan en el pecho y los brazos con los colmillos del jabalí o
la punta del pico del tucán”. Antiguamente los caciques qom usaban un pico de
tucán, al que denominaban doqo’to ‘poleo o ‘mayo
le’ta#, para adornar la diadema que llevaban en tiempos de guerra
(Arenas & Porini, 2009). ‘poleo y le’ta# dan
idea de grande o monstruoso quizás en referencia al pico del ave o al tamaño de
ésta. Dobrizhoffer (1822) conoció un indígena “yaaucaniga abipón quien, al ir a
combatir, siempre se ataba un gigantesco pico de tunca en su nariz, para
hacerse más terrible al enemigo”.
Otro uso
del pico del tucán entre los indígenas del río Napo (Ecuador) era a manera de
cuchara para inhalar por la nariz una infusión de tabaco (Orton, 1870). Ya en
el terreno medicinal en Paraguay y Argentina se usaba el pico de tucán en polvo
en una taza de mate cocido para detener hemorragias, y para tratar el mal
caduco o epilepsia. En este caso debía estar acompañado de la lengua para
surtir efecto. “Los salvajes también atribuyen grandes virtudes a esta lengua
de plumas, y la usan como remedio en varias enfermedades” (Buffon). Su pico con
la lengua incluida se utilizaba en la colonia para tratar el mal caduco o
epilepsia (Sánchez Labrador, 1968).
La carne
del tucán es despreciada por algunas etnias pero otras como los mbyá-guaraníes
y cainguáes de Misiones lo consumían en guisos. Bates observaba que en los
meses de junio y julio los indígenas de la zona de Ega (Amazonas) cazaban en
gran cantidad los tucanes que se concentraban en los bosques secos, alejándose
del igapó inundado por el río. Lo consumían estofado o asado y era un ítem
importante en su dieta en esos meses. La mayoría de los naturalistas europeos
consideraban al tucán muy difícil de cazar por ser ave muy desconfiada y
sigilosa. Los nativos usaban flechas de punta roma para evitar perforar la piel
y ensuciar las preciadas plumas con sangre.
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Ramphastos toco - Tucano de papo branco (Descourtilz, 1854-1856)
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EL TUCAN
EN MITOS, LEYENDAS, CUENTOS Y POESIAS
Pese a
ser ave tan llamativa el tucán está pobremente representado en los mitos y
leyendas nativas. En cambió es un habitué de los cuentos, canciones y poesías
infantiles modernos. Quizás porque como decía d’Orbigny (1835-1847): “El tucán,
con un pico tan grande como él mismo, parece ser el bufón de los anfitriones
del bosque, por su aire almidonado, por la ridiculez de sus gestos, cuando hace
oír su voz desagradable”. Y corrobora Paucke (2010): “Ningún ser humano, aún el
de la nariz más grande puede aparecer tan disforme y contrahecho que esta ave
con su pico colosal”. Es esa mezcla entre la seriedad de su traje, la alegría
de sus colores y el aire pasayesco que le da su gran “nariz” la que atrae la
atención de los más chicos, en cuyos dibujos es frecuente que aparezca. Aunque
también aparece en la poesía y las canciones de los adultos como veremos.
Para los
awajaun de la Amazonía peruana los tucanes eran antiguamente hombres que Etsa,
el Sol, creador del mundo, transformó en aves (Mayor Aparicio & Bodmer,
2009). En la región xingú los mellizos Keri, el sol y Kame, la luna estaban
cubiertos de plumas: el sol, de tucán y arará rojo; la luna, de yapú, y la aurora,
de plumas de tucán.
Un relato
guaraní explica el origen del gran pico del tucán. El Tatú Tunpa (el dios Tatú)
se encontraba enemistado con el joven Tukan, y cuando llega la fiesta de su
casamiento no lo invita. Tukan se cuela y cuando Tatú Tunpa lo descubre le pide
a la novia que lo convide con chicha servida en una calabaza
alargada. Cuando Tukan comenzaba a beber, Tatú Tunpa le envió un conjuro y el
recipiente se le pegó en la cara sin que se lo pudiera sacar, por lo cual se
alejó volando convertido en tucán. Para los chiriguanos el protagonista era el
zorro, el Aguará Tunpa, aunque el resto del cuento es similar.
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Artesanía qom - Obra de Eduardo
Custodio http://raicestobaslp.blogspot.com/2012/04/presentacion-de-nuestras-qom-loonatac.html
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En la
mitología wichi, el héroe Tokjuaj, transformado en vampiro es perseguido por un
tucán. Tokjuaj se esconde en el hueco de un árbol y el tucán picotea el tronco
hasta que parte la cabeza del héroe que queda muerto en el piso con figura de
murciélago (Carlos Ortiz, en Terán, 1998)
Más allá
de las cosmologías de los pueblos originarios la modernidad homenajeó al Tucán
con una constelación. Según el padre jesuita José Guevara (1836) es “el tunca,
más afortunado que los demás, pues ha subido a ser una de las constelaciones
del mar del sur”. En efecto hacia 1595 los navegantes holandeses Pieter
Keyser y Frederick de Houtman designaron con el nombre de Tucana
a una constelación del hemisferio sur.
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Constelación del Tucán - Johann Bayer's Uranometria (1661 edition)
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Luego hay
una serie de creencias que lo sindican como anunciador, sobre todo de lluvias.
Dicen los qom que si pasan volando dos tucanes, seguro llueve. Lo mismo pasa si
se cambian de una isla de monte a otra. Entre los Qom de Formosa el tucán
grande o coto’ lta’a “cuando aparece en una comunidad,
vuela o cruza o queda en algunos árboles anuncia algo, peste grande, como que
abarca toda la gente, viene peste de toda la comunidad” (relato de Félix
Suárez, en Medrano (2017)). Pero, en cambio en Perú, si se toma agua
del bebedero donde lo hizo el diostedé, estará uno a salvo de enfermedades.
DIOSTEDÉ
“Díjome mi criado Carlos de Aguilar,
que el Gataró ó Dios te dé, hace una señal de cruz sobre el agua, antes
de beber, ó sobre los alimentos que va á comer, pronunciando inmediatamente Dios te' dé, de donde le dan el mismo nombre … La misma
señora doña Marinaa- Dávila vio que una persona,
á quien le dieron el remedio de beber el agua donde bebía el Guazalé “Díjome
mi criado Carlos de Aguilar, que el Gataró ó Dios te dé, hace una señal de cruz sobre el agua, antes
de beber, ó sobre los alimentos que va á comer, pronunciando inmediatamente Dios te' dé, de donde le dan el mismo nombre … La misma
señora doña Marina Dávila vio que una persona,
á quien le dieron el remedio de beber el agua donde bebía el Guazalé (1), quedóse, sin embargo, con la enfermedad.”
(1)
De donde resulta que Gataró y Guazalé son voces
sinónimas. Recordaremos (véase pág. 505) que el Guazalé ó Diosdará
es la aveRamphastos Linn.”
José Celestino Mutis
(1761)
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Tunca o Cotaá
Dibujo de Florian Paucke - (Calvo & Benzi, s/f)
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La
siguiente poesía está dedicada por el poeta paraguayo Carlos Villagra Marsal
al tukâ hovy o arasarí chico (Selenidera maculirostris)
y la consignamos porque tiene algunas observaciones sobre su comportamiento:
La
ambiciosa jornada del tukâ hovy
De
bucanero y artista exorbitante
te vamos
a calificar:
lúcido
saltimbanqui,
voluptuoso
rapaz,
entre
volantines empinas la garganta
y
sobrevienes y saqueas y te vas
del goce
purpúreo
de un
guayabal
a los
riesgosos pichones
de
karakará,
del huevo
sagrado
de la
perdiz tataupá
al
cauteloso pimpollo
de la
canela montaraz,
y se
malicia
que hasta
sabes volar
sin alas,
mascando la semilla soltadora
del
kurupa'y itá.
Un breve
espejo recamado
es para
ti la aurora enhiesta del palmar;
en ella
te contemplas,
cónyuge
de la luz ungido ya,
desde tu
grácil bañadera:
la corola
intensa del ñandypá.
Pero el
resplandor embiste
y es
menester aparejar
-pirata
de párpado pelado,
polícromo
capitán tu
navegación
de
bandera negra y azafrán,
de verde
espolón
descomunal.
Así
empieza y ocurre el abordaje
de las
presas que aliña tu afán;
sin
embargo, apenas anochece
por la
oscilante ramazón, estribas el gran
pico en
la espalda
y además
le
cobijas con tu cola;
ahora
bien, arduo tucán:
ese
cumbreño anclaje en el silencio
tampoco
te saciará.
Ramphastos
toco
Dibujo de Jean Gabriel Prêtre (Lesson, 1831)
Y un par
de ejemplos más de la lírica tucanesca:
Tucán
lunero
Te vi con
tus negras plumas
Pájaro
Tucán, tucán lunero
subido en
las ramas de la luna
una
noche, comiendo luceros.
Te he
visto, tucán
con tu
ojos rendondos
alegre y
triunfal
con el
cielo de fondo.
Tucán
lunero, tucán lunerito
nunca
pensé que volaras tanto,
he
descubierto que tu inmenso pico
es tan
liviano, como el algodón blanco.
Alejandro
J. Díaz Valero
(https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-156351)
A un
Tucán
Qué me
intentas decir con tu graznido,
del
gorjeo primitivo de tu celo,
parloteo
ruidoso de un modelo
que
empieza y que termina sin sentido.
De
vuestro alfange curvo y colorido,
largo
como ninguno, hay en tu vuelo
un torpe
salto que te lleva al suelo,
grávido
de la guerra y del herido.
Monógama
ave tierna y cariñosa,
de patas
cortas, fuertes, y saltona;
detallista,
romántica y galante.
A dónde
vas de fiesta, y elegante,
con ese
smoking y esa blanca rosa
que en tu
bolsillo y traje... no me entona.?
Andi Del
Alba
(http://www.mundopoesia.com/foros/temas/a-un-tucan.630780/)
LOS TANTOS NOMBRES DEL TUCAN
Parece que el primero en registrar el nombre fue
Thevet (1558): “En la costa marina, la mercancía más frecuente es el plumaje
de un pájaro que llaman en su idioma toucan". Buffon,
basándose en Lery, dice que “el mismo nombre de tucán significa pluma en el
idioma brasileño”. Almeida Nogueira (1879) supone con dudas ti:
pico, y cang: óseo, y propone túb-cáb: quiebra
huevos. Otras fuentes lo consideran onompatopéyico, como proveniente de su
grito toucaraca. Bates señala que sus gritos “tienen una vaga semejanza a las
sílabas Tocano, Tocano, de allí el nombre indígena de este género
de aves”. “Tucano, tucano, viene ruidosamente de un árbol cubierto de frutas,
donde los grandes tucanes alborotan” (Edwards, 1861). Richard Schomburgk, por
su parte, dice que “su peculiar nota, que imita el tintineo de las
sílabas pia-po-o-co, por lo que los venezolanos llaman al pájaro
Piapoco, resuena en el bosque todo el día”. ¿Habrá salido de allí el toco buffoniano?
Y acá va parte de la prolífica ornitonimia del
tucán:
Guyana: Gros bec (= pico grueso), witstuit
Surinam: banane beck (=pico de banana) o koejakee
(o kouïakey) gramman, es decir, gobernador o jefe de los tucanes.
Caribe: toukousia o touko
Macuxi (Guyana, Brasil): bouradi o curauwui, que
significa nariz.
Warrau (delta del Orinoco): harietia o haritya
Chamacoco (Chaco boreal) = ho
Mbya= (c)atodi
Mbya-guaraní: tukanguachu
Guaraní: tunca
Brasil = Tucan uçú, Tucano assú
Misiones (Argentina): Tucano
Corrientes, Chaco (Argentina): Tucá
Wichi: tuk
Qom: Qoýo lta`a (ave grande, padre de las
aves)
Mocoví: Cotaá
Jíbaro (Perú): tsukanga o tsukagká
Ecuador, Perú: lo llaman predicador, porque mueve
la cabeza como un sacerdote y parece decir: "Dios te dé", apelativo
que también le dan. También en el nordeste argentino le decían predicador por
su vestimenta negra y porque con su barullo parece sermonear a las otras
aves.
Perú: tulcan, pisiti, tuca, cuaja, pinsha.
Durante la época colonial los españoles los llamaban carpenteros
(carpinteros) o taca-tacas en el idioma peruano, creyendo que también golpean
los árboles. También alcatraz (creyéndolo ave marina) lo que persistió
también en Tucumán y Salta (Argentina)
Bolivia: tucu-tucu.
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