"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


viernes, 1 de mayo de 2020

EL TUCÁN GRANDE (Ramphastos toco) Y SU EXTRAÑA LENGUA

Alex Mouchard




“Es una copia burda, exagerada, de su propia y feliz caricatura” 

                                                                                       Juan Burghi





Ramphastos toco  
Dibujo de Edward Lear (Gould, 1834)




A fines de 1720 Claude Guillouet, señor de Orvilliers, gobernador de la Guyana o Francia Equinoccial (actual Guayana Francesa), se dirigió desde esta colonia a la capital, París, para solicitar que le enviaran un botánico ya que había registrado una cantidad de plantas útiles para la medicina de esa época en que no existía prácticamente otra fuente de remedios. El duque de Orleans, regente de la corona, acudió al famoso botánico y médico Antoine de Jussieu, director del Jardin des Plantes, quien recomendó a un desconocido médico de Perpignan, Pierre Barrère.  El joven doctor recibió el título de “médico-botánico del rey en Cayena”, la capital de Guyana, y además un interesante sueldo de 2000 libras por año.

Una vez llegado a la colonia comenzó a recorrer las zonas costeras y el interior del país colectando no sólo plantas, sino también animales y toda otra cosa rara y curiosa.  A pesar de que su cargo incluía la atención de enfermos de la marina y del hospital, Barrère se rehusaba hacerlo a menos que sus pacientes le pagaran la consulta. Este hecho quizás provocó su rápido regreso a Francia, tras dos años de estadía. Su labor como naturalista, sus observaciones y los materiales que obtuvo, fueron en cambio, bien valoradas por personajes como de Jussieu y Buffon que autorizaron la publicación de su tardía obra “Essai sur l'histoire naturelle de la France équinoxiale, ou Dénombrement des plantes, des animaux & des minéraux qui se trouvent dans l'isle de Cayenne, les isles de Remire, sur les côtes de la mer et dans le continent de la Guyane” (1741).  Además de otras obras sobre Guyana, Barrère publicó trabajos sobre ornitología de la provincia francesa de Roussillon  (“Ornithologiae Specimen Novum”, 1745), sobre anatomía humana y sobre fósiles. Poco antes de morir en 1755 fue designado decano de la facultad de Perpignan.

Entre las numerosas aves que mencionaba en su trabajo sobre Guyana (las descripciones son muy breves) se encuentra la Pica Brasilica o TouKan, que merece este comentario “La lengua del TouKan es de una forma bastante singular; es una pluma bien delicada, que mide aproximadamente medio pie [unos 16 cm] de largo”. Es decir que este rasgo anatómico fue lo que más le llamó la atención de la extravagante ave.



Toucan de Cayenne o Toco
Dibujo de François Nicolas Martinet 
(Daubenton, 1765-1783) 



A través de los comentarios de viajeros como Barrère y otros, Buffon (1770-1785) elaboró un retrato de los tucanes donde, como era su costumbre, les atribuía algunos rasgos morales opinando que, a diferencia de las aves más “normales” que tienen una “fisionomía fina y agradable y casi espiritual”, las hay, como los tucanes, que “tienen un pico tan grande como una cabeza, se presentan con un aire estúpido, rara vez contradicho por sus hábitos naturales”.  Algo con lo cual no estaba de acuerdo Humboldt, como ya veremos. Para Buffon ese monstruoso pico, que le recordaba una máscara para asustar niños, “delgado y débil, lejos de ser útil, solo hace daño al pájaro que, de hecho, no puede agarrar nada, desgarrar nada, trozar nada; y que para comer está obligado a tragar su comida entera sin triturarla ni incluso desmenuzarla. Además, este pico lejos de ser un instrumento útil, un arma o incluso un contrapeso, por el contrario, es sólo una masa como palanca, que dificulta el vuelo del pájaro y le da un aspecto como medio caedizo, que parece arrastrarlo al suelo, incluso cuando quiere elevarse”.


The Toco
 (Latham, 1781-1802)


Obsérvese como a partir de su aspecto y sus prejuicios Buffon construyó un erróneo concepto de un ave que es producto de millones de años de evolución, los que pudo atravesar gracias a las ventajas adaptativas que, entre otras cosas, le brinda su pico. Pero la teoría de Darwin aún estaba lejos y Buffon seguía enumerando los “errores o caprichos” de la Naturaleza: “el pico excesivo e inútil del tucán contiene una lengua aún más inútil, cuya estructura es muy extraordinaria; no es un órgano carnoso o cartilaginoso como la lengua de todos los animales u otras aves, es una verdadera pluma, mal ubicada, como podemos ver, y encerrada dentro del pico como en un estuche”.  Pico que el viajero Lery (1578) consideró monstruoso y denominó “pico de picos”, y a cuyo portador otro viajero, Guillaume Dampier (1723), llamó “todo-pico”. Y no se privaba el sabio francés de ahondar en la psicología de estas aves: “la vivacidad de sus movimientos no resta valor a su grave aire, porque este pico grande les da una fisionomía triste y seria que sus grandes ojos suaves y sin fuego aún aumentan más; de modo que, aunque son muy animados y muy inquietos, solo parecen más torpes y poco alegres”.




Pica brasillica
Los dedos están mal dibujados: tres hacia delante 
y uno hacia atrás, en vez de dos y dos  
(Gessner, 1560)


A partir de la descripción del toco, nombre que le dio Buffon “para distinguirla de las demás”, Philipp Statius Müller en 1776  creó el nombre científico que conserva hasta la actualidad: Ramphastos toco. Gessner (1560) había descripto al tucán para el que propuso el nombre latino Ramphestes, que, alterado por Aldrovandi, dio Ramphastos, adoptado por Linné para designar al género. Esta palabra significa “que tiene pico (grande)”, y viene del griego ramphos: pico ganchudo de ave de rapiña, pico en general, y astes: poseedor.





Pica bressilica 
Obviamente copiado de Gessner como se puede ver 
por los dedos dibujados incorrectamente 
(Aldrovandi, 1560) 


El tucán ya era conocido en Europa muchos años antes de los trabajos de Buffon. Quizás las primeras noticias las aportó Fernández de Oviedo (1526): “La ave que ay en tierra firme que los cristianos llaman picudo, y tiene un pico muy grande, según la pequeñez del cuerpo, el qual pico pesa mucho más que todo el cuerpo. Este pájaro no es mayor que una Codorniz, o poco más, pero el bulto es muy mayor, porque tiene mucha más pluma que carne. Su plumaje es muy lindo y de muchos colores, y el pico es tan grande como un xeme [unos 15 cm], o más, rebuelto para abaxo, y al principio a par de la cabeça tan ancho como tres dedos o quasi; y la lengua que tiene, es una pluma, y da grandes silvos, y haze agujeros con el pico en los arvoles, por donde se mete y cría allí dentro; y cierto es ave muy estraña, y para ver, porque es muy diferente de todas quantas aves yo he visto, assí por la lengua, que como es dicho, es una pluma, como por su vista y desproporción del gran pico respeto del cuerpo. Ninguna ave ay que quando cría este más segura y sin temor de los gatos, assí porque ellos no pueden entrar a tomarles los huevos o los hijos por la manera del nido; como porque en sintiendo que ay gatos se meten en su nido y tienen el pico hazia fuera, y dan tales picadas que el gato ha por bien de no curar dellos”. Aclaremos que los españoles de esa época llamaban gatos a los monos.




Pico de un ave traída de las tierras nuevas 
(Belon, 1555)


“Los primeros naturalistas, habiendo visto sólo el pico del tucán, que los virtuosos de los siglos XVI y XVI estimaron como una producción maravillosa, concluyeron que el ave debe haber pertenecido al orden acuático y de patas palmeadas, ya que éste contiene muchas especies con desarrollo notable del pico, adaptado para capturar peces. Algunos viajeros también relataron historias fabulosas de tucanes que recurrían a las orillas de los ríos para alimentarse de peces” (Bates, 1910). Será por eso que los españoles le daban el nombre de alcatraz, asimilándolo al pelícano, y creyendo que se alimentaba de pescado. Aunque ya Thevet (1558) señalaba “Algunos podrían pensar que era acuático, lo que no es muy probable, como lo he visto por experiencia”.




Pica brasilica 
(Jonston, 1657)



Si bien en cautiverio aceptaba cualquier alimento, en libertad era considerado como un frugívoro casi absoluto. Así  Thevet (1575) señalaba: “Además, esta ave no vive de otra cosa en los bosques donde tiene su residencia, y come también cierto pimiento largo y rojo …  además vive de un fruto llamado ierauna, que crece en cierto árbol, a manera de una ciruela verde, fruta que es toda redonda”. La dieta del tucán provocó no poca controversia entre los naturalistas. Los autores que lo conocieron en las Guayanas, como Waterton (1879) afirmaban que se alimentaban enteramente de frutas de la selva y que nunca mataban los pichones de otras aves ni tocaban la carroña. 



Tucán con un ratoncito en el pico 
mostrando que no sólo se alimenta de frutas 
(Rennie, 1835)



Schomburgk (1922-1923) informaba además que su dieta consistía principalmente de los frutos de diversas especies de pimientos (Capsicum) y de allí su nombre alemán de Pfefferfresser (comedor de pimienta).  En Brasil, Wied (1832) observaba: “Todas las mañanas y las tardes estos tucanes andaban por el bosque y volaban hacia los árboles de guayaba, de cuyos frutos eran ávidos. Cuando las naranjas maduran, se dice que se acercan mucho a las viviendas”. 




Toucan
(Paré, 1585)




En cambio, Azara (1992), señalaba a los tucanes como temidos depredadores de huevos y pichones, porque son “páxaros avicidas y perjudiciales, no obstante que la naturaleza parece se propuso juntar en ellos todas las apariencias y formas opuestas al exercicio cruel y carnicero … Los tucanos, a pesar de todo destruyen a muchos páxaros; porque con su voluminoso y estravagante pico imponen respeto y miedo a todas las aves, y las embisten y ahuyentan de sus nidos, y a su misma vista tragan enteros los huevos y los pollos, que sacan aún de los agujeros con el pico o desbaratan los nidos si es menester … Aún el nido fuerte del Hornero, contra quien no puede el tiempo ni otros enemigos, no es resguardo suficiente contra los tucanos, porque esperan que la lluvia humedezca el barro, y le desbaratan a picotazos para comer los huevos y los pollos”.  Y estas observaciones las corrobora Juan Pedro Larraburu (1944) con un tucán grande que tenía su familia en semicautiverio: “algunas veces, mientras estaba filosofando posado en su percha, después de haber engullido alguna naranja, pasaba en vuelo en ese momento, cerca de él, un pilincho [Guira guira] de mi colección, y en el preciso instante que lo enfrentaba, el Tucano, con veloz y certero movimiento, alargaba el cuello y lo apresaba con el pico por el medio del cuerpo como a una mariposa”.



Resulta muy interesante la observación ecológica que da el jesuita Dobrizhoffer (1822) sobre el tucán grande: “Se alimenta con las semillas maduras del árbol caà [la yerba mate, Ilex paraguariensis], pero como esas semillas son muy glutinosas para ser digeridas, las vomita enteras, y ellas producen nuevos árboles, para gran beneficio de los pobladores”. Por eso se lamentaba Paucke (2010) ante sus infructuosos intentos de cultivar la yerba mate: “¡Oh! cuántas veces pensé entre mí: el ave Tucán hace en un solo silbido lo que yo no puedo conseguir durante meses”.




Tunca 
(Paucke, 2010)



Es notable la destreza que tiene el tucán para comer aún objetos tan pequeños como una semilla de cáñamo que, según Brehm (1965),  toma con verdadera delicadeza con las puntas del pico, lo levanta verticalmente y lo deja caer en las  fauces. Según Humboldt (1907): “El tucán se asemeja al cuervo en conducta e inteligencia. Es un animal valiente, pero fácilmente domesticable. Su pico largo y robusto sirve para defenderlo a distancia. Se hace dueño de la casa, roba todo lo que puede encontrar y le encanta bañarse a menudo y pescar a orillas del río. El tucán que habíamos comprado era muy joven; sin embargo, durante todo el viaje, se deleitó en burlarse de los cusicusis, o monos nocturnos, que son melancólicos e irritables. No observé lo que se ha relacionado en algunas obras de historia natural, que el tucán se ve obligado, debido a la estructura de su pico, a tragar su comida tras arrojarla al aire. De hecho, la levanta con cierta dificultad del suelo, pero, una vez que la ha agarrado con la punta de su enorme pico, solo tiene que levantarla tirando la cabeza hacia atrás y manteniéndola vertical mientras está tragando. Esta ave hace gestos extraordinarios cuando se prepara para beber. Los monjes dicen que hace la señal de la cruz sobre el agua; y esta creencia popular le ha conseguido al tucán, de parte de los criollos, el nombre singular de diostedé”. Sin embargo, el tucán no parece beber en forma distinta al resto de las aves: “En una ocasión, uno descendió a posarse en la raíz de un árbol a unos 40 cm sobre la oscura agua de un arroyo de tierras bajas para beber. Se inclinó con cautela, dudando varias veces antes de sumergir la punta del pico en el agua, una precaución debida a la presencia de peces feroces y yacarés (caimanes). Cuando aseguró unas gotas de agua, echó la cabeza hacia atrás y se tragó el líquido” (Wetmore, 1926).





Dibujos anatómicos del pico, lengua y pies del tucán 
(Gould, 1834)





Cabeza y lengua de tucán 
(Rennie, 1835)

  
Volviendo al tema de la lengua el anatomista Blumenbach (1827) opinaba:  “La lengua del tucán (Ramphastos) tiene a veces varias pulgadas de largo, pero apenas dos líneas de ancho en su raíz. Tiene el aspecto, toda ella de una ballena de cetáceo; y sus márgenes son fibrosos”.  Feuillé (1714) decía al respecto: “Su lengua, casi tan larga como el pico, está compuesta por una membrana blanca muy tenue, escotada profundamente a cada lado, y tan delicada, que parece una pluma”. Una descripción más detallada la proporciona John Gould (1834): “El filo posterior o proceso proyectado hacia atrás, es ancho y con una estrecha muesca; estaba ubicado a 4 líneas [8,5 mm] de la glotis. Por delante de este proceso la lengua es suave y con diminutas papilas por una extensión de 4 líneas [8,5 mm], y aquí es donde más probablemente reside el sentido del gusto; el resto del órgano consiste en una lámina córnea trasparente, aplanada horizontalmente y soportada por el proceso anterior del hueso hioides, que forma un filo a lo largo de la línea media de su superficie inferior. A casi 4 pulgadas [10 cm] del extremo de la lámina córnea los márgenes muestran escotaduras oblicuas, y estas escotaduras, haciéndose más profundas y apretadas hacia la extremidad, producen el aspecto de barbillas a cada lado de la lengua. Estas barbillas, observa el Sr. Vigors, eran aplicadas generalmente, antes de ser tragados, a los trozos de alimento sostenidos entre las mandíbulas”.




Tucano 
(Sanchez Labrador, 1968)


Siendo una mascota apreciada por los nativos y los colonos, muchos naturalistas tuvieron oportunidad de observar y comunicar el comportamiento de los tucanes en cautiverio, aunque tal práctica no dejaba de tener sus inconvenientes como lo sufría el padre Sánchez Labrador (1968):  “Es pájaro, por ventura, el más singular de los que pueblan el aire del Paraguay … En su hermoso pico une el tunca la belleza que los picaflores, y el restante vulgo de las aves, ostenta en sus matizadas plumas … Se compone el pico de una sustancia delicada, de hueso muy esponjoso por dentro; y por fuera de una como escama o cortecita muy sutil … Mantuve en mi aposento tal cual unos días, pero le eché afuera, porque no es un ave para quien gusta del aseo. Por todas partes excreta y lo ensucia todo”. Refiere además que “mientras otras aves duermen en las ramas bajas él desde una rama alerta vigila y produce un murmullo con su lengua como de palabras mal pronunciadas. Esparce hacia todos lados este rumor con el fin de que duerman sin zozobra de ser sorprendidas”. Buffon, quizás refiriéndose a otra especie, dice que emite un extraño silbido durante bastante tiempo por lo que recibe el nombre de ave predicadora.




                                Pica brasiliensis 
(Ray & Willughby, 1678)




Como vemos, Sánchez Labrador, también describía la estructura del extraño pico y en Ray & Willughby (1678) leemos sobre el desmesurado pico lo siguiente: “Es de una sustancia muy delgada como el pergamino, pero huesuda, brillante, muy ligera, hueca e internamente capaz de almacenar una gran cantidad de aire: por lo que creo que, a diferencia de otras aves, no necesita narinas: siendo tan delgado el pico que el aire puede penetrarlo fácilmente. Y si la Naturaleza hubiera hecho alguna abertura en él, lo habría hecho propenso a la fractura. Por lo tanto, también es posible que lo haya provisto con algunos dientes, para que el pico no pueda cerrarse herméticamente, para admitir fácilmente la entrada de aire”. Como hace notar Smith (2007), si analizamos las figuras de Thevet que aquí se reproducen veremos que en la primera le coloca malamente las narinas a mitad del pico y en la segunda, prudentemente, las elimina del todo, ya que en realidad son pequeñas y están ocultas bajo las plumas de la base del pico. Esta delicadeza del pico hacía dudar a Faber sobre las cualidades de carpintero que le atribuía Oviedo.




TouKan – Obsérvese la posición de las narinas en la mitad del pico 
 (Thevet, 1558)


TouKan – Las narinas ya no aparecen 
(Thevet, 1575)



“Ningún ser humano, aun el de la nariz más grande puede aparecer tan disforme y contrahecho como esta ave con su pico colosal” (Paucke, 2010). La función de semejante pico no acababa de comprenderse, aún en pleno siglo XIX.  “No podrás conjeturar con qué fines la naturaleza ha sobrecargado la cabeza de esta ave con un pico tan enorme. No puede ser para la ofensiva, ya que no tiene necesidad de hacer la guerra con ninguna de las tribus de la naturaleza animal; porque su alimento son frutas y semillas, y están en superabundancia durante todo el año en las regiones donde se encuentra el tucán. Difícilmente puede ser para la defensiva, ya que el tucán no es cazado por ningún ave en América del Sur, y si estuviera obligado a estar en guerra, la textura del pico no está bien adaptada para dar o recibir golpes” (Waterton, 1926). Para Bates (1910) el pico sirve “para permitirle al Tucán alcanzar y devorar la fruta estando posado y, por lo tanto, contrarrestará la desventaja que su cuerpo pesado y su apetito glotón le darían en la competencia con grupos similares de aves”. Darwin (1871) supuso que "los tucanes pueden deber el enorme tamaño de sus picos a la selección sexual, por mostrar las rayas diversificadas y vívidas de color con el que se adornan estos órganos". Los investigadores modernos (Tattersall, 2009) parecen inclinarse más bien por una función termorreguladora, aunque ello no explica el notable colorido.


 

LA METAFÍSICA DEL TUCÁN

 

“¡Qué asombrosos son los fenómenos y fantasías de la naturaleza! ¿Con qué propósito, decimos, existe un pájaro en los bosques de Cayena, con un pico de un metro de largo, que hace un ruido como el de un cachorro atragantado y pone huevos en huecos de árboles ? Los Tucanes, sin duda, podrían replicar: ¿con qué propósito fueron creados los caballeros de Bond Street? ¿Con qué propósito fueron creados ciertos parlamentarios tontos y parlanchines que molestan en la Cámara de los Comunes con su ignorancia y locura, impidiendo los asuntos del país. No hay respuesta para tales preguntas. Entonces no entraremos en la metafísica del tucán”

 

Charles Waterton, 1879

 



La voz del tucán grande dista de ser melodiosa. Azara dice que se limita a un rac. Y sin embargo Eurico Santos (1938) nos relata sus conciertos que “tienen lugar entre las sombras del amanecer o el crepúsculo de la tarde. En el día señalado, no falta nadie. El centro de la reunión siempre está bien elegido, con un árbol gigantesco y ramoso, al borde del bosque, con vistas a la vegetación circundante. Después de que todos se posan, se escuchan los primeros compases. La corriente principal de la armonía enciende el fusible y todo canta; a veces puedes ver al solista y al coro, luego hay verdaderos duetos y, finalmente, una falta de armonía generalizada. Mientras cantan, parece que se entusiasman, y es una alegría verlos acompañar sus discordancias con la cola, con la cabeza y, cautivados por el encanto de sus propias voces, lanzar por ahí la partitura. Parece que aprecian realmente estos conciertos, hasta el punto de que, cuando están ejecutándolos, se desentienden de todo lo que los rodea. Los campesinos, los cazadores y las personas que a menudo van al bosque, dicen que cuando los tucanes y los arasarís castañetean el pico y hacen barullo en el bosque, el tiempo va a cambiar. Aquí en el estado de Río corre el dicho; "Tucán en las sierras, lluvia en el suelo"”.




Le toco
Dibujo de Jacques 
Barraband 
(Levaillant, 1801-1806) 







VESTIDOS, ADORNOS, MEDICINAS, COMIDA

La belleza del plumaje de los tucanes fue apreciada en mucho por los nativos, y no sólo por ellos. Sus plumas adornaban también los vestidos de las damas de la realeza europea del siglo XVI. Como se puede ver en la pintura de Jean Baptiste Debret, el emperador Pedro I de Brasil vistió para la ceremonia de su coronación una capa con plumas de pecho de tucán. 





The coronation of Emperor Pedro I of Brazil in 1822
Jean Baptiste Debret. 
Fuente: História Viva 59. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Coroa%C3%A7ao_pedro_I_001.jpg



Cuenta Thevet (1575): “Los salvajes tienen una buena técnica para desollar estas aves, y de la misma forma donde está este plumaje amarillo, lo acomodan para hacer adornos para la suerte según su moda, y algunos vestidos y sombreros, y muchas otras cosas para su placer. Traje a Francia un sombrero rico y muy bello, hecho de ese plumaje, el cual obsequié al rey llamado Enrique Segundo, como cosa rara y singular, digna de admiración, por la calidad de la obra, donde estos salvajes hicieron un entretejido de plumas muy bello con hilos de corteza de árbol”.

Lery (1578) dice que el pecho del tucán “una vez despellejado por los salvajes, les sirve además tanto para cubrir y adornar las mejillas, como otras partes más de sus cuerpos,  lo que suelen usar cuando bailan llamándolo Toucan-tabouracé, es decir pluma para bailar, lo cual estiman mucho: toda vez que poseyéndolas en gran cantidad muchos de ellos no tienen ninguna dificultad para regalarlas o cambiarlas por las mercancías que les llevan los franceses y portugueses que comercian por allá … Se adhieren a cada una de sus mejillas, con una cera que llaman Yrayetic, una pechuga de pájaro cubierta con pequeñas y sutiles plumas amarillas. Este adorno es largo y ancho de unos tres dedos, es llamado por ellos Toucan, del nombre del ave que lo lleva, que como describí en su lugar, no solo tiene todo el resto del cuerpo tan negro como un cuervo, sino que también tiene el pico excesivamente grueso y monstruoso”.





Gorro con pico de tucán – Indios mocovíes
(Paucke, https://pueblosoriginarios.com/recursos/colecciones/ paucke/content/large/indumentaria_mocovi.jpg)


En la provincia de Goyaz, Castelnau (1850) pudo ver entre los indios xambioás, varios tocados de plumas que provocaron su admiración. Eran guardados en una cabaña sagrada, y si por desgracia una mujer hubiera tratado de admirarlos o simplemente verlos, le esperaba una muerte inmediata por tal sacrilegio”. Bates compró a un jefe de los mundurucus “dos hermosos cetros de plumas, con sus estuches de bambú. Son de forma cilíndrica, de aproximadamente tres pies de largo y tres pulgadas de diámetro, y están hechas pegando con cera finas plumas blancas y amarillas del pecho del tucán en varillas gruesas, y la parte superior está adornada con largas plumas de las colas de loros, trogones y otras aves. Los Mundurucus son considerados los más expertos trabajadores en plumas de todas las tribus sudamericanas. Sin embargo, es muy difícil lograr que se separen de esos artículos, ya que parecen tener una especie de respeto supersticioso por ellos. Fabrican tocados, fajas y túnicas, además de cetros; las plumas las eligen con un buen ojo para dar un contraste adecuado de colores, y los cañones se insertan en fuertes redes de algodón, tejidas con palitos de tejer, en la forma requerida. Los vestidos se usan solo durante sus festivales”.




Cabezal qom con pico de tucán  
(Catálogo Toba-Qom, Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti. FFyL - UBA)
 http://raicestobaslp.blogspot.com/2012/04/presentacion-de-nuestras-qom-loonatac.html




Los guaraníes también confeccionaban capas, coronas, tocados y pulseras con plumas de diversas aves, entre ellas los tucanes. Los mantos de plumas eran usados por los hechiceros y caciques.




Indígena toba-pilagá con tocado con pico de tucán 
(Arnott, 1934)


Schomburgk (1922-1923) comenta que los macuxis usan grandes pompones de plumas de tucán y en un encuentro con los maiongkong aprende el uso que le daban a esas plumas, que denominaban tshaoko en su lengua. “Las elegantes decoraciones de plumas de los hombres consistían en la mayor parte de gruesos filetes de cabeza de las plumas rojas y amarillas que en los Rhamphastos erythrorhynchus [Ramphastos tucanus] y R. vitellinus crecen inmediatamente por encima de la raíz de la cola. Como los Guinaus, Uaupes y Pauixanas, así como los Maiongkongs fabrican sus tocados y mantos comunes con estas plumas, ambas especies de Rhamphastidae pronto serían exterminadas si no se tomara una precaución extremadamente astuta para evitar esta destrucción de estos proveedores de vestuario. Con este fin, solo emplean una flecha muy pequeña untada con veneno extremadamente débil, con el resultado de que la herida infligida por tal arma es demasiado insignificante para ser mortal, mientras que la poca potencia del urari sólo hace que el pájaro pierda los sentidos: se cae, las plumas requeridas se le sacan y, después de un corto tiempo, se recupera para que tal vez le disparen y le roben en otra oportunidad”.

         
                 Para estas vestimentas y adornos se prefería generalmente las plumas pectorales de vibrante color amarillo del tucán ariel (Ramphastos ariel) y del tucán pico verde (Ramphastos dicolorus), porque como aclara Descourtilz (1854-1856), el tucán grande es “mucho menos buscado que los dos anteriores, contra los que se libraba una guerra cruel, dado que los adornos confeccionados con el parche colorido de sus gargantas estaban de moda y constituían un objeto de comercio: el tucán grande escapó de la destrucción, sin embargo, los cazadores nativos a veces lo sacrifican, porque hacen recipientes para pólvora con su pico superior, sin agregarle más que un tapón en el extremo pequeño, que cortan, y reservando, para formar la parte inferior, la placa ósea de donde surge”.




                          Ramphastos megarhynchus 
Dibujo de Adrien Taunay        (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Adrien_Taunay_Ramphastos_1826.jpg)



También comenta Schomburgk que, entre los warrau, la entrada de los niños en el mundo de los hombres no es tan simple: tienen que someterse a varias pruebas para demostrar su fuerza y valor. Éstas consisten en su mayor parte en heridas dolorosas que se cortan en el pecho y los brazos con los colmillos del jabalí o la punta del pico del tucán”. Antiguamente los caciques qom usaban un pico de tucán, al que denominaban doqo’to ‘poleo o ‘mayo le’ta#, para adornar la diadema que llevaban en tiempos de guerra (Arenas & Porini, 2009). ‘poleo y le’ta# dan idea de grande o monstruoso quizás en referencia al pico del ave o al tamaño de ésta. Dobrizhoffer (1822) conoció un indígena “yaaucaniga abipón quien, al ir a combatir, siempre se ataba un gigantesco pico de tunca en su nariz, para hacerse más terrible al enemigo”.

Otro uso del pico del tucán entre los indígenas del río Napo (Ecuador) era a manera de cuchara para inhalar por la nariz una infusión de tabaco (Orton, 1870). Ya en el terreno medicinal en Paraguay y Argentina se usaba el pico de tucán en polvo en una taza de mate cocido para detener hemorragias, y para tratar el mal caduco o epilepsia. En este caso debía estar acompañado de la lengua para surtir efecto. “Los salvajes también atribuyen grandes virtudes a esta lengua de plumas, y la usan como remedio en varias enfermedades” (Buffon). Su pico con la lengua incluida se utilizaba en la colonia para tratar el mal caduco o epilepsia (Sánchez Labrador, 1968).

La carne del tucán es despreciada por algunas etnias pero otras como los mbyá-guaraníes y cainguáes de Misiones lo consumían en guisos. Bates observaba que en los meses de junio y julio los indígenas de la zona de Ega (Amazonas) cazaban en gran cantidad los tucanes que se concentraban en los bosques secos, alejándose del igapó inundado por el río. Lo consumían estofado o asado y era un ítem importante en su dieta en esos meses. La mayoría de los naturalistas europeos consideraban al tucán muy difícil de cazar por ser ave muy desconfiada y sigilosa. Los nativos usaban flechas de punta roma para evitar perforar la piel y ensuciar las preciadas plumas con sangre.





Ramphastos toco - Tucano de papo branco  
(Descourtilz, 1854-1856)




EL TUCAN EN MITOS, LEYENDAS, CUENTOS Y POESIAS

Pese a ser ave tan llamativa el tucán está pobremente representado en los mitos y leyendas nativas. En cambió es un habitué de los cuentos, canciones y poesías infantiles modernos. Quizás porque como decía d’Orbigny (1835-1847): “El tucán, con un pico tan grande como él mismo, parece ser el bufón de los anfitriones del bosque, por su aire almidonado, por la ridiculez de sus gestos, cuando hace oír su voz desagradable”. Y corrobora Paucke (2010): “Ningún ser humano, aún el de la nariz más grande puede aparecer tan disforme y contrahecho que esta ave con su pico colosal”. Es esa mezcla entre la seriedad de su traje, la alegría de sus colores y el aire pasayesco que le da su gran “nariz” la que atrae la atención de los más chicos, en cuyos dibujos es frecuente que aparezca. Aunque también aparece en la poesía y las canciones de los adultos como veremos.

Para los awajaun de la Amazonía peruana los tucanes eran antiguamente hombres que Etsa, el Sol, creador del mundo, transformó en aves (Mayor Aparicio & Bodmer, 2009). En la región xingú los mellizos Keri, el sol y Kame, la luna estaban cubiertos de plumas: el sol, de tucán y arará rojo; la luna, de yapú, y la aurora, de plumas de tucán.

Un relato guaraní explica el origen del gran pico del tucán. El Tatú Tunpa (el dios Tatú) se encontraba enemistado con el joven Tukan, y cuando llega la fiesta de su casamiento no lo invita. Tukan se cuela y cuando Tatú Tunpa lo descubre le pide a la novia que lo convide  con chicha servida en una calabaza alargada. Cuando Tukan comenzaba a beber, Tatú Tunpa le envió un conjuro y el recipiente se le pegó en la cara sin que se lo pudiera sacar, por lo cual se alejó volando convertido en tucán. Para los chiriguanos el protagonista era el zorro, el Aguará Tunpa, aunque el resto del cuento es similar.





Artesanía qom - Obra de Eduardo Custodio 
http://raicestobaslp.blogspot.com/2012/04/presentacion-de-nuestras-qom-loonatac.html




En la mitología wichi, el héroe Tokjuaj, transformado en vampiro es perseguido por un tucán. Tokjuaj se esconde en el hueco de un árbol y el tucán picotea el tronco hasta que parte la cabeza del héroe que queda muerto en el piso con figura de murciélago (Carlos Ortiz, en Terán, 1998)

Más allá de las cosmologías de los pueblos originarios la modernidad homenajeó al Tucán con una constelación. Según el padre jesuita José Guevara (1836) es “el tunca, más afortunado que los demás, pues ha subido a ser una de las constelaciones del mar del sur”. En efecto hacia 1595 los navegantes holandeses Pieter Keyser y Frederick de Houtman designaron con el nombre de Tucana a una constelación del hemisferio sur.


Constelación del Tucán - Johann Bayer's Uranometria (1661 edition)


Luego hay una serie de creencias que lo sindican como anunciador, sobre todo de lluvias. Dicen los qom que si pasan volando dos tucanes, seguro llueve. Lo mismo pasa si se cambian de una isla de monte a otra. Entre los Qom de Formosa el tucán grande o coto’ lta’a  “cuando aparece en una comunidad, vuela o cruza o queda en algunos árboles anuncia algo, peste grande, como que abarca toda la gente, viene peste de toda la comunidad” (relato de Félix Suárez, en Medrano (2017)).  Pero, en cambio en Perú, si se toma agua del bebedero donde lo hizo el diostedé, estará uno a salvo de enfermedades.


 

 

DIOSTEDÉ

 

“Díjome mi criado Carlos de Aguilar, que el Gataró ó Dios te dé, hace una señal de cruz sobre el agua, antes de beber, ó sobre los alimentos que va á comer, pronunciando inmediatamente Dios te' dé, de donde le dan el mismo nombre … La misma señora doña Marinaa- Dávila vio que una persona, á quien le dieron el remedio de beber el agua donde bebía el Guazalé “Díjome mi criado Carlos de Aguilar, que el Gataró ó Dios te dé, hace una señal de cruz sobre el agua, antes de beber, ó sobre los alimentos que va á comer, pronunciando inmediatamente Dios te' dé, de donde le dan el mismo nombre … La misma señora doña Marina Dávila vio que una persona, á quien le dieron el remedio de beber el agua donde bebía el Guazalé (1), quedóse, sin embargo, con la enfermedad.”

 

(1)             De donde resulta que Gataró y Guazalé son voces sinónimas. Recordaremos (véase pág. 505) que el Guazalé ó Diosdará es la aveRamphastos Linn.”

 

José Celestino Mutis (1761)

 









Tunca o Cotaá
Dibujo de Florian Paucke - (Calvo & Benzi, s/f)


La siguiente poesía está dedicada por el poeta paraguayo Carlos Villagra Marsal al tukâ hovy o arasarí chico (Selenidera maculirostris) y la consignamos porque tiene algunas observaciones sobre su comportamiento:

La ambiciosa jornada del tukâ hovy

De bucanero y artista exorbitante
te vamos a calificar:
lúcido saltimbanqui,
voluptuoso rapaz,
entre volantines empinas la garganta
y sobrevienes y saqueas y te vas
del goce purpúreo
de un guayabal
a los riesgosos pichones
de karakará,
del huevo sagrado
de la perdiz tataupá
al cauteloso pimpollo
de la canela montaraz,
y se malicia
que hasta sabes volar
sin alas, mascando la semilla soltadora
del kurupa'y itá.

Un breve espejo recamado
es para ti la aurora enhiesta del palmar;
en ella te contemplas,
cónyuge de la luz ungido ya,
desde tu grácil bañadera:
la corola intensa del ñandypá.
Pero el resplandor embiste
y es menester aparejar
-pirata de párpado pelado,
polícromo capitán tu
navegación
de bandera negra y azafrán,
de verde espolón
descomunal.

Así empieza y ocurre el abordaje
de las presas que aliña tu afán;
sin embargo, apenas anochece
por la oscilante ramazón, estribas el gran
pico en la espalda
y además
le cobijas con tu cola;
ahora bien, arduo tucán:
ese cumbreño anclaje en el silencio
tampoco te saciará.




                                            Ramphastos toco  
                               Dibujo de Jean Gabriel Prêtre (Lesson, 1831)




Y un par de ejemplos más de la lírica tucanesca:

Tucán lunero

Te vi con tus negras plumas
Pájaro Tucán, tucán lunero
subido en las ramas de la luna
una noche, comiendo luceros.

Te he visto, tucán
con tu ojos rendondos
alegre y triunfal
con el cielo de fondo.

Tucán lunero, tucán lunerito
nunca pensé que volaras tanto,
he descubierto  que tu inmenso pico
es tan liviano, como el algodón blanco.


Alejandro J. Díaz Valero
(https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-156351)



A un Tucán

Qué me intentas decir con tu graznido,
del gorjeo primitivo de tu celo,
parloteo ruidoso de un modelo
que empieza y que termina sin sentido.

De vuestro alfange curvo y colorido,
largo como ninguno, hay en tu vuelo
un torpe salto que te lleva al suelo,
grávido de la guerra y del herido.

Monógama ave tierna y cariñosa,
de patas cortas, fuertes, y saltona;
detallista, romántica y galante.

A dónde vas de fiesta, y elegante,
con ese smoking y esa blanca rosa
que en tu bolsillo y traje... no me entona.?

Andi Del Alba
(http://www.mundopoesia.com/foros/temas/a-un-tucan.630780/)







LOS TANTOS NOMBRES DEL TUCAN

Parece que el primero en registrar el nombre fue Thevet (1558): “En la costa marina, la mercancía más frecuente es el plumaje de un pájaro que llaman en su idioma toucan".  Buffon, basándose en Lery, dice que “el mismo nombre de tucán significa pluma en el idioma brasileño”. Almeida Nogueira (1879) supone con dudas ti: pico, y cang: óseo, y propone túb-cáb: quiebra huevos. Otras fuentes lo consideran onompatopéyico, como proveniente de su grito toucaraca. Bates señala que sus gritos “tienen una vaga semejanza a las sílabas Tocano, Tocano, de allí el nombre indígena de este género de aves”. “Tucano, tucano, viene ruidosamente de un árbol cubierto de frutas, donde los grandes tucanes alborotan” (Edwards, 1861). Richard Schomburgk, por su parte,  dice que “su peculiar nota, que imita el tintineo de las sílabas pia-po-o-co, por lo que los venezolanos llaman al pájaro Piapoco, resuena en el bosque todo el día”. ¿Habrá salido de allí el toco buffoniano?

Y acá va parte de la prolífica ornitonimia del tucán:

Guyana: Gros bec (= pico grueso), witstuit
Surinam: banane beck (=pico de banana) o koejakee (o kouïakey)  gramman, es decir, gobernador o jefe de los tucanes.
Caribe: toukousia o touko
Macuxi (Guyana, Brasil): bouradi o curauwui, que significa nariz.
Warrau (delta del Orinoco): harietia o haritya
Chamacoco (Chaco boreal) = ho
Mbya=  (c)atodi
Mbya-guaraní: tukanguachu
Guaraní: tunca
Brasil = Tucan uçú, Tucano assú
Misiones (Argentina): Tucano
Corrientes, Chaco (Argentina): Tucá
Wichi: tuk
Qom: Qoýo lta`a (ave grande, padre de las aves)
Mocoví: Cotaá
Jíbaro (Perú): tsukanga o tsukagká

Ecuador, Perú: lo llaman predicador, porque mueve la cabeza como un sacerdote y parece decir: "Dios te dé", apelativo que también le dan. También en el nordeste argentino le decían predicador por su vestimenta negra y porque con su barullo parece sermonear a las otras aves.
  
Perú: tulcan, pisiti, tuca, cuaja, pinsha. Durante la época colonial los españoles los llamaban carpenteros (carpinteros) o taca-tacas en el idioma peruano, creyendo que también golpean los árboles. También alcatraz (creyéndolo ave marina) lo que persistió también en Tucumán y Salta (Argentina)
Bolivia: tucu-tucu.










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viernes, 10 de enero de 2020

EL BAILARÍN AZUL (Chiroxiphia caudata) Y TADEUSZ CHROSTOWSKI, PADRE DE LA ORNITOLOGÍA PARANAENSE



“Lejos de la patria - en Foz de Iguazú, rodeado de hierbas azules, duerme tranquilo en su tumba, disfrutando el hechizo de la selva, la canción eterna de los bosques…”

Poema de Wojciech Breowicz (1938), dedicado a la memoria de Tadeusz Chrostowski






Long-tailed Manakin, dibujo de Willliam Swainson (1841)



En la segunda década del siglo XX, como muchos otros nobles europeos, los integrantes de la familia polaca Branicki se dedicaban a dilapidar sus fortunas en los círculos de la Belle Époque parisina, abandonando la vocación mecénica de sus antepasados. El museo zoológico financiado por la familia, Muzeum Zoologiczne Branickich, y dirigido por Jan Sztolcman, se encontró en dificultades para encarar nuevas expediciones de búsqueda de material para sus colecciones.  Uno de sus colaboradores voluntarios era el naturalista Tadeusz Chrostowski quien, habiéndole sido negado el apoyo financiero del gobierno ruso, se encontraba buscando fondos en Varsovia para su segundo viaje a Brasil, al estado de Paraná, sede de una importante colonización polaca, tras haber vuelto de un promisorio primer viaje a ese lugar. Dados los menguados recursos del Museo, Chrostowski buscó y consiguió ayuda de Carl Eduard Hellmayr, curador de ornitología del Museo de Zoología de Munich (Alemania), quien lo alentó a estudiar la avifauna del planalto meridional brasileño. A cambio  de su aporte, Tadeusz debía cederle los ejemplares duplicados que pudiera colectar (Straube & Urben, 2002).


A mediados de 1913  Chrostoswski desembarcaba en Santos, dirigiéndose por tren a San Pablo, donde visitó el Museo Paulista y a su director, Hermann von Ihering. Poco después se encontraba en Curitiba desde donde atravesando una zona de campos abiertos con manchones de bosques de araucarias, próximos a las nacientes del río Iguazú, alcanzó Río Negro en el límite con el estado de Santa Catarina. Siguiendo en ferrocarril llegó a Tres Barras. Se instaló en la cercana colonia Antônio Olinto, sobre el río Negro. El lugar estaba rodeado de áreas inundables y, más al sur, por espesas selvas, de las que hoy apenas quedan 4300 ha reforestadas y protegidas en la Floresta Nacional de Três Barras. Pasó allí varios meses estudiando la interesante avifauna y colectando ejemplares (Straube, 2016).


Selva virgen – Chrostowski (1922)



A fines de 1914 se trasladó a la cercana Terra Vermelha, en la desembocadura del río Negro en el Iguazú. Allí establecieron campamento con sus acompañantes, junto a unos esteros y cañaverales, donde desarrollaron las tareas de campo, acosados sin piedad por los mosquitos. En las noches, “toda la vegetación alrededor de mi tienda vistióse con una luz plateada de luna, como un manto fantasmal. Las oscuras profundidades del bosque se convirtieron en espacios misteriosos; las voces que de allí venían, parecían expresar la desesperación y discordia a las que estaban condenadas. Este poderoso e impactante momento en la selva brasileña me causó sentimientos de ansiedad y miedo”. Chrostowski no se limitaba a coleccionar aves y preparar pieles, sino que, precursor de la ornitología de campo, dejó valiosas observaciones sobre el comportamiento de las aves en su medio ambiente, doblemente valiosas ya que el paisaje no tardaría en desaparecer bajo el avance implacable de los cultivos y poblaciones.

Así en medio de la frondosa mata, pudo observar y relatarnos las evoluciones del bailarín azul: “Al observar los movimientos contenidos y lentos de los monos aulladores, escuché al otro lado algo que sonaba como una canción animada. Era una voz que había escuchado muchas veces en los grandes bosques, y sabía que se trataba de una especie de tangará azul, con la pluma central de la cola alargada (Chiroxiphia caudata). Sin embargo, estas aves son muy cuidadosas durante sus ceremonias y nunca era posible atraparlas por sorpresa: el más mínimo ruido o el quiebre de una ramita en el suelo provocaba inmediatamente un alerta por parte del líder, lo que hacía que el grupo se dispersara hacia todas partes, dando una voz repetida con un tono lloroso. Esta vez, sin embargo, sucedió lo contrario: entre los arbustos vi sobre un gran tronco caído un gran grupo de estas aves. Tales músicos se posaban débilmente aferrados a la corteza del tronco y bailaban entre varias parejas de pájaros, moviéndose rítmicamente con el canto. El baile consistía en subidas y bajadas rítmicas de los bailarines. De vez en cuando se escuchaba la voz del director seguida de una pausa, luego nuevamente la señal empezaba a sonar. Los movimientos de las aves eran tan atractivos, elegantes, suaves y ágiles, y todos tan armoniosos que durante mucho tiempo permanecí inmóvil para no perder esta visión tan inusual, incluso en Brasil. Entonces recordé las palabras de un mestizo sobre que podría volverme muy rico si lograra reunir algunas de estas aves para organizar un show de música y juegos para actuar en todo el mundo” (Straube, 2016).


The Long-tailed Manakin, dibujo de Frederick Polydore Nodder (Shaw, 1793) 



EL BAILARIN AZUL

El zoólogo George Shaw era encargado del sector de historia natural del Museo Británico. Para compensar su magro salario editaba una publicación popular con dibujos y textos sobre animales. Allí publicó un dibujo y una breve descripción de un pajarito al que calificó como “el más brillante de su tribu” y del que sólo sabía que se encontraba “en las partes más cálidas de Sudamérica”. Así ingresó en el año 1793 el bailarín azul en el amplio templo de la ciencia.

Pero casi doscientos años antes, el baile del tangará (como se le dice en Brasil) llamó la atención del jesuita Fernão Cardim (1625) quien revelaba lo siguiente “no canta, pero tiene algo maravilloso y es  que tiene ataques de gota coral [epilepsia], y por esta razón los indios no lo comen por no contraer la enfermedad; tiene una especie de baile gracioso, a saber,  uno de ellos se hace el muerto, y los otros lo rodean, saltando y haciendo un extraño canto de  gritos que se escucha de muy lejos, y cuando termina esta fiesta, gritería y bailes, el que estaba como muerto se levanta, da un gran silbido y grita, y luego todos se van, y se acabó la fiesta,  y están tan concentrados en ella cuando la hacen, que cuando son vistos y los acechan, no huyen”.

El nombre de tangará, viene del tupí-guaraní atá, andar, y cara dar vueltas, es decir el que anda a los saltos, o baila a los saltos, saltador. También le llaman en Brasil dançador y en Argentina, bailarín.


Pipra caudata – hembra y macho.  Thunberg (1817-1818) 


Félix de Azara (1802) lo ubicó entre los Pico de punzón con el nombre Cola de Pala, si bien confiesa “Yo no sé a qué familia pueda pertenecer”. En Paraguay era escaso “en lo interior de los bosques (…) donde le he encontrado con su amada, pareciéndome poco arisco, y no inquieto”.

Poco después el príncipe de Wied (1830) lo observaba cerca de Bahía. “Un pájaro hermoso y rápido, que es un poco tímido, y solo vive en los grandes bosques. En los bosques primitivos altos y oscuros de los indios Camacan en el área de la aldea de Jiboya, en el sertón de la provincia de Bahía, a menudo encontraba a estos pajaritos en pequeños grupos, en otras áreas estaban emparejados. El silbido corto y fuerte de este pájaro, a la manera de la mayoría de los manakins, es muy reconocible una vez que has aprendido a distinguirlo. En pequeños grupos, estas aves se mueven rápido a través de los altos árboles del bosque, a menudo sólo en la parte más baja de los arbustos, y si el ave está sola, a menudo se esconde rápidamente del cazador rastrero. El Dr. Von Spix (…) Encontró esta hermosa especie en los bosques del río Solimoens, por lo que está muy extendida en gran parte de América del Sur”.


Pipra caudata – Dibujo de Matthias Schmidt (Spix, 1824-1825)


“Este dançador azul vive en la selva con tanto mayor placer cuanto más enredada e impenetrable. Los lugares a los que la voz popular le adjunta el adjetivo de “sucios” son su residencia predilecta. (…) Muchas veces  he observado una media docena en un  pequeño círculo de selva. No es particularmente arisco, ni particularmente confiado. La observación de su forma de vivir cuesta un poco de trabajo, y no se consigue fácilmente sin arañarse las manos ni rasgarse la ropa”.

Y en la Sierra dos Orgãos, donde era común, Goeldi (1894) asistió a sus bailes:  “Yo mismo he asistido más de una vez a los conciertos de Chiroxiphia caudata, principalmente en agosto y generalmente en las primeras horas de la mañana, tan pronto como el sol ha calentado la selva. Uno o más de los machos gritan desde diferentes puntos, que suena como un tiú en tono breve y diríase que es la señal de llamada.  Ante esta llamada  se observa que varios participantes se encuentran en algún lugar del matorral, en un punto que abarca pocos centímetros. Se acercan cada vez más y finalmente se posan en una o más ramas bajas de uno o más arbustos. Un individuo, que preferiblemente sube a una rama que está medio caída oblicuamente, inicia el baile con un tratra muy distintivo, con el cual vuela de una rama a otra describiendo un corto giro. Todavía no está posado, cuando un segundo le ocupa el lugar, volando igualmente con un tratra y se posa nuevamente en la vecindad. La misma maniobra la repiten en serie todos los individuos reunidos, y el concierto dura un cuarto de hora, media hora, sin interrupción.

Al final, uno de los individuos da un agudo silbido, liberado con una aspereza extraordinaria, y todo queda en calma. El concierto ha terminado. Sin embargo, es repetido, aún varias veces, en varios lugares del bosque al mismo tiempo, por diferentes grupos. Hasta donde pude comprobarlo, me pareció que solo los machos participaban de él.”


Pipra longicauda - (Kittlitz, 1832-1833)


Esta habilidad para la danza le ganó además el nombre de pájaro fandango, por lo nativos de Sao Paulo (Hamilton, 1871). En Taquara Do Mundo Novo (Rio Grande do Sul), Hermann von Ihering (Berlepsch & Ihering, 1885), también fue testigo de estos bailes: “El «Danzador» o pájaro bailarín. Este nombre sugiere los bailes extraños, aparentemente poco conocidos de estas aves. Son los machos, generalmente tres o cuatro, los que realizan sus bailes en primavera frente a la hembra, posada y observando en silencio. Para esto usan ramas delgadas, horizontales o inclinadas, sobre las cuales saltan hacia arriba y hacia abajo. Desafortunadamente, vi el hermoso espectáculo solo una vez y no lo suficiente, ya que pronto nos vieron. Según muchos conocidos, se supone que uno de los animales hace la música para bailar y luego golpea las alas con un silbido fuerte y agudo para dar la señal de detener el juego. También deben usar regularmente el mismo espacio para esto durante mucho tiempo (…) Muchos brasileños pobres que se ganan la vida cazando y cuereando en el bosque me aseguraron que sólo querían tener una compañía de danza así con la que podían organizar unos buenos bailes en cautiverio y luego viajar con ellos”. Como vimos antes, este comentario fue tomado por Chrostowski.

Arnaldo de Winkelried Bertoni (1901), hizo observaciones sobre su alimentación en Paraguay (Alto Paraná): “Su principal alimento es frutitas silvestres que come en grandes cantidades. Si se observa algún arbolito de frutas apetecidas, se le ve llegar a comer muchas rápidamente, como si estuviere apurado, y retirarse para volver después de diez o doce minutos; esto creo lo hace para mezclar insectos en su alimento. Es algo inquieto y desconfiado, y su voz clara y fuerte dice tshuví-tshuví, repitiéndola con largos intervalos”.

Pipra caudata – Dibujo de Jean Théodore Descourtilz (1854-1856)


En pleno Corcovado (Rio de Janeiro) Jean-Théodore Descourtilz (1854-1856) apuntaba lo siguiente: “Este pájaro vive en parejas durante la mayor parte del año; a los dos individuos se unen  los jóvenes durante los meses posteriores a su nacimiento; así aumentada, la familia reunida emprende sus pequeñas excursiones, pero nunca se aleja del lugar donde estaba su cuna. Alcanzando muy raramente la parte superior de los árboles grandes, este Manakin prefiere posarse en ramas bajas en medio de matorrales, incluso en lugares húmedos, donde penetra una luz débil, debido al grosor de las ramas cercanas, aunque pocos árboles bastan  para dar sombra. Continuamente en movimiento, saltando en cadencia, este hábito hizo que los nativos le dieran el nombre de Dansarinho, al igual que al Manakin tijé [Chiroxiphia pareola]. La voz explosiva y el canto gutural que acompañan este ejercicio no constituyen su canción ordinaria, que es una serie de llamadas, más o menos precipitadas, que traducen perfectamente las sílabas goy-où, goy-où. Es común a ambos sexos, y lo escuchamos especialmente cuando el aire está tórrido, y el clima prepara tormenta. Muy cauteloso, el Manakin de cola larga que desea alcanzar una rama alta se precipita desde lejos, llega de repente y se queda unos minutos para observar los objetos que lo rodean; tranquilizado de su miedo a los peligros, picotea y canta. Su alimento consiste en pequeñas bayas; entre éstas se encuentran, sobre todo, las Melastomáceas, algunas Mirtáceas y los frutos de una Lorantácea, una parásita cuyas ramas, fijadas en la corteza de una rama ajena, vegeta a sus expensas, y siempre se inclinan hacia tierra”.


Tadeusz Chrostowski (1878-1923) 
https://pt.wikipedia.org/wiki/Tadeusz_Chrostowski#/media/Ficheiro:Chrostowski.jpg



LA VIDA AVENTURERA DE TADEUSZ

Tadeusz Chrostowski nació en 1878 en Kamionka (Polonia), en la región de Mazovia, en ese momento bajo el dominio ruso. Una zona de montes bajos, ríos y arroyos afluentes del Vístula, y bosques de abedules, sauces, alisos y hayas, donde desde niño tenía abundante naturaleza a su alcance, la cual lo atraía notablemente, especialmente las aves. Estudió en la Universidad de Moscú pero, como otros jóvenes polacos, integraba grupos liberales que conspiraban contra el zar, por lo cual fue encarcelado y deportado a Siberia, al bajo río Obi, durante tres años. Vuelto a Cracovia, se inscribió en la carrera de Farmacia, pero un año después se desató la guerra ruso-japonesa, y fue enviado como oficial a Manchuria, tras lo cual prosiguió estudiando ciencias naturales (Palmer, 1925; Dabbene, 1926; Straube & Urben, 2002).


Casa del autor en la colonia Vera Guarani - Chrostowski (1922)


Para no volver a someterse a los rusos, en 1907 comenzó a preparar una expedición a Brasil, siguiendo el ejemplo de su compatriota Konstanty Jelski quien había recorrido la Guayana Francesa y el Perú, entre 1866 y 1875. Decidió instalarse en 1910 en la colonia Vera Guarani (Paraná, Brasil), dedicándose a la apicultura. Los momentos libres los aprovechaba para excursionar por el río Iguazú medio, colectando ejemplares. Ya decidido a dedicarse plenamente a las ciencias naturales, al año siguiente volvió a Polonia donde publicó un trabajo sobre las aves de Paraná, “Kolekcya ornitológiczna ptaków paranskich” (Colección ornitológica de aves paranaenses).  Como ya vimos al comienzo de esta nota, en 1813 realizó su segundo viaje a Paraná, aunque la inminencia de la primera guerra mundial, lo obligó a volver pronto  a su patria vía Suecia, ocasión en que lo descubrió el ejército zarista que lo incorporó inmediatamente a sus filas. Aprovechando el estallido de la revolución bolchevique en 1917, desertó y se escondió en San Petersburgo, con una falsa identidad. Se contactó con Valentin Bianchi, del Museo Zoológico de la Academia de Ciencias de Petrogrado, donde entre privaciones y sospechas de espionaje, pudo estudiar las aves neotropicales, especialmente los ejemplares traídos por Friedrich von Kittlitz, de su viaje de circunnavegación (1826-1829), y la colección de  Emile Ménétriès, obtenida en Brasil. El trabajo resultante fue “Sur les types d'oiseaux néotropicaux du Musée Zoologique de l'Academie des Sciences de Pétrograde” (1921). En Polonia, ya libre del dominio ruso, se creó en 1919 el Museo Nacional de Historia Natural de Varsovia, en base al Gabinete Zoológico y a la colección de los Branicki. Allí Tadeusz fue designado curador de aves neotropicales, una colección de 342 ejemplares obtenidos por Jelski, Jan Sztolcman, Jan Kalinowski y Jozéf Siemiradzki. Con ello publicó “On some rare or little known species of South American birds” (1921) y con sus notas de campo editó el libro “Parana: wspomnienia z pdrózy w roku 1914” (1922, Paraná: recuerdos de viaje del año 1914) (Palmer, 1925; Straube & Urben, 2002).



Tapa del libro “Parana” (Chrostowski, 1922)




En 1918 se incorporó al ejército polaco como teniente de infantería y por su acción en combate se le otorgó la Orden Polaca a la Virtud Militar. Conseguida la independencia de Polonia, logró el apoyo del gobierno para un tercer viaje a Paraná. En diciembre de 1921 partió junto a Tadeusz Jaczewski (Universidad de Varsovia)  y el preparador del museo, Stanislaw Borécki. Por tren llegaron a Mallet (Paraná), y desde allí, alternando el automóvil con caballos, burros y canoas, recorrieron casi 1500 km a lo largo de los ríos Ivaí e Iguazú. Chrostowski no dejó de agradecer a sus colaboradores locales,  João Napoleão dos Cantos, Eugênio Afonso de Oliveira y Tomás Dias Batista, gracias a cuyo coraje y habilidad con las canoas se pudo concretar el viaje y obtener miles de ejemplares de 260 especies de aves enviadas al Museo de Varsovia.  En marzo de 1923, los expedicionarios llegaron Puerto Bertoni para conocer al médico y naturalista Moisés Bertoni, aunque éste, con su proyecto ya en decadencia,  sólo hizo una referencia pasajera de este encuentro. Más tarde los exploradores, afectados de malaria, se vieron obligados a detenerse en Pinheirinhos (cerca de Foz do Iguaçu). A Tadeusz, la enfermedad se le complicó con una neumonía y con el desgaste propio de semejante viaje. Pese a los cuidados, la ayuda médica llegó tarde y falleció el 4 de abril de 1923. Fue enterrado junto al camino de Guarapuava a Foz do Iguaçu. Tal sitio se encuentra hoy en día dentro del Parque Nacional do Iguaçu. En 1934, la colectividad polaca brasileña le levantó allí un monumento de piedra con una cruz de cedro y una placa de bronce. Lamentablemente la tumba fue posteriormente saqueada y se encuentra hoy en estado de abandono (Piechnik & Przemislaw, 2016; Revista Mosaicos, 2018).

La actividad de Chrostowski no se limitó solamente a la obtención y preparación de ejemplares para los museos, sino que, como dijimos,  hizo detalladas observaciones del comportamiento de las aves iniciando la ornitología de campo en Paraná, donde la comunidad científica lo reconoce como patrono de esa actividad en el estado.  Su compañero de viaje, Tadeusz Jaczewski, recordaba que Chrostowski se destacaba por su energía, su tenacidad y su compañerismo, ayudando a levantar la moral del grupo en los peores momentos.  Y agregaba que conocía las aves “principalmente como observador de sus modos de vida, sus costumbres,  y las comprendía. Ese mundo alado consistía el  disfrute de su propia vida".

Camino a Curitiba. Obsérvese el ejemplar de pino Paraná (Araucaria angustifolia) 
Chrostowski (1922)





A DANÇA DO TANGARÁ
Álvaro Moreyra

Naquela noite danada
em que a formiga rogou
a praga contra a cigarra:
— Cantava, não é?  Cantou?
Pois, então, agora dance! –
naquela noite danada
aconteceu que de um galho,
vizinho do bangalô
onde a formiga morava,
um passarinho escutou
essas palavras malvadas.
Mas, malvadas não achou.
Ao contrário da cigarra,
o passarinho gostou.
Gostou tanto, que em seguida,
dançou, dançou, dançou.
Nunca mais quis outra vida.
Dançou sozinho, primeiro.
Depois, com par.  Afinal,
bateu na testa e acabou
formando uma companhia
de bailado brasileiro,
bem nosso, bem nacional.
Artistas disciplinados.
Formam roda nos caminhos
e repetem sempre igual,
na cadência que a embalança,
ida e volta, volta e ida,
a dança do tangará,
mais alegre do que a dança
que agente dança na vida
que se chama esperança,
ida e volta, volta e ida…

[La danza del tangará - Esa maldita noche en que la hormiga pidió una plaga contra la cigarra: “¿No era que cantabas? -¿Cantaste? - Pues bien, ahora baila!  Esa maldita noche sucedió que desde una rama, próxima al bungaló donde vivía la hormiga, un pajarito escuchó esas palabras malvadas. Pero no las creyó malvadas. A diferencia de la cigarra,  al pájaro le gustaron. Le gustaron tanto que entonces bailó, bailó, bailó. Nunca más quiso otra vida. Primero bailó sólo. Luego en pareja. Al final se golpeó la frente y acabó formando una compañía de baile brasileño, bien nuestro, bien nacional. Artistas disciplinados forman rondas en los caminos y siempre repiten lo mismo, en la cadencia que la envuelve, ida y vuelta, ida y vuelta, la danza del tangará, más alegre  que los bailes que la gente baila en la vida, que se llama esperanza.  Ida y vuelta, ida y vuelta ...]



EL TANGARA EN LA CULTURA

El tangará impactó con fuerza en la cultura brasileña, especialmente por su curiosa danza colectiva que se asimila a las habilidades de baile de diversos personajes.  Por un lado, como en los versos de Moreyra, inspira a imitarla originando grupos folclóricos como  Bando de Tangarás, que actuó hacia 1930.  Por otro lado da sustento a los bailes de diversas etnias.  Así, según informa Alberto Medina (Bareiro Saguier, 2004), de Paso Yobai (Paraguay) los mbya, imitando la conducta del creador Tupa, realizaban unos pasos de danza, acercándose los grupos de bailarines y entrecruzándose. A este baile que ejecutaban en el lugar sagrado u opy, llamaron “tangará”, y lo ejecutaban en honor a los karai o señores importante de su tribu.  En la canción “Tangará, el Bailarín Azul”, de Nerina Bader y Karoso Zuetta, se relata este evento:

“Tangará, guyrá ovy jerojy, Tangará Jerojy, wyrá ovy jerojy takuá Oñomongarái ieié, iaiá Tangará, opyguá jerojy kumbijá mbojaity nde ravé mbaraká mirí ogueroñeé iaiá, ieié”.

[Tangará, ave azul, tangará del Chamán, reunión del tacuaral, danza en el opy, oración ritual ieié, iaiá. Tangará, danzarás cerca del tacuaral. Rondarás, Tangará en reunión ritual. Bailarín azul, ieié, iaiú. Tangará del chamán en la ronda ritual el ravé sonará, maracas al son cantan tu oración: iaiá ieié.]


También el tangará aparece en cuentos y leyendas. El poeta de Rio Grande do Norte, Valdeilson Ribeiro, relata esta leyenda que da origen al nombre de una ciudad de ese estado, donde no existe el bailarín azul, así que quizás se refiera al similar tangará-príncipe (Chiroxiphia pareola):


E a dança dos pássaros deslumbrantes
Ecoava a mais linda melodia
Com dois pássaros na mesma sinfonia
Uma dança em campos verdejantes
Duas aves dois atos intrigantes
Com o canto tão belo... norte a sul
No compasso da música e o céu azul
Seduzindo o pássaro Tangará
Um cantando e o outro dançar
Tangará casou com Uirapuru


[Y la danza del pájaro deslumbrante, se hizo eco de la melodía más bella, con dos pájaros en la misma sinfonía. Un baile en campos verdes, dos pájaros, dos actos intrigantes, con el canto tan hermoso... de norte a sur, en el compás de la música y el cielo azul. Seduciendo el pájaro Tangará, uno cantando y el otro bailando, Tangará se casó con Uirapuru.]

Ofir Leite, folclorista paranaense, rescató un cuento que se conserva en Guaraqueçaba (Paraná) y que refiere que Chico Santos tuvo varios hijos, trabajadores capaces, pero locos por el baile: vivían bailando, incluso interrumpiendo su tarea. Cierta vez, en Semana Santa, cometieron el sacrilegio de bailar, y por ello Dios los hizo enfermar de viruela y se murieron. Y al morir tomaron el aspecto del tangará, y cantaban y bailaban todos los días dando giros y volteretas, hasta que Dios se apiadó de ellos y los llevó al cielo (Câmara Cascudo, 1976).

Y hasta se habla de un estilo tangará en la poesía a partir del poemario Tangara Tangara   de Ramón Silva caracterizado por los “versos cortos, sin estrofa ni rima, pero con un ritmo sonoro y uniforme“ (Trinidad Sanabria, 1991)





EL CURIOSO NOMBRE MANAKIN

En inglés al Bailarín azul se lo denomina Swallow-tailed Manakin, es decir Manakin cola de golondrina. Brisson (1760) explica que Manakin es el nombre que han dado los holandeses a algunas especies de este género.

Posiblemente la voz venga del holandés manneken o , diminutivo de man, hombre, y por extensión, cosa pequeña y preciosa. En el s. XVII designaba unas figurillas que servían de modelo a los artistas, y hacia 1830 se introdujo en el mundo la moda francesa como mannequin, castellanizado en maniquí.




Alex Mouchard




Azara, F. de –1992 [1802]- Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata. Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. España.

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Bertoni. A. de Winkelried -1901- Aves Nuevas del Paraguay.  Continuación a Azara. Asunción.

Breowicz, Wojciech -1938- Tadeusz Chrostowski, jefe de la Misión Zoológica de Polonia, murió el 4 de abril de 1923.  http://szebnie.archiwa.org/zasoby.php?id=24325

Brisson, Mathurin-Jacques -1760- Ornithologie, ou, Méthode contenant la division des oiseaux en ordres, sections, genres, especes & leurs variétés : a laquelle on a joint une description exacte de chaque espece, avec les citations des auteurs qui en ont traité, les noms quils leur ont donnés, ceux que leur ont donnés les différentes nations, & les noms vulgaires.
Parisiis :Ad Ripam Augustinorum, apud Cl. Joannem-Baptistam Bauche, 1760.

Cardim, Fernando -1925 [1625]-  Tratado da Terra e Gente do Brasil. Rio de Janeiro: J. Leite & Cia.
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Chrostowski, Tadeusz   -1922- Parana. Wspomnienia z podró?y w roku 1914. Pozna? -  Warszawa: Ksi?garnia?w Wojciecha. https://polona.pl/item/parana-wspomnienia-z-podrozy-w-roku-1914,MTMxODg3MA/7/#info:metadata


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Traducción Alex Mouchard del texto extraído de  Jolis, Giuseppe.  Saggio sulla storia naturale della provincia del Gran Chaco e sulle pratic...