"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


Mostrando las entradas con la etiqueta AVES. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta AVES. Mostrar todas las entradas

viernes, 22 de septiembre de 2023

LA HUALA PERDIDA, UNA HISTORIA DEL MACÁ GRANDE (Podiceps major)

Investigación y redacción Alex Mouchard 




“Ay Petronila Pérez,

huala perdida,

de amor a tus amores

fuiste cautiva.

 

Tus palabras de entonces

oigo en la brisa,

tu corazón de entonces,

cielo y jarilla.

 

Ay, Petronila, el agua

riendo brilla...

¡Tus pasitos de huala

cortejaría!

 

Tus pasitos de huala,

totora fina,

tu memoria, tu olvido...

Huala perdida.”

 

Canción de la huala perdida. Para Petronila Pérez, en Puelén – Edgar Morisoli (1994).

 

 

Podiceps major
Dibujo de Henrik Grönvold (Knatchbull-Hugessen & Chubb, 1917)


 

Una fría mañana de invierno de me encontraba observando aves en una laguna de Buenos Aires. Avisté flotando sobre el agua una curiosa formación de siete grandes pompones blancos, como si se tratara de siete fragatas con las velas hinchadas por el viento. Durante un largo rato, mientras los observaba, estuve tratando de resolver mentalmente a qué ave pertenecían los curiosos pompones algodonosos. De pronto, uno de ellos tomó la forma de un macá grande o huala (Podiceps major) y enseguida los siete estaban nadando en forma normal. Nunca pude averiguar a qué se debía este comportamiento, ¿era un despliegue de cortejo, estaban simplemente durmiendo o trataban de combatir la baja temperatura matinal?

 

Dejando estas dudas para más adelante nos trasladamos a otra época y otro escenario.

 

LA HUALA PERDIDA

 

Don Luis de la Cruz Goyeneche 

Pintura al óleo sobre tela por José Gil de Castro y Morales (Mulato Gil). Museo Histórico Nacional de Chile. https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_de_la_Cruz#/media/Archivo:Luis_de_la_Cruz_y_Goyeneche.jpg

 





 

En Concepción (Chile) en abril de 1806 iniciaba un viaje trascendental Luis de la Cruz y Goyeneche, oriundo de esa ciudad, en cuya bahía suelen nadar las hualas, protagonistas de nuestra nota. Habiendo participado en la guerra de la independencia con Bernardo O´Higgins y José de San Martín, De la Cruz en ese momento cumplía las funciones de Alcalde Provincial de su ciudad natal. El objetivo del viaje era establecer una ruta comercial entre Chile y Buenos Aires, para evitar la vía marítima donde eran frecuentes los ataques de las naves inglesas y españolas. Para ello era necesario explorar los pasos cordilleranos, medir las distancias y buscar buenos pastos y aguadas. Contaba con la participación de indígenas pehuenches aliados, actuando como baqueanos y lenguaraces  para establecer relaciones pacíficas con los aborígenes que ocupaban el amplio territorio del Mamil Mapu («país del monte», en mapudungun), es decir la región de los caldenes y  algarrobos.

 

  Mapa del viaje de Luis de la Cruz, de Concepción a Buenos Aires en 1806 

por Carlos Wood.

Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile.

https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Mapa_del_viaje_de_Luis_de_la_Cruz,_de_Concepci%C3%B3n_a_Buenos_Aires_en_1806.jpg



 

El cruce de la Cordillera lo efectuaron por el Paso de Pichachén o Antuco a 2000 msnm, luego cruzaron el norte de Neuquén hasta el rio Colorado e ingresando a la actual provincia de La Pampa por zona de arenales y salitrales llegaron al estero de Puelec (actual localidad de Puelén). Este era un sitio de tránsito de las rastrilladas indígenas para llevar el producto de sus malones y comerciarlo con los pehuenches del norte neuquino.

 

Allí De la Cruz encontró a tres caciques provenientes de Cura Malal (Buenos Aires) arreando ganado lentamente hacia Neuquén.  En los toldos de uno de ellos llamado Mariñan, observó a una india que por sus rasgos le pareció de origen español, aunque ella decía  “china, china puerca soy”. Pero más tarde, entrando en confianza,  le comentó que era oriunda de Pergamino y que era la mujer del tal Mariñán. Al oscurecer se produjo un trueque con las indias, intercambiando plumas de avestruz por agujas, bizcochos y adornos, y habiendo entrado en confianza, se produjo el siguiente diálogo con la mujer (De la Cruz, 1835):

 

“--¿Cómo te llamas?

–Petronila Pérez, respondió ella.

–¿Eres cautiva?

–Si

-¿Mucho ha?

–De muy chica

–¿Cómo sabes hablar?

–Porque he tratado con otras cautivas, que me enseñaron como hablan allá

–¿Tus padres de donde eran?

–Del camino de posta de Buenos Aires, y los mataron los indios cuando yo fui cautiva con otra hermana mía v dos hermanos uterinos que se apellidan Morales...”

 

Petronila le contó que había estado en las Salinas donde vivían sus dos hermanos cautivos que todos los años venían a visitarla. Luego de la Cruz le preguntó si no había intentado volver con los cristianos y ella respondió:

 

“-No quise irme, porque quiero mucho a mis hijos.

–¿Cuántos tienes?

–Dos, pero no son hijos de este marido, sino de otro que murió.”

 

Al otro día la cautiva vino al campamento y le dijo que  su marido la mandaba a pasear a lo de los cristianos,” consultándolo si saldrían al día siguiente. De la Cruz no le dio seguridad y aprovechó para averiguar de ella datos sobre el recorrido realizado por los indios, sus poblaciones, aguadas y alimentos.  

También le preguntó cuál era su nombre indígena y ella respondió: “Llamigual, esto es «ya se perdió la guala»,” (De la Cruz, 1835)

En el relato del viaje no vuelve a mencionarse a la cautiva, el supuesto intento de volver con los cristianos de la mano De la Cruz parece no haberse concretado y su drama como el de tantas mujeres cautivas de la época terminó desvaneciéndose en las arenas del desierto pampeano, dejando muchos interrogantes, entre ellos el origen de su nombre ¿por qué «la huala perdida»?

Quizás recorrer la historia del ave nos dé alguna pista …

 

LA HUALA SEGÚN LOS NATURALISTAS

Probablemente la huala llegó a manos de los zoólogos europeos como ejemplares capturados en alguno de los grandes viajes de circunnavegación franceses en su paso por las costas del extremo austral de Sudamérica. Buffon, sin embargo, consideró erróneamente que venía de Cayena, en la Guayana Francesa, y destacó lo grácil de su cuello: “Es menos por las dimensiones de su cuerpo que por la longitud de su cuello que este zampullín es el más grande de las aves de este género” (Buffon, 1749-1789). Y de allí vino el nombre Grand Grèbe, es decir Gran zambullidor, latinizado como Colymbus major. Pero como los macás no pertenecen a la familia de los colimbos (Colymbidae), sino a la familia Podicipedidae, emparentada con los flamencos, el macá grande fue pasado al género Podiceps.

 

Grèbe de Cayenne 

Dibujo de François-Nicolas Martinet (Daubenton, 1765-1783)




 

Macá cornudo, lo llamó Félix de Azara, porque “noté yo que con el enojo formaba un copete cornudo o con dos puntas, y que herizaba (sic) un poco las plumas de la cabellera.” Llegó a tener dos de ellos en su casa: “habiéndolos soltado en mi quarto, manifestaron mucha actividad en la cabeza y cuello, porque lo demás estaba como tullido en tierra. Siempre estuvieron echados como ranas con los tarsos vueltos afuera. Les di carne cruda y aunque la tomaban con ansia de hambrientos, al punto la arrojaban como si les causase hastío. Al día siguiente amanecieron muy melancólicos, ya la tarde murieron” (Azara, 1802).  Triste fin para unas aves tan especializadas al medio acuático que difícilmente podrían sobrevivir en una casa.

Claude Gay (1847) aportaba más información desde Chile, incluyendo el nombre Guala o Gualón: “Es bastante común en Ias riberas de la República, donde viene con frecuencia, a causa de no poder volar por la pequeñez de sus alas. Va siempre por parejas, y hace su nido entre los carrizales; poco después que los chicuelos salen del cascaron se suben encima de la madre y se sumergen con ella.”

Es imposible hacer que este zambullidor salga del agua, y cuando se lo descubre en un pequeño estanque se le puede perseguir hasta agotarlo y atraparlo con la mano; sin embargo, ocasionalmente debe realizar largos viajes en vuelo cuando pasa de un lago aislado a otro. Probablemente sus recorridos se realicen de noche.” (Sclater & Hudson, 1889)

Cuando se le sigue en canoa, a menudo se sumerge, pero no permanece bajo el agua por mucho tiempo. Su estómago estaba lleno de plumas de aves y restos de crustáceos.” (Jean Stanislaus Stolzmann en Taczanowski, 1886)

 

En la laguna de Aculeo, cerca de Santiago de Chile, en enero de 1896, Fernand Lataste (1923) pudo ver “aquí y allá,  pequeños objetos blancos que sobresalían de la superficie del agua. Los barqueros se acercaron a ellos, los agarraron y me los pasaron. . .  me dijeron entonces que eran huevos de Guala (Podiceps leucopterus), zampullín abundante en el lago . . .  El nido, si podemos darle ese nombre, estaba formado por un gran montón irregular de algas filamentosas, sueltas hacia la periferia, pero cada vez más apretadas hacia el centro y la parte superior del montón no superaba, o superaba apenas la superficie del agua. Es en esta cumbre, muy ligeramente hundida por su peso, donde reposaba el huevo, con su parte inferior bañada en el líquido, el resto de su superficie calentada durante todo el día por el sol ardiente que nunca se oculta en esa estación … Supongo que los padres vigilan sus huevos, sin perderlos de vista, e incluso se aseguran de darles la vuelta de vez en cuando.

Ernest Gibson (1920) agregaba que en los bajos de Ajó el macá “coloca su nido en lo más espeso de los juncales del bañado. El nido, hecho de plantas acuáticas, se eleva apenas sobre el nivel del agua; y dos veces vi, al acercarme, al ave incubante echando apresuradamente algunas hierbas sobre los huevos antes de abandonarlos. La puesta es de tres.

Una curiosidad es la forma en que el huala puede jugar con sus presas como lo haría un gato con un ratón:  Este zambullidor estaba nadando y divirtiéndose en un estanque profundo y estrecho, y no mostró alarma ante mi presencia, aunque me senté en el borde a veinticinco metros de él. Lo vi sumergirse y salir con un pez pequeño de unos 7 cm de largo en el pico; Después de permanecer un rato inmóvil, arrojó al pez a una distancia considerable con un repentino movimiento de su pico, y luego, en el instante en que el pez tocó el agua, se sumergió nuevamente. Luego emergió con el mismo pez, pero sólo para arrojarlo y sumergirse como antes; y de esta manera lo soltó y lo recapturó como quince veces, y luego, cansado de jugar, lo soltó y lo dejó escapar.” (Sclater & Hudson, 1889)

Otros autores han encontrado en su estómago peces como pejerreyes (Odontesthes regia), plumas y piel de aves acuáticas (gallaretas), crustáceos y otros invertebrados

Según Hudson era muy “común a lo largo del río de la Plata, pero debido a su gran tamaño y a la gran belleza de su blanquísimo plumón es muy buscado y se está volviendo raro.” (Sclater & Hudson, 1889). Walter Barrows (1883) confirma esto último: “En muchos lugares son muy cazados por su piel que es un buen artículo comercial en Buenos Aires.” Desconozco qué artículos se elaborarían con tan raro producto, sin embargo por analogía podría haber tenido un uso similar a la de la piel de cisne en Europa, que servía para forrar prendas y calzados de lujo, y fabricar aplicadores de maquillaje en polvo, justamente llamados «cisnes».

 

 

 

“Ya se oía el ruido del trueno, producido por la caída de los hielos del Tronador: después, nada turba el silencio de estas soledades, sino el canto melancólico de los hualas de plumaje sombrío.” (Cox, 2012)

 

Huala
 Dibujo de Claudina Abella de López (Gollan, 1949)


 

 

 

Darwin (1838) se vio impresionado por su prolongado y triste grito, allá en los canales fueguinos: A menudo emite un grito muy melancólico, que conviene al clima sombrío de aquellas costas desoladas.” Sonido que efectivamente parece corresponder a la soledad y sobriedad de esos paisajes castigados por el viento y el agua. Imaginamos que esa voz de la huala, perdida en la inmensidad de algún lago patagónico, tal vez pueda explicar a qué aludía el nombre indígena de Petronila Pérez.


Podiceps major macho (Hatcher, 1903)


En la zona del río Mayer (Santa Cruz) John Bell Hatcher tuvo un emotivo encuentro con una huala, el que desafortunadamente terminó mal para el ave, aunque ello no invalida su relato:

“Un día particularmente brillante y alegre de finales de febrero, mientras cabalgaba por el bosque a una distancia de unas cinco millas al oeste de nuestro campamento, encontré un pequeño lago casi circular de aproximadamente una milla y media de diámetro. Cuando salí del bosque y me senté en mi caballo junto a la orilla rocosa, donde pensé detenerme por un momento y admirar la hermosa escena que tenía ante mí, llegó flotando a través del agua desde el otro lado del lago un sonido grave y lastimero: que reconocí al instante como el del zampullín, Aechmophorus major.

“En este lugar resguardado no había suficiente brisa para causar la más mínima ondulación en la superficie del lago, que por un instante escudriñé cuidadosamente, esperando ver el ave no voladora que sabía debía estar presente, aunque la localidad era remota. de su hábitat normal.

“Durante unos momentos, salvo el grito grave y lastimero que se oía a intervalos desde el lado opuesto, no pude ver en ninguna parte de la superficie del lago la más mínima evidencia de vida. Un poco más tarde, sin embargo, detecté una amplia onda en forma de V en el agua, con un pequeño objeto negro en la punta, que se dirigía directamente hacia mí desde la orilla opuesta. Durante un tiempo permanecí inmóvil y observé al ave solitaria que se nadaba grácilmente en la superficie del agua, con su largo cuello erguido y manteniendo un rumbo perfectamente recto hacia la playa a mis pies, sin dejar de pronunciar a intervalos regulares esas notas singularmente quejumbrosas. lo cual parecía casi como si tuviera la intención de expresar de mi parte conmiseración por él en la solitaria soledad de su entorno.”

 

El ave se acercó demasiado y Hatcher disparó. Al parecer en aquellos tiempos y en esa zona el huala no desconfiaba de los humanos. Richard Crawshay observaba: Son notables por su extrema curiosidad. A menudo los he visto en el agua y ellos han venido a observarme, nadando cerca de la orilla, moviéndose con inquietud y sumergiéndose de vez en cuando. … una pareja que se comportaba de esta manera: vinieron a la orilla para observarme.” (Hatcher, 1903)

 


Huala (Bros, 1929)



 

Al parecer en aquellos lugares el huala no desconfiaba de los humanos, en cambio en la zona de Ajó (Provincia de Buenos Aires), el ave era muy desconfiada quizás porque como lo señalaba Hudson era intensamente cazada. Allí Gibson (1920) encontró una hembra que tenía un pichón al que “lo llevaba sobre su espalda o escondido debajo del ala (habiendo para ello una especie de bolsa natural o hueco, situada debajo de cada ala); cuando el ave padre se zambulló, el joven se separó y permaneció a flote. El grito del adulto se parecía al del pavo real, aunque naturalmente no tan poderoso, mientras que el de los jóvenes era sólo una nota débil … Cuando lo coloqué en el suelo (mientras me mordía salvajemente), se sentó con la cabeza y el cuello erguidos, el cuerpo apoyado en el suelo y los pies extendidos hacia atrás; los que usó para avanzar, impulsándose junto con ellos en una sucesión de saltos como de rana.”

En esa misma región de Ajó, debo citar a Alexander Wetmore (1926) para explicar lo que relaté al comienzo de esta nota: “Tres fueron observados durmiendo mientras flotaban en el agua, con el cuello echado hacia atrás de modo que el pico descansaba sobre el hombro al lado del cuello con la punta hacia adelante. Como esto dejaba a la cabeza redondeada en el medio del lomo, producía un perfil curioso. Desde esta posición las aves se lanzaban a bucear sin pérdida de tiempo al desplazar el pico hacia delante.”

Rodolfo Escalante (1970) coincide diciendo: “Cuando reposa sobre la superficie del agua recuesta su largo cuello sobre el dorso y pliega la cabeza junto a él hacia delante, colocando el pico sobre el hombro y en esa dirección. Tronco, cuello y cabeza adoptan entonces la disposición de una Z de ángulos muy cerrados, en estas condiciones el cuerpo tiene el contorno de una boya achatada, mientras que la cola se levanta y muestra el rojo de sus cobijas inferiores en el lado opuesto al blanco brillante del pecho; una de las patas es recogida bajo un ala mientras que la otra, sumergida, mantiene el cuerpo en un lugar determinado como si éste estuviera anclado al fondo.”

 

La habilidad de buceo de la huala parece haber hecho creer a los mapuches que si el ave es herida se agarra a las plantas sumergidas y no sale más.

 

 

 

ESCENA CON HUALAS

 

"Estuve mucho tiempo solo allí arriba y me divertí mucho observando un par de macás en una pequeña laguna en la Cancha Rayada.

“Son estos grandes aves zambullidoras, más o menos como un somorgujo, de color marrón oscuro.

“El macho tiene una especie de gorro de plumas que levanta. Estaba cuidando el nido en el agua. Él me vio y comenzó a gritarle a la hembra: «¡Cuidado! ¡Peligro! ¡Ven aquí conmigo!». Y ella estaba cómoda y oculta en su nido, pero se levantó para detener sus chillidos y trazó un gran semicírculo, deslizándose por lo bajo y haciendo todo lo posible para hacerme creer que el nido estaba en otra parte.

“Luego él comenzó a regañarla: «Apuesto a que no cubriste el nido. Ustedes, las hembras, no saben lo suficiente como para protegerse de la lluvia. Iré yo y lo arreglaré como es debido» y él volvió derecho al nido como una flecha, y recogió uno o dos palitos y los puso sobre el nido y regresó chapoteando hacia ella, diciéndole: «Ya está, todo está bien ahora. ¡Cómo me cuesta a cuidar las cosas!» Casi podía oírlo diciéndolo.”

 

Relato de  Edward Chace en el lago San Martín (Santa Cruz)  (Barrett & Barrett, 1931)

 

 

 

 

LA HUALA SEGÚN LOS PUEBLOS

Gregorio Álvarez (1960) hizo una excursión a caballo al lago Paimún (Neuquén) , en el «País del Verde Silencio». En ese bello lugar recordó la leyenda de la huala que gime en el Paimún.

Una hermosa joven mapuche llamada Huala solía ir a buscar agua al lago.  Sin que ella lo advirtiera, el Trelque, un sumpall o maligno genio del lago, la acechaba.  Un día, cuando la niña ya era mujer, al acercarse como siempre al lago, una garra surgió y la arrastró hacia lo más profundo. Alertados por sus gritos, sus padres y hermanos llegaron a rescatarla, pero nada pudieron hacer.  A cambio, el monstruo los compensó con una gran cosecha de peces.

En su cueva Trelque mostró a Huala los restos de sus víctimas decapitadas, cuyas cabezas acostumbraba lanzar desde las cumbres como bolas de fuego o cherufes. Impresionada, Huala se desmayó y al despertar vio que Trelque se había transformado en un joven que le declaraba su amor y quería casarse con ella. Pero Huala, llorando, le pidió que al menos le permitiera seguir contemplando su gente, las montañas y los bosques. Trelque consintió siempre que Huala no abandonara el lago y por eso la transformó en un ave de alas y patas muy cortas, que sólo podía nadar y no podía escapar corriendo o volando. Desde entonces, Huala grita su dolor con angustia cada vez que aparece un humano que le recuerda su familia. Por eso  se acerca a la orilla, anhelando volver con los suyos. Esa característica de los macás de tener las patas cortas e insertadas muy atrás en el cuerpo dio origen a su nombre genérico, Podiceps, del latín prodicis: retrasado, y pes, pedis: pie.

 

Otras fuentes ubican la leyenda de la Huala en el lago Budi (Chile), donde la joven habría sido arrastrada por la corriente que lleva al mar. A este hecho se refiere el poema de Lorenzo Aillapan Cayuleo,  «Tachi Wala – Walakawün»:

 

Antiguamente habían numerosas pájaros Huala

ahora están en vías de extinción y andan algunitos

en el río Chol Chol, en ese lugar

hay una comunidad con este nombre

así es Hualacura, de verdad para siempre,

donde existió pololeo del hombre Pájaro mapuche.

 

Al igual que una hembra humana llora desconsoladamente

esta ave llora y llora y canta su canción

al desaparecer la pareja, al morir los polluelos –estar ausente

aquí en el lago Budi, al desembocar

las aguas del lago en el mar a la salida del invierno

se ven arrastrados por la corriente nidos con huevos.

 

Todos los años sucede este fenómeno natural

por eso siempre llora y llora por la desgracia

la hembra Huala está desolada y siente

los polluelos arrebatados por la corriente

hacia la desembocadura del Budi, hacia el Gran Océano

por eso llora la Huala desconsoladamente.

 

 

Es un ave que nunca se ve volar, los ancianos contaban que una vez la huala escuchó el canto triste de otra huala y esperó la noche para volar y no ser vista. Entonces, al ver su plumaje se volvió negro y la huala perdió el rumbo por volar de noche, entonces la pilló el día y el sol dio de lleno en ella y el pecho se le volvió dorado, así contaba la gente de antes. Los ancianos un día, la vieron de nuevo en la laguna ahora con otra huala, decían los mayores, que por eso entonces ellos grabaron la forma de dos pajaritos en los pectorales de plata que hasta hoy día usan las mujeres mapuche, por todas las tierras de Arauco.” (Gumercindo Quirilao Curihuinca, lonko de la comunidad de Pangue, en Aguas Deumacán et al., 2009)

 

Trapelacucha (pectoral) mapuche, plata, siglo XIX

https://www.pinterest.es/pin/852517404439558781/visual-search/?x=16&y=16&w=532&h=932&imageSignature=9aede0e0ebf63ea6c279d7214d77b003



 

Entre los mapuches la huala o wala es un ave mágica. Se asegura que quien oye su canto cerca de la casa sufrirá desgracias, o la muerte de un pariente, o alguien de la casa se irá, generalmente la pareja. En otros ocasiones anuncia la abundancia de puyen para prepararse para la pesca.

 

 

NOMBRES DE LA HUALA

Huala, el nombre mapuche del ave, que se supone de origen quechua, quizás de huay: voz de lástima. Pero la raíz hual: algo redondo, da en quechua, hualanpaui, o hualanpacu: plumaje grande redondo como gran bola, y pienso en mi avistaje de las “bolas de algodón” en la laguna bonaerense.

Llancun significa perderse algo, de allí Llanihuala: huala perdida, el nombre de Petronila Pérez.

Pollolo, coiquito (indígenas de la Araucania).

Oiyi, oien u oyien (ona o shelknam).

Gala (yámana o yagán).

Huala Grande (Chile). 

Chalupa, por su costumbre de llevar sus hijuelos sobre la espalda al nadar (Chile).

Zambullidor Grande (Mendoza).

Macá Cornudo, Macá Grande, Macá Grande Copetón,  Macá Cornudo de Azara, Macá Mayor, Macá Copetón, Macá Pingüino, Zampullín Grande, Trompetín. 

Mergulhao Grande (Brasil).

 

         Lugares (topónimos)

Hualaihué: lugar de Hualas. Comuna de la Región de los Lagos, Provincia de Palena, Chile. Futahual: huala grande. Estero en la Región de Los Lagos, Chile.

Hualakura: piedra [en forma de] huala. Aldea en la región de la Araucanía (IX Región), Chile.

El cordón de las Hualas, acompaña el valle del río Puelo por el lado meridional.

En Ecuador existen las localidades de Gualla y Gualaquisa (lumbrera del huala) lo que abonaría la hipótesis de que la palabra es de origen quechua.

 

 

         Apellidos (patronímicos)

Huenchuhual: hombre huala,

Millahual: huala dorada

Colihual: huala parda

Curihual: huala negra

Lefiu: se zambulló la huala

Nahuelhauñ: tigre-huala

Neculhual: huala de nadar veloz

Paillau: huala acostada

Rayíu: huala florida

Tegualda: huala perro

Mañkewala: cóndor huala

Kunchawala

 

 

 

 

Aguas Deumacán, Wilma Maribel , y Clavería Pizarro, Nelson Adrián. 2009. Wera Wenu Werken - Mensajeras del cielo. Las Aves en la cultura Mapuche. Osorno Chile.

Aillapán, Lorenzo. 2003. Üñümche Hombre Pájaro. Santiago: Pehuén.

Aillapan, Lorenzo  & Rozzi, Ricardo  -2004- Una etno-ornitología mapuche contemporánea: veinte poemas alados de los bosques nativos de Chile. Ornitología Neotropical 15 (Suppl.).  2004 © The Neotropical Ornithological Society.

Azara, F. de. (1802). Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata. Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. España. 1992.

Álvarez, Gregorio. 1960. Donde Estuvo  El Paraiso - Del Tronador a Copahue. 2da. Edición. Buenos Aires, Editorial Pehuén.

Barrett, Robert & Katharine. 1931. A Yankee in Patagonia. Edward Chace. Boston, New York: Houghton Mifflin Company.

Barrows, Walter B. 1883. Birds of the Lower Uruguay. Bulletin of the Nuttall Ornithological Club 8: 82-94.

Bros, Remigio. 1929. Observaciones Sobre el Pato tripoca (Erismatura vittata Ph.) y el Pato colorado (Querquedula cyanoptera, Vieill.) en el  Valle de Marga-Marga. Revista Chilena de  Historia Natural 33 (1).

Buffon, Georges-Louis Leclerc comte de. 1749-1789. Histoire naturelle générale et particulière : avec la description du Cabinet du Roy. Impr. Royale, Paris. 36 vols.

Covas MR, Di Liscia MS y Zink M. 2007. A dos siglos de un viaje. Luis De la Cruz en la historia de La Pampa. Instiuto de Estudios Socio-Históricos e Instituto de Geografía. Universidad Nacional de La Pampa, Santa Rosa.

Cox, Guillermo E. 2012. Viaje en las regiones septentrionales de la patagonia. Santiago de Chile: Cámara Chilena de la Construcción: Pontificia Universidad Católica de Chile: Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos.

Crawshay, R – 1907 – The Birds of Tierra del Fuego. London.

Darwin, C. R. ed. 1838. Birds. The zoology of the voyage of H.M.S. Beagle by John Gould. London: Smith Elder and Co.

Daubenton, Edme-Louis. 1765-1783? Planches enluminées d'histoire naturelle. Paris?

De la Cruz, Luis. 1835. Viaje a su costa, del Alcalde Provincial del muy ilustre Cabildo de la Concepción de Chile del Fuerte Ballenar a la ciudad de Buenos Aires. Colección Pedro de Angelis. Buenos Aires, Imprenta del Estado.

Escalante, Rodolfo. 1970. Aves marinas del río de la Plata y aguas vecinas del OcéanO Atlántico. Barreiro y Ramos S. A., Montevideo.

Febres, Andrés. 1846. Diccionario Hispano Chileno. Santiago, Imprenta del Progreso.

Gay, Claudio. 1847. Historia física y política de Chile. Zoología. Tomo Primero. París: el autor. Chile: Museo de Historia Natural de Santiago.

Gibson, Ernest. 1920. Further Ornithological Notes from the Neighbourhood of Cape San Antonio, Province of Buenos Ayres. Ibis - Eleventh Series. Vol. II. No. 1.

Gollan, José Santos (hijo). 1949. Aves de Nahuel Huapi. Administración General de Parques Nacionales y Turismo,  Buenos Aires.

González Holguín, Diego. 1952. [1608] Vocabulario de la Lengua General de todo el Perú llamada lengua Qqichua o del inca. 2a edición: Edición y Prólogo de Raúl Porras Barrenechea. Lima,  Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Hatcher, John Bell. 1903. Reports of the Princeton University Expeditions to Patagonia, 1896-1899. Vol I. Narrative Of The Princeton University Expeditions To Patagonia, March, 1896, To September, 1899. Princeton, The University.

https://avesenchile.cl/huala/

http://www.biodiversitylibrary.org/

Knatchbull-Hugessen, Brabourne, Wyndham Wentworth & Chubb, Charles. 1917. The birds of South America. London, R. H. Porter.

Lataste, Fernand. 1923. Excursion dasns la Hacienda d'Aculéo (Chili). Procès-Verbaux de la Socité Linnéene de Bordeaux 75:192-194.

Morisoli, Edgar. 994. Obra callada. 1974-1986. Santa Rosa, Ediciones Pitanguá.

Sclater, P. L. & Hudson, W. H. 1889. Argentine Ornithology. Descriptive Catalogue of the Birds of the Argentine Republic. Volume II. London:  H. Porter.

Taczanowski, Ladislas. 1886. Ornitologie du Pérou. Tome Troisième. Typographie Oberthur, á Rennes.

Villagran C, Villa R, Hinojosa LF, Sanchez G, Romo M, Maldonado A, Vieres LC, La Torre C, Cuevas J, Castro S, Papic C Y Valenzuela A. 1999. Etnozoología Mapuche: un estudio preliminar. Revista Chilena de Historia Natural 72: 595-627.

Wetmore, A. 1926. Observations on the Birds of Argentina, Paraguay, Uruguay,  and Chile –Bulletin 133 – Smithsonian Institution – Washington.

sábado, 5 de agosto de 2023

LA ESCÚA PARDA (Stercorarius antarcticus), VORAZ PIRATA DE LOS MARES DEL SUR




 

La escúa roza el mar hirviente,

Su cuerpo meciéndose sobre las agitadas olas,

Sus alas batiendo el viento que salpica rocío,

Sus plumas flameando salvajemente azotadas por el aire,

grita, proclamando su presencia al belicoso día,

Pero la tormenta toma el sonido desde su mismo pico,

y lo arrebata y lo lleva lejos,

y lo entierra profundamente en las nubes veloces y rugientes.

 

Shawn R. Lyons   - The skua (fragmento)

 

 

 


Skua Gull (Lestris catarractes

Dibujo de Henry Constantine Richter (Gould,1848)





 

Investigación, redacción y traducciones: Alex Mouchard

 


LA TRÁGICA VIDA FAMILIAR DE RENÉ PRIMEVÈRE LESSON


Como toda historia de piratas la nuestra también empieza en el mar, pero hace ya doscientos años.


La Coquille o Astrolabe, botada en 1811, 

realizó el viaje de circumnavegación de Duperrey del que participó Lesson. 

Grabado de 1913, The University of Washington Libraries. Wikipedia.



Un lejano 18 de noviembre de 1822, la corbeta francesa Coquille llegaba al puerto Saint Louis (Puerto Soledad), en la isla Soledad del archipiélago de las Malvinas.  Habría de permanecer un mes en dichas islas realizando observaciones astronómicas, físicas y geográficas a cargo de su capitán, Louis-Isidore Duperrey. Además el marino Jules Sébastien César Dumont d'Urville, el segundo de a bordo, se ocuparía de las colecciones botánicas, mientras que Prosper Garnot,   cirujano de segunda clase de la Marina y, René Primevère Lesson, farmacéutico de segunda clase se dedicarían a  las observaciones zoológicas y a recolectar los especímenes destinados al Museo de París. Lesson describió para la ciencia a la escúa parda a quien dió el nombre Stercorarius antarcticus.  Como zoólogo tuvo una merecida fama pero su vida personal fue desdichada, como puede verse el recuadro de más abajo.


Puerto Soledad (Port Saint-Louis), islas Malvinas. 

Lugar del encuentro de Lesson coin las escúas (Pernety, 1769).



 

Por todas partes reina un espantosa soledad” observó Lesson. “Las costas de esta isla (la Soledad) son, en su mayor parte, bajas y bordeadas de rocas; bahías o espaciosos puertos rompen el contorno.” (Lesson, 1826)

 

En esas desoladas costas, entre muchas aves que observaron, estaban las escúas: “Las Malvinas están pobladas por estercorarias cataractes (Lestris catarrhactes, Temm. ) … , que Bougainville menciona con el nombre de caniard, y que los ingleses llaman poule de Port-Egmont  [Puerto Egmont o Puerto de la Cruzada, isla Gran Malvina.] Es de este palmípedo que Pigafetta (1519) hablaba bajo el nombre de cagassela. Esta ave, cuyo iris es marrón claro, tiene verdaderamente forma de rapaz de patas palmeadas, a la que Pernety llama canard gris, y sobre cuyos hábitos da detalles muy precisos… Confiada, o más aún, atrevida, la estercoraria de plumaje oscuro, interrumpido por dos bandas blancas que cruzan las alas, es a las gaviotas lo que el ave fragata es a los piqueros, es decir, que está espiándolas constantemente, persiguiéndolas, para apoderarse de sus presas, y así ejercer el poder tiránico de la fuerza. Sin embargo, la estercoraria es en sí misma una hábil pescadora; y todos los días, junto al mismo navío, nos daba pruebas de su destreza para apoderarse de su comida en la superficie del mar.” (Lesson, 1826)

Aquí Lesson refiere a autores anteriores que reportaron sobre esta ave. Sin embargo en algunos casos se trata de otras especies del mismo género, de comportamiento y aspecto similar. Así Antonio Pigafetta, cronista del viaje de Magallanes,  cuenta que antes de pasar el ecuador hacia el Atlántico sur avistaron a las aves “llamadas Cagassella porque se alimentan del estiércol de otras aves, y vi muchas veces a alguno de ellos perseguir a otro, y no dejarlo hasta no obtener el excremento.“ (Pigafetta, 1519). Cagassela, es apócope de caca-uccelli, o sea ave estiércol o estercolera, pero en realidad la escúa no se alimenta de materia fecal, sino de las presas que dejan caer  las aves marinas hostigadas por ella, comportamiento que los ornitólogos denominan cleptoparasitismo. Las aves vistas por el cronista italiano probablemente hayan sido págalos grandes  (Stercorarius skua)  propias del Atlántico Norte.

 

Por su parte el monje Dom Pernety, integrante del viaje a las Malvinas al mando de Louis Antoine de Bougainville relataba haber conocido “un ave carnívora, del tamaño de una gallina común, y con plumaje gris-rojizo. Nuestros tripulantes lo llamaban canard gris [pato gris]. Se nos aproximaban muy de cerca, y cuando estábamos cazando, volaban tan a ras de nuestras cabezas que más de una vez les quitaban las gorras y los sombreros a nuestra gente. Tienen un grito muy parecido al del pato; y aunque vuelan al agua, no tienen patas palmeadas: pero atrapan con avidez a sus presas por medio de garras muy puntiagudas, con que están armados sus dedos; cuando su presa no es lo suficientemente grande para sostenerla en la superficie, o cuando es demasiado pesada para llevarla, la despedaza con picos y garras, siempre batiendo sus alas. Sin embargo, aterrizan en el agua: y se quedan allí como patos; pero no vi a ninguno de ellos bucear. No nos divertíamos cazándolos, por la idea de que serían muy malos para comer.” (Pernety, 1769)

Es posible que Pernety haya confundido dos especies distintas ya que las escúas tienen pies palmados y sin capacidad prensil.

 

Gaviota llamada Gallina de Puerto Egmont, avistada en la latitud 50ºS, durante el segundo viaje del capitán James Cook (1772-1775). 

Sin embargo la imagen parece corresponder mejor con el Petrel antártico (Thalassoica antarctica).

Acuarela de Isaac Smith. - Mitchell Library, State Library of New South Wales / Bridgemanimages.




Durante el primer viaje de circunnavegación del Capitán James Cook, en 1769, el tercer teniente John Gore comentó haber visto un ave a la que llamó Port Egmont Hen (gallina de Puerto Egmont), porque había una gran abundancia de ellas en ese sitio de las islas Malvinas. La describió con dorso pardo, como una gaviota en tamaño y forma . . . “Son algo más grandes que un cuervo, en vuelo muy parecido a él, batiendo sus alas a menudo con un movimiento lento; sus cuerpos y alas de color chocolate oscuro u hollín, debajo de cada ala una pequeña barra ancha de color blanco sucio que las hace tan notables que es casi imposible confundirlas. Se ven como dice por toda la Costa de América y en las islas Falklands; yo mismo recuerdo haberlas visto en Tierra del Fuego pero por algún motivo no lo anoté”. (Banks, 1962)

 

A las 3 de la mañana del 15 de febrero de 1820, el navío Uranie de la expedición de circunnavegación comandada por Louis de Freycinet, encalló en la  Bahía de la Anunciación (Baie Française), en la isla Soldedad (Is. Malvinas). Los naturalistas de a bordo, Jean René Constant Quoy y Paul Gaimard, comentaron lo siguiente: “Las primeras aves que vimos al día siguiente de nuestro naufragio en las Islas Malvinas fueron los estercorarios [Stercorarius antarcticus]; vinieron a recoger cerca de nosotros los restos de comida que salían del barco, tendido sobre su costado. Son los mismos a los que, en estas mismas regiones, los marineros de Cook llamaron «pollos de Puerto Egmont». Este navegante los ha visto incluso en los hielos polares. Son muy fáciles de reconocer por su color pardo y, cuando vuelan, por la gran banda blanca que tienen bajo las alas. Fueron encontrados en el mar entre los  cincuenta y cincuenta y cuatro grados de latitud sur.” (Freycinet, 1824)

 

  

Escúa canela (Stercorarius chilensis)

Dibujo de Joseph Smit (Saunders, 1876)




BIOGRAFÏA DE UNA AUDAZ VIAJERA

Estas gaviotas de cabeza de águila, dotadas de un órgano de visión extraordinaria, ocupan un alto rango entre los pájaros propios a las regiones glaciales.” (Valette, 1906)

Todo viajero hacia y desde Australia, ya sea por el Cabo de Buena Esperanza o por el de Hornos, observará que en todas las latitudes más altas el barco será visitado con frecuencia por ejemplares solitarios de esta gaviota, que puede distinguirse de los albatros y petreles por su modo de vuelo más pesado y aleteado, y por la marca blanca en el ala, que se ve conspicuamente desde abajo; parece, sin embargo, atraída al barco más por curiosidad que por otra cosa, porque después de dar dos o tres vueltas, vuelve a volar sobre el extenso océano hasta perderse de vista; se la ve tan a menudo en mar abierto a mil millas de la costa, como cerca de ella, y, como todas las demás gaviotas, frecuentan los mares salpicados de islas en las que pueden posarse a placer. Durante mucho tiempo me sorprendió cómo un ave de esta familia podía vivir tan lejos de cualquier medio aparente donde reposar, hasta que la dificultad se resolvió al ver que el ave se posaba sobre las masas de algas marinas que flotan aquí y allá en todos los mares, y sobre las cuales descansaba con tanta facilidad como si estuviera de pie sobre una roca. Sus hábitos depredadores le permiten obtener comida en abundancia persiguiendo a los albatros y petreles y obligándolos a vomitar su comida.” (Gould, 1848)

 

El vuelo de esta ave es pesado, y se realiza mediante un aleteo lento y regular de las alas, con los hombros muy arqueados. Posee, sin embargo, la facultad de girar rápidamente en el aire, como observé cuando las Gaviotas lo perseguían.” 8Buller, 1888)

 

En la isla Laurie (Orcadas del Sur)  el zoólogo uruguayo Luciano Honorio Valette, realizó en 1904 las primeras observaciones zoológicas para aquella zona  El canto de la escúa tiene una cierta analogía con el del tero-tero, pero la voz es algo más fuerte; ponen en función sus cuerdas vocales sobre todo cuando se encuentran reunidas y se disgustan por causas de comida. Entonces grita, abriendo su enorme boca, extienden sus alas verticalmente, mostrando así la parte interna de estos miembros con la banda característica de plumas blancas en el tercio distal. Son animales pendencieros y bravos, estando reunidos, a cada instante se pelean a picotones y con sus afiladas garras. Los celos sólo permiten al macho la presencia de la compañera en el mismo comedero. La gaviota antártica es muy amiga del baño en el agua dulce y es común verlas en verano libradas a ese momento higiénico en las lagunitas que se forman debido al deshielo.” (Valette, 1906)

 

Por regla general, sus hábitos son terrestres, y en las pocas ocasiones en que, probablemente por poco éxito en la caza, la he visto posarse en el agua, ha mantenido las alas perpendiculares, como una mariposa, como si tuviera miedo de mojarlas. En la época de apareamiento, este comportamiento de levantar las alas se convierte en una característica bastante destacada. Dos se posan sobre un montículo, bastante juntas, sosteniendo sus alas perpendicularmente en el aire, y lanzan un cacareo vociferante. La nota es fuerte, áspera y ronca, recordando la de la gaviota.” (Kidder, 1875)

 


Megalestris antarctica (Lesson)

Dibujo de Henrik Grönvold (Hatcher, 1904-1927).  



 

PIRATA y CARROÑERA

Estas aves, muy voraces, viven de la rapiña más que de la caza y de la pesca, y son, incluso para los albatros, enemigos temibles, porque devoran sus huevos en gran cantidad; pero la particularidad más notable de su comportamiento es la forma en que hostigan por detrás a diversas aves piscívoras para hacerles vomitar los alimentos que recientemente han capturado para alimentarse. Son estas maniobras, mal comprendidas y mal interpretadas las que le han valido en el norte el nombre de «chasse-fientes» [caza estiércol]  y de estercorarios”. (Milne-Edwards, 1881)

 

Sobre la actividad pirata de la escúa, el vizconde de Querhoënt, informante de Buffon, le relataba: “Una vez vi una lucha entre una [ave] fragata y la especie menor de cordonnier [escúa], la que duró bastante en el aire, y cada uno se defendía con sus alas y su pico; el cordonnier, aunque incomparablemente más débil, eludía con agilidad los formidables golpes de su antagonista, y no se rindió; terminó, cuando un petrel que por casualidad estaba cerca reparó en la escena, y, pasando y repasando varias veces entre los combatientes, logró su separación; el cordonnier con gratitud siguió a su liberador, y voló con él alrededor del buque.”  (Buffon, 1787) 

 

Henry Nottidge Moseley , naturalista del viaje científico de circunnavegación del navío inglés HMS Challenger (1872–1876) realizó interesantes observaciones sobre las aves del archipiélago de Tristán da Cunha, en la isla Inaccesible:

Una bandada de treinta o cuarenta gaviotas rapaces (Stercorarius antarcticus), se peleaban y luchaban por los cuerpos de los pingüinos, cuyas pieles habían sido tomadas en cantidades considerables por nuestros diversos grupos en tierra. El Skúa es una gaviota que ha adquirido un agudo pico curvo, y garras afiladas en las puntas de sus dedos palmeados. Las aves son completamente depredadoras en sus hábitos, recorriendo su territorio en busca de carroña, y reuniéndose en grupos donde haya algo muerto, de la misma manera curiosa que los buitres.”

Roban los huevos y los pichones de los pingüinos cuando tienen la oportunidad, pero su alimento principal aquí parece ser las aves nocturnas, especialmente los priones, a los que arrastran de sus madrigueras o se abalanzan sobre ellas apenas salen de ellas. El lugar estaba sembrado de esqueletos de priones, con la carne arrancada por estas gaviotas, que dejan atrás los huesos y las plumas.” (Moseley, 1879)

 

Es muy amante de los huevos de los pengüines en la época en que éstos se encontraban en las colonias, las gaviotas se congregaban allí tan apuradas como nosotros mismos por obtener huevos. Es curioso ver a estas aves como se mantienen planeando a poca distancia de los pengüines, con los ojos que escudriñan por todos lados. A pesar de esto no es muy fácil apoderarse de los huevos y es tanto más difícil cuanto que la gaviota al aproximarse a un nido se levantan al unísono todos los picos de otros tantos pingüines, para contrarrestar el atrevimiento.” (Valette, 1906)

 

A Jerome Kidder le dio la impresión de que se comportaba como un ave rapaz:

Al principio todos lo tomamos por un halcón; su manera de volar, la vigilancia del suelo sobre el que volaba y el hábito de posarse en lugares que dominaban una vista amplia, todo sugiere esta impresión. Era, de hecho, difícil creer en la evidencia de mis propios sentidos cuando encontré un ave con patas palmeadas que evitaba el agua y se alimentaba únicamente, según mis observaciones, de otras aves.”

Con el fin de resolver la cuestión de si atacan y matan su propia presa cuando está ilesa, el Sr. Stanley y yo desenterramos, con la ayuda del perro, un ave joven bien desarrollada y casi emplumada (supuestamente de Majaqueus [Procellaria] aequinoctialis), tan grande como un ave doméstica ordinaria. Estando cerca un par de escúas observando nuestros pasos, lancé a la joven ave por los aires, de modo que voló una cierta distancia y se posó a unos doscientos metros de nosotros. Una escúa voló inmediatamente hacia él y lo mató de repetidos golpes en la cabeza con el pico; la otra permanecía a cierta distancia, en guardia, como creí al principio, pero, parecía después como temerosa de su compañera; pues, mientras observábamos a la primer escúa comer su presa (casi tan grande como ella misma), la otra se acercó poco a poco, emitiendo breves y quejumbrosos chirridos, pero sin atreverse a participar de la comida. Cuando, después de unos minutos, los ahuyentamos, el petrel había sido desgarrado y sus entrañas parcialmente devoradas. No pude ver que usara las garras para desgarrar a su presa; más bien parece depender de la fuerza de su pico.” (Kidder, 1875)

 

Rupert Vallentin se encontraba a principios de diciembre, visitando una colonia de pingüinos de vincha o gentoo (Pygoscelis papua) en las Malvinas cuando sus pichones eclosionaban. “Las escúas eran como de costumbre abundantes y cuando me acerqué a la colonia, los 'gentoos' se retiraron y las gaviotas atacaron de inmediato a los jóvenes desprotegidos. Dio la casualidad de que en un nido estaba saliendo un pollito y uno de los padres permaneció posiblemente para ver el interesante evento. Me las arreglé para exponer una placa cuando una de las patas del pichón se liberó, y en un momento la cáscara del huevo se partió y el pichón quedó expuesto. Pero sus existencia fue muy breve, porque se abalanzó una escúa, y el polluelo despareció dentro del esófago del ave como si fuera una ostra. Al instante puse mi mirada en el pingüino que ciertamente parecía sorprendido por este proceder, y me pregunté en ese momento cuál de los dos estaba más sorprendido." (Boyson, 1924)

 

Pero, curiosamente, no vió a las escúas atacar a los pichones del albatros ceja negra (Thalassarche melanophris). “Posiblemente haya algo de impalatable en el polluelo de esta especie: ciertamente no es por falta de nutrición, porque siempre están tan gordos cómo es posible, aún en las etapas más tempranas cuando son muy indefensos, y sus padres pueden dejarlos por considerables períodos sin protección”. (Boyson, 1924)

En otra colonia, en las Malvinas, Arthur Cobb “vio venir una escúa, perseguida por un par de ostreros blancos y negros; las gaviotas se levantaron en grupo, riéndose, riéndose y gritando, y se unieron a la persecución, dejando todos sus huevos descubiertos. La escúa los esquivó y voló por todo el sitio hacia un lado y el otro, disfrutando de la diversión, de la misma forma que un futbolista profesional podría correr entre una multitud de niños, aunque una gaviota le pellizcara la cola, y los ostreros le gritaran y la molestaran. Finalmente, con una picada larga, baja e inesperada, se llevó un huevo en el pico.” (Cobb, 1933)

 

El M.[egalestris] antarctica es un animal muy amante de cadáveres (pengüines y focas) alrededor de los cuales se suelen ver grupos animados, con las alas entreabiertas, compartiendo en común el festín.”  Esta actividad carroñera parece que era muy útil a los naturalistas, ya que  “fueron excelentes auxiliares para la preparación de los esqueletos de focas  que coleccioné. Desgrasan muy bien las pieles y cualquiera podrá darse cuenta del gusto que se experimenta al tener esos desinteresados ayudantes, cuando el trabajo hay que efectuarlo a la intemperie y con bastante frío. Pero así mismo tienen que ser vigiladas, porque son capaces de hacer más de lo necesario y agujerear el cuero.”  (Valette, 1906)

 

 

CONFLICTOS CON HUMANOS

En la época de cría las escúas pueden enfrascarse en duras batallas en las zonas de nidificación. A fines de noviembre de 1903 el ornitólogo inglés William Eagle Clarke “observó a dos escúas, presumiblemente machos, peleando ferozmente, mientras un tercero miraba, evidentemente un espectador interesado. Las aves pelearon con picos y garras durante casi una hora, cuando uno de ellos quedó completamente exhausto; y luego el vencedor se fue volando con su pareja, y el vencido fue despedazado sin piedad y devorado por un petrel gigante, que había sido un espectador interesado de la pelea.” (Clarke, 1906)

 

Sobre la falda de algunos cerros donde los musgos son muy espesos, allí excavan las gaviotas, formando el hoyo que les sirve de nido… Durante la extracción de los huevos, estas aves atacan ciegamente y a duras penas puede uno defenderse de los arañones y picotones que llueven sobre la cabeza. Estas gaviotas son muy rateras, pero ellas no admiten ladrones en su propiedad, sin antes combatir y defenderse con heroísmo. Si en un nido hay dos huevos y sólo se les usurpa uno, al volver la gaviota deshace el nido y rompe el huevo restante, retirándose definitivamente a otro paraje.” (Valette, 1906)


Rollo Beck en una de las islas del cabo de Hornos encontró “un nido de escúa con dos huevos próximos a eclosionar. El nido estaba en un lugar alto y abierto, cubierto de pasto, expuesto a las tormentas de granizo que azotaban a intervalos frecuentes día y de noche, pero a las aves, que estaban vestidas con plumaje grueso y denso, no parecía importarles” (Beck, 1918)

 


Gaviota antártica (Megalestris antarctica)

Dibujo de la cabeza y del huevo por  Luciano Honorio Valette (Valette, 1906)





Las escúas defienden agresivamente sus nidos ante la llegada de intrusos, y diversos viajeros coinciden con esto y con su audacia para atacar a los humanos.

"Había numerosos nidos de escúa entre la hierba, en lugares secos. Los nidos de estas aves nunca están juntos. Las aves siempre tienen una amplia gama de terrenos de caza alrededor de su nido. Las escúas en la isla Marion [Archipiélago del Príncipe Eduardo] eran extremadamente audaces y salvajes, como también lo eran en la Tierra de Kerguelen. Cuando uno se acerca al nido, se lanzan en picada, pasando como una ráfaga muy cerca de la cabeza, zumbando en las orejas de la manera más desagradable.”

"Las dos aves de la pareja se turnan para elevarse por encima y, luego descender en picada. Tienen garras y picos afilados, y sin duda lastimarían gravemente la cara o los ojos si los tocaran al pasar. Hay que golpearlos con un palo o el cañón de un arma. Son muy hábiles para evitar el palo cuando pasan volando, pero varios fueron derribados. A veces he tenido que desperdiciar un disparo para deshacerme de ellas. Algunas parejas son mucho más salvajes que otras. Por supuesto, cuando se toca a sus crías, se ponen muy furiosas, y hay que tener un palo mientras se les lleva. Las aves se parecen mucho a los págalos del norte [Stercorarius skua] en sus hábitos.”

Uno de ellos se abalanzó sobre un pato que yo había cazado un día en Kerguelen y que había caído al agua. El ave lo cogió cuando yo estaba a no más de media docena de metros, y se lo llevó en el pico con facilidad.” (Moseley, 1879)

En Malvinas Winthrop Sprague Brooks registró estas observaciones: “Son grandes carroñeras de los despojos de las ovejas carneadas, y su afición por los huevos y pichones con plumón de los pingüinos es bien conocida. Son muy agresivas y a menudo, aun cuando no haya nidos en las cercanías, una o más escúas vuelan en círculos y se abalanzan sobre la cabeza de uno, aunque sólo una vez llegaron a tocármela. Sin embargo, una es suficiente y de allí en más mataré a cualquier ave que se tome la libertad conmigo de esta forma. Uno no puede dejar un espécimen en el suelo sin que una escúa comienza a destrozarlo tan pronto como uno se aleja unos pocos metros.” (Brooks, 1917-1918)

 

Por su parte Vallentin comentaba:

Aunque es un ave muy poderosa, en realidad es una gran cobarde excepto durante la época de cría, cuando atacará ferozmente a un hombre o un perro... Esta ave anida en pequeñas colonias, que están usualmente en las vecindades de la colonia de gaviotas, pingüinos o cormoranes, donde puede obtener siempre una gran provisión de alimento en la forma de huevos y aves lesionadas. Los nidos están disparos, y generalmente ubicados en sitios elevados, de donde las aves pueden elevarse con facilidad en el aire. Estos nidos son construidos fácilmente. Primero hacen una leve depresión rascando el suelo y ésta es tapizada con ovillos de pastos y usualmente ponen allí tres huevos, aunque a menudo sólo hay dos. .. en el instante en que uno aparece cerca de sus nidos, inmediatamente es atacado por estas aves en rápida sucesión. Los perros son mucho más temerosos de ella y una vez, cuando andaba con un pastor, uno de sus perros pareció saber instintivamente que una escúa iba a realizar una picada sobre él, porque se tiró patas arriba, listo para el ataque y así el ave no tuvo oportunidad.”

Una vez, sacando fotos en un día excepcionalmente lindo, estaba caminando hacia unos nidos de escúa mientras varias de ellas repetidamente se lanzaban contra mí. Al no tener mi fusta invertí la cámara, sosteniendo las patas del trípode por encima de mi cabeza. Afortunadamente hice eso, porque unos segundos después una escúa casi se empala en una de las patas del trípode.”

Su método habitual de ataque, cuando uno se acerca a sus colonias, es proyectarse en línea recta hacia los ojos del visitante, hasta que al aproximarse a más o menos 10 metros, el ave se eleva, gira y ataca desde atrás. Siempre hay que cuidarse de estos ataques desde atrás, porque el ave frecuentemente nos alcanza, resultando un fuerte golpe. Un golpe de una de estas aves es un asunto bien serio, y se cuentan muchas anécdotas en estas islas de gente que ha sido derribada y hasta aturdía por una escúa.” (Boyson, 1924)

 

Para Cobb (1933) “reunir ovejas para esquilarlas en un área infestada de escúas no es una broma. Estas aves siempre están con la ilusión (que, por cierto, no siempre es una ilusión) de que todos los hombres y perros que ven están detrás de sus polluelos. Esto los hace graznar de rabia y volar a toda velocidad directamente hacia la cabeza del desafortunado perro u hombre, a la que por lo general fallan por centímetros, pero ocasionalmente golpean. Si la golpean, es más que desagradable, ya que tienen alas excepcionalmente fuertes y son capaces de hacer que uno vea las estrellas a la luz del día con sus tremendos mamporros en la nuca.”

Algunos hombres han sido derribados por ellas y los perros quedan tan aterrorizados que se refugian bajo las patas de un caballo amistoso, sabiendo que es el punto más alto el que será golpeado. Se niegan a continuar con su trabajo de reunir las ovejas, lo que en sí mismo es un inconveniente y el comienzo de más problemas para la familia escúa.”

A veces el aire está tan lleno de estas aves que la única forma de avanzar es atar un cuchillo a un palo y sostenerlo por encima de la cabeza. No hay un segundo ataque de una escúa que da contra el cuchillo.”

El juego favorito de una pareja de escúas es atacarte por adelante y por atrás simultáneamente. Comenzando un ataque salvaje, casi sincronizado con el de la madre, el padre hará todo lo posible para arrancarte el cuero cabelludo desde el frente, mientras que su media naranja intenta ponerte los pelos de punta, desde atrás, lo cual es un juego espeluznante en más de un sentido, si logran quitarte el sombrero.”

 

 

Stercoraire cataracte (Lestris catarractes)

Dibujo de Pierre Oudart (Freycinet, 1824b.)





UN PIRATA EN CASA

El ornitólogo Walter Lawry Buller mantuvo una escúa viva en su casa de Nueva Zelanda durante varios años. Es interesante su relato de la vida de esta ave, especialmente para mostrar la voracidad de esta especie.

Es aún habitante de mi jardín, donde, después de mucha persecución preliminar, ahora tolera la compañía de una joven gaviota (Larus dominicanus). La historia de esta ave es algo notable. Hace aproximadamente un año y medio, fue capturada en algún lugar de las cercanías de Kapiti y pasó a manos del Excelentísimo Wi Parata, que lo mantuvo en su marae hasta que se volvió bastante mansa. Al estar herida en el ala, no pudo volar, pero después de escapar, viajó unas diez millas costa arriba y fue recapturada por algunos nativos en Otaki. Permaneció allí unos tres meses y luego emprendió un nuevo viaje hacia el norte. Su siguiente etapa fue Horowhenua, donde fue capturada y llevada tierra adentro a la granja de Hector McDonald. Aquí se convirtió en una habitante del corral y pareció reconciliarse por completo con su nuevo modo de vida. Fraternizaba con los perros y las aves de corral, compartiendo su comida y devorando de vez en cuando una gallina. Pero un día, después de una pelea con un pavo rival, en la que pareció salir segunda, viajó a la costa, a una distancia de unas cuatro millas, y luego volvió a dirigirse hacia el norte. Una semana o dos más tarde se encontraba cerca de la desembocadura del río Manawatu y fue llevada tierra adentro a Foxton. Conmemoró su llegada tragándose unos patitos y gallinas. Luego le fue entregada a un colono 'en el monte', donde mató y devoró una gallina bien desarrollada. Llegué justo a tiempo para evitar que fuera sacrificada a la ira de la buena ama de casa. De allí fue deportada en autocar a Wellington, escapando por las arenas de Manawatu, en el camino, y deteniendo el correo de Su Majestad mientras era recapturada.”

Después de mantener al ave enjaulada durante unos días, la solté en el jardín, donde ha permanecido durante más de seis meses sin ningún intento de escapar. Bautizada como 'Peter' por los niños, se ha vuelto bastante mansa y familiar, respondiendo a su nombre y tomando comida de la mano. Ha escogido un lugar soleado en un terreno alto, como mirador durante el día y como lugar para dormir por la noche. Deambula libremente por el lugar, en busca de gusanos y larvas, y durante el calor del día busca la sombra de algún arbusto tupido. Es casi omnívora, pero da preferencia al pescado y la carne. Cuando se le ofrece un pájaro muerto, sale corriendo con él en el pico, luego, sujetándolo con los pies, le arranca las plumas y devora la carne. Al arrojarle un Anteojitos dorsigrís (Zosterops lateralis), lo engulló con plumas y todo. En otra ocasión le entregué el cuerpo de un Prión pico corto (Pachyptila turtur). Se lo llevó con el pico, le arrancó las plumas en un espacio de tiempo increíblemente corto, aplastó los huesos de las alas con su poderoso pico y luego se lo tragó todo, con las extremidades de las alas sobresaliendo de su boca hasta que el ave descendió dentro del buche de la escúa. Su capacidad para tragar pescado es algo asombroso, su buche se distiende mucho. Tiene el poder de regurgitar su comida, y algunas veces arrojará de su garganta un hueso de tamaño sorprendente, la maravilla es cómo se las arregló para tragarlo.”

Aunque habitualmente no es un ave nocturna, a veces se excita mucho después del anochecer, correteando por el jardín con las alas extendidas y emitiendo un peculiar grito como si estuviera sofocada. Otras veces emite a intervalos una nota como el canto de un faisán. Durante el día, Peter no hace ruido, excepto cuando pelea con la gaviota o disputa la posesión de un hueso con el perro, cuando emite una nota breve y malhumorada, repetida rápidamente. Su primer encuentro con una cacatúa domesticada en el jardín fue bastante ridículo. Primero desempeñó el papel de agresora, pero en el momento en que su oponente levantó su cresta, Peter se acobardó y salió corriendo. Después de esto, establecieron relaciones amistosas entre sí, a menudo tomando el sol juntas y bebiendo de la misma fuente.”

Al registro completo de su vida que antecede, no tengo nada que agregar, excepto un aviso sobre su muerte, un año después, la que pareció ser el resultado de la vejez. Mi esposa me comunicó su obituario en los siguientes términos: «Como un ave sensata, primero tomó un buen desayuno, luego se bañó, y luego se acostó en un lugar cómodo en el césped y murió tranquilamente». (Buller, 1888)

 

 

 

LOS CURIOSOS NOMBRES DE LA ESCÚA

El nombre común escúa es la castellanización de skua, nombre que recibe entre los marinos ingleses, a veces como skua-gull (gaviota escúa) y que proviene del feroés skügver o skúgvur, que a su vez podría estar relacionado con el nórdico antiguo skūfa, empujar, quizás por el comportamiento del ave de acosar a otras aves marinas. El término aparece ya en el siglo XII, p.ej. en el poema Eysteinsdrápa, de Einarr Skúlason, como hræskúfs (escúa carroñera) lo que revela que ya se conocían bien las costumbres del ave.

Skua hoieri – (Clusius, 1605)

El médico Henrik Hoier envió en 1604 un ejemplar de la escúa del hemisferio norte capturado en las islas Feroe a su colega flamenco Carolus Clusius que al año siguiente, publicó una descripción  y un dibujo con el nombre Skua Hoieri y de allí parecen haberlo tomado los autores ingleses como Francis Willughby.

Los pescadores germanos llaman a estas aves stund-jaeger, los franceses chasse-fiente y los ingleses dunghunter , en todos los casos con el significado de “caza estiércol”, a partir de lo cual Brisson creó el nombre genérico Stercorarius, es decir estercolero.

Otros nombres ingleses son teaser (burlón), boatswain (contramaestre) y bonxie (en Shetland).

Los marinos franceses también la conocían como cordonnier (zapatero) “sin que uno pueda entrever la razón de esta denominación,” como dice Buffon.

En las islas Malvinas es sea-hen (gallina de mar).

Los pescadores suecos le dicen labb y los de la isla de Saint Paul (Océano Índico) lo conocen como poule-mauve (pollo malva).

En maorí es karoro.

 

 

 

 

LA TRÁGICA VIDA FAMILIAR DE MONSIEUR LESSON

 

Retrato de René-Primevère Lesson.

Óleo sobre tela, 1829,  por Louis Charles Arsenne. -Musée Hèbre de Saint-Clément. Musée d'Art et d'Histoire de Rochefort-sur-Mer. Wikipedia.


 

Uno de los protagonistas de esta historia, René Lesson, nació un 20 de marzo de 1794 en Rochefort, Francia. Ese día se iniciaba la primavera en el Hemisferio Norte  y el empleado del registro civil donde fue registrado el bebé, creyó oportuno agregarle el nombre Primevère. Miembro de una familia de recursos limitados, de modo que estudió sólo hasta tercer grado en su ciudad natal, y recién mucho más tarde logró completó el bachillerato en letras en 1822 en Paris. Según se dice gracias a su tesón, sus ganas de aprender y su extraordinaria memoria. Como vivió sus primeros años en el campo, René tuvo facilidad para relacionarse con el mundo natural. A los 10 años ya había formado un  herbario y una colección de mariposas. Dos años más tarde elaboró una clasificación de los árboles nativos y poco después reunía una colección de aves de la región.

 

Pero necesitado de una carrera para ganarse el sustento, a los 16 años ingresó a la Escuela de Medicina Naval de Rochefort y al año siguiente ya andaba a bordo de naves de guerra francesa, peleando contra los ingleses. En una de esas acciones, a bordo del Regulus, el navío fue incendiado para no entregarlo al enemigo y René a duras penas salvó su vida alcanzando la costa.

 


Hospital Naval de Rochefort, en cuya Escuela de Medicina estudió Lesson. 

Dibujo de Chabot, 1812. Médiathèque Michel-Crépeau. Wikipedia.  





Tras la caída del imperio napoleónico vino una reducción de personal en la marina y René tuvo que dedicarse a la actividad civil.  Se diplomó como oficial de salud civil y fue nombrado jardinero botánico titular del Jardín Botánico de Rochefort. Realizó estudios agronómicos sobre el formio y el café y preparó la Flore Rochefortine.

 

Reintegrado a la marina, ganó el puesto de farmacéutico de 3ª clase y en 1822,  como vimos, integró el viaje de exploración de la Coquille, proyectado para completar otro anterior realizado por la Uranie. Durante el viaje, el capitán Duperrey  tuvo frecuentes choques con su segundo, Dumont d’Urville, quien se reservó para sí el estudio de la botánica y la entomología, dejando las aves y mamíferos a cargo de Prosper Garnot y el resto de los animales a Lesson, quien quedó muy disconforme con ese reparto. Como farmacéutico de 2ª, también tenía funciones de médico de a bordo y, tras un viaje de tres años, logró volver a Francia sin bajas en la tripulación.  Además colectó y dibujó centenares de mamíferos, aves, peces e invertebrados de Polinesia,  Melanesia, Australia y Nueva Guinea. Precisamente en esta isla, fue el primer naturalista en ver un ave del paraíso viva, desmitificando la creencia de que no tenían patas.

De vuelta en Francia, sus aportes zoológicos impresionaron al mismísimo George Cuvier,  quien ironizó: “¿Qué quieres que hagamos con este montón de objetos? ¿Crees que podemos rehacer los libros de historia natural todos los años?”  Lesson recibió la cruz de la Legión de Honor y fue ascendido a farmacéutico de 1ª clase. Se estableció en Paris (1826-1839) para redactar el informe zoológico del viaje, así como numerosos otros trabajos, por ejemplo Manuel d'Ornithologie, Traité d'Ornithologie, Centurie Zoologique, Illustrations de zoologie  y Complément aux œuvres de Buffon, donde continuaba la obra de ese famoso naturalista. También produjo monografías sobre picaflores y aves del paraíso y libros de medicina como el muy famoso Manuel d'Histoire Naturelle Médicale, et de Pharmacographie.

 

En 1829 regresó a Rochefort para ocupar la cátedra de botánica en la Escuela de Medicina Naval y en 1835 fue designado primer jefe farmacéutico naval. Entre 1837 a 1847 participó de la vida política de su ciudad natal siendo elegido como como concejal municipal de Rochefort. También se dedicó a la arqueología local y hasta su muerte continuó publicando trabajos sobre su pasión, la historia natural.




 

El zoólogo viajero René Primevère Lesson. 


Grabado de Ambroise Tardieu. Bibliothèque nationale de France, 

département Société de Géographie, SG PORTRAIT-2785



Lo irregular de su formación atentó contra la calidad de sus trabajos botánicos, sin embargo se destacó como ornitólogo y taxidermista. Su obra le valió el reconocimiento de sus pares y fue designado miembro  correspondiente de la Academia Nacional de Medicina, de la Academia Nacional de Ciencias y de la Academia de Letras, Ciencias y Artes de La Rochelle.

 

En 1818  René se casó con Jeanne-Zoé Massiou, quien murió de parto al año siguiente al nacer su hija Cécile Estelle Atala (1819-1845), a quien le dedicó la Palomita Moteada (Metriopelia ceciliae) y que como su madre también murió al dar a luz. Volvió a casarse en 1827 con Marie-Clémence, hija del ornitólogo Charles Henri Frédéric Dumont de Sainte-Croix, y tuvieron una hija, Anais, que falleció a los once años de edad y a ella le dedicó el ave Minah Dorado (Mino anais). Su segunda esposa murió de cólera en 1834. Los infortunios sufridos en su vida privada lo llevaron a tener un carácter retraído y a ejercer una crítica ácida sobre sus colegas. René Primevère falleció en Rochefort el 28 de abril de 1849. Sin hijas que lo sobrevivieran, donó sus bienes a su madre y a su hermano menor, el botánico Pierre-Alphonse, que recibió su magnífica biblioteca y su colección de caracoles. Pierre-Alphonse fue el naturalista de un nuevo viaje de exploración (1826-1829) dirigido por Dumont D’Urville en el mismo navío Coquille rebautizado como Astrolabe.

 

 

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%



Abbott, Charles C.. 1861. Notes on the Birds . of the Falkland Islands. The Ibis, vol. 3.

Banks, Joseph. 1962. The Endeavour Journal of Joseph Banks 1768–1771. Volume One.  Beaglehole, J. C. (ed.). Angus & Robertson Ltd.

Beck, Rollo H. 1918. Narrative of a Bird Quest in the Vicinity of Cape Horn. The American Museeum Journal 18 (1).

Boyson, VF. 1924. The Falkland Islands, with Notes on the Natural History by Rupert Vallentin. Oxford: Clarendon Press.

Brooks, Winthrop Sprague. 1917-1918. Notes on some Falkland Isand Birds. Bulletin of the Museum of Comparative Zoology at Harvard College v.61.

Buffon, Georges Louis Le Clerc. 1787. Histoire Naturelle, Générale Et Particulière: Oiseaux ; T. 16, Volumen 3. Paris, Sanson, 261 páginas.

Buller, Walter Lawry. 1888. A History of the Birds of New Zealand. London.

Clarke, William Eagle. 1906. Ornithological Results of the Scottish National Antarctic Expedition.—II, On the Birds of the South Orkney Islands. The Ibis, Vol. VI. Eighth Series. London.

Clusius, Carolus (Charles de L'Ecluse). 1605. Exoticorum Libri Decem. Auctarium. Officina Plantiniana Raphelengii. Antwerp.

Cobb, Arthur Frederick. 1933. Birds of the Falkland Islands. London. Witherby,

Cunningham, Robert O. 1871. Notes on the Natural History of the Strait of Magellan and West Coast of Patagonia, made during the Voyage of H.M.S. 'Nassau' in the Years 1866, 67, 68, & 69. Edinburgh, Edmonston And Douglas.

Duperrey, L.-I. 1826. Voyage autour du Monde, exécuté par ordre du Roi sur la Corvette de sa Majesté , La Coquille, pendant les années 1822, 1823, 1824 Et 1825. Prospectus. Arthus Bertrand, Libraire-Éditeur, Paris.

Freycinet, Louis Claude Desaulses de, 1824a. Voyage autour du monde, entrepris par ordre du roi. Exécuté sur les corvettes de S.M. l'Uranie et la Physicienne, pendant les années 1817, 1818, 1819 et 1820. Zoologie, par M. M. Quoy et Gaimard. Paris, Chez Pillet aîné.

Freycinet, Louis Claude Desaulses de, 1824b. Voyage autour du monde, entrepris par ordre du roi. Exécuté sur les corvettes de S.M. l'Uranie et la Physicienne, pendant les années 1817, 1818, 1819 et 1820. Atlas. Paris, Chez Pillet aîné.

Gould, John. 1848. The birds of Australia. London Printed by R. and J. E. Taylor.

Hatcher, JB. 1904-1927.   Reports of the Princeton University Expeditions to Patagonia, 1896-1899 - Volume II  — Princeton :The University. Stuttgart: E. Schweizerbart'sche Verlagshandlung (Nagele & Dr. Sproesster).

https://allpoetry.com/poem/15434087-The-Skua--by-Shawn-R.-Lyons

https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b8453930m/f1.item.zoom

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/56/Astrolabe_Urville.png

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a0/Louis_Charles_Arsenne_-_Portrait_de_Ren%C3%A9_Primev%C3%A8re_Lesson.jpg?uselang=fr

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a8/Vue_de_l%27h%C3%B4pital_de_Rochefort%2C_prise_du_c%C3%B4t%C3%A9_du_cours_d%27Ablois.jpg

https://www.biodiversitylibrary.org/bibliography/51468

https://www.meisterdrucke.fr/fine-art-prints/Isaac-Smith/674771/F.38-Mouette-appel%C3%A9e-poule-de-Port-Egmont.-Vu-lat.-50-S.,-1772-75-(wc).html

https://www.mediastorehouse.com/fine-art-finder/artists/isaac-smith/f38-gull-called-port-egmont-hen-seen-lat-50-s-22566520.html

Kidder, J.H. 1875. Contributions to the NAtural history of Kerguelen Island. I. Ornithology (Ed. E. Coues). Washington, Government Printing Office.

Laguerenne, Claude Le Clerc Grozieux de. 1989. Étude de la matière médicale de 1833 à travers les écrits du pharmacien de la Marine René-Primevère Lesson. Tesis docotral. Univeridad de Nantes, 2 vols.

Lefèvre, M. A. 1850. ëloge historique de R.-P. Lesson. Rochefort, Henry Losteau.

Lesson, R. P. & Garnot, P. 1826. Zoologie, en: Duperrey, L.-I. Voyage autour du Monde, exécuté par ordre du Roi sur la Corvette de sa Majesté , La Coquille, pendant les années 1822, 1823, 1824 et 1825. Tome Premier. 1 er Partie. . Arthus Bertrand, Libraire-Éditeur, Paris.

Milne-Edwards, Alphonse. 1881. Recherches sur la Faune des Régions Australes. Annales des sciences naturelles,  ser.6:t.12.

Moseley, H. N. 1879. Notes by a Naturalist on the "Challenger", being an Account of various Observations made during the Voyage of H.M.S. "Challenger" round the World in the Years 1872-1976. London: Macmillan & Co.

Pernety, Dom. 1769.  Journal Historique d’un  Voyage fait aux Iles Malouïnes en 1763 & 1764, pour les reconnoître, & y former un établissèment;  et  de deux Voyages au Détroit de Magellan, avec une Relation sur les Patagons. Tome II. Berlin,  Chez Étienne de Bourdeaux.

Pigafetta, Antonio. 1519. Primo viaggio intorno al globo terracqueo ossia Ragguaglio della nauigazione alle Indie orientali per la via d' occidente fatta dal caualiere Antonio Pigafetta ... sulla squadra del capit. Magaglianes negli anni 1519-1522. Ora pubblicato per la prima volta , tratto da un codice ms. della Biblioteca Ambrosiana di Milano e corredato di note da Carlo Amoretti ... nella stamperia di Giuseppe Galeazzi, 1800 - 237 páginas.

Rainguet, Pierre-Damien. 1851. Biographie saintongeaise: ou, Dictionnaire historique de tous les personnages qui se sont illustrés par leurs écrits ou leurs actions dans les anciennes provinces de Saintonge et d'Aunis, formant aujord'hui le département de la Charente-Inférieure, depuis les temps les plus reculés jusqu'à nos jours. Dépot général de la Biographie saintongeaise, 642 pgs.

Rallet, L. 1953. Un naturaliste saintongeais, René Primevère Lesson, 1794-1849. Annaales de la Societé des Sciences Naturelles de la Charente Maritime.pharmacien de la marine et voyageur naturaliste, R-P Lesson. Nouvelle sèrie, III (8).

Saunders, Howard. 1876. On the Stercorariinae.  Proceedings of the Zoological Society, 317-332.

Valette, Luciano Honorio . 1906. Viaje a las islas Orcadas Australes. Anales del ministerio de Agricultura. Sección de Zootecnia, Bacterología, Veterinaria y Zoología, 3(2). Buenos Aires.

EL VENCEJO DE COLLAR (Streptoprocne zonaris), EL PREDICADOR Y LAS FANTÁSTICAS GOWRIES

    Este huésped del verano, el pequeño vencejo que vive en los templos, testimonia aquí, junto a su amada mansión, que el aliento del cie...