"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


lunes, 17 de junio de 2024

LA MARCHA DE LAS ALPACAS (Vicugna pacos)

 Investigación, traducciones y redacción: Alex Mouchard




Al mirar por la ventana verás pasar a una,

deteniéndose para comer el verde y exquisito césped,

Su vellón, con prestancia, se siente suave y fino,

no puedes menos que admirarlas todo el tiempo,

no estoy solo, hay una alpaca en casa.

Alpaca adiction - Darren Balboni

 

 

Lama alpaca. Dibujo de Edward Griffith. 
(Cuvier, 1827-1835)



Muchas personas ignorábamos que las alpacas, esos simpáticos parientes del camellos, tan típicos de las alturas de los Andes Sudamericanos se crían en Australia donde constituyen una importante riqueza pecuaria. Australia tiene un stock de alpacas de alrededor de 400.000 ejemplares, el segundo después de Perú con más de 4 millones. Las actuales alpacas australianas derivan de animales traídos a partir de 1980 desde Chile. Pero unos 120 años antes hubo un pintoresco intento de introducirlas en Australia y ese es el núcleo de nuestra historia.

 

¿CÓMO LLEGARON LAS ALPACAS AL REMOTO CONTINENTE OCEÁNICO?

La historia empieza con un aventurero  nacido en Londres, Charles Ledger, quien hacia 1836 se instaló en Lima, Perú, donde trabajaba en la oficina de un comerciante británico. Se hizo experto en el negocio de las lanas, especialmente de alpaca, y en 1842 inició su propia empresa exportando cobre, corteza de quina, lana de alpaca y pieles de vicuña.


Retrato de Richard Ledger  
(Ledger, 1895)



Ya en 1803 el gobernador de Nueva Gales del Sur, Phillip Gidley King, había propuesto introducir llanas y alpacas en Australia, pero los diversos intentos fracasaron. Mucho después, agentes consulares británicos en Perú consultaron a Ledger sobre la posibilidad de concretar ese proyecto. Ledger les informó que se trataba de contrabandear alpacas de Perú a Australia, ya que había una prohibición legal para exportarlas, ante lo cual los ingleses desistieron.

Pero, advirtiendo que la ley prohibía llevar los animales a menos de 40 leguas de la costa para evitar su embarque, y nada decía de su arreo por vía terrestre a otros países, Ledger diseñó su plan: llevar a las alpacas caminando desde Perú a Chile,  atravesando Bolivia y Argentina. Viaje al que dimos en llamar “LA MARCHA DE LAS ALPACAS”. Se radicó en Tacna, al sur de Perú, donde se casó y tuvo varios hijos. Hacia 1847 criaba ovejas y vacunos y al año siguiente también comenzó a criar alpacas alquilando una estancia en Chuluncayani, cerca de la frontera con Bolivia. Aunque con gran oposición de los indígenas, tres años después había logrado formar un rebaño de 600 animales, mientras contrabandeaba corteza de quina y aprendía sobre las alpacas (Ledger, 1861; Gramiccia, 1988).


Alpaca en las ruinas de Tiwanaku.
Dibujo de M. de Sainson (d'Orbigny & Benoît Eyriès, 1842).  



En 1852 Ledger se contactó con un comerciante de Tacna para avanzar con su idea. Dejando indicaciones a sus peones para iniciar el viaje a fin de ese año cuando hubiera buen pasto, se embarcó en Valparaíso a Sidney (Australia) para evaluar la factibilidad del proyecto.  A 20 millas de esa ciudad, en las Blue Mountains, encontró un lugar adecuado para criar alpacas.

Con el apoyo de los  de los empresarios Thomas Sutcliffe Mort y  Thomas Holt, cerró un tratado con el gobernador de Nueva Gales del Sur, Charles FitzRoy,  por el que recibiría unas 4000 ha de tierra a cambio de introducir 100 alpacas en el país, en un período de cinco años. Además, algunos productores privados le prometieron pagarle hasta 80 libras esterlinas por animal (Poucel, 1858)

De vuelta en Chile, el 17 de septiembre de 1853  Ledger partió desde Copiapó con la compañía de su capataz Pedro Cabrera, un viajero canadiense, Samuel W. de Blois, un guía y un peón con 12 mulas y dos caballos para buscar a las 400 alpacas que tenía disponibles en Perú. Además consiguió comprar otras 350 en Andamarca (Perú) y en Vilcapugio y en Crangas (Bolivia).

En el duro viaje cruzando la Cordillera por pasos a 3600 msnm sufrieron terribles vientos y  tormentas de nieve, perdieron un caballo y dos mulas, y contemplaron la tétrica visión de otro grupo de animales y personas muertos en el intento. Tras diez días de viaje llegaron a Sanguil (¿Saujil, Catamarca?) y entraron en Salta, treinta días después de la partida. Desde allí envió a Cabrera a buscar los animales que ya habían llegado a la frontera de Bolivia con Argentina (Ledger, 1861).

 

La natural rebeldía de las alpacas.
Dibujo de Santiago Savage (Jones, 1953)




 

ALPACAS EN VIAJE

Además de las cartas que Ledger envió a su hermano (Ledger, 1861), el relato nos llegó a través del viajero inglés Thomas Woodbine Hinchliff, quien cuando se encontraba navegando de viaje hacia Buenos Aires, conoció entre los pasajeros del buque a un anciano, comerciante en lanas, que conocía bien a Ledger y los detalles de su viaje  (Hinchliff, 1863).

La marcha de las alpacas se inició cerca del lago Titicaca con un gran rebaño de unos 1000 animales. Gracias a su conocimiento del quichua y del país, Ledger y Cabrera, habían estudiado cuidadosamente un itinerario que mantendría a los animales lejos de los caminos transitados donde las autoridades podían confiscarlos, a la vez que proporcionaba lugares adecuados para que descansaran y se alimentaran del ichu o rama pasto (Cinnagrostum vicunarum), el pasto de los altiplanos. Dividieron el rebaño en tres arreos siguiendo caminos diferentes. De esta forma atravesaron el territorio boliviano, con algunos encontronazos con el ejército,  y una pérdida de 500 animales en una tormenta de nieve que duró nueve días (Shimada, 1985).


Alpaca y llamas.
Dibujo de Friedrich Wilhelm Karl Kuhnert (Menegaux, 1903)



Al llegar a la frontera con Argentina, sabiendo que seguramente los detendrían, hicieron amistad con el guarda de aduanas, lo emborracharon y una vez que cayó dormido, pudieron pasar con el rebaño. Entraron a Jujuy (en 1854 estaban en Angosto de las Burras a 3700 msnm) y luego, en agosto de 1855 se juntaron dos de las tropas en San Antonio de los Cobres (Salta). El tercer grupo retenido en San Pablo (Bolivia) recién pudo reunírseles en febrero de 1856. Desde Salta ingresaron a los Valles Calchaquíes donde fueron muy bien atendidos por los pobladores aunque sufrieron la pérdida de más de doscientos animales por tomar agua infestada con saguaipé (Fasciola hepatica), o según otras fuentes, por haber comido unca, planta tóxica que no hemos podido identificar.  Otros animales fueron muriendo en el camino por falta de agua y alimento adecuado (Poucel, 1858).


El rebaño posiblemente en Laguna Blanca (Catamarca). Santiago Savage, hijo de Manuel Inca Mamani, empleado y amigo de  Charles Ledger, realizó varios dibujos como éste durante la marcha de las alpacas. (Jones, 1953). 



Para evitar las enfermedades e ir habituando a las alpacas a los diferentes tipos de vegetación que iban encontrando, en octubre de 1856 subieron a Laguna Blanca (Catamarca), donde Ledger inició cruzas (waris, o más propiamente mistis) de machos de alpaca con llamas hembras  para mejorar el rendimiento y recuperar la cantidad de animales.  Construyeron una casa de piedra y corrales para acostumbrar a los animales a comer alfalfa seca y salvado. Allí adquirieron también una docena de vicuñas (Poucel, 1858).

Entre tanto, ante la defección de sus socios, Ledger tuvo que realizar un nuevo viaje a Chile logrando finalmente el apoyo de la firma Waddington, Templeman & Co para financiar el negocio.



The Alpaca - Lama pacos.
Dibujo de Joseph Wolf (Wolf & Sclater, 1861-1867)



El cruce de la Cordillera hacia Chile fue épico. Se sucedieron las desgracias: se perdieron 93 animales más, algunas mulas murieron congeladas, dos de sus pastores fallecieron al caer a precipicios y el mismo Ledger fue tomado por espía siendo arrestado en dos oportunidades. La travesía del desierto de Atacama llevó 22 días sin agua, al calor del verano, sin que las alpacas sufrieran mayores daños (Ledger 1860; Shimada, 1985).

Finalmente, en julio de 1858, tras cinco años de viaje, las alpacas llegaron a Punta Negra (Chile), a 10 km de Copiapó, desde donde los pobladores hicieron procesiones durante varios días para ir a conocer los heroicos animales. En el puerto chileno de Caldera fueron embarcados en el buque Salvador 322 camélidos junto con sus doce pastores andinos y un cargamento de forraje (Ledger, 1860).


El rebaño durante una estadía de descanso. Dibujo de Santiago Savage. 

Mitchell Library, State Library of NSW (MLMSS 630/1)





Cuatro meses después, en noviembre de 1858, desembarcaron en Sidney 276 camélidos incluyendo alpacas, llamas,  cruzas de ambas con sus crías y unas pocas vicuñas. Los “singularmente preciosos animales un poco como una doble cruza entre camello, avestruz, oveja y burro”,  despertaron la atención del público australiano. Pero, a poco de llegar, comenzaron a morir animales, que habían sufrido además del largo viaje terrestre los mareos propios de la larga navegación (Jones, 1953).

En total el proyecto había insumido nueve años.

 

ALPACAS EN AUSTRALIA

Los peligros, las variadas y molestas vicisitudes que el Sr. Ledger y su valioso rebaño han soportado llegan a lo inverosímil. Con ellos ha vagado a través de Perú, Bolivia y la República Argentina, por más de treinta y tres mil kilómetros, a lomo de mulas, y ocasionalmente a pie «a  través del frio del invierno y el tórrido calor del verano» (Shakespeare), por montañas y valles, a través de pantanos, a través de desiertos y durante una peregrinación de casi cinco años, este perseverante individuo ha mantenido con firmeza su único objetivo: escoltar con seguridad este pequeño rebaño hasta nuestra colonia." Exagerando en el kilometraje y  con acentuado racismo, un diario australiano no dejaba de señalar que Ledger, “hombre investido de una pequeña y limitada autoridad, frente a las celosas y degeneradas razas españolas de América del Sur había tenido una fuerte oposición a su proyecto. (Bell's Life in Sydney and Sporting Reviewer, 4/dic/1858)

Los camélidos fueron alojados temporariamente en The Domain, un parque en el centro de la ciudad, donde atrajeron la curiosidad de los habitantes. Más tarde fueron trasladados a la hacienda Sophienburgh, de Holt, en Liverpool. La primera esquila, realizada por los peones peruanos,  tuvo lugar en Liverpool, a finales de 1859, con un interesante rinde, y fue un acontecimiento social de gala al que asistieron personajes de moda, ricos y famosos. El producto fue adquirido por el empresario Titus Salt (ver nuestra próxima entrada del blog) (Jones, 1953).  Dado que el gobierno no aceptó su introducción en las montañas,   Ledger trasladó los camélidos a Arthursleigh, en Maneroo, en un arreo de dos meses, continuando con  su interminable viaje, siempre bajo el cuidado de Pedro Cabrera.


Las alpacas y llamas de Ledger en Sophienburg, en la propiedad del Sr. Atkinson, en Nueva Gales del Sur, hacia 1859.  

National Library of Australia (nla.obj-136096736)


Al comienzo, mediante  cruzamientos de machos de alpaca con hembras de llama, el rebaño empezó a crecer: en 1861 ya contaba con 417 ejemplares. Ledger logró venderlo al gobierno de Nueva Gales del Sur  por £15,000, mucho menos de lo que había calculado, y ese dinero se le fue en pagar a los comerciantes chilenos que habían financiado la aventura. Pero logró un contrato por un pequeño salario como “Superintendente de Alpacas”, aunque perdió el puesto al ser acusado de no rendir un dinero que la Sociedad de Aclimatación de Victoria le había adelantado para traer otro rebaño a ese estado.  Ledger escribió  “¡Basado en la fe en las promesas hechas en este país y en Perú, asumí todos los riesgos, tuve éxito y estoy arruinado!"

A pesar de los intentos de aclimatación, la crianza lamentablemente falló debido a problemas de manejo, a factores climáticos y a la burocracia. Muchos animales murieron durante la sequía de 1862-3, y otros debido a una enfermedad de la piel. En 1864 el rebaño fue dividido en 51 lotes y puesto a remate. Solo tres lotes fueron comprados por el granjero Thomas Lee en Bathurst. Una nueva subasta se hizo en 1866 con mal resultado. Finalmente, el resto de los animales fue obsequiado a granjeros de Nueva Gales del Sur y Queensland, otros a zoológicos,  o entregados como mascotas al manicomio de Gladesville y al diputado Sir Henry Parkes (Jones, 1953).   


Llamas en Australia (Cowie, Helen. 2022) 

https://www.historytoday.com/author/helen-cowie




Las alpacas se extinguieron pronto y algunas llamas vivieron hasta 1880. El gobierno perdió interés en las alpacas inclinándose por la importación de carneros Merino (Shimada, 1985).  A Ledger no le dieron más dinero ni tampoco tierras y en 1864 abandonó el proyecto regresando a Perú, pero no se dio por vencido. Para seguir con su vocación de contrabandista de productos biológicos, Ledger, tuvo éxito en sacar del Perú semillas de quina (Cinchona sp.) que permitieron realizar cultivos fuera de Perú para obtener quinina, remedio clásico para el tratamiento de la malaria. Esta acción le valió una pensión del gobierno holandés.

Estuvo también en Estados Unidos durante la guerra civil, vivió un tiempo en Argentina y en Palermo (Montevideo, Uruguay), y en 1878 había reunido nuevamente un hato de 250-300 alpacas destinadas a Australia, que  finalmente tuvo que ofrecer a la Société d’Acclimatation de Paris. A pesar del interés que mostró el secretario de la Institución, Albert Geoffroy Saint-Hilaire, la operación parece no haberse concretado (Raveret-Wattel, 1878).

En 1883  regresó a Sydney y se estableció como granjero. Falleció en 1905, a causa de una antigua lesión que le provocó una mula,  dejando un patrimonio de apenas 2 libras esterlinas.  Su tumba fue hallada en el cementerio de Sidney por el malariólogo italiano  Gabriele Gramiccia, quien le hizo colocar una lápida con el epitafio: “Le dio quinina al mundo” (Andrews, 1974; Gramiccia, 1988).

El destino peregrino de la llamas y alpacas se repitió en otros épicos arreos y cada uno de ellos daría para una nueva historia, como por ejemplo el envío de estos animales a Francia, a la emperatriz Joséphine de Beauharnais, atravesando en este caso Chile y Argentina, desde Valparaíso a Buenos Aires Bonavia, 1996).  O el arreo de un rebaño de llamas a través de más de 6000 km desde Chile a Nueva York (Ledger, 1861)

 

En nuestra próxima entrada “UNA HISTORIA DE LA ALPACA (Vicugna pacos)”

 

 

 

LA GRAN LLAMA DE YORKSHIRE

 

“La alpaca es la lana, similar a un pelo largo, de un animal mitad camello mitad oveja, que se encuentra en grandes cantidades en Perú. Es de la familia de la llama y prospera sólo en las mesetas elevadas del interior de América del Sur, donde deambula en plena libertad, siendo gregaria, pero nunca se la mantiene en rebaños. Se las ha probado en las tierras bajas, más cercanas a la costa marítima de su mismo país, pero, ya sea por el calor excesivo o por la extrema humedad de esas ubicaciones, fue siempre sin éxito. La existencia de esta lana, así como de los tejidos fabricados con ella, se conoce desde hace mucho tiempo. Se dice que [Francisco] Pizarro trajo muestras de la lana en bruto y artículos tejidos con ella a España a su regreso de sus conquistas americanas. En más de una ocasión se ha intentado naturalizar la llama en este país [Inglaterra], pero hasta ahora sin éxito. El difunto conde de Derby poseía algunas, y actualmente están en manos del señor [Titus] Salt y prometen multiplicarse.”

 

Charles Dickens (1853)

 

 


Andrews, B. G.  1974. Ledger, Charles (1818–1905)', Australian Dictionary of Biography. Volume 5, Melbourne University Press.

Balboni, Darren. 2007. Alpaca adiction. Otway Orchard. http://www.otwayorchard.net/1poems.htm

Bell's Life in Sydney and Sporting Reviewer.  sáb 4 dic 1858, page 3. 

Bonavia, Duccio. 1996. Los Camélidos Sudamericanos. Una introducción a su estudio. Institut Français d'Études Andines. Lima.

Bulletin de la Société d'acclimatation ser.3:t.5 (1878).

Cowie, Helen. 2022. The Great Alpaca Heist. History Today 72 (10).

Cuvier, Georges. 1827-1835. The animal kingdom : arranged in conformity with its organization. London: Printed for G.B. Whittaker. 

Dickens, Charles. 1853. The Great Yorkshire Llama. Household Words. A Weekly Journal. Volume VI. London.

d'Orbigny, Alcide & Benoît Eyriès, Jean-Baptiste. 1842. Viaje pintoresco a las dos Américas, Asia y África : resúmen jeneral de todos los viajes y descubrimientos de Colón, Magallanes, Las Casas, Gomara ... Barcelona : Imprenta y libreria de Juan Oliveres.

Flores Ochoa, Jorge A.  1975.  Pastores de Alpacas. Allpanchis 8: 5-27.

Gramiccia, Gabriele . 1988. The life of Charles Ledger (1818–1905): alpacas and quinine,. Basingstoke and London, Macmillan Press.

Hinchliff, Thomas Woodbine. 1863. South American Sketches; or a Visit to Rio Janeiro, the Organ Mountains, La Plata, and the Paranà. London : Longman, Green, Longman, Roberts & Green.

http://bioweb.uwlax.edu/bio203/s2012/sanderfo_ange/index.htm

http://www.yackaridge.com/history.html#:~:text=The%20first%20shipment%20of%20alpacas,Sir%20Titus%20Salt%20of%20England.

https://web.archive.org/web/20171110225410/http:/www.gatewayalpacas.com/alpacas/history-of-alpacas/conopas.htm

https://www.biodiversitylibrary.org/

https://www.vicam.org.ar/llamasalpacas.htm

Jones, Phyllis Mander. 1953. A Sketch Book found in Australia. Pan American Union, Washington.

Ledger, Charles. 1860. Sur un tropeau d'alpacas  introduite en Australie.  Bulletin de la Société impériale zoologique d'acclimatation 7:458-461.

Ledger, Charles. 1895. The Ledgeriana Pioneer. Chemist & Druggist, Vol. 47, no. 4 , 27 July 1895, page 118

Ledger, George. 1861. The alpaca : its introduction into Australia, and the probabilities of its acclimatisation there. Melbourne: Mason & Firth.

Menegaux, A. 1903.Les Mammifères. En Perrier, Edmond. La Vie des Animaux Ilustrée. Paris : Librairie J.B. Baillière et Fils.

Podgorny, Irina. 1963. La Llama Australiana. Hilario. Artes Letras Oficios. https://hilariobooks.com/blog-article.php?slug_es=la-llama-australiana.

Poucel, Benjamin. 1858. Sur un projet d'introduction et d'acclimatation du lama, de l'alpaca et de la vigogne dans l'Australie.  Bulletin de la Société impériale zoologique d'acclimatation 5:177-184. Paris, Société impériale zoologique d'acclimatation.

Poucel, Benjamin. 1860. Sur les lamas, alpacas et vigognes transportés en Australie par M. Ledger.  Bulletin de la Société impériale zoologique d'acclimatation 7:255-262. Paris, Société impériale zoologique d'acclimatation.

Raveret-Wattel, Casimir. 1878. Séance Générale du 29 mars 1878. Bulletin de la Société d'acclimatation, ser.3:t.5.

Sansgter, William. 1871. Umbrellas and their history. London: Cassell, Petter & Galpin.

Shimada, Melody & Shimada, Izumi. 1985. Prehistoric Llama Breeding and Herding on the North Coast of Peru. American Antiquity 50 (1): 3-26.

The Sydney Morning Herald (NSW : 1842 - 1954). THE ALPACAS.  sáb 12 nov 1859,  Page 8.

Wolf, Joseph & Sclater, Philip Lutley. 1861-1867. Zoological sketches. London, Henry Graves.

 



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  Investigación y redacción Alex Mouchard     … Mis alpacas son el sustento mío. El sustento de mis coterráneos. Mis alpacas son...