En la falda de aquel cerro
llora un triste gavilán,
no llora porque tiene hambre
sino porque es animal.
Copla de Santiago del Estero
Temminck, C. J. -1820-1839- Nouveau Recueil de Planches Coloriées d’ Oiseaux. 5 vol. Paris: F. G. Levrault |
En
los últimos años los habitantes de la ciudad de Buenos Aires tenemos la
posibilidad de ver en nuestras plazas y parques una bonita rapaz, de aspecto
gallardo y áspera voz. Se trata del Gavilán Mixto que se acerca a estos lugares
en busca de sus presas. Incluso se han registrado varios nidos activos lo que
indica que se ha adaptado a criar en la ciudad. Hace pocos días pude ver en la
Reserva Ecológica Costanera Sur una pareja de adultos y un juvenil que les
reclama comida mediante fuertes “¡pió … pió … pió!”. Lo mismo se observa en
otras grandes ciudades como Lima.
El primer naturalista que describió esta especie fue Félix de
Azara quien también le dio el nombre común que lleva en esta parte de
Sudamérica: Gavilán Mixto Oscuro y Canela. La razón es que Azara separó de las
otras rapaces a un grupo de especies que teniendo una envergadura relativamente
menor “no han de poder sostenerse en la atmósfera con tanta facilidad (…) ni
caer de tanta altura sobre la presa (…) sospecho que hacen a todo, esto es, que
a veces cazarán como las Águilas y los Gavilanes de estero, y otras como los
Esparveros; que es el motivo porque les llamo mixtos”. De la especie de que nos
ocupamos dice que los ha visto “siempre solos y posados en la última quarta
parte de los árboles grandes; y aunque no le he visto cazar no dudo es de esta
familia”.
Mas como Azara no utilizaba el sistema de nomenclatura de
Linneo, recién la especie fue reconocida por la ciencia cuando Coenraad Jacob
Temminck la dio a conocer en 1827, a partir de un ejemplar cazado por Auguste
de Saint-Hilaire en Rio Grande, cerca de Boa Vista, Brasil, que fuera dibujado
por Nicolás Huet, el joven, un eximio pintor de animales. Temminck lo llamó Falco unicinctus ubicándolo dentro de
los halcones. Unicinctus significa:
“con una sola faja” porque “las plumas
de las alas y de la cola no están rayadas con bandas numerosas (…) las plumas
de la cola no tienen bandas transversales; su color en la base es blanco puro,
y un gran espacio blanco las termina a todas; un pardo negruzco, donde domina
un leve tinte púrpura, colorea el resto de su superficie”.
Pero veamos, cómo llegó a sus manos ese ejemplar. Corrían las
primeras décadas del siglo XIX cuando el rey de Francia, Luís XVIII,
encargó a su embajador en Portugal, Charles Emmanuel Sigismond, duque de
Montmorency-Luxembourg, que organizara una expedición científica a Brasil, que
tendría además motivos políticos: resolver cuestiones limítrofes entre la
Guayana Francesa y las posesiones portuguesas, y hacer un completo relevamiento
de las riquezas de aquel país. Entre ellas se consideraba muy importante la
investigación de las propiedades medicinales de las plantas, para lo cual se
buscó un profesional preparado en ciencias naturales. Éste resultó ser el
botánico Agustin François César Prouvençal de Saint-Hilaire, más conocido como
Auguste de Saint-Hilaire, quien se desempeñaba en el Museo de Historia Natural
de Paris.
Auguste Saint Hilaire
Dibujo al grafito de
Ladisláo Netto |
El 1º de junio de 1816
desembarcaron en Río de Janeiro y durante seis años recorrieron la zona costera
de Brasil dotada entonces de una frondosa selva atlántica. Ya en ese entonces
Auguste señalaba con preocupación la quema de la selva para sembrar maíz, lo
que a la larga habría de eliminar al 93% de esta formación boscosa. También se hicieron expediciones al interior,
como la efectuada a las nacientes del rio San Francisco en Goiás, donde Auguste
habría de permanecer durante 15 meses, herborizando y tomando información de
cuanta planta observaba, y recolectando también animales. Al sur del rio
Paranahyba llegaron a una región que Auguste describe así: “Después de salir de
Pisarrão, entramos en una gran llanura arenosa donde la vegetación se compone
solamente de hierbas de poca altura. Más allá de esta llanura la tierra se hace
más roja, y en consecuencia mejor, y los árboles enanos aparecen en los
campos”. Hacen alto en la pequeña aldea
de Boa Vista que se componía de ocho a diez cabañas a orillas de un torrente. Y
entre este lugar y el río Grande es donde habría obtenido el ejemplar de
gavilán mixto, que envió al Museo de París. Una región de pequeñas aldeas y
cultivos con pastizales y atravesada por arroyos de cauce rocoso y bosques
marginales. En 1822, intoxicado por miel de avispa, Auguste tuvo que regresar a
Francia. En total obtuvo unos 6.000 especímenes de animales, de los cuales un
tercio eran aves. Los ejemplares fueron enviados al Museo de París, donde
llegaron a manos de Temminck y su equipo.
Audubon, John James y MacGillivray, William - 1831-1839 - Ornithological biography. Edinburgh: Adam Black |
Algunos años después, al otro extremo de América, John James Audubon describía la forma
norteamericana del Gavilán Mixto, a partir de un ejemplar hembra cazado en
Louisiana, entre Bayou Sara y Natchez, es decir al sudeste de Estados Unidos.
El colector le era desconocido y por eso se lo dedicó a otra persona, su amigo Edward Harris, “un caballero quien,
independientemente de la ayuda que me ha bridado en muchas ocasiones, para
proseguir mi estudio de las aves, merece el homenaje por ser un entusiasta
ornitólogo”. Lo denominó Falco harrisii.
Audubon carecía de información sobre su comportamiento. Años después Cassin
acotaba “esta ave es afecta a las cercanías de los ríos, y es pesada y lenta en
sus hábitos generales”, algo que había anticipado Audubon estudiando la forma
de sus alas y cola.
Henry Eeles Dresser que viajó por Texas en 1863 lo
describió como “un ave pesada y lenta, rara vez vista en vuelo, y subsistiendo
mayormente de carroña (…) Observé estas aves posadas en algún árbol junto al
camino u ocupada, en compañía de los jotes y caracarás, regalándose con alguna
carroña maloliente”.
En Costa Rica Charles Cleveland Nutting dice que “se asocia
con el zopilote y come carroña. Sin embargo es un inveterado ladrón de pollos.
El espécimen obtenido fue abatido con un revolver mientras se llevaba uno de
los pollos de Don Ramón [Espinach, el propietario de la hacienda La Palma, en
el golfo de Nicoya]”.
En Guyana, según Frederik Paul Penard “en general es una especie
rara, que se encuentra generalmente en árboles altos aislados en los bordes de
sabanas y pantanos abiertos. Su comida consiste en aves pequeñas, pequeños
mamíferos, reptiles e insectos. También
planea varias veces junto con jotes y caracarás. Su vuelo es ligero y elegante.
Su voz suena como un silbido queer-rie-rie".
Volviendo a la forma sureña, Alcide d’Orbigny obtuvo valiosa
información en Corrientes (Argentina) y en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).
“Hemos encontrado a esta especie al borde de las aguas, como los Buteo, volando mucho tiempo por encima
de los bosquecillos o alrededor de árboles dispersos, descansando en la cima de
los más altos, y sobre todo en aquellos secos, al borde de pequeños bosques
inundados o no, esperando su presa o cazando, volando a ras del suelo (…) todo
el año vive solitario, y parece hasta huir de su propia especie; sólo la
estación de los amores cambia su disposición, modifica su egoísmo, y solamente
entonces se acopla. Sus costumbres son, en todo tiempo, temerosas, sin embargo
su pusilanimidad no es más que el resultado de los peligros que lo rodean, y el
resultado de su experiencia; porque maté un joven de un año en un jardín en
medio de la ciudad de Corrientes; que no parecía temer el encontrarse en medio
del ruido de un lugar habitado; mientras que los adultos buscan los lugares
solitarios más silenciosos. Su vuelo, si bien rápido por momentos, es
generalmente poco veloz, y sobre todo poco prolongado, porque si el hambre no
lo apremia, pasa apenas de un árbol alto al más cercano; pero el apetito lo
hace un poco más activo en la caza: se abalanza sobre su presa desde lo alto de
su percha, pero con mucha menos vivacidad que las otras aves de su orden. A
menudo deja escuchar una especie de silbido agudo, repetido varias veces, sobre
todo cuando ve que algo lo intimida; su alimento parece consistir en aves,
pequeños mamíferos, reptiles y aún peces; cuando vuela por el campo a menudo es
perseguido por pajaritos, que lo obligan a percharse”. Finalmente comenta que
los españoles lo llaman Gabilán y los guaraníes de Paraguay y Corrientes,
Taguató.
Pocos años más tarde Johann Jakob von Tschudi, (1838) observaba
en Perú: “El H[ypomorphnus] unicinctus
se encuentra en todas las regiones, las más templadas, especialmente en la
sierra. A menudo se lo ve en pequeños grupos de 6 a 8 individuos cerca de las
aldeas indias. No es muy tímido y a veces vuela durante horas alrededor de las
cabañas solitarias. Los indios a menudo lo matan con la honda”.
En el mismo país Constantin Jelski observaba “es conocido por el
nombre de gavilán, y a veces para distinguirlo de otras rapaces se agrega
gavilán sanzo [¿zonzo?]. Ordinariamente se posa en tierra o sobre los
algarrobos; a menudo mantiene su cuerpo en posición horizontal, de modo que las
patas quedan perpendiculares al cuerpo. Recuerda mucho a Buteogallus nigricollis. Lo vi en Lechugal mantenerse sobre un nido
suspendido de Pachyramphus y devorar
los pichones.
En Chile se le da el nombre común de Peuco, según consigna Gay,
quien dice que es “bastante conocido por los grandes destrozos que comete en
los gallineros y palomares. Es especie menos activa y menos familiar que las
otras, y se mantiene igualmente de
animales todavía palpitantes que caza por la tarde y con mucha destreza”.
Nuestro gran observador de aves, William Henry Hudson, relataba
este drama de las pampas bonaerenses: “En las pampas, como todos los grandes
gavilanes, encuentra gran persecución de los fieros y siempre vigilantes teros
[Vanellus chilensis]. Una vez vi uno
de estos gavilanes, siendo perseguido, hacer una conquista que me sorprendió
mucho. Estaba planeando sobre la llanura, a unos 6 m sobre el suelo, perseguido
por varios teros, cuando de repente, justo cuando uno de los teros se le
abalanzaba desde arriba como es habitual, aparentemente errándole por un
pelo a la cabeza del gavilán con sus
agudos espolones alares, el gavilán lo golpeó y lo atrapó en sus garras llevándolo
al suelo”.
EL GAVILÁN MIXTO Y LOS
PUEBLOS
El gavilán mixto como tal es difícil de identificar en los
relatos, mitos y arte de los pueblos nativos. Generalmente las distintas etnias
tenían un nombre que abarcaba varias especies similares, aunque seguramente
ellos distinguían en el terreno una de otra por sus características.
Para los mayas los gavilanes o xiik (incluían con este nombre a varias especies similares) se
consideraban sanjorín o adivinos.
Así cuando volaban en círculos bajos
sobre el lago Atitlán, indicaban que se acercaban las lluvias; pero cuando
volaban alto anunciaban sequía.
Entre los tobas del oeste formoseño se daba el nombre de potaela'mek a un conjunto de especies de
rapaces a algunas de las cuales, como el gavilán mixto, les gusta comer pájaros
y a veces también roban pollitos de las casas y gallineros. Por ello
generalmente los matan. Para ellos es tabú comerlos, pero a veces comen los
huevos y si encuentran pichones los crían como mascotas. En cambio para los
tehuelches era tabú sacar pichones de gavilán del nido.
En los mitos qom había un tiempo en que las mujeres tenían
dientes en la vagina y no podían copular con los hombres. Entonces Ta´anqui, el
gavilán, llamó al viento y éste al frío
para que las mujeres con frío se sentaran alrededor de una fogata. Ta´anqui
agarró unos carbones encendidos y se los arrojó entre las piernas quemándoles
los dientes y transformándolas en las mujeres actuales. Ta´anqui, según otros
mitos, había traído el fuego a este pueblo.
Tokwáj, el héroe creador de los wichís, fue el que puso nombre a las aves e indicó a
los hombres cuales podían comer y cuales no. Entre éstas se encontraban el
pájaro carpintero, el gavilán (qot) y
el caburé.
Entre la población criolla se llamaba gavilán al hombre
mujeriego, quizás por similitud con la palabra galán. He aquí algunos ejemplos
de coplas:
Tomo por el chañaral,
huyendo del gavilán,
pero por ligera que ande
creo que me va a cazar.
(Santiago del Estero, Argentina).
Chiquitita y bonita
te vas criando,
para los gavilanes
que andan rondando.
(Buenos Aires, Argentina).
Por esta calle a lo largo
anda un gavilán perdido,
que dice ha de sacar
la paloma de su nido.
(Santiago del Estero, Argentina)
Soy un gavilán del norte
Con las alas coloradas;
A mí no me asusta el sueño,
Ni me hacen las desveladas,
Y por la mujer que quiero,
Aunque muera a puñaladas.
(Michoacán, México)
Y así también figura en el poema La Leyenda del Mojón, del poeta
uruguayo Juan Pedro “Pata Brava” López:
En la estancia se sabía
que la ingrata lo engañaba
pero a él nadie le contaba
la disgracia en que vivía.
Por eso la polecía
no hizo caso mayormente,
pues dijeron: "La inocente
se jue con su gavilán..."
El Gavilán Mixto es una de las especies más usadas en la
cetrería actual, valorándosela por su gran sociabilidad, inteligencia,
velocidad y astucia, por lo que los cetreros la conocen como “lobo del aire”.
Si bien se la cría en cautiverio para este fin, su comercio puede producir
presión sobre las poblaciones silvestres. Se la utiliza además de cazar aves y
pequeños mamíferos para ahuyentar las palomas en aeropuertos y lugares públicos
en México, Uruguay, Francia y otros países.
Alex Mouchard
∞
REFERENCIAS
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aves en la vida de los tobas del oeste de la provincia de Formosa (Argentina) —
1a ed. — Asunción: Tiempo de Historia.
-Audubon, John
James y MacGillivray, William - 1831-1839 - Ornithological
biography. Edinburgh: Adam
Black.
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Formosa. 1a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Editorial de
la Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires.
-d’Orbigny, Alcide -1835-1847- Voyage dans
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-Dresser, H. E. –1865-
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Levrault.
-Tschudi, Johann
Jakob von, - 1844-46- Untersuchungen über die Fauna Peruana. St. Gallen.
Excelente nota, muchas gracias!!
ResponderBorrarExcelente! Tus paginas son impecables! Gracias!
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