“A lo lejos en la vega tiende galán por sus márgenes,
de sus álamos y huertos el pintoresco ropaje...”
José Zorrilla- A buen juez mejor testigo
Anton August Henrich Lichtenstein fue un doctor en teología y filosofía alemán, profesor de lenguas orientales en el Gymnasium de Hamburgo, rector del Johanneum y bibliotecario en la misma ciudad y profesor en Helmstadt, Baviera. Lichtenstein era también zoólogo de gabinete, curador de algún museo cuyo nombre no trascendió y para el cual escribió en latín un catálogo de rarezas naturales (Catalogus Rerum Naturalium Rarissimarum, 1793) donde enumeraba una colección de mamíferos y aves de la que lamentablemente no se conoce su suerte. Además publicó varios trabajos zoológicos y en uno de ellos se ocupó de revisar las especies descriptas por Marcgrave y Piso en su obra sobre la historia natural del Brasil (ver nuestra entrada “La chuña y Marcgrave”), designándolas con nombres latinos según el sistema linneano.
Asi al ave descripta por Marcgrave como Jabiru brasiliensibus, Lichtesntein la denominó Ciconia mycteria. Marcgrave también citaba allí el nombre que le dan los holandeses: “negro”, el cual no se explica, según Azara, ya que es un ave mayormente blanca, pero quizás el apelativo se refería a los pichones que, como en muchas cigüeñas, son de color negro.
Buffon, que creía en una armonía que equilibraba los distintos productos de la Naturaleza, señalaba que en contraposición a los reptiles de las zonas tropicales, se habían desarrollado grandes aves como el jabirú, capaces de combatirlos gracias a estar dotados de una fuerza proporcional a la de las grandes serpientes, y con una talla tal que le permitía vadear aguas profundas. “Su pico es un arma poderosa, de 13 pulgadas de largo, agudo, achatado lateralmente a la manera de un hacha y compuesto por una sustancia córnea y dura”. Buffon fue uno de los primeros en señalar el collar de piel roja del ave, ya que Marcgrave en su dibujo sólo puso algo de rojo en las remeras secundarias, asomando entre el negro de las primarias. Y ese error fue repetido luego por otros autores como Brisson y Sánchez Labrador, que seguramente describieron al jabirú mirando el dibujo de Marcgrave.
Marcgrave, George & Willem Piso. 1648. Historia Naturalis Brasiliae
Piso señaló que al jabirú se lo encuentra en las márgenes de lagos y ríos apartados; que su carne aunque muy seca no es del todo mala, especialmente cuando engorda durante la época de lluvias y entonces es consumida por los indígenas, que lo cazan con fusiles y flechas.
El cirujano militar Bertrand Bajon, que escribió una memoria sobre la Guayana Francesa y la Cayena (1768-1777), cuenta que los pichones de jabirú se atrapan fácilmente por ser poco recelosos y porque suelen quedarse mucho tiempo antes de huir, de manera que se los puede aferrar por las patas. Tuvo durante mucho tiempo un pichón cautivo, el cual era muy voraz y necesitaba mucho pescado para hartarse. Señalaba que la carne de estas aves jóvenes es tierna y de un gusto bastante bueno, pero la de los adultos es dura y con sabor aceitoso.
“Cigüeña de collar roxo” llamó Félix de Azara a esta especie y aclaró que algunos le decían “Aiaiai”. Comentó que va sola y es de las aves más ariscas. Y dijo que el nombre “Yabirú” significa “cosa hinchada por el viento” y que podría aludir, como explica William Hudson, a que cuando el ave es herida o se enfurece la piel roja del cuello se hincha como una vejiga, tomando un color bien escarlata.
El jabirú era raro en las zonas que recorrió el príncipe de Wied, cercanas a Bahía, Brasil. Afirmó que esta ave es capaz de olfatear al cazador y suponía que sus órganos olfativos debían ser por lo tanto muy desarrollados. Mencionaba que se alimenta de todo tipo de animal de los pantanos incluso de aves, porque pudo presenciar como perseguía encarnizadamente a un pequeño macá hasta atraparlo. Nunca le escuchó emitir ninguna voz, aunque Goeldi contó que, como otras cigüeñas, castañetea el pico con un ruido de matraca.
En 1862 Osbert Salvin junto a Robert Owen realizó un viaje por la costa pacífica de Guatemala. Allí, en Huamachal, encontró al jabirú caminando lenta y majestuosamente por la ribera de las lagunas. Le costó mucho cazarlo ya que es un ave muy arisca y finalmente pudo abatir una que, entretenida cazando una anguila, se demoró en levantar vuelo.
En Ega, William Bates, el gran viajero del Amazonas, asistió a una ceremonia indígena en ocasión de las vísperas de San Juan. Un gran número de hombres y niños se disfrazaron para representar diferentes animales. Y observó que uno de ellos caminaba solitario, con una máscara de jabirú, imitando muy bien el andar y la conducta del ave.
Newton, A. – 1893-1896 – A Dictionary of Birds. London
Los nombres del jabirú
Según Charles Cleveland Nutting , un zoólogo norteamericano que estudió la fauna de Costa Rica, el nombre que le dan en ese país es “Galán sin ventura” y dice que la exactitud de tal nombre sólo la puede apreciar quien ha visto al ave en la naturaleza y se debe al contraste entre el alegre collar rojo y el aspecto gastado de su plumaje. Efectivamente, los sabaneros de Guanacaste, en el valle del Tempisque, se vestían de blanco con un pañuelo rojo en el cuello, y alguien vio el parecido del ave con ellos.
Johann Natterer registró el nombre que le daban en Matto Grosso: “rei dos tuiuius” o “tuiuiu de cabeça vermelha” y describió su dieta: serpientes, escarabajos, langostas, cangrejos, peces y ranas.
Charles Chubb, otro naturalista viajero que recorrió la Guayana Británica, relataba que "es una vista muy hermosa la de centenares de estas poderosas aves sorprendidas de golpe, lanzándose en vuelo desde la sabana en todas direcciones, desordenadamente, hasta alcanzar la altura de 30-45 m , donde se empiezan a ordenar, y entonces con graciosa facilidad ascienden volando en espiral, cada vez más alto, hasta que sus enormes formas casi desaparecen de la vista humana y apenas se ven como un pequeño punto flotando en el azul profundo del espacio". Registró también sus distintos nombres indígenas: “taramaru” entre los macusis, “doih” para los waraos y “mora-coyasehre” entre los arawaks, lo cual significa “el espíritu de Mora”. Por su parte J. J. Quelch anota otro curioso nombre común para Guyana: “negrocop”, quizás derivado del “negro” holandés. En la zona del Orinoco se le llama “garzón soldado”.
Chubb,Ch -1916 -The birds of British Guiana
Otro extraño nombre, esta vez en nuestro litoral, es “tuyuyú coral” por los colores del cuello negro, rojo y blanco como los de la serpiente del mismo nombre, y “tuyuyú cuartelero”. También se registra en nuestro país “Juan Grande”. En Colombia, según las regiones, se lo llama “coyongo”, “coscongo”, “grullón”, “cabezahueso”, “gabán”, “huesito” y “cabeza de cera”. Como vemos muchos de los nombres se refieren a cierto aspecto humano del jabirú por el andar parsimonioso de sus largas patas y su colorido que se asimila al de uniformes militares o trajes típicos.
Alex Mouchard
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REFERENCIAS
Azara, F. de- (1802)- Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata. Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. España. 1992.
Bajon, B. -1777- Mémoires pour servir à l'histoire de Cayenne, et de la Guiane Françoise.
Bates, H.W. – 1873-The Naturalist on the River Amazons.
Chubb,Ch -1916 -The birds of British Guiana.
Lichtenstein -1819- Abhandlungen der physikalischen Klasse der Königlich.
Marcgrave, George & Willem Piso. 1648. Historia Naturalis Brasiliae.
Nuttig –1882- Proceedings U.S. Nat. Museum.
Pelzeln, A v -1870- Zur Ornithologie Brasiliens.
Salvin,O -1865- Ibis
Wied -1833-Beiträge zur Naturgeschichte von Brasilien
Espectacular recopilación. Muy buena. En la región de los llanos venezolanos también es llamado Gabán Goliyú o simplemente Goliyú.
ResponderBorrarGracias por tu comentario y por aportar nuevos nombres para esta magnífica ave.
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