La
escúa roza el mar hirviente,
Su
cuerpo meciéndose sobre las agitadas olas,
Sus
alas batiendo el viento que salpica rocío,
Sus
plumas flameando salvajemente azotadas por el aire,
grita,
proclamando su presencia al belicoso día,
Pero
la tormenta toma el sonido desde su mismo pico,
y
lo arrebata y lo lleva lejos,
y
lo entierra profundamente en las nubes veloces y rugientes.
Shawn R. Lyons -
The skua (fragmento)
Skua Gull (Lestris catarractes)
Dibujo de Henry Constantine Richter (Gould,1848)
Investigación, redacción y traducciones: Alex Mouchard
Como toda historia de piratas ésta también empieza en
el mar, hace ya doscientos años.
La Coquille o Astrolabe, botada en 1811,
realizó el viaje de circumnavegación de Duperrey del que participó Lesson.
Grabado de 1913, The
University of Washington Libraries. Wikipedia.
Un lejano 18 de noviembre de 1822, la corbeta francesa Coquille
llegaba al puerto Saint Louis (Puerto Soledad), en la isla Soledad del
archipiélago de las Malvinas. Habría de
permanecer un mes en dichas islas realizando observaciones astronómicas,
físicas y geográficas a cargo de su capitán, Louis-Isidore Duperrey. Además el
marino Jules Sébastien César Dumont d'Urville, el segundo de a bordo, se
ocuparía de las colecciones botánicas, mientras que Prosper Garnot,
cirujano de segunda clase de la Marina y, René Primevère Lesson, farmacéutico
de segunda clase se dedicarían a las
observaciones zoológicas y a recolectar los especímenes destinados al Museo de
París. Lesson describió para la ciencia a la escúa parda a quien dió el nombre Stercorarius antarcticus. Como zoólogo tuvo una merecida fama pero su
vida personal fue desdichada, como puede verse el recuadro de más abajo.
Puerto Soledad (Port Saint-Louis), islas Malvinas.
Lugar del encuentro
de Lesson coin las escúas (Pernety, 1769).
“Por todas partes reina un
espantosa soledad” observó Lesson. “Las
costas de esta isla (la Soledad) son, en su mayor parte, bajas y bordeadas de
rocas; bahías o espaciosos puertos rompen el contorno.” (Lesson,
1826)
En esas desoladas costas, entre muchas aves que observaron,
estaban las escúas: “Las Malvinas están pobladas
por estercorarias cataractes (Lestris catarrhactes, Temm. ) … , que
Bougainville menciona con el nombre de caniard,
y que los ingleses llaman poule de Port-Egmont
[Puerto Egmont o Puerto de la
Cruzada, isla Gran Malvina.] Es de este palmípedo que Pigafetta (1519)
hablaba bajo el nombre de cagassela.
Esta ave, cuyo iris es marrón claro, tiene verdaderamente forma de rapaz de
patas palmeadas, a la que Pernety llama canard
gris, y sobre cuyos hábitos da detalles muy precisos… Confiada, o más aún,
atrevida, la estercoraria de plumaje oscuro, interrumpido por dos bandas blancas
que cruzan las alas, es a las gaviotas lo que el ave fragata es a los piqueros,
es decir, que está espiándolas constantemente, persiguiéndolas, para apoderarse
de sus presas, y así ejercer el poder tiránico de la fuerza. Sin embargo, la
estercoraria es en sí misma una hábil pescadora; y todos los días, junto al
mismo navío, nos daba pruebas de su destreza para apoderarse de su comida en la
superficie del mar.” (Lesson, 1826)
Aquí Lesson refiere a autores anteriores que reportaron sobre
esta ave. Sin embargo en algunos casos se trata de otras especies del mismo
género, de comportamiento y aspecto similar. Así Antonio Pigafetta, cronista
del viaje de Magallanes, cuenta que
antes de pasar el ecuador hacia el Atlántico sur avistaron a las aves “llamadas Cagassella
porque se alimentan del estiércol de otras aves, y vi muchas veces a alguno de
ellos perseguir a otro, y no dejarlo hasta no obtener el excremento.“ (Pigafetta,
1519). Cagassela, es apócope de caca-uccelli, o sea ave estiércol o
estercolera, pero en realidad la escúa no se alimenta de materia fecal, sino de
las presas que dejan caer las aves
marinas hostigadas por ella, comportamiento que los ornitólogos denominan cleptoparasitismo.
Las aves vistas por el cronista italiano probablemente hayan sido págalos
grandes (Stercorarius skua) propias del Atlántico Norte.
Por su parte el monje Dom Pernety, integrante del viaje a las
Malvinas al mando de Louis Antoine de Bougainville relataba haber conocido
“un ave carnívora, del tamaño de una gallina
común, y con plumaje gris-rojizo. Nuestros tripulantes lo llamaban canard gris [pato gris]. Se nos
aproximaban muy de cerca, y cuando estábamos cazando, volaban tan a ras de
nuestras cabezas que más de una vez les quitaban las gorras y los sombreros a
nuestra gente. Tienen un grito muy parecido al del pato; y aunque vuelan al
agua, no tienen patas palmeadas: pero atrapan con avidez a sus presas por medio
de garras muy puntiagudas, con que están armados sus dedos; cuando su presa no
es lo suficientemente grande para sostenerla en la superficie, o cuando es
demasiado pesada para llevarla, la despedaza con picos y garras, siempre
batiendo sus alas. Sin embargo, aterrizan en el agua: y se quedan allí como
patos; pero no vi a ninguno de ellos bucear. No nos divertíamos cazándolos, por
la idea de que serían muy malos para comer.” (Pernety, 1769)
Es posible que Pernety haya confundido dos especies distintas
ya que las escúas tienen pies palmados y sin capacidad prensil.
Gaviota llamada Gallina de Puerto Egmont, avistada en la latitud 50ºS, durante el segundo viaje del capitán James Cook (1772-1775).
Sin embargo la
imagen parece corresponder mejor con el Petrel antártico (Thalassoica antarctica).
Acuarela de Isaac Smith. - Mitchell Library, State Library of New South
Wales / Bridgemanimages. |
Durante el primer viaje de circunnavegación del Capitán James
Cook, en 1769, el tercer teniente John Gore comentó haber visto un ave a la que
llamó Port Egmont Hen (gallina de
Puerto Egmont), porque había una gran abundancia de ellas en ese sitio de las
islas Malvinas. La describió con dorso pardo, como una gaviota en tamaño y
forma . . . “Son algo más grandes que un cuervo,
en vuelo muy parecido a él, batiendo sus alas a menudo con un movimiento lento;
sus cuerpos y alas de color chocolate oscuro u hollín, debajo de cada ala una
pequeña barra ancha de color blanco sucio que las hace tan notables que es casi
imposible confundirlas. Se ven como dice por toda la Costa de América y en las
islas Falklands; yo mismo recuerdo haberlas visto en Tierra del Fuego pero por
algún motivo no lo anoté”. (Banks, 1962)
A las 3 de la mañana del 15 de febrero de 1820, el
navío Uranie de la expedición de circunnavegación comandada por Louis de
Freycinet, encalló en la Bahía de la Anunciación (Baie Française), en la
isla Soldedad (Is. Malvinas). Los naturalistas de a bordo, Jean René Constant
Quoy y Paul Gaimard, comentaron lo siguiente: “Las
primeras aves que vimos al día siguiente de nuestro naufragio en las Islas
Malvinas fueron los estercorarios [Stercorarius
antarcticus]; vinieron a recoger cerca de nosotros los restos de comida que
salían del barco, tendido sobre su costado. Son los mismos a los que, en estas
mismas regiones, los marineros de Cook llamaron «pollos de Puerto Egmont». Este
navegante los ha visto incluso en los hielos polares. Son muy fáciles de
reconocer por su color pardo y, cuando vuelan, por la gran banda blanca que
tienen bajo las alas. Fueron encontrados en el mar entre los cincuenta y cincuenta y cuatro grados de
latitud sur.” (Freycinet, 1824)
Escúa canela (Stercorarius
chilensis)
Dibujo de Joseph Smit (Saunders, 1876) |
BIOGRAFÏA DE UNA AUDAZ VIAJERA
“Estas gaviotas de cabeza de
águila, dotadas de un órgano de visión extraordinaria, ocupan un alto rango
entre los pájaros propios a las regiones glaciales.” (Valette,
1906)
“Todo viajero hacia y desde
Australia, ya sea por el Cabo de Buena Esperanza o por el de Hornos, observará
que en todas las latitudes más altas el barco será visitado con frecuencia por
ejemplares solitarios de esta gaviota, que puede distinguirse de los albatros y
petreles por su modo de vuelo más pesado y aleteado, y por la marca blanca en
el ala, que se ve conspicuamente desde abajo; parece, sin embargo, atraída al
barco más por curiosidad que por otra cosa, porque después de dar dos o tres
vueltas, vuelve a volar sobre el extenso océano hasta perderse de vista; se la
ve tan a menudo en mar abierto a mil millas de la costa, como cerca de ella, y,
como todas las demás gaviotas, frecuentan los mares salpicados de islas en las
que pueden posarse a placer. Durante mucho tiempo me sorprendió cómo un ave de
esta familia podía vivir tan lejos de cualquier medio aparente donde reposar,
hasta que la dificultad se resolvió al ver que el ave se posaba sobre las masas
de algas marinas que flotan aquí y allá en todos los mares, y sobre las cuales
descansaba con tanta facilidad como si estuviera de pie sobre una roca. Sus
hábitos depredadores le permiten obtener comida en abundancia persiguiendo a
los albatros y petreles y obligándolos a vomitar su comida.” (Gould,
1848)
“El vuelo de esta ave es
pesado, y se realiza mediante un aleteo lento y regular de las alas, con los
hombros muy arqueados. Posee, sin embargo, la facultad de girar rápidamente en
el aire, como observé cuando las Gaviotas lo perseguían.” 8Buller,
1888)
En la isla Laurie (Orcadas del Sur) el zoólogo uruguayo Luciano Honorio Valette,
realizó en 1904 las primeras observaciones zoológicas para aquella zona “El canto
de la escúa tiene una cierta analogía con el del tero-tero, pero la voz es algo
más fuerte; ponen en función sus cuerdas vocales sobre todo cuando se
encuentran reunidas y se disgustan por causas de comida. Entonces grita,
abriendo su enorme boca, extienden sus alas verticalmente, mostrando así la
parte interna de estos miembros con la banda característica de plumas blancas
en el tercio distal. Son animales pendencieros y bravos, estando reunidos, a
cada instante se pelean a picotones y con sus afiladas garras. Los celos sólo
permiten al macho la presencia de la compañera en el mismo comedero. La gaviota
antártica es muy amiga del baño en el agua dulce y es común verlas en verano
libradas a ese momento higiénico en las lagunitas que se forman debido al
deshielo.” (Valette, 1906)
“Por regla general, sus
hábitos son terrestres, y en las pocas ocasiones en que, probablemente por poco
éxito en la caza, la he visto posarse en el agua, ha mantenido las alas
perpendiculares, como una mariposa, como si tuviera miedo de mojarlas. En la época
de apareamiento, este comportamiento de levantar las alas se convierte en una
característica bastante destacada. Dos se posan sobre un montículo, bastante
juntas, sosteniendo sus alas perpendicularmente en el aire, y lanzan un cacareo
vociferante. La nota es fuerte, áspera y ronca, recordando la de la gaviota.” (Kidder,
1875)
Megalestris antarctica
(Lesson)
Dibujo de Henrik Grönvold (Hatcher, 1904-1927). |
PIRATA y CARROÑERA
“Estas aves, muy voraces,
viven de la rapiña más que de la caza y de la pesca, y son, incluso para los
albatros, enemigos temibles, porque devoran sus huevos en gran cantidad; pero
la particularidad más notable de su comportamiento es la forma en que hostigan
por detrás a diversas aves piscívoras para hacerles vomitar los alimentos que
recientemente han capturado para alimentarse. Son estas maniobras, mal comprendidas
y mal interpretadas las que le han valido en el norte el nombre de «chasse-fientes»
[caza estiércol] y de estercorarios”. (Milne-Edwards,
1881)
Sobre la actividad pirata de la escúa, el vizconde de
Querhoënt, informante de Buffon, le relataba: “Una
vez vi una lucha entre una [ave] fragata y la especie menor de cordonnier [escúa], la que duró bastante
en el aire, y cada uno se defendía con sus alas y su pico; el cordonnier, aunque incomparablemente más
débil, eludía con agilidad los formidables golpes de su antagonista, y no se
rindió; terminó, cuando un petrel que por casualidad estaba cerca reparó en la
escena, y, pasando y repasando varias veces entre los combatientes, logró su
separación; el cordonnier con
gratitud siguió a su liberador, y voló con él alrededor del buque.” (Buffon, 1787)
Henry Nottidge Moseley , naturalista del viaje científico de circunnavegación
del navío inglés HMS Challenger (1872–1876) realizó interesantes
observaciones sobre las aves del archipiélago de Tristán da Cunha, en la isla
Inaccesible:
“Una bandada de treinta o
cuarenta gaviotas rapaces (Stercorarius
antarcticus), se peleaban y luchaban por los cuerpos de los pingüinos,
cuyas pieles habían sido tomadas en cantidades considerables por nuestros
diversos grupos en tierra. El Skúa es una gaviota que ha adquirido un agudo
pico curvo, y garras afiladas en las puntas de sus dedos palmeados. Las aves
son completamente depredadoras en sus hábitos, recorriendo su territorio en
busca de carroña, y reuniéndose en grupos donde haya algo muerto, de la misma
manera curiosa que los buitres.”
“Roban los huevos y los
pichones de los pingüinos cuando tienen la oportunidad, pero su alimento
principal aquí parece ser las aves nocturnas, especialmente los priones, a los
que arrastran de sus madrigueras o se abalanzan sobre ellas apenas salen de
ellas. El lugar estaba sembrado de esqueletos de priones, con la carne
arrancada por estas gaviotas, que dejan atrás los huesos y las plumas.” (Moseley,
1879)
“Es muy amante de los huevos
de los pengüines en la época en que éstos se encontraban en las colonias, las
gaviotas se congregaban allí tan apuradas como nosotros mismos por obtener
huevos. Es curioso ver a estas aves como se mantienen planeando a poca
distancia de los pengüines, con los ojos que escudriñan por todos lados. A
pesar de esto no es muy fácil apoderarse de los huevos y es tanto más difícil
cuanto que la gaviota al aproximarse a un nido se levantan al unísono todos los
picos de otros tantos pingüines, para contrarrestar el atrevimiento.” (Valette,
1906)
A Jerome Kidder le dio la impresión de que se comportaba como
un ave rapaz:
“Al principio todos lo
tomamos por un halcón; su manera de volar, la vigilancia del suelo sobre el que
volaba y el hábito de posarse en lugares que dominaban una vista amplia, todo
sugiere esta impresión. Era, de hecho, difícil creer en la evidencia de mis
propios sentidos cuando encontré un ave con patas palmeadas que evitaba el agua
y se alimentaba únicamente, según mis observaciones, de otras aves.”
“Con el fin de resolver la
cuestión de si atacan y matan su propia presa cuando está ilesa, el Sr. Stanley
y yo desenterramos, con la ayuda del perro, un ave joven bien desarrollada y
casi emplumada (supuestamente de Majaqueus
[Procellaria] aequinoctialis), tan grande como un ave
doméstica ordinaria. Estando cerca un par de escúas observando nuestros pasos,
lancé a la joven ave por los aires, de modo que voló una cierta distancia y se
posó a unos doscientos metros de nosotros. Una escúa voló inmediatamente hacia él
y lo mató de repetidos golpes en la cabeza con el pico; la otra permanecía a
cierta distancia, en guardia, como creí al principio, pero, parecía después
como temerosa de su compañera; pues, mientras observábamos a la primer escúa
comer su presa (casi tan grande como ella misma), la otra se acercó poco a
poco, emitiendo breves y quejumbrosos chirridos, pero sin atreverse a
participar de la comida. Cuando, después de unos minutos, los ahuyentamos, el
petrel había sido desgarrado y sus entrañas parcialmente devoradas. No pude ver
que usara las garras para desgarrar a su presa; más bien parece depender de la
fuerza de su pico.” (Kidder, 1875)
Rupert Vallentin se encontraba a principios de diciembre,
visitando una colonia de pingüinos de vincha o gentoo (Pygoscelis papua) en las Malvinas cuando sus pichones eclosionaban.
“Las escúas eran como de costumbre abundantes y
cuando me acerqué a la colonia, los 'gentoos' se retiraron y las gaviotas
atacaron de inmediato a los jóvenes desprotegidos. Dio la casualidad de que en
un nido estaba saliendo un pollito y uno de los padres permaneció posiblemente
para ver el interesante evento. Me las arreglé para exponer una placa cuando
una de las patas del pichón se liberó, y en un momento la cáscara del huevo se
partió y el pichón quedó expuesto. Pero sus existencia fue muy breve, porque se
abalanzó una escúa, y el polluelo despareció dentro del esófago del ave como si
fuera una ostra. Al instante puse mi mirada en el pingüino que ciertamente
parecía sorprendido por este proceder, y me pregunté en ese momento cuál de los
dos estaba más sorprendido." (Boyson, 1924)
Pero, curiosamente, no vió a las escúas atacar a los pichones
del albatros ceja negra (Thalassarche
melanophris). “Posiblemente haya algo de
impalatable en el polluelo de esta especie: ciertamente no es por falta de
nutrición, porque siempre están tan gordos cómo es posible, aún en las etapas
más tempranas cuando son muy indefensos, y sus padres pueden dejarlos por
considerables períodos sin protección”. (Boyson, 1924)
En otra colonia, en las Malvinas, Arthur Cobb “vio venir una escúa, perseguida por un par de ostreros blancos y
negros; las gaviotas se levantaron en grupo, riéndose, riéndose y gritando, y
se unieron a la persecución, dejando todos sus huevos descubiertos. La escúa
los esquivó y voló por todo el sitio hacia un lado y el otro, disfrutando de la
diversión, de la misma forma que un futbolista profesional podría correr entre
una multitud de niños, aunque una gaviota le pellizcara la cola, y los ostreros
le gritaran y la molestaran. Finalmente, con una picada larga, baja e
inesperada, se llevó un huevo en el pico.” (Cobb, 1933)
“El M.[egalestris] antarctica es un animal muy amante de cadáveres
(pengüines y focas) alrededor de los cuales se suelen ver grupos animados, con
las alas entreabiertas, compartiendo en común el festín.” Esta actividad carroñera parece que
era muy útil a los naturalistas, ya que “fueron excelentes auxiliares para la preparación
de los esqueletos de focas que
coleccioné. Desgrasan muy bien las pieles y cualquiera podrá darse cuenta del
gusto que se experimenta al tener esos desinteresados ayudantes, cuando el
trabajo hay que efectuarlo a la intemperie y con bastante frío. Pero así mismo
tienen que ser vigiladas, porque son capaces de hacer más de lo necesario y
agujerear el cuero.” (Valette, 1906)
CONFLICTOS CON HUMANOS
En la época de cría las escúas pueden enfrascarse en duras
batallas en las zonas de nidificación. A fines de noviembre de 1903 el
ornitólogo inglés William Eagle Clarke “observó a
dos escúas, presumiblemente machos, peleando ferozmente, mientras un tercero
miraba, evidentemente un espectador interesado. Las aves pelearon con picos y
garras durante casi una hora, cuando uno de ellos quedó completamente exhausto;
y luego el vencedor se fue volando con su pareja, y el vencido fue despedazado
sin piedad y devorado por un petrel gigante, que había sido un espectador
interesado de la pelea.” (Clarke, 1906)
“Sobre la falda de algunos
cerros donde los musgos son muy espesos, allí excavan las gaviotas, formando el
hoyo que les sirve de nido… Durante la extracción de los huevos, estas aves
atacan ciegamente y a duras penas puede uno defenderse de los arañones y
picotones que llueven sobre la cabeza. Estas gaviotas son muy rateras, pero
ellas no admiten ladrones en su propiedad, sin antes combatir y defenderse con heroísmo.
Si en un nido hay dos huevos y sólo se les usurpa uno, al volver la gaviota
deshace el nido y rompe el huevo restante, retirándose definitivamente a otro
paraje.” (Valette, 1906)
Rollo Beck en una de las islas del cabo de Hornos encontró “un nido de escúa con dos huevos próximos a eclosionar. El nido
estaba en un lugar alto y abierto, cubierto de pasto, expuesto a las tormentas
de granizo que azotaban a intervalos frecuentes día y de noche, pero a las
aves, que estaban vestidas con plumaje grueso y denso, no parecía importarles” (Beck,
1918)
Gaviota antártica (Megalestris
antarctica)
Dibujo de la cabeza y del huevo por Luciano Honorio Valette (Valette, 1906) |
Las escúas defienden agresivamente sus nidos ante la llegada
de intrusos, y diversos viajeros coinciden con esto y con su audacia para
atacar a los humanos.
"Había numerosos nidos de
escúa entre la hierba, en lugares secos. Los nidos de estas aves nunca están
juntos. Las aves siempre tienen una amplia gama de terrenos de caza alrededor
de su nido. Las escúas en la isla Marion [Archipiélago del Príncipe Eduardo]
eran extremadamente audaces y salvajes, como también lo eran en la Tierra de
Kerguelen. Cuando uno se acerca al nido, se lanzan en picada, pasando como una
ráfaga muy cerca de la cabeza, zumbando en las orejas de la manera más
desagradable.”
"Las dos aves de la pareja se
turnan para elevarse por encima y, luego descender en picada. Tienen garras y
picos afilados, y sin duda lastimarían gravemente la cara o los ojos si los
tocaran al pasar. Hay que golpearlos con un palo o el cañón de un arma. Son muy
hábiles para evitar el palo cuando pasan volando, pero varios fueron
derribados. A veces he tenido que desperdiciar un disparo para deshacerme de
ellas. Algunas parejas son mucho más salvajes que otras. Por supuesto, cuando
se toca a sus crías, se ponen muy furiosas, y hay que tener un palo mientras se
les lleva. Las aves se parecen mucho a los págalos del norte [Stercorarius skua] en sus hábitos.”
“Uno de ellos se abalanzó
sobre un pato que yo había cazado un día en Kerguelen y que había caído al
agua. El ave lo cogió cuando yo estaba a no más de media docena de metros, y se
lo llevó en el pico con facilidad.” (Moseley, 1879)
En Malvinas Winthrop Sprague Brooks registró estas
observaciones: “Son grandes carroñeras de los
despojos de las ovejas carneadas, y su afición por los huevos y pichones con
plumón de los pingüinos es bien conocida. Son muy agresivas y a menudo, aun
cuando no haya nidos en las cercanías, una o más escúas vuelan en círculos y se
abalanzan sobre la cabeza de uno, aunque sólo una vez llegaron a tocármela. Sin
embargo, una es suficiente y de allí en más mataré a cualquier ave que se tome
la libertad conmigo de esta forma. Uno no puede dejar un espécimen en el suelo
sin que una escúa comienza a destrozarlo tan pronto como uno se aleja unos
pocos metros.” (Brooks, 1917-1918)
Por su parte Vallentin comentaba:
“Aunque es un ave muy
poderosa, en realidad es una gran cobarde excepto durante la época de cría,
cuando atacará ferozmente a un hombre o un perro... Esta ave anida en pequeñas colonias,
que están usualmente en las vecindades de la colonia de gaviotas, pingüinos o
cormoranes, donde puede obtener siempre una gran provisión de alimento en la
forma de huevos y aves lesionadas. Los nidos están disparos, y generalmente
ubicados en sitios elevados, de donde las aves pueden elevarse con facilidad en
el aire. Estos nidos son construidos fácilmente. Primero hacen una leve depresión
rascando el suelo y ésta es tapizada con ovillos de pastos y usualmente ponen allí
tres huevos, aunque a menudo sólo hay dos. .. en el instante en que uno aparece
cerca de sus nidos, inmediatamente es atacado por estas aves en rápida sucesión.
Los perros son mucho más temerosos de ella y una vez, cuando andaba con un pastor,
uno de sus perros pareció saber instintivamente que una escúa iba a realizar
una picada sobre él, porque se tiró patas arriba, listo para el ataque y así el
ave no tuvo oportunidad.”
“Una vez, sacando fotos en un
día excepcionalmente lindo, estaba caminando hacia unos nidos de escúa mientras
varias de ellas repetidamente se lanzaban contra mí. Al no tener mi fusta invertí
la cámara, sosteniendo las patas del trípode por encima de mi cabeza.
Afortunadamente hice eso, porque unos segundos después una escúa casi se empala
en una de las patas del trípode.”
“Su método habitual de
ataque, cuando uno se acerca a sus colonias, es proyectarse en línea recta
hacia los ojos del visitante, hasta que al aproximarse a más o menos 10 metros,
el ave se eleva, gira y ataca desde atrás. Siempre hay que cuidarse de estos
ataques desde atrás, porque el ave frecuentemente nos alcanza, resultando un
fuerte golpe. Un golpe de una de estas aves es un asunto bien serio, y se
cuentan muchas anécdotas en estas islas de gente que ha sido derribada y hasta aturdía
por una escúa.” (Boyson, 1924)
Para Cobb (1933) “reunir
ovejas para esquilarlas en un área infestada de escúas no es una broma. Estas
aves siempre están con la ilusión (que, por cierto, no siempre es una ilusión)
de que todos los hombres y perros que ven están detrás de sus polluelos. Esto
los hace graznar de rabia y volar a toda velocidad directamente hacia la cabeza
del desafortunado perro u hombre, a la que por lo general fallan por
centímetros, pero ocasionalmente golpean. Si la golpean, es más que
desagradable, ya que tienen alas excepcionalmente fuertes y son capaces de
hacer que uno vea las estrellas a la luz del día con sus tremendos mamporros en
la nuca.”
“Algunos hombres han sido
derribados por ellas y los perros quedan tan aterrorizados que se refugian bajo
las patas de un caballo amistoso, sabiendo que es el punto más alto el que será
golpeado. Se niegan a continuar con su trabajo de reunir las ovejas, lo que en
sí mismo es un inconveniente y el comienzo de más problemas para la familia
escúa.”
“A veces el aire está tan
lleno de estas aves que la única forma de avanzar es atar un cuchillo a un palo
y sostenerlo por encima de la cabeza. No hay un segundo ataque de una escúa que
da contra el cuchillo.”
“El juego favorito de una
pareja de escúas es atacarte por adelante y por atrás simultáneamente.
Comenzando un ataque salvaje, casi sincronizado con el de la madre, el padre
hará todo lo posible para arrancarte el cuero cabelludo desde el frente,
mientras que su media naranja intenta ponerte los pelos de punta, desde atrás,
lo cual es un juego espeluznante en más de un sentido, si logran quitarte el
sombrero.”
Stercoraire cataracte (Lestris
catarractes)
Dibujo de Pierre Oudart (Freycinet, 1824b.) |
UN PIRATA EN CASA
El ornitólogo Walter Lawry Buller mantuvo una escúa viva en
su casa de Nueva Zelanda durante varios años. Es interesante su relato de la
vida de esta ave, especialmente para mostrar la voracidad de esta especie.
“Es aún habitante de mi
jardín, donde, después de mucha persecución preliminar, ahora tolera la
compañía de una joven gaviota (Larus
dominicanus). La historia de esta ave es algo notable. Hace aproximadamente
un año y medio, fue capturada en algún lugar de las cercanías de Kapiti y pasó
a manos del Excelentísimo Wi Parata, que lo mantuvo en su marae hasta que se volvió bastante mansa. Al estar herida en el
ala, no pudo volar, pero después de escapar, viajó unas diez millas costa
arriba y fue recapturada por algunos nativos en Otaki. Permaneció allí unos
tres meses y luego emprendió un nuevo viaje hacia el norte. Su siguiente etapa
fue Horowhenua, donde fue capturada y llevada tierra adentro a la granja de
Hector McDonald. Aquí se convirtió en una habitante del corral y pareció
reconciliarse por completo con su nuevo modo de vida. Fraternizaba con los
perros y las aves de corral, compartiendo su comida y devorando de vez en
cuando una gallina. Pero un día, después de una pelea con un pavo rival, en la
que pareció salir segunda, viajó a la costa, a una distancia de unas cuatro
millas, y luego volvió a dirigirse hacia el norte. Una semana o dos más tarde
se encontraba cerca de la desembocadura del río Manawatu y fue llevada tierra
adentro a Foxton. Conmemoró su llegada tragándose unos patitos y gallinas.
Luego le fue entregada a un colono 'en el monte', donde mató y devoró una
gallina bien desarrollada. Llegué justo a tiempo para evitar que fuera
sacrificada a la ira de la buena ama de casa. De allí fue deportada en autocar
a Wellington, escapando por las arenas de Manawatu, en el camino, y deteniendo
el correo de Su Majestad mientras era recapturada.”
“Después de mantener al ave
enjaulada durante unos días, la solté en el jardín, donde ha permanecido
durante más de seis meses sin ningún intento de escapar. Bautizada como 'Peter'
por los niños, se ha vuelto bastante mansa y familiar, respondiendo a su nombre
y tomando comida de la mano. Ha escogido un lugar soleado en un terreno alto,
como mirador durante el día y como lugar para dormir por la noche. Deambula
libremente por el lugar, en busca de gusanos y larvas, y durante el calor del
día busca la sombra de algún arbusto tupido. Es casi omnívora, pero da
preferencia al pescado y la carne. Cuando se le ofrece un pájaro muerto, sale
corriendo con él en el pico, luego, sujetándolo con los pies, le arranca las
plumas y devora la carne. Al arrojarle un Anteojitos dorsigrís (Zosterops lateralis), lo engulló con
plumas y todo. En otra ocasión le entregué el cuerpo de un Prión pico corto (Pachyptila turtur). Se lo llevó con el
pico, le arrancó las plumas en un espacio de tiempo increíblemente corto,
aplastó los huesos de las alas con su poderoso pico y luego se lo tragó todo,
con las extremidades de las alas sobresaliendo de su boca hasta que el ave
descendió dentro del buche de la escúa. Su capacidad para tragar pescado es
algo asombroso, su buche se distiende mucho. Tiene el poder de regurgitar su
comida, y algunas veces arrojará de su garganta un hueso de tamaño
sorprendente, la maravilla es cómo se las arregló para tragarlo.”
“Aunque habitualmente no es
un ave nocturna, a veces se excita mucho después del anochecer, correteando por
el jardín con las alas extendidas y emitiendo un peculiar grito como si
estuviera sofocada. Otras veces emite a intervalos una nota como el canto de un
faisán. Durante el día, Peter no hace ruido, excepto cuando pelea con la
gaviota o disputa la posesión de un hueso con el perro, cuando emite una nota
breve y malhumorada, repetida rápidamente. Su primer encuentro con una cacatúa
domesticada en el jardín fue bastante ridículo. Primero desempeñó el papel de
agresora, pero en el momento en que su oponente levantó su cresta, Peter se
acobardó y salió corriendo. Después de esto, establecieron relaciones amistosas
entre sí, a menudo tomando el sol juntas y bebiendo de la misma fuente.”
“Al registro completo de su
vida que antecede, no tengo nada que agregar, excepto un aviso sobre su muerte,
un año después, la que pareció ser el resultado de la vejez. Mi esposa me
comunicó su obituario en los siguientes términos: «Como un ave sensata, primero tomó un buen desayuno, luego se
bañó, y luego se acostó en un lugar cómodo en el césped y murió tranquilamente»”. (Buller, 1888)
LOS CURIOSOS NOMBRES DE LA ESCÚA
El nombre común escúa es la castellanización de skua, nombre que recibe entre los
marinos ingleses, a veces como skua-gull (gaviota escúa) y que proviene del feroés skügver o skúgvur, que a su vez podría estar relacionado con el nórdico
antiguo skūfa, empujar, quizás por el
comportamiento del ave de acosar a otras aves marinas. El término aparece ya en
el siglo XII, p.ej. en el poema Eysteinsdrápa, de Einarr Skúlason, como hræskúfs (escúa carroñera) lo que revela
que ya se conocían bien las costumbres del ave.
Skua hoieri – (Clusius, 1605)
El médico Henrik Hoier envió en 1604 un ejemplar de la escúa del hemisferio norte capturado en las islas Feroe a su colega flamenco Carolus Clusius que al año siguiente, publicó una descripción y un dibujo con el nombre Skua Hoieri y de allí parecen haberlo tomado los autores ingleses como Francis Willughby.
Los pescadores germanos llaman a estas aves stund-jaeger, los franceses chasse-fiente y los ingleses dunghunter , en todos los casos con el
significado de “caza estiércol”, a partir de lo cual Brisson creó el nombre
genérico Stercorarius, es decir
estercolero.
Otros nombres ingleses son teaser (burlón), boatswain
(contramaestre) y bonxie (en
Shetland).
Los marinos franceses también la conocían como cordonnier (zapatero) “sin que uno pueda entrever la razón de esta denominación,” como
dice Buffon.
En las islas Malvinas es sea-hen
(gallina de mar).
Los pescadores suecos le dicen labb y los de la isla de Saint Paul (Océano Índico) lo conocen como
poule-mauve (pollo malva).
En maorí es karoro.
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