"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


miércoles, 6 de agosto de 2025

JUAN SEBASTIÁN ELCANO Y LAS AVES DEL PARAÍSO

 Alex Mouchard

 

Toy suy ce couple heureux, toy glorieux Mamuque
Bourgeois de Paradis hoste du clair Moluque,
Oyseau miraculeux, qui vis alegrement
Dans l'air (comme l'on dict) sans aucun aliment :
De qui mille escrivains plus grands que veritables
Ont laissé par escript plusieurs gentiles fables (,,,)

Les Œuvres / Paul Contant, 1628

[Tú eres esta feliz pareja, tú, glorioso Mamuco,/ habitante del Paraíso, anfitrión de las claras Molucas,/ pájaro milagroso, que vive alegremente/ en el aire (como se dice) sin alimento;/ de quien mil escritores, más sublimes que veraces, /han dejado escritas muchas amables fábulas...]

 

Paradisea minor

Lámina de John Gould y William Hart

(Sharpe, 1891-98)




El 6 de septiembre de 1522 arribaron al puerto de Sanlúcar de Barrameda (España) en la nave Victoria 18 hombres completamente exhaustos que acababan de realizar una de las mayores hazañas de la humanidad: por primera vez habían circunvalado la Tierra, no sólo demostrando su redondez, sino también abriendo nuevas rutas para el conocimiento y el comercio.  Eran los sobrevivientes de una tripulación original de 245 hombres que partieron en el viaje de descubrimiento de Fernando de Magallanes quien había logrado encontrar el famoso estrecho que comunicaba los océanos Atlántico y Pacífico.  

Poco después, probablemente a fines de ese mismo mes de septiembre, Juan Sebastián Elcano, que había quedado a cargo de la expedición tras la muerte de Magallanes, se reunió en Valladolid con el rey Carlos I de España, quien gobernaba ese vasto «imperio en el que “nunca se pone el sol”.  En sucesivas reuniones, Elcano y sus compañeros relataron la increíble aventura al emperador y a importantes personajes de su corte (Aguinagalde, 2019a, 2019b).

Entre los que escucharon el fascinante relato se encontraba el asistente personal del emperador, Maximiliano van Zevenbergen, más conocido como Maximilianus Transylvanus quien sería el autor del primer informe editado del viaje, escrito en latín. En formato de carta, destinada a su anterior empleador, el arzobispo de Salzburgo, Mateo Lang de Wellenburg, quizás su padre biológico, Maximiliano relataba que, llegados los expedicionarios a las islas Molucas, encontraron allí reyes que les entregaron diversos objetos como obsequio.

“Los regalos eran espadas y otros artículos de ese tipo. Pero lo principal era la Mamuco Diata, es decir, la avecita con la que se protegen aquellos que se creen seguros e invencibles en la batalla. Se enviaron cinco de éstas, una la obtuve del capitán del barco [Juan Sebastián Elcano], y la envío a Vuestra Reverendísima Señoría. No porque piense que estará a salvo de trampas y espadas, como afirman, sino para que se deleite con su rareza y belleza” (Transylvanus, 1523).


Ave del Paraíso

Detalle de  “La Tentación en el Jardín del Edén”

Jan Brueghel el Viejo, 1600

Victoria and Albert Museum, Londres.

https://collections.vam.ac.uk/item/O17809/the-temptation-in-the-garden-oil-painting-brueghel-jan-the/#:~:text=This%20painting%20is%20a%20good, produced%20many% 20versions% 20of% 




Aguinagalde (2019b) da por seguro que Transylvanus se informó directamente de Elcano, quien le habría regalado una de las aves, la que junto con especias y otros artículos, habría enviado a Matteus Lang, quien a la sazón estaba a cargo del obispado de Cartagena (España)  (Moroni, 1846). No sería de extrañar que este ejemplar finalmente haya ido a parar a la Cámara de Arte y Maravillas (Kunst und Wunderkammer) del archiduque Fernando II de Austria, sobrino de Carlos I,  en el Castillo de Ambras en Innsbruck (Austria).

Explicaba Transylvanus que esos reyes “hace unos pocos años, (…) comenzaron a creer que las almas eran inmortales” y fue porque “les dieron este argumento: que cierta ave, la más hermosa de todas, nunca se atrevía a posarse en el suelo ni en ninguna otra cosa que estuviera en el suelo. Pero a veces desde los cielos más altos caía sin vida al suelo. Y cuando los mahometanos, que llegaron a ellos con fines comerciales, vieron este pequeño pájaro nacido en el paraíso, siendo el paraíso un lugar para las almas y que estaba imbuido de tal vida, este lugar prometía maravillas de para las almas. Al pajarito lo llamaron Mamuco Diata” (Transylvanus, 1523).

El nombre correcto sería burung dewata o, según Alfred Wallace, manuk dewata (aves de dios). Los portugueses las bautizaron como passaros do sol, y los navegantes holandeses como Avis paradiseus. (Wallace, 1869).


Paradisea minor, en la fase final del despliegue

Dibujo de G.E. Lodge.

(Ogilvie-Grant, 1905)




Fernández de Navarrete dio una traducción no literal de la carta de Transylvanus,  donde le hace decir que los dichos reyes tienen a esas aves “por cosa celestial, y aunque están muertas jamás se corrompen ni huelen mal , y son en el plumaje de diversos colores y muy hermosas, y de tamaño de tortolillas, y tienen la cola larga harto, y si les pelan una pluma les nace otra aunque estén muertas; las cuales llevan los Reyes cuando van a pelear con sus contrarios, y tienen por cierto que teniéndolas consigo están seguros en la batalla , y que no pueden ser vencidos de sus enemigos. Una destas aves manucodiatas alcancé del capitán desta nao que las trajo , y la envio á Vtra. Sría. Rma., no para que piense Vtra. Sría, que teniéndola consigo lo ha de hacer libre de las asechanzas y traiciones y peligros de hierro y armas de sus enemigos , como piensan aquellos Reyes bárbaros , sino para que Vtra. Rma. Sría. vea ave que nunca vio, y se huelgue en acatar su hermosura” (Fernández de Navarrete, 1837). 

Según Navarrete las dichas aves “andan volando , sin que jamás las viese persona alguna asentar en tierra , ni en árbol, ni en otra cosa que en la tierra sea , y ansi andan volando siempre por el aire sin posar en parte alguna , hasta que cansadas desfalleciendo caen en tierra muertas, y no las toman vivas”. Y refiere el nombre como mamucho o manucodiata “que quiere en su lengua decir Ave de Dios”, agregando que “los castellanos juzgaron que se mantenían del roció y flor de las especias” (Fernández de Navarrete, 1837). 


Ave del Paraíso

Detalle de  “El Paraíso terrestre y la Caída de Adán y Eva”

Jan Brueghel el Viejo,  1617.

Royal Picture Gallery Mauritshuis - The Hague




En aquel histórico viaje se encontraba también Antonio Pigafetta, un noble italiano que actuó como cronista de la expedición de Magallanes, que publicó su versión del viaje en Relazione del primo viaggio intorno al mondo (1536). Veamos que dijo de las famosas aves, haciendo referencia al rey de la isla Bachian o Bacan: “También nos regaló dos hermosos pájaros muertos para el Rey de España. Estas aves son grandes como los tordos: tienen la cabeza pequeña, el pico largo, las patas delgadas como una pluma de escribir y un palmo de largo; no tienen alas, pero en su lugar hay largas plumas de varios colores similares a grandes penachos; su cola se parece a la del tordo; todas las demás plumas, excepto las de las alas, son de color oscuro; y nunca vuelan, excepto cuando sopla el viento. Nos dijeron que estas aves vienen del paraíso terrenal, y las llamaron bolondinata, es decir, aves de Dios” (Pigafetta, 1800).


Bolondinata

(Pigafetta, 1800)

                                                              


Por lo visto en la isla Bacan les entregaron dos aves “empajadas”, es decir pieles rellenas con paja, con lo cual en otro momento del viaje se supone que recibieron otras tres para completar las cinco que mencionó Transylvanus. Algunos autores (Casetti et al., 2021; Stresseman, 1954) opinan que  las aves en cuestión serían de la especie ave del paraíso esmeralda chica (Paradisaea minor), si bien los relatos publicados no dan una descripción detallada como para poder identificarla con precisión. Pero se trata de un ave común en su zona de distribución (Frith & Frith, 2020), que vive en el norte de Nueva Guinea  y en islas cercanas como  Yapen y Misool, y esta última se encuentra a 240 km en línea recta de la isla de Bacan. Por otro lado Fernández de Navarrete (1837) afirmaba haber “visto en Madrid en 1831 tres de estos pájaros traídos de Manila adonde los habían llevado de la isla de Terrenate [Ternate]” y su descripción coincide en un todo con Paradisaea minor. Otros creen que las dos aves obsequiadas por el rey de Bachian podrían ser aves del paraíso de Wallace (Semioptera wallacii), que precisamente son endémicas de las islas Bachian y Halmahera (Mužinić et al., 2009).


Paradisea minor

Dibujo de Joseph Wolf, litografiado por John Smit.

(Elliot, 1873)




Es posible que estas dos aves las conservara el rey Carlos I (Mužinić et al., 2009). La tercer ave sería la que Elcano obsequió a Transylvanus y éste a Matteus Lang. Un cuarto espécimen habría sido adquirido por la archiduquesa Margaret de Austria en la ciudad flamenca de Mechelen en 1523, y siendo tía abuela del cardenal Alessandro Farnese, dicha ave serviría de modelo al miniaturista Juraj Julije Klovic Croat (Iulius Clovius ) para la primera imagen de un ave del paraíso en colores que se haya publicado, y que aparece  en El Libro de horas, un libro de oraciones realizado entre 1537 y 1546, por orden de dicho cardenal.  Como se ve en dicha ilustración se trata de un ave del paraíso grande (Paradisaea apoda) (Mužinić et al., 2009). Es probable que Antonio Pigafetta cuando visitó al Papa Clemente VII en Roma hacia 1523 , llevara la quinta piel obtenida en el viaje (Bogdan et al., 2009) y que esta piel quedara en el gabinete de curiosidades del papa.


Ave del paraíso grande

Detalle de Las Horas Farnese o Las Horas de la Bendita Virgen María

The Morgan Library & Museum, New York.

http://ica.themorgan.org/manuscript/page/4/77250




Así llegaron las que para muchos autores fueron las primeras aves del paraíso llevadas a Europa para admiración de los sabios de ese entonces.  Sin embargo Teixeira muestra que el mercader florentino Giovanni da Empoli había desembarcado en Lisboa en agosto de 1514, antes del viaje de Magallanes-Elcano, trayendo una piel:  “Un pájaro muerto muy hermoso que traje de Malaca, y hasta allí viene de un país más remoto (…) donde crece el clavo de olor. El pájaro no tiene patas; siempre está en el aire, sin tocar el suelo, y se alimenta del aire, y en el aire cría a sus hijos sobre su grupa, según lo que he aprendido de los habitantes de esa tierra” (Teixeira, 2021). Dicha ave la obsequió al también florentino papa León X, un apasionado de la caza y de los animales exóticos.

En efecto, las aves del paraíso formaban parte de un comercio establecido hacía más de 4000 años entre los papúas de Nueva Guinea y los nativos de las Molucas (Mužinić et al., 2009).  Y las plumas de dichas aves integraban un tráfico comercial que se desarrollaba en el sultanato de Tidore (Molucas Septentrionales) con destino a China y a Portugal. Estas plumas eran un símbolo de status elevado y eran muy apreciadas por nobles árabes, turcos, papúes y europeos (Andaya, 2017).


Manucodiata

Conrad Peutinger envió a Conrad Gessner un dibujo

 del especímen en su colección, el cual sirvió de base

 para la xilografía publicada por éste (Gesneri, 1555)



La noticia que aportó Transylvanus de que las aves del Paraíso nunca se posaban se sumó al hecho de que los nativos preparaban las pieles quitando las patas, las alas, el cráneo y  las vísceras, y ahumando las pieles para conservarlas. Así se generó el mito en Europa de que dichas aves carecían de patas, mito que persistió más de un siglo y medio (Bogdan et al., 2009) enriquecido con fantásticas especulaciones de los primeros naturalistas como Gerolamo Cardano, Conrad Gessner y Pierre Belon. Esto llevó a Linneo, en 1760,  con su peculiar sentido del humor, a denominar a la especie mayor Paradisaea apoda, es decir ave “del paraíso sin patas”.

Todo ello a pesar de que el cronista Francisco López de Gómara en 1552, habiendo examinado las pieles que llegaron en la nave de Elcano, había aclarado que “tienen las piernas largas un palmo (...) no tienen alas; y así, no vuelan sino con aire. Jamás tocan en tierra sino muertas, y nunca se corrompen ni pudren. No saben donde crían ni qué comen; y algunos piensan que anidan en el paraíso (...) Piensan los nuestros que se mantienen del rocío y flor de las especias” (García Arranz, 1996). Evidentemente a la cultura religiosa cristiana le convenía ignorar la existencia de las patas para utilizar a las aves del paraíso como prueba palpable de la existencia del paraíso terrenal.

El marino inglés William Funnel, que participó del viaje de circunnavegación del corsario William Dampier en 1703-1705, dio un indicio de por qué las aves del Paraíso caían del cielo. Tuvo oportunidad de verlas en la isla de Ambon (Molucas) aunque aclaro que nunca se las veía vivas y por eso los mercaderes malayos las llamaban Burong mati (“aves muertas”).

“Se cuenta de estas aves que cuando las nueces moscadas están maduras, lo que ocurre en los meses de febrero y marzo, acuden en grandes números a los sitios donde ellas crecen, p. ej. a [la isla] Banda y este lugar [Ambon], y comen la cáscara externa de la nuez. Tras lo cual caen al suelo muy totalmente borrachas, y un innumerable regimiento de hormigas se alimentan de ellas y las matan”  (Funnell, 1707).

Podría haber algo de cierto en esto ya que son conocidas la propiedades neurotóxicas de dicho fruto.

 


Aguinagalde, F. Borja. 2019a. El capitán Juan Sebastián, o Elcano en su entorno. Guetaria, la circunnavegación y la corte del emperador. En: V Centenario de la primera vuelta al mundo de Magallanes Y Elcano.

Aguinagalde, F. Borja. 2019b. Habent sua fata libelli. Elcano y la construcción del relato de la primera circunnavegación, una historia apasionante de errores e imprecisiones. Anais de História de Além-Mar 20: 173-214.

Andaya, Leonard Y. 2017. Flights of fancy: The bird of paradise and its cultural impact. Journal of Southeast Asian Studies, 48(3): 372–389.

Bogdan, Jasenka Ferber & Mužinić, Jasmina. 2009. Bird of Paradise Motive by Julije Klovic in the Farnese Hours. Ikon, 2:297-304.

Casetti, Lapo; Graziani, Michela & Vuelta García, Salomé. 2021. Nel segno di Magellano tra terra e cielo : Il viaggio nelle arti umanistiche e scientifiche di lingua portoghese e di altre culture europee in un’ottica interculturale. Firenze : Firenze University Press.

Contant, Jacques & Paul. 1628. Les oeuvres de Jacques et Paul Contant pere et fils maistres apoticaires de la ville de Poictiers. Julian Thoreau et la veuve d'Antoine Mesnier, Poitiers.

Elliot, Daniel Giraud. 1873. A monograph of the Paradiseidae or birds of paradise. London.

Gonzalo Fernández de Oviedo. 1852. Historia General y Natural de las Indias, Islas y Tierra-firme del Mar Océano. Vol. 2. José Amador de los Ríos (ed.), Madrid, Imprenta de la Real Academia de la Historia.

Fernandez de Navarrete, Martin. 1837. Colección de los Viages y Descubrimientos, que hicieron por mar los Españoles desde fines del Siglo XV. Tomo IV. Expediciones al Maluco . Viage de  Magallanes y de Elcano. Madrid, en la Imprenta Nacional.

Frith, C. & D. Frith. 2020. Lesser Bird-of-Paradise (Paradisaea minor), version 1.0. In Birds of the World (J. del Hoyo, A. Elliott, J. Sargatal, D. A. Christie, and E. de Juana, Editors). Cornell Lab of Ornithology, Ithaca, NY, USA. https://doi.org/10.2173/bow.lbopar1.01

Funnell, William. 1707. A Voyage round the World containing an account of Captain Dampier's Expedition into the Years 1703 and 1704. James Knapton, London.

García Arranz, José Julio. 1996. Paradisea Avis: La imagen de la Naturaleza exótica al servicio de la enseñanza didácticoreligiosa en la Edad Moderna. Norba-Arte 16: 131-152.

Gesneri, Conradi. 1555. Historiae animalium liber III qui est de Avium natura. Froschauer.

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Moroni, Gaetano. 1846. Dizionario di erudizione storico-ecclesiastica da S. Pietro sino ai nostri giorni. Tipografia Emiliana.

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Pigafetta, Antonio. 1800. Primo Viaggio intorno al Globo Terracqueo ossia Ragguaglio della Navigazione alle Indie Orientali per la Via d'Occidente … sulla Squadra del Capit. Magaglianes negli anni 1519-1522. Milano: Stamperia di Giuseppe Galeazzi.

Sharpe, Richard Bowdler. 1891-98. , 1847-1909. Monograph of the Paradiseidae, or birds of paradise and Ptilonorhynchidae, or bower-birds. London, H. Sotheran & Co.

Stresemann E. 1954. Die Entdeckungsgeschichte der Paradies vögel. J Ornithol 3–4:263–291.

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Transylvanus, Maximilanus. 1523. De Moluccis insulis, itemque alijs pluribus mirandis, quæ nouissima Castellanorum nauigatio sereniss. Imperatoris Caroli V auspicio suscepta, nuper inuenit: Maximiliani Transyluani ad Reuerendis. Cardinalem Saltzburgensem epistola lectu per quam iucunda. Colonia.

Wallace, Alfred Russel. 1869. The Birds of Paradise. Harper's New Monthly Magazine 230. New York.

JUAN SEBASTIÁN ELCANO Y LAS AVES DEL PARAÍSO

  Alex Mouchard   Toy suy ce couple heureux, toy glorieux Mamuque Bourgeois de Paradis hoste du clair Moluque, Oyseau miraculeux, qui ...