"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


domingo, 2 de diciembre de 2012

EL YACU TORO (Pyroderus scutatus): EL GRAN PÁJARO DE LA GARGANTA DE FUEGO:


YACÚ-TORO (Pyroderus scutatus)


“Pavão misterioso
Pássaro formoso
Tudo é mistério
Nesse teu voar”

Pavão Misterioso
Ney Matogrosso

[Pavo misterioso – pájaro hermoso – todo es misterio – en tu forma de volar]


Algunos días atrás estaba acampando con unos amigos a orillas del arroyo Uruzú en el Parque Provincial Uruguaí (Misiones/ Argentina). Habíamos pasado una semana en ese lugar maravilloso, uno de los últimos relictos de la selva paranaense. Pudimos ver una buena cantidad de especies de aves poco conocidas por nosotros,  los porteños. Sin embargo, esa mañana, cuando ya habíamos levantado el campamento para regresar, tenía la sensación de que me faltaba “la frutilla del postre”, así que decidí dar una última vuelta por las orillas del arroyo.

Entonces avisté un gran pájaro. Muy grande en realidad para ser un pájaro. Tenía el tamaño de una paloma picazuro y se lo veía revolotear desde su percha descolgando  unos pequeños frutos que colgaban de otra rama.  No le escuché ninguna voz, pero me llamó la atención su garganta de color rojo fuego. Tras breves minutos se alejó volando entre  la espesura. Recordé haber visto al ave en fotos y dibujos y supe que era un yacú-toro.

Ya vuelto a Buenos Aires busqué información sobre este extraordinario pájaro,  el mayor de los paseriformes de Argentina. Aunque solemos usar la palabra pájaro para cualquier ave más o menos pequeña, con pico, cuello y patas cortas,  los verdaderos pájaros  forman  un orden, los paseriformes,  que incluye por sí solo unas 5.400 especies, más de la mitad de las aves vivientes.

Parece ser que el primero en describir a este pájaro científicamente fue el zoólogo inglés George Shaw en 1792, y  afirmaba que ” no es mucho menor que un cuervo”, que es el paseriforme más grande del mundo.

Shaw, G. -1792-96. Musei Leveriani explicatio, anglica et latina
Shaw, cofundador de dos prestigiosas sociedades científicas como la Linnean Society  y  la Royal Society, había emprendido la tarea de describir los especímenes de la colección reunida por Sir Ashton Lever (ver recuadro). En ese menester se encontró con este curioso pájaro del cual ignoraba el país de origen y obviamente su hábitat, y quizás por eso fue dibujado posado sobre una roca. Su cuello de un “muy rico y brillante escarlata” le recordaba al  piauhau una especie de colorido similar, que vive en  Centroamérica y en el norte de Sudamérica, y que es una versión menor del yacú-toro.

   
Shaw ubicó  al ave en el género Coracias, creado por Brisson para una especie de cuervo, y que Linné caracterizó por tener un “pico como cuchillo, con el ápice recto”.


EL MUSEO LEVERIANO

Sir Ashton Lever fue un coleccionista de historia natural. Desde sus primeras colecciones de caracoles fue agregando especímenes de animales y objetos étnicos que almacenaba en su casa de Alkrington Hall, Manchester, donde terminó  organizando su exhibición gratuita al público en 1766. Más tarde, debido a la gran afluencia de público,  trasladó el museo a Londres donde se lo conocía como Holophysicon (es decir, “todo lo natural”) o Museo Leveriano. Cuando la colección ya llegaba a los 28.000 ejemplares, y pese  a cobrar entrada, Ashton quebró debido a la obsesión de seguir gastando dinero en nuevas colecciones. Intentó vender  su colección al Museo Británico y a la emperatriz Catalina II de Rusia, pero como no tuvo éxito termino organizando una gran rifa. El ganador,  James Parkinson,  lo mantuvo en funcionamiento hasta la muerte de Lever  y,  como el museo era más una colección de curiosidades que un museo científico,  solicitó a Gray que estudiara el material para organizarlo, lo cual hizo sin poder en muchos casos identificar la procedencia, como ocurrió con el yacú-toro.  Finalmente Parkinson puso en remate la colección que en su  mayor parte fue adquirida por el Museo Imperial de Viena.





Más tarde,  en 1840, Gray le creó un género nuevo, Pyroderus,  ya que Coracias se refería a los cuervos, y actualmente es un género del orden Coraciformes, aves llamadas en ingles “rollers” y en francés “rolliers”,  es decir “rodadores” por las acrobacias aéreas que realizan durante el cortejo. Observemos que Shaw habí aplicado a su ejemplar un nombre común libresco: red –breasted roller, o “rodador de pecho rojo”.

 Pyroderus, significa en griego “garganta (color) de  fuego” y de allí el título de nuestra entrada. Por ese rojo en la garganta Félix de Azara la designó con el nombre de "urraca degollada". Ubicó al yacú-toro  entre las urracas aunque sospechándole un parentesco  con los ictéridos como el tordo y el yapú. Parece que su gran tamaño y color oscuro confundía a los naturalistas que lo creían un córvido.  Sin embargo digamos para su beneficio que no conoció personalmente al pájaro  cuyos datos le fueron aportados por el cura Noseda, su asistente  en esto de describir la profusa avifauna del Paraguay. El nombre específico scutatus , “ con escudo”, también hace referencia al notable rojo de la garganta y cuello que se destaca como un blasón. Dice Noseda: “La garganta y sus costados, que son tan roxos encendidos, que parecen tripe lustroso”

Temminck, C. J. - Buffon, G. L. L.,  Huet, N. - Laugier de Chartrouse, G. M. J. M., - Prêtre, J. G -1838-

 Nouveau recueil de planches coloriées d'oiseaux



Mucho antes de Shaw y Azara, los guaraníes conocían este pájaro que engalanaba su medio ambiente. Lo denominaban  yacú toro, de “yacú”, que es el nombre que dan a las pavas de monte, apelativo que el pájaro se ganó por su gran tamaño. Por eso los brasileños la llaman  pavão-do-mato, o sea “pavo de la selva.”  Toro, fue tomado del español,  y se refiere a  su voz profunda, que suena como el mugido de un toro o  como si se soplara dentro de una botella. De allí también el nombre de pájaro torero que le dan en Venezuela, y el de toropisco (= “toro-pavo”) que le dan en Colombia. . Los indios mbyá también le dicen güyra-toro, es decir “ave toro”.



Como todo animal que se destaca por algún rasgo particular, el yacú-toro dio origen a varias leyendas. En una de ellas, compilada por Francisco Pérez-Maricevich, dos héroes míticos guaraníes, Pahí Rete Curajhy y Yasy-ra ( = “futura luna”) fueron a cazar pájaros para alimentar a los Mbahé Ypy (“los seres primitivos”) con quienes convivían y a los que consideraban  parientes muy  cercanos,  desconociendo que en realidad habían devorado  a su madre.  Al disparar Yasy-ra una flecha contra un loro, éste la  esquivó y le devolvió una verdad: “ Sustentáis a los que devoraron a vuestra madre”. Comprendiendo la realidad,  Pahí ordenó a Yasy-ra que devolviera la vida a todos los pájaros que habían cazado, liberándolos. Un lazo  hecho con raíces de muembe-pí o güembé, con el que había cazado una pava o  yacú,  también fue convertido en un pájaro y éste fue el yacu-sa-güé (= “lazo que fue del yacú”), que lleva en su pecho el color rojo oscuro de la espata del muembé-pí (Philodendron eichleri ?) a partir de la cual fuera creado.  Yacu-sa-güé es el nombre del yacú toro en las tradiciones religiosas guaraní-mbyá.



LEKS

Vistoso como pocas aves el yacú-toro macho usa sus galas para atraer a las hembras. Su sistema de cortejo es el conocido como “ lek”.  Esta es una palabra sueca que se traduce como  actividades lúdicas o placenteras. En este tipo de cortejo los machos se reúnen en sitios determinados llamados ‘arenas’, nombre que en la antigua Roma se refería al piso de los coliseos donde lidiaban los gladiadores.. El lek se divide en pequeños territorios que los machos defienden entre sí, logrando los más dominantes ocupar las posiciones centrales. Allí, a determinadas horas,  realizan despliegues posturales o de movimiento, a veces con vocalizaciones, principalmente para exhibir su plumaje. Los yacú-toro realizan cortos vuelos en círculo, cantando en conjunto,  mientras hacen temblar el cuerpo  y erizan las plumas del cuello.  Las señales emitidas por los machos en cortejo se amplifican al congregarse en un espacio menor de modo que las hembras tienen allí mejor oportunidad para seleccionar a los machos según la habilidad que muestran en sus despliegues,  la cual se supone se transmite genéticamente a la cría dándole mayor posibilidad de apareamiento a su debido tiempo.

Aunque ocurre principalmente en aves (galliformes, cotíngidos, pípridos o bailarines, etc.),  los leks también se ven en mamíferos (ciervos, antílopes, murciélagos) e insectos.



El yacú-toro es un ave que vive solitaria, escondida entre el follaje y generalmente en actitud pasiva. Los escritores Fausto Hernández y Elías Díaz Molano, ambos de Rosario, Argentina,  publicaron una obra de teatro llamada “Yacú-toro” donde adjudican a uno de los personajes esas características.
Lamentablemente esa actitud reservada no lo ha salvado de la  codicia humana, arrinconado en los pocos lugares donde la amplitud de la selva le permite desarrollar sus despliegues nupciales, debe eludir ahora el peligro de ser cazado para ser transformado en arte de pesca.






EL COLOR DEL YACU-TORO

Como hemos visto, una de las características más destacadas del yacu-toro es el parche de vivo color rojo de su cuello. Este rasgo es el que atrae la atención de las hembras así como la de los humanos que lo han plasmado en leyendas, y desgraciadamente también se lo ha utilizado para ornamentos como el akangu’a que era el tradicional adorno para la cabeza de los chamanes  y más recientemente para confeccionar “moscas” para pescar.

Las plumas de este tipo de parches se caracterizan por presentar cerca de la punta unas barbas especiales que presentan el extremo ensanchado en forma de maza y que carecen de bárbulas. Esta forma se debe a la fuerte deposición de pigmentos carotenoides que son responsables del color rojo-naranja. Allí la pluma carece de medula y los pigmentos se depositan en las células del córtex. Gracias a ello los pigmentos medulares como la melanina no interfieren con la coloración, mientras que el ensanchamiento permite mayor exposición del color, logrando más intensidad y brillo.

La producción de pigmentos carotenoides es metabólicamente más costosa, es decir que insume más cantidad de energía, que la de otros pigmentos como la melanina. Esto indicaría que los machos de color más brillante han podido consumir más energía para fabricar pigmentos,  ya que fueron más eficientes en obtenerla a través de su mejor capacidad para alimentarse. Por lo tanto es más ventajoso para las hembras  elegirlos pues así lograrían combinar sus propios genes con el de estos machos altamente eficientes, obteniendo una progenie con más futuro.





Alex Mouchard


REFERENCIAS


-Azara, F. de - (1802)- Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata. Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. 1992.

-Brisson, M. J. -1760-1763-  Ornithologie.

-Contreras, A. O.  - s/f – Rescatando las aves del paisaje guaraní – Paraguay.

-Hernández, F. y Díaz Molano, E.  - 1958- Yacu  Toro  - 61pp-  Ed. Castellevi SA. Santa Fe   1958.  

- Innes , R. C. -1979 - Club-tipped  Feathers in Some South American  Tanagers. Auk, 9:808.

-Payne, R B. -1984 - Sexual Selection, Lek and Arena Behavior, and Sexual Size Dimorphism in Birds. Ornithological Monographs Nº 33 - American Ornithologists' Union - Washington, D.C.

-Pérez-Maricevich, F.  (Compilación y selección ) -  Mitos y Leyendas del Paraguay - http://www.portalguarani.com/

-Shaw, G. -1792-96. Musei Leveriani explicatio, anglica et latina, containing select specimens from the museum of the late Sir Ashton Lever (1792–6), which had been moved to be displayed at the Blackfriars Rotunda.

sábado, 24 de noviembre de 2012

VIAJE POR EL RIO RECONQUISTA – BUENOS AIRES - ARGENTINA


El objetivo de este viaje realizado por el autor entre 1975 y 1976 fue hacer un relevamiento ornitológico de las riberas del río Reconquista, remontándolo a pie desde su desembocadura hasta el puente de Cascallares. La idea de transcribirlo aquí es, pese a la brevedad del relato, la dejar plasmada una referencia para comparaciones con la situación actual y futura de esta cuenca.

INFORMACION SOBRE LA ZONA RECORRIDA

La zona del río Reconquista, según un mapa de 1731 - Defensor del Pueblo de la Nación y otros -2007 - Informe especial cuenca del río Reconquista – Primera Parte.

La cuenca del río Reconquista se extiende por 18 partidos del conurbano de Buenos Aires, Argentina, con una superficie de aproximadamente, 167.000 hectáreas. La integran 134 cursos de agua con un total de 606 kilómetros, de los que 82 km corresponden al cauce principal llamado río Reconquista. Se ubica entre las cuencas de los ríos Luján al norte y  Matanza-Riachuelo, al sur.

El río Reconquista nace de la confluencia de los arroyos La Choza y Durazno en el partido de General Rodríguez. Poco después recibe al arroyo La Horqueta y aquí, donde termina la cuenca superior, se construyó la represa Ingeniero Roggero que forma el lago San Francisco en el límite de los partidos de General Rodríguez, Marcos Paz, Moreno y Merlo. Más adelante, en la cuenca media,  le llegan las aguas de  los arroyos Las Catonas y Morón. En la cuenca baja se bifurca en dos cursos: el río Tigre y el Reconquista Chico, a los que se suma  el canal Aliviador o  Namby Guazú (actual Cancha Nacional de Remo), y por esas tres vías desemboca en el río Luján que, a su vez lo hace en el Río de la Plata.

Es un río típico de llanura con escurrimiento lento debido a la baja pendiente, unos 3 cm por km, ya que entre sus nacientes y la desembocadura el desnivel es de sólo unos 27 m.  El caudal varía entre 69.000 y 1.700.000 m3/día,

En 1580 Juan de Garay denominó "Riachuelo de Las Conchas" a este río, en cuyas riberas realizó repartos de tierras. Al parecer el nombre se debe a que en sus orillas se encontraron restos paleontológicos de conchas marinas. En efecto hace 7.000 años atrás se produjo una de las tantas ingresiones marinas a la zona de Buenos Aires avanzando por la cuenca de este río, así como por el Maldonado y el Matanzas.

En 1954 se cambió la denominación por río de la Reconquista, aludiendo al conocido episodio en que terminó la primer invasión inglesa de Buenos Aires en 1806. Las tropas que la concretaron al mando de Santiago de Liniers desembarcaron en el Puerto de las Conchas (actual Tigre) y desde allí marcharon hacia la ciudad.

En 1587, se descubrió un sitio poco profundo donde podía vadearse el río con cierta facilidad, se denominaba “Paso del Rey” porque por él pasaba el “Camino Real” o “de los Correos”, que comunicaba Buenos Aires con el interior del país. Hacia 1630 existían ya tres pasos: el ya mencionado  Paso del Rey (sobre la actual Av. Rivadavia), el Paso Morales (ex Camino Viejo Real a Córdoba y el Pacífico y actual Avenida Gobernador Vergara) y  el Paso de Diego López (ruta 8).

Por el paso de Morales fue llevada en 1630 la imagen de la virgen de la Inmaculada Concepción que sería entronizada como virgen de Luján. A partir de 1778 se agregó el de Puente Márquez sobre el Camino de los Gaona, por el cual muy probablemente Charles Darwin haya cruzado el 27 de septiembre de 1933 en su viaje hacia Luján.

En Agosto de 1820 tras un temporal se abrió un pequeño arroyo en la desembocadura formándose el río Tigre, nombre debido a los yaguaretés que llegaban a la zona navegando sobre los camalotes durante las grandes crecientes del Paraná.

El río y su cuenca se hallan muy modificados por la actividad humana ya que en la misma habitaban en 1991, aproximadamente 3 800 000 habitantes, o sea el 10,4 % de la población total del país en esa fecha. La importante actividad industrial que se registra en esa zona que alberga unas 12 000 establecimientos industriales es una de las principales causas de la intensa contaminación que presentan sus aguas, debida especialmente a los efluentes sin tratar de fábricas textiles, frigoríficos, industrias de la construcción, químicos, curtiembres, fibras sintéticas, metalúrgicas, y caucho, entre otros rubros.

Además debido a que un alto porcentaje de su población (62 a 95% según el Censo 2001) carece de servicio de cloacas, más de 3000 camiones atmosféricos desagotan diariamente en forma directa al río sumado a que el 90% de los efluentes cloacales se vuelcan en crudo al río. A esto se suma la actividad de los rellenos sanitarios en su cuenca (en el partido de San Miguel) provenientes de más de 22 municipios con un volumen de aproximadamente 15 mil toneladas diarias de residuos.

Es en consecuencia el segundo río más contaminado de Argentina, después del Riachuelo. Sus aguas tienen elevados índices de metales pesados y de microorganismos patógenos.

“De acuerdo a la mayoría de estos parámetros [oxigeno disuelto, DBO, cloruros, fosfatos, fenoles y compuestos de nitrógeno, metales, agroquímicos y pesticidas] resulta evidente que para los estándares internacionales la calidad del agua es siempre baja-muy baja”.  (DPN)

Cuenca del río Reconquista - http://www.cuencareconquista.com.ar/partidos.htm

DESARROLLO DEL VIAJE

1ª etapa

28 de julio de 1975, entre las 9 y 15 hs.

En esta primera etapa se exploró el río Tigre desde el puente sobre la avenida Rocha (Tigre) hasta el punto en que surge del Reconquista y luego siguiendo por la margen izquierda o norte de éste hasta el puente de la ruta provincial Nº 202.

Podemos considerar 3 sectores:

Sector A – En esta parte hasta el cruce con la ruta provincial nº 24 (ex ruta nacional nº 197) es difícil acercarse a las orillas por la existencia de fincas y clubes deportivos privados. El agua es muy oscura y las orillas muy fangosas, siendo evidente la contaminación  que presenta y que se agrava por el arrojamiento de desperdicios domésticos.

Sector B- Esta sección va desde la ex ruta nacional nº 197 hasta el extremo oeste del Aeródromo de San Fernando donde el curso se acerca a la ruta provincial nª 202.

En la margen izquierda se ve un campo con vacas lecheras y en la margen derecha el predio que corresponde a dicho aeródromo. El agua es de color amarronado presentando menos contaminación evidente. Hay numerosos afluentes: pequeños arroyuelos totalmente contaminados. Uno de ellos, el arroyo Basualdo, que figura en los mapas, tiene un ancho de apenas 3 metros.


El 13 de diciembre de 2010 se publicó en eltigreverde.blogspot.com.ar que vecinos del barrio Baires, Don Torcuato, “continúan alertando respecto a que en el tramo de la calle Madrid, que va desde Félix Frías a Juan Ruiz de Alarcón, a través de un conducto pluvial, se están volcando residuos industriales líquidos, de color marrón oscuro que despide un intenso olor ácido. El ducto en cuestión termina desaguando en el arroyo Basualdo”



Sector C – En este sector el río corre paralelo a la ruta provincial nª 202 (Av. H. Yrigoyen) hasta el punto en que el río cambia el curso hacia el sur y cruza la ruta.

Hay una gran contaminación producto de los efluentes de los frigoríficos de la localidad de Bancalari y de una fábrica de productos químicos. Grandes copos de espuma flotan sobre las aguas.

En esta primera etapa el río no supera los 20 m de ancho, siendo más angosto el en el sector A, probablemente porque como vimos el cauce se divide en tres cursos, uno de los cuales es el río Tigre que recorrimos.

A lo largo de este tramo se observan en las márgenes bosquecitos de tala y en las orillas juncos y totoras, a continuación de estos hay formaciones de cardos de Castilla, algún cardo asnal aislado y cicutales para luego continuar con pastizal. En éste se pueden ver algunas lagunitas más o menos temporarias.

De la fauna de vertebrados sólo ví aves, aunque escasas. Las aves se hallaron principalmente en los pastizales del valle del río: teros, algunos chimangos, muchos benteveos, sobre todo en la vecindad de dichas lagunitas y golondrinas de ceja blanca. Ëstas y los benteveos se observaban también en las  riberas. En el ecotono entre el pastizal y los bosquecitos marginales se vieron calandrias, y en dichos bosquecitos ratonas. En los juncos junqueros. Era notoria la ausencia de aves acuáticas, salvo alguno que otro carao.En los bordes de los pastizales donde hay grandes eucaliptos vimos horneros y palomas domésticas.



2ª etapa
26 de octubre de 1975, entre las 8 y 11.30 hs.

Debido al mal tiempo imperante sólo se pudo recorrer un corto trecho de la margen derecha del río entre la avenida Gorriti  a lo largo de los terrenos del ex IFONA  y del INTA Castelar.

Aquí el río es más angosto (unos 10 m) y corre más rápido. La contaminación parece ser menor, si bien el agua tiene un acentuado olor fenólico. Hay signos de vida acuática: peces y algas.

Junto al río hay un bosque ribereño muy frondoso donde hay árboles exóticos (moreras) que alberga muchos paseriformes, aunque no encontramos nidos. Las márgenes tienen bastantes juncos y algunas totoras.

Luego aparecen algunos árboles aislados entre matas de cardos e hinojos. Aquí encontramos ratonas y nuevamente donde hay eucaliptos implantados, horneros y palomas.

La ribera izquierda es más alta presentando barrancas y muy poca vegetación.
Más allá de la zona de hierbas hay una pradera artificial de alfalfa, trébol y gramíneas de unos 40-90 cm de alto donde observamos una pareja de halcones blancos “halconeando”.

La avifauna es abundante pero con pocas especies, sobre todo las más adaptables a la perturbación antrópica: benteveos, calandrias, chingolos, ratonas y tordos renegridos. Junto al camino asfaltado (Juana Gorriti) hay viviendas y abundan los gorriones.


3ª etapa  – 17 de enero de 1976.
Sector entre Paso del Rey y Puente Cascallares.

Esta parte se caracteriza por que el río atraviesa zonas bastante pobladas.  Una primera sección hasta la altura del frigorífico Mariano Moreno tiene un curso bastante recto con las orillas derecha despejada y la izquierda, por donde transitamos nosotros, cubierta por bosquecitos donde predominan los álamos blancos. En este sector el agua presenta bastante contaminación debido a los efluentes del frigorífico y de la localidad de Paso del Rey. Las aves están representadas por benteveos, horneros y ratonas.

La segunda sección del frigoríifico al puente Cascallares es muy sinuosa, mostrándose como típico río pampeano, con barrancas escalonadas y sin árboles. La ribera izquierda es la más alta y linda con potreros y zonas periurbanas con montes de eucaliptos y coníferas. Aquí abundan los horneros y palomas. El agua es más limpia y abundan los pequeños peces llamados madrecitas. Aquí nos sorpendió la presencia de la garza mora ya que es un área frecuentada por bañistas y cazadores de pájaros con rifles de aire comprimido.


ESPECIES:

Benteveo común – Pitangus sulphuratus
Calandria grande – Mimus saturninus
Chimango – Milvago chimango
Chingolo – Zonotrichia capensis
Garza Mora – Ardea cocoi
Golondrina ceja blanca – Tachycyneta leucorrhoa
Gorrión – Passer domesticus
Hornero – Furnarius rufus
Junquero – Phloeocryptes melanops
Madrecita -  Cnesterodon sp.
Milano blanco – Elanus leucurus
Paloma doméstica – Columba livia
Ratona común – Troglodytes aedon
Tero  común  - Vanellus chilensis
Tordo renegrido – Molothrus bonariensis

  
REFERENCIAS

Apestegía, S. Buenos Aires, los paisajes perdidos bajo la ciudad. Una visión desde la Paleontología. En Athor, J. (ed.) – 2012 – Buenos Aires, la historia de su paisaje natural. Fundación de Historia Natural Félix de Azara – Bs. Aires.

Defensor del Pueblo de la Nación y otros -2007 - Informe especial cuenca del rio Reconquista – Primera Parte.

http://www.cai.org.ar/ - 5-4-2008 - Informe del Ing. Osvaldo Buscaya -

http://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%ADo_Reconquista

www.cuencareconquista.com.ar


Alex Mouchard

lunes, 1 de octubre de 2012

EL OSO ANDINO - UCUMARI (Tremarctos ornatus) y MANUELITA SÁENZ


EL CASO DEL FUSILAMIENTO DEL OSO 

Así, tal vez desnuda, paseas con el viento que sigue siendo ahora tu tempestuoso amante.así existes ahora como entonces: materia,verdad, vida imposible de traducir a muerte ¿quién está besándola ahora? no es ella. No es él. No son ellos.es el viento con la bandera.Tú fuiste la libertad, Libertadora enamorada.

La insepulta de Paita - Pablo Neruda



MANUELITA SAENZ

     Para introducirnos en este caso quisiera hacer una breve reseña de la vida de Manuelita Sáenz, que de tan apasionante difícilmente pueda obviarse. La compañera de Simón Bolívar, fue sin duda una de las grandes protagonistas de la independencia sudamericana. Nacida en Quito, Ecuador, hija natural de un hidalgo español y una hacendada criolla que murió poco después de dar a luz, fue criada por las monjas del Real Monasterio de la Limpia e Inmaculada Concepción y más tarde se educó en el monasterio de Santa Catalina de Siena de Quito. Pero a los 17 años, huyó del convento, con un oficial del Ejército Real, una aventura que concluyó rápidamente cuando el galán la dejó.

     Dos años, mas tarde, atenuados los fuegos de esa pasión juvenil, se casó en Lima, a instancias de su padre, con el rico médico inglés James Thorne, lo que le permitió ingresar en la aristocrática sociedad de la capital del virreinato. Allí tomó partido enseguida por los movimientos independentistas. Fue por ello que el general José de San Martín, reciente libertador del Perú, le otorgó la condecoración de Caballeresa de la Orden “El Sol del Perú”.


Placa de mármol  en el pedestal de la escultura ubicada en calle Manuela Sáenz y Juana Manso, Puerto Madero, Buenos Aires. Foto Alex Mouchard 


     Poco después, Manuelita regresó al Ecuador, para reclamar su parte de la herencia materna. Allí se encontraba en 1822, cuando se produjo la entrada triunfal del ejército de Simón Bolívar y, según ella misma lo cuenta en su diario, lo homenajeó con una corona  de rosas y laureles que  “arrojé para que cayera al frente del caballo de S. E.; pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca, justo en el pecho de S. E”.
Tras un cruce de miradas, se saludaron y esa misma noche, en la fiesta de gala, fue inevitable que Bolivar la invitara a bailar. La sensualidad de la danza contribuyó a producir el “flechazo” que habría de convertirlos en  amantes y compañeros de lucha durante ocho años, hasta la muerte del prócer.

     Su gran serenidad ante el peligro le permitió salvar la vida de Bolívar cuando una partida de conspiradores llegó una noche a su residencia de Bogotá para asesinarlo. Ella lo convenció para que bajara por la ventana del dormitorio a la caballeriza y mientras él escapaba, distrajo a sus enemigos a riesgo de que la mataran. A partir de allí Bolívar la llamaba "la Libertadora del Libertador".



Retrato de Manuelita Sáenz, por José María Epinosa.
Acuarela sobre marfil, circa 1828.
Cortesía Casa Museo Quinta de Bolívar.


     Manuelita era una mujer atractiva, de oscuros ojos y cabello negro. El poeta  colombiano Próspero Pereira Gamba, la conoció en la residencia de Bolívar, en Bogotá: “ Era una de las damas más hermosas que recuerdo haber visto en ese tiempo; de rostro color perla, ligeramente ovalado; de facciones salientes, todas bellas; ojos arrebatadores, donosísimo seno y amplia cabellera, suelta y húmeda, como empapada en reciente baño, la cual ondulaba sobre la rica, odorante, vaporosa bata que cubría sus bien repartidas formas”. Con esta belleza femenina contrastaban ciertas actitudes masculinas: fumaba grandes cigarros, haciendo anillos de humo, y cabalgaba con gran destreza aprendida de niña en la hacienda paterna de Catahuango. En las campañas vestía uniforme de oficial  y empuñaba las armas –lanza y pistolas-  con gran decisión y habilidad llegando a combatir valientemente en las batallas de  Pichincha y Ayacucho, recibiendo por ello el grado de coronela del ejército. García Márquez la describe como “astuta, indómita, de una gracia irresistible, y tenía el sentido del poder y una tenacidad a toda prueba. Hablaba buen inglés, por su marido, y un francés primario pero comprensible, y tocaba el clavicordio”.

     Su relación con Bolívar, amante prolífico, fue un amor sembrado de despedidas, rencillas y reencuentros, en su decir: “sólo la gloria de habernos vencido será nuestro consuelo”. Para él era como “arena movediza” y para tenerla cerca, nombró a su “amable loca"  como encargada de los archivos del ejército e intérprete.  Viajaba junto a Bolívar “con los baúles errantes en una docena de mulas, sus esclavas inmortales, y once gatos, seis perros, tres micos educados en el arte de las obscenidades palaciegas, un oso amaestrado para ensartar agujas, y nueve jaulas de loros y guacamayas que despotricaban contra Santander [su adversario político] en tres idiomas” (García Márquez).


Belleza 1810-2010 - Manuelita Sáenz. Pintura de Pedro Durante ( 1825). Imagen tomado del libro (conografñia del Libertador) Enrique Uribe White. Ediciones Lerner, 1967, pág 193
http://www.revistafucsia.com/en-calle-moda-urbana/galeria/belleza-1810-2010/13496


     Con apenas 46 años, vencido por la tuberculosis, Bolívar falleció en Santa Marta, Colombia. Manuelita, al enterarse intentó suicidarse haciéndose picar por una víbora, pero los curanderos del pueblo de Guaduas, la trataron con una especie de ponche caliente y unos emplastos de hierbas medicinales, y le salvaron la vida.

     Incansable conspiradora contra los enemigos de la libertad de las personas y de las naciones, publicó un escrito, “La Torre de Babel”, criticando al gobierno de Santander, y en castigo fue desterrada a Jamaica, donde pasó un año antes de poder viajar a Quito, pero cuando llegó aquí, fue desterrada a Paita, en Perú.

     Allí sobrevivió vendiendo tabaco y dulces, haciendo bordados y traduciendo las cartas de los marinos extranjeros que llegaban al puerto. Pasó humildemente los últimos años de su vida, recibiendo la vista de celebridades como Giuseppe Garibaldi, Herman Melville, Simón Rodríguez y Ricardo Palma. Éste la vio así: «En  el sillón de ruedas, y con la majestad de una reina, estaba una anciana que me pareció representar sesenta años. Vestía pobremente, pero con aseo, y bien se adivinaba que ese cuerpo había usado gró, raso y terciopelo. Era una señora abundante de carnes, ojos negros animadísimos, en los que aparecía el resto de fuego vital que aún le quedaba, cara redonda y mano aristocrática. Era un perfecto tipo de mujer altiva”.  A los 59 años, tras una vida tan intensa y apasionada, Manuelita falleció víctima de la difteria que llegó al puerto en un barco ballenero. Su cuerpo fue sepultado en una fosa común y sus pertenencias fueron incineradas para evitar el contagio. Recientemente fue rescatada tierra de su sepultura y colocada junto a los restos de Bolívar, su gran amor, en el Panteón Nacional de Venezuela, en Caracas.

     Esta mujer se destacaba por su personalidad independiente y desenfadada, más notable aún en una época en que la mayoría de las mujeres vivían sometidas a la voluntad de los hombres, Como era de suponer Manuelita habría de ser víctima no sólo de las persecuciones políticas sino también de la maledicencia de sus contemporáneos. El geólogo francés Jean Baptiste Boussingault, que la conoció personalmente, dejó en sus memorias un relato, hoy considerado muy fantasioso, sobre algunas de sus excentricidades:

     “Ella adoraba los animales y era dueña de un osezno insoportable que tenía el privilegio de circular por toda la casa. Al feo animal le gustaba jugar con los visitantes; si se le acariciaba arañaba las manos o se prendía de las piernas, de donde era difícil retirarlo. Una mañana hice una visita a Manuelita y como no se había levantado todavía, tuve que entrar a la alcoba y vi una escena aterradora: el oso estaba tendido sobre su ama, con sus horribles garras posadas sobre sus senos. Al verme entrar, Manuelita me dijo con gran calma:

- Don Juan, vaya a la cocina y traiga una taza de leche para colocarla al pie de la cama: este diablo de oso no me quiere dejar.

La leche llegó y el animal, dejando lentamente a su víctima, bajó para beber; después que lo hubo hecho llamó a un hombre, quien me ayudo a encadenarlo y llevarlo al patio a pesar de sus gruñidos. Algunos días después lo hice fusilar. Fue un inglés, Coxe, quien lo ejecutó.

-Vea usted, decía Manuelita, mostrándome su pecho, no estoy herida.”


Busto de bronce en calle Manuela Sáenz y Juana Manso, Puerto Madero, Buenos Aires. Foto Alex Mouchard .


     La vida tan novelesca de Manuelita dio origen a una profusa obra artística que la tiene como protagonista: biografías, relatos, poemas, obras de teatro, operas y películas, incluyendo obras de Pablo Neruda y Gabriel García Márquez.

     Hasta nuestros días su figura sigue recibiendo honores y homenajes de los gobiernos latinoamericanos. Así, en 2007, el presidente ecuatoriano Rafael Correa le concedió el grado de generala de honor de la República de Ecuador.


EL OSO ANDINO Y LA LEYENDA DEL UCUMAR

Me pongo a cantar y cantoleyendas del ucumarcon siestas y resolanas,con caña y cañaveral

Coplas con Ucumar - Nicandro Pereyra

     La mascota de Manuelita, de tan triste final,  sería un cachorro del oso andino, oso frontino u oso de anteojos, el único oso viviente en Sudamérica, donde habita la cordillera de los Andes, desde la Sierra Nevada de Mérida, Venezuela, hasta el noroeste de Argentina, frecuentando una gran variedad de ambientes, pero especialmente el bosque nublado de las laderas orientales.

     Siendo uno de los mamíferos más grandes de la región junto con el anta o tapir, es lógico que haya llamado la atención de los pueblos originarios y de los criollos, recibiendo por tanto una gran cantidad de nombres comunes según las zonas y su relación con la mitología local.

     En la zona de influencia incaica-quichua (Bolivia, Perú y Ecuador) se lo conoce como ucumari, jucumari  o ucucu. En Perú también se le dice oso achupayero, porque le gusta comer cogollos de bromelias como la achupalla (Pitcairnia sp.).  Los masetenes del Amazonas boliviano lo llaman uyutchine.

     En Colombia según las distintas etnias se lo denomina manaba, manoa, mashiramo, oso careto, oso congo, oso enjaquimado, oso piñuelo (por comer piñuelas, bromeliáceas de la especie Bromelia pinguin), oso real, yura mateo (“oso con frente blanca”).

     En o nem era su nombre en chibcha. En Venezuela es “el salvaje”, “Tomasito”, “achí” (en lengua tamanaco),  “conerre" (en maypure) y “yaga” (en paudacota). En Ecuador se registra el nombre “iznachi”.

     “Ucumari” en quichua y aymara y se puede traducir como “ucucu” (= oso) grande. Pero según otras interpretaciones el nombre derivaría de "ukuman", que en quichua significa "cuerpo, parte material de un ser animado". Se trataría de un cuerpo sin alma. Y así se lo humaniza en los relatos conocidos como leyendas del ucumar que se escuchan en las yungas del noroeste argentino donde el animal que les dio origen ya es muy escaso, pero aún se recuerda su nombre: ucumar, uco o juco.


Oso andino – Dibujo a lápiz de  Tini Depoine


     Es probable que estas leyendas sumadas al comportamiento algo extravagante de Manuelita hayan abonado los relatos como el de Boussingault.

     En la época precolombina el oso era un intermediario que llevaba a la gente de una condición a otra: entre el mal y el bien, entre la enfermedad y la salud, entre la tierra y el mundo superior. Así se lo ve en la ceremonia de Qoyllur Ritl en Perú.

     Para algunas etnias como los bócota, el oso era un animal sagrado. Su dios creador Sira, en el intento de hacer humanos, hizo primero un oso y por eso ellos no lo mataban porque lo consideran el hermano mayor, el primer hombre que hubo.

     Los yukpa  de la zona limítrofe entre Colombia y Venezuela tienen un mito donde un yukpa, tras ascender al cielo, bajó trayendo los monos y tras aparearse con una mona engendró a Mashiramu, el oso andino, el protector de los bosques.

     Pero al llegar los españoles para contrarrestar estas creencias, humanizaron al oso incorporándole elementos de un cuento andaluz de origen oriental, “Juanillo el oso”, con el cual le quitaron su carácter divino o totémico y dieron origen a la leyenda del ucumar. El protagonista de “Juanillo el Oso” es un muchacho de fuerza prodigiosa, nacido de una mujer y un oso, que reúne a unos cuantos hombres con poderes extraordinarios (serían algo así como los superhéroes de las historietas actuales) y con ellos, vence al diablo y rescata varias princesas que éste retenía.

     El ucumar es un ser mitad humano,  mitad oso  que vive en las cuevas de las yungas. Es de baja estatura, panzón y está todo cubierto de pelo negro, largo y duro que no deja apreciar si es macho o hembra. En su cara solo se ven dos ojos pequeños, oscuros y hundidos. Los pelos le caen sobre la frente, la nariz y la boca, y se los aparta con manotazos a un lado y otro. La boca es enorme, con los dientes salidos, como una sierra. Algunos afirman que tiene los pies dirigidos hacia atrás. Tiene una fuerza descomunal y si se lo persigue con perros los ataca a garrotazos mientras profiere fuertes rugidos. 

     El primer ucumar que existió fue una hembra y cuando nació, su padre, al verla tan monstruosa, intentó ahogarla, pero la madre, una indígena del Amazonas, la protegió y la cuidó más aún que a sus otros hijos. Al morir ésta, el padre y los hermanos, temiendo que el monstruo fuera una huca, es decir un ser maldito por los dioses, la albergaron en un cobertizo precario de pajas y ramas, adonde se turnaban para llevarle la comida. Desde allí la ucumara espiaba a los pobladores y fue uno de ellos el que la acostumbró a comer carne humana.   Un día, aprovechando una fiesta en el pueblo, este malvado la violó, lo cual le produjo un violento odio hacia todos los seres humanos y la hizo huir a la selva para vivir desde entonces en una cueva. Pero, cebada con la carne humana, un día volvió al pueblo,  raptó a su violador y, tras aparearse con él, lo mató y lo devoró. De esta unión nació otra ucumara a la cual su madre, antes de morir, la crió y le enseñó a cazar. Se afirma que Wiracocha, el dios blanco y rubio de los incas, la condenó a vagar eternamente por la selva montana para castigarla por sus crímenes y su lascivia.

     A veces se puede ver a los ucumares en lo profundo de las quebradas, bañándose en las vertientes. Frecuentan  los cultivos donde se comen los choclos y roban terneros. Pero sobre todo buscan a las mujeres más lindas, a las que raptan para tener hijos con ellas. Del mismo modo las ucumaras  o ucas capturan muchachos para procrear.  En Venezuela,se sabe que “El Salvaje”  rapta mujeres embarazadas y las lleva a su cueva. Luego les lame los pies, hasta que le ablanda los huesos de manera que impedidas de caminar, no pueden escapar. Cuando la mujer da a luz, se come al niño.


EL OSO ANDINO EN LA ZOOLOGIA

     Ya en  1503 Pedro Martir de Anglería escribía: "Dicen los indígenas que hay en las montañas [de Cumaná] unas fieras que en la cara, pies y manos se asemejan a la figura del hombre, y que algunas veces se pone de pie y andan con la cara derecha; los que esto oyeron, piensan que son "Osos": no los han visto".

     Cabello de Balboa (Miscelánea Antártica, 1576-1587) cuenta que “En la provincia de los Paltas [Ecuador] ... arrebató un "Oso" a una moza (de 15 ó 16 años), y la llevó a unos ásperos riscos donde tenía su cueva, y allí la hizo dueña y dejó encinta”. Sigue narrando que el oso le traía de comer carne cruda y que llegado el parto nació una criatura humana pero con un largo rabo. La madre decidió cortárselo y como consecuencia de la hemorragia, el niño murió. Por lo cual, temiendo la venganza del oso, decidió escapar siendo rescatada por pobladores que lograron matar al oso.

     Y en 1591 Joseph de Acosta señalaba que “Los ossos, que en lengua del Cuzco llaman otoroncos, son de la misma especie de acá [es decir de España], y son hormigueros”. Acosta confundía los osos verdaderos con los osos hormigueros, mamíferos que no pertenecen al orden Carnivora sino al orden Pilosa, y les daba el nombre común que corresponde al yaguareté: uturunco.

     El Inca Garcilaso de la Vega revelaba su verdadero nombre: “También se hallan osos y muy pocos; porque como toda la tierra del Perú es limpia de montañas bravas, no se crían estos animales fieros en ella; y también porque los Incas, como dijimos, en sus cacerías reales mandaban que los matasen. Al oso llaman ucumari.”






Acuarelas de  Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda (en Figueroa Pizarro, Judith – 2008 – Cacería del oso andino en el Perú – Universidad de Alicante.)




     Y en 1745 el viajero francés de La Condamine aseguraba “Sería sorprendente que los osos, que no habitan más que en los países fríos y que se encuentran en muchas montañas de Perú, pudieran hallarse también en las selvas del Marañón, cuyo clima es tan diferente; sin embargo escuché mencionar un animal llamado Ucumari y ese es precisamente el nombre indígena del oso en la lengua del Perú; no pude asegurarme si es el mismo animal”

     Finalmente en 1825 Fréderic Cuvier le dió al oso andino un nombre científico: Ursus ornatus, describiendo un ejemplar joven que vivió algún tiempo en el Jardin des Plantes de París. Quizás por haber sido embarcado en un puerto chileno, Cuvier lo llamó “oso de las Cordilleras de Chile”, aunque parece que nunca habitó ese país. Respecto del nombre latino “ornatus” [= adornado] dijo el zoólogo francés: “Es el primer oso en el que hemos visto el pelaje adornado de una manera tan destacada”.

     En 1855 Gervais colocó al Ursus ornatus de Cuvier en el nuevo género Tremarctos, que creó especialmente para él por presentar una particularidad en su esqueleto. En efecto, el nombre proviene del griego “trema”: orificio; y “arktos”, oso, debido a que "su humero esta perforado por un agujero subcondiliano que falta en todos los otros úrsidos”.


Gervais, P. -1855 - Histoire naturelle des mammifères 

     Johann Jakob von Tschudi, el naturalista suizo y explorador del Perú en 1838, interpretaba el nombre ucumari a partir de   “Ucu” o “Hucu” = “algo, lo que es”, y también “profundo” y “mari” = “frente”, entonces sería “en su frente tiene algo” o “frente profunda”.
Tschudi, que creía que había dos especies de osos: con y sin manchas, sin advertir que eran sólo variaciones individuales, contaba:

     “Los indios narran muchísimos casos de la gran afición de los osos por las mujeres a quienes secuestran, especialmente hay un hecho ocurrido hace unos años que es muy interesante para analizar y se repite a menudo en los documentos públicos".

     "Una mujer india que se había alejado de su aldea fue capturada por un gran oso macho y la arrastró hasta su cueva. Después de tres  años de su desaparición, un “cholo” encontró al oso en una quebrada y mediante una convocatoria general, reunió un pequeño grupo armado que atacó al depredador de mujeres y tras matarlo liberó a la infortunada prisionera. Estaba desfigurada por terribles heridas y úlceras, y sobrevivió poco tiempo a su salvación, ya que murió tres días más tarde. La historia de su sufrimiento pudo contarla, en parte, a su confesor, poco antes de morir, cuando estaba recuperándose".

     "No quiero abundar en estos casos de los que dudo mucho, ya que se habla de muchos ejemplos similares en diferentes puntos del Perú”.

     La leyenda, que había servido para denigrar a una mujer patriota y someter y castigar a muchas otras, aún llegaba con fuerza a los naturalistas que gracias a su espíritu crítico fueron revelando la verdadera historia del oso andino.

Alex Mouchard

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REFERENCIAS

-Acosta, J. de – 1590 - Historia natural y moral de las Indias.
-Boussingault, Jean Baptiste, -1896-Mémoires. Tome II, 1822-1823. Chamelot et Renouard, Paris, 288 p.
-Colombres, A. – 2001-Seres mitológicos argentinos. Emecé, Buenos Aires.
-Cuvier, F. – 1825 – Histoire naturelle des mammifères. Vol. 5.
-De la Condamine – 1745 – Relation abrégée d’un voyage fait dans l’interieur de l’Amérique Méridionale. Paris.-
-De la Vega, Inca Garcilaso – 1609 -Comentarios Reales de los Incas. Lisboa.
-Dillon, S. -2007- Mujeres reveladas. Javier Vergara  Editor.
-García Márquez, G. -1989 -El general en su laberinto.
-Gervais, P. -1855 - Histoire naturelle des mammifères 2 :20.
-Guardia, S. B. -El último refugio de la libertadora.
-http://cvc.cervantes.es/literatura/mujer_independencias/trivino02.htm
-http://elosofrontino.8k.com/
-http://elsalvajedecarache.blogspot.com.ar/
-http://folkloredelnorte.com.ar/leyendas/ucumar.htm
-http://nicandro.com.ar/Coplas.htm
-http://www.cordilleratropical.org/
-http://www.diccionariojujuy.gov.ar/index.php?title=UCUMAR_(leyenda_popul ar)
-http://www.memoriasdebolivar.com/blog/2010/06/manuelita/
-http://www.mipunto.com/venezuelavirtual/000/000/004/118.html
-http://www.solonosotras.com/archivo/09/cult-bio-manuelita070201.htm
-http://www.venezuelatuya.com/biografias/manuela_saenz.htm
-Navarro, C - Manuela Sáenz en la literatura hispanoamericana contemporanea-- The South Carolina Modern Language Review Volume 5, Number 1-Virginia State University.
-Presidencia de la República de Venezuela (Ed.) -2011 - Manuela Sáenz. Pasado, presente, futuro.
-Tschudi, J.J. von – 1844-1846- Untersuchungen über die Fauna Peruana. St. Gallen.
-Ulloa, A. de – 1748 - Relacion historica del viage a la America Meridional hecho de orden de S. Mag. para medir algunos grados de meridiano terrestre y venir por ellos en conocimiento de la verdadera figura y magnitud de la tierra, con otras observaciones astronomicas y phisicas.

domingo, 2 de septiembre de 2012

EL PAJARO FANTASMA: HACEDOR DE LEYENDAS - EL URUTAÚ O KAKUY Nyctibius griseus

Cuenta la gente allá en el pago lo sucedido entre dos hermanos.  
 Cuando el volvía de la jornada agua y comida jamás encontraba.  
 Cansado un día de soportarla la llevó al monte para castigarla.  
 Con triste grito busca a su hermano kakuy se llama y vive penando.  
 Sobre de un árbol ella esperaba mientras el mozo de allí se alejaba.  
 A sus reclamos los llevó el viento y en su garganta quejumbre y lamento.  
 De esta leyenda no hay que olvidarse que los hermanos no dejen de amarse. 
              Hermano Kakuy - Chacarera de Juan Carlos  Carabajal 

               


              “Hija mía: llora al pajarito que me distrajo algunos días en mi soledad, que no pudo resistir a la esclavitud y que murió, sin duda de pena, el mismo día en que debían sacarlo de su país”. 
               Historia de un pajarito. Entre nos – Lucio V. Mansilla.


              Urutáu - Caprimulgus longicaudatus
              Ilustración de Matthias Schmidt (Spix JB. Avium species novae… Tomo II, pl I)
              Monachii :Typis Franc. Seraph. Hübschmanni, 1824-1825



                    Hace unos años acampaba en un relicto de bosque chaqueño al norte de la provincia de Santa Fe, Argentina. Ya era noche plena y desde adentro de la carpa comenzó a escucharse un inquietante lamento. Una serie de notas moduladas, quejidos casi humanos o ¿tal vez sobrehumanos? Salí de la carpa pero en la oscuridad de la noche no pude descubrir quién las producía. Más tarde preguntando a los lugareños supe que se trataba del urutaú.

                   El urutaú de los guaraníes o kacuy de los quechuas, es un ave pariente de los atajacaminos, notable por su coloración críptica, es decir con colores y diseños parecidos al sustrato donde se posa,  lo que la oculta eficazmente a la vista de sus presas y sus enemigos.  A esto suma un comportamiento particular ya que se posa muy erguido y tieso, dirigiendo el pico hacia arriba a la espera de que pase cerca algún insecto que le sirve de alimento, al que captura abriendo su enorme boca.

                   “La vimos junto al río, sentada en la horqueta de un árbol, quieta como una piedra y la mirada lejana” dice una leyenda correntina.

                   Como es de suponer un ave tan extraña y con un canto tan notable (“la música del urutaú”,  según Neruda) dio origen a multitud de leyendas y mitos no sólo en el norte argentino sino en cada punto de Sudamérica donde vive. De la misma manera en cada región le aplican una serie de curiosos nombres comunes que hacen referencia a alguna de sus características.

                   Azara dice que es “de los páxaros mas famosos por las patrañas sin número que de él refieren” y que “se encuentran testigos que las creen como evangelios”.

                   André Thevet, un viajero francés que estuvo en Brasil en el siglo XVI señalaba: "Entre todas las aves de esta tierra, existe una que los salvajes no matarían ni aun lastimarían por nada en este mundo (...) Dicen estas pobres criaturas que ese canto les hace recordar a los seres queridos que fallecieron. Este pájaro seria un enviado de los muertos, trayendo buena suerte para sus amigos que aun viven y desventura para sus enemigos".

                   Ricardo Rojas en “El país de la selva” recrea la leyenda del kacuy: “Vive en la selva un pájaro nocturno que al romper el silencio de las breñas estremece las almas con su lúgubre canto”. La leyenda cuenta la historia de dos hermanos: él, bueno y solícito; ella, glotona (se relaciona con la enorme boca del ave)  y despreciativa. El hermano cansado de soportar sus desplantes, la convence con engaños para subir a buscar miel a un árbol muy alto donde, talando las ramas inferiores,  la abandona a su suerte. Entonces ella empieza a llamarlo: “¡Turay!  ¡Turay!”  (= ¡Hermano! ¡Hermano!) y al no tener respuesta se va  transformando en el ave que pasa las noches llorando y clamando.  Por eso en la región se le dice kacuy a la persona que llora mucho.

                   Otra versión proveniente de los jíbaros de Ecuador y registrada por Lehmann-Nitsche  habla de una muchacha, Aóho, enamorada de una deidad lunar, un hombre, al cual intenta seguir al cielo subiéndose por una liana, pero el hombre corta la liana y la mujer cae convertida en ave que canta desesperada “aishirú, aishirú” [= mi marido, mi marido].

                   Rafael Obligado en su poema “El cacui”  relata en verso la misma historia:

              “... y así te digo, porteño, 
              que en la casa del barranco 
              no hay tal mujer, ni tal padre, 
              pues, lo que es ella, es un pájaro, 
              y el hombre aquel, que allí mora 
              y baja solo, es su hermano, 
              ánima ya, porqué el pobre 
              anda hace un siglo penando; 
              y los gemidos que oíste, 
              no en su aposento, en un árbol, 
              son del cacuí que en la noche 
              va a sollozar a su lado." 


                   La voz urutáu  proviene del tupí  (g)u(y)rá, ave, y táu, fantasma, duende. A diferencia del Brasil en la Argentina la palabra se hizo aguda: urutaú. Estrictamente el Nyctibius griseus, sería el urutaú-i, o urutaú chico.


              El Kakuy- Escultura de Roberto Delgado -   Parque Francisco de Aguirre - Santiago del Estero


                   La leyenda guaraní, de la zona de Iguazú, difiere de la versión quechua. En ésta la hija de un combativo cacique llamada Ñeambuí era cortejada por Cuimaé el joven cacique de una tribu vecina. Su padre queriendo hacer una alianza estratégica para ganar un poderoso aliado, organizó el matrimonio entre ambos. Una noche, durante una de las guerras tribales, Ñeambuí escuchó un extraño lamento. Se trataba de un joven indígena de  la tribu enemiga que, mal herido, pedía ayuda. Decidió ocultarlo y tratar sus heridas para salvar su vida, sin embargo fue descubierto y encerrado prisionero. En medio de los preparativos de la boda, Ñeambuí pudo liberarlo y huyeron juntos al monte, pero Cuimaé los persiguió y los mató a flechazos. En castigo la joven fue transformada en ave que recorre los campos con sus tristes lamentos, llorando a su amado.


                   Cruz Rolla narra una versión similar donde la protagonista se llama Urú y su amado Kfyá. Urú en su exilio es acosada por los brujos de la tribu que tratan de engañarla para que vuelva, informándole de la supuesta muerte de su amante, ante lo cual ocurre la transformación en ave que vaga llorando por los sauces, que también serían seres humanos transformados.


               

               

                   En el cuento “Marta Riquelme”, William Henry Hudson realata la desgraciada historia de una cautiva que tras terribles sufrimientos pierde su condición humana para transformarse en kakuy:

               

                   “Este movimiento pareció enfurecerla; los ojos dementes y desolados, de los cuales había desaparecido toda expresión humana, tornáronse dos bolas ardientes, que parecían despedir chispas de fuego; su corto pelo se erizó hasta que llegó a parecer un enorme cresta sobre la cabeza, y, de repente, bajando sus manos esqueléticas, empujó bruscamente el crucifijo a un lado, prorrumpiendo a la vez en una sucesión de quejidos y gritos, que atravesaron mi corazón de angustia. Y luego, estirando hacia arriba los brazos, prorrumpió en gritos tan terribles, y expresivos de una agonía tap profunda que, abrumado por ellos, me dejé caer al suelo, y me cubrí el rostro. Los otros, que estaban detrás de mí, hicieron lo mismo, porque ningún viviente podía soportar aquellos gritos, cuyo recuerdo, aun ahora, después de tantos años, hace helárseme la sangre de las venas.

               

                   -¡El kakué! ¡El kakue! -exclamó Montero, que estaba detrás, junto a mí.

               

                   Recobrando el sentido, al oír aquellas palabras alcé la vista, para descubrir que Marta ya no estaba allí. Porque en  aquel mismo momento, aquellos horripilantes gritos resonaban en mis oídos, despertando los ecos de las soledades montañosas, habíase verificado la terrible transformación, y Marta había percibido por última vez con vista humana al hombre y la tierra. En otra forma, en aquella extraña forma del kakué, había huido precipitadamente, para siempre, de nuestra vista, a esconderse en aquellos montes tenebrosos, que iban a ser su morada.”

               

               



              EL URUTAÚ EN LA CIENCIA

                   El urutaú aparece en la ciencia de la mano de Gmelin en 1789 como Caprimulgus griseus basándose en el engoulevent gris de Buffon. El nombre francés engoulevent significa “traga viento” y según dice Buffon lo prefirió como nombre genérico antes que otros como chotacabras, sapo volador, o cuervo de noche, porque éstos introducen confusión sobre la verdadera naturaleza de estas aves. En cambio engoulevent con ser un nombre provinciano y algo vulgar describe bien al que con “el gaznate abierto al máximo, vuela con un murmullo sordo al encuentro de los insectos, de los que hace presa y que parece engullir por aspiración.”  

                   “Urutaú, publícalo en el viento” dicen los versos de Esther Osses.

                   Pero los zoólogos enseguida ubicaron a los urutaúes con el nombre de ibijaúes, en una familia aparte (Nyctibiidae), separándolos de los verdaderos engoulevents, atajacaminos o chotacabras (familia Caprimulgidae).

                   Buffon cuenta haber visto en el gabinete de historia natural del físico Antoine Mauduyt, un “tragaviento” de Cayena con un color de fondo más grisáceo, que sería la forma típica de nuestro urutaú.

                   Félix de Azara refirió alguna de sus particularidades. Vive en los bosques altos y se posa sobre un árbol grande y seco, sobre el extremo de alguna rama tronchada con el cuerpo vertical y apoyando la cola de modo que “por su color de corteza y porque pasa allí en quietud todo el día, es muy dificultoso verle.

                   Wetmore lo detectó por casualidad, posado en una rama seca, cerca de Puerto Pinasco (Paraguay), agarrado fuertemente con las uñas, con los ojos cerrados y las plumas de adelante y arriba del ojo erectas como cuernos. De allí que Vieillot, al citar la subespecie paraguaya, le diera el nombre de cornutus (= cornudo).

              Goeldi,  Emilio Augusto – 1900-1906-
              Álbum de Aves Amazônicas



              EL CANTO DEL URUTAÚ

                   Sobre su canto dice Azara que es un “alarido alto, espacioso y muy melancólico, y lo repite con pausas toda la noche; haciendo creer a los bobos, que llora la ausencia del sol, porque comienza cuando éste se pone y acaba quando sale”, pero bien dice que “su canto es de alegría, porque sin sol vive y come”. Recordemos que el nombre del género Nyctibius  (= que vive de noche) le fue dado por Vieillot porque va noctu victum quaerens (= durante la noche, en busca de comida).


                   Sanchez Labrador opina que “el canto y voz lúgubre de estas aves espanta, porque varias veces por la noche levantan su voz triste; parece que forman las voces que entran en composición de su nombre, urutaú, pero en un tono muy pausado” Y menciona el nombre mbayá de nabopenaga naga (= pájaro que sopla) debido a su canto que parece provenir de un instrumento de viento. Algunos incluso lo comparan con un oboe.

                   “Y escuchaba allá en el bosque, el canto triste del urutaú . . .
              (Caboca Di Caxangá, canción de Catulo da Paixão Cearense).

                   "El  urutáu en lo profundo del bosque suelta sus notas graves y sonoras que, reverberando por los amplios claustros vegetales, producen un eco a lo lejos como el toque lento y pausado del angelus” (O guarany. José de Alençar).

                   “Un ô-ô-ô de urutau, muy triste y muy alto” (Grande sertão: Veredas. J. Guimarães Rosa).

                   Para von Ihering su canto, entre melancólico y fúnebre,  es considerado poético, por unos, o agorero por otros y fue la más impresionante voz nocturna que escuchó en la  naturaleza.

                   Dice Cruz Rolla: “Llena el silencio de los montes el eco de sollozos desgarradores que se agudizan en la sombra hasta producir angustiosa desazón”.

              Latham, John -1821-
              A_general_history_of_birds
               



                   Lucio V. Mansilla, que tuvo un urutaú como mascota, afirma que “tiene costumbres extrañas: apenas sale el sol hunde su enorme cabeza en el pescuezo y fija sus redondos ojos en él; unos ojos traslúcidos, amarillentos, como un topacio en bruto, y así permanece horas enteras extático, como magnetizado, cataléptico o deslumbrado.” 

                   “Declina, se pone, se oculta completamente el soberbio monarca de los cielos, y el urutaú sale en el acto de su inmovilidad; se agita, se estremece, se encrespa, como un papagayo que siente aproximarse la fresca lluvia en día canicular, y recién comienza y repite, hasta el cansancio, con marcadas intermitencias o intervalos isócronos, sus acentuadas y uniformes modulaciones.” 

                   Al igual que Mansilla, Azara tuvo uno cautivo en su habitación: de día permanecía posado en una silla con los ojos cerrados y el cuerpo vertical, pero de noche volaba dando vueltas por el cuarto. Lo alimentaba con pelotillas de carne picada cruda y al acercársele abría la boca desmesuradamente y emitía un “¡guá!”, pero nunca lo oyó cantar.





              MITOS

              Azara recopiló  algunas de las creencias populares sobre el urutaú:

              - Quebrándole los huesos de las alas y patas a la mañana amanece sano.
              - Al que imita su canto se le quema la ropa en menos de 3 días.
              - El que lleva una de sus plumas atrae las voluntades del sexo opuesto.
              - Cualquier pedido escrito con una de sus plumas se consigue sin falta.
              - Sus plumas y cenizas curan varias dolencias.


              En la Amazonia se creía que su piel preservaba la castidad de las muchachas. Para eso se despellejaba un urutaú y se secaba la piel al sol y sobre ella tenían que sentarse las chicas durante los primeros tres días de la pubertad. Mientras tanto las mujeres de la tribu venían a saludarlas y a aconsejarles ser honestas y mantener la fidelidad en la pareja. Tras ello la chica quedaba inmune ante las pasiones deshonestas. Cuando no se conseguía una piel, las madres barrían debajo de las hamacas de sus hijas con una escoba hecha con las plumas de la cola del urutaú.


              Villafañe y otros mencionan que:

              -las cerdas obtenidas de su nido usadas a modo de tapón calman los dolores de oído. Sin embargo, es una tarea imposible ya que el urutaú no hace nido, sino que deposita un único huevo directamente sobre una rama.

              -el que lleva sus ojos en la mano no se pierde en el monte, ni aún con los ojos vendados.

              -el primero en oír su canto un viernes a la noche se muere en dos meses y su alma se la lleva el diablo. Entonces hay que atrapar un urutaú y encerrarlo en el cuarto y aparece el diablo reclamando a su protegido. A la semana para recuperar el alma, se le entrega el ave dejándola escapar y poniendo incienso.

              -se lo puede cazar con un lacito en la punta de una caña pero, como el demonio lo protege, la operación es sumamente difícil.






              El Kakuy - Escultura de Juan Bejarano -
              Plaza San Martín - Loreto - Santiago del Estero
               
                                           http://jotajozami.files.wordpress.com


              OTROS NOMBRES COMUNES Y MÁS LEYENDAS

              Costa Rica: Pájaro estaca, pájaro palo.

              República Dominicana: Don Juan.

              Haití: Chaut huant (= gato gritón) que es el nombre que en Francia se le da a una lechuza,  el cárabo común (Strix aluco).

              Venezuela, Trinidad y Guyana: Perico ligero (ver nuestra nota EL AI-AI O PEREZOSO Bradypus tridactylus, INVENTOR DE LA MÚSICA) porque creen que sus gritos son proferidos por los perezosos o pericos ligeros.

              Los criollos del norte de Sudamérica le decían po-too, que es onomatopeya de su canto y fue adoptado por los anglosajones.

              Colombia: biempara’o,  estaquero, mirapacielo, marta, perico de pluma. Se cree que sólo cantan en noches de luna y los indios huitoto de la Amazonia colombiana, que lo creen pájaro mágico, dicen que vuelan al atardecer cantando “ma-ru-cú” que significa “¿dónde está mi cabeza?”. Quizá porque con su actitud de parecer un pedazo de rama la cabeza queda desdibujada y parece que no la tuviera.

              En Perú se le conoce como ayaymamá o mamá yayá y se refiere esta leyenda que explica su nombre:

              La madre de dos niños, sufriendo los primeros síntomas de una plaga que aquejaba a su pueblo, los llevó a un monte lejano para salvarlos. Ellos, sintiéndose perdidos, se encomendaron al dios del monte quien los transformó en aves. Así pudieron llegar al pueblo, para comprobar que ya todos habían muerto. Entonces se posaron en lo alto de un árbol, llamando a su madre: "¡ayaymamá... ayaymamá...!"

              En Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) lo llaman guajojó y cuentan que era la bella hija que amaba a un joven el cual termina siendo asesinado por el brujo de la tribu, celoso padre de la chica. Ella entró al bosque para buscarlo y comprendiendo la realidad del crimen volvió al pueblo para denunciarlo, ante lo cual el brujo la convirtió en ave que recorre el monte con su canto melancólico.

              En una leyenda chiriguana, pueblo guaraní que habitó el chaco salteño y boliviano, el urutaú (a veces también el relato se refiere a otra ave, el caburé) era un niño que, recorriendo el monte con sus padres, caciques de la tribu, fue dejado por éstos en las ramas de un chañar, por miedo a extraviarse con él. Cuando regresaron estuvieron buscándolo durante tres días, pero ya entonces le habían crecido alas y ya no pudo bajar más del árbol. Así los dioses castigaron el descuido de los padres.

              Los wichis relatan cómo es que el kakuy llegó a tener una boca tan grande. Parece ser que era un ave que gustaba comer bichos de luz, pero Tokjuaj, el semidiós wichi,  quería las luciérnagas para juntarlas y tener luz por las noches. Entonces tomó una piedra y dotándola de luz se la arrojó al ave, que al intentar atraparla, se desgarró la boca y se le agrandó tal cual la tiene ahora. Compárese con otra etimología tupí: yaru-tahy  (de yaru = boca; y tahy o cai = extendida o partida]. La boca grande da también una asociación con la vulva femenina entre los guaraníes y entre los arawak de Guayana.







              KAKUY
              Escultura de Clara Mouchard

              En Paraguay además de urutaú se lo conoce como güeim-cué (= vieja que fue) o la vieja.

              En Brasil es también velha, urutáu, jurutáu, urutago, dono-da-noite.
              En Mato Grosso es el kúa-kúa o uruvati. Y en Bahía se lo conoce como mãe-da-lua, pai-da-lua, vó-da-lua , pai-de-mata y chora-lua. La mãe da lua
              [= madre de la luna] es una mujer vieja y respetable pero disconforme con la deformación de sus pies y por eso canta: “¡Mis pies tan feos!”.

              También le atribuyen una intervención importante en los temas amorosos: “Madre de la luna encantada/dice la creencia popular/ que tus plumas tienen magia/ tu canto trae la luz de luna/ quien tiene tal simpatía /hace al corazón amar.” (Urutáu – Canción de Paulinho Rodrigues)

              Los indios Pataxó del sur del estado de Bahia tienen una leyenda sobre la  Mãe-da-Lua y el Bacuráu o atajacaminos. Este era un muchacho tímido que salía a cazar por las noches. Un día encontró una chica muy bonita, Mãe-da-Lua, a quien propone casamiento. Como era muy pobre debe pedir una pluma a cada pájaro para hacerse un traje. Invitó a todos los animales del bosque al casamiento y el venado ofició de sacerdote. En medio del banquete el mono contó un chiste y Mãe-da-Lua abrió la boca tan grande para reírse que Bacuráu huyó asustado. La novia volvió a su casa en el bosque y desde entonces se la pasa cantando “Juan se fue, fue, fue, fue...”, y él le responde : “Mañana voy, Mañana voy,”. Como no le devolvió las plumas a los otros, ya no sale más de día para evitar que lo persigan.


              Croquis de Emilio Goeldi en su investigación sobre el presunto  
              seguimiento  del recorrido del sol  por parte del urutáu con su mirada.
              Ibis  ser 8 vol 4 – 1904 


              La relación con el Sol y la Luna se explica también en una leyenda mocoví donde el cacique Youma descubre que su novia Marramae lo engaña con un  extranjero a quien da muerte.  En castigo, éste es transformado en Luna, la muchacha en Sol y Youma en urutaú, y desde entonces se pasa el día en las ramas más altas siguiendo con los ojos a su amada que atraviesa el cielo, y cuando desaparece en el horizonte la llama con sus gritos afligidos.

              ALEX MOUCHARD

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              REFERENCIAS

              - Alençar, J. de. -1996- O guarani. 20ª ed., São Paulo.

              - Azara, F. de-(1802)- Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata. Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. Madrid, 1992.

              -Buffon, G.L.L. conde de.  -1770 - 1785- Histoire naturelle des oiseaux. Paris.

              -Coluccio, F. -1950- Diccionario folklórico de la flora y la fauna de América. Ed. Del Sol. Bs. Aires.

              -Costa Straube, F. –2004- Urutau: ave-fantasma. Atualidades Ornitológicas 122: 11-12.

              -Cruz Rolla, J –1947- Ñandé Ipiruera Retá – Bs. Aires.

              -Galeano, E. -2007- Memorias del Fuego 1. Los nacimientos. El urutaú. Bs. Aires.

              -Gmelin, J. F. –1789- Systema Naturae.  13ª ed.

              -Guimarães Rosa, J. -1956- Grande Sertão: Veredas.

              -http://palabraria.blogspot.com.ar/2008/05/uruta.html

              -http://www.oni.escuelas.edu.ar/2002/santiago_del_estero/mitosyleyendas

              /mitos.htm

              -Jaramillo de Olarte, L. -1993- Aves de Colombia. Bogotá.              

              -Lehmann-Nitsche, R. -1922- Las aves en el folklore sudamericano. El Hornero 2:276-289.Asoc. Ornitológica del Plata. Bs. Aires.

              -Mansilla, L. V. -1890– Entre nos. Causeries del jueves / Libro IV. 

              -Nomura, H. -1996- Avifauna no folclore. Mossoro, Brazil.

              -Obligado, R. -1906– Poesías. Librería Rivadavia  Bs. Aires.

              -Ortiz, C. El Kakuy, en Teran, B. -1998– El ciclo de Tokjuaj y otros mitos de los wichis.

              -Pérez Bugallo, R. -2007- Mitos chiriguanos: El mundo de los Túnpa. Ediciones Del Sol. Bs. Aires.

              -Rojas, R. -1946- El país de la selva. 2ª ed. Bs. Aires.

              -Sanchez Labrador, J. –(1767)- Peces y aves del Paraguay Natural Ilustrado.  Fabril Editora, Bs As, 1968.

              -Santos, E. 1979. Da ema ao beija-flor. Belo Horizonte, Editora Itatiaia. 396 pp

              -Verissimo, J.-1899- Scenas da vida amazónica.Rio de Janeiro.

              -Villafañe, J. -1957- Historias de pájaros. Emecé. Bs. Aires.

              -Ihering,  H. von –1898- As aves do estado de S. Paulo. Revista do Museu Paulista, vol. III.

              -Wetmore, A. –1926– Observations on the Birds of Argentina, Paraguay, Uruguay,  and Chile –Bulletin 133 – Smithsonian Institution – Washington.

              EL VENCEJO DE COLLAR (Streptoprocne zonaris), EL PREDICADOR Y LAS FANTÁSTICAS GOWRIES

                  Este huésped del verano, el pequeño vencejo que vive en los templos, testimonia aquí, junto a su amada mansión, que el aliento del cie...