"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


viernes, 26 de octubre de 2018

EL ZORZAL PATAGONICO (Turdus falcklandii): UNA HISTORIA DE AMOR

    





Wenanknnewei ni mapu.
Cheiri no ruine mai
Pelafin ni mapu meu:
Epu wil'ki meten mai
numariumauei,
Wenank u newei.

Triste ha quedado mi tierra.
Ninguna cosa, pues,
Encuentro en ella:
Sino dos zorzales,
Que lloran amargamente.
Agobiados de pena.

Canto mapuche referido por Julián Weitra, de Panguipulli.







Dibujo de Claudina Abella para  "Aves de Nahuel Huapí", de José Santos Gollan (Administracion General de Parques Nacionales y Turismo, 1949).



Hace unos años caminaba por las calles de Puerto Madryn acompañado por las dulces notas del Zorzal Patagónico. Ignoraba que la historia de este melódico pájaro estaba relacionada con un viaje de descubrimiento, amor y aventuras.




La corbeta Uranie en sus días de gloria, anclada frente a la isla Raweck, 
en Papúa (Nueva Guinea)

Dibujo de Alphonse Pellion.
Voyage autour du monde... exécuté sur les corvettes de S. M. "l'Uranie" et "la Physicienne" pendant les années 1817, 1818, 1819 et 1820.... Atlas Historique / Louis de Freycinet (ed). Pillet Aîné (Paris) - 1825-1844



ROSE


Nuestro recorrido se inicia en Francia. Tras la caída de Napoleón y durante la restauración de la monarquía, se iniciaba una década de calma política y prosperidad económica. A través de sus oficiales de marina el gobierno  encaró una serie de viajes de bajo presupuesto destinados más que a la conquista de territorios a la investigación científica y al establecimiento de puntos de escala para futuros emprendimientos. Uno de estos oficiales, el capitán de fragata Louis Claude de Saulces de Freycinet, presentó a la Marina un proyecto de viaje a las “Tierras Australes”. Venía de participar en una expedición a las costas del sur de Australia, dirigida por su superior, Nicolás Baudin . El nuevo proyecto tenía el propósito de completar el estudio de la costa oeste y norte de ese continente, y en segundo lugar realizar estudios científicos. 

          El 17 de diciembre de 1817 partieron de Toulon, Francia, con destino a Río de Janeiro en la fragata Uranie, de 350 toneladas.  A bordo se encontraban el segundo comandante Louis Isidore Duperrey, el cirujano mayor Jean René Constant Quoy, y el segundo cirujano Joseph Paul Gaimard, ambos actuando como médicos y naturalistas. También viajaban el botánico Charles Gaudichaud-Beaupré, el artista Jacques Arago y su aprendiz Adrien Taunay, el joven.

          Tras la partida hubo un gran revuelo porque de forma clandestina fue embarcada la esposa de Freycinet, Rose Marie Pinon, de sólo 22 años de edad. Proveniente de la clase media, su casamiento con un aristócrata como Louis no fue impedimento para un matrimonio feliz, siendo bien aceptada por su familia política por su aceptable educación, su simpatía y su “encantador rostro”. Recién casados, Rose no quiso dejar solo a su marido y se le ocurrió la idea de acompañarlo en su viaje alrededor del mundo. Así se lo comunicó y, desde las primeras etapas del proyecto, los esposos planearon el embarque ilegal, a pesar de que las consecuencias podrían costarle la carrera a Louis.

Así explicaba Rose su insólita decisión: “He elegido entre mi afecto y los prejuicios que debería enfrentar con la certeza de ser desaprobada por una gran parte del mundo (…) He elegido el partido que me pareció era el más feliz para mi marido y para mí. La vida es tan corta que uno quisiera embellecerla lo más posible y jamás lamentaré la decisión que he tomado porque he endulzado en muchas ocasiones la vida de mi marido. Esos momentos me han hecho olvidar las privaciones que he sufrido durante estos tres años”.

Antes de partir Rose pasó “una noche muy agitada, reflexionando sobre la tentativa un poco audaz en que habría de arriesgarme y sobre todo lamentando a las personas que dejaría por tan largo tiempo”.  Como excusa para su ausencia, les dijo a sus parientes y amigos que viajaba a Marsella a casa de un pariente de su marido. Una amiga le cortó los cabellos no habiendo podido terminar esa operación “sin vertir sus lágrimas”, y a las 23.30 hs se vistió con ropas de hombre y, en medio de la noche,  se dirigió al puerto con su marido para embarcarse. “Parecía que la Luna quería proteger mi huída: se ocultó para impedir que las personas que encontrara me reconocieran”. Pasaron momentos de zozobra cuando debió entregar la orden de embarque bajo la luz de un farol y luego, al pasar entre los oficiales en el puente del barco, quienes le preguntaban quién era. Un amigo salvó la situación diciendo que era su hijo. Pasó el resto de la noche temiendo ser descubierta y desembarcada por las autoridades.




Rose Marie Pinon a la edad de 17 años.

Grabado a partir de un retrato original propiedad del Baron Claude de Freycinet.
 http://museum.wa.gov.au/exhibitions/journeys/The_Explorers/Rose_de_Freycinet.html





               Habían conseguido un lugar para ella en el barco, desplazando al oficial Leblanc y preparando una cabina especial en la cubierta.  Aparentemente dicho oficial informó a la prensa que, como es habitual, lo publicó inventando y exagerando los detalles: “Un incidente bastante singular ha marcado el primer día de esta navegación. En el momento en que una fuerte borrasca recibió a la corbeta a lo largo del cabo Sépet, se vio sobre el puente a una personita, temblorosa, sentada en el banco del alcázar ocultando su cara entre las manos y esperando que alguien la reconociera y la abrigara, porque la lluvia caía a torrentes y el viento soplaba en ráfagas. Esta joven y linda persona era la Sra. Freycinet, que vestida de marinero, se había deslizado furtivamente a bordo, de manera que, para bien o para mal, el comandante de la expedición se vio forzado a darle la bienvenida y alojar a la intrépida viajera, cuya ternura no quería que su marido corriera solo los peligros de una difícil navegación

Al conocer estas noticias hubo indignacion en los círculos oficiales ya que la presencia de mujeres en los buques de la armada era ilegal y además se consideraba de mala suerte.  El gobierno no aprobó “este acto de devoción conyugal”, pero cuando reaccionó, el buque ya estaba lejos y las órdenes al prefecto de Toulon y al cónsul en Gibraltar no llegaron a tiempo. Llegados al peñón, Rose visitó al gobernador vestida con un traje de marinero con levita y pantalon azul, lo que provocó una fría recepción. Pero más tarde, viendo que el cónsul francés no hizo objeción  a su presencia, cambió su atuendo por ropas femeninas, que mantendría durante el resto del viaje. 

Desde Brasil el viaje continuó por Sudáfrica, isla Mauricio, la costa oeste de Australia, Timor, e islas de la Sonda. Agobiados por el escorbuto y la disentería hicieron escala en Guam y tras tocar Hawai, bajaron hasta Sydney. Al pasar cerca de Samoa descubrieron un islote al que Freycinet bautizó Rose en honor a “una persona que me es extremadamente querida”, es decir su esposa, la pasajera ilegal. Ella comentó “Ya está hecho, mi nombre ha sido vinculado a un pequeño rincón de la Tierra; bien pequeño, en efecto, porque quizás los envidiosos no le darán más que el nombre de islote; tal como está, encontrado de noche, nos podría haber sido funesto, mientras que desde ahora, señalado en las cartas de la expedición, se tendrá cuidado, y nadie, espero, morirá por los peligros que rodean la isla Rose”. Ignoraban que el islote había sido descubierto en 1722 por Jakob Roggeveen quien lo había bautizado Vuyle Eyland (Isla de los Pájaros), sin embargo el nombre Rose fue el que persistió.  También nombraron en su honor al cabo Rose en la bahía Shark, en la costa oeste de Australia.

Pero no era éste el primer episodio de éste tipo para los viajes de exploración franceses. Durante el viaje de Louis de Bougainville (1766-1769), la compañera del botánico Philibert Commerson, Jeanne Baret, también vestida de hombre, sería la primera mujer en circunnavegar la Tierra (Ver nuestra nota en este blog JEANNE BARET - EL MISTERIOSO AYUDANTE DE COMMERSON  https://historiaszoologicas.blogspot.com/2011/07/el-misterioso-ayudante-de-commerson.html).



Recepción en Diély (Timor). 
Uno de los pocos documentos que confirma la presencia de Rose de Freycinet. En otras ediciones sería borrada de la lámina. Pintura de Jacques Arago.
 
Freycinet, Rose de -1927- Journal du Voyage autour du monde à bord de l'Uranie, 1817-1820, d'après l'édition de 1927, annotée par Charles Duplomb, directeur honoraire au ministère de la Marine, Paris :éditions du Gerfaut y http://nla.gov.au/nla.obj-138059498/view


          Durante el viaje Rose no colaboraba con los trabajos cientificos, pero coleccionaba conchas marinas, bordaba y estudiaba guitarra e inglés.  Tuvo una conducta intachable durante todo el recorrido y se ganó el aprecio de la tripulación por su trato agradable, su compostura y su valentía. A su regreso, ni la Marina Francesa ni el rey Luis XVIII tomaron ninguna  acción contra el capitán por la presencia de Rose en la expedición, y a pesar de que se llevó  a cabo una corte marcial finalmente fue exonerado por la pérdida de la nave. Incluso Louis fue felicitado por el rey por su trabajo científico y ascendido a capitán de navío, y la pareja fue muy festejada y requerida  en los salones parisinos. Pese a ello Rose no apareció en ninguno de los documentos y relatos oficiales de la expedición.  Los científicos del viaje nombraron en su honor a la Paloma Imperial de Nueva Guinea (Columba pinon = Ducula pinon) y a dos plantas: el Hibiscus pinonianus y un hermoso helecho arborescente Pinonia splendens (= Cibotium chamissoi).

Rose fue la primer mujer circunnavegante en escribir un relato de su aventura. Envió una serie de cartas a su prima y amiga Caroline de Nanteuil contándole las peripecias del viaje. Las mismas fueron publicadas un siglo más tarde en forma de diario de viaje. Rose sufría de una enfermedad del estómago desde hacía tiempo, pero pese a ello se ocupó de atender a su marido gravemente enfermo durante la epidemia de cólera en Paris. Él se salvó pero lamentablemente ella se contagió y, en apenas un día falleció, el 7 de mayo de 1832, a los 36 años de edad.

¡Ay! ¡Lo que las tempestades no pudieron hacer, lo que no pudieron hacer las enfermedades más peligrosas de los climas pestilentes, el cólera se ha encargado de hacerlo en París y la pobre viajera, la dama enérgica, la esposa devota, la amable dama y bondadosa, ha dejado esta Tierra que había recorrido de un extremo al otro! Que tenga paz” (Jacques Arago).


NAUFRAGIO EN LAS MALVINAS

Luego de pasar por el cabo de Hornos, a causa de una tormenta, buscaron refugio en la bahía de los Franceses (Bahía de la Anunciación o Berkeley Sound), en la isla Soledad (Malvinas).  Al entrar en la misma impactaron en una roca sumergida, naufragando el 14 de febrero de 1820. La fragata quedó encallada cerca de la costa y se trató de recuperar la mayor cantidad de objetos, alimentos, etc. Sin embargo, parte de las colecciones científicas se perdieron: unas 18 cajas con unos 2500 especímenes botánicos, más de la mitad de lo herborizado.



Campamento en Bahía de los Franceses (Is. Malvinas) tras el naufragio. 
La tienda más alta sería la de Rose. Pintura de Nicolas Maurin.

http://museum.wa.gov.au/research/research-areas/maritime-archaeology/treasures-from-the-deep/uranie-voyage

            
            Arago perdió su colección de conchas marinas y “las diferentes armas de casi todos los pueblos de la tierra; aves raras y curiosos reptiles; mi ropa de cama; mis libros; diez portfolios con bocetos y dibujos terminados”. Afortunadamente lograron recuperar los diarios y notas sobre historia natural y demás documentos científicos, e incluso la guitarra de Rose. Además, Quoy salvó el gran libro de peces de Marc Éliéser Bloch (Ichtyologie, 1785-1797).

En el lugar del naufragio establecieron un campamento, que más tarde trasladaron a un mejor sitio. El 19 de marzo llegó al lugar el barco lobero estadounidense General Knox y comenzó entonces una trabajosa negociación con su ambicioso capitán, Horn, cuyos intentos de rapiña debieron resistir. Finalmente llegaron a un acuerdo con el capitán Galvin, de otro buque llegado a la zona, el Mercury, que llevaba prisioneros chilenos a Montevideo.  Rose se encargó de embalar la documentación y demás efectos en unas 30 cajas, y el 27 de abril dejaron las Malvinas. En Montevideo compraron el Mercury, rebautizándolo  con el nombre de Physicienne y, a su bordo, llegaron a Francia el 13 de noviembre de 1820.

Rose no dejó casi ninguna referencia sobre la naturaleza de las Malvinas:  Todas las costas que nos rodeaban eran escarpadas y bordeadas de rocas (…) El aspecto era árido y arenoso y no se veía un solo árbol que pudiera atenuar la monotonía de estas colinas de arena y hierbas secas”.  A menudo “el frio es muy desagradable durante todo el día y la lluvia no deja de caer”. Destinaron un grupo de cazadores que se encargó de proveerlos mayormente de caballos, algún cerdo o vacuno cimarrones, becasinas, pingüinos y ocas, es decir cauquenes.  En cambio Arago habló de las costas “absolutamente privadas de verdura y pobladas por un número considerable de aves y animales marinos” y más adelante comentaba sobre “las legiones inmensas de aves que la pueblan”.  En una oportunidad localizaron “un animal horrible y grande como la corbeta”. Era un elefante marino que lograron cazar obteniendo carne para una docena de días.  Los cazadores “despoblaron las costas del mar de patos y zambullidores, que sin nosotros quizás morirían de viejos (…) los negros zambullidores, los inocentes gansos [cauquenes], y los patos pesados y repletos abandonaron  ya las espadañas y las praderas (…) pobres aves, cuyas osamentas blanqueadas se amontonan en los lugares donde hemos establecido nuestro campamento”. Cerca del campamento se encontraba la isla de los Pingüinos donde críaban los lobos marinos y miles de pingüinos cuyos roncos gritos escucharon ya la noche misma del naufragio.



Otra vista del campamento en Bahía de los Franceses (Is. Malvinas) 
donde puede apreciarse a la izquierda a l’Uranie encallada. 
Dibujo de Alphonse Pellion.

Voyage autour du monde... exécuté sur les corvettes de S. M. "l'Uranie" et "la Physicienne" pendant les années 1817, 1818, 1819 et 1820.... Atlas Historique / Louis de Freycinet (ed). Pillet Aîné (Paris) - 1825-1844.





LOS ZOÓLOGOS DE LA EXPEDICIÓN

Jean René Constant Quoy era el  cirujano mayor de a bordo, y actuaba como naturalista zoólogo junto con el cirujano asistente Joseph Paul Gaimard. Se destacaron por incluir invertebrados en las colecciones, animales que en general eran ignorados por otros naturalistas navales. Además Quoy hacía bosquejos en color de los especímenes ya que muchos de los colores cambiaban una vez muertos. En Río de Janeiro capturaron animales vivos, entre ellos un coatí y un perezoso. También hicieron una colección de 200 mariposas. Gaimard observó los grandes albatros del Atlántico, capturando algunos para estudiar su contenido estomacal, que resultó ser de calamares y sepias.

En la costa oeste de Australia obtuvieron varios marsupiales desconocidos para la ciencia, así como varias especies de periquitos y un ejemplar del verdugo flautista (Gymnorhina tibicen), pájaro de canto muy admirado e interesante comportamiento. En Timor descubrieron una especie de cérvido: el sambar de la Sonda (Rusa timorensis), y una especie de pez de  los manglares, de ojos saltones, el  perioftalmo de Freycinet (Periophthalmus argentilineatus). En las Molucas, Gaimard encontró un ave nueva: Megapodius freycinet, que tiene la característica de incubar sus huevos enterrándolos en pilas de restos vegetales.   

          Las colecciones que obtuvieron fueron muy valoradas por Cuvier quien los felicitó especialmente. Entre los ejemplares que entregaron al Museo de París, había 25 especies de mamíferos, de las cuales cuatro eran desconocidas, 313 especies de aves (45 nuevas), 45 de reptiles (30 nuevas), 164 de peces (120 nuevas)    y numerosos insectos e invertebrados marinos. Además una cabeza de tapir adulto, 3000 ejemplares de plantas y 900 muestras de rocas.  A la vuelta del viaje Quoy y Gaimard escribieron el informe zoólogico.

          “En cuanto a los doctores Qoui y Gaimard, y al botánico Gaudichaud, las ricas colecciones que trajeron, y que no son más que una muestra de lo que se perdió en nuestro naufragio, dirán más de lo que yo pueda decir. Sé por experiencia lo que han sufrido en sus peligrosas expediciones” (Arago).

          “El celo de estos dos viajeros merece por lo tanto muchos más elogios, porque, no siendo naturalistas de profesión, no pudieron llevar para sus investigaciones, más que una instrucción general que abarca a la vez las diferentes partes de la zoología. Prepararon ellos mismos, con un cuidado infatigable, los animales que colectaron; y junto con el señor Gaudichaud, farmacéutico de la Uranie, han brindado al Museo, con noble desinterés, una cantidad de objetos curiosos que han obtenido durante el viaje”. (Informe de Arago ante la Academia Real de Ciencias el 23/04/1821)



                                           


EL ZORZAL PATAGÓNICO

Pero ¿qué tendrá todo esto que ver con el personaje que motiva esta nota, el Zorzal Patagónico?

 



Turdus falklandicus
Dibujo de John Gerrard Keulemans.

Catalogue of the Birds in the British Museum. British Museum (Natural History). 
Department of Zoology. [Birds]. Vol 5. London. 1881


            Pues que durante su estadía en Malvinas, de casi tres meses, los científicos no dejaron de hacer su trabajo y siguieron recolectando y preparando ejemplares. Es así que dieron con este zorzal del que informaron: “No hace más que mostrarse en las islas Malvinas durante un cierto período del año, atraído por las bayas suculentas del empetrum. Su verdadera patria parece ser la extremidad de la América meridional”. Probablemente se referían a la murtilla o brecillo (Empetrum rubrum) que fructifica en febrero en las islas. “Estos pájaros van en grupos de 3 o 4, y son poco huidizos”.

 

Pero como señalaba Charles Darwin, había un antecedente anterior a este descubrimiento. El monje benedictino Antoine-Joseph Pernety, capellán y naturalista de la expedición a las islas Malvinas de Louis Antoine de Bougainville en 1762-1763, observó que en las islas “se encuentran también mirlos”, refiriéndose sin duda a esta especie. En 1833, el propio Darwin pasó por las islas Malvinas y comprobó que el zorzal “habita principalmente las colinas más rocosas y secas. Vive también en las vecindades del asentamiento, y con mucha frecuencia puede vérselo dentro de viejos cobertizos. En este sentido, y en general en sus hábitos, se asemeja al tordo inglés (Turdus musicus): su grito, sin embargo, es diferente. Es confiado, silencioso e inquisitivo”.

El capitán inglés Charles Compton Abbott, hizo también algunas observaciones en Malvinas en 1858-1860: “Este pájaro se encuentra generalmente entre las rocas de las colinas, aunque a veces fecuenta los jardines de Stanley en busca de gusanos”.

En el Estrecho de Magallanes el capitán Phillip Parker King, descubrió en 1830 la raza continental del zorzal. Poco después, Titian Ramsay Peale, el naturalista de la Expedición de Exploración de los Estados Unidos al Pacífico Sur (1838-1842) encontró un juvenil de este pájaro en Orange Bay (Isla Hoste, Tierra del Fuego): “Su tamaño, voz y aspecto general es tan parecido al del Robin de Norteamérica [Turdus migratorius], que pocos de nuestros oficiales podían ser convencidos de que no eran idénticos”.

Hablando de las aves pequeñas, no debo omitir un zorzal, que canta notablemente con dulzura” decía el naturalista escocés Robert Oliver Cunningham, quien viajara en el HMS Nassau en 1866-1868 para relevar la fauna del Estrecho de Magallanes.

En 1902 el ornitólogo Roberto Dabbene vio que en Tierra del Fuego “abundan en los alrededores de Ushuaia, y los encontré muy arriba, sobre las montañas, adonde concluye el bosque”.

El zorzal magallánico es común en los matorrales en los bordes del bosque; no frecuenta el pastizal despejado, salvo en invierno, cuando se lo puede ver ocasionalmente en la cercanía de los establecimientos (…) Nadie puede observar a este pájaro sin señalar que tiene más de la imprudente presencia del mirlo [Turdus merula] que de las maneras desconfiadas del zorzal [Turdus philomelos].  Pasó mucho tiempo hasta que me acostumbré a sus diversas llamadas. Si uno se mete en su territorio, muestra una curiosidad hostil – acosando y siguiéndolo a uno persistentemente, y lanzando unos silbidos estridentes. Si se lo saca de su escondite, emite un “tut-tut”, y se va volando riéndose. En esas aún lindas tardes de verano, que son extremadamente raras en estas tempestuosas regiones, canta desde la cima de los árboles, lejos en la noche. El canto es dulce y a la manera del zorzal común, pero algo limitado en su estructura. Da la idea de que lo está practicando más que ejecutándolo, de alguna manera interrumpiéndolo en su parte más interesante; sin embargo contiene algunas bellas notas plenas” (Crawshay).




Turdus magellanicus.

Scott, W. E. D. & Sharpe, R. B. – 1915 – Ornithology. Part IV Anatidae - Tytodidae. en J. B. Hatcher, J. B. (Ed.)  Reports of The Princeton University Expeditions to Patagonia, 1896-1899. Volume II. Part IV. Princeton, N. J. The University. Stuttgart


         En las lejanas islas del cabo de Hornos, en las quebradas boscosas de la isla Deceit, Percival W. Reynolds  escuchó las extrañas y mímicas notas del Zorzal Magallánico.

 “Así en el denso gotear de una mañana lluviosa, tras la partida de los petreles hacia el mar, el suave canto del zorzal parecía primero en verdad el llamado de estas aves marinas a la distancia, tras lo cual imitó las voces nocturnas de la becasina y, al romper el día, su discreto susurro dio lugar a una fuerte y marcada mímica del coro de ostreros negros, o al repentino clamor de las carancas” (Murphy).


Al norte de la Patagonia, a orillas del Río Negro, también se encuentra nuestro zorzal. Allí llegó en 1879 Adolf Doering formando parte de la Comisión Científica agregada al Estado Mayor General de la Expedición de Roca a la Patagonia. Los bosques de sauces de las orillas del río “son el verdadero elíseo para el alegre Turdus falklandicus, especie que abunda mucho, corriendo numerosos individuos, con preferencia sobre el suelo húmedo, y anidando en los mismos saucedales durante la estación de la primavera”. En esos mismos bosques Alcide D’Orbigny ya había visto a los zorzales en abundancia en el invierno de 1829: “Raramente solos, van generalmente en pareja, pero nunca en bandadas, y rehúyen la compañía de otras aves. Cosa bastante destacable para un pájaro poco asustadizo ante el hombre, que sin embargo es arisco. Sus costumbres son las de nuestros zorzales; su vuelo es corto, espasmódico, poco prolongado, nunca elevado; vivo en sus movimientos, camina con velocidad y hace a veces escuchar una especie de silbido de contacto entre los diferentes individuos”.  William Hudson que también lo conoció allí, lo consideraba un hermoso zorzal, pero con un canto, respecto del zorzal colorado (Turdus rufiventris) , más pobre  y que “recuerda los primeros ensayos de un pichón”. Curiosamente, atribuía esa pobreza a que generalmente los zorzales colorados cantan sólo en épocas de calor y cuando el aire está tranquilo, mientras que en la Patagonia los fuertes vientos de verano hacen que el ave cante menos y “parece que está perdiendo del todo la facultad de cantar”.





Turdus magellanicus.

Dibujo de John Gerrard Keulemans. 
Catalogue of the Birds in the British Museum. British Museum (Natural History). 
Department of Zoology. [Birds]. Vol 5. London. 1881.




EL ZORZAL Y LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Los mapuches llamaban al zorzal wilki, huilque o huilqui. De allí surgen los siguientes topónimos:

- Huilque: zorzal (de wilki). Localidad en la comuna de Achao, isla de Quinchao, Archipiélago de Chiloé, Chile.
-Huilquío: Lugar de zorzales (de wilki, zorzal, y we, lugar). Cerro en la provincia de Cachapoal, O'Higgins, Chile.
-Huilquilemu:  Bosque del zorzal (de wilki, zorzal y lemu, bosque). Población en Talca, Chile.
-Huilqueco:  Agua del zorzal ( de wilki, zorzal y ko, agua). Río, en el norte de la  isla Grande de Chiloé, Chile.
-Quilahuilque: Tres zorzales (de küla, tres y wilki, zorzal) Roca en la isla Caucahue, archipiélago de Chiloé, Chile.

El Huilque es el primer cantor del día, aún antes del amanecer, como lo hace su primo el zorzal colorado en nuestras calles de Buenos Aires. Por eso el poeta Lorenzo Aillapan lo considera el “Director de Orquesta” de los demás pájaros.

El médico y misionero Félix José de Augusta (August Stephan Kathan), gran estudioso de la lengua mapudungun,  escribió estos versos tomados de su poema “Primavera”:

Shiwu an-ai, pichi kompan,
Loika, kelu reku,
Kureu, wilki ulkentukei,
Wedwed, rere, chukau ka melei;
Itrokom fucha ayuukelei:
Wesha pukem rupai ria.

El jilguero, pequeño amigo,
Loica con su pecho rojo,
Tordos y zorzales cantan,
Wedwed, carpintero y chucau
no faltan;
Todos están contentos:
Pues ha pasado el mal invierno.


Para los aónikenks el zorzal es segdep o segiep. Los  onas o selknams lo llamaban kiolts y los haush o manekenk, jolch. Por su parte en yámana  según las distintas grafías, es jakásirj, hakásirj, hákasír, hakásij, xakacir, akaçikh o akaçigh. Creían que es un ave muy solícita para criar a sus hijos y entrena a los hijos mayores para que la ayuden en esa tarea. Es quizás una observación popular de la cría cooperativa en aves.
 
Los habitantes de San Juan de Chadmo (Chiloé) creen que su canto dice “Bendito y alabado sea Dios”  y que lamenta su desnudez, y la pérdida de sus padres y sus hijos. En Temuco, destacando lo flaquitas que son las patas de los pájaros, se le dice “canillas de huilque” a las personas de piernas largas y delgadas.

Finalmente dejamos aquí a nuestro protagonista retratado en los versos de Pablo Neruda: 


Zorzal seguro en el jardín,
firme en los pies, ojo seguro,
oído que siente ondular
bajo la tierra las lombrices,
calzado como un caballero
con botas de piel amarilla
no necesita levantar
sus alas llenas de rocío
ni su plumaje de pimienta,
viaja por tierra y por la hierba
recorre el perfume de Chile,
el olor a trigales secos,
la sombra de las naranjas,
el aire verde de la menta
y cuando se siente agobiado
por tantos dones naturales
suspira el zorzal melancólico,
toma en sus alas la tristeza
con su guitarra vegetal
y grita con la voz del agua,
canta su líquida canción
como una gota o una uva
o una saeta que tembló
y sigue el zorzal su camino
pisando con delicadeza
el cuerpo fragante de Chile.



Alex Mouchard


Turdus falklandii en las calles de Puerto Madryn
Foto Alex Mouchard



REFERENCIAS

-Abbott CC -1861- Notes on the Birds of the Falkland Islands. The Ibis, Vol. III.
-Aillapan L & Rozzi R -2004-  Una Etno-Ornitología Mapuche Contemporánea:
Veinte Poemas Alados de los Bosques Nativos de Chile. Ornitologia Neotropical 15 (Suppl.).
-Arago J -1822- Promenade autour du monde pendant les années 1817, 1818, 1819 et
1820, sur les corvettes du Roi L’Uranie et la Physicienne, commandées par M. Freycinet. Tomo II. Paris :Leblanc.
-Babeix C -2005- Rose de Freycinet. Journal du voyage autour du monde à bord de l’Uranie (1917-1820). Congrès du comité des travaux historiques et scientifiques. La Rochelle.
-Bounoure G -2008- Journal du Voyage autour du monde à bord de l'Uranie, 1817-1820 de Rose de Freycinet. Le Journal de la Société des Océanistes [En ligne], 126-127. URL:  http://jso.revues.org/2312
-De Augusta FJ -1910-  Lecturas Araucanas. Valdivia :Imprenta de la Prefectura Apostólica.
-Cárdenas Alvarez  R -1997- El libro de la Mitología. Punta Arenas: Editorial Atelí y Cía. Ltda.
-Cassin, J -1858- United States Exploring Expedition. During the Years 1838, 1839, 1840, 1841, 1842. Under the Command of Charles Wilkes, U.S.N., Atlas. Mammalogy and Ornithology. Philadelphia: J.B. Lippincott & Co.
-Crawshay R -1907- The Birds of Tierra del Fuego. London.
-Cunningham RO -1871- Notes on the natural history of the Strait of Magellan and west coast of Patagonia made during the voyage of H.M.S. Nassau in the years 1866, 67, 68, & 69. Edinburgh :Edmonston and Douglas.
-Dabbene R -1902- Fauna Magallánica. Mamíferos y aves. Tierra del Fuego e islas adyacentes. Anales del Museo Nacional de Buenos Aires Serie III. Tom. I. Buenos Aires
-Darwin CR (ed.) -1838- The zoology of the voyage of H.M.S. Beagle. Birds by John Gould. London: Smith Elder and Co.
-Doering A  -1881- Informe Oficial de la Comisión Científica agregada al Estado Mayor General de la Expedición al Rio Negro (Patagonia). Entrega I. — Zoología. Buenos Aires: Ostwald y Martínez.
-D’Orbigny A -1835-1847- Voyage dans l'Amérique méridionale (le Brésil, la République orientale de l'Uruguay, la République argentine, la Patagonie, la République du Chili, la République de Bolivia, la République du Pérou) : exécuté pendant les années 1826, 1827, 1828, 1829, 1830, 1831, 1832 et 1833. Pitois-Levrault: Paris.
-Freycinet, Louis de (ed.) -1824- Voyage autour du Monde, entrepris par Ordre du Roi ... exécuté sur les corvettes de ... l'Uranie et la Physicienne, pendant les années 1817, 1818, 1819 et 1820. Tome 1 et 2: Zoologie par Jean René Constant Quoy. Pillet Aîné :Paris.
-Freycinet, Rose de -1927- Journal du Voyage autour du monde à bord de l'Uranie, 1817-1820, d'après l'édition de 1927, annotée par Charles Duplomb, directeur honoraire au ministère de la Marine, Paris :éditions du Gerfaut, 248 p.
-Hordern House –2010- Captain Louis de Freycinet and his Voyages to the Terres Australes. www.hordern.com
-https://es.wikipedia.org/
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sábado, 11 de agosto de 2018

EL OSITO LAVADOR, AGUARÁ-POPÉ O MAYUATO (Procyon cancrivorus): DUENDE DEL BOSQUE



”Numa cama de pelego
Me acordo de madrugada
Escuto uma mão-pelada
Acoando no banhadal”

Do Fundo da Grota – Baitaca

[En una cama de pobre / Me acuerdo de madrugada / Oir un manopelada / ladrando en el bañado]



Aguará Popé

Craig, H.  Johnson's household book of nature. New York,H.J.Johnson,[1880]




Me comentaba hace unos días Diego, el profesor de mastozoología, que el aguará-popé con su costumbre de levantarse sobre las patas traseras para observar mejor su entorno y con el antifaz  negro de su cara podría haber dado origen a los mitos sobre distintos personajes de duendes y enanos que se refieren en el litoral argentino, como el curupirá, el pombero o el yporá.

Vale la pena, entonces, adentrarse en la historia de este sigiloso habitante de los montes y selvas de buena parte de Centro y Sudamérica. Como ocurre con varias especies tratadas en este blog uno de los primeros en hacer conocer a los europeos sobre el aguará-popé fue el naturalista aragonés Félix de Azara.  Explica que los guaraníes lo llaman Aguará ( = zorro) Popé (= mano extendida), refiriéndose quizás a su forma de apoyar la mano en suelo,  pero él lo ha de llamar sólo Popé, porque, decía con acierto, “no es Agüará o Raposa ni de su familia (…) las formas están diciendo, que no puede tener actividad, ligereza y facultades de Raposa”. Con respecto a su alimentación dice que “su principal sustento ha de consistir en frutas, insectos, Caracoles, Ranas y Cangrejos; que es lo único que puede encontrar en los baxíos que prefiere para su habitación”. En efecto “aseguran que habita los bosques y las cercanías de los esteros”.

Observando un ejemplar cautivo, vio que se sentaba sobre los talones para comer, ayudándose con las manos, y que caminaba con el hocico bajo y las ancas levantadas, como jorobado. Azara  citaba como referencia a Buffon quien había descripto una especie muy similar a la que llamó “Le Raton”, afrancesando el nombre inglés del Racoon o Mapache (Procyon lotor). Raccoon deriva de arahkun o arahkunem, que  era el nombre que le daban los powhatan, algonquinos de la bahía de Chesapeake, significando "el que rasca con las manos".  Además Buffon describió otro animal, muy parecido al mapache, que le enviara desde Cayena (Guayana Francesa) el médico Raymond de La Borde.  A falta de un nombre local, lo llamó Raton Crabier (= mapache cangrejero) porque tenía el hábito de comer cangrejos. En 1774, La Borde informaba por carta a Buffon: “Cuando no puede extraer los cangrejos de sus agujeros con las patas, introduce su cola, de la que se sirve como anzuelo. El cangrejo, que ocasionalmente le aprieta la cola, lo hace gritar; ese grito parece el de una persona, y se escucha desde lejos; pero su voz común es una especie de gruñido parecido al de los lechones”.

Le RatonDibujo de Jacques de Sève 
Buffon, Georges Louis Leclerc, conte de  - 1833 - Oeuvres complètes de Buffon: Des animaux. Paris: Pourrat frères.


A partir de la descripción de Buffon,  Georges Cuvier le dio el nombre en latín Ursus cancrivorus, porque Linné había colocado al mapache en el mismo género que los osos (Ursus) y el nombre específico cancrivorus significa “que come cangrejos”. Finalmente Anselme Desmarest le dio su nombre definitivo Procyon cancrivorus. Procyon significa “delante del perro”, ya que el zoólogo Gottlieb Conrad Storr lo ubicaba en la clasificación de los mamíferos por delante de los perros y las hienas. Desmarest aportó algún dato más: “Habita los lugares pantanosos, donde se alimenta de caracoles, cangrejos y otros crustáceos, y de algunas ratas o de pequeñas aves”.

En Surinam (Guayana Holandesa), el prusiano Sebastian Albert Freiherr von Sack estuvo de exploración en 1805 y tuvo la suerte de ver dos juveniles de esta especie en una plantación. Allí  le llamaban Krabodago, una deformación del inglés Crab Dog (= perro cangrejero): “Vive de cangrejos, pájaros, frutas y, cuando come, a menudo debe sentarse sobre sus patas traseras y mantener la comida con las patas delanteras”.  Hacia la misma época el militar británico John Gabriel Stedman  fue enviado a esa colonia para combatir las rebeliones de los esclavos africanos. Así contaba sobre este animal: “Conocido en este país como crabbo-dago o perro cangrejero, por su inigualable ferocidad, ya que mata y devora toda cosa que se le cruza, sin excepción, ya sea cuadrúpedos, aves, o reptiles; y nunca parece estar saciado de sangre, mata aún sin estar hambriento  a todo los que puede dominar, que no son pocos, teniendo en cuenta su coraje, actividad y fuerza, aunque no es mayor que un gato común”.

Crabbo-dago
Dibujo de John Gabriel Stedman, grabados por William Blake
Narrative of a five years' expedition, against the revolted negroes of Surinam, in Guiana London, J. Johnson, & T. Payne. 1806.



En el este de Brasil, el jesuita Fernão Cardim ya lo registraba en 1625 con el nombre de Iaguacini: “se alimentan solamente de cangrejos, y de las cañas de azúcar y destruyen muchas de ellas; son muy dormilones, y dormidos los matan, no hacen mal”. Muchos años después, el príncipe de Wied recorrería la misma zona: “Este animal se encuentra en toda la costa este, por la que he viajado, bajo el nombre de Guassiní o Guaschini (Guaxinim o Guachinim), y vive especialmente en los arbustos adyacentes a los ríos y costas de lagunas, donde se encuentra en el suelo fangoso de los manglares (consistentes en Conocarpus, Avicennia o Rhizophora ) bañados por la lluvia, y al exponerse durante la marea baja  busca su alimento, que especialmente son cangrejos, como el examen de su estómago me ha mostrado (…) Se dice que sale principalmente por la noche a cazar (…) Trepa los árboles y busca sus frutos, también utiliza las madrigueras excavadas por los zorros y armadillos, pero no se supone que caven por sí mismos (…) El olor de estos animales no es agradable”.

“La carne de estos animales es conocida en Brasil, pero no es general [su consumo]. En enero y febrero, la encontré muy gorda. Los brasileños preparan estuches para sus armas de fuego con sus pieles. Si bien nunca me encontré este animal en el bosque, muy a menudo he visto su rastro en el suelo fangoso y blando de las orillas de los ríos, especialmente en el Peruhype, Mucuri y otros”.


Pero quien más aportó sobre el aguará-popé fue Johann Rudolph Rengger. El naturalista suizo, prisionero como Aimée Bonpland del dictador Francia en Paraguay en 1819, lo consideraba más agil que el mapache. “Sus movimientos son bastante ligeros y agradables, su mirada es suave, su ojo, cuya pupila es redonda, brilla por la noche. Se deslumbra por la luz brillante del día; ve mejor en la noche estrellada. Su olfato es agudo, al igual que su oído. Su hocico, como el de los Cuatis, lo usa a menudo como órgano táctil”.

“En Paraguay, donde es raro, habita en los bosques, que se encuentran en los grandes pantanos y en las riberas bajas, fácilmente inundables de los ríos, arroyos, y lagunas.En regiones altas y secas, como en campo abierto, nunca se lo encuentra. Raramente se acerca a las casas de las personas. Es un animal nocturno, que se dedica la mayor parte del día a dormir, y por lo general, solo después de que cae la noche busca su comida. Tiene algún refugio, generalmente en un árbol hueco, al que regresa todas las mañanas; pero, sinténdose seguro tras unos pocos años, pasa el día a veces en los densos arbustos que crecen en las partes más secas de las marismas. Su alimento consiste en aves nidificantes, huevos de aves, una especie de cangrejo, que a menudo se encuentra a lo largo del río Paraguay, de frutas y probablemente también de insectos y gusanos; al menos creo que he encontrado restos de éstos en su estómago”.

Sin embargo Rengger, no pudo estudiarlo en libertad, sólo tuvo encuentros breves con ellos: “Los dos únicos individuos que maté en diferentes momentos, saltaron de un árbol al que habían subido, perseguidos por los perros de mi campamento. Otro vagabundeaba lentamente sobre el fango profundo de un pantano, donde me era imposible perseguirlo”.

Y da referencias de terceros: “Algunos viejos cazadores me aseguraron que el Aguará-popé se encontraba en pareja solo en la primavera, y que vivía solo el resto del año. La hembra debe dar a luz en la primavera (…) pare de dos a cuatro cachorros, que cría en un tronco de árbol hueco (…) Nunca, en mis cacerías, ni por medio de los esfuerzos de los cazadores conocidos, pude conseguir una cría de este animal”.

Procyon cancrivorus
Dibujo de Charles Hamilton Smith

Jardine, W.    The naturalist's library. Edinburgh,W. H. Lizars; 1833


Pero sí pudo observar animales cautivos: “Cerca de Villa Rica, vi a dos individuos pertenecientes a un campesino, que ya tenían tres años, y los observé casi a diario durante cerca de dos meses. En principio eran muy mansos e inmediatamente jugaban con cualquiera que los cuidara. También se llevaban muy bien con los animales domésticos, pero no mostraron preferencia particular por ninguna persona o animal. Los mantuvieron atados en una pequeña choza en el patio. Aquí se enroscaban, cubriéndose la cabeza con las patas delanteras, durmiendo la mayor parte del día. Hacia la tarde se despertaban y buscaban su comida. A veces los llevamos por el patio, sin que causaran ningún daño a los otros animales domésticos. Estaban contentos de tocar todos los objetos con su nariz probóscide y ponerla en cada grieta y agujero. Al mismo tiempo caminaban o trotaban, o galopaban juntos, y no parecían apoyar toda la planta del pie. A veces se paraban como los osos, de pie sobre los pies traseros, pero no podían mantener esta posición durante mucho tiempo. La cola la llevaban dirigida hacia atrás y hacia abajo, incluso durante la carrera más rápida”,

“Eran alimentados con carne de res, raíces de mandioca hervidas y frutas.  Como el mapache, a veces tomaban la comida entre las dos patas delanteras, ya que no podían agarrar nada con una sola mano, la apretaban o enrollaban entre las plantas de los pies pero nunca la llevaban a la boca; no he visto, como tampoco los dueños de los animales,  que, como hace el mapache, haya sumergido la comida en el agua, aunque ésta siempre estuvo en su presencia. Tomaban líquido, bebiendo a menudo, pero nunca mucho a la vez. No producían sonidos, excepto una especie de gruñido, cuando se los molestaba mientras comían, lo cual, por cierto,  debe hacerse lo menos posible, ya que fácilmente montan en cólera violenta y luego muerden”.

“Su excremento y su orina tenían un olor fuerte y apestoso, como su piel. Aunque los dos ejemplares eran de sexos diferentes, nunca, como me aseguró el propietario, mostraron signos de deseo sexual.  No parecían poseer mucha más inteligencia que los sociables coatíes, pero no eran tan descuidados en sus acciones, y mostraban un poco más de memoria que ellos, prestaban atención a la llamada de su guardián y saltaban a su encuentro, si no estaban ocupados con algo que les hubiera llamado la atención. Mientras tanto, sin embargo, se sometían a la voluntad del hombre en tanto no contradijera sus propias inclinaciones, pero si éste fuera el caso, se resistían obstinadamente, y no pocas veces utilizaban los dientes si se veían obligados a hacerlo”.

En cuanto a sus encuentros con los humanos, Rengger escribía:  “El pelaje y la carne del aguará-popé son utilizados por los indios salvajes.  Los restantes habitantes del Paraguay, en tanto, nunca lo buscan en sus escondites, ya que él no los perjudica, y simplemente lo cazan cuando el azar los lleva a su vecindad. Cuando se ve perseguido, cuando está en el bosque, se sube a un árbol, donde se convierte en presa fácil para el cazador. Pero si se encuentra cerca de un pantano, escapa rápidamente por las marismas, donde ningún perro puede seguirlo, y se esconde en la maleza baja, que lo cubre adecuadamente. Si los perros de caza lo alcanzan en tierra seca, entonces él sabe defenderse valientemente contra ellos, sin embargo, no les causa heridas tan peligrosas como lo hacen los coatíes”.



Crab-eating Racoon

Goodrich, G. Illustrated natural history of the animal kingdom. New-York :Derby & Jackson,1859.




AL BORDE DEL MURO


Uno de los relatos más interesantes sobre el Guaxinim es el que nos brinda, con graciosa prosa,  el antropólogo brasileño Luis da Câmara Cascudo, que retrató el mundo animal del fondo de su casa paterna en Natal. Conviene reproducir algunos de sus párrafos.

“En ciertas tardes del año aparece inesperadamente el amigo guaxinim (Procyon cancrivorus), que además responde a los nombres de iguanara y mano-pelada (…) Prácticamente come de todo, desde guayaba hasta pollitos, pasando por la caña de azúcar y los cangrejos (...)  Salta razonablemente y trepador los árboles con elegante desición. Tocado, e incluso mientras mastica, suele emitir un gruñido sordo y constante, advertencia que aleja a los competidores posibles o es previo anuncio de su estimada compañía. Sube a los árboles como los monos, a  escalones, las manos se afirman trayendo el tórax y luego los pies, cargando el resto, en un gesto simultáneo y bien impulsado. Feo y simpático, completa, total y profesionalmente inútil, su carne y cuero para nada sirven. Ningún animal come al guaxinim porque es fétido y cobarde. Creo que sólo Catá, el urubú rengo, estando sin recursos, se decide a saborearlo, y así mismo haciendo muecas”.

“El guaxinim, entretanto, tiene de su persona una impresión halagüeña y cariñosa y es un encanto verlo, cuando le da la gana de hacer su higiene corporal sumaria, especialmente en la cola, apéndice de alta precisión y auxílio indispensable. La alisa amorosamente, la estira y la empuja como comprobando su elasticidad, la extiende para que le admiren su belleza, y a los primeros pasos aún mira hacia atrás, verificando si realmente la cola lo acompaña. Como el guaxinim no sirve para nada en la superficie de la tierra es natural que esté dulcemente convencido de ser lo más insustituible de toda la escala zoológica. Se para, irguiendo y moviendo la cabecita para ambos lados, mostrando los dientes agudos y finos como lancetas, aunque no haya provocación alguna, con una risa muda y soberbia que recuerda a un galán de Hollywood”.

“No come sosteniendo la comida con la mano, y sí agachando la cabeza (…) La señora guaxinim mantiene la espécie con cuatro a seis hijitos húmedos, peludos y realmente horríbles. Los trata como las ratas a sus hijos, amamantándolos y después de unas dos semanas les ofrece diversas delicias para acostumbrarlos a los placeres de la mesa variada. Con un poco más de treinta dias el joven guaxinim es presentado al universo como una nueva fuerza consumidora. No es tan ágil y conocedor de las técnicas paternas pero, en dos a tres meses, ya está perfectamente en forma para lo que sea y venga. El señor guaxinim hace acto de presencia y custodia en las semanas iniciales, rondando el nido al pie de un tronco, gruñendo amenazas y valiente como un policía. Después, se desinteresa definitivamente de los hijos y éestos de él y de la señora guaxinim. No andan en grupos y tampoco en parejas. Es furiosamente individualista y ama la acción solitária, valoriza la iniciativa individual”.

“Se los suelen atrapar jóvenes y son vendidos en los mercados del Norte Brasileño. No se domestican enteramente, pero reconocen al dueño como los monos y los traviesos saguis. Conservan su soberania hostil y una independência relativamente feroz. Lo mantienen atado por la cintura y la única compensación es verlo comer ante la presencia humana y distribuir, siempre que puede, algunas dentelladas formales. Durante la guerra de 1942 -1945, centenares y centenares de guaxinims eran comprados por los soldados americanos como curiosidades brasileras, pero los intentos civilizadores fueron anulados por la resistencia gruñente y contínua del prociónído. Me dijo un oficial que prefería amansar un puma antes que intentar hacer al guaxinim comprensivo y acogedor ante las exigencias de la compañia humana”.

“El guaxinim conoce la época en que los cangrejos estan gordos y que coincide con los “meses sin erre”, mayo, junio, julio, agosto. En los demás meses, la comida es fortuita e individual y ciertamente no ligada a los habitantes que viven en los manglares, a orillas de los rios de agua salada.  El guaxinim, asentando sus patas plantígradas, atraviesa el lodo oscuro y blando sin hundirse como las criaturas comunes. Pesca a la mañana temprano o a las tardes tranquilas de verano, el verano caluroso de diciembre o con los vientos de agosto que aturden a los crustáceos. No permanece en las playas de fácil acesso donde los pescadores mariscan recogiendo canrejos y pueden matarlo con un limpio golpe. Se mete en el interior del manglar, caminando sabiamente, sobre las hojas y ramas secas, y el barro más compacto, yendo hacia las zonas solitárias donde pocos mariscadores se aventuran  (…) Si algunos cangrejos corren por la superfície del pantano, el guaxinim inicia la pesca, que es más bien una caza, precipitándose, agarrando al crustáceo por la parte trasera del caparazón, atravesándolo con sus caninos agudos como punta de lanza. Le arranca la caparazón y se lo come, rápido, masticando bien, saboreando las pinzas,  ricas en carne tierna y aún las patitas, trituradas, una a una, con evidente disfrute de su sabor".






Aguarapopé

Boitard, P. & Janin, JG  -  Le Jardin des plantes. Paris :J.J. Dubochet et Ce, Éditeurs,1842.



RELACIONES PELIGROSAS


El Aguará Popé es un animal que no interfiere demasiado con el humano. Sus costumbres esquivas, nocturnas y su hábitat retirado hacen que pocas veces se lo vea y se lo cace. Como afirmaba Wied, algunos pueblos lo intregraban a su dieta, por ejemplo los nambiquara de Matto Grosso, Brasil. Pero en general se lo desestima como alimento por el desagradable olor de la secreción de sus glándulas anales a la que, sin embargo, se le ha visto una posible utilización económica como fijador de perfumes, a la manera del almizcle. La medicina popular asegura que su grasa es un remedio eficaz para el reumatismo, y sorber su sangre cura la misma enfermedad y la lepra. 

Aunque parezca extraño para un animal tan pequeño, el guaxinim provoca temor. Según el comerciante inglés John Luccock cuando “ataca un animal, no deja sino los huesos. Los indios por esa circunstancia le temen mucho”. Un día un guacamayo trepó en la jaula donde mantenían uno cautivo: “el animal lo agarró por una pata y lo devoró, tirando de ella a medida que la comía”.

Probablemente sus hábitos nocturnos y esquivos, el extraño diseño de su cara y el aspecto humano de sus manos haya producido en muchos pobladores la idea de encontrarse ante un ser extraño, incluso sobrenatural y quizás extraterrestre. En la zona de islas del Paraná, cerca de Pueblo Esther, Santa Fé, en noviembre de 2012 unos cazadores se encontraron una noche en el monte con un ser que describieron como un monstruo mitad ave mitad mamífero, sin pelo,  de 1,70 m de alto (!), el cual irguiéndose en dos patas los atacó, por lo cual se asustaron, le dispararon y lo mataron. El “monstruo” resultó ser, lamentablemente, una hembra preñada de aguará popé.



EL MAYUATO

En el noroeste argentino, en la zona de yungas de Salta y Tucumán se lo conoce como Mayuato, Mayuatoc o Mayoato, del quichua mayu, río, y atoj, zorro. Muchos lo consideran un animal misterioso que vive en un pantano en Animaná (Salta), del cual se dice que tiene manos de guagua (niño pequeño),   patas de perro y llora como un chico.  Pero es muyu difícil de ver y de cazar, y apenas se lo ve unos instantes aunque deja sus enigmáticas “manitos” impresas en el barro. Para Salta es también un animal emblemático. La selección de rugby y el equipo de atletismo salteños se denominan "Los mayuatos" y hay un famoso club de bochas con el mismo nombre, al cual Los Cantores del Alba le dedicaron la "Zamba de los mayuatos" (“me voy me voy a dejarle al padre río el canto mío y el corazón”).

En los cuentos populares el mayoato es aliado del tigre en la guerra entre la “gente de uñas y dientes” y “la gente de flecha” (los insectos picadores), siendo estos últimos los que triunfan.  Por su parte, el proscripto escritor José Murillo, le dedicó el alegórico cuento “La peligrosa noche del mayuato” que transcurre en el monte que rodea al arroyo Santa Rita en Jujuy, donde una madre mayuato alecciona asus hijos para no acercarse al hombre y sus perros guardianes. Uno de los hijos desobedece y es perseguido por los perros, salvándose gracias a su audacia y decisión.  Esta capacidad para la pelea hace que en Catamarca se le diga mayuato al hombre peleador o de mal carácter: “malo como un mayuato”.





Seu doutor a muié está coberta
Por isso eu acho uma situação delicada
Tenho medo que esses bichos me incomodem
Isso é uma cruza de guará com mão-pelada.

                                                    
Seu Doutor Que Vida Braba- Mano Lima

[Señor doctor la mujer está preñada, por eso creo que es una situación delicada,
tengo miedo que esos bichos me molesten, son una cruza de guará con mano-pelada]




Mão pellado Ihering, H. von -1911- Os mammiferos do Brazil meridional. Revista do Museu Paulista. 8. S. Paulo


MÃO PELADA

En Brasil el nombre común para esta especie es Mão Pelada y aparece en los relatos populares como un personaje misterioso, muchas veces asimilado al demonio, que asusta a los pobladores y les roba la pesca . Se aparece de mañana en el campo a los viajeros y a los cazadores los atrae a su cueva y los devora.  Mediante sus ojos vence a los mejores perros de caza. Cuando descubren su rastro, lo siguen lloriqueando, pero de golpe se detienen, y regresan con la cola baja.  

En algunos cuentos brasileños es el espíritu de una novia muerta trágicamente al luchar contra un gato montés.  El espíritu de la novia se funde con el del gato dando lugar a un ser que recorre la selva cubierto de sangre y con cara y garras de gato, con pelos por todo el cuerpo salvo en las manos, de donde vino su nombre de mão-pelada (“En la mano hay cinco dedos sin pelo” – Azara).

En el nordeste brasileño se asustaba con él a los esclavos africanos para que no huyeran. Según relata Afonso Arinos, un esclavo fue perseguido por este animal al que vio grande como un lobo o un ternero: “Galopaba a tres patas dejando ver una de las patas delanteras encogida y pelada (…) Los ojos mostraban una luz como fuego azulado y parecía, que amenazando y riendo, convocaba a la gente para algún misterio terrible (…) Vomitando fuego por lo cabellos, por la punta de la cola, por los ojos, por la boca, dio un maullido fuertisimo y saltó alto”.

EL PIOQRALO

Así le llaman los qom, de pioq: perro, y ralo: rey, o sea “rey de los perros”, quizás porque es muy hábil para enfrentarlos como se aprecia en el relato de Murillo.  No lo consideran animal agresivo, sino arisco. No consumen su carne y la consideran tóxica para los perros. Pero si se acerca a las casas o si sus huellas se sobreponen a la de las personas anuncia enfermedad o muerte. 

Alex Mouchard


LOS MUCHOS NOMBRES DE UN ANIMAL FURTIVO

Mapache o mapachín cangrejero (Costa Rica hasta Perú)
Oghia (waraos, Orinoco, Venezuela)
Tsise biecquid (matses, Peru)
Zorra patona, Manopelada, Nutria romanguera, Oso manglero, Gato manglatero
Paraépaga (indios payaguás, Paraguay)
Guachinim, Guassini, Guaxinim, Guaxelo (Norte de Brasil, Pernambuco), proviene del tupí  guá-xini: el que gruñe, o quizás corrupción de  iauara-xaim, de iauara: perro, xaim: rastrero. También cachorro-do-mato-guaxinim o cachorrinho-guaxinim.
Hakijäck - gipakiú (botocudos, Brasil), significa gran coatí.
Mão pellado o mão pelada (Brasil): mano pelada. En Argentina, manopelada.
Jaguá-cambeba,  Jaguá-campeba, Jaguaracambé, Jaguacinim (tupí), de jaguá: perro, y cambé: planta de raíces aéreas, mangle?, de caá: mata, árbol, y mbê: raíces aéreas. Es decir “perro de los mangles”.
Igauara, guará (Amazonas) : perro de agua, de i: agua, y jaguara: perro
Pés-chato (Brasil)
Mayoato o mayuato (quichua de Santiago del Estero, Salta y Tucumán): zorro de río, de mayu: rio, y  atoq: zorro.
En Bolivia: zorrino, k’aramaqui, mboetá (guaraní), nomensarish (chiquitos).
Raton crabier, chien crabier o chyen crabier (creole de Guayana Francesa)
Krabdagu, Kaabudagu, Crabbodago (Surinam)
Wana’u, Pelo akuludanon (galibi o caribe)
Peru-kawewutne (palikur)
Osito lavador: Este nombre fue propuesto originalmente para el mapache, al que Linné le puso el nombre específico de lotor: lavador. Creemos que no se debe a que lave los alimentos sino a que mete las manos en las aguas de las orillas para tantear si encuentra sus presas habituales como cangrejos y caracoles.




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