"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


sábado, 3 de marzo de 2018

LAS LLAMAS (Lama glama): “CARNEROS DE LA TIERRA”


“(…) porque el Carnero de la Tierra, que los Indios nombran Llama, es maior que no el de Europa, i de pescueço mui largo”.
García, Gregorio -1729


                       The Naturalist's Pocket Magazine or compleat cabinet of the curiosities and beauties of nature.
London: Harrison, Cluse & Co.  [1799]


Los camélidos han evolucionando hace miles de años y en muchos casos prestaron gran utilidad al hombre. En Sudamérica esta familia de mamíferos está representada por dos especies silvestres, la vicuña (Vicugna vicugna) y el guanaco (Lama guanicoe), y dos formas domesticadas, la alpaca (Lama pacos) y la llama (Lama glama). Esta última desciende del guanaco y ha sido domesticada por pueblos preincaicos junto con la alpaca hace unos 5.000 años, según se estima. Son camélidos  robustos, con un peso aproximado de 120 kilogramos, y llegan a superar los 130 kilogramos y una altura en la cruz de aproximadamente 110 centímetros, tamaño y peso que alcanzan a los cuatro años, cuando se completa el crecimiento (Vilá, 2012). Los colores de las llamas son el blanco, negro y marrones con todas sus gamas intermedias e incluso las hay de conformación manchada entre estos colores o bicolores y tricolores. Tienen el cuello largo que finaliza en una cabeza pequeña y con la característica peculiar de poseer las orejas curvadas hacia adelante. Ningún ejemplar adquiere los colores de su ancestral guanaco. Su lana es más larga que la de aquél y se distinguen dos variedades: la “kara”o pelada que tiene la cara  y las partes inferiores con escasa lana y la “chacu”, o lanuda, con pelaje más denso (algunos autores mencionan tres variedades). Las piernas son delgadas y los pies poseen dos dedos gruesos bien separados.

Lámina de la colección de Conrad Gessner.Special Collections of the University of Amsterdam. https://www.theguardian.com/science/animal-magic/gallery/2017/



Se la observa mayormente en Ecuador, Colombia,  Perú, oeste de Bolivia, norte de Chile y en el noroeste de la Argentina, principalmente en las provincias  de Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja, aunque también en menor cantidad se dispersó por otras provincias. Por otra parte al ser un animal doméstico en su dispersión pesan más los factores culturales que naturales, tales como la distribución de los grupos humanos, especialmente en la época incaica. Según Vilá (op. cit.) en la Argentina habría unos 200.000 ejemplares de los cuales un 68% están en la provincia de Jujuy, un 16% en la provincia de Catamarca y un 12% en Salta.

La gestación dura aproximadamente unos 11 meses y si bien la época de reproducción es variable las crías nacen mayormente en verano que es el momento donde hay más pasturas, haciendo la salvedad que los camélidos son ovuladores inducidos por la cópula. Las llamas tienen bastante plasticidad, pasan la mayor parte del tiempo pastando en tierras que oscilan entre los 2000 y 4000 m.s.n.m. y soportan bien la falta de agua y alimento. Esto las convirtió en animales muy aptos para la carga y cumplieron ese rol desde tiempos del Imperio Inca. Es curioso verlas arrojarse al piso cuando la carga que transportan les resulta muy pesada y escupir como medio de defensa.

Oeuvres complètes de Buffon. ‎Paris, Garnier Frères, (1853-1855)


El contacto de los indios sudamericanos con estos mamíferos se produjo hace más de cuatro mil años, a juzgar por los restos arqueológicos en los que huesos de camélidos se encuentran junto a restos humanos. Diversos testimonios escritos por los primeros españoles que tuvieron contacto con la civilización incaica revelan que este animal tuvo una significación trascendente para esa cultura.  Además de ser el único animal de carga que poseían, les facilitaba lana para sus abrigos, alimento y hasta los excrementos eran utilizados como combustible. Estos son son depositados en determinados lugares para marcar territorio.

Poma de Ayala, Felipe Guamán –  1936 [1615/1616] - Nueva Corónica y Buen gobierno. Instituto Etnográfico de París.




En ‘’Noticias Americanas’’ (1792) don Antonio de Ulloa relata la ceremonia que realizaban los  incas antes de utilizar por primera vez a una llama como animal de carga. Comenzaban por adornarlo con distintos atuendos y lo abrazaban y a pesar de la resistencia del animal al intentar darle aguardiente, aunque fuera tan solo mojarle el morro con la bebida. Los asistentes a la fiesta danzaban al son de tambores, hablaban a las llamas cariñosamente y sin quitarle los adornos ponían sobre el animal la primera carga. Sin abusar, y dirigiendo sus movimientos mediante silbidos, las llaman se hacían a la carga con bastante facilidad.

Marcgrave, George  -1648- Historia Naturalis Brasiliae. Lugdun. Batavorum, apud Franciscus Hackium et Amstelodami apud Lud. Elzevirium.  


Por otra parte sabemos que durante el Imperio Inca luego de una guerra se repartían ejemplares entre los sacerdotes y otros grupos  sociales que integraban  los pueblos vencedores.

La llama era el animal que se sacrificaba en los templos peruanos, y es muy posible que esta costumbre evitó los sacrificios humanos, tales como los que realizaban los aztecas. En Coricancha, el templo principal del Cuzco, todas las mañanas se ofrecía en sacrificio al Sol una llama blanca, y mensualmente se hacía una fiesta en la que se sacrificaban por lo menos un centenar. En algunas grandes solemnidades, este número se elevaba a más de mil llamas. A los animales que se llevaban a sacrificar, se los esquilaba previamente para poder meter más fácilmente el cuchillo, que se clavaba en el costado izquierdo. Como recuerdo de aquel significado religioso de la llama, en las tumbas del antiguo Perú se encuentran  con frecuencia objetos de alfarería representando estos camélidos en diversas actitudes, o bien solamente la cabeza. Algunos de ellos son figuras, admirablemente hechas, de llamas atadas como para sacrificarlas (Cabrera y Yepes, 1940).

Ilustración de Robert Bernard
Mammalogie -Desmarest, A.G. A Paris :Chez Mme. Veuve Agasse,1820-1822.


La importancia de la llama en la vida de los pueblos de la puna y en el caso de los incas en particular es indiscutible. Esto se percibe claramente en un curioso escrito del sacerdote Bernabé Cobo plasmado en su Historia del Nuevo Mundo (1653). Dice así: ‘’ Crió Dios las llamas de estas zonas frías para el bien de los moradores dellas, que sin este ganado pasaran la vida con gran dificultad, por ser tierras muy estériles, adonde no se coge algodón de qué vestirse, como en las tierras calientes, y haberlo de comprar de afuera para tanta gente fuera imposible, ni hacen árboles frutales y legumbres sino muy pocas, por lo cual el dador de todos los bienes Dios Nuestro Senyor recompensó la esterilidad de las Punas y paramos inhabitables de dichas sierras, con criar en ellas tanta cantidad de este ganado manso, que no tenía cuenta ni suma lo mucho que por todas partes había antiguamente, el cual era toda riqueza de todos los indios serranos, porque se vestían de su lana y de sus pieles hacían el calzado , de manera que no traían sobre sus cuerpos más que lo que sacaban de las llamas, sustentándose de su carne y servíanle de jumentos para llevar y traer sus cargas en los trajines y acarreos. Con la carne y ropa que dellos hacían compraban y rescataban lo que les faltaba de los valles y tierras calientes como el ají, pescado, maíz, coca y fruta y lo demás que habían menester. Porque en tales tierras yungas carecían sus moradores de carne por no nacer en ellas ganado, ni otro manso con que suplir esta falta hasta que se trajeron los ganados de España de que en todas partes hay ahora en grande abundancia’’.

La invasión y conquista española significaron un retroceso en muchos aspectos para los pueblos americanos. Los camélidos como parte importante de esa cultura fueron muy afectados durante todo ese proceso hasta nuestros días.

Lacepede, BG et. al. La ménagerie du muséum national d'histoire naturelle. Paris, Miger, Patris & Gilbert, Grandcher and Dentu, 1801.


Cuando los españoles llegaron al Perú quedaron admirados con la llama pues a diferencia del caballo que necesita una ración diaria de comida bien balanceada, herrajes, arnés, y silla para transportar carga, la llama posee una fisonomía apropiada para ello y puede alimentarse con tan sólo una hierba que crece en cualquier lugar de los Andes: el ichu (Stipa ichu)  (www.otromundoesposible.net).

En la actualidad  continúa el uso de la llama como animal de carga y como proveedor de carne y lana.

Gabriel O. Rodríguez



Gervais, Paul. 1854-55. Histoire naturelle des mammifères. Paris, L. Curmer


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REFERENCIAS

Cabrera A & Yepes J -1960 - Mamíferos Sud-Americanos. Buenos Aires: EDIAR Compañía Argentina de Editores.
García, Gregorio -1729- Origen de los indios de el nuevo mundo, e Indias occidentales, averiguado con discurso de opiniones. En la Imprenta de F. Martinez Abad, 1729 - 336 páginas.
http://www.biodiversitylibrary.org
Vilá, B -2012- Camélidos Sudamericanos. Eudeba: Buenos Aires.

jueves, 1 de marzo de 2018

EL TAPIR (Tapirus terrestris) Y LAS CULTURAS ORIGINARIAS


      
      


Árbol tokori con cuyas hojas nosotros, los hekura pintamos nuestros cuerpos. Tu, gran tapir blanco, gran tapir plateado oculto por el crepúsculo. Árbol tokori, tus tiernas hojas caen como gotas en el agua, tu boca está cerrada con blanco plumón, tu boca con blanco plumón abierta soplando el viento.
       Invocación de los chamanes yanomami al practicar curaciones     
       Tokori: Árbol donde acuden a rascarse los tapires.
            Hekura: Espíritus benefactores de la selva.


von Schrebe, JCD - 1855 - Die Säugthiere in Abbildungen nach der Natur. Erlangen

      
      
                          LOS MITOS DEL TAPIR
      
       El tapir estaba presente en la cosmología de los tupí-guaraníes pues llamaban a la Vía Láctea, “Mboreví Rapé”, es decir el camino del tapir, porque su forma sinuosa les parecía el sendero por el que estos animales concurrían a los arroyos y barreros. Para ellos era el camino que conducía al paraíso o Yvaga donde moraban sus antepasados. Una parcialidad de esa etnia que vive en la sierra del Urubu Branco (Mato Grosso) se denominan Tapirapé, es decir “los que siguieron el camino del tapir”. Por otro lado los chiriguanos (tupí guaraníes de Bolivia) reconocían en nuestra constelación de Sagitario al “morévinayiki” o cerco del tapir, y afirman que allí el moreví-tumpa (Dios Tapir)  junta gente para trabajar en su chacra “para que no entre gusano” (Lehmann-Nitsche, 1924).


Tapires
Litografía de Louis Prang, en Animate creation. Wood, J. G. New York,S. Hess[c1885]

      
       Pero veamos cómo fue creado el mbore según los guaraníes. Ñanderú fue a la selva donde escuchó un sonido “¡Cha!”, se acercó y vio un gran gusano. Decidió construirle un chiquero y lo dejó adentro. Después de mucho tiempo Ñanderú volvió y vio que al gusano le habían crecido patas. Volvió a su casa y tras otro lapso regresó y ya encontró al tapir totalmente formado. Por eso dicen que el Mbore es producto del gusano del higuerón o waa-poy (Ficus luschnathiana) (Bareiro Saguier, 2004).
      
       Los mayas relacionaban al tapir con el inframundo por ser un animal nocturno, pero también con la potencia sexual y la fertilidad. Creían que los dioses habían creado a los humanos mezclando harina de maíz con sangre de serpiente y de tapir, por lo cual estos animales eran sagrados y estaban vedados su caza y su uso como animales de carga.  Algo similar cuentan los wichi cuando la vieja Wakank puso sangre de tapir en unas ollas y las tapó. Al otro día, al destaparlas, se habían formado gentes de diversas tribus. Los mayas permitían el uso ritual del tapir en sacrificios y en la fabricación de algunos objetos rituales como cucharas de hueso con las que tomaban el polvo de coca. Sin embargo fue muy poco representado en el arte maya, sólo unas pocas estatuillas se han encontrado en Guatemala y Belize.


Cerámica maya representando un tapir
Spence, Lewis –1913- The Myths of Mexico and Peru. New York, T. Y. Crowell Company.

      
       Los incas mantenían un culto especial para el tapir con sacrificios de estos animales, poco comunes para ellos, y tenían un ídolo especial que los representaba, Guagra Yanu. Al llegar los españoles, a diferencia de lo ocurrido con otros cultos, no prohibieron el del tapir, porque estaban interesados en los aspectos curativos del amimal.


Cerámica en forma de pie de tapir (Ayacucho, Perú)
Gade, Daniel W –1999- Nature and Culture in the Andes. Univ of Wisconsin Press.

      
       Las primeras mujeres xingú (Brasil) viajaban en grupo, teniendo relaciones sexuales con distintos animales de la selva. Al encontrar un tapir le preguntaron por el camino hacia la aldea. El tapir aceptó guiarlas a cambio de tener sexo con una de ellas, que terminó muriendo desgarrada debido al gran tamaño del pene del animal. Los qom relatan un resultado similar del encuentro entre un tapir y una mujer- cigüeña. En la cosmogonía xingú se explica así la formación de las estrellas: Los niños subían a un árbol de jenipapo a comer los frutos maduros. Un día se acercó un tapir que les pidió fruta. Ellos le lanzaron los frutos, pero como comía insaciablemente, empezaron a tirarle cáscaras vacías por lo cual el tapir se enojó y, cuando los niños bajaron, los mató y los enterró a pisotones. Después de un tiempo algunos de ellos salieron a la superficie en forma de mandioca y de seres humanos. Siguieron el rastro dejado por los excrementos del tapir hasta que lo hallaron dormido. Lo mataron a golpes, lo asaron y se lo comieron. Entonces subieron al cielo y formaron un cúmulo de estrellas (Villas Boas, 1993).


Vasija en forma de tapir (Tainos)
http://www.latinamericanstudies.org/taino/animal-effigy-vessels.htm

      
       En los relatos yanomami (Venezuela) el tapir es muerto por un personaje que lleva el cadáver a la aldea. Al repartir la comida le ofrece a su hermano menor, Feifeiyomi, el páncreas. Éste, disgustado, arroja el páncreas al cielo donde se transforma en Trueno, el amo de los more (frutos). A su vez,  Feifeiyomi se transforma en pájaro y a la vez en yerno de Trueno. Ambos viven en el refugio de las almas.
      
       Entre los tukanos (Vaupés, Colombia) no  deben comer carne de tapir los niños, las mujeres preñadas y lactantes, igualmente para el padre de un recién nacido es tabú comer carne de tapir pues su hijo contraería enfermedades de la piel. El motivo es que lo consideran un viejo (bege) de la selva, quizás relacionado a los antiguos habitantes arawak que encontraron al llegar al Vaupés y a los que llamaron behkára, el pueblo-tapir. Para otros pueblos, comer su carne puede tener un valor ritual. Los cashibo (Amazonia peruana) crían un tapir que está destinado a ser consumido en una gran celebración donde se reúnen varios grupos. La familia que lo crió entona cánticos y lamentos como si se tratara de una persona muerta, aunque el sacrificio en sí no tiene para ellos ningún valor religioso (Descola, 2013).
      
       En algunas ceremonias tribales el tapir participaba de diferentes maneras. Por ejemplo, los chiriguano-chané practicaban una danza ritual representando la lucha entre el yaguareté y el tapir donde los danzantes usaban máscaras con la figura de esos animales. La danza terminaba generalmente con la victoria del felino. El explorador William Bates asistió a la fiesta de San Juan, en Ega (Amazonas): “Un tipo ingenioso dispuso una vieja pieza de tela dándole la forma de un tapir, se colocó bajo la misma, e iba por ahí en cuatro patas. Construyó una nariz elástica semejando la del  tapir, y delante de las casas de los principales pobladores, hizo una imitación del animal pastando, tan buena, que muchas risas lo festejaron dondequiera que fuera”.




Máscara de wärime
http://despiertabretusojos.blogspot.com.ar/2012/10/la-ceremonia-piaroa-del-warime.html

      
       Por su parte, los Piaroa del Orinoco realizan la celebración del wärime que conmemora la creación del Mundo. Sus personajes son Ojwoda’e, el tapir-anaconda, la madre ancestral; Buoka, el venado, su hijo, el que bebió el jugo del conocimiento del árbol sagrado Kareru y que de su ojo derecho creó a su hermano: Wajari Ojwo, el tapir, creador de los hombres, cuya voz es el trueno. Para este pueblo el danto o tapir es el “Padre de los frutos de la selva”, y por ser además Wajari, su creador, le dedican muchos cantos sagrados o meñé. Wajari cometió incesto con su hermana Tchejeru,  engendrando a los pecaríes, y por ese motivo se retiró avergonzado al cielo donde reaparece en cada amanecer.
      
      

Canto del danto de los Piaroa
      
“Wajari bebió jugo de dada, alucinógeno que predice el devenir, y
vio su propio futuro en la imagen del danto. Pero primero vio el recinto
sagrado de todos los animales, como el báquiro, el mono y otros
animales, en fin, todos los animales que él creó. Luego visitó también los
lugares donde conseguía los accesorios para sus ceremonias. Y también
vio dónde habría de encontrar la muerte. Y en la muerte se percibió
como un danto o tapir. Wajari vio que el espíritu del danto no permanece
mucho tiempo en la tierra. A él le pasará lo mismo que a los monos.
Los blancos lo matarán y se comerán su carne. Y vio que el grupo
inakwedya, seres antiguos que eran parte de los piaroa, o parte de
su sangre, se lo comerían. También vio a un hombre que lo mataba con
arco y flecha. Vio que también el tigre se lo comía. Y vio también a un
hombre que lo mataba con escopeta y a otro que lo mataba con lanza”.
      
       (Boglár, 2015)


      
      
      
Familia de tapires
Craig, H, ed. Johnson's household book of nature. New York [1880]



         
       Alfred Russel Wallace: escuchó de los indígenas de Nossa Senhora da Guía (São Gabriel da  Cachoeira,  Amazonas, Brasil)  lo siguiente: También me contaron un curioso relato sobre el tapir del que otros me han asegurado es falso. Dicen que el tapir tiene el capricho peculiar de dejar sus excrementos sólo en el agua, y que nunca los encuentran a éstos a no ser en riachuelos y corrientes, aunque el animal es tan grande y abundante que no podía dejar de ser visto en la selva. Si no puede encontrar agua, el animal hace una cesta con hojas y lo lleva hasta la corriente más cercana, en donde lo deposita. El relato de los indios dice que un tapir se encuentra con otro en el bosque llevando una cesta en la boca. « ¿Qué llevas en la cesta?», pregunta uno. «Fruta», respondió el otro. «Dame alguna»", dijo el primero. «No quiero», contestó el otro; entonces el primer tapir tiró la cesta de la boca del otro, se abrió ésta, y al ver el contenido ambos se dieron a la vez la vuelta, avergonzados de sí mismos, echaron a correr en direcciones opuestas y nunca volvieron a pisar ese lugar en toda su vida”.
      
       Los jabuti amazónicos tienen un relato en que un tapir tiene relaciones con una mujer de la aldea previo sacarse el cuero y dejarlo colgado de una rama. Muerto el galán por el marido despechado, queda su cuero allí colgado. Un joven de la tribu lo encuentra, se lo pone encima y se va a vivir al pueblo de los tapires donde encuentra a la mujer del tapir muerto, la que le propone acostarse con ella. Así lo hace, pero por el pequeño tamaño de su pene comparado con el del tapir, desilusiona totalmente a la hembra (Mindlin, 2005).  En muchos otros relatos (por ejemplo de los mundurucu, kayapo y otros) aparece el tapir como seductor de mujeres, que generalmente tienen el perfil de ser excesivamente eróticas, busca satisfacción en este animal tan bien dotado. Se trata de mujeres que cocinan, descuidando a sus maridos y a sus bebés que muchas veces se transforman en ave y huyen volando.  El tapir suele ser capturado y dado de comer a las mujeres y niños, pero a la adúltera le reservan el pene, que tiene gusto muy amargo. En algunos casos la mujer se transforma en pez, pero una vez pescada por los hombres vuelve a su forma humana (Lévi-Strauss, 1969).  Otras veces el tapir resulta burlado, como en un cuento wichi donde quiere robarle la mujer a la chuña. Se le lanza encima, pero el ave lo espera firme y, a pesar de la fortaleza del tapir, le da tal golpe de garrote en la cabeza que le levanta un chichón que aún hoy podemos ver en su testuz.



Gray, JE. On the tapiridae. Porceedings of the Zoological Society. 1873

      
       Los tukano también atribuyen al tapir un gran apetito sexual y capacidad fecundante, proveniente de su gusto por comer ciertos frutos afrodisíacos como el umarí (Paraqueiba paranensis). Como una invocación a ese poder, en el rito de iniciación femenino, las púberes son encerradas en una choza cubierta por  cueros de tapir. Una de las etnias tukano, los desana, tienen un relato donde su primer integrante sube al cielo para encontrarse con el Tapir, llamado Trueno por su voz, y hace un trato con él.  El arreglo consiste en entregarle a su hermana a cambio de una de las mujeres del Tapir-Trueno, pese al disgusto que éste tiene hacia los extraños. Tal vez este relato reproduce un  hecho histórico pues al llegar los tukano al Vaupés desplazaron a los arawak, sus antiguos habitantes y les robaron mujeres. En otros cuentos los tukano le roban al tapir su poderosa voz que queda reducia a un silbido y mientras el tapir los persigue ellos aprovechan a llevarse sus mujeres. Sin embargo, con el correr del tiempo los tukano fueron adquiriendo los mitos y costumbres de los arawak y terminaron por considerar al tapir como un viejo ancestro, un suegro. Por ello evitan cazarlo y si lo hacen tratan de obtener el permiso del “Dueño de los animales a través de un shamán. En la época en que madura el umarí, el tapir se acerca a esos lugares y la caza queda permitida, quizás por tratarse de la estación seca cuando la comida no abunda y los niños se mueren. Una vez obtenida la pieza le cortan la lengua para que no los delate ante sus parientes que podrían vengarse del cazador. La carne generalmente es ahumada para curarla y quitarle su esencia peligrosa.
      
      
      

LA MUERTE DEL TAPIR

De súbito um tremor correu todo o arvoredo:
E o que há pouco era calma, agora é movimento,
Treme, agita-se, acorda, e se lastima... O vento
Fala: 'Tapir! Tapir! é finda a tua raça!"
E em tudo a mesma voz misteriosa passa;
As árvores e o chão despertam, repetindo:
'Tapir! Tapir! Tapir! O teu poder é findo!"

Panóplias - A Morte de Tapir - Olavo Bilac

[De repente un temblor corrió por toda la arboleda:
y lo que hace poco era calma, ahora está en movimiento,
tiembla, se agita, se despierta, y se lastima ... El viento
habla: “¡Tapir! ¡Tapir! ¡Es el fin de tu raza!
Y por todo pasa la misma voz misteriosa;
los árboles y el suelo despiertan, repitiendo:
¡Tapir! ¡Tapir! ¡Tapir! ¡Tu poder ha terminado! ]
      
      


      
      
       
       Con respecto a la alimentación de estos animales, los kaingángues de Misiones cuentan lo siguiente: “Aprovechando la ceniza y el carbón, Kadjurukré hizo los tigres, diciéndoles «vayan a comer gente y caza» y los tigres se fueron rugiendo. Como ya no tenía más carbón para pintar, hizo los tapires, que pintó con ceniza, diciéndoles «vayan a a comer caza», pero como no habían salido con los oidos perfectos, no entendieron bien, y preguntaron de nuevo qué tenían que hacer; Kadjurukré, que ya estaba haciendo otra clase de animal, les gritó con mal modo: «vayan coman hojas y ramas de árboles»; esta vez oyeron bien y se fueron y he aquí por qué las antas solo comen hojas, ramitas de árboles y frutas (Ambrosetti, 1895). Pero los wichi dicen que fue Tókjuaj, su héroe,  quien viéndolo muy flaco le dio pasto, que el tapir no quiso comer, y finalmente logró que se alimentara de "ramas y tunas y toda rama espinuda".
      
       El mismo pueblo explica así algunas características del tapir o iyela. Al principio tenía piel muy fina, pero de tanto transitar entre las tunas y clavarse las espinas se le fue poniendo gruesa. Tókjuaj quiso flecharlo pero las flechas no le entraban por lo cual le encajó una piedra en la boca y por eso ahora tiene la nariz y la boca grande (Terán, 1998). Tókjuaj  también enseñó a los wichis a perseguirlo con perros y ultimarlo con lanzas.  En una ocasión había tallado en madera un caballo dándole vida, para poder canjearlo por maíz. Otros quisieron imitarlo pero con tan poca habilidad que les salió un  tapir, un burro y la mula.


Tapires acechados por un yaguarete
Wood, JG.Trespassers. London,Seeley,Jackson and Halliday,1875.

      
       Los aguaruna, del Amazonas peruano, atribuyen el silbido del tapir a los siguientes hechos: Antiguamente el pájaro kúnkupi no sabía cantar, sólo silbaba, recibiendo la burla de las demás aves. Un día encontró a una sacahavaca (tapir) que tenía muy buena voz, y le pidió que le  enseñara a cantar. Sin embargo, por más que lo intentaba no lograba aprender. Finalmente le pidió al tapir cambiar el buen canto de éste por su silbido. El tapir aceptó y desde ese día el kúnkupi empezó a cantar muy bien y la sachavaca sólo sabe silbar.
      
      
MARIA LIONZA, DIOSA DE LA NATURALEZA VENEZOLANA
      
       María Lionza, es el personaje central de un culto que se practica en Venezuela, y el tapir aparece como su cabalgadura, ya que era un animal sagrado para muchas etnias indígenas.  Esta religión sincretista apareció a fines del siglo XIX y parece reunir ritos de los indígenas Caquetío and Jirajara, del África Occidental y del catolicismo, y reverencia a María Lionza o Yara como diosa de la naturaleza, del amor, de la paz, de la fortuna. Una de sus esculturas, obra del escultor Alejandro Colina se encuentra en Caracas, en la Autopista del Este.
      
      
http://www.diosuniversal.com/Leyendas/Maria-Lionza-la-creencia-de-un-pueblo


      
      
                            USOS DEL TAPIR
      
       Los indígenas chaqueños consideraban que la carne del tapir transmitía su fuerza y que por eso era buena para comer. La consumían asada al fuego o a las brasas, colocadas en pozos en la tierra que cubrían con ramas. También la secaban al sol para usarla como charqui. Además el cuero servía para confeccionar correas, riendas, calzados, látigos y cintos.  Uno de sus nombres en su lengua hace referencia a ello: mborebí, de mború, tiento, y bí, bueno, conveniente. Los guaraníes comían la carne cocida y molida en el plato denominado piracuí. Las pezuñas molidas se usaban en infusiones con distintas hierbas para tratar afecciones cardíacas, epilepsias y hemorragias.
      
      
       Afrima Alfred Wallace dice que “su carne es muy buena, se considera un alimento saludable, y se dice incluso que es un remedio para las fiebres intermitentes. Es un animal muy tímido, que deambula principalmente por la noche. Cuando un indio descubre un lugar en el que se alimenta, construye una plataforma entre los árboles, a unos ocho pies de altura, y se queda allí desde poco después del anochecer armado con una escopeta o con el arco y las flechas. Aunque es un animal pesado, el tapir camina con la ligereza de un gato y sólo se puede oír que se aproxima por el suave crujido de los arbustos; el más ligero sonido u olor lo alarma, por lo que el indio se queda quieto como si estuviera muerto durante horas, hasta que el animal se aproxima lo suficiente para dispararle, o hasta que al oler a su enemigo se va en otra dirección”.
      
      

No coloqueis nudos corredizos
en los parajes en que dejare mis huellas;
colocad, si,
fijad trampas mondé
en los sitios por donde he de pasar.

Canto guaraní


            
      
      
       Los nambikwara utilizan para cazarlo una flecha con la punta de bambú en forma de arpón, la cual le produce al animal una hemorragia, dado que la dosis de veneno que puede llevar la punta de una flecha común no podría llegar a matar fácilmente al animal (Lévi-Strauss, 1961). Los qom tenían la técnica de prender fuego al monte y luego esperaban a los tapires que huían,   matándolos con mazas de madera. Los botocudos “buscan rodear a las tropas de animales grandes, como los pecaris que llaman «hurra», y los tapires («hokhmereng»). Cuando tienen éxito, se apresuran a perforar los cuerpos de estos animales con tantas flechas como pueden, ya que estas flechas matan muy rápido, se comen hasta la piel del tapir y dejan solo los huesos más grandes” (Wied, 1821) .
      
      
       Wied (1821) observó también entre los indios camacan el uso de instrumentos musicales hechos con uñas de tapir atadas con cordones al cual llaman herenehedioca y que les servía para marcar el ritmo, dando un sonido muy fuerte al ser agitados. Los mismos manojos de uñas junto con dientes, aplicados en los extremos de un grueso cordón de algodón rojo, servían de distintivo a los jefes. Entre los tupí-kawahib las mujeres usan pulseras, tobilleras y cintos hechos con dientes de tapir a manera de cuentas.


Collar de dientes de tapir - Yanomami
American Museum of Natural History

      
       Con respecto a los petos de piel de tapir que confeccionaban, Martín Dobrizhoffer, señalaba: esta defensa se parece a una especie de dalmática, preparada con cuero de alce sin ablandarse, muy áspero por dentro y cubierto por fuera con piel de tigre. Abierto en el medio para que pueda pasar la cabeza, se extiende por ambos lados hasta el codo y la cintura, y es casi impenetrable a las flechas comunes, aunque no a las lanzas o proyectiles de plomo, pero muchas veces disminuyen y reprimen también la fuerza de éstas. Comenzaron a usar en el tórax un cinturón de un palmo de ancho hecho con el mismo cuero de alce”. Aquí alce se refiere al tapir y Giuseppe Jolis aclara la confusion con el gran ciervo del Hemisferio Norte (Alces alces) , cuyo nombre en alemán es “elan”, que es el nombre que La Condamine aplicó por analogía al tapir,  siendo seguido en el error por varios autores. Elan significa “miserable” y se le daba por sufrir a menudo del mal caduco o epilepsia, para liberarse del cual se rascaba la oreja con la uña de su propio pie izquierdo anterior.
      
       También Florian Paucke cuenta acerca del cuero de tapir: “Una vez un indio me trajo un látigo cortado en cinco correas de semejante cuero labrado a manera india y me dijo: —Ahí te traigo un azote para los niños malcriados de la aldea. Yo admiré el grosor del cuero que jamás había visto. Si bien lo acepté, no lo usé jamás, pues sólo con mostrar y exhibirlo hubiera podido mantener en la mejor disciplina a los niños porque tenía un aspecto muy homicida. Los qom elaboran con el cuero sogas y lazos pero dicen que no es conveniente usarlos para atar caballos porque éstos se hacen pesados como el tapir, perdiendo agilidad y velocidad.



Tapir
       Paucke, Florian –2010 (1748)- Hacia allá y para acá

      
       Entre los ayoreos se usaba un tipo de sandalia llamada paode, hechas de  cuero de tapir, que se sujetaban con cordones de garabatá. En su mitología el Tapir era el principal productor de miel, que entregaba a otro animal, antecesor de los hombres, fabricándola a partir de ventosidades o mediante una receta mágica.


Sandalia de cuero de tapir
Nordenskiöld, Erland –1910- Indianerleben, El Gran Chaco

      
      
       La crueldad de algunos pobladores los llevaba a veces a empezar a desollar al tapir aún vivo, lo que dio origen en el nordeste brasileño a la leyenda del Anta Esfolada. Se cuenta que un cazador obtuvo un anta y al darle el primer corte para desollarla, el animal se levantó de golpe y se internó en la selva donde se transformó en  una especie de bestia demoníaca que por las noches aterrorizaba a los pobladores con sus locas correrías, saltos y ronquidos.  El lugar pasó a a ser conocido como Anta Esfolada (Anta desollada) y tras muchos años de padecimiento, los habitantes llamaron a un sacerdote capuchino para exorcizar a la bestia.  El cura practicó sus rituales y mandó a levantar una cruz de madera de inharé, por lo cual el poblado pasó a llamarse Nova Cruz (Matto Grosso do Norte). Sin embargo el anta siguió haciendo incursiones por las capueras, asustando a los vaqueros (Cascudo, 2012).
      
       Otro uso curioso del tapir lo consigna Wied, para Minas Geraes (Brasil) “los terneros nunca se sacrifican, por lo tanto, para separar el queso, no se usa el cuajo de ternero sino el del joven anta (Tapirus), el de Tatú Carreta (Tatu gigante de Azara), el de ciervo o de cerdos”.


Cría de tapir
Gray, JE. On a young Tapir from Peruvian Amazons. Proceedings of the Zoological Society. 1872

      
      
       EL TAPIR MEDICINAL
      
       Según los guaraníes los bezoares del mborevi curaban el envenenamiento provocado por ofidios, arañas, escorpiones e insectos. Sobre estos bezoares decía el padre José Guevara: “Tiene dos buches, uno vulgar en que recibe el alimento, y otro particular lleno de palitos podridos. En este segundo se halla la piedra bezoar, tan estimada para el mal caduco y otras dolencias que se supone hallen remedio en su virtud.  Esta piedra bezoar (…) no tiene figura regular, ni determinada formación, a las veces se encuentran vacías por dentro, y esto sucede cuando la fábrica se cimienta en materia que es de fácil disolución. Otras veces estriba en algún palito o arena, que sirve de cimiento a la obra (…) Toda la virtud medicinal de los bezoares procede de las yerbas y palitos”.
      
      
      
       Los europeos transfirieron algunas creencias que tenían sobre el alce al tapir pues pensaban que sufría igualmente de epilepsia y se libraba de la misma rascándose la oreja con la uña de su propio pie izquierdo anterior. Vargas Machuca afirma que la uña de la mano izquierda dizen es buena para el coraçon, y Pedro Lozano agrega que otros dizen que de la mano es piptima admirable para el corazón, lo que reconociendo este bruto que es asaltado frecuentemenet del mal caduco, luego que se siente tocado de él, aplica dicha uña


Dijujo de Sally Barnard (fragmento)
Call Me Zena: A True Story Into the Unknown. AuthorHouse, 2008

      
       Por ello en lo relatos de los cronistas se da gran valor a los pies, uñas y bezoares del anta, que permitían prevenir y curar una enfermedad tan temida y asociada con el demonio como la epilepsia, llamada afecería, perlesía, mal caduco, gota coral o mal de corazón, pues en aquellas épocas atribuían la epilepsia a una dolencia cardíaca. Los españoles usaban amuletos de uñas de la gran bestia colgados del cuello o sujetos sobre el corazón. Aún hoy esos productos se usan en la medicina popular andina de los kallawaya, en Bolivia, incluyendo además huesos, dientes, trozos de cuero y sangre, para tratar el “sunqo nanay” o “mal de corazón” como llaman a la epilepsia.  Sus poderes se han extendido también hasta dar éxito en el amor o los negocios, como se cree en Ecuador.
      
       También para los guaraníes la  pezuña triturada servía para detener las hemorragias del parto y el mal del corazón; lo mismo que los bezoares o mborebí-itá (“piedra del tapir”).  Los qom utilizan su grasa para aliviar hematomas producto de golpes  fuertes.
      
      
Estatuilla de tapir hecha en madera de  palosangre (Brosimum rubescens),​  (Colombia)
http://tapirgallery.blogspot.com.ar/
      
       LOS DAÑOS DEL TAPIR
      
       Como vimos en la entrada anterior se considera al tapir como un animal inofensivo mientras no se le obstruya el paso o se lo acorrale.
      
      
    
 ¡El anta! exclamó Domingo, parándose, con el machete en la mano - ¡Cuidao, que viene!
       ¿Por qué? protesté ¿Qué puede hacer un manso tapir?
       (…)
       Momentos después se oyó un ruido de ramas que se abrían, acompañado de fuertes resoplidos, y vimos dos puntos luminosos en medio de una enorme mole que se nos venía encima. Nos levantamos como resortes y en dos saltos nos colocamos a los lados. El animal traía sus pequeñas orejas tiesas como las de un caballo atento y tenía los ojos fijos en el fuego. No se detuvo, en línea recta llegó al centro del fogón, y lo que allí sucedió fue más rápido que lo es su descripción. El calor lo enardeció; su pesado cuerpo saltaba con la ligereza de un venado; pisoteabael fuego con rabia ciega; arrojó al aire los elños encendidos en medio de un chisporroteo de luces de Bengala, y apenas iluminado por la mortecina luz rojiza de las brasas desparramadas por el suelo parecía una quimera ejecutrando una danza diabólica”.
      
       Selva Adentro – Germán de Laferrère
      
      


      
      
      
       Wied (1821) relata este suceso ocurrido a un indígena machacali: “Un tapir herido por los salvajes había pasado ante un joven, quien lo irritó más con una flecha, entonces el animal lo persiguió, lo apresó con los dientes y le desgarró todo el costado. La herida comenzaba en el medio del pecho y se extendía alrededor de la escápula hasta la espalda; había sido cosida, y la carne se había unido bien”. Los qom tenían muy en cuenta la fuerza de este animal. En uno de sus relatos un tapir enfrenta a un puma que le había robado una cría. Tras un tiempo lo encuentra en el agua y se le abalanza y termina ahogándolo. Y los indígenas de Misiones creían que transmitía su fuerza a las correas hechas con su cuero (Félix Coluccio).
      
       Por otro lado los portugueses atribuían las inflamaciones de los ojos a comer la carne del tapir.
      
      
      
      
     



“Bastaría que me vieran a la luz del día, bastaría que uno me tirase una piedra o un palo, y verían que soy un pobre, tímido, inofensivo, inerme, debilísimo tapir; y que mi trompa erguida, mis bramidos sordos, aquel disparar hacia mi enemigo atropellándolo todo, no son furor, sino miedo”.
      
       La Gran Bestia – Leonardo Castellani

      
      
      
       También el tapir podía ser muy dañino para los cultivos, como cuenta el padre Guevara: Tanto damnifica a los labradores, que lograrían pingües cosechas si no fuera por estos animales que las persiguen y talan. Como es animal tímido, no se atreven a aparecer delante del chacarero (…) pero acecha con infatigable vigilancia los movimientos del cuidador, y cuando conoce que está ausente, entra confiado en la sementera, se ceba en ella y en poco tiempo acaba con ella”.
      
       
Artesanía en relieve (Belize)
http://tapirgallery.blogspot.com.ar/
      
       LOS NOMBRES DEL TAPIR
      
Abipones (Argentina): Alalek
Achua-Shiwiar (Ecuador): Pamá, pamáu
Botocudos  (Brasil): Höckmereng
Cainguá (Guaraní puro): Tapiich, que  dio origen a tapir, tapira, tapyra, tapihire. Cuando los españoles        introdujeron a los bovinos, los indígenas le aplicaron este mismo nombre, por lo que surgió la variante “tapiiereté”: tapir verdadero (eté: propio) y también “tapiruzú” o  “tapiroissou”: tapir grande.
Camacans (Bahía, Brasil): Heré
Español / Portugués: Danta, anta, ent, ante, anto, anteburro (México), vaca mocha (Venezuela). Pinacho (Salta, Jujuy Argentina). Anta es una voz proveniente del árabe «lamt»: cuero grueso y resistente de antílope. 
Español: La gran bestia. Nombre aplicado anteriormente al alce
Galibi (Guayanas): Maypouri, manipuri
Ingais (Misiones, Argentina): kumbé guí, guí.
Kaingángue (Misiones, Argentina): Odjúr, odjoro.
Kiema: Manpurisch
Maconis (Brasil): Tía
Makushi (caribes - Roraima/Guyana): Waira, huarari
Malalis (Minas Geraes-Brasil): Amayeu
Maschacaris (Brasil): Tschaá
Matse (Perú Amazónico) : Neeishame  
Maya (ki’che): Nimá-tziiz (= gran coatí, al que se parece por su larga nariz), Tzíimin. 
México: Beori
Mbaya: Guaga
Mocovíes (Argentina): Alolyac
Nahuatl (Belize): Tlacaxolotl
Nambicuara (Matto Grosso, Rondonia – Brasil): Alúnsu
Pataxós (Brasil): Amakhy
Qom (Argentina): Shepegaqlo, Ioligac
Quechua (Perú): Huagra, ahuara, sachahuajra (= vaca silvestre). Sachavaca es un nombre mixto quechua/español que significa también vaca silvestre. 
Quechua (Santiago del Estero, Argentina): Pinchácu "que anda en las acequias".
Tukano (Vaupés, Colombia): Vehke.
Tupi-guaraní (Brasil, Paraguay, Argentina): Mborebí (de mború, tiento, y bí, bueno, conveniente, por la calidad de su cuero), boreví, mboreví hovih, mboré.
Uariari: Tamanakisch
Wichi (Chaco / Formosa): Iye’La.
      
      
      
      
      


Para los interesados en la imaginería del tapir recomiendo esta página de Facebook: Fundación preservadora de dibujos de tapir - @fpdddt - https://www.facebook.com/fpdddt/
      
       Junto con otras varias que hay sobre el terma, es una muestra del interés que aún hoy despierta el tapir en nuestras culturas urbanas y que esperemos ayude a salvarlo de la extinción.
       


      
      
      
      
      
       Alex Mouchard
      
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       REFERENCIAS
      
       Ambrosetti, JB – 1895 – Los indios kaingángues de San Pedro (Misiones). Buenos Aires: Compañía Sudamericana de Billetes de Banco.
       Anónimo -1993- Los Pueblos Indios en Sus Mitos. Yanomami. 260 p. Editorial Abya Yala. 
       Bareiro Saguier, Rubén – 2004 - Literatura guaraní del Paraguay. Editorial Servilibro: Asunción.
       Bates, HW –1873-The Naturalist on the River Amazons.
       Blixen, Olaf -2013- Mitos antropogónicos de los indios sudamericanos. CIAFIC ediciones: Buenos Aires.
       Boglár, Lajos –2015- Cuentos y mitos de los piaroa. Fundación Editorial El perro y la rana: Caracas.
       Cascudo, Luis da Câmara -2012- Geografia dos Mitos Brasileiros. Global Editora: Sao Paulo.
       Castellani, Leonardo –1976– Camperas. Bichos y Personas. Biblioteca Dictio: Buenos Aires.
       Descola, Philippe –2013- Beyond Nature and Culture. University of Chicago Press.
       Dobrizhoffer M –1822 (1784)– An account of the Abipones, an equestrian people of Paraguay.  London: John Murray.
       Gade, Daniel W –1999- Nature and Culture in the Andes. Univ of Wisconsin Press.
       Guevara J –1836 (1752)- Historia del Paraguay: Rio de la Plata y Tucuman. Imprenta del Estado: Buenos-Aires
       http://pueblosoriginarios.com/
       https://es.wikipedia.org/
       Jolis, Giuseppe –1789– Saggio sulla Storia Naturale della Provincia del Gran Chaco. Faenza: Lodovico Genestri.
       Jordana Laguna, Jose Luis 2010- Cuando los animales hablaban. Pasacalle: Lima.
        La Condamine, CM de -1745- Voyage de la rivière des Amazones.
       Lehmann-Nitsche, R -1924- La Astronomía de los Chiriguanos. Revista del Museo de La Plata 28. Buenos Aires.
       Lévi-Strauss, Claude -1961– Tristes Tropiques. Criterion Books: New York.
        Lévi-Strauss, Claude –1969- Mythologiques, Volumen 1. University of Chicago Press, 387 páginas.
        Lizot, Jacques –1991- Tales of the Yanomami: Daily Life in the Venezuelan Forest. 196 p. Cambridge University Press.
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       Medrano, C; Maidana, M y Gómez, C. –2011– Zoología Qom. Conocimientos tobas sobre el mundo animal. Santa Fe: Ediciones Biológica
       Mindlin, Betty y Rita da Costa García, Ana -2005-  Relatos eróticos indígenas. El Aleph Editores: Barcelona.
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       Richard, E. &  Juliá, JP -2005- Elementos de la ecobiologia del Tapir (Tapirus terrestris) para su manejo y conservación en Argentina. En: Richard, E. y F. Fontúrbel. 2005. Aportes al conocimiento del manejo de vida silvestre en Argentina y Bolivia. Materiales de Estudio para carreras de grado y postgrado. Escuela Militar de Ingeniería. La Paz, Bolivia.
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       Wied-Neuwied, Maximilien Prince de –1821– Voyage au Brésil, dans les années 1815, 1816 et 1817, Paris: Arthus Bertrand.



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