"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


jueves, 2 de enero de 2014

EL LAGARTO OVERO (Salvator merianae): MARIA Y EL SALVADOR

María Sibylla Merian y el lagarto overo 

(Salvator merianae)



El lagarto está llorando. 
La lagarta está llorando. 
El lagarto y la lagarta 
con delantalitos blancos. 

Han perdido sin querer 
su anillo de desposados. 
¡Ay, su anillito de plomo, 
ay, su anillito plomado! 

      El lagarto está llorando
            Federico García Lorca





Lagarto overo
Foto de Alex Mouchard



     Admiro mucho a las mujeres que sobreponiéndose a las restricciones y discriminaciones de su época han logrado sobresalir en el campo de la cultura. Por eso cuando me enteré que nuestro lagarto overo (Salvator merianae) llevaba ese nombre científico en honor de una de las pocas mujeres que incursionó en el estudio de las ciencias naturales en el siglo XVII, decidí escribir esta entrada para dar a conocer su vida.


MARIA

     María Sibylla Merian (1647-1717) creció en Frankfurt am Main, en medio de una familia de artistas de origen suizo. Su padre era un conocido grabador y autor de numerosos mapas de Europa, Matthäus Merian el Viejo. Una de sus abuelas estaba casada con Johann Theodor de Bry, un orfebre, grabador, autor,  y editor de libros ocultistas y de viajes a América. Cuando Matthäus, en su lecho de muerte, le auguraba un gran talento a su pequeña hija de sólo tres años de edad, no se equivocaba.

     Este bagaje familiar de alguna manera le marcó un rumbo a María y gracias a que su madre, Johanna Catharina Hein, se casó con el pintor de flores Jakob Marell, logró bajo la dirección de éste una gran destreza en las técnicas de dibujo, pintura al óleo, acuarela y grabado.  Lo cierto es que a los 13 años María, devenida en precoz entomóloga, documentó en su cuaderno escolar la metamorfosis de los gusanos de seda que observaba en el jardín de su casa.


      Desde mi juventud estuve interesada en el estudio de los insectos. Comencé con los gusanos de seda en mi ciudad natal, Frankfurt am Main; luego observé las mucho más hermosas mariposas y polillas que se desarrollaban de otros tipos de orugas. Esto me llevó a coleccionar todas las orugas que encontraba para estudiar sus metamorfosis. Debido a esto me sustraje de toda compañía humana y me concentré en esas investigaciones. Al mismo tiempo, quise ejercitarme en las pintura para dibujar todas estas transformaciones del natural y trabajando en el atelier de mi maestro, dibujarlas en vivo y representarlas en sus colores originales.


     Ya era muy llamativo para aquellos años que se interesara en los insectos. En efecto, la Iglesia Católica consideraba a estos animales bestias del diablo  y aplicaba exorcismos contra ellos. Para los anglosajones las mariposas eran brujas que robaban pan y manteca (de allí el nombre inglés butterfly: mosca de la manteca). Pero María era muy observadora y al contrario de las teorías dominantes en la época sobre la generación espontánea de los insectos, ella había observado que las orugas nacían de huevos depositados por las mariposas y luego se transformaban en crisálidas y éstas, en mariposas, y estas transformaciones habrían de convertirse en la pasión de su vida.


María Merian. Grabado de Johann Rudolf Schellenberg, en  Füssli,Johann Caspar - «Geschichte der besten Künstler in der Schweitz», Zürich 1769–1779
.http://commons.wikimedia.org/wiki/File:MS_Merian_by_JR_Schellenberg.jpg



     A  los 18 años se casó con Johann Andreas Graff, otro alumno de Marrel, con el que tuvo dos hijas Johanna Marie Helène y Dorothée Marie Henriette. Parece que su marido tenía conductas impropias que las obligaron a mudarse a Nuremburg donde María trabajó como profesora de dibujo y eximia bordadora. Justamente esta artesanía la llevó a publicar entre 1675 y 1677 un Libro de las Flores, Blumenbuch , una colección de dibujos sin texto para ser usados como patrones de bor

dado. Pero además ella seguía reuniendo material para su tema predilecto: la metamorfosis de las orugas. Así fue que en 1679 y 1683 publicó en latín Erucarum ortus, alimenta, et paradoxa metamorphosis (La maravillosa transformación de las orugas, su jardín y su alimento), un completo estudio de los lepidópteros de su región. A María no le interesaba coleccionar mariposas sino estudiar la generación, reproducción y transformación de los animales, y cómo uno emerge de otro, y las propiedades de su comida. La traducción de la obra al alemán, holandés y  francés contribuyó mucho para su difusión y éxito. Este trabajo fue una innovación comparado con las ediciones zoológicas del momento; los insectos estaban representados no como mera decoración sino con  una gran fidelidad así como las plantas sobre las que viven y se alimentan. Tuvo un concepto que hoy llamaríamos ecológico al componer los animales en su medio ambiente y aunque no usó nomenclatura científica, las ilustraciones y textos eran tan precisos que los zoólogos como Linneo pudieron identificarlos .


     En 1681, su padrastro murió y María regresó a Frankfurt con sus hijas y esposo para hacerse cargo de sus propiedades. De familia calvinista, ella creía en el destino divino que le era comunicado a través de la palabra o las acciones de otros, pero luego ingresó a la secta de John Labadie, un protestante nativo de Guyana, y entonces comprendió que podía comunicarse directamente con Dios, sin intermediarios. Los labadistas propugnaban un trato igualitario para hombres y mujeres, con lo cual seguramente María adquirió más independencia para tomar sus propias decisiones.  La colonia labadista, donde ya vivía su hermano Caspar, tenía sede en el castillo del gobernador de Surinam (Guayana Holandesa), Cornelis van Aerssen van Sommelsdijck. Su gabinete de mariposas exóticas y quizás el interés por conocer la patria de Labadie debe haber estimulado en ella la idea de viajar a los trópicos.


     Comenzando una nueva vida, María obtuvo el divorcio de su marido que la había denunciado como esposa escapada con los labadistas, y retomó el apellido familiar Merian. No obstante se le presentó un problema: no se le permitía hacer trabajos artísticos, que eran considerados como una actividad superflua y destinada al placer, de modo que María inició una nueva mudanza con sus hijas, esta vez a Amsterdam. Esta ciudad tenía entonces un gran movimiento cultural y científico. En esa época vivían allí Anton van Leewuenhoek, Jan Swammerdam, Rubens y Rembrandt. Se relacionó con el botánico Caspar Commelin, director del Jardín Botánico y en su casa, transformada en laboratorio y atelier, recibía la visita de naturalistas y coleccionistas, como su yerno Jacob Hendrik Herolt, quien como comerciaba con firmas de Surinam había adquirido una interesante colección de mariposas tropicales.


     «En Holanda, constaté con mucha sorpresa que se importaban bellos animales del las Indias Orientales y Occidentales, haciéndome el honor de permitirme consultar particularmente la preciosa colección del eximio doctor Nicolaas Witsen, burgomaestre de Amsterdam y director de la Sociedad de las Indias Orientales, además la del noble señor Jonas Witsen, secretario de la misma ciudad. Incluso, pude observar la colección del señor Frederik Ruysch, doctor en medicina y profesor de anatomía y botánica, y la del señor Livinus Vincent y de muchas otras personas. ( . . .)  En estas colecciones encontré innumerables insectos, pero al final, siendo su origen y reproducción desconocidos, surge la pregunta de cómo se transforman, a partir de las orugas y crisálidas. Todo lo cual, al mismo tiempo, me llevó a emprender un largamente soñado viaje a Surinam.

     El famoso físico y entomólogo René Antoine Ferchault de Réaumur opinaba que era un notable fenómeno ver a una dama imbuida de una afición por los insectos verdaderamente heroica, como para inducirla a atravesar los mares con el propósito de pintarlos y describirlos.


    María continuó pintando mariposas, hormigas y arañas, para obtener fondos para su viaje, que era un proyecto insólito para una época en que los viajes científicos eran sumamente raros y más aún por parte de una mujer. Finalmente en 1699, a los 52 años, una edad que en ese entonces se consideraba avanzada, María con un préstamo de la ciudad de Amsterdam inició su viaje a Sudamérica, acompañada por su hija menor Dorothée, con destino a la colonia holandesa de Surinam. Fueron tres meses de navegación llenos de incomodidades hasta llegar a la costa de Guayana, donde remontaron el río Surinam y se establecieron en la capital, Paramaribo.  Durante dos años estudiaron allí la flora y fauna tropicales, dibujando y tomando notas de la vida y comportamiento de los insectos, de las plantas que los alimentaban, de su medio ambiente y sus nombres locales.
Surinam era originariamente una colonia inglesa que le fue cambiada a los holandeses por la isla de Manhattan y cuya actividad básica era el cultivo de la caña de azúcar, por lo cual el 90% de su población eran esclavos negros traídos con ese fin. Además había algunos indígenas (caribes y arawaks)  y europeos, incluyendo piratas y aventureros que llegaban en busca de la fabulosa región de El Dorado.


     Durante sus investigaciones, María no recibió  ninguna  ayuda de parte de los residentes europeos que, según apuntó, sólo estaban interesados en la caña de azúcar. Pero colaboraron con ella  los indígenas y esclavos, que subían a los árboles para traerle las ramas más altas con una nutrida población de insectos. Además ellos le transmitían sus conocimientos sobre las plantas, flores y frutos, las aves, serpientes y moluscos. Así logró describir y pintar una cantidad de animales y plantas del interior de Surinam desconocidos hasta entonces en Europa, como es el caso de nuestro lagarto overo. Además le informaron que las semillas de la flor del pavo, malinche, o  framboyán (Flos pavonis, hoy Delonix regia) eran usadas como abortivo por las indígenas y esclavas para evitar tener hijos que resultaran esclavizados por los europeos. En la primavera de 1700, durante la temporada de lluvias, remontó en canoa el río Surinam unas cuarenta millas hasta Providence en busca de orugas, huevos  de cocodrilos y serpientes, que conservó en alcohol o desecados.


     Escribiría más tarde En ese país reina un calor tórrido y cada tarea representa un enorme esfuerzo; arriesgué mi propia vida en ello, y no sin razón, porque afectada de malaria, al año siguiente tuvo que regresar a Europa llevando numerosos dibujos, acuarelas, cajas con insectos desecados, frascos con cocodrilos y serpientes en alcohol y huevos de lagartos. En Amsterdam, preparó 60 láminas en color para su libro sobre Surinam, Metamorphosis Insectorum Surinamensium, publicado en 1705. Estas láminas fueron consideradas muy superiores a cualquier otra que se hubiera visto antes. Su presentación era muy novedosa respecto de las frías láminas de disecciones de Hooke, Swamerdam o Malpighi.


Frontispicio de Metamorphosis Insectorum Surinamensium. 1705.
Se observa a la izquierda a María  con su libro al pie y a una cantidad de niños revisando los materiales. Al fondo un paisaje de Guyana


     “Al realizar esta obra, dense cuenta que no me fijé en cuánto podía ganar, no apunté a ganar, contentándome sólo en recuperar los gastos incurridos. No escatimé en gastos para hacer este trabajo. Hice grabar las planchas por un famoso maestro y me he procurado el mejor papel para dar satisfacción y placer no sólo a los amantes del arte, sino también a los aficionados a los insectos y me siento feliz por haber alcanzado mi meta y por haber proporcionado esta alegría.


     La gran precisión de las láminas junto con los motivos de nuevas plantas e insectos y su estilo exquisito le dieron gran fama pero sin embargo no se vendieron lo suficientemente bien como para permitirle pagar sus deudas y por eso tuvo que vender las colecciones obtenidas en Surinam. Finalmente murió pobre,  en 1717, tras haber sufrido, unos años antes, un ataque cerebral que la había dejado con una parálisis parcial.


     María dejó dos testamentos, una demanda, algunas acuarelas, 4 libros sobre insectos y uno sobre flores, otro libro con pinturas varias, muchas notas y 17 cartas, que intercambiaba con familiares, con el naturalista James Petiver,  y con su alumna Clara Imhoff.  En general tratan de cuestiones familiares y de detalles técnicos como la preparación de barnices.


     Muchos hombres ilustres admiraron a María Merian, entre ellos Goethe, Leibniz y el emperador de Rusia, Pedro el Grande, quien adquirió muchas de sus pinturas para los museos de San Petersburgo. El agente que organizó la venta fue el marido de Dorothée, el grabador suizo Georg Gsell, quien nos dejó un retrato de María hacia 1710. Otra cantidad de dibujos fue adquirida por Sir Hans Sloane para el British Museum.




María Sibylla Merian (c. 1710)

Grabado en cobre por Jacobus Houbraken sobre un retrato de Georg Gsell



     María tenía una personalidad reservada y esquiva pero era decidida y sobre todo carecía de cualquier preconcepto o censura intelectual. Según James Duncan  no mostraba un alto nivel científico, ni gran poder de observación ni mucha capacidad intelectual, pero tenía una gran dedicación para el estudio de los insectos, soportando grandes sacrificios e inconvenientes. Asimismo se destacó por sus excelentes dibujos y por la profusión del material que dejó para sucesivas investigaciones.




 

 

EL MISTERIO DE LA CAJA DE SIBYLLA Y LOS PORTADORES DE LINTERNAS

 

“En 1705, la naturalista y pintora, Maria Sibylla Merian, informó que algunos nativos de Surinam le habían traído algunos insectos, de unos 3 centímetros de largo, con cabezas amorfas como vejigas y alas moteadas de verde y amarillo, la superficie inferior de cada una de ellas, cuando se desplegaban, mostraba un gran ojo oscuro. La señora puso los insectos en una caja. Por la noche escuchó un sonido y abrió la caja, solo para dejarla caer, sorprendida por el descubrimiento de que las cabezas de todos los insectos iluminaban como linternas, de modo que se podía leer el periódico con la luz emitida. Desde entonces, estos "portadores de linternas", que pertenecen a los hemípteros a menudo han sido capturados, pero nunca se supo que dieran luz, por lo que la declaración de la señora Merian continúa siendo un enigma. Hoy en día la mayoría de los naturalistas no le da crédito, pero muchos opinan que los “portadores de linternas” brillan solo en ciertos momentos, tal vez durante la temporada de apareamiento, como se dice que es el caso con algunos de sus parientes en China, y que hasta ahora solo esta mujer ha tenido la suerte de ver al insecto en el período crítico” (Guenther, 1931).

 

Pese a que Linneo, en base a la observación de Merian, les dio el nombre de Fulgora ( = destellos), actualmente se considera que estos insectos, pertenecientes al orden Hemiptera, familia Fulgoridae, no emiten luz.  Son llamados machaca, cabeza de cacahuate, chicharra-machacuy, víbora voladora, víbora cuco o mariposa caimán y muchos pobladores los consideran erróneamente como venenosos.

 

 

 Portadores de linterna

Merian (1705) - wikipedia:http://upload.wikimedia.org/wikipedia/de/f/f8/Grantbaum_s_merian.jpg

 




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EL SALVADOR



Le Sauvegard

Merian, María Sibylla
1719 - Dissertatio de generatione et metamorphosibus insectorum surinamensium. Amstelædami: J. Oosterwijk.


     En 1719, dos años después de morir María se publicó la segunda edición de su obra llamada Dissertatio de generatione et metamorphosibus insectorum surinamensium con 12 nuevas láminas agregadas por su hija Johanna que aparentemente había vuelto a América para conseguir más materiales. Entre estas láminas aparece la de un lagarto desconocido en Europa dibujado con reminiscencia de dragón chino, con el curioso nombre de Le Sauvegard . En realidad no sabemos si se trata de un dibujo de María o de su hija, lo cierto es que al aparecer en su obra pasó a ser conocido como Le Sauvegard de Merian.  Así lo introdujeron en la literatura científica los herpetólogos franceses André Duméril y su ayudante Gabriel Bibron en 1839 con el nombre de Salvator merianae, aunque el zoólogo Henri Blainville, ya lo había designado en 1816 como Monitor meriani.


     “¿Y a qué se debe este extraño nombre de Salvador?  La razón la explica Albertus Seba (1734) La verdadera historia de este lagarto comúnmente llamado salvador es que este anfibio cuando está en el agua (no se compromete en alta mar) e irrumpe ante su vista y oído un cocodrilo, que también anfibio, vive en tierra y mar, con un gran miedo deja oir su llanto para que atrapado por el cocodrilo éste no lo trague, con lo que, advertidos los hombres que nadan o se lavan en el agua, salen lo más rápido que pueden a la orilla donde debido a la brevedad de sus patas la velocidad del cocodrilo no es tan rápida, y así este lagarto Salvador es señalado con este nombre, porque su aullido preserva y protege la vida humana.




Teiuguaçu.
Seba, Albertus. - 1734-1765 - Locupletissimi rerum naturalium 


    Durante mucho tiempo nuestro lagarto overo llevó el nombre científico de Tupinambis teguixin, restringido ahora para la especie del norte de Sudamérica, la misma con la que se topó María Merian. Tupinambis surge de una mala interpretación que hizo Lacépède del nombre que aparece en la obra de Marcgrave: Teiuguaçu y Temapara de los Tupinambá. Teiú (lagarto) guaçú (grande) es el nombre tupí que le aplicaban los indígenas tupinambá que habitaban la zona de la bahía de Guanabara, Brasil. El temapara es otra especie llamada falso camaleón (Polychrus marmoratus).



 Le Sauvegard (juvenil)
Merian, María Sibylla -
Metamorphosis Insectorum Surinamensium. 1705



    Parece que Marcgrave tuvo un lagarto overo en cautiverio del que dice: Lagarto magnífico (...) No produce ninguna voz; es paciente; se alimenta con mucho gusto de huevos que sorbe crudos. Animal muy resistente al hambre. Lo mantuve atado; pero cuando abría la jaula le permitía correr libremente por la habitación. Y a veces tomaba un sorbo de agua de un vaso, cuando tiene sed camina, otras veces está echado todo el día en un rincón; se pone donde quedan cenizas calientes. Alguien le había dañado parte de la cola al pisarlo un día veinte de marzo. Después, sin embargo, le creció de nuevo unos dos dedos. Murió de hambre, convertido en un despojo horrible, el 1º julio.  Pasó un período de siete meses sin comer, a veces tomaba agua lamiéndola. Su carne se come.  



Teiuguaçu 
Marcgrave, George & Willem Piso. 1648. Historia Naturalis Brasiliae. 



    Marcgrave vio confirmada con sus observaciones lo que Plinio había escrito  sobre los lagartos y serpientes a los que le vuelve a crecer la cola amputada; y también lo señalado por  Aristóteles sobre que los lagartos no viven un año sino sólo seis meses. Obsérvese que su lagarto no emitía ningún sonido con lo cual queda en duda la explicación de Seba sobre el lagarto salvador.

    Con respecto al nombre teguixin es de origen nahuatl (mejicano) y se refiere a un lagarto no identificado con el cuello de color blanco.

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EL LAGARTO Y EL HOMBRE


     El lagarto overo tiene una importante presencia en los mitos y en la medicina popular indígena, especialmente en el área de influencia guaraní..

     La grasa era usada en forma externa para heridas en la piel, reumatismo y dolor de garganta. También para extraer espinas de palma o perdigones de la piel. La grasa bebida con agua cura las picaduras de serpiente y el reumatismo. Se atribuye al cuero el poder de ahuyentar víboras por lo que se usa como detalle de la vestimenta, p. ej. en el sombrero. Además se usapara retobar boleadoras y hacer tiradores. De la cola  se extraen anillos para evitar las insolaciones (quizás por su afición a permanecer mucho tiempo asoleándose).

     Métraux aporta un mito wichi. Cuando las primeras gentes eran animales, descubrieron un día que alguien robaba su pescado ahumado. Pusieron a la iguana como centinela y cuando esta avisó que había oído a las mujeres, responsables de los robos, peleándose con las cotorras que las habían descubierto, no le creyeron porque la suponían sorda. Al día siguiente las mujeres descubrieron a la iguana vigilando y le arrancaron la lengua que reemplazaron con una semilla del árbol del sapo, con lo cual la iguana ya no pudo denunciarlas. Observen el papel del lagarto como vigía, similar a lo referido por Seba.

     En el mundo de los qom, dividido en cielo, tierra y profundidades, los lagartos pertenecían a éstas. Antiguamente se enfrentaron con los gatos monteses y los aguará-guazú (padre de los perros) a los que antes se asociaban para cazar ratones y langostas. Como el lagarto tiene patas cortas, salía antes que los otros a cazar y un día encontró muchas langostas y se las comió sin guardarle una parte a sus socios. Entonces el gato montés lo retó a pelear y, pese a los intentos del aguará-guazú por disuadirlos,  el gato mordía al lagarto y éste le daba coletazos. Al final el lagarto se refugió en una laguna donde logró matar al gato. Desde entonces el reptil anda solo porque es peleador y el aguará-guazú le anunció que los perros lo atacarían constantemente. Mi padre, que pasó su infancia en el Chaco, me contaba como los lagartos que se acercaban al gallinero de su casa a comer huevos enfrentaban a los perros y lograban prendérseles del hocico de donde sólo se soltaban arrancando un trozo de piel con gran dolor de los perros. 

     Al respecto una de las fábulas más logradas de Leonardo Castellani, Aprieta, relata el combate de un lagarto con una víbora de cascabel. El lagarto la atrapa y a pesar de los movimientos de la serpiente que trata de asfixiarla entre sus anillos e inyectarle su ponzoña, el lagarto siempre apretando sus mandíbulas, sin soltar, logra quebrarle el espinazo y matarla. En la moraleja Castellani pide a Dios "enemigos chicos", pero si no es posible, fuerza para apretar y no soltar. Vean que esta rivalidad entre el lagarto y las serpientes se refleja en la creencia popular sobre las propiedades protectoras de la piel contra las víboras.

     La leyenda misionera del Teyú-Cuaré (cueva que fue del lagarto), recogida por Juan Bautista Ambrosetti, se refiere a unos paredones de piedra sobre el río Paraná, cerca de San Ignacio (Misiones, Argentina). Se cuenta que vivía allí un gran lagarto que amenazaba a los navegantes que pasaban por el lugar. El monstruo provocó varios naufragios hasta que un día atravesó a nado el Paraná, y se fue a vivir a la costa paraguaya, donde existe un arroyito con su nombre. Se dice que bastaba con hacerle una oferta cualquiera, un pedazo de carne, o un objeto echado al agua, para calmar a esa fiera y poder pasar con seguridad. Parece  que el cuento se refería en realidad a una peligrosa piedra semisumergida frente a la costa donde solían chocar los buques.


     Berta Vidal recopiló un cuento criollo en San Luis donde la iguana había sido en otro tiempo una joven de gran hermosura con manos sumamente bien formadas y muy hábiles para tejer. Pero, sumamente vanidosa de su físico, sus joyas y trajes, era muy dura y agria con sus pretendientes, afirmando que sólo se casaría con un hombre hermoso como ella. Un día llegó de lejos un mozo muy rico, pero feo, que también fue rechazado. La madre de la joven pidió ayuda a su confesor quien habló con la muchacha y le destacó la bondad del joven y la posibilidad de recibir un castigo divino en caso de seguir negándose. A la noche la chica sufrió una terrible transformación: su piel se endureció, su cabeza y cuerpo se alargaron, sus anillos y brazaletes formaron una larga cola. Solo sus manos permanecieron delicadas y finas como antes. Loca de vergüenza, huyó hacia la soledad de las cuevas, a vivir como lagarto.




Acilcaic
Paucke, Florian  2010 - Hacia allá y para acá. - 1ª ed. - Min. Innov. y Cultura - Pcia. de Santa Fe.


     Cuenta Florián Paucke que  como los lagartos se cuentan entre los anfibios, se comen en Las Indias en días de ayunos. Cuando yo estuve en una ocasión durante la vacancia  habitual para los estudiantes en la estancia Alta Gracia, en unión del P. Minister me pidieron que fuera a cazar lagartos (era un viernes) y les matara a tiros unos cuantos para la mesa de mediodía, para que toda la comunidad pudiera comerlos. Yo salí antes de las nueve y a eso de las diez ya había muerto diez de ellos y sacado a tiros delante de sus cuevas donde estaban echados al sol. Los tuvimos ya a mediodía sobre la mesa bien aliñados con un buen moje de citrón; todos comieron con apetito pero entonces yo no tenía aún placer alguno en comerlas, que recién adquirí entre mis indios cuando la penuria y el hambre me obligaron a comerlas.

     Los mocovíes les sacaban los intestinos y ponían los lagartos entre la ceniza caliente; una vez asados se cuereaban y se comían sin pan ni sal. La cola era la parte más estimada. Con el cuero de las colas fabricaban unas trompetas de guerra y carcajs para las flechas. Utilizaban los anillos como adornos. 

     A pesar de que algunos dicen que matar un lagarto trae mala suerte, los indios puris, coropos y coroados de Brasil decían, según Johann Spix, que los lagartos no traen ningún bien, ni son divinos, más bien son agentes del mal que adoptan la forma de estos animales.


Alex Mouchard





LOS NOMBRES DEL LAGARTO


En la zona pampeana y chaqueña se lo denomina  lagarto overo, lagarto blanco o iguana overa

Los guaraníes lo conocían por teyú-guazú, de teyú: lagartija, guazú: grande, a veces castellanizado como tegú overo.

Los wichis le dicen alu y el nombre mocoví era acilcaic.

En la región amazónica del río Irura, se registra el nombre de jacuaru.

En Guyana los wayapi lo conocen como  "yâkâ-lâwâlu" y los wayana, "hapakala".

En Colombia debido a que suelen atacar gallinas y pollos, le dicen lobo pollero.





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Anda tú jilguero verde
canta en el cielo de aurora
que se comen los lagartos
unos a otros las colas

             Romances del Claroscuro
               César Alonso de Las Heras

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REFERENCIAS


-Ambrosetti, Juan Bautista 1917 - Supersticiones y leyendas - La Cultura argentina, 1917 - 238 p.
-Bates, Henry Walter 1864 -  The Naturalist on the River Amazons. London.
-Berst, A 1951 La iguana overa Col. inmac. Concep. Santa Fe.
-Castellani, Leonardo 1976 Camperas. Bichos y personas.  Biblioteca Dictio. Bs. Aires.
-Duncan, James 1836 Entomology Vol IV British Moths, Sphinxes, etc. W. H. Lizars Edinburgh.
-Hernandez, Francisci. -1648- Rerum medicarum Novae Hispaniae Thesaurus, seu Plantarum, Animalium, Mineralium Mexicanorum Historia cum notis Joannis Terentii Lineæi.
-http://it.wikipedia.org
-http://madamemerian.blogspot.com.ar/ - 2008 - Melissia Grosjean - That Curious Person Madame Merian -
-http://www.biodiversitylibrary.org
-http://www.ilvecchiotarlo.it/ - Le metamorfosi di María Sibylla - María Cristina Giammetta
-http://www.oni.escuelas.edu.ar/
-Larrañaga, D. A. 1923 Escritos Inst. Histórico y Geográfico del Uruguay Montevideo.
-Leguizamon, Martiniano 1923 - Recuerdos de La Tierra.
-Merian, Maria Sibylla. 1705.   Metamorphosis insectorum surinamensium. Ofte verandering der Surinaamsche insecten. Waar in de Surinaamsche rupsen en wormen met alle des zelfs veranderingen na het leven afgebeeld en beschreeven worden, zynde elk geplaast op die gewassen, bloemen en vruchten, daar sy op gevonden zyn; waar in ookde generatie der kikvorschen, wonderbaare padden, hagedissen, slangen, spinnen en mieren werden ver toond en beschreeven, alles in America na het leven en levensgroote geschildert en beschreeven. Amsterdam :Voor den auteur, als ook by G. Valck.

-Merian, María Sibylla 1719 - Dissertatio de generatione et metamorphosibus insectorum surinamensium. Amstelædami: J. Oosterwijk.
-Métraux, Alfred. -1946-  Myths of the Toba and Pilaga Indians of the Gran Chaco.  American folklore society. Philadelphia.
-Paucke, Florian 2010 - Hacia allá y para acá. - 1a ed. - Santa Fe: Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe. 168 p. + CD-ROM.
-Rodríguez, Patricia -  2012 - Mujeres de Ciencia. Biografía de María Sibylla Merian. The Journal of Feelsynapsis
-Seba, Albertus. - 1734-1765 - Locupletissimi rerum naturalium thesauri accurata descriptio, et iconibus artificiosissimis expressio, per universam physices historiam.  J. Wetstenium, & Gul. Smith, & Janssonio-Waesbergios, Amstelaedami.
-Simao Seixas, C. 2001 Ethnozoology of fishing communities from Ilha Grande (Atlantic forest coast, brazil) J. Ethnobiology 21(1):107.
-Spix, Johann Baptist von y Carl Friedrich P. von Martius 1824 - Travels in Brazil. London.
-Todd,  K.  2013 - Chrysalis: María Sibylla Merian and the Secrets of Metamorphosis -  Houghton Mifflin Harcourt - 336 pgs.
-Vidal de Battini, Berta Elena 1925 - Mitos Sanluiseños. 131 p.


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domingo, 8 de diciembre de 2013

EL VENCEJO ANDINO (Aeronautes andecolus) : EL AVE SIN PATAS DE D'ORBIGNY

D’Orbigny y el vencejo andino (Aeronautes andecolus)


Alcide Charles Victor Marie Dessalines d'Orbigny  fue uno de los más grandes naturalistas viajeros del s XIX. Su detallada prospección de la naturaleza en América del Sur meridional completó el panorama que Humboldt y Bonpland habían logrado para la parte norte del continente. Su amplia obra abarcó la historia, geografía, geología, paleontología, antropología, zoología y botánica de la región. Su Voyage dans l'Amerique Méridionale, publicado en Francia entre 1834 y 1847 es una obra monumental en once volúmenes, que nada tiene que envidiar a la del gran sabio alemán.

Natural de Coueron, Francia, cuna de otro gran naturalista, John James Audubon, que habría de maravillar con sus dibujos de aves norteamericanas, Alcides pertenecía a una familia de médicos muy afectos a las ciencias naturales.

En 1820, a sus 18 años, la familia se instaló en La Rochelle, un puerto marítimo importante, donde su padre habría de fundar el Museo de Ciencias Naturales de la ciudad. Ahí llegaban buques de todas partes del mundo cuyos capitanes narraban a un adolescente Alcides las aventuras corridas en tierras lejanas, estimulando su afición por los viajes y por la naturaleza de lugares exóticos.

Retrato de Alcide d’Orbigny
En d’Orbigny - Voyage pittoresque dans
 les deux Ameriques- Tenré- Paris-1836


A fines de 1826, cumpliendo sus sueños, llegaba a Montevideo habiendo pasado por Brasil, enviado por el Museo de Historia Natural de París, bajo los auspicios del mismo Humboldt y de Cuvier.  Alcides recorrió gran parte del litoral Argentino desde Corrientes hasta el río Negro. Además viajó por  Chile, Perú y Bolivia.

En 1830 arribó por vía marítima a Arica, donde desembarcó para dirigirse a Tacna. Desde aquí inicia el ascenso a los Andes siguiendo aproximadamente el recorrido la actual ruta  40 hacia Bolivia. Vestía chaqueta gris y sombrero de paja que solía utilizar como recipiente transitorio para guardar los insectos que capturaba. Le impacta la aridez del país: “La primera impresión que recibe el viajero está llena de tristeza  . . . un camino horrible, una sequía desoladora, y ni un paisaje pintoresco”. Pero pronto las montañas empiezan a mostrar alguna vegetación interesante: variados cactus, flores de vivos colores rojos y amarillos. Llegados a Palca encuentra a la catita serrana grande (Bolborhynchus aymara) y al picaflor gigante (Patagona gigas). A más de 4000 m de altura es afectado por el mal de altura o soroche, lo que lo obligaba a detenerse cada 30 mts para recuperar el aliento.

Más adelante queda extasiado por la vista del volcán Tacora con sus nieves perpetuas. En esas planicies ve las primeras tropas de vicuñas: “Esos animales, antes tan numerosos. Hoy han disminuido mucho y terminarán por desaparecer del todo”. Pese a esta observación no tiene empacho en tratar de cazarlas aunque afortunadamente las vicuñas no se dejaron aproximar. Alcides parece haber sido un eximio y prolífico cazador según sus relatos. No obstante, digamos a su favor que en aquellas épocas la caza de animales y su envío a los museos era una de las únicas formas de adquirir conocimientos sobre los mismos. No había fotografías ni videos, ni grabadores de sonido. Muchos naturalistas se hacían acompañar por dibujantes y pintores para poder registrar los paisajes, animales y plantas. Pocos de ellos eran especialistas en dibujar o pintar animales de manera que las obras que dejaron dan sólo una lejana impresión de lo que eran esas especies en vida. La pérdida de ejemplares por efectos de la humedad, hongos e insectos, así como por catástrofes (lluvias, inundaciones, naufragios) era muy común y ello obligaba a recoger la mayor cantidad de material posible.

En la laguna Blanca observó numerosas aves acuáticas entre ellos los cisnes coscoroba (Coscoroba coscoroba) e incluso un pájaro carpintero especializado para vivir entre las rocas: el carpintero andino (Colaptes rupicola).

Sus padecimientos seguían: a las palpitaciones y dolores de cabeza se agregaba el sangrado de los labios debido a la sequedad del aire.  Unos meses antes un español que intentó hacer el mismo viaje falleció en el intento. Evidentemente había peligro para los extranjeros, no acostumbrados a la dureza del clima y a las enfermedades tropicales.

Al fin se presenta ante su vista la gran altiplanicie boliviana enmarcada hacia el norte por el lago Titicaca, y hacia el oriente por tres altísimos picos: el Ancohuma (“el viejo canoso”), el Huayna Potosi (“el cerro joven”) y el Illimani (“ el águila dorada”). Acercándose a La Paz pasa por Viacha donde en una lagunita ve flamencos, “que volaron al acercarnos, siempre manteniendo un orden riguroso, formando una línea continua de un hermoso color rojo”.



Valle de La Paz 
d'Orbigny,1844,Voyage dans l'Amérique Méridionale..pendant 1826-33


La noticia de su llegada a La Paz se extendió rápidamente. Todos querían ver al “gran botánico francés”. Conoció entonces al médico y botánico boliviano Dr. José María Boso o Bozo. "En toda la república de Bolivia, un solo hombre, el doctor Boso, el Dioscórides del país, cultivaba la botánica. Fui a verlo, y recorrimos juntos, durante algunos días, no sólo ciertos lugares de los alrededores, sino también los jardines de la ciudad, donde volvía a hallar la mayoría de las plantas de nuestras huertas, sobre las virtudes de cada una de las cuales, él me hacía pronunciar una larga disertación, lo que me convirtió a la fuerza en botánico. Por desgracia el doctor y yo no siempre nos entendíamos sobre el fondo de las cosas. Para él, las ciencias naturales consistían sólo en el empleo medicinal de las plantas y en el descubrimiento de metales preciosos. El resto le parecía objetos de simple curiosidad".

En efecto, Boso era un personaje excéntrico y estrafalario, se vestía a veces con sotana otras veces con poncho y lluchu (gorro), o con  ropa raída y descosida. No en vano se lo llamaba “Dr. Chullas”, algo así como “Dr. Bohemio” o “Dr. Hippy”. Tras un viaje de estudios al partido de Larecaja en 1821, había escrito una Materia Médica Boliviana que nunca se publicó.

Alcides se interesó notablemente por la geografía y la naturaleza de Bolivia, las que hizo conocer en Europa. Hoy  se lo reconoce en muchas calles y plazas de las ciudades bolivianas y el principal colegio de La Paz lleva su nombre. Nos dejó una bella reflexión sobre el país:   “Si la Tierra desapareciese quedando solamente Bolivia, todos los productos y climas de la tierra se hallarían aquí, Bolivia es el microcosmos del planeta, Por su altura, su clima, por su infinita variedad de matices geográficos. Bolivia viene a ser como la síntesis del mundo”.

Desde La Paz, Alcides, se dirige hacia Cochabamba para explorar las yungas. Atraviesa un terreno muy irregular “pasando alternativamente del lecho de los ríos a la cumbre de las montañas” visitando Yanacachi, Chulumani e Irupana. Cruzando el río Khatu, siguió ún camino que asciende en zig-zag atravesando bosques de molle (Schinus molle) hasta llegar a la cima de un cerro plano a 2800 m donde encontró la pequeña población de Inquisivi.
 
Aquí le llaman la atención unas bandaditas de aves que recorrían en vuelo muy veloz los arroyos secos del fondo de las quebradas y ascendían rápidamente para posarse en las rocas de las cimas. Los pobladores le refirieron que anidaban allí en agujeros entre las rocas. Eran los vencejos andinos. Alcides logra capturar algunos ejemplares y comprende que se trata de una especie nueva. Les aplica el apropiado nombre de “andecolus”, es decir “habitante de los Andes”.

Vencejo andino
d'Orbigny,1844,Voyage dans l'Amérique Méridionale..pendant 1826-33,p.358;Atlas,Oiseaux,pl.42,fig.2.



Pero dejémoslo un momento aquí, entusiasmado, en su viaje por las yungas bolivianas, y vayamos a Francia, siete años después. Allí, en los gabinetes del Museo de Historia Natural de Paris, D’Orbigny junto al barón Nöel Frédéric Armand André de Lafresnaye se encuentra estudiando la colección de aves obtenidas durante su viaje. Analizando los ejemplares de vencejos andinos y ante la necesidad de clasificarlos, ven que Cuvier y Vieillot, las autoridades ornitológicas del momento, afirmaban que el género Cypselus no se encontraba en América. Sin embargo notan que, de acuerdo con la forma del pico y de las  alas, la cola de 10 rectrices con una muesca en la punta, la cual era suave y no rígida, y por la  estructura de los pies, esta especie parece ser un verdadero Cypselus.

El género Cypselus había sido creado en 1811 por Johann Carl Wilhelm Illiger para separar los vencejos de las golondrinas, especialmente por tener aquellos 10 rectrices en vez de 12, y los pies muy pequeños con el pulgar dirigido hacia adelante como los otros tres dedos. Tomaba el nombre de un ave descripta por Aristóteles con el nombre griego de “kypselos”.

Illiger incluyó en su nuevo género a Hirundo apus, especie así designada por Linneo, y llamada comúnmente  vencejo común en España, por los franceses “martinet” y por los ingleses “swift”.  La palabra latina apus significa “sin pies” (del griego “a-“: sin; y “pous”: pie) y se refiere a las patas muy cortas y pequeñas, por lo cual los vencejos nunca se posan voluntariamente en el suelo y prefieren colgarse de las paredes rocosas.

Tanto Illiger como Linneo se basaban en Aristóteles, quien describía así al “kypselos”:

“Algunas aves tienen patas de poca fuerza, y por eso son llamadas Apodes [plural de apus]. Esta avecilla es poderosa en vuelo; y, como regla general, las aves que se les parecen son de patas débiles, como la golondrina y el drepanis o vencejo alpino (?);  porque todas estas aves se parecen entre sí por sus costumbres y su plumaje, y pueden confundirse fácilmente unas con otras. (El apus se puede ver en todas las estaciones, pero el drepanis sólo después de tiempo lluvioso en verano; ya que este es el momento en que se lo ve y se lo captura, aunque, por lo general, es un ave rara).
Y más adelante sigue: “Ya fue señalado que el ave sin patas, que algunos llaman cypselus, se parece a la golondrina; en realidad,  no es fácil distinguirlos, salvo por el hecho de que el cypselus tiene plumas en el tarso . . . construyen [el nido] bajo la cubierta de algun techo – bajo una roca o en una caverna – para protegerse de los animales y de los hombres”.

Cypselus (o Kypselos) fue el primer tirano de Corinto en el siglo VII A.C.h in the 7th century BC. El nombre se debería a que de niño fue ocultado en un cofre de cedro (cypsele) y confiado a las aguas como Moisés, para evitar que lo asesinaran. No pudimos hallar una relación entre esta caja sagrada y el nombre del ave, pero Kypselos, era hijo de Eetion (aietos, el águila), y estaba por lo tanto relacionado con las aves de vuelo eximio.

Illiger describió así a los vencejos: “De todas las aves, éstas son las que tienen las alas más largas en proporción a su tamaño, y el mayor poder de vuelo. . . La cortedad de sus patas, junto con el largo de las alas, les impide, cuando están en tierra, levantar vuelo, y por lo tanto pasan sus vidas, si se me permite expresarlo, en el aire, persiguiendo, en bandadas y con fuertes gritos, sus presas de insectos a través de las más altas regiones de la atmósfera. Anidan en huecos de paredes, o grietas de rocas, y trepan por las superficies más lisas con gran rapidez”.

Finalmente Ernst Hartert en 1892 creó el género Aeronautes (“el que navega por el aire”) para separar al vencejo de garganta blanca (Aeronautes saxatalis) del pájaro macuá (Panyptila cayennensis)  que difiere por la estructura del plumaje, la forma de la cola y su nido en forma de manga de hasta 1 m de largo. En este género ubicó también al vencejo andino.


LOS VENCEJOS Y LA CULTURA

Cultura nasca - Ser antropomorfo con figura de vencejo en la cola

 A Sourcebook of Nasca Ceramic Iconography: Reading a Culture Through Its Art
 D. A. Proulx University of Iowa Press - 2009 - 236 p.


Detalle del diseño del vencejo



Para la cultura Nasca la aparición de los vencejos en bandadas, cuando soplaba el viento del sudoeste,  era un indicador de la proximidad de las lluvias y por lo tanto de la crecida de los ríos, la floración de las plantas y el desarrollo de los cultivos. En efecto los vencejos suele verse así frecuentemente antes de las tormentas, siguiendo los enjambres de insectos que revolotean sobre las aguas. Por este motivo, es posible que las poblaciones Nasca asociaran al vencejo con periodos de fertilidad y los observaran para detectar fuentes de agua.  En la cerámica de esos pueblos se los representa en su forma natural, y en los tejidos, tambíén en forma estilizada. Hay figuras de un ser antropomorfo que porta armas en sus manos;  cabezas trofeo en su espalda y un vencejo en la punta de la cola..

Vasija con diseños de vencejos
The Nasca - Helaine Silverman, Donald Proulx - 2008 


En la cultura occidental el vencejo es considerado por los poetas y escritores por su relación estrecha con el ambiente aéreo y como ejemplo del movimiento permanente y la velocidad.  Una figura heráldica de la Edad Media, la merleta o martlet (derivado del nombre francés de los vencejos, martinet), representa un vencejo sin patas. Se  interpreta que el vuelo infatigable de los vencejos simboliza la constante búsqueda del saber, por lo cual es una figura utilizada en los escudos de muchos colegios tradicionales. Este mismo movimiento sin descanso representa en la herádica inglesa al cuarto hijo, quien no habiendo recibido ni dinero ni propiedades debe afanarse por subsistir y así el vencejo pasa a ser también un símbolo del trabajo duro, la perseverancia y el nomadismo.

Según se afirma que el ave puede vivir meses volando sin posarse, y que además de alimentarse, también copula y duerme en vuelo. En Europa los vencejos son migratorios y entonces su llegada estacional es un anuncio de la primavera, del buen tiempo y del eterno renovarse de la naturaleza. 


Vencejos Trayectoria de movimiento + Secuencia dinámica - Giacomo Balla - 1913



Veamos como los pinta el francés René Char en su poema Le Martinet:


Vencejo de alas muy largas, que da vueltas y grita su alegría alrededor de la casa. Así es su corazón.
El reseca el trueno. Siembra en el cielo sereno. Si toca el suelo, se destruye.
La golondrina lo copia. Detesta a su parienta. ¿Qué vale el encaje de sus vueltas?
Su descanso está en las grietas más sombrías. Nadie está mejor en lo estrecho que él.
En el verano de la luz prolongada, pasará volando hacia las tinieblas, por las persianas de la medianoche.
No tiene los ojos por tenerlos. Grita, es toda su presencia. Un fusil delgado lo abatirá. Así es su corazón.

[Fureur et mystère, René Char , 1948– Traducción del autor]






Y en los versos del norteamericano David Baker, llenos de nostalgia:

Vencejo en vuelo, su nombre es velocidad, un vencejo entre 200 ó 300 girando sobre la chimenea del Correo. Primero se elevan, al caer del crepúsculo, hacia el alto cielo,
volando desde las paredes del Banco cubiertas de hiedras, unos pocos por vez, por encima de los robles del cementerio y de los fondos de las casas, luego otros más, apretándose para orbitar en un torbellino de una cuadra de ancho sobre el pueblo.
Ahora son bandada. Ya tomados de la mano. Hablamos en susurros con los nuestros,  paseando en pareja desde la heladería o yendo en grupitos en bici para ver a las aves.
Una voz interior maravillada; como  mirando abajo por un desfiladero, el alma se achica.
Los pequeños vencejos se agrandan al cantar su explosivo y agudo cheeep, su chillido.
Y su rápido aleteo de murciélago. Y el suave cielo de peltre delinea las negras vírgulas de sus cuerpos mientras se deslizan como agua por un canal. Ahora uno gira de golpe,
se precipita, como abatido o, peor aún, expulsado del cielo, sobre la boca de la chimenea. Agitándose – y luego proyectándose, mientras otro más se zambulle y la bandada invierte su giro.
Parecen hojas rotando en la tormenta, sopladas violentamente a nuestro alrededor,  somos sus testigos. Testigos de cómo terminan. El primero sólo cae por la chimenea. Luego cuatro,
cinco, en tantos segundos, despedidos del grupo, se deslizan cayendo. De repente, estamos solos. El cielo ya libre de todo salvo de la noche. Estamos de pie, confusos, adentro.


[David Baker – Swift, 2010. Traducción del autor]


Vencejo gigante > Alondra Lucía Filio Monter



Inesperadamente los vencejos también sobrevuelan en el joven rock del grupo El Aguijón:

Perdido en el cielo
liviano al andar
le prometió al suelo
no verlo jamás.

Ya es viejo el vencejo
lo corre la edad
la vida en el aire
lo quiere matar.

. . . . . . . . . . . . .

Y eligió pelearle al viento
a morir en la quietud
en la estática paz
de la comodidad.

Y abiertas van sus alas
cortando la luz
abrazándonos,
tapándonos.
Y el miedo no llega a su alma
muere en la intención
acechándonos,
siguiéndonos.


[El Aguijón - Fernando Pérez, Juan Martínez, Pablo Rodríguez y Sebastián Palacios- Vencejo]


LOS NOMBRES DEL VENCEJO

Vencejo proviene de oncejo, contaminado desde antiguo con vencejo, "ligadura para atar las mieses" (latín vincicilum, de vincire, "atar").

Oncejo, proviene de una voz castellana antigua, hocejo, de hoz, quizá con influencia de otra voz antigua, onceja, uña, y hace referencia a la forma de hoz de las alas.

El francés martinet, proviene hacia el siglo XVI de San Martin de Tours cuya fecha festiva es el 11 de noviembre, día en que estas aves parten de Francia hacia climas más cálidos.

Por su parte el inglés swift que tambien significa veloz, viene de la raíz indoeuropea swei: “doblar, girar” .

En lengua quechua se lo denomina sirhuana o sirwana.




Alex Mouchard



REFERENCIAS

-Aristoteles-350 a.C.-Historia Animalium.

-d'Orbigny, A. -1835-1847-Voyage dans l'Amérique méridionale... exécuté pendant les années 1826, 1827, 1828, 1829, 1830, 1831, 1832 et 1833. P. Bertrand (Paris)- 

-d'Orbigny, A. & Lafresnaye, N – 1837 -Synopsis avium.  Magasin de zoologie,series 1,7.

-Hartert, E. -1874-1898- Catalogue of the Birds in the British Museum. London.

-Illiger, J. K. W. – 1811 -  Prodromus systematis mammalium et avium. P.229. Berolini :Sumptibus C. Salfeld.

-Linnæus, C. - 1758-Systema naturæ per regna tria naturæ, secundum classes, ordines, genera, species, cum characteribus, differentiis, synonymis, locis. Ed. 10.

-Silverman, H. & Proulx,D.  - 2008 -  The Nasca.


-Yakowleff., E. – 1931 - El Vencejo (Cypselus) en el arte decorativo de Nasca . Wira Kocha (Revista Peruana de estudios antropológicos), Vol. I, Nº I.


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