"Cuando se hace la historia de un animal, es inútil e imposible tratar de elegir entre el oficio del naturalista y el del compilador: es necesario recoger en una única forma del saber todo lo que ha sido visto y oído, todo lo que ha sido relatado por la naturaleza o por los hombres, por el lenguaje del mundo, de las tradiciones o de los poetas".

Michel Foucault-Las palabras y las cosas


jueves, 3 de enero de 2013

EL MACA TOBIANO (Podiceps gallardoi) Y UN MISTERIOSO ANIMAL DE LA PATAGONIA


Macá Tobiano (Podiceps gallardoi)

Como ispiando, de una en una,
las estreyas van saliendo
y medio se van corriendo
pa’ darle paso a la luna,
se cayan en la laguna
la gayareta, el macá,
el silencio envuelve ya
como una sombra que agobia…
Y yo solo, pues mi novia,
mi novia es la soledá.
Mi novia es la soledá - Álvaro Istueta Landajo


Esta historia nos lleva a los confines de la Patagonia Austral.

En el origen de los tiempos tehuelches existía una isla donde habitaban seres humanos con figura de animales. Uno de ellos, Nosjthej, un gigante monstruoso, se apareó con la bella nube Teo, que quedó embarazada. El gigante, temiendo ser superado por su hijo, abrió el vientre de la madre y extrajo el feto, para devorarlo. Pero Térrguer, la "abuela tucutucu", lo escondió en su cueva. El niño, llamado Elal, pudo crecer, pero como su padre seguía buscándolo, los animales lo hicieron montar sobre Kokn, el cisne, y acompañados por numerosas aves, se dirigieron a Aoni Güent , la Patagonia continental. Descendieron cerca del Chaltén  (el monte Fitz Roy), donde Elal dio forma a los hombres y demás animales. Una vez concluida su obra creadora, se transformó en ave y voló con el cisne hacia el este, desde donde habría de ascender al paraíso tehuelche.

¿Habrá sido que nuestro macá tobiano acompañó a Elal en su vuelo fundacional? Es probable, ya que el macá tobiano efectúa todos los años un vuelo al este, desde las mesetas patagónicas hasta la costa marina, buscando un lugar más benigno para invernar.


También por aquellas épocas existía, entre otros seres malignos, Ookempan, un animal cuadrúpedo, cubierto por una caparazón de piedra, parecida a las de la tortuga. Debido a la rigidez de su cubierta, no podía mirar hacia arriba, pero podía capturar choiques (Pterocnemia pennata) de los que se alimentaba, así  como también niños que uitlizaba como esclavos. El héroe Oóuk’en logró despeñarlo por un barranco, rompiendo su caparazón y produciéndole la muerte. Y desde entonces no se lo vió más, pero hay quien asegura que no era otro que el  milodón.


Ookempan  (http://picasaweb.google.com/lh/photo/S05Bi060lPTtOmrR1vSbJw)


De cómo la historia del milodón se entrelaza con la del macá tehuelche.

Hace decenas de miles de años vivía en los Andes Patagónicos un notable mamífero conocido como milodón (Mylodon darwini). Era una especie de perezoso gigante que medía unos dos metros y medio de largo, y pesaba unos 250 kg. Se alimentaba de vegetales que obtenía deambulando por la estepa. Su piel era muy dura, quizás tanto como la de Ookempan, ya que tenía insertados numerosos huesitos dérmicos y estaba cubierta de una espesa pelambre rojiza. El nombre científico le fue dado por el paleontólogo inglés Richard Owen “en honor de su descubridor, [obviamente Charles Darwin] de cuyas investigaciones en la parte sur del Nuevo Mundo constituye uno de los muchos novedosos e interesantes frutos. . . Este fósil fue descubierto en un estrato de grava parcialmente consolidada en la base del acantilado llamada Punta Alta, en Bahía Blanca, en el norte de Patagonia”. Un lugar que, al decir de Darwin “es una verdadera catacumba de monstruos pertenecientes a razas extintas”.

Darwin, C. R. – Viaje de un naturalista alrededor del mundo – Madrid, 1983.


El milodón se extinguió hace aproximadamente unos 10.000 años, quizás debido a cambios climáticos, a episodios de vulcanismo, o bien a la caza por parte de los primeros humanos americanos.

En enero de 1895, un grupo de excursionistas integrado por el capitán alemán Hermann Eberhard, estanciero de Shemenaiken (Río Gallegos); el Sr. Greenshild,  estanciero de Camarones (Chubut); el Sr. von Heinz, estanciero en el Río Turbio superior, el  comandante José A. Martín, el  ingeniero Luis A. Alvarez y otros exploradores, encontraron una gran caverna, en las laderas del Cerro Benítes, cerca del fiordo de Ultima Esperanza, en Puerto Natales, Chile. En la parte anterior de la misma  hallaron un trozo de cuero que les llamó mucho la atención. Estaba cubierto de pelos rubios, gruesos, de 3 a 5 cm. de largo, y en su interior tenia incrustados muchos huesitos del tamaño de un grano de café.

Entrada de la Gruta Eberhard - Moreno, F. P. y A. Smith Woodward  – 1899- Proc. Zool. Soc. p. 144 


En noviembre de 1897. el doctor Francisco. P. Moreno director del Museo de La Plata, el zoólogo belga doctor Rocowitza, el ingeniero Luis A. Alvarez y el geólogo Rodolfo Hauthal, visitaron el lugar y al ver el cuero, colgado de un árbol en la propiedad de von Heinz, se interesaron de inmediato por explorar la cueva donde encontraron más restos de  pieles, huesos y  coprolitos  (materia fecal fosilizada). Estos materiales fueron llevados al Museo de La Plata y más tarde a Londres, donde Moreno dio una conferencia en la Sociedad Zoológica. La cueva llamada Gruta  Eberhard es actualmente el Monumento Natural Cueva del Milodón,




Trozos de piel de milodón -  Moreno, F. P. y A. Smith Woodward  – 1899- Proc. Zool. Soc. p. 144 


El paleontólogo Florentino Ameghino, consideró que los trozos de piel con huesecillos pertenecían a una nueva especie de milodón que bautizó como Neomylodon listai , lanzando la hipótesis de que aún podía seguir viviendo en algún recóndito paraje de la Patagonia austral.  Ameghino llegó a esa afirmación recordando un relato que le hiciera el explorador Ramón Lista, quien en un remoto paraje de Santa Cruz había tenido un encuentro nocturno con un extraño animal, acorazado como un  pangolín asiático, y a quien le había disparado sin lograr herirlo. Ameghino lo imaginó conviviendo con los humanos de modo que habiéndose hallado en la cueva  “un esqueleto humano: este último es evidentemente el esqueleto de uno de los antiguos patagones de que habla Lozano, que abrigado con su manta de cuero de Neomylodon buscó un refugio en la cueva y encontró en ella la muerte!”



EL IEMISCH

El relato de Ramón Lista coincide con la leyenda del iemisch o jemisch de los tehuelches,  el cual era un animal que vivía en el agua y salía a comer gente y ganado a la orilla del río, en horas de la noche. Los Tehuelches meridionales lo llamaban yem'chen ( = "tigre del agua"). 

Se trata de un animal anfibio, nocturno, de garras tan fuertes que puede atrapar un caballo y arrastrarlo al fondo del río para ahogarlo.  Tiene cabeza corta, grandes colmillos, pies cortos con membranas interdigitales, y la cola larga, achatada y prensil. El pelo es corto, duro y de color bayo. Es mayor que un puma pero más retacón y más robusto.

Carlos Ameghino le comentaba a su hermano que un tehuelche llamado Hompen se trabó en lucha con un iemisch en el camino de Senguer a Santa Cruz, logrando matarlo a bolazos. Parece ser que originariamente el jemisch vivía desde el río Negro hasta el estrecho de Magallanes en los lagos de la ladera oriental de los Andes. Hacia mediados del siglo XIX un iemisch que bajaba desde los Andes por el río Santa Cruz fue avistado cerca de la isla Pavón ante el terror de los indígenas que denominaron a ese lugar Iemisch-Aiken (= “lugar del iemisch”).


Por su parte, Santiago Roth, cuenta que en tiempos del abuelo del cacique tehuelche Kankel,  el iemisch habitaba en el lago Buenos Aires. Cuando bramaba huían todos los animales y en una ocasión le había matado a toda una tropilla.

El explorador Tournoeur cuenta:”Estando un anochecer observando a orillas de un río del interior junto al cual había acampado, vi emerger, en el medio de la corriente, la cabeza de un animal del tamaño de la de un gran puma. Le disparé una bala; el animal se hundió y no reapareció más. Según lo que pude distinguir en ese anochecer, su cabeza redonda tenía el pelaje pardo oscuro; los ojos estaban rodeados de pelos color amarillo claro, alargándose en una banda fina hacia la oreja, la cual no tenía pabellón.” Los indios le informaron que el nombre de la criatura era “hymché” e incluso le mostraron sus huellas en la arena. 

Se cree que esta leyenda, como ya bien lo señalara Musters, se habría originado en el huíllín (Lontra provocax) que es un mustélido, una especie de nutria patagónica. Sin embargo, su pequeño tamaño, 60-70 cm, lo hace incapaz de tales hazañas y hace suponer que algún otro animal habría dado pie a la leyenda, quizás el puma o el yaguareté, ya que según algunos relatos éste llegaba a fines del siglo XVIII hasta el estrecho de Magallanes.




Los restos de la Gruta Eberhard resultaron ser de ejemplares de la misma especie que había hallado Darwin en Bahía Blanca, es decir Mylodon darwini, pero la idea de Ameghino se había instalado de tal manera en la prensa y en el  público  que se ofrecieron recompensas y hasta un diario londinense financió una expedición para capturar a un milodón vivo.

En efecto, el mayor Hesketh Vernon Hesketh-Prichard, un conocido explorador, aventurero y cazador de caza mayor, había leído el informe de la conferencia de Moreno publicado en el "Geographical Journal" en 1899, quedando fascinado por la idea de que hubiera milodones vivos en los bosques de los Andes patagónicos. ¡Si hasta el mismo director del Natural History Museum, Ray Lankester, lo creía posible! 

Sin embargo Prichard carecía de los medios necesarios para pagar una expedición al lugar. Entonces contactó a Cyril Arthur Pearson, el fundador y propietario del "Daily Express" de Londres, quien aportó lo necesario para el viaje a la Patagonia, con el objeto de capturar un ejemplar del fabuloso animal. Así, a fines de 1900 Hesketh-Prichard, acompañado de J. Barbury y F.B. Scrivenor y asesorado por Moreno, recorrió minuciosamente el territorio desde Comodoro Rivadavia hasta el lago Argentino.  Pero, más allá de maravillar a los lectores del diario con sus amenos relatos, no pudo encontrar al misterioso animal. No obstante aportó el conocimiento de muchas regiones inexploradas, descubrió el lago Pearson (lago Anita),  el río Caterina y una nueva variedad  de puma: Felis concolor pearsoni (hoy sinónimo de Puma concolor concolor).


Laguna patagónica . . . sin macáes ! - Hesketh Prichard, H. – 1902 - Through The Heart Of Patagonia. New York


Prichard concluyó: “Durante todo el tiempo que pasé en Patagonia no pude hallar ni una pizca de evidencia que sustente la idea de la supervivencia del Mylodon”.  Y aunque Ameghino mantenía aún la convicción de que el animal estaba vivo, Hauthal señalaba con acierto que era imposible que un animal de tal magnitud nunca hubiera dejado rastros como los otros grandes mamíferos de la región. Lo mismo opinó el paleontólogo Lehmann-Nietsche, quien además dejó una profética sentencia: “Se ve . . . que siempre hay quien espera encontrar en la Patagonia un animal desconocido”. Pese a estas opiniones de los científicos, en 1975 el minero Mario Pereira de Souza, que trabajaba en la zona, afirmó haber visto una enorme criatura que se le acercó caminando en dos patas  y emitiendo un feísimo olor.

Una vez regresado a Gran Bretaña  Prichard publicó en 1902, el libro "Through the Heart of Patagonia" con hermosas ilustraciones del pintor John Everett Millais. En esta interesante obra algunas observaciones suyas pasaron inadvertidas para el mundo científico.  El 12 de noviembre de 1900, a orillas del río Leona, “un pequeño zambullidor crestado estaba emitiendo su melancólico grito”. Más tarde, en enero de 1901, al este del lago Argentino, dice “vagabamos por un desierto de basalto o lava … hasta que finalmente avistamos una gran laguna” con flamencos, cauquenes y 34 bandurrias. “También se veían guanacos. Aquí acampamos, y encontramos aún otra laguna profunda y rocosa, en la cual había muchos zambullidores que no puede identificar”.


Macá tobiano -  Tini Depoîne
Acrílico y lápiz -


Descubrimiento del macá tobiano

Muchos años después, en marzo de 1974, Mauricio Rumboll y Eduardo Shaw se encontraban anillando cauquenes cerca de la laguna Los Escarchados, llamada así porque unos  lugareños habían muerto por congelación en ese lugar. La laguna está ubicada en la meseta de Las Vizcachas, a 50 km de El Calafate, es decir aproximadamente en la zona de la segunda observación de Prichard.

Con el fin de practicar la preparación de pieles para colecciones, Eduardo cazó un macá o zambullidor de los que se veían en la laguna. El ave llamó la atención porque aunque parecida al macá plateado, Podiceps occipitalis,  era bastante mayor. Tras consultar a varios ornitólogos se llegó a la conclusión de que se trataba de una nueva especie para la ciencia y Rumboll la describió como Podiceps gallardoi, en honor de Ángel Gallardo y su nieto, José María, zoólogos ambos, que fueran directores del Museo Argentino de Ciencias Naturales.

El nombre común de macá tobiano se refiere al contraste del color negro de su cara con el blanco del cuerpo. En efecto, se denomina tobiano al caballo de pelaje con grandes manchas de color definido, generalmente blanco y negro u oscuro. Sin embargo creemos más acertado el nombre de macá tehuelche, por la zona donde habita, patria de aquella etnia tan notable.

Llama la atención que un ave de ese tamaño no haya sido advertida por los numerosos naturalistas viajeros que recorrieron la región, y hablamos de figuras de la talla de Charles Darwin, George Musters, André Tournouer, Ramon Lista, Francisco Moreno y Max Birabén, entre otros.


Dibujo de Pablo Canevari - Rumboll, M. A. E. – 1974 –  Com. Museo Arg. Ciencias Naturales. Zoologia 4 (5)


Las breves referencias de Prichard son significativas ya que  habla de “un pequeño zambullidor crestado”. Lo de pequeño indica que no era el huala o macá grande (Podiceps major), mientras que lo de “crestado”  descartaría al similar macá plateado (Podiceps occipitalis) ya que según señala Erize esta cresta constituye el rasgo mas peculiar del PG por su coloración y ubicación,  ya que las plumas que la forman nacen de la frente y zona superciliar mientras que en P. occipitalis surgen de la región superciliar posterior y auricular. Igualmente el hecho de encontrarlo en una zona de mesetas basálticas con lagunas de agua dulce, muy próxima al lugar de su descubrimiento, refuerza la idea de que Prichard pudo haber sido el primer europeo en haber visto al macá tehuelche.

Alex Mouchard


REFERENCIAS

Ameghino, Florentino – 1898 – An existing ground-sloth in Patagonia. Natural Science 13:324.

Colombres, A. – 2001 – Seres Mitológicos Argentinos – Emecé, Bs. Aires

Owen,R. 1839. Fossil Mammalia, en Darwin, C. R. ed. - The zoology of the voyage of H.M.S. Beagle, under the command of Captain Fitzroy, during the years 1832 to 1836, London: Smith Elder and Co.

Darwin, C. R. – 1839 – Viaje de un naturalista alrededor del mundo – 2 vol. - Akal, Madrid, 1983.

Erize, F. -1983- Observaciones sobre Podiceps gallardoi – El Hornero – Numero Extraordinario 256-258

Hauthal, R., Roth, S, y R. Lehmann-Nietsche –1891- El mamífero misterioso de la Patagonia- Grypotherium domesticum. Revista del Museo de La Plata 9:411.

Hesketh Prichard, H. – 1902 - Through The Heart Of Patagonia. New York.

Lehmann-Nietsche, R. – 1902 - La pretendida existencia actual del Grypotherium - Supersticiones araucanas referentes a la lutra y al tigre. -Revista del Museo de La Plata 10: 271-281

Martinic, M. – 1996 -  La Cueva del Milodon (Ultima Esperanza, Patagonia chilena). Un siglo de descubrimientos y estudios referidos a la vida primitiva en el sur de America. Journal de la Société des Américanistes,  82: 311-323.

Musters, G.Ch. – (1871) 1964 – Vida entre los Patagones- Solar/ Hachette. Buneos Aires.

Rumboll, M. A. E. – 1974 – Una nueva especie de macá – Comunicaciones del Museo Argentino de Ciencias Naturales. Zoologia 4 (5)

Smith Woodward, A. y   Moreno, F. P. -1899- On a portion of mammalian skin named Neomylodon Listai from a cavern near Consuelo Cove, Last Hope Inlet, Patagonia - Proceedings of the Zoological Society of London,  67 (1): 144–156.

Tournouer, A. – 1901 – Sur le Neomylodon et l’animal mysterieux de la Patagonie – Comptes rendus de séances de l’Academie de Sciences. Paris.

2 comentarios:

  1. Excelente la nota, me gustó mucho y aprendí también algunas cosas que no conocía de esas especies, en particular las historias de sus descubrimientos

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  2. Muy bueno! Muchas gracias por publicar este sustancioso artículo.
    Lo he leido buscando información sobre el descubrimiento de esta (hermosísima) especie endémica, que esperemos supere el estado de peligro crítico de extinción...
    Aplausos a todos los que están trabajando por su supervivencia!!...

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